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LOS ANTROPÓLOGOS JÓVENES SON QUIENES TIENEN LOS INGRESOS MÁS BAJOS
De acuerdo con los datos de la Encuesta, hay una fuerte correlación entre la edad y el nivel de ingreso: a mayor edad los ingresos son mucho más altos.
CUADRO 7
INGRESOS MENSUALES EN EL EMPLEO ACTUAL POR GRUPOS DE EDAD (PORCENTAJES)
Grupo de edad | Hasta 3 salarios mínimos | 3 a 10 salarios mínimos | Más de 10 salarios mínimos | Total |
23 a 29 años | 69.6 | 30.4 | 0.0 | 100.0 |
30 a 39 años | 31.3 | 53.1 | 15.6 | 100.0 |
40 a 49 años | 16.8 | 52.9 | 30.3 | 100.0 |
50 a 59 años | 5.1 | 43.6 | 51.3 | 100.0 |
60 a 69 años | 8.2 | 16.3 | 75.5 | 100.0 |
70 años y más | 0.0 | 20.0 | 80.0 | 100.0 |
FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).
Se observa de manera clara que los ingresos de los antropólogos más jóvenes son, en la mayoría de los casos, más bajos que los de los antropólogos de mayor edad. Los ingresos mensuales de los antropólogos menores de 40 años son sumamente bajos: 42.4% perciben hasta tres salarios mínimos mensuales (menos de $6,600) y 46.5% ganan entre tres y diez salarios mínimos (entre $6,600 y $22,000). Sólo 11.1% de ellos ganan más de diez salarios mínimos (más de $22,000) y ninguno gana más de 20 salarios mínimos (más de $44,000). Esto contrasta con los ingresos de quienes tienen 60 años y más: únicamen te 6.8% de ellos ganan menos de tres salarios mínimos y sólo 16.7% ganan entre tres y diez salarios mínimos, mientras que más de tres cuartas partes (76.3%) tienen ingresos superiores a diez salarios míni mos. Incluso la tercera parte de ese grupo de edad (32.7%) gana más de 20 salarios mínimos. La generación intermedia, que tiene entre 40 y 59 años, también está en una situación intermedia en cuanto a ingresos: sólo 12.2% percibe hasta tres salarios mínimos mensuales, la mitad (49.2%) gana entre tres y diez salarios mínimos y 38.6% gana más de diez salarios mínimos.
Un dato que sobresale es que los ingresos de los menores de 30 años son bajísimos: 69.6% gana hasta tres salarios mínimos, 30.4% gana entre tres y diez salarios mínimos y ninguno gana más de diez salarios mínimos. Es cierto que muchos de ellos todavía están estudiando y/o viven con sus padres, pero de cualquier manera se trata de remuneraciones muy reducidas. Con ingresos tan bajos es muy difícil que alcancen a pagar todos sus gastos. No podrían sostener una vivienda propia ni mantener una familia, a menos que lo hagan en condiciones muy precarias. Entre los que tienen entre 30 y 40 años, un poco más de la mitad (53.1%) percibe entre tres y diez salarios mínimos, 31.3% gana menos de tres salarios mínimos y sólo 15.6% gana más de diez salarios mínimos. La mayoría de ellos tienen ingresos que pueden ser suficientes para el sostenimiento de un adulto, pero que serían limitados para mantener hijos, para adquirir una vivienda propia o para afrontar gastos mayores (cabe recordar que 35% del grupo de edad entre 30 y 39 años tienen dependientes económicos). El grupo que está entre 40 y 49 años se encuentra en una situación similar, sólo un poco mejor: 52.9% gana entre tres y diez salarios mínimos, 30.3% ganan más de diez salarios mínimos y 16.8% gana más de diez salarios mínimos. Este grupo de edad enfrenta muchas presiones económicas, porque 69.4% de ellos tienen dependientes económicos. Es sólo a partir del grupo de edad de 50 a 59 años en donde se observa que la mayoría percibe ingresos que pueden considerarse altos en el contexto mexicano: 51.3% de ellos gana más de diez salarios mínimos mensuales, situación en la que se encuentran 75.5% de quienes tienen entre 60 y 69 años y 80% de los antropólogos mayores de 70 años.
