San Manuel González García: En Andalucía me forjó y en Palencia me hizo Santo

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San Manuel González García: En Andalucía me forjó y en Palencia me hizo Santo
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PRESENTACIÓN DEL LIBRO
SOBRE SAN MANUEL GONZÁLEZ

Autor: Rvdo. Antonio-Jesús Jiménez Sánchez

Málaga, 20 julio 2018

La figura del que fuera obispo de Málaga en los años 1916-1935, D. Manuel González García, se agranda conforme pasa el tiempo y se van conociendo más datos de su vida y de la ingente obra eclesial llevada a cabo por este buen Pastor, canonizado en Roma por el papa Francisco el 16 de octubre de 2016.

Al mayor conocimiento de este gran santo ha contribuido el Rvdo. Antonio-Jesús Jiménez Sánchez con su investigación histórica, cuya tesis doctoral Vida y Obra del Obispo de Málaga, Beato Don Manuel González García: Revisión Histórica y Aproximación Literaria, defendida el 23 de noviembre de 2015 en la Universidad de Málaga y que obtuvo la calificación de Sobresaliente Cum Laude por unanimidad con mención europea, vemos ahora publicada en el presente volumen.

La Diócesis de Málaga se alegra y agradece al autor su esfuerzo y su aportación científica, plasmada en el estudio de este gran pastor y obispo malacitano.

El autor, sacerdote malagueño, expuso hace tiempo su proyecto de realizar una tesis doctoral en Historia sobre la vida y obra del entonces Beato Manuel González, para enriquecer y completar con documentación, todavía inédita, algunos aspectos nuevos y clarificar ciertas interpretaciones no adecuadas que pesaban sobre la vida del prelado. Esta investigación ha permitido aportar nueva luz y ha resultado de gran provecho para la Diócesis y para la Iglesia.

Deseo agradecer el apoyo y la dirección de la Dra. Marion Reder Gadow (Universidad de Málaga) y del Dr. Miguel Norbert Ubarri (Universidad de Amberes), que de manera magistral guiaron esta investigación histórica y el estudio filológico.

Asimismo, el autor contó desde el principio con el respaldo del Rvdo. Pedro Sánchez Trujillo, sacerdote malagueño, Delegado diocesano para las Causas de los santos y gran admirador del obispo D. Manuel; y con el de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, fundadas por el mismo obispo.

Felicito a D. Antonio-Jesús Jiménez por esta publicación, que ahora tiene el lector en sus manos y que realza la gran figura de D. Manuel González. Y pido a Dios que sirva para el bien de la Iglesia y el provecho espiritual de muchos fieles cristianos.

+ Jesús Catalá Ibáñez, obispo de Málaga

DON MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA
EN ANDALUCÍA ME FORJÓ Y EN PALENCIA ME HIZO SANTO

Don Manuel González García fue una figura significativa y relevante de la Iglesia y también de la sociedad española durante la primera mitad del siglo XX. Adentrarnos en la vida de este santo supone acercarnos a un proceso de conocimiento, de realismo, de identidad, en una palabra, de profundo arraigo en una entrega sin límites, como bien recuerda el título de la presente obra: me forjó� me hizo santo.

En su vida encontramos una constante forja de conocimiento y sabiduría, y sobre todo vislumbramos un apasionante encuentro, desde la fe, con el Dios vivo, una ilustración de la realidad íntima de Cristo Eucaristía, siendo para hoy un modelo insigne de santidad, una verdadera estrella en el firmamento de la historia, porque: «cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio» (PAPA FRANCISCO, Gaudete et exultate, 19).

¿Cómo podemos acceder al inmenso mundo de san Manuel González? ¿Cómo podemos entrar en su pensamiento, en su vida? Don Antonio Jesús Jiménez, a través de los itinerarios más significativos que marcaron su historia en la tierra, nos ofrece un programa vasto. Una actitud destiló siempre en él: fue un padre y un pastor que dio la vida por sus ovejas. Él se fue gestando a la luz de la lámpara del Sagrario, con el Evangelio entre las manos, junto a los abandonados de su tiempo, cerca de sus seminaristas y sacerdotes, y dando forma a las obras eucarísticas que “el Amo” le iba confiando. Lo que él tenía, lo que era, no venía de sí mismo: se le había donado, era gracia, y era por ello una responsabilidad ante Dios y ante los otros. Se dejó transformar por la acción del Espíritu Santo y no tuvo miedo de tender hacia lo alto, hacia las alturas de Dios.

Modelo de fe eucarística, así lo definió san Juan Pablo II el día de la beatificación, porque san Manuel creyó las palabras de Jesús: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre (�) El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día» (Jn 6,51.54). Y la consecuencia de esta verdad le llevó a dar un testimonio de paz, de serenidad, de perdón y de alegría, aun en medio de la persecución, del dolor, de la incomprensión: «¡Qué alegría, amigos, inunda mi alma de sacerdote al ver mi vida tan entrelazada, por así decirlo, con la existencia del Sagrario!» (Qué hace y qué dice el Corazón de Jesús en el Sagrario, en OO.CC., I, n. 374).

La Presencia eucarística no era un hecho que afectaba sólo a su pensamiento, sino que implicó su vida entera, todo su ser: sentimientos, emociones, relaciones humanas. Su vida de Sagrario reveló con claridad su destino, la verdad de su vocación y el sentido de su vida: un amor que se desbordó, sin esperar nada a cambio. En la Eucaristía, en este misterio de la fe, san Manuel experimentó una fuerza vital nueva que marcó su vida con un gozo indescriptible. En él, sin duda alguna, se hizo realidad la máxima de san Agustín: Dilige et fac quod vis -Ama y haz lo que quieras- (7, 8: PL 35).

