Kitabı oku: «Cuando la luz lo baña todo», sayfa 2

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CANTO A LOS TRES PERDIDOS

Él camina lentamente entre los álamos,

en sus manos lleva un rollo que lee con atención.

Ella está sentada entre los abedules,

la acompaña el sonido del viento

y los aullidos de los lobos.

Un niño montado en su jaca,

persigue la luna

que baña al campo con su luz plateada.

El rollo tiene secretos

nadie los conoce en la tierra.

Ella mira la blancura

que se extiende en el horizonte perdido de los enamorados.

El niño va a todo galope,

busca la escalera que lo elevará

hasta su luna amada.

Los abedules se mueven con suavidad,

el viento le susurra las palabras que salen

de los labios del hombre.

Abedules congelados,

escuchan la dulce voz de un ruiseñor enamorado.

Las lágrimas bañan el rostro del niño,

no encuentra la escalera que lo conducirá hacia la luna

plateada.

El hombre enciende fuego al rollo,

la humanidad no conocerá el secreto de los sabios.

La mujer está tendida sobre la estepa,

su rostro apagado refleja la luz tenue de su blanca sonrisa.

El niño detiene su jaca,

desciende de ella, lanzándose al estanque

para atrapar la luna.

CAOS EN EL ORDEN

Salta el tigre en las entrañas de mi alma,

destroza mi vida con sus garras de maldad.

Me miro al espejo,

una imagen discontinua se refleja,

una pregunta sale de mis labios con titubeo

¿Qué es la belleza?

Tal vez nadie lo sabe,

pero dicen que está en la simetría.

Salto al abismo

caeré eternamente,

allí estarán las almas perdidas

que nadie se atreve a buscar.

Yo soy el espejo de ti,

mira tu imagen caminando con vacilación

al olvido de tu cuerpo.

Tu imagen es continua,

la mía es abstracta,

soy hermoso como tú,

acércate cuando caiga el crepúsculo

herido por las tinieblas.

Lágrimas de sangre se deslizan por la manta del dolor,

besa mis labios para que descanses en el terror.

Te busco en cada lugar,

cuando llego te has ido,

cuando te encuentro no estás.

Se apagó el farol,

la luna dejó de brillar,

las estrellas bailan en la oscuridad.

Eres tiniebla, eres tristeza, eres melancolía.

Eres un verso lúgubre con morfemas de dolor.

El alba aparece sigilosamente, a través de mi ventana.

Me levanto lentamente,

tomo un baño de hipocresía

y me seco con la toalla de la verdad.

Ella se esconde detrás de la mentira.

Cuando la encuentro, se desvanece lentamente,

como la niebla entre mis dedos,

al enterarme que la verdad es mentira.

Corre, alcanza tu vida.

¿No sabes qué hacer?

Encuéntrala algún día.

Llueven dilemas, llueven dogmas, llueven hipótesis.

Y me doy cuenta que la lluvia de mi vida

sólo es falsedad.

Caminos bifurcados se hallan en el andar de la vida,

No existen letreros que le guíen hacia la felicidad.

Sueño despierto, despierto me duermo.

Las horas pasan con aire de melancolía,

porque el sol no alumbra la tristeza de mi vida.

País donde los tontos son sabios,

país donde las meretrices son damas distinguidas,

país donde la alegría es tristeza,

país donde la gente no piensa.

El caos controla al mundo,

la abstracción domina lo simple,

el letargo esclaviza mi espíritu,

las ideas vejan mi mente,

el orden se ha ido,

el caos lo persigue en las noches como un bandido.

CORAZONES LUJURIOSOS

He visto una hermosa mujer

que invita al hombre al placer.

Sus ojos son azules como el cielo,

alumbran la tierra como luceros,

su boca es roja como una manzana,

provoca el deseo de besarla.

Sus pechos son firmes y erectos,

como los de la diosa Venus.

Éstos llevan al hombre a vivir en un ensueño.

Sus piernas duras y torneadas,

como los macizos colombianos,

despiertan la lujuria,

en los corazones de cristal.

Ha llegado la noche,

mi cuarto se encuentra en penumbras,

la luna se ha escondido

dejando la ciudad pletórica de oscuridad.

Yo he tomado la posición de flor de loto

para salir de mi cuerpo y volar como un alcaraván,

la diosa duerme dulcemente,

Morfeo la tiene atrapada en el mundo de los sueños.

Yo la observo dormir,

pensamientos perversos revolotean en mi cabeza

como cuervos.

La animalidad desgarra mis entrañas,

los corazones de cristal palpitan lujuriosos,

mientras la contemplo como un ensueño toda la noche.

El aura toca la ventana,

el sol lascivo acaricia su cuerpo de diosa con sus rayos.

Sus luceros se han abierto

y me pierdo en la inmensidad de su firmamento.

Se ha levantado de su cama,

su cuerpo desnudo queda al descubierto.

Mi alma, mi pobre alma, se estremece

al ver una beldad frente a mi espíritu.

Ella regresa a la cama,

se acuesta boca arriba,

el sol altivo le da un ósculo de lujuria

al cuerpo desnudo de la muchacha.

En su rostro se dibuja una sonrisa de placer.

Se acaricia lentamente,

toca sus pechos suavemente,

desliza sus manos por su abdomen,

y toca sus piernas con un movimiento seductor.

De repente, el dios Zeus llega del Olimpo

para apreciar esta escena de ensueño.