Si se calculan los ingresos promedio de cada grupo de edad se obtiene la siguiente gráfica, que muestra cómo los ingresos aumentan con la edad, pasando de un promedio de $5,942 mensuales para el grupo más joven (23 a 29 años) hasta $39,600 mensuales para el gru po de 70 años y más. Las brechas son muy grandes, ya que los ma yo res de 70 años ganan casi siete veces lo que ganan los antropólogos más jóvenes y el doble de lo que ganan quienes tienen entre 40 y 49 años.
GRÁFICA 3
INGRESOS MENSUALES PROMEDIO POR GRUPOS DE EDAD
FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).
¿Qué conclusiones se derivan de estos datos sobre la relación entre la edad y los ingresos?
En primer lugar, casi todos los estudios sobre trayectorias laborales, tanto entre profesionistas como los realizados sobre otras ocupaciones, muestran una correlación positiva entre edad y nivel de ingreso, es decir, que los ingresos van aumentando con la edad. Esto tiene cierta lógica, ya que a lo largo de su vida laboral las personas van sumando escolaridad, calificación, experiencia, contactos, oportunidades, antigüedad y otros elementos que implican mayores ingresos. No debe sorprender que los antropólogos de mayor edad tengan mayores ingresos que los más jóvenes. Lo que es llamativo es que las brechas entre grupos de edad sean tan grandes, ya que mientras que tres cuartas partes de los antropólogos mayores de 60 años ganan más de diez salarios mínimos, sólo 11.1% de los menores de 40 años tienen esos ingresos.
En segundo lugar, la antropología en México parece ser una profesión cuyas generaciones mayores han podido alcanzar ingresos relativamente altos. Los que tienen entre 60 y 69 años tienen ingresos mensuales promedio de más de $36,524 y los mayores de 70 reciben ingresos mensuales de casi $40,000 en promedio ($39,600). Como se dijo antes, más de tres cuartas partes de los mayores de 60 años gana más de diez salarios mínimos y 27.1% gana más de 20 salarios mínimos, es decir, más de $44,000. La mayoría de los antropólogos de esa generación tiene ingresos superiores a dos mil dólares mensuales. No son comunes en esta profesión los ingresos altísi mos que llegan a obtener algunos médicos, abogados, arquitectos o administradores de empresas, pero como gremio en su conjunto los antro pólogos de las generaciones mayores han alcanzado ingresos dig nos. Esto tiene que ver con las “crisis de éxito” que experimentó la antropología en México en las últimas décadas del siglo XX y con el hecho de que muchos integrantes de esas generaciones pudieron ac ceder a empleos permanentes en el sector público y, sobre todo, en el sector académico. Este éxito no sólo fue económico, la antropología en el país también ha tenido un prestigio académico y se ha consolidado como una opción muy interesante y atractiva para nuevas generaciones. Paradójicamente, este buen desempeño llevó a un cre cimiento muy acelerado en el número de antropólogos, quienes son muy necesarios para estudiar y enfrentar diversas problemáticas sociales en el país, pero no han encontrado las mismas oportunidades laborales que generaciones anteriores.
La pregunta clave es si con el tiempo las generaciones más jóvenes van a alcanzar los ingresos que hoy tienen los antropólogos de mayor edad. Sería deseable, pero hay señales que indican que eso no va a ocurrir de manera automática. Por un lado, porque las generaciones mayores tienden a diferir y postergar lo más posible la jubilación, ya que suelen tener ingresos altos mientras estén en activo, pero sus ingresos disminuirían drásticamente al jubilarse, en particular si sólo tienen la pensión jubilatoria del ISSSTE, cuyo tope es de diez Unidades de Medida y Actualización (UMA) mensuales. La postergación de la jubilación bloquea el recambio generacional y dificulta que las nuevas cohortes accedan a puestos definitivos y bien pagados. Por otro lado, parece que las desventajas laborales entre grupos de edad se presentan desde el inicio de las trayectorias laborales, como se mostrará a continuación.
El cuadro 8 muestra los ingresos que se tuvieron en el primer empleo al salir de la licenciatura para diferentes grupos de edad. Lo interesante de este cuadro es que compara los ingresos de los distintos grupos de edad en un momento similar de su trayectoria laboral, a diferencia de cuadros anteriores que comparaban los ingresos de personas que estaban en momentos muy distintos de su carrera (por ejemplo, un recién egresado de licenciatura de 25 años frente a una persona de 60 años, con doctorado y más de 30 años de experiencia laboral). Ahora se trata de comparar los ingresos de todos al momento de obtener su primer empleo al salir de la licenciatura.
CUADRO 8
INGRESOS MENSUALES EN EL PRIMER EMPLEO AL SALIR DE LA LICENCIATURA, POR GRUPOS DE EDAD (PORCENTAJES)
Edad | Hasta 3 salarios mínimos | 3 a 10 salarios mínimos | Más de 10 salarios mínimos | Total |
20 a 29 años | 78.3 | 21.7 | 0.0 | 100.0 |
30 a 39 años | 72.8 | 26.4 | 0.8 | 100.0 |
40 a 49 años | 66.1 | 31.4 | 2.5 | 100.0 |
50 a 59 años | 61.7 | 37.0 | 1.2 | 100.0 |
60 años y más | 49.2 | 42.6 | 8.2 | 100.0 |
FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).
Se observa que al egresar de la licenciatura los más jóvenes tuvieron ingresos más bajos que los mayores: 78.3% del grupo de 20 a 29 años y 72.8% del grupo de 30 a 39 años tuvieron ingresos menores a tres salarios mínimos, mientras que esa proporción va descendiendo hasta llegar a sólo 49.2% en el grupo de 60 años y más. También se aprecia que entre los menores de 40 años es excepcional tener ingresos mayores a diez salarios mínimos en el primer empleo después de haber salido de la licenciatura: sólo dos personas de 352 estuvieron en esa situación (0.6%). El grupo de edad que tuvo mejores ingresos al salir de la licenciatura es el de 60 años y más: sólo 49.2% tuvieron ingresos menores a tres salarios mínimos, 42.6% ganaban entre tres y diez salarios mínimos e incluso 8.2% ganaban más de diez salarios mínimos. Estamos hablando de personas que nacieron antes de 1957, que iniciaron sus trayectorias laborales entre los años sesenta y principios de los años ochenta, cuando había muy pocos antropólogos en el país, antes de las crisis y de la aplicación de políticas neoliberales.
CUADRO 9
INGRESOS MENSUALES EN EL PRIMER EMPLEO AL SALIR DEL POSGRADO, POR GRUPOS DE EDAD
Edad | Hasta 3 salarios mínimos | 3 a 10 salarios mínimos | Más de 10 salarios mínimos | Total |
20 a 29 años | 72.7 | 27.3 | 0.0 | 100.0 |
30 a 39 años | 38.6 | 55.6 | 5.8 | 100.0 |
40 a 49 años | 28.4 | 57.8 | 13.8 | 100.0 |
50 a 59 años | 16.9 | 72.3 | 10.8 | 100.0 |
60 años y más | 17.0 | 54.7 | 28.3 | 100.0 |
FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).
Por lo que toca a los ingresos en el primer empleo al salir del posgrado, nuevamente el grupo de 60 años y más fue el que tuvo mayores ingresos: 28.3% ganaba más de diez salarios mínimos. En contraste, es muy llamativo que la generación más joven, los menores de 30 años, siguen teniendo ingresos muy bajos a pesar de contar con un posgrado: 72.7% ganaban menos de tres salarios mínimos y ninguno ganaba más de diez salarios mínimos. Dicho de otra manera, al salir del posgrado casi tres cuartas partes de los antropólogos menores de 30 años obtienen empleos en los que ganan menos de $6,600, que es un ingreso menor al que reciben muchos trabajadores no calificados y similar al que obtienen en promedio quienes sólo estudiaron hasta el nivel de educación media superior. En el momento actual para un antropólogo joven es muy difícil encontrar un empleo con un sa lario digno, aún y cuando haya estudiado una maestría. Sin embargo, hay fuertes estímulos para estudiar posgrados, porque las becas de posgrado de Conacyt representan ingresos mensuales superiores a lo que podría obtener un antropólogo joven que recién se incorpora al mer cado de trabajo: en 2016 las becas de doctorado de Conacyt eran de $13,247.20 mensuales y las de maestría eran de $9,860.40 mensuales.
Lo que sugieren estos datos es que las generaciones más jóvenes de antropólogos tienen ingresos más bajos que los de mayor edad en todas las fases de sus trayectorias laborales. Arrancaron sus carreras en condiciones más precarias y las desventajas se mantienen a lo largo del tiempo. Esto se muestra en la gráfica 4.
Cada línea de la gráfica representa a uno de los grupos de edad. La línea inferior es la de los más jóvenes, de 23 a 39 años. Es una línea casi horizontal: ganaban poco al salir de la licenciatura, aumentaron un poco sus ingresos al salir del posgrado y ganan un poco más en su empleo actual, pero en todas las fases de su carrera laboral ganan menos que las generaciones anteriores. Es cierto que sus trayectorias laborales aún son muy cortas, pero arrancaron en desventaja desde el principio. En contraste, el grupo de 60 años y más tuvo ingresos mayores desde el principio y han aumentado bastante a lo largo de su trayectoria, la línea es una diagonal claramente ascendente El punto de partida de la carrera laboral no ha sido parejo: en el primer trabajo después de salir de la licenciatura los antropólogos más jóvenes (de 23 a 39 años) ganaban en promedio sólo $5,528, frente a $6,453 que ganaba al salir de la licenciatura el grupo de 40 a 59 años y $9,792 el de 60 años y más. En el primer trabajo al salir del posgrado también hubo enormes diferencias: los de 23 a 39 años ganaban sólo $9,751, frente a $13,491 del grupo de 40 a 59 años y $18,534 del grupo de 60 años y más. Con el tiempo cada cohorte va aumentando sus in gresos, pero los más jóvenes comenzaron a trabajar en una posición más difícil y no logran remontar las desventajas a lo largo de sus carreras laborales. No se trata de diferencias de ingresos que corresponden a diferentes etapas de trayectorias laborales similares, sino de trayectorias que son muy distintas desde el comienzo, con desigualdad estructural en las oportunidades laborales que han tenido las diferen tes generaciones. La tendencia no es a que las líneas confluyan, sino a que las brechas se mantengan o incluso se profundicen.
GRÁFICA 4
EVOLUCIÓN DE LOS INGRESOS PROMEDIO DE LOS ANTROPÓLOGOS EN TRES MOMENTOS DE SUS TRAYECTORIAS LABORALES, POR GRUPOS DE EDAD
FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).
Intersección de edad, género, origen social y nivel de estudios. En el análisis de la desigualdad resulta muy revelador observar cómo se entrelazan la clase social, el género y el origen étnico, como lo sugiere el concepto de interseccionalidad (Collins, 2015; Crenshaw, 1991). También hay que considerar el papel que desempeñan la educación alcanzada y su relación con el origen social (Blanco, 2011; Bourdieu, 1988). ¿Todos los antropólogos jóvenes están en situaciones precarias o entre ellos hay disparidades que tienen que ver con el origen social, la escolaridad o el género? ¿Qué combinaciones de factores son las más desventajosas? ¿Ser joven y ser mujer o ser joven y tener un origen social más modesto? ¿Estudiar un posgrado ofrece mejores oportunidades a los antropólogos más jóvenes o esto sólo era válido para generaciones previas? ¿Las desigualdades relacionadas con el género se han mantenido con el paso del tiempo o han disminuido en las cohortes más jóvenes?
Para tratar de responder a las preguntas anteriores se analizarán tres cuadros en los que la variable ingreso mensual se cruza con la variable género, escolaridad del padre y nivel de estudios alcanzado por el antropólogo.
CUADRO 10
INGRESOS MENSUALES DE LAS ANTROPÓLOGAS Y LOS ANTROPÓLOGOS MENORES DE 40 AÑOS (PORCENTAJES)
Género | Hasta 3 salarios mínimos | De 3 a 10 salarios mínimos | Más de 10 salarios mínimos | Total |
Hombres | 38.7 | 52.9 | 8.4 | 100.0 |
Mujeres | 44.6 | 42.6 | 12.8 | 100.0 |
FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).
Entre los antropólogos menores de 40 años se observan tendencias contrapuestas en lo que se refiere a ingresos por género. Por un lado, es mayor la proporción de mujeres que tiene ingresos bajos, de hasta tres salarios mínimos: 44.6% de las mujeres se encuentran en esa situación frente a sólo 38.7% de los hombres. Se trata aquí de un sector muy vulnerable, el de las antropólogas jóvenes con bajos ingresos. Sin embargo, la tendencia es distinta en la franja que tiene ingresos su periores a los diez salarios mínimos, porque sólo 8.4% de los hombres obtienen este ingreso frente a 12.8% de las mujeres. Dicho de otra manera, en la generación de 23 a 39 años las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de alcanzar los ingresos más altos. Parece ser que en la generación más joven las mujeres están en desventaja frente a los hombres en el sector de bajos ingresos, pero están en mejor situación en el pequeño sector de ingresos altos. Es probable que esta última ventaja se deba a una combinación de factores que incluyen también el origen social y el nivel de estudios alcanzado, como se verá más adelante.
