Kitabı oku: «Realidades y retos del aborto con medicamentos en México», sayfa 8
5. “VELAMOS POR SU SEGURIDAD”. ACOMPAÑANTES DE ABORTOS SEGUROS Y SEGURIDAD DE LAS ACOMPAÑANTES EN MÉXICO
Suzanne Veldhuis
Georgina Sánchez Ramírez
Blair G. Darney
Resumen
Este capítulo se base en los resultados de una investigación cualitativa que analizó la seguridad de diversos modelos de acompañamiento en tres regiones en México (Baja California, Chiapas y Ciudad de México). Identificamos tres tipos de acompañantes (de colectivas feministas, de ONG’s, y autónomas), describimos como llegaron a ser “buenas acompañantes”, y detallamos las distintas prácticas de acompañamiento de acuerdo con los tres tipos. Encontramos una relación inversa entre el riesgo personal para las acompañantes y la seguridad holística que brindan para las mujeres acompañadas; los abortos con las acompañantes autónomas entrevistadas en esta investigación son los más seguros en un sentido holístico para las mujeres acompañadas, y a la vez los menos seguros para las acompañantes. Por último, detallamos los riesgos y consecuencias personales para las entrevistadas debidos a los contextos inseguros donde se encuentran, incluyendo el contexto legal de la Ciudad de México. Concluimos que la despenalización y desestigmatización del aborto son indispensables para poder aumentar la seguridad de las personas involucradas en interrupciones voluntarias de embarazos.
Palabras claves: Aborto con medicamentos, Acompañantes, Colectivas feministas
Introducción
Con origen en los años 80 del siglo XX, el aborto con medicamentos1 actualmente se ha convertido en uno de los métodos seguros para interrumpir un embarazo recomendados por la Organización Mundial de Salud (OMS). En consecuencia, el cambio más importante se ha dado en el panorama del aborto clandestino; ya no es necesario recurrir a métodos invasivos y potencialmente peligrosos, ya que los medicamentos pueden ser autogestionados, lo cual permite a las mujeres2 realizar abortos sin intervención de instituciones como el Estado o el sistema de salud. Hay evidencias que sugieren que este cambio es uno de los elementos que ha disminuido la morbimortalidad como consecuencia de abortos ilegales (que antes eran en su mayoría en condiciones de inseguridad) en las últimas tres décadas, especialmente en Latinoamérica (Singh et al., 2018).
Existen varias formas de aborto autogestionado con medicamentos; bajo supervisión de diferentes tipos de proveedores, con uso de telemedicina3, de manera autónoma a solas, o con acompañantes (Veldhuis, 2020). Estas distintas prácticas pueden ser efectivas y seguras si cumplen con ciertas condiciones mínimas, como el contar con la información necesaria y el acceso a servicios de salud en caso de requerirlos por alguna complicación (World Health Organization, 2020).
A lo largo de la historia las mujeres han acompañado a otras mujeres durante sus abortos y partos (Federici, 2004). El acompañamiento de abortos con medicamentos por parte de activistas o acompañantes es una práctica que surgió por necesidad en países con legislaciones restrictivas, especialmente en Latinoamérica, donde no había (y en muchos casos aún no hay) acceso a abortos seguros en contextos clínicos. A partir de la primera década del siglo XXI, surgieron redes de activistas (muchas de ellas involucradas en otras luchas principalmente feministas), dedicadas a la divulgación de información con evidencia científica y dirigida a las necesidades de las mujeres, además del acompañamiento de mujeres en el proceso del aborto (Drovetta, 2015; Erdman et al., 2018; Ramos et al., 2015).
Las publicaciones sobre el tema están enfocadas principalmente en modelos desarrollados por organizaciones no gubernamentales y colectivas feministas4 establecidas, como el modelo de las hotlines o líneas telefónicas, las cuales son una versión amigable de servicios convencionales de telemedicina, sin el involucramiento de personal sanitario, y por definición no forman parte del sistema oficial de salud (Drovetta, 2015).
Otros modelos de acompañamiento son el de las Libres5 en Guanajuato, México (Singer, 2019), y el modelo de las Socorristas en Red en Argentina (Maffeo et al., 2015), con una larga trayectoria, y modelos de acompañamientos de abortos en segundo trimestre (Gerdts et al., 2018; Moseson, Bullard, et al., 2020; Zurbriggen et al., 2018). Las evidencias sugieren que los abortos acompañados por medio de estos distintos modelos son seguros y efectivos. Seguramente por ello, en los últimos años se han incrementado las iniciativas de acompañantes, con una gran diversidad, incluyendo las que no pertenecen a una organización; sin embargo, aún no hay suficiente información publicada sobre ellas (Revilla, 2020).
En este capítulo describimos varios tipos de acompañantes y las diferencias entre ellas que influyen en la seguridad de las mujeres acompañadas y de las acompañantes en sí. Consideramos que un aborto tiene que ser seguro en un sentido holístico para todas las personas involucradas; garantizando además del bienestar físico, el bienestar emocional, y la seguridad social y legal (Sedgh et al., 2016). Por lo tanto, para evaluar la seguridad de las acompañantes consideramos pertinente evaluar: 1) el riesgo legal al realizar una actividad al margen de la ley (Casas & Vivaldi, 2014; Singer, 2019), 2) el riesgo físico, ya que personas defensoras de derechos humanos a menudo son víctimas de violencia (Ipas CAM/safe2choose, 2021; ONU México, 2019), y 3) el riesgo del desgaste emocional (Ipas CAM/safe2choose; Ortiz, 2010).
Métodos
Los resultados analizados en este capítulo son parte de un estudio cualitativo que desde un enfoque de género y salud evaluó la seguridad de los abortos acompañados por las acompañantes entrevistadas (Veldhuis, 2020). La investigación fue realizada en tres regiones mexicanas, incluyendo dos contextos restrictivos: Chiapas (Frontera sur) y Baja California (Frontera norte); así como Ciudad de México (Centro del país), donde desde 2007 el aborto es legal por voluntad de la mujer hasta las 12 semanas y es ofertado tanto en clínicas públicas como en privadas.
Gracias a la etnografía feminista6 se logró comprender las dinámicas que se generan entre mujeres en procesos de interrupción de embarazos no deseados, al margen de la medicina hegemónica, y a la vez evaluar las posibilidades que tiene esta opción como método de aborto seguro, no solamente para las mujeres acompañadas sino también para las mismas acompañantes (Blázquez Graf, 2008; Castañeda Salgado, 2012).
Chiapas es un estado rural con el índice de desarrollo humano (IDH) más bajo del país (0.667) (PNUD, 2015). En contraste, Baja California y la Ciudad de México son entidades más urbanas y tienen índices de desarrollo altos (0.776 y 0.830 respectivamente) (PNUD, 2015). En Chiapas, al igual que en otros estados con legislaciones restrictivas, los niveles de estigma son altos, basado en ideas sobre la maternidad y roles de género hegemónicos alineados a discursos católicos atávicos (Sorhaindo et al., 2014). Baja California es el estado con la tasa más alta de denuncias por aborto, posiblemente derivado de su perfil político más conservador (GIRE, 2018). La Ciudad de México es políticamente un caso aparte, ya que ha tenido administraciones más liberales y hay posiblemente menos influencia del discurso católico y opiniones mucho más abiertas en favor del derecho para decidir de las mujeres, aunque siga prexistiendo la estigmatización del aborto en la cultura mexicana (Díaz Olavarrieta et al., 2020; Sorhaindo et al., 2014).
Los tipos de acompañantes
En este estudio, con la finalidad de comparar sus experiencias, se distinguen tres tipos de mujeres definidas como “acompañante de aborto con medicamentos”.
Las colectivas, son definidas como acompañantes que pertenecen a una colectiva feminista que realiza acompañamientos de mujeres que desean abortar. Las colectivas de las acompañantes entrevistadas se dedican principalmente al tema del aborto. Al respecto existen publicaciones previas que describen modelos de acompañamiento, por medio del manejo de líneas telefónicas y otras prácticas de colectivas feministas, en diversos contextos (Drovetta, 2015; Maffeo et al., 2015; Moseson, Jayaweera, et al., 2020; Singer, 2019; Zurbriggen et al., 2018).
Las de ONG’s son definidas como acompañantes que son activas como voluntarias para organizaciones no-gubernamentales que se dedican a temas relacionados a los derechos sexuales y reproductivos, entre ellos el acceso a un aborto seguro. Aunque las acompañantes no reciben ninguna remuneración, sí forman parte de organizaciones profesionales que cuentan con un financiamiento tanto a nivel nacional como internacional, que les aseguran, por ejemplo, el acceso a ciertos medicamentos. El acompañamiento por parte de activistas de ONG’s en México recientemente ha sido descrito como una práctica segura (Juárez et al., 2019).
Las autónomas son definidas como acompañantes que no pertenecen a ninguna organización o colectiva dedicada al acompañamiento, y que realizan estos procesos por sus propios medios e iniciativa, aunque frecuentemente sí están en contacto con otras acompañantes. Hasta donde pudimos distinguir, es la primera vez que se reconoce y entrevista a acompañantes de esta categoría en una investigación desde el enfoque de género y salud en México.
Recolección de datos
Entre el 18 de diciembre 2019 y el 27 de febrero 2020, se realizaron 14 entrevistas semiestructuradas con activistas que acompañan a mujeres que abortan con medicamentos en 3 diferentes estados del país, contrastando experiencias de Baja-California (5) Chiapas (5) y Ciudad de México (4). Las acompañantes fueron identificadas con la técnica de bola de nieve, partiendo del conocimiento previo de varias de ellas por parte de la investigadora principal (proveedora de abortos y activista feminista). La búsqueda fue intencional, con el fin de identificar acompañantes de los tres tipos previamente mencionados en las regiones de estudio.
Las entrevistas fueron realizadas de manera confidencial previo consentimiento informado. Las entrevistas en Chiapas fueron realizadas en persona, y por videoconferencia con las acompañantes en Baja California y la Ciudad de México con uso de telecomunicación (Skype, FaceTime, WhatsApp) con una duración de entre 45 y 120 minutos. Todas las entrevistas fueron grabadas y transcritas para el análisis. Las participantes proporcionaron algunos datos sociodemográficos que pueden apreciarse en la Tabla 1.
Los nombres de las entrevistadas fueron cambiados y los nombres de las colectivas feministas, organizaciones y ubicaciones exactas fueron omitidas también para protección de todas las participantes. La investigación tuvo la aprobación del Comité de Ética para la Investigación (CEI) del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR)7.
Tabla 1. Características generales de las participantes en el estudio o acompañantes

Análisis de datos
El enfoque de género y salud permitió analizar estrategias de salud desarrolladas por las propias mujeres que enfrentan desigualdades derivadas de las asimetrías entre los géneros (Sánchez- Ramírez, 2010), como es el caso de las acompañantes de mujeres que abortan con medicamentos.
El análisis de las narrativas fue un proceso tanto deductivo como inductivo. Comparamos las experiencias de los tres tipos de acompañantes de acuerdo a cuatro categorías a priori. El primer tema, “Convertirse en una buena acompañante” describe cómo las participantes llegaron a ser acompañantes. Con la descripción del “Protocolo” evaluamos la seguridad de sus acompañamientos para las mujeres acompañadas, y finalmente por medio de las categorías “Consecuencias personales” y “Factores que influyen la seguridad de las acompañantes” evaluamos la seguridad para ellas mismas. No obstante, se identificaron varios subtemas emergentes. Se capturaron citas relevantes para la respuesta de la pregunta de investigación en el programa Excel sobre las categorías previamente creadas. Posteriormente se realizó una codificación abierta y axial para ajustar, adaptar, modificar y crear nuevas categorías (Strauss & Corbin, 2002).
Resultados
Tabla 2. Temas y subtemas
1) Convertirse en una buena acompañante | 2) El protocolo | 3) Consecuencias personales para las acompañantes | 4) Factores que influyen en la seguridad para las acompañantes |
Convertirse en acompañante | Criminalización | Pública o privada | |
Capacitación | Estigmatización y violencia | Discurso | |
Ser una buena acompañante | Impacto emocional | Medidas prácticas | |
Redes de aliadas | |||
Autocuidado |
En el primer tema a priori describimos cómo y porqué las participantes empezaron a acompañar, en qué medida han sido capacitadas y qué consideraron ellas características de una buena acompañante, lo cual fue un subtema emergente. La descripción del protocolo fue un tema a priori, al igual que las consecuencias personales de ser acompañante y los subtemas (criminalización, estigmatización, violencia, e impacto emocional).
En el último tema detallamos varios factores que influyen en la seguridad de las acompañantes en un sentido holístico (la seguridad legal, social, física y emocional). La subcategoría (a priori) “pública o privada” describe la diferencia entre las entrevistadas en cuanto a la visibilidad de sus acompañamientos, y cómo esta medida de la visibilidad influye en la seguridad. Definimos una ‘acompañante pública’ como una activista que difunde y comenta abiertamente (en redes sociales, entrevistas, eventos presenciales) que es acompañante, y una ‘privada’ como una acompañante que realiza sus acompañamientos con más secrecía, o sin hablarlo explícitamente en espacios públicos. Tres subcategorías emergentes describen el manejo de un cierto discurso, el tomar ciertas medidas prácticas al acompañar y el contar con redes de aliadas como medidas de protección. La última subcategoría “autocuidado” fue de nuestro interés a priori ya que suele ser un tema importante en capacitaciones de acompañantes y activistas feministas (Ortiz, 2010).
Perfil de las participantes
La mayoría de las acompañantes entrevistadas eran mujeres solteras, laicas, profesionistas, entre los 25 y 35 años de edad, con estudios a nivel licenciatura e incluso posgrado (Tabla 1), lo cual es similar al reporte último de una encuesta internacional entre proveedoras y acompañantes de aborto de Ipas (Ipas CAM/safe2choose, 2021). Todas se describieron como feministas y se definieron como activistas más allá de los acompañamientos que realizan, en temas diversos como violencia contra las infancias y las mujeres, periodismo feminista, derechos sexuales y reproductivos, política feminista, feminicidios, arte, conservación ambiental, defensa del territorio, ecofeminismo y la lucha por el agua.
Las entrevistadas en Baja California pertenecieron todas a distintas colectivas feministas. Las entrevistadas no identificaron una presencia de ONG’s que ofrezcan acompañamientos, tampoco a acompañantes autónomas en el estado.
En la Ciudad de México se identificaron principalmente acompañantes autónomas. Aunque existen ahí varias ONG’s que realizan acompañamientos en otros estados, se logró entrevistar solamente a una acompañante de ellas, que ya no realizaba acompañamientos al momento del estudio. Se notó poca visibilidad de colectivas feministas que laboran el tema en la Ciudad de México, la única que se logró identificar se acababa de formar. Finalmente, en Chiapas sí se logró entrevistar a acompañantes de los tres tipos.
Convertirse en una buena acompañante
En esta categoría describimos dos trayectos para que las entrevistadas se convirtieran en acompañantes: cómo se capacitaron y qué consideraron ellas características de una buena acompañante.
• Convertirse en acompañante
Identificamos dos vías para convertirse en acompañante. El trayecto más común consistió en empezar a acompañar de manera autónoma con la información mínima indispensable sobre el protocolo de los medicamentos según sus propias indagaciones en internet.
“Empecé primero acompañando a una amiga con mis propios medios e información que encontrábamos en Internet, de la OMS, y luego a más amigas y se fue corriendo la voz de que yo acompañaba y me empezaron a llegar solicitudes de conocidas o de otras chicas en Facebook” (Andrea - CDMX).
Las entrevistadas que iniciaron de esta manera, no recibieron capacitaciones ni realizaron enlaces con otras acompañantes u organizaciones hasta después, lo cual propició que las circunstancias de estos primeros acompañamientos no fuerann óptimas y se vivieran con miedo e incertidumbre.
