Kitabı oku: «La ciencia de hacerse rico»

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La ciencia de hacerse rico


Título original: The Sciencie of Getting Rich

La ciencia de hacerse rico

© Wallace D. Wattles, 2009

D. R. © Editorial Lectorum, S. A. de C. V., 2009

Centeno 79-A, col. Granjas Esmeralda

C. P. 09810, México, D. F.

Tel.: 5581 3202

www.lectorum.com.mx

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L. D. Books Inc.

Miami, Florida

sales@ldbooks.com

Lectorum, S. A.

Buenos Aires, Argentina

lectorum-ugerman@netizen.com.ar

Primera edición: junio 2009

ISBN: 978-607-457-026-7

© Traducción: Gabriela Orozco

© Portada: Perla Alejandra López Romo

Características tipográficas aseguradas conforme a la ley.

Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.

Impreso y encuadernado en México

Printed and bound in Mexico

La ciencia de hacerse rico

1  Introducción

2  Capítulo 1 · La riqueza es un derecho

3  Capítulo 2 · El camino hacia la riqueza

4  Capítulo 3 · ¿Existe el monopolio de oportunidades?

5  Capítulo 4 · El primer principio de la prosperidad

6  Capítulo 5 · Engrandecer tu vida

7  Capítulo 6 · Cómo obtener riqueza

8  Capítulo 7 · La gratitud

9  Capítulo 8 · Pensando de la manera correcta

10  Capítulo 9 · La voluntad

11  Capítulo 10 · El poder de la voluntad

12  Capítulo 11 · Cómo actuar correctamente

13  Capítulo 12 · Actuar con eficiencia

14  Capítulo 13 · El trabajo perfecto

15  Capítulo 14 · La visión del progreso continuo

16  Capítulo 15 · La personalidad triunfadora

17  Capítulo 16 · Precauciones y observaciones finales

18  Epílogo

Introducción

El objetivo de este libro no es filosofar sobre el tema que nos concierne, sino instruir al lector sobre las posibilidades de tener logros. Es un resumen sobre cómo conducirse, no un tratado de disertaciones sin sentido. Fue escrito para los que necesitan impulsar sus finanzas, para los que verdaderamente aspiran a la prosperidad y no a escribir un análisis sobre el capital. Es para los que están abiertos a adquirir los conocimientos básicos que les acercarán, sin más demora, a lograr los bienes deseados, sin cuestionarse demasiado sobre el proceso.

Por todo esto, espero que te mantengas alerta y confíes en los pasos que te pediré que des, y que lo hagas con la convicción y el convencimiento con que aceptarías los principios científicos que Tomás Alva Edison presentara sobre la electricidad, pues, de esta manera, tendrás el camino libre para actuar sin titubeos. Aquel que siga este proceso, encontrará la riqueza, porque lo que aquí se propone es una teoría infalible, pues es una ciencia exacta.

Éste es un texto escrito en términos claros y sencillos, para que cualquier persona pueda comprenderlo, y la metodología aquí expuesta ha sido comprobada muchas veces por muchos tipos de personas, por lo que podemos decir, sin duda alguna, que funciona. Los pasos que darás de la mano de este libro te permitirán alcanzar la libertad financiera y tu éxito será inminente.

Capítulo 1 · La riqueza es un derecho

Dos linajes solos hay en este mundo,

como decía una agüela mía,

que son el tener y el no tener.

Miguel de Cervantes Saavedra

A pesar de las loas que siempre hemos escuchado sobre la pobreza, hemos podido constatar que es imposible tener una vida digna en esas condiciones. El éxito y la plenitud están negados para aquel que es pobre; incluso, la idea de prosperidad que lleva a actuar para cubrir las necesidades físicas y espirituales de cualquier ser humano. Puede parecer irónico, pero, para desarrollar el potencial que se requiere para adquirir riqueza, es necesario contar con el patrimonio que permitirá invertir tiempo y dinero en nuestra capacitación y desarrollo y, entonces, hacer una fortuna. Actualmente existen infinidad de herramientas que nos permiten acceder a estos conocimientos: libros, revistas, cursos, conferencias, etc.; pero se requiere de recursos para adquirirlas. Esto quiere decir que, para progresar y crecer, es necesario tener un alto nivel adquisitivo que permita a la persona desarrollar sus facultades. El objetivo de la vida es evolucionar. Todos tenemos la facultad para desarrollar nuestras habilidades. El derecho a la vida implica el derecho a cubrir todas nuestras necesidades y vivir prósperamente para desarrollarnos mental, espiritual y físicamente hasta donde somos capaces; en otras palabras, tenemos derecho a ser libres. En este libro no hablo de riqueza en sentido figurado. La prosperidad no está constituida por pequeñeces. Nadie puede sentirse feliz con poco si se sabe capaz de tener un mejor nivel de vida. La naturaleza nos ha enseñado que nuestro camino es el progreso y la expansión. Sentirnos satisfechos con menos de lo que podemos adquirir es incorrecto. Actualmente podemos admirar todos los descubrimientos y creaciones humanas que son indispensables en la vida cotidiana; de tal manera que si un individuo, cualquiera que sea, quiere tener una vida plena necesitará de una gran riqueza. Es un impulso natural querer desarrollar todo nuestro potencial. Esta necesidad es parte de nuestra esencia y uno de nuestros mayores incentivos. Para lograr una vida exitosa debes realizar tus sueños y para lograrlo en la vida real, es importante que tengas acceso a las facilidades que otorga la riqueza. Descubrir la ciencia de hacerse rico es explorar el conocimiento esencial de la vida humana.

No debe avergonzarnos nuestro deseo de riqueza. Aspirar a la independencia financiera proviene de nuestra necesidad real de tener lo suficiente para sentirnos plenos y exitosos. ¿Por qué tendríamos que sentirnos mal por eso?. Lo antinatural es pensar que debemos ser pobres y carecer de lo necesario para ser felices, no aspirar a la prosperidad que nos permita vivir como merecemos. Existen tres motivos que impulsan cada una de nuestras acciones: mantenernos saludables, desarrollar nuestra inteligencia y conservar nuestro espíritu. Cada una es fundamental, todas conforman la esencia humana, mientras estén en el equilibrio exacto que nos permita vivir plenamente. Vivir sólo para alimentar el alma o darle prioridad al cuerpo o privilegiar el intelecto es incorrecto. Todos hemos sido testigos de las nefastas consecuencias de vivir sólo para el placer corporal mientras negamos la mente y el alma, y también hemos podido constatar que una vida plena exalta el equilibrio entre estos tres factores. Por ejemplo, si nuestro cuerpo no está sano, será difícil que tengamos armonía mental y espiritual. Cualquier habilidad que nos negamos a desarrollar queda clavada en nuestro espíritu como una gran frustración. Cada uno de nuestros deseos surge de una cualidad que necesita ser desarrollada, un mecanismo que tiende a deteriorarse si no se le da el uso correcto. Los individuos requerimos de una alimentación balanceada, de ropa que nos cubra del frío o nos proteja de los rayos solares, de una casa acogedora que nos resguarde de las inclemencias del tiempo, pero también el descanso y el esparcimiento son necesarios para mantener una vida saludable.

La mente, a su vez, se nutre del estudio, la lectura y los viajes. La inteligencia necesita de tiempo y recursos para aprender y fortalecerse, y si no tenemos los recursos para visitar otros países y conocer su cultura, así como para leer o asistir a cursos, quedaremos estancados mentalmente. El espíritu también busca su propio alimento en la expresión amorosa, pero ésta se ve restringida por la pobreza. Cuando amamos, queremos proporcionarle a nuestros seres queridos todo aquello que les beneficia. El impulso natural del amor es dar. Cuando no se tiene para dar, es imposible ayudar a quienes amamos. Tampoco podemos solidarizarnos con las personas necesitadas, ya que un pobre no puede apoyar a otro más de lo que un ciego puede guiar a otro ciego. Para mantener saludable nuestro cuerpo y nutrir nuestro espíritu y nuestra mente, es necesario tener todas aquellas cosas materiales que permiten lograr este equilibrio. Esto es lo que hace indispensable adquirir riqueza. El deseo de vivir en abundancia es normal y necesario. Es parte de nuestra naturaleza humana. No es malo ni pernicioso para nadie, ni hay nada incorrecto en ello. Tampoco es resultado de un temperamento débil querer aprender la mejor manera de hacerse rico; por el contrario, es un estudio digno y provechoso. Si desperdicias la oportunidad de adquirir este conocimiento, estás frustrando los logros que tú y la sociedad esperan de ti, porque no hay mayor beneficio que le puedas brindar a quienes amas, a tu patria y al mundo, que aprovechar tus recursos y maximizarlos. Así podrás ser pródigo con todo lo que posees.

Capítulo 2 · El camino hacia la riqueza

Nada ocurre porque sí. Todo en la vida es una

sucesión de hechos que, bajo la lupa

del análisis, responden.

Richard Freeman

De la misma manera que las matemáticas o el álgebra están constituidas por un conjunto de reglas que las convierte en ciencias exactas, también en el proceso de adquirir riqueza se deben seguir ciertas normas; una vez que se aprenden y se llevan a cabo con precisión, es más fácil convertirse en una persona próspera. Los bienes y el dinero son resultado de un adecuado uso de las herramientas que daremos en el transcurso de este libro. Hacer las cosas correctamente a veces con conciencia de ello y a veces por accidente— nos llevan al triunfo, pero si hay alguna falla en el proceso, no importa lo mucho que trabajemos o cuán inteligentes seamos, permaneceremos pobres.

Esta ley es conocida como causa y efecto, e indica que a toda acción corresponde una reacción determinada por la primera, y que la fuerza y exactitud de cada causa producirá efectos iguales. Por lo tanto, podemos decir que la riqueza es consecuencia de ciertas acciones, así que cualquier persona que sepa producir acciones a lo largo de su vida, sin duda, triunfará. Para demostrar la veracidad de estas declaraciones, presento los siguientes hechos. La abundancia económica no está determinada por el medio o la ubicación geográfica, porque, en ese caso, todas las personas de ciertos poblados se volverían ricas, mientras que en los poblados predeterminados para la pobreza no existiría una sola persona próspera. Sin embargo, si elegimos un punto cualquiera en un mapa, encontraremos personas ricas y pobres coexistiendo, y a veces en forma muy cercana, compartiendo el mismo territorio, el medio ambiente y hasta el oficio. El que en un mismo lugar haya dos personas con la misma profesión, pero una próspera y la otra no, demuestra que hacerse rico no está determinado por el medio. También es cierto que algunos ambientes son más propicios y favorables que otros, pero si vemos a dos personas que han desarrollado la misma empresa, en el mismo vecindario, durante el mismo lapso y uno ha logrado el éxito mientras el otro fracasa, significa que la riqueza es el resultado de hacer las cosas de determinada manera.

La capacidad para seguir este procedimiento adecuadamente no sólo es producto del talento, pues podemos encontrarnos con que hay muchas personas con gran inteligencia que son pobres y personas aparentemente poco talentosas que se hacen ricas. Si observamos a quienes prosperan, encontramos que son personas promedio en general. Es notorio que su riqueza no tiene que ver con capacidades extraordinarias, sino con la manera como actúan y aprovechan los recursos que tienen. La prosperidad tampoco es producto del ahorro o de la mezquindad. Podemos encontrar tanto a personas avaras que son pobres como a otras que despilfarran sus recursos, pero que viven en abundancia. Por lo tanto, si la riqueza es consecuencia de ciertas acciones realizadas de determinada manera, que producen un resultado exacto sin importar el caso, podemos decir que lograr la libertad financiera se debe a una ciencia exacta. La pregunta aquí sería si esta manera de hacer las cosas es tan complicada como para que sólo algunos puedan aprenderla y llevarla a cabo. Esto no es así, por lo menos en cuanto a las habilidades y capacidades naturales del individuo, ya que podemos encontrar a gente talentosa que se hace rica y a personas mucho menos virtuosas que también lo logran. Encontramos personas inteligentes que obtienen riqueza y otras con muy poca preparación o estudios que también lo logran. Encontramos gente con gran fortaleza física que logra el éxito financiero y personas débiles y enfermizas que también lo logran. Por supuesto, se requiere de cierto grado mental de comprensión y pensamiento para poder seguir el método hacia la riqueza.

