Kitabı oku: «Perspectivas Críticas de la Contabilidad Contemporánea», sayfa 15
Si la información social es una institución de legitimación, el contexto en el que se produce influye, de manera importante, en la forma y contenido de lo divulgado. La contabilidad y la información divulgada no podrán ser pensadas por fuera de su contexto social e histórico, debido a la influencia que el contexto ejerce sobre esta. A partir de ello, se puede afirmar que la teoría de la legitimidad (TL de aquí en adelante) está íntimamente ligada con el contexto, convirtiéndose en un marco válido para el análisis de la información divulgada desde una perspectiva institucional.
Sin embargo, y aceptando la condición ontológica de la TL, Gray et al. (2009) subrayan la amplitud del campo investigativo sobre los diferentes enfoques teóricos, debido a que la falta de un cuerpo teórico robusto y consistente con la práctica administrativa, no ha permitido llegar a acuerdos entre los investigadores. Los autores proponen iniciar el trabajo de estructuración de la teoría, desde un análisis de las cosmovisiones del mundo, configuradas según los cambios sociales y políticos del contexto (Figura 1).
Figura 1. Cosmovisiones del mundo según Gray et al. (2009)
Fuente: elaboración propia sobre la base de Gray et al. (2009).
Los autores parten de dos estructuras heurísticas que vinculan las prácticas de divulgación de información con las cosmovisiones del mundo. Según esta idea, la contabilidad social y la divulgación de información obedecen a los cambios en el contexto, a los valores de los individuos y a las urgencias (riesgos) de las organizaciones6. En este sentido, los jugadores en la escena social condicionan la estructura y el contenido de dicha información, dependiendo de su poder económico, el cual, a su vez, supone un poder político y social con efectos sobre la información divulgada.
La primera estructura heurística está relacionada con el nivel de la teoría. Según esta, existe la meta-teoría, la meso-teoría y la micro-teoría. La segunda estructura se relaciona con cuatro metáforas propuestas por los autores: a) la política-sociológica; b) la económica-racionalista; c) la biológica; y d) otras (Figura 2). Según los autores, dichas metáforas, al igual que las cosmovisiones, han sido diseñadas por conveniencia, pero se ajustan a la manera como las organizaciones se explican a sí mismas y a sus procesos.
Figura 2. Metáforas explicativas de la dinámica de la divulgación de información sobre responsabilidad social
Fuente: elaboración propia con base en Gray et al., (2009).
Cada metáfora engloba una o varias cosmovisiones del mundo (Tabla 1), contando en su momento con un representante que ha logrado imponerse como agente de esta metáfora y, además, de esa cosmovisión del mundo.
La meta-teoría se refiere al marco teórico que involucra la explicación de los elementos que influyen en la estructura de la sociedad, la economía y la cultura. La meso-teoría es un nivel medio, en el que se hace la observación y explicación de las instituciones sociales. Y, por último, la micro-teoría hace referencia a las organizaciones. Esta se divide en tres niveles: la organización, su comportamiento interno y el individuo. Cada nivel de la teoría es estudiado por diferentes autores, desde una metáfora diferente. Así, por ejemplo, la biológica parte de la noción de sistemas, para explicar la capacidad que tienen las organizaciones de adaptarse y transformarse, de acuerdo con las circunstancias del entorno (está alineada con la visión de los ecologistas radicales y los ecologistas sociales).
Por otro lado, la metáfora política-sociológica recoge las teorías que basan sus explicaciones en el poder de los flujos y el lenguaje (responde a las cosmovisiones del mundo, según el contrato social y la visión socialista). La económica-racionalista está relacionada con las teorías del racionalismo científico y el positivismo manifestado en la economía neoclásica, las finanzas y en áreas como la gestión científica (se relaciona con la visión del capitalismo puro y el interés propio). En la metáfora llamada “otras”, se clasifican aquellas corrientes que no se ajustan fácilmente a las otras tres y que, en ocasiones, pueden compartir alguna cosmovisión del mundo incluida en las otras tres metáforas, pero con características distintivas, como lo son el feminismo radical o el posmodernismo con su poder de exacerbar el individualismo.
Analizando la propuesta de Gray et al. (2009), lo que se puede deducir es que la utilización de una teoría depende, en gran medida, de la posición del autor, sus valores, creencias y cultura; es decir, de su visión del mundo, además del contexto sociopolítico imperante.
Tabla 1. Clasificación de las teorías en contabilidad social
Fuente: elaboración propia con base en Gray et al. (2009)
Para un economista-racionalista, caracterizado por una postura enmarcada en los principios del capitalismo, es decir, de la acumulación de riqueza, la contabilidad social y, por lo tanto, la información sobre responsabilidad social obedece a un criterio financiero-económico de utilidad. Para un político-sociológico, lo que influirá en la apreciación de la contabilidad social serán las relaciones de poder imperantes. Mientras que, para un teórico ubicado desde la metáfora biológica, su posición estará centrada en las relaciones de las partes como un sistema y, en este sentido, si la contabilidad social y la información suministrada por esta ejerce un cambio en las partes, será tenida en cuenta como un elemento más del sistema.
Algunas de las teorías pueden compartir metáforas, según se analicen a nivel macro, meso o micro. Sin embargo, la clasificación aporta elementos para explicar el comportamiento de las empresas frente a la comunicación con sus grupos de interés y, además, permite explicar el comportamiento y las expectativas de estos grupos según los cambios en el contexto. Por otro lado, la propuesta sugiere que el nivel de estudio condiciona el uso de uno u otro nivel teórico. Si el análisis se realiza desde la estructura interna de la organización, no podrá hacerse desde la macro-teoría, ya que este análisis deberá involucrar variables internas. Ahora bien, en determinados casos, las variables internas y externas se cruzan y condicionan.
En muchos casos, la utilización de los ejes teóricos, en los diferentes trabajos de investigación, ha carecido de un análisis previo del contexto. Como consecuencia de ello, las explicaciones sobre los factores influyentes en la divulgación de información suelen quedarse cortos o estar plagados de impresiones y de paradigmas errados. En América Latina, por ejemplo, el contexto está influenciado por agentes foráneos, pues las empresas dominantes en la economía de la región son, por lo general, conglomerados multinacionales con capacidad de imponer sus políticas en las compañías subsidiarias, y de persuadirlas para homogenizar su comportamiento, de acuerdo con los parámetros establecidos por la casa matriz (Araya, 2006).
En este sentido, por ejemplo, tomar como eje teórico la teoría de los stakeholders o la de la legitimidad, sin involucrar las particularidades del contexto económico, político y social y sin reconocer la estructura institucional, puede llevar a resultados erróneos sobre la situación de la RSE y de la divulgación de información. Además, cada una de estas teorías puede responder a un esquema determinado de pensamiento, lo cual invalida su generalización.
Dentro de esta diversidad de pensamiento, la teoría de la economía política puede ser el marco conceptual que mejor explica el fenómeno divulgativo de las empresas. En este se explican y engloban los paradigmas y las metáforas expuestas y, a través de él, se puede entender la contabilidad, en general, y la contabilidad social, en particular, como un fenómeno social, y no solo como un instrumento técnico de comunicación. Desde la teoría de la economía política, la contabilidad adquiere la característica de ser una construcción dinámica, dialéctica e histórica.
Estos elementos permiten afirmar que la contabilidad y la divulgación de información cambian, se reinventan y se rediseñan, de acuerdo con la realidad económica, política y social, así como según los intereses de los jugadores con mayor peso en la escena económica. Así pues, la fuerza de las instituciones y el modelo económico imperante serán los que definan la estructura y el alcance de la información divulgada. En este sentido, la explicación deberá ir más allá de los efectos económicos que pueda tener la información en el mercado, y en relación de fuerza de los jugadores y las posibilidades de los grupos de interés para ejercer presión sobre las corporaciones. Por lo tanto, el sistema económico y político imperante también es determinante como fuerza explicativa en el análisis del fenómeno de la divulgación. La evolución histórica de la divulgación así lo ha demostrado (Tabla 2).