Todo fue marcando su existencia, desde su Andalucía del alma: inundada de luz, de calor, de simpatía, como su breve estancia en Palencia, la tierra castellana, llena de reciedumbre, llaneza y sobriedad. La investigación recogida en este libro, las declaraciones de los testigos, así como la propia experiencia de nuestro santo, certifican que no fue fácil el camino; fue posible porque se fió y confió en Jesús Eucaristía, su Maestro y Señor.

Dado que «la vida de los santos no comprende solo su biografía terrena, sino también su vida y actuación en Dios después de la muerte» (Deus caritas est, 42), don Manuel es una llamada; su existencia, sin herir la libertad y con pleno respeto a la identidad original de cada persona, convoca y conduce hacia la plenitud que todo ser humano anhela en lo más profundo: la felicidad.

Fue un auténtico y apasionado creyente, fue un enamorado de la Inmaculada, fue un testigo agradecido de Jesús Sacramentado, hasta que llegó a fundirse en el Amor Eterno. Dejemos que estas palabras de don Manuel: «La tierra sin santos es Dios sin amigos en ella, los hombres sin intercesores» (En busca del Escondido, en OO.CC. II, n. 2767), nos introduzcan a la lectura de En Andalucía me forjó, en Palencia me hizo santo, con la seguridad de que es y quiere ser, desde el eterno presente de Dios, nuestro amigo y nuestro intercesor.

Hna. María Teresa Castelló Torres

Superiora General de la Congregación

Misioneras Eucarísticas de Nazaret

SAN MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA:

EN ANDALUCÍA ME FORJÓ Y EN PALENCIA ME HIZO SANTO


ANTONIO JESÚS JIMÉNEZ SÁNCHEZ

SAN MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA:

EN ANDALUCÍA ME FORJÓ Y EN PALENCIA ME HIZO SANTO

EXLIBRIC

ANTEQUERA 2018

SAN MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA: EN ANDALUCÍA ME FORJÓ Y EN PALENCIA ME HIZO SANTO

© Antonio Jesús Jiménez Sánchez

Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric

Iª edición

© ExLibric, 2018.

Editado por: ExLibric

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ISBN: 978-84-17334-67-3

Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y Cualificación S. L.

ANTONIO JESÚS JIMÉNEZ SÁNCHEZ

SAN MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA:

EN ANDALUCÍA ME FORJÓ Y EN PALENCIA ME HIZO SANTO

Índice de contenido

Portada

Título

Copyright

 

Índice

ABREVIATURAS

I.INTRODUCCIÓN

II.REVISIÓN HISTÓRICA

A.MÁLAGA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX: (1900-1931)

B.DON MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA: PROBLEMÁTICA Y ENIGMA HISTÓRICOS

C.INFANCIA, FORMACIÓN Y ORDENACIÓN SACERDOTAL

D.LABOR PASTORAL EN HUELVA

E.APOSTOLADO SOCIAL EN HUELVA

F.LABOR APOSTÓLICA EN MÁLAGA

G.OBISPO AUXILIAR Y ADMINISTRADOR APOSTÓLICO DE LA DIÓCESIS DE MÁLAGA

H.OBISPO TITULAR DE MÁLAGA. LLEGADA A LA DIÓCESIS MALACITANA, RECIBIMIENTO E IMPRONTA PERSONAL

I.OBRAS PASTORALES

1.MISIONEROS EUCARÍSTICOS

2.SEMINARIO DIOCESANO CONCILIAR DE MÁLAGA

a.Portada de la capilla

b.El sagrario

c.La veleta

d.Galería de la Obediencia o Gráfico de la Desobediencia

e.Las vidrieras

f.Pastorcito eucarístico

g.Corazón eucarístico de Jesús

h.El gráfico de la vida sobrenatural

3. TRES FOCOS DE ACTUACIÓN

a.El abandono de los sagrarios acompañados

b.La Obra de las Tres Marías y de los Discípulos de San Juan

c.El Instituto de las Marías Nazarenas

d.Congregación de las Hermanas Misioneras Eucarísticas de Nazaret

4. ESTALLIDO SOCIAL

a.Levantamiento de un pueblo en armas y guerra en una ciudad. Una obra amenazada. Un obispo desterrado

b.Quema del palacio episcopal de la diócesis malacitana

c.Reacción de don Manuel González García ante tales actos vandálicos

J.LLEGADA A GIBRALTAR

K.EN RONDA

L.Peregrino hasta llegar a Madrid

M.NUEVA SEDE EPISCOPAL: PALENCIA

1. LA SUBLEVACIÓN MILITAR

2. SACERDOTES Y RELIGIOSOS VASCOS COMO PRESOS POLÍTICOS

N.MUERTE DEL OBISPO PALENTINO

III.DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DE LOS SÍMBOLOS EN EL SEMINARIO DIOCESANO DE MÁLAGA

A.LA TEORÍA DEL SÍMBOLO

B.SIMBOLOGÍA DEL SEMINARIO DIOCESANO DE MÁLAGA: OBRA CULMEN DE DON MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA 1. EL TEMPLO O CAPILLA

a.Puertas del templo

b.El frontispicio de la capilla

c.Retