Kitabı oku: «Territorios funcionales rural-urbanos en Guatemala», sayfa 10
3.3 Resultados de dinámicas de crecimiento económico, desarrollo humano, inclusión-exclusión social
El análisis de los niveles de PIB per cápita refuerza la importancia general de los TFUR en relación con el TFM y lo demás del país. Los TFUR tienen un nivel de PIB per cápita del 91 % respecto a la media nacional; muy cercano al TFM y significativamente más alto que el PIB per cápita de los demás municipios del país.
De forma similar, el nivel de Índice de Desarrollo Humano (IDH) de los TFUR es casi igual al promedio nacional y muestra convergencia con el TFM y el promedio nacional, y ambos territorios se muestra más bien diferenciados del nivel alcanzado en los demás municipios.
Los hogares de los TFUR están por debajo de la media de pobreza con el 93 %; son más pobres, en promedio que, los del TFM, pero significativamente menos pobres que los demás municipios del país.
Existe una dinámica similar de convergencia entre los niveles de desarrollo humano, el crecimiento económico acumulado reflejado en el PIB per cápita y la pobreza de ingresos de las familias entre los TFUR y el TFM, y de diferenciación de ambos territorios frente a los demás municipios del país. La realidad revelada por estos indicadores es coherente con las dinámicas discutidas de los tejidos empresariales y los mercados laborales de los TFUR.
Tabla 2
Variables respecto a la media nacional (Z) por territorio. El Salvador, 2007
Otra realidad territorial sucede con la desigualdad. En los TFUR existe más desigualdad de ingresos entre los hogares (medido por el índice de Gini) que en el TFM e incluso ligeramente más que en los demás territorios más rurales del país. De alguna forma los TFUR no están respondiendo a un dinamismo igualitario en los ingresos de sus familias, y en este sentido, no escapan de las dinámicas y estructuras generadoras de la desigualdad entre los hogares de El Salvador en su conjunto. Un ejemplo de estas estructuras es la participación nacional de los salarios en el PIB, por debajo del 30 % y la persistencia de un salario real a la baja desde los setenta, realidad nacional que choca frontalmente con un mantenimiento de las ganancias empresariales en el ingreso nacional por encima del 60 % desde los ochenta (UCA, 2016).
Al realizar un análisis más fino, asociando el nivel económico con la pobreza, el IDH y Gini, (33) se revela una paradoja: el crecimiento económico en El Salvador hace que la pobreza disminuya, pero no la desigualdad. ¿Por qué? Para contestar esta pregunta, sería necesario una profundización en el análisis de los indicadores generados de caracterización de los TFUR, los TFM y el resto de municipios del país, en relación con los resultados del análisis del crecimiento económico y la inclusión-exclusión, realizados (ver figuras 4 a 6).
I. Nivel económico y pobreza
La pobreza en el presente análisis no está limitada a cuatro categorías (pobreza baja, moderada, alta y severa), sino que se expresa como una tasa. Como puede verse en la figura 4, a nivel nacional existe una relación inversa entre los niveles económico respecto a la media nacional y de pobreza con relación al promedio nacional. Adicionalmente es importante diferenciar entre los cuatro cuadrantes generados en el análisis para cada tipo de territorio: todo el país, los TFUR, el resto del país (RP) y el TFM. Esto permite distinguir los diferentes impactos del nivel económico en los niveles de pobreza. Siguiendo las manecillas del reloj: el primer cuadrante expresa alto nivel económico con alta pobreza en relación al promedio nacional; el segundo, alto nivel económico con baja pobreza; el tercero bajo nivel económico con baja pobreza y el cuarto bajo nivel económico con alta pobreza. El segundo cuadrante constituye la mejor de las situaciones, es decir, un nivel alto de actividad económica con baja pobreza respecto al promedio nacional, es en este sentido, un cuadrante inclusivo. En las antípodas está el primer cuadrante, el cual, a pesar de tener un nivel relativamente mayor de poder económico, entraña un nivel de pobreza alto.
Aunado a lo anterior, se identifica en la figura 4 que en El Salvador la relación con respecto a la media nacional entre el nivel económico y la pobreza es inversa (pendiente es negativa) y la mayoría de sus municipios están en el cuadrante cuatro, que indican más alta pobreza y más bajo nivel económico en relación al promedio nacional. Esto implica que, si se diera por hecho la existencia de un proceso de crecimiento sostenido, a los municipios de este cuadrante, le implicaría mayor tiempo en hacer transitar al cuadrante dos de nivel económico alto con baja pobreza.
Al observar específicamente a los TFUR, se tiene una relación inversa entre estas dos variables (como en las demás gráficas), expresando que por cada unidad adicional de nivel económico la pobreza cae en 1.08 unidades con respecto a la media nacional. En relación con los municipios del resto del país (RP) existe una pendiente mayor (en valor absoluto) de -1.5 y menor al del TFM con -0.36; y en una mirada general, el total de los municipios tienen una pendiente de -1.46. Esto pone de manifiesto que el RP, tendría una mayor respuesta al nivel económico; así un mayor crecimiento económico en este clúster implicaría relativamente bajar más a la pobreza. En este sentido, los territorios funcionales responderían menos que el RP, pero la menor respuesta la tendría el TFM.
Figura 4. Nivel económico versus inclusión. PIB per cápita y pobreza a escala municipal en relación a sus medias nacionales por tipo de territorio. El Salvador, 2007
Figura 4. Presenta los resultados del análisis econométrico del nivel económico, reflejado en el PIB per cápita, en una relación con el estado de la inclusión y exclusión socio-económica de la población, reflejada en la pobreza de ingresos. Las variables, medidas a nivel de los 262 municipios de El Salvador, están estandarizadas en relación a sus respectivas medias nacionales por TFUR, TFM y el resto de los municipios del país. Las líneas negras e iguales a 1, horizontal y vertical, definen la media nacional. Las pendientes mostradas son calculadas por mínimos cuadrados ordinarios. Fuente: elaboración propia con datos del FISDL (2005) y proyecciones propias del PIB y población.
II. Nivel económico e IDH
En general, los municipios y su IDH tienen una relación positiva, como era de esperarse, con el PIB per cápita. Ante un incremento de una unidad de nivel económico «z», se incrementa en 0.23 la variable z de IDH. Sin embargo, es notable que la mayoría de los municipios se encuentra en el cuadrante tres, es decir, bajo nivel económico y bajo nivel IDH en relación a la media. La mayoría de estos municipios están concentrados en el resto del país (RP). Nuevamente la pendiente de este territorio es la más alta, reflejando que, de existir crecimiento en esos municipios, el IDH crecería relativamente más rápido que en los otros tipos de territorios. Por su parte los territorios funcionales tienen una pendiente mayor que los del TFM. Además, debe destacarse que los municipios que muestran que el nivel económico es inclusivo son aportados básicamente por el TFM y los TFUR, en ese orden. En conclusión, en la generalidad y en la descomposición por territorio, el crecimiento afectaría positivamente y de forma similar en los tres tipos de territorios (ver figura 5).
Figura 5. Nivel económico versus bienestar socio-económico. PIB per cápita e IDH municipales en relación con sus medias nacionales, por tipo de territorio. El Salvador, 2007
Figura 5. Presenta los resultados del análisis econométrico de datos del nivel económico, reflejado en el PIB per cápita, en relación con el estado de bienestar socioeconómico de la población, reflejado en el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Las variables, medidas a nivel de los 262 municipios de El Salvador, están estandarizadas en relación con sus respectivas medias nacionales por TFUR, TFM y el resto de los municipios del país. Las líneas negras e iguales a 1, horizontal y vertical, definen la media nacional. Fuente: elaboración propia con datos del PNUD (2011) y proyecciones propias del PIB y población.
III. Nivel económico y desigualdad
Otro asunto diferente es el tema del crecimiento y la desigualdad. En el caso de la desigualdad, el nivel económico de cada municipio respecto a la media nacional, dentro del contexto global del país, parece no afectarlo y esto mismo sucede muy particularmente con el RP que concentra a la mayoría de municipios. Esto constituye un problema serio, ya que en materia de desigualdad el crecimiento económico parece que no traería una mejor simetría de ingresos. Analizando a detalle el problema por tipo de territorios se tiene, sin embargo, dos aspectos muy reveladores. Por un lado, los TFUR, reaccionarían inversamente al crecimiento económico, pues aumentarían su desigualdad, mientras que el RP, que aglutina a la mayoría de los municipios, prácticamente no reaccionarían al crecimiento, y solo el TFM al existir crecimiento bajaría la desigualdad (ver figura 6).