Ya hemos hablado de que la ubicación geográfica no tiene influencia en este aspecto, aunque es realista pensar que construir un restaurante en medio del desierto tendrá poco éxito. El éxito implica la manera de tratar e interactuar con las demás personas: estar rodeado de ellas. Y si a esta gente le interesa lo que tú ofreces, mucho mejor; pero eso es todo lo que se necesita para considerar tu negocio como bien ubicado. Si alguien en tu comunidad ha adquirido riqueza, tú también puedes lograrlo; si en tu país hay personas con libertad económica, tú también puedes alcanzarla. No tiene que ver la actividad, profesión y negocio que desempeñes, la gente se puede enriquecer con cualquier actividad, aunque el de al lado no lo logre. No obstante, es indudable que te será más fácil lograrlo si haces algo que te guste y con lo cual sientas afinidad. Si has desarrollado ciertos talentos, te irá mucho mejor en un negocio que requiera de dichas habilidades. Pero no olvides que todos tenemos la capacidad de desarrollar cualquier destreza que nuestra empresa requiera. Lo único que necesitamos es motivación y disciplina para adquirir y desarrollar dicho talento. Además de los aspectos anteriores, considero importante recalcar que el éxito financiero no depende de la clase de negocio o profesión en que trabajes, sino de tu disposición para actuar de acuerdo con los principios del éxito. Eso es todo.

Si estás emprendiendo una nueva actividad y conoces a alguien que ha logrado amasar una gran fortuna en ello, mientras tú no has logrado hacerlo, la razón es que no estás haciendo las cosas de la misma manera que la otra persona o, por lo menos, con el mismo nivel de compromiso. Casi siempre tenemos la idea de que nuestro negocio no avanza porque no contamos con el capital suficiente, y aunque éste puede ser un factor importante —pues entre más inversión hagamos, mayor será el crecimiento de nuestro negocio—, también es cierto que la inmensa mayoría de los emprendedores que lograron crear grandes fortunas empezaron sin un solo centavo. No importa con qué capital cuentes, si empiezas a dar los pasos correctos, comenzarás a recorrer el camino de la prosperidad. Amasar una fortuna es parte de este proceso y resultado de llevar a cabo con mesura los procedimientos necesarios. Tal vez seas terriblemente pobre, tus finanzas estén por los suelos y te sientas ahogado en deudas. También es posible que no tengas amigos influyentes o bienes en los que puedas apoyarte para comenzar un negocio, pero si sigues el procedimiento como se explica aquí, empezarás a adquirir fortuna, ya que las mismas acciones con las que otros han generado riqueza te servirán para lograr tus objetivos. Si no tienes dinero para comenzar a invertir, seguramente lo conseguirás. Si te encuentras en un negocio o profesión que no te gustan, puedes cambiar. Si crees que no estás en el sitio correcto, reubícate y encuentra la ruta que te interesa. No creas que hasta que experimentes dicho cambio podrás empezar a triunfar. Tu éxito comenzará a partir de que hagas lo necesario para lograr el éxito y la prosperidad.

Desde ese momento comenzarás a ubicar las actividades que prefieres llevar a cabo con el fin de revitalizar tus finanzas y obtener riqueza.

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71 s. 2 illüstrasyon
ISBN:
9786074575163
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