Cada urgencia social determina la agenda y, esta, a su vez, define el contenido de la información divulgada. A partir de ello, podemos observar, por ejemplo, que al hacerse evidente el daño medioambiental producido por las empresas, los informes sociales han nutrido su contenido con tales asuntos. De la misma manera, entre mayor presión hacen los consumidores, mayor es el nivel de información sobre asuntos de su interés; y, entre más profunda sea la crisis económica, mayor será la presión sobre la contabilidad y la información divulgada. Una cuestión de segundo plano, pero no menos importante, será si esta información es veraz, real, oportuna y completa. Si responde a las expectativas de los grupos de interés o si, simplemente, a partir de su utilización como mecanismo de comunicación, legitima las instancias de poder y perpetúa el estatu quo blindado con la bendición del rey mercado.
Tabla 2. Evolución de la información sobre responsabilidad social
Periodo | Información | Características |
1970-80 | Auditoría Social (Abt) | Informe financiero de impactos medioambientales. |
Balance social (Banco Bilbao) | Información sobre aspectos de interés para interlocutores de la organización. | |
1980-90 | Información social o medioambiental | Datos suministrados en los informes anuales de las organizaciones. |
1990-2000 | Informes medioambientales | Informes resultantes de la implantación de sistemas de gestión medioambiental. |
Información financiera medioambiental | Normas de contabilidad sobre aspectos medioambientales. | |
2000-2009 | Reportes sociales y medioambientales | Los informes que incluyan las dimensiones económica, social y ambiental de la organización. |
2010-20-- | Informe integrado | La información sobre asuntos sociales y medioambientales (información sobre RSC) se integra a la memoria anual. |
Fuente: elaboración propia.
El uso de la teoría de la economía política para explicar el fenómeno no está exento de críticas. Estas van en dos vías: la primera propone que, al no ser una teoría propia de la disciplina, funciona como una construcción acomodada y ajustada a la información corporativa para tratar de explicarla, pero no responde a un cuerpo conceptual riguroso desde el punto de vista administrativo. Por otro lado, desde el punto de vista tecnocrático, asume funciones inherentes al Estado, como consecuencia de la aceptación de la nueva dinámica del mercado (Figura 3).
Figura 3. Esquema gráfico de las críticas a la teoría de la economía política en contabilidad
Fuente: elaboración propia con base en Gray et al. (2009).
De allí surgen los dos elementos adicionales expuestos al inicio: la utilización de la información como lenguaje de legitimación y la aparición de una nueva perspectiva ética ajustada al mercado.
La información social empresarial como lenguaje y como nueva perspectiva ética
Desde la perspectiva del lenguaje surge la pregunta: ¿Para qué y para quién se divulga información? Todo proceso de comunicación configura un mensaje e implica un emisor, un receptor y, además, una intencionalidad, pues a través de este se puede incidir en el sostenimiento del statu quo (Figura 4). La contabilidad, como sistema de información, tiene un carácter discursivo y obedece a dicho principio comunicativo. No se constituye como un simple reporte de hechos económicos (Francis, 1990), pues involucra una postura que se hace explícita a partir de lo que se divulga. En este sentido, la información social, como parte del discurso contable, tiene también el carácter de mensaje. Lo que se dice tiene una intencionalidad manifiesta. Así entonces, el contenido de la retórica contable está cargado de intenciones y es dirigido a un público específico.
Figura 4. El mensaje como instrumento de poder
Fuente: elaboración propia.
A partir de los años noventa, el discurso contable sufrió ciertos cambios y se volcó a mostrar la preocupación de la empresa por el medioambiente y la sostenibilidad, utilizando este último término para resignificar el papel de la información en el contexto empresarial. Tal discurso se volvió muy atractivo para las empresas, pues, a través de él, lograban persuadir al público acerca de su compromiso armonioso y ético con el desarrollo sostenible y con la sostenibilidad del planeta.
Ese discurso está dirigido a establecer en el imaginario, que el consumo puede ser armonioso con la sociedad y la naturaleza, siempre y cuando la empresa demuestre que sus intenciones son buenas, altruistas y comprometidas, ocultando que es el sistema económico y productivo el que va en contra de la sostenibilidad del planeta y de la sociedad. Véase, por ejemplo, el pronunciamiento de algunas empresas frente al tema de la sostenibilidad en su reporte:
Nuestro compromiso con el desarrollo sostenible está directamente relacionado con el de nuestro entorno, aquel que día a día nos ha ayudado a ser lo que somos. Por esto, estamos comprometidos en seguir trabajando en equipo con nuestros grupos de interés [Informe de sostenibilidad Pacific Rubiales, en palabras de su presidente]. (Arata, 2011, p. 4).
El mensaje es claro. Tomamos y devolvemos, todo en armonía con los grupos de interés. Eso significa, en otras palabras, que bajo el modelo imperante las cosas funcionan en reciprocidad con la sociedad: se toman recursos del medio y se devuelven productos a la sociedad. Todos los problemas de sostenibilidad están resueltos bajo este modelo. En conclusión, no hay riesgo de insostenibilidad ni hay irresponsabilidad social. Este es el discurso y la retórica empresarial que se configura como el mensaje contenido en los informes corporativos.
Las imágenes también son formas del lenguaje y estas, más que las palabras, manejan el discurso con la intención de mostrar un comportamiento políticamente correcto. Los informes están plagados de ese tipo de imágenes y, aunque no es la intensión del presente artículo ahondar en el lenguaje semiótico de los informes corporativos, es importante notar cómo las grandes corporaciones han utilizado este lenguaje gráfico como mecanismo de comunicación con los stakeholders. Solo a manera de ejemplo, y volviendo al informe de Pacific Rubiales, en su página principal y con logo del informe sobre sostenibilidad, se presentan datos acerca de una figura que se asemeja a un árbol. Esto se puede interpretar como una intención de mostrar su preocupación por el medioambiente. Así, la mayoría de los informes utilizan ese lenguaje para mostrar su cara más amable, su compromiso y su preocupación por el bienestar de la naturaleza y la humanidad.
Un nuevo enfoque ético
Esta tendencia ha provocado un nuevo enfoque ético (Figura 5) que presenta a las empresas como ciudadanos corporativos éticos, asignándoles nuevas responsabilidades que no deberán asumir solitariamente, sino en conjunto con el Estado y los ciudadanos (estos últimos tienen más responsabilidades que derechos, y menos distribución de dividendos). Esta tendencia exige nuevos modelos de información, reporte y control con el fin de sujetar, consolidar, validar y arraigar el nuevo modelo, homogenizando el discurso entre ciudadanos y empresa. Así sucede, por ejemplo, con los modelos de reporte de indicadores como el GRI, el cual pretende estandarizar la información, a partir del paradigma de la información financiera, para medir y controlar los recursos de la firma.
Figura 5. Estructura del nuevo enfoque ético empresarial
Fuente: elaboración propia.
Esta homogenización busca responder a los intereses de los grandes grupos económicos. La cadena de valor se ve impactada por estos requerimientos, ya que los proveedores, pequeños o grandes, deberán responder a las exigencias de los indicadores y ajustar sus operaciones a las necesidades y requerimientos creados y promovidos por la gran empresa. Al final, todos los participantes de la cadena de valor terminan ajustando sus operaciones a las necesidades de la gran corporación, si quieren permanecer en el mercado. De manera que, sus operaciones, reportes, políticas, esquemas de calidad y de gestión, deben nivelarse a partir de estos nuevos modelos y paradigmas (Figura 6).
Figura 6. Estructura de las nuevas exigencias en el modelo de sostenibilidad
Fuente: elaboración propia.
Así, este nuevo enfoque ético genera nuevas exigencias, construye nuevos valores, propone otras realidades y legitima estilos de vida creados y refinados por el mercado y el consumo. Al final del camino, el objetivo es consolidar la ansiada reputación corporativa, a la cual se le da valor financiero, considerándola como un activo intangible. La reflexión final girará en torno a los elementos que construyen esta reputación, pues si el lenguaje utilizado en los informes es retórico y carece de sustento real, preocupa pensar que mediante esta dinámica se pretendan construir estrategias de sostenibilidad.
