Kitabı oku: «Manual de escritura», sayfa 3
Tiempos verbales y verbos auxiliares
Una característica muy atractiva del español es que los verbos pueden venir en muchos tiempos y ser simples o compuestos. Estos últimos permiten una forma ampliada que incluye los verbos auxiliares (“podría suceder”, “quería saber”, “debería entender”) o participios (“había vuelto”). También existe el gerundio, a cuyo espinoso uso dedicaremos un aparte más adelante. Baste con decir por ahora que la regla 1 no varía para los verbos compuestos:
María pensó que tendría que ir a hacer visita a casa de su hermana.
Aquí, de nuevo, solo se requiere el punto seguido al final.
Verbos transitivos e intransitivos
El español, al igual que muchas lenguas, tiene verbos transitivos e intransitivos. Los primeros, como su nombre lo indica, son aquellos en los que la acción del sujeto hace tránsito directo y recae sin intermediación sobre uno o varios elementos adicionales, que se denominan el complemento directo.
Manuel pinta el retrato.
El retrato, pintado por Manuel, es el complemento directo. Otra forma de verlo sería decir que el complemento directo es el elemento transformado por la acción del verbo transitivo. Por ejemplo, si decimos...
Alicia comió galletas.
...las galletas se transforman, ya que terminan comidas. Y si escribimos...
Ángel cruzó la calle.
...la calle es el complemento directo transformado por la acción, pues fue cruzada por Ángel.
Con los verbos intransitivos, la acción del sujeto requiere de la mediación de una preposición para poder recaer sobre su complemento, que en este caso se llamará “indirecto”.
Manuel viaja a Cartagena.
El verbo viajar es intransitivo, de suerte que para cobrar sentido requiere de la preposición a. ¿Adónde viaja Manuel? A Cartagena.
Es importante tener esta clasificación en mente, pues los verbos transitivos e intransitivos se comportan en forma diferente. Piense en las siguientes oraciones:
Andrés corre.
o
El hombre delinque.
Correr y delinquir son verbos intransitivos que no necesitan ninguna información adicional para expresar ideas lógicas y completas. En cambio, es erróneo usar verbos transitivos sin agregar los complementos directos correspondientes porque se generan oraciones incompletas. Así, a frases como...
Pedro regala
...no les podemos poner el punto al final porque el enunciado está incompleto. ¿Cómo así que Pedro regala? ¿Qué regala Pedro? Solo agregando el complemento directo, flores, puede el verbo cerrar su sentido.
Pedro regala flores.
De modo que los verbos transitivos determinan el sentido de la acción, pero solo gracias al complemento directo puede la acción cerrarse.
La voz pasiva
La voz pasiva ocurre cuando se convierte en sujeto lo que en una oración activa sería el complemento directo.
La calle fue cruzada por Ángel.
o
Las galletas fueron comidas por Alicia.
Parientes cercanas de la voz pasiva son las oraciones impersonales, construidas sin sujeto visible y con el pronombre se:
Se dice que ayer no hubo quórum en el Congreso.
Se estima que este año el país exportará 80 millones de toneladas de carbón.
En ambos casos, el sujeto es impreciso, pues no sabemos quién dice que no hubo quórum en el Congreso ni quién estima que el país exportará 80 millones de toneladas de carbón.
Hay otras formas de despersonalizar el sujeto, por ejemplo, con el uso del pronombre uno, al cual Enrique Santos Discépolo dedicó su famosísimo tango homónimo.
“Uno busca lleno de esperanzas...”.
Uno les abona la buena voluntad.
También sirve usar el pronombre usted en un contexto impersonal.
Si quiere ir al centro, usted puede tomar el autobús.
Otra ventaja muy comentada del español es la posibilidad de hacer elipsis de los pronombres. Así:
Si quiere ir al centro, puede tomar el autobús.
El pronombre usted se sobreentiende.
En un capítulo posterior haremos advertencias de estilo sobre el uso, o más bien el abuso, de la voz pasiva y de las oraciones impersonales. Baste, por ahora, con definirlas.
3. En una enumeración use comas después
de cada elemento, salvo antes del último
Una de las funciones del lenguaje es establecer un sistema de distancias significativas, ojalá con algún grado de precisión. Las conjunciones son esenciales en esta materia porque, como su nombre lo indica, unen, aunque a veces unen mientras separan, es decir, acercan sin unir del todo. En contraste, la mayoría de los signos de puntuación, menos los dos puntos, separan.
La coma separa los elementos de una enumeración.
verde, azul y rojo
oro, plata, bronce o cobre
Él abrió la carta, la leyó, tiró el sobre a la basura y puso los documentos adjuntos sobre la mesa.
Cuando la enumeración es completa o exhaustiva, como en los ejemplos que acabamos de citar, el último elemento se introduce con una conjunción (y, e, o, u, ni).
Es un chico muy reservado, estudioso y de buena familia.
No le gustan las manzanas, las peras ni los plátanos.
¿Quieres té, café o infusión de manzanilla?
Los elementos que la coma separa pueden ser sustantivos (personas, animales o cosas), adjetivos (características) o verbos (acciones).
Hay biografías, ensayos, novelas, volúmenes de correspondencia, documentales, miniseries y hasta leyendas urbanas sobre las hermanas Mitford.
Nuestra amistad era tan violenta, obsesiva, crítica, envidiosa y cruel como la de cualquier pareja.
Cuando vayas a salir de casa, recuerda correr las cortinas, cerrar las ventanas, apagar las luces y echar llave.
Un error muy común es poner comas delante de la conjunción, como se ponen, por ejemplo, en inglés.
Es un chico muy reservado, estudioso, y de buena familia.
[incorrecto]
No le gustan las manzanas, las peras, ni los plátanos. [incorrecto]
¿Quieres té, café, o manzanilla? [incorrecto]
Todas las comas antes de la conjunción sobran.
Respecto a la diferencia entre los listados completos e incompletos, estos últimos dejan abierto el conjunto. Todos los ejemplos antecedentes ofrecen listados completos, lo que se advierte al ver que los cierra una conjunción. Para expresar una enumeración incompleta de cuyo conjunto solo se han elegido elementos representativos, la conjunción final debe cambiarse por una coma. Esta enumeración también puede terminar con la palabra etcétera (o su abreviatura etc.), con puntos suspensivos o simplemente con un punto final.
El zoológico tenía toda clase de animales: mamíferos, reptiles, aves, etc.
Estamos decorando la casa; hemos pintado, cambiado las alfombras, renovado las lámparas...
El paisaje es muy tranquilo: no hay autos, se oye el viento entre los árboles, corre alrededor un tranquilo riachuelo.
Nota bene: abreviaciones, como etc., llevan siempre un punto al final, el cual es superfluo cuando la abreviación cierra la oración.
Mis amigos, mis primos, mis compañeros de colegio, etc., están todos invitados a mi graduación.
Van a venir mis amigos, mis primos, mis compañeros de colegio, etc.
4. Ponga los incisos entre comas
Un inciso es una frase que se intercala en la oración principal para explicar algo. Cuando los incisos interrumpen fuertemente el flujo de la información, deben separarse de esta poniéndolos entre dos comas.
La mejor forma de ver un país, a menos que uno pase por allí de afán, es recorrerlo a pie.
La oración principal en nuestro ejemplo es: La mejor forma de ver un país es recorrerlo a pie. El inciso corresponde al segmento intercalado entre las dos comas.
En ocasiones esta norma resulta difícil de aplicar, pues no es tan simple decidir si una sola expresión, como sin embargo, o una frase breve es o no un inciso que deba separarse del resto de la oración. Si la interrupción es muy ligera, las comas pueden omitirse. Pero, al margen de que la interrupción sea ligera o fuerte, es incorrecto omitir una coma y dejar la otra.
El esposo de Juliana, coronel retirado del Ejército nos visitó ayer.
[incorrecto]
o
Cuando llegó Adrián el marido de mi hermana, todo se aclaró. [incorrecto]
En ambos casos debería haber una segunda coma, así:
El esposo de Juliana, coronel retirado del Ejército, nos visitó ayer.
o
Cuando llegó Adrián, el marido de mi hermana, todo se aclaró.
Una idea práctica para definir el uso de estas comas consiste en imaginar que la información estuviera entre paréntesis.
En 1769 (cuando nació Napoleón) Francia acababa de comprar Córcega.
Una vez aislada la información complementaria, debe poderse comprender con claridad la oración principal:
En 1769 Francia acababa de comprar Córcega.
Usted sabrá que puso las comas adecuadamente revisando: que sean dos comas ubicadas en donde abriría y cerraría el paréntesis, y que la oración principal no pierda el sentido y se lea fluidamente si usted quita la información intercalada.
El buen gobernante, según sostenía un célebre político, debe estar siempre preparado para abandonar el poder.
La audiencia, cuya atención al inicio parecía dispersa, demostró un interés cada vez mayor.
Fíjese que si lee omitiendo el inciso que resaltamos, la oración principal está completa y no ha perdido su orden lógico:
El buen gobernante debe estar siempre preparado para abandonar el poder.
La audiencia demostró un interés cada vez mayor.
Es importante tratar como incisos, aunque gramaticalmente no lo sean, las explicaciones que se dan con frases o adjetivos:
Los médicos, cansados, se fueron a dormir.
El perro, un pastor alemán, aún no está vacunado.
En ambos casos la información que va entre las dos comas sirve para caracterizar un elemento de la oración. Estas comas no se usan cuando no hay intención explicativa:
Los médicos cansados se fueron a dormir.
Aquí la redacción indica que solo los médicos cansados se fueron del lugar, mientras que otros posiblemente hayan permanecido allí.
El perro pastor alemán no está vacunado.
Esta redacción indica que, entre otros perros, el pastor alemán es el que carece de vacunas. Por si acaso, aquí puede suprimirse con ventaja el sustantivo perro.
El pastor alemán no está vacunado.
También es importante tratar la información accesoria intercalándola como un inciso y separándola del resto de la oración con dos comas:
Tus poemas, ¡bellísimos!, aparecieron por fin publicados.
El mar, dime tú si no es hermoso, golpea con fuerza el acantilado.
5. Otras comas obligatorias
La puntuación es en últimas un asunto de ritmo y oído. Sin embargo, la coma se considera obligatoria en los siguientes casos:
• Antes de una conjunción adversativa (son las que reversan o desvían el curso de la acción), como pero, aunque y sino, en particular si introduce una oración larga.
María iba de vista a casa de su hermana, pero siempre averiguaba antes si su cuñado estaba presente.
• Cuando un inciso puede prestarse para confusiones:
Los bienes y los capitales, que se destinan al comercio internacional, están exentos de ese tributo.
Sin la coma, podría entenderse que solo los capitales se destinan al comercio internacional.
• Cuando se suprime algún elemento para evitar repeticiones o por razones de estilo.
Unos prefieren la carne; otros, el pescado.
• La versión completa sería:
Unos prefieren la carne; otros prefieren el pescado.
• Cuando la palabra como no implica semejanza sino que introduce un ejemplo:
Me gustan los libros largos, como Guerra y paz.
• Cuando hay que delimitar una expresión intercalada entre el verbo y otras partes de la oración:
Octubre, el mes de las lluvias, este año resultó muy seco.
• Al aclarar un nombre mediante aposición (término que para María Moliner significa “unión de dos nombres de los que uno es aclaración o especificación del otro”):
José Joaquín Casas, ilustre filólogo bogotano, vivió hasta avanzada edad.
• Al delimitar un vocativo (palabra que sirve para llamar a alguien):
Lo siento, amigos míos, pero tendré que cancelar el matrimonio.