Figura 6. Nivel económico versus desigualdad. PIB per cápita y Gini municipales en relación con sus medias nacionales, por tipo de territorio. Logaritmos. El Salvador, 2007
Figura 6. Presenta representación gráfica de resultados del análisis econométrico de datos del nivel económico, reflejado en el PIB per cápita, en relación con la desigualdad de ingresos de los hogares, reflejada en índice de Gini. Las variables, medidas a nivel de los 262 municipios de El Salvador, están estandarizadas en relación con sus respectivas medias nacionales por TFUR, TFM y el resto de los municipios del país. Fuente: elaboración propia con datos de RIMISP/CEPAL (2009) y proyecciones propias del PIB y población. Las pendientes mostradas son calculadas por mínimos cuadrados ordinarios.
*Las líneas negras e iguales a 0, horizontal y vertical, definen la media nacional.
4. Conclusiones
Como conclusión de la investigación, la metodología ocupada ha revelado la existencia de 13 TFUR como una nueva unidad de análisis de la configuración y desarrollo territorial de El Salvador, contrapuestos a las unidades político-administrativos de los departamentos y los 262 municipios.
Los 13 TFUR representan una realidad territorial en El Salvador que se diferencia del territorio funcional metropolitano y también del conjunto de municipios del resto del país. Se diferencian demográficamente, por sus mercados laborales y tejidos empresariales, así como los resultados de las dinámicas históricas de su «desarrollo» territorial. Comparten tendencias importantes entre sí, como ser un poco más desiguales, aunque con menor grado de pobreza, un desarrollo humano promedio y mayor crecimiento económico acumulado por habitante que el promedio del país. También, tienen la tendencia de ser más urbanizados y densamente poblados, que el promedio nacional; y una composición entre comercio, industria y servicios de sus tejidos económicos y también de niveles de actividad económica de la población en edad por trabajar en sus mercados laborales, más similares al TFM que al resto del país.
Sin embargo, los 13 TFUR también tienen configuraciones que los diferencian entre sí de forma que es importante reconocer, en especial, al pensar en su relevancia como objeto de la territorialización de políticas públicas para el desarrollo. En este sentido, los TFUR se agrupan en subconjuntos o clústeres, diferenciados entre sí, en primer lugar, por su tamaño, densidad demográfica, así como su grado de urbanización. Adicionalmente, algunos son menos desiguales y pobres que otros o demuestran mayores niveles acumulados de crecimiento económico por habitante.
Una comparación de los 13 TFUR con el TFM y el resto del país, en relación con el PIB per cápita, el IDH, la pobreza de ingresos y la desigualdad (Gini) revela que el TFM cuenta con el mejor nivel económico de los tres territorios, es la más incluyente, pues posee el nivel menor de pobreza, el IDH más alto y se encuentra por debajo de la media de desigualdad. La peor combinación la tiene el resto del país (RP), los cuales solo obtienen el 68 % del poder económico nacional, tienen los mayores niveles de pobreza, el menor IDH, aunque una desigualdad comparable con la de los TFUR, incluso al observar los intervalos de confianza, los cuales se solapan entre estos territorios. Parece que la integración regional o el carácter de un territorio más cohesionado laboral y económicamente mejora la inclusión, esto al comparar los TFUR y el RP.
Al realizar un análisis econométrico de la realidad de los 262 municipios, agrupados en los tres tipos de territorios, asociando el nivel económico con la pobreza, el IDH y Gini, se revela que el crecimiento en El Salvador sí reduce la pobreza y aumenta el índice de desarrollo humano, en lo general. Al desagregar este análisis por tipos de territorio, se observa que los TFUR responden más de forma inversa que el TFM al PIB per cápita, lo que indicaría que, a mayor nivel económico, menor pobreza en los TFUR respecto al TFM. En cuanto al IDH, se presenta una situación parecida, pero con una relación directa entre las variables, por lo que, a mayor nivel económico, mayor IDH en comparación con el TFM. En otras palabras, de presentarse una situación de crecimiento económico en el país, el RP respondería con una caída significativa en sus niveles de pobreza, en segundo lugar, estaría la respuesta de los municipios de los TFUR, mientras que el TFM de observarse un crecimiento económico respondería moderadamente.
Diferentes son los resultados del análisis relacionando el PIB per cápita con la medida de igualdad (índice de Gini) de ingresos de hogares municipales, ya que la sensibilidad que tiene la igualdad motivada por el crecimiento es casi nula. Además, en el caso de los territorios funcionales urbano rurales, el crecimiento más bien implicaría aumentar la desigualdad. Entonces, el crecimiento produciría desigualdad en los TFUR. Es en este sentido que el crecimiento podría considerarse no inclusivo estrictamente en estos territorios y, en general, es prácticamente de nulo impacto a nivel nacional.
Este análisis revela que invertir para dinamizar el crecimiento económico de los TFUR, debería ser una prioridad para la reducción de la pobreza. En este sentido, la investigación orilla a observar a los TFUR como territorios con alto potencial de desarrollo económico endógeno. Sin embargo, para reducir sustancialmente la desigualdad estructural, serían necesarias otras políticas públicas más integrales que modifiquen las estructuras socioeconómicas que reproducen este desequilibrio. En este sentido, es de resaltar la paradoja problemática para el desarrollo territorial nacional que, el crecimiento económico en El Salvador no es inclusivo. Si bien es revelado que el crecimiento económico contribuye a la caída de la pobreza, este no reduciría la desigualdad, sin realizar otras transformaciones estructurales necesarios.
5. Alcances y limitaciones de la investigación inicial
5.1 Metodología de delimitación de territorios funcionales
La investigación actual representa un segundo esfuerzo por identificar y caracterizar lo que entendemos como territorios funcionales. El primer esfuerzo realizado por Amaya y Cabrera (2012), basó su identificación de territorios funcionales en la conmutación laboral, y con la investigación actual, se agregó robustez al proceso de delimitación de los mismos, a través de agregar el criterio de la intensidad de luces nocturnas al análisis de la conmutación laboral. La aplicación de esta metodología del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural ha resultado en la delimitación de 13 TFUR y el TFM, como un objeto que sirve para fines comparativos en el estudio. También, para algunos análisis, se han agregado datos municipales para representar el «resto del país».
Debido a la fuerte incidencia del umbral de intensidad de luces nocturnas, el alcance de esta investigación está limitado a identificar territorios funcionales que tienen dinámicas urbanas y/o económicas importantes generadoras de luz visible por satélite. En este sentido, se ha calificado los territorios funcionales como urbano-rurales, indicando que tienen, en primer lugar, una fuerte dinámica urbana, generalmente de una ciudad intermedia de mediano tamaño en el sistema y contexto de ciudades de El Salvador. Sus características demuestran, por ejemplo, efectivamente mayor población urbana, aunque no siempre arriba del promedio nacional.
Esta metodología, aplicada con los umbrales actuales, no integra territorios entrelazados por los mismos niveles de conmutación laboral, pero con intensidades menores de luces nocturnas. Se identifica la inclusión de este otro tipo de territorios funcionales que podríamos llamar rural-urbanos, para profundizar en la caracterización de las aglomeraciones territoriales en El Salvador.
No se ha aplicado, como en otros estudios realizados por equipos de investigación vinculados al Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, un criterio que solo toma en cuenta los territorios funcionales con ciudades o municipios con un determinado umbral poblacional. Este hecho introduce mayor heterogeneidad en los TFUR delimitados. Por ejemplo, están incluidos como TFUR territorios donde se ubican los dos puertos principales y el aeropuerto internacional de El Salvador, con la probabilidad que las operaciones de los mismos son generadores de luces nocturnas que logran calificarlos para lograr la inclusión, a diferencia de otros territorios donde los generadores de luces son más bien aglomeraciones de con-urbanización.
También, se tiene pendiente la aplicación de una metodología internacional para delimitar y caracterizar la naturaleza y evolución de las «manchas» urbanas de los territorios funcionales, que creemos será un importante complemento a la metodología de delimitación y de caracterización para fines explicativos del surgimiento y evolución de las ciudades intermedias y metropolitanas que se entienden como esenciales para la configuración de los TFUR y TFM.
Finalmente, dada la disponibilidad de los mismos datos históricos, tanto de luminosidad nocturna como de conmutación laboral, por lo menos para el año 1992, del Censo previo al de la población, y potencialmente para décadas previas, sería posible agregar valor a la delimitación actual de los territorios funcionales, desde una perspectiva histórica que explora su surgimiento como configuraciones en el paisaje territorial de El Salvador.
5.2 Microdatos de representatividad municipal para la caracterización
Al lograr la delimitación de los territorios funcionales, urbano-rurales y metropolitano, un segundo reto fue conseguir información en la forma de microdatos representativos de las realidades socioeconómicas heterogéneas de los 262 municipios de El Salvador. En este sentido, existe una limitación importante de la investigación por depender en buena parte de datos de los últimos censos de la población (2007), las unidades de la economía no agropecuaria (2005) y de la economía agropecuaria (2008). Sin embargo, la investigación ha mostrado una riqueza complementaria de microdatos de escala municipal que hace más robusta la caracterización posible, en esta primera fase y en fases posteriores de la investigación.
Posiblemente la fuente más importante de información, no aprovechados con anterioridad, son los datos oficiales de consumo de energía eléctrica, que han sido la base para el cálculo robusto de un indicador proxy del PIB per cápita municipal. Esta aproximación a PIB per cápita complementa otras realizadas anteriormente: por el lado de la aglomeración de ingresos de los hogares a nivel municipal, por imputación a través de datos de los censos de población y también por medición directa de ingresos, en un ejercicio ampliado de encuesta de hogares de representatividad municipal. Para aproximarse a caracterizar el fenómeno del desarrollo humano, la inclusión o exclusión de la población y la desigualdad entre hogares a nivel municipal, se ha aprovechado esfuerzos de sistematización y análisis de datos para producir el Almanaque 262 para 2011, asociados al Informe Nacional de Desarrollo Humano para El Salvador realizados por PNUD en colaboración con el Gobierno de El Salvador (GOES). También, se ha aprovechado el esfuerzo del Ministerio de Economía (Minec) por calcular el Índice de Productividad Municipal (IPM), que refleja la existencia y estado de desarrollo de unidades económicas asociadas a los 16 subsectores económicos priorizados por tener mayor potencialidad para el desarrollo económico nacional en la Política Nacional de Fomento, Transformación y Diversificación Productiva.
Sin embargo, ninguna de las fuentes estadísticas ocupadas puede considerarse actualizadas, posterior a hechos importantes como la crisis económica del 2007-2008 y los diez años de los gobiernos nacionales del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), después de más de 20 años de sucesivos gobiernos de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
25. Siguiendo a Berdegué et al. (2015), los espacios territoriales pueden ser de tres tipos: (a) aquellos con característica predominantemente rurales, donde incluso pueden no existir asentamientos urbanos; (b) territorios urbano-rurales, que se caracterizan por la presencia de una ciudad pequeña o mediana en interacción con espacios rurales circunvecinos y (c) territorios metropolitanos formados en torno a grandes ciudades.
26. Se trata de una observación que no es nueva, pues constituyó uno de los argumentos principales a favor de las reformas agrarias, en el sentido que el acceso de la población campesina a la tierra era una precondición para la modernización y la industrialización (Pleitez, 1986).
27. Por la resolución hay también pixeles de rango 2 que pueden estar mezclados entre urbanizado y rural profundo o incluso mar en la costa.
28. En este método se utiliza una matriz de disimilitud que se crea con base en la conmutación laboral. Cada valor en la matriz pondera el flujo de los ocupados que residen en el municipio «A» y que se trasladan al municipio «B» a trabajar, más los ocupados que residen en «B» y trabajan en «A», dividiendo todo entre la menor de las poblaciones económicamente activas (PEA) disponibles en A o en B. Con esta matriz se aplica el método de conglomerados (clúster jerárquico, grupos disjuntos) (Berdegué et al, 2011). El análisis de conglomerados permite muchos posibles agrupamientos, por lo que los investigadores deben definir un umbral de disismilitud. En este caso se retomó el mismo umbral de la intensidad de conmutación laboral usado por Amaya y Cabrera (2012), correspondiente al valor 0.94.
29. Este territorio, no se ha considerado como parte del objeto principal de esta investigación, pero constituye un elemento de referencia empleado en los análisis a lo largo de esta investigación.
30. Coeficiente es resultado de dividir la proporción de población urbana a nivel municipal entre el valor de dicha proporción a nivel nacional.
31. El Censo Económico y el Directorio Empresarial es exclusivamente de establecimientos empresariales no del sector agropecuario de producción primaria. Aparte es el Censo Agropecuario, pero sin la posibilidad de integrar los datos de las dos fuentes para caracterizar y analizar de mejor forma la economía territorial del país.
32. Esto se compara con 4677 en el resto del país y 7587 en el TFM por un total registrado de 18 692 establecimientos.
33. Los datos nuevamente están como razones, es decir, se divide el valor de la variable del municipio entre la media nacional, por ejemplo, en cuanto al nivel z de PIB per cápita.