Reflexión final
Las expresiones divulgativas de las empresas están relacionadas de manera orgánica con las estructuras institucionales, así como con los problemas propios del contexto social y político de las zonas geográficas particulares en donde operan. En este sentido, a través de la información divulgada, las empresas desempeñan un papel normalizador y re modelador no solo de su propia imagen, sino también de los gustos, preferencias y percepciones de los consumidores, utilizando las estructuras y los fundamentos existentes dentro de la sociedad, para reafirmar su existencia e influencia social, lo cual podría ser legítimo o ilegitimo. Dicha remodelación se realiza mediante prácticas comunicativas que dan significado a lo que están haciendo y normalizando, o validan prácticas que pueden ser consideradas como responsables o irresponsables.
El lente teórico desde el cual se expliquen las dinámicas divulgativas de las empresas deberá considerar el contexto social, económico y político bajo el cual funcionan las organizaciones, teniendo en cuenta que la información divulgada no es un mecanismo técnico de información. Y que, por el contrario, la información divulgada, se configura como un mecanismo social con capacidad de moldear y normalizar prácticas que pueden ser ilegítimas o irresponsables, las cuales, legitimadas de esta manera, generan dinámicas económicas insostenibles que, además, afectan el poder de cambio de la sociedad.
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Notas
1 Véase, por ejemplo, el artículo publicado en el diario El Espectador, del 17 de junio de 2012, en el cual la periodista María Elvira Samper llama la atención sobre la ofensiva publicitaria del conglomerado empresarial, con la firme intención de hacer ver que el campo petrolífero, en Puerto Gaitán (Meta), se ha convertido en un “… paraíso donde la gente vive feliz, tiene empleo, educación, salud y un entorno donde proliferan especies de flora y fauna”, gracias a la oportuna y desinteresada intervención de la empresa (Samper, 2012, párr. 1).
2 De acuerdo con North (1968), la teoría de la decisión proporciona un marco racional, para elegir un camino entre varios cursos de acción, cuando se debe tomar una decisión de manera racional. Aplicando dicho concepto a la divulgación de información, los usuarios de la información tomarán sus decisiones basados en la información que brinda la empresa. En este sentido, la empresa tratará de emitir aquella información que favorezca su imagen, evitando así acciones contrarias que lleven a la empresa a enfrentar conflictos con sus grupos de interés.
3 Patten (1992) manifiesta que el tema de la legitimación es permanente en las organizaciones, ya que el carácter dinámico de la sociedad genera cambios permanentes en las fuentes de poder institucional y en las necesidades sociales. Por lo tanto, una organización expuesta, de manera recurrente, a pruebas de legitimidad por parte de los grupos sociales, debe satisfacer sus necesidades no solo con hechos concretos, sino que debe, además, informar claramente sobre sus acciones y el impacto que estas generan.
4 La información presentada no representa un análisis del estado del arte sobre estudios relativos a la revelación de información, pero permite un acercamiento sobre la utilización de la teoría de la legitimidad en el análisis del fenómeno divulgativo de las empresas
5 “La legitimidad es una percepción o un supuesto generalizado de que las acciones de una entidad son deseables, correctas o apropiadas dentro de un sistema socialmente estructurado de normas, valores, creencias y definiciones” (Suchman, 1995, citado en Tilling, 2004, p. 574).
6 El postulado de los autores reconoce que la comunicación social de las empresas está influenciada por los cambios en la política y la economía. Así, el comportamiento de los empresarios dependerá del sistema político –y, por tanto, económico– imperante y los sistemas de información responderán también a estos cambios. De la misma manera, el comportamiento de los diferentes grupos de interés que, a causa de los evidentes desequilibrios sociales y medioambientales, instan a los gobiernos y a las empresas a adoptar un comportamiento más responsable, exigiendo de estos una mayor transparencia. Es, por esto que, para cada cosmovisión del mundo se adoptan comportamientos diferentes y aparecen nuevos grupos de presión social.