El cuadro 11 muestra la incidencia del origen social (medido por la escolaridad del padre) sobre los ingresos de los antropólogos jóvenes.
CUADRO 11
INGRESOS MENSUALES DE LOS ANTROPÓLOGOS MENORES DE 40 AÑOS SEGÚN ESCOLARIDAD DEL PADRE (PORCENTAJES)
Escolaridad del padre | Hasta 3 salarios mínimos | De 3 a 10 salarios mínimos | Más de 10 salarios mínimos | Total |
Hasta secundaria | 54.3 | 38.3 | 7.4 | 100.0 |
Mayor a secundaria | 37.4 | 50.0 | 12.6 | 100.0 |
FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).
En este caso la intersección de los factores es mucho más clara y unidireccional. Los hijos de padres que estudiaron más allá de la secundaria tienen mayores probabilidades de obtener ingresos más altos que el resto. Si se observa la franja de ingresos bajos (quienes ganan hasta tres salarios mínimos) se verá que es más frecuente que se encuentren en este sector los hijos de padres con menor escolaridad: más de la mitad (54.3%) de quienes tienen menos de 40 años y son hijos de padres que estudiaron secundaria o menos ganan tres salarios mínimos o menos. Esto sugiere que hay una fuerte tendencia a la reproduc ción intergeneracional de la clase social, que la mayoría de los antropólogos jóvenes con orígenes sociales modestos perciben salarios muy bajos. La situación laboral de los antropólogos jóvenes en México es difícil, pero la vulnerabilidad y la precariedad son mayores para quienes provienen de familias con menor capital educativo.
El nivel de estudios que alcanzan los antropólogos tiene una incidencia muy fuerte sobre sus ingresos, como muestra el cuadro 12.
CUADRO 12
INGRESOS MENSUALES DE LOS ANTROPÓLOGOS MENORES DE 40 AÑOS SEGÚN NIVEL DE ESTUDIOS (PORCENTAJES)
Máximo nivel de estudios | Hasta 3 salarios mínimos | De 3 a 10 salarios mínimos | Más de 10 salarios mínimos | Total |
Licenciatura o maestría | 47.1 | 44.6 | 8.3 | 100.0 |
Doctorado | 27.0 | 52.7 | 20.2 | 100.0 |
FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).
La intersección entre edad y nivel de estudios es clara e incluso más decisiva que el origen social. El nivel de estudios es un determinante crucial de los ingresos, ya que quienes estudiaron doctorado tienen probabilidades mucho mayores de tener ingresos más altos que quienes sólo estudiaron licenciatura o maestría. Entre los antropólogos menores de 40 años casi la mitad (47.1%) de los que sólo estudiaron licenciatura o maestría gana hasta tres salarios mínimos, mientras que sólo 27% de quienes estudiaron doctorado están en esa situación. Con el doctorado es más probable tener mayores: 20.2% de quienes alcanzaron ese nivel de estudios ganan más de diez salarios mínimos, mientras que sólo 8.3% de quienes no estudiaron doctorado obtienen esos ingresos.
La intersección de la edad con el nivel de estudios resalta si se compara a los antropólogos mayores de 60 años con doctorado con los antropólogos menores de 40 años que sólo han estudiado hasta licenciatura. En el primer grupo, el de los doctores de 60 años y más, 83.3% gana más de diez salarios mínimos y sólo 2.8% gana hasta tres salarios mínimos. Se trata de un grupo bastante homogéneo, en el que la inmensa mayoría tiene ingresos dignos. En contraste, en el grupo de menores de 40 años que sólo ha estudiado hasta licenciatura la inmensa mayoría (93.1%) gana menos de diez salarios mínimos y sólo 6.9% gana más de diez salarios mínimos. Un antropólogo de 60 años o más con doctorado tiene 12 veces más posibilidades de ganar más de diez salarios mínimos que un antropólogo menor de 40 años que sólo estudió licenciatura (83.3% frente a 6.9%). Visto desde el sector de bajos ingresos, un antropólogo menor de 40 años con licenciatura tiene 19 veces más probabilidades de ganar tres salarios mínimos o menos que uno de 60 años o más con doctorado (53.4% frente a 2.8%). La intersección de edad con nivel de estudios es la que genera mayores desigualdades en el ingreso entre los antropólogos. Hay que recordar que el nivel de estudios también está relacionado con la clase social.