Ensaye el lector a suprimir estas comas y verá el caos que se genera.
• Al delimitar una conjunción o una expresión conjuntiva, como pues, así pues, por consiguiente, por lo tanto, por ende y demás:
No esperábamos, por ende, ese resultado.
No queremos, por lo tanto, debatir el punto.
• Al utilizar expresiones aclarativas o confirmativas, como es decir, esto es, a saber, o sea:
El precio no es reflejo de la tendencia del mercado, es decir, de la interacción natural de la oferta y de la demanda, sino que ha sido impuesto por el monopolio.
Ese partido promovía ideas contra la democracia, esto es, contra las minorías.
El capo aspiraba a obtener por medio del diálogo lo que no pudo obtener con la violencia, a saber, la posibilidad de legalizar su fortuna.
La empresa ha entendido la necesidad imperiosa de diversificar su oferta, o sea, de no depender de un único producto volátil.
Existen excepciones. Por ejemplo, cuando la expresión aclarativa va seguida de un que:
Es decir que en términos de dólares tuvieron un crecimiento del mil por ciento.
O sea que al final tú no querías que yo viniera.
Lo importante, insistimos, es interiorizar los usos mediante la práctica y el sentido común, no aprenderse la terminología ni una larga ristra de enunciados.
6. Las oraciones compuestas tienen reglas
de puntuación cuya lógica conviene dominar
Oraciones coordinadas
Las oraciones compuestas son las que tienen más de un verbo conjugado y, por ende, más de un predicado, así este vaya implícito. Se articulan de dos maneras básicas: las hay unidas por coordinación y las hay unidas por subordinación.
Serán coordinadas si tienen una misma función sintáctica. Es común que impliquen una relación de causa y efecto. En ellas se usan conjunciones o expresiones conjuntivas como luego, de modo que, de manera que, de forma que, de suerte que. En estos casos es de rigor separar ambas oraciones con una coma.
Yo no estaba en el país, luego no pude ir a su entierro.
Las votaciones alcanzaron a sumar una amplia mayoría, de suerte que ya no cabía duda de la legitimidad de su mandato.
Oraciones subordinadas
El segundo caso, algo más complicado y versátil, es el que involucra una oración principal y una o varias subordinadas.
Cuando llegue Juan, llámame por teléfono.
Cuando llegue Juan es la subordinada en este ejemplo. Si la subordinada viene primero y no es breve, es indispensable separarla de la principal con una coma.
Cuando hayas verificado las identidades de todos los viajeros, podrás permitir que parta el bus.
Si insistes en irte de fiesta todo el tiempo, lo más probable es que pierdas el año.
Si la principal viene primero, el uso de la coma no es obligatorio.
Diana no estudia lo suficiente porque rumbea más de la cuenta.
Lo más probable es que pierdas el año, si insistes en irte de fiesta todo el tiempo.
Es preferible usar la coma cuando la subordinada y la principal tienen sujetos diferentes. Esto aclara el orden lógico de las acciones que se atribuyen a cada sujeto:
El conductor podrá empezar el viaje, cuando tú hayas verificado la identidad de todos los viajeros.
No es buena idea dejar la cartera en el piso, si vas a restaurantes en los que pululan los amigos de lo ajeno.
La misma preferencia aplica a las oraciones coordinadas.
Ignacio planteó aquel oscuro negocio dejando ver la empuñadura de un revólver en la cintura, de modo que Lucía tuvo que pensarlo dos veces antes de negarse.
El investigador había entregado su informe, luego la Policía ya tenía pruebas suficientes.
Si se omiten los conectores y las oraciones compuestas aún guardan sentido consecutivo, la coma es esencial para evitar la confusión:
El investigador había entregado su informe, la Policía tenía pruebas suficientes.
Yo regresé el domingo por la noche, el resto de la familia esperó hasta el lunes por la mañana.
Omita la coma, y el caos se impondrá de inmediato en ambos casos.
Subordinadas restrictivas y no restrictivas
Las oraciones subordinadas pueden ser restrictivas y no restrictivas. Las subordinadas no restrictivas se identifican porque es posible suprimirlas sin que la oración principal quede coja.
Pedro, quien no era amigo mío, fue expulsado del colegio.
El avión, que esa vez no hizo escala en Kuala Lumpur, llegó según estaba previsto en el itinerario.
Ambas oraciones principales mantienen el sentido al suprimirse las subordinadas.
Pedro fue expulsado del colegio.
El avión llegó según estaba previsto en el itinerario.
Subordinadas no restrictivas, como las mencionadas, van siempre entre dos comas.
En contraste, las subordinadas restrictivas son aquellas que aportan una información esencial para las principales.
El rector que expulsó a Pedro era muy estricto.
El avión que se estrelló en el océano Índico no había recibido el mantenimiento adecuado.
El hotel donde sugeriste que me quedara es espantoso.
Al suprimir las subordinadas resaltadas en los ejemplos, la principal pierde su especificidad.
El rector era muy estricto.
El avión no había recibido el mantenimiento adecuado.
El hotel es espantoso.
Aunque en los tres casos estamos ante oraciones completas, algo esencial se ha extraviado por el camino. Las subordinadas restrictivas, como se ve en los ejemplos, no deben ir separadas por comas de la oración principal.
La coma es obligatoria cuando la subordinada se refiere a un antecedente no inmediato.
Se desprendió un fragmento del bate, que vino a parar a las graderías.
Lo que va a parar a las graderías es un fragmento del bate, no todo el bate, de suerte que la coma es de rigor.
7. Use el punto y coma para unir oraciones independientes
Si dos o más oraciones gramaticalmente completas (sujeto + verbo + predicado) que no están unidas por una conjunción van a formar una sola cláusula, el signo de puntuación más apropiado para separarlas es el punto y coma.
Los aforismos de Gesualdo Bufalino son entretenidos; están llenos de paradojas interesantes.
Son cerca de las cinco; no es conveniente llegar al centro después de las seis.
De insertarse una conjunción, el signo de puntuación previo debe ser una coma (regla 6).
Los aforismos de Gesualdo Bufalino son entretenidos, pues están llenos de paradojas interesantes.
Son cerca de las cinco, y no conviene llegar al centro después de las seis.
Es igualmente correcto cambiar el punto y coma por un punto seguido y dividir la cláusula en oraciones independientes:
Los aforismos de Gesualdo Bufalino son entretenidos. Están llenos de paradojas interesantes.
Son cerca de las cinco. No es conveniente llegar al centro después de las seis.
Al comparar las tres formas de redacción, se verán las ventajas de la que recurre al punto y coma. Este uso sugiere de forma económica la cercanía entre las dos afirmaciones, mientras que la segunda opción es más larga y la tercera es menos fluida.
Note que si la segunda oración se inicia con un adverbio, como solo, aun, inclusive, además, incluso, precisamente, viceversa, siquiera y no con una conjunción, de todos modos se requiere el punto y coma.
No había estado nunca antes en el lugar; solo había soñado con él.
Existe, no obstante, una excepción a la regla del punto y coma señalada atrás. Si las oraciones son muy cortas y similares en su forma, o cuando el tono es fácil y oral, es preferible usar una coma:
Yo casi no lo conocía, estaba tan cambiado.
Hoy tenemos, mañana no sabemos.
En el sentido contrario, es erróneo usar un punto seguido con función de coma, como vimos en la regla 1.
Pienso. Luego existo. [incorrecto]
María salió ayer. De vacaciones. [incorrecto]
La forma correcta sería:
Pienso, luego existo.
María salió ayer de vacaciones.
A veces un experto sustituirá una coma por un punto para hacer énfasis.
No quiero que este comportamiento se repita. Nunca. Punto.
Sin embargo, un principiante debe abstenerse de semejantes peripecias hasta que domine las técnicas básicas de escritura.
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