Ella, complacida, continúa acariciando su cuerpo,

pletórica de concupiscencia.

Después de un tiempo

se acaricia el sexo,

y sus dedos juguetean inquietos.

El sol se paralizó de la emoción,

la luna celosa lo persigue por el espacio,

dejando la tierra en penumbras por un rato.

Juno con la sangre en el rostro por el enojo,

persigue a su esposo,

quien corre presuroso

a esconderse en el olimpo.

Yo permanezco allí quieto

mirando el espectáculo.

Un grito de placer sale de los labios de la mujer,

ha llegado a la cúpula del placer.

DALES DE COMER

Mi pueblo tiene hambre,

los jugos gástricos

les devoran las paredes estomacales,

niños escuálidos caminan por las calles.

Un anciano coge de la basura su alimento,

lo devora con gran avidez,

sin embargo, las moscas lo rodean

por el trozo putrefacto de su boca.

¡No!… detente,

no quemes los alimentos

para sostener los precios,

dadlo a mi pueblo que anda hambriento.

Y recibirás el mejor pago,

la dulce sonrisa de un niño satisfecho.



DEFINICIÓN DE AMOR

El amor es una palabra de cuatro letras,

en español e inglés,

su color es violeta.

Algunos sabios piensan que es rojo,

sin embargo,

mi primer amor fue violeta.

El amor es un desierto;

allí amo a la arena,

me transformo en viento

y encuentro la soledad.

Ella es la arena de mi desierto,

la busco y se aleja.

Creo que la amo,

pero no la entiendo.

El amor es un desierto violeta,

yo soy el desierto que ama la palabra de cuatro letras.

DÍAS DISTINTOS

Hoy me siento en un lugar desierto;

aunque las personas hablan no las escucho, no las veo,

soy un ente que nadie se atreve a mirar.

Hoy la alegría ha venido a mi rostro,

con bellas melodías

que las flores le obsequiaron

en los jardines perdidos de la felicidad.

Hoy amo la humanidad.

Creo que Rousseau tenía razón en decir

“el hombre nace bueno pero la sociedad lo corrompe”.

Hoy no creo en el ser inescrupuloso

mal llamado humano;

las palabras de Hobbes penetran en mi corazón

“el hombre es lobo del hombre”.

Hoy pienso que el amor eterno puede nacer,

entre dos corazones mortales

y causar la cuarta locura

que Platón menciona en el Fedro.

Hoy me río de mí mismo,

el amor no existe;

es una utopía que los tontos perseguimos

para aliviar la pena de vivir.

Hoy deseo morir,

dormir el sueño eterno

donde la luz del día

no hiera mis taciturnos ojos.

Hoy quiero vivir,

cada día trae su nuevo devenir.

Soy un masoquista

y disfruto con deleite el homicidio perfecto;

morir a diario.

EL ESCLAVO

Soy el esclavo que sirve a tus despiadados

pero dulces caprichos,

lavo tus pies con lágrimas de mis ojos,

por ser un prostituto.

No diré prostituta pues no sabes si soy macho o fémina,

tal vez sea las dos o tal vez sea nada,

nada, nada; no existo en tu mundo diáfano, pulcro.

Soy sucio,

soy un insecto,

que se arrastra ante las órdenes que salen

de tu limpia boca.

Esclavos son todos los hombres servidores de las pasiones,

esclavo soy yo,

de la pasión de amarte.

Sin embargo, pienso, analizo tu comportamiento

y descubro los secretos inescrutables de la voz

que no se ha hecho magia en el sonido

que para ti soy un esclavo.

Esclavo anodino o prostituto o puta, no sé.

El hecho es saber si tu, princesa diáfana,

de piel tersa, de glaucos ojos y cabellos de nardos

sabes quién soy.

Tú estás segura,

¡segurísima!

que tienes un esclavo a tu servicio.

Pero no me identificas, soy tan abstracto,

tan intangible, tan incoloro,

que ni yo sé, si soy puto o puta… no importa.

¿A quién le importa?

A nadie,

¿verdad princesa?

A nadie

sólo sé, sólo comprendo

que soy tu lóbrego, triste, melancólico y oscuro esclavo.

EL CANTO DEL TOCHE

Los niños salen del colegio de prisa,

en el horizonte aparece la boca de la noche,

una niña escucha el canto de un toche.

Una dulce melodía arrulla a la niña,

ella sueña con bosques frondosos

donde habitan animales hermosos.

Un niño se sienta a su lado,

escucha la dulce melodía,

sueña con bellos lugares,

desea ir allí algún día.

La noche cubre el horizonte,

los niños ríen de alegría

al escuchar el canto del toche.

El niño acaricia los cabellos de su amiga,

el toche canta con amor,

le gusta la risa de los niños,

le gusta alejar el temor.

La niña dibuja una sonrisa hermosa,

el toche canta dulces melodías

porque se parece a una rosa.

Los niños yacen en el prado,

el viento los acaricia con suavidad,

Morfeo los arrulla en sus brazos,

ellos sueñan con alcanzar la eternidad.

El toche descansa un rato,

los niños abren sus ojos,

cerca del toche hay un gato.

El niño le grita al toche:

canta tus hermosas melodías,

así salvarás tu vida,

el gato se irá riendo de alegría.

Una dulce voz salió del pico del toche,

el gato rió de felicidad

y los niños cantaron toda la noche.

El alba camina con timidez dentro de la arboleda,

los niños se toman de las manos,

se besan y se levantan

y el toche les promete una serenata.

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