“No lo tenía previsto, ¿Quién a los 15 años se levanta y dice ‘hoy quiero ser acompañante?’ Una chica con la que me llevaba muy bien me dijo que tenía problemas y que quería que yo le ayudara. Buscamos cómo hacerlo en internet, encontramos un protocolo que era del misoprostol de doce pastillas. No venían los efectos secundarios, lo que hay que esperar, los signos de alerta, nada; entonces ese acompañamiento yo lo sufrí horriblemente. [La chica] se puso como gris del dolor… Se veía toda llena de venitas, y temblaba, entonces yo pensaba: ‘se va a morir y qué voy a hacer’. Le decía por favor hay que llamar una ambulancia y ella me decía que no: ‘si me muero tú vete a tu casa y me dejas aquí, porque prefiero eso a que mi mamá se entere que estoy embarazada’. Fue una experiencia súper impactante” (Ofelia - CH).
Este fue el caso de la mayoría de las acompañantes autónomas y las que iniciaron como autónomas y después decidieron juntarse con una colectiva u ONG. Ellas mencionaron que el pertenecer a una organización les permite hacer mejores acompañamientos, ya que brinda ciertas ventajas y seguridad para sí mismas y para las mujeres que son acompañadas, como por ejemplo la posibilidad de ofrecerles un apoyo económico.
En contraste, la segunda vía identificada consistió en la capacitación previa a realizar acompañamientos, lo que derivó en un mayor respaldo y apoyo que da una seguridad más amplia tanto para las mujeres acompañadas como para las acompañantes.
“Las primeras veces fui con mucho miedo, pero muy seguras de los conocimientos que habíamos adquirido y además muy seguras de que estábamos en red y como cualquier cosa que no entendiéramos o no pudiéramos responder nosotras mismas, inmediatamente nos comunicábamos y hay mucha respuesta, muy rápida” (Cinthya - BC).
Casi todas las acompañantes en colectivas y ONG’s iniciaron de esta manera; inclusive, varias de las colectivas en Baja California se formaron a partir de una capacitación brindada por una ONG nacional.
La mayoría de las entrevistadas comentaron sobre las razones o experiencias por las cuales decidieron ser acompañantes. Algunas mencionaron que empezaron a acompañar porque observaron una necesidad social. Otra de las razones más comunes fue el hecho de haber presenciado un aborto bajo condiciones poco dignas, lo cual las hizo pensar en que otra manera de abortar debería ser posible.
“Una vecina me pidió que la acompañara. La enfermera explicó a mi amiga cuál iba a ser el procedimiento y fue tan explícita en decirle que la iban a abrir, le iban a poner una trompa de pato en la vagina, le iban a raspar, empezó con la carga moral de decirle: ‘en algunos casos las mujeres logran escuchar cuando el bebé que están matando dice no, no, no’ y entonces mi amiga salió de ahí, dijo que no se lo iba a hacer porque Dios la iba a castigar y su bebé ya sentía que ella lo odiaba. Nos fuimos y terminamos yendo con una enfermera que le hizo un aborto con sonda y abortó, pero de ahí me quedó el gusanito de decir ‘debe de haber otras formas, así, no’” (Cloe - CH).
• Capacitación
Las acompañantes autónomas entrevistadas, refirieron ser capacitadas principalmente de forma autodidacta con información del internet, aunque varias de ellas posteriormente participaron en algún “Encuentro de acompañantes” donde recibieron capacitaciones sobre una variedad de temas. Dos de ellas habían presenciado talleres sobre el aborto cuando trabajaron en puestos administrativos en clínicas que ofrecen servicios de salud sexual y reproductiva. Las acompañantes de las ONG’s fueron ampliamente capacitadas en varios temas relacionados al aborto y para ser acompañantes de acuerdo con los protocolos de las mismas organizaciones.
“Con [la organización] recibí una capacitación más específica en el tema de acompañamiento con medicamentos y en toda la cuestión del protocolo de seguridad. Fueron como unas siete, [capacitaciones] fueron muchas y de muy diversos temas también” (Otilia – CH).