Puede concluirse que la intersección de distintos factores produce una acumulación de ventajas y desventajas, la combinación del género, el origen social, el nivel de estudios y la edad dan lugar a asimetrías significativas. La edad es el factor que mayores diferencias produce, porque en las últimas décadas ha habido profundas transformaciones en el mercado de trabajo de la antropología, que han provocado que los antropólogos más jóvenes enfrenten incertidumbre, inseguridad y precariedad laboral en todas las fases de sus trayectorias laborales. La ge neración más joven de antropólogos es muy heterogénea en cuanto a su origen social y eso incide en la disparidad de sus ingresos. Provenir de una familia con baja escolaridad es una desventaja que incide en los ingresos que se obtienen. Tener estudios de doctorado aumenta las probabilidades de ganar más de diez salarios mínimos en todos los grupos de edad. Ser mujer o ser hijo de padre con poca escolaridad son desventajas que se llegan a neutralizar o incluso a revertir en algunos grupos de edad, pero tener un doctorado parece ser una ventaja en todas las generaciones. Sin embargo, la probabilidad de tener un ingreso mayor gracias al doctorado es más elevada entre los menores de 40 años (2.43%) que entre quienes tienen de 40 a 59 años (2.06%) o entre los de 60 años y más (1.28%). Esto probablemente indique que para los más jóvenes hay muy pocas oportunidades de obtener empleos con ingresos altos y que la mayor parte de esos empleos bien pagados los obtienen quienes han estudiado el doctorado. La genera ción joven no sólo enfrenta condiciones laborales muy adversas, también es una generación heterogénea y fragmentada, con pocas oportunidades, en la que el origen de clase y el nivel de estudios influyen mucho en las probabilidades de obtener mejores condiciones laborales.
La maestría ya no garantiza altos ingresos, el doctorado sí, pero ¿por cuánto tiempo? Un dato muy interesante que aportó la Encuesta es que las diferencias en la situación laboral no son muy grandes entre quienes estudiaron licenciatura o maestría, mientras que son muy marcadas entre quienes estudiaron doctorado y el resto. Incluyendo a los antropólogos de todas las edades, quienes sólo han estudiado licenciatura ganan en promedio $12,051 mensuales, los que han estudiado hasta maestría ganan $13,757 al mes y quienes estudiaron un doctorado ganan $25,165. Es mínima la diferencia de ingresos entre quienes sólo tienen licenciatura y quienes tienen maestría. Es una divergencia de sólo $1,706 al mes, quienes estudiaron hasta maestría ganan sólo 14.1% más que los que estudiaron licenciatura. En cambio, los ingresos de quienes estudiaron doctorado son muy superiores, ya que ganan más del doble de lo que perciben quienes estudiaron licenciatura y 82.9% más de lo que ganan quienes estudiaron una maestría. Estudiar una licenciatura o una maestría no parecen ser suficientes para obtener un trabajo bien remunerado, ya que 44.2% de quienes tienen sólo licenciatura ganan menos de tres salarios mínimos y 30.5% de los que estudiaron una maestría están en la misma situación. En contraste, de quienes estudiaron un doctorado sólo 14.8% ganan menos de tres salarios mínimos. La divergencia también se ve en la franja de ingresos altos: sólo 14.4% de los que estudiaron hasta licenciatura y 16.2% de los que estudiaron maestría ganan más de diez salarios mínimos, mientras que 44.3% de los que estudiaron doctorado obtienen esos ingresos. Esto sugiere se ha producido un cambio significativo en el mercado de trabajo de la antropología en México. En los años setenta bastaba tener una licenciatura para conseguir un buen trabajo. Todavía hasta los años noventa quienes habían estudiado una maestría tenían altas probabilidades de conseguir un empleo bien remunerado. En el presente siglo ni siquiera una maestría garantiza un ingreso muy superior al que obtienen quienes han estudiado licenciatura. Sólo quienes han estudiado doctorado logran un aumento significativo en sus ingresos y acceden a buenas condiciones de trabajo. Se trata de un claro ejemplo de una rápida devaluación de las credenciales educativas. En un lapso de menos de 30 años la licenciatura y la maestría perdieron muchas de las ventajas que ofrecían en el pasado. Dado el rápido incremento de la matrícula de doctorado es probable que, dentro de pocos años, incluso los egre sados de este nivel experimenten una disminución en sus ingresos. De hecho, los antropólogos recién egresados del doctorado ya están enfrentando muchas dificultades para la obtención de buenos empleos en el campo de la antropología.