Las acompañantes de las colectivas se capacitaron ampliamente por parte de varias organizaciones y colectivas, y buscan activamente capacitarse y capacitar a otras, tanto en temas médicos, como en temas legales, emocionales y feministas, entre otros. Tanto las ONG’s como las colectivas forman parte de redes nacionales e internacionales donde se fortalecen con el intercambio de información.
• Ser una buena acompañante
Las entrevistadas mencionaron la importancia de ser capacitadas, proporcionar la información correcta, conocer los protocolos médicos y tener protocolos de seguridad.
“Hay que ser muy responsable con los acompañamientos, es decir, yo creo que nadie que no haya recibido una capacitación adecuada, extensa, que cuente con todos los elementos, no tendría que hacer acompañamientos. El año pasado estuve en un Encuentro de aborto, y me parece grave que no todas las personas que hacemos acompañamiento estamos manejando el mismo protocolo, pero además como cosas básicas [no lo hacían]. También me di cuenta de que había compañeras que hacían acompañamiento con mucho miedo” (Ana – CDMX).
Algunas de ellas consideraron que no cualquiera que acompaña debería hacerlo; varias reconocieron que cuando ellas empezaron a acompañar no siempre fue bajo condiciones de seguridad, ni para ellas ni para las mujeres acompañadas. Como mencionamos previamente, para algunas esta fue la razón para integrarse a una organización o colectiva.
Todas concidieron en la opinión de que el ser acompañante es más que dar información sobre el protocolo médico.
“Que está siendo acompañada, se vela por su seguridad, su comodidad (…) que el proceso sea lo más amoroso posible, con cuidados y con acompañamiento emocional” (Andrea – CDMX).
También mencionaron que el ser acompañante implica una responsabilidad que incluye la capacitación, la actualización continua y el compartir experiencias. Consideraron que hoy en día hay más posibilidades para informarse y capacitarse como acompañantes que cuando ellas iniciaron.
“Al darle información tenemos una responsabilidad, de informarnos, de documentarnos, porque al final una mujer que te escribe y quiere interrumpir su embarazo, está poniendo sobre ti esa carga que ella siente y se quiere sentir acompañada; yo creo que tenemos una responsabilidad como acompañantes de estar investigando, compartiendo las experiencias con las otras porque no puedo ser acompañante nada más porque lo leí en el internet, no… Yo conozco a muchas chicas que se nombran acompañante y cuando les pregunto del protocolo que usan me dicen: ‘pues mira, en el internet encontré que’, ahí sí me parece algo hasta irresponsable” (Cloe – CH).
Varias mencionaron que el reconocimiento de sus límites como acompañantes es indispensable tanto para la seguridad de ellas mismas como para las mujeres acompañadas.
“No sabía poner un límite, creo que después vas aprendiendo como explicarle a la chica que acompañas que es lo qué sí puede esperar de ti y que expectativas tiene que desechar” (Aurora – CDMX).
Esto también es un elemento que opera a favor de su propio autocuidado como acompañantes.
El protocolo
Con ‘protocolo’ nos referimos al manual o los lineamientos que las acompañantes utilizan para guiar el procedimiento del aborto, en donde se describen los pasos y las características del proceso, lo cual es indispensable para garantizar la seguridad física de las mujeres acompañadas. Es importante mencionar que los acompañamientos descritos en esta investigación cumplen con las recomendaciones de la OMS para el aborto seguro con medicamentos (Veldhuis et al., 2020). En esta categoría describimos las diferencias en el uso del protocolo entre las entrevistadas.
Las acompañantes autónomas suelen basarse en los protocolos para el aborto seguro de la OMS y manuales de colectivas feministas de otros países que encontraron en el internet, adaptándolos a su contexto, preferencia y experiencia individual. En contraste, las acompañantes de las ONG’s utilizan protocolos elaborados por la misma organización a la cual pertenecen. Las colectivas manejan protocolos que ellas mismas desarrollaron fundamentados en protocolos institucionales, de ONG’s, de otras colectivas y sus propias experiencias; cada colectiva cuenta con un protocolo propio.
“Tenemos un protocolo escrito que lo basamos un 85% en el de la OMS, el trabajo de hacer el protocolo, lo hicimos entre todas y es algo que va cambiando con el tiempo, conforme nos dan más información diferentes personas” (Caro – BC).
El primer contacto, cuando se proporciona la información y la mujer decide abortar con las acompañantes, siempre es virtual. La mayoría de las entrevistadas autónomas refirió hacer una cita presencial posteriormente, tanto para seguridad de ellas mismas como para la seguridad y comodidad de las mujeres acompañadas. Algunas entrevistadas de las colectivas, y una acompañante de una ONG, mencionaron hacer contactos presenciales en casos específicos.
“Nos quedamos de ver. ¿Por qué? Porque ahí me presento. Es importante vernos físicamente, también para que tengan la confianza, de quién se les está dando, y de quién soy” (Anahí – CH).
Todas las acompañantes entrevistadas refirieron recomendar el ultrasonido para descartar un posible embarazo ectópico, y utilizan la fecha de la última regla para confirmar las semanas de gestación. Sin embargo, las acompañantes autónomas y colectivas mencionaron que no insisten en la realización del ultrasonido, si las mujeres no pueden o quieren hacérselo se realiza el acompañamiento de todos modos. En contraste, para las ONG’s el ultrasonido previo es obligatorio para confirmar las semanas de gestación y descartar el embarazo ectópico.
“Le pedimos el ultrasonido, para nosotras es necesario, para el protocolo de [la organización]” (Otilia – CH).
La mayoría de las participantes pueden facilitar el acceso a la mifepristona por medio de un proveedor privado (una ONG internacional). Llama la atención que dos de las cuatro acompañantes autónomas entrevistadas no tenían conocimiento de la existencia de este proveedor y acompañan a las mujeres con misoprostol solo.
La mitad de las acompañantes autónomas entrevistadas realizan acompañamientos durante el aborto presencial de manera muy holística, ya que cuidan varios aspectos del bienestar de las mujeres, y a veces ofrecen hasta su propia casa o espacio para realizar el procedimiento.
“Les pido que por favor se tomen unos días antes una tintura que a veces yo hago y otras veces compro que es para reforzar el sistema inmune, les pido que estén comiendo más saludable, mucho hierro, mucha verdura y que estén tomando mucha agua, a veces les pido que tengan varios días con este régimen, y después nos vemos para ir a su casa y ahí las estoy acompañando, toman el medicamento, les voy monitoreando, checando la temperatura, estoy ahí con ellas… acompañándolas. Les doy a veces un masajito, les estoy acercando el agua, cocino algo, a veces cenamos antes de tomar el medicamento. Cuando no quieren que vaya con ellas, cuando quieren hacerlo solas, lo que hago es igual… monitoreando todo el tiempo cómo se sienten, cómo van, si necesitan algo, checando mucho…. Me parece muy importante para que ellas se sientan seguras. Trato de mantener una comunicación activa. Cuando las acompaño en su casa me voy hasta que todo esté más tranquilo, y sigo en comunicación; cuando no las acompaño [presencial], después nos vemos, cuando ya se sienten mejor, platicamos sobre cómo estuvo todo, cómo se sienten, que síntomas siguen teniendo, algunas preguntan sobre el cuidado, cuándo pueden volver a tener sexo, cuándo puedo trabajar, después es una comunicación por mensajes o llamada (Aurora – CDMX).
En contraste, las acompañantes de ONG’s realizan los acompañamientos durante el proceso únicamente de manera virtual.
“Ellas solicitan información, se les informa acerca de las opciones que tienen, si les sirve esta opción del aborto con medicamentos se les da la opción de que se les pueda acompañar vía teléfono celular. Entonces se les da toda la información de cómo hacer el procedimiento, cómo conseguir el medicamento, qué es lo que van a esperar en cada una de las etapas y estar pendiente de ellas, se les pide que manden un mensajito cuando van a empezar, que hagan una llamada para estar al pendiente de ellas y ellas te van haciendo preguntas, te van relatando cómo están, qué están sintiendo y es acompañar en todo el proceso” (Olivia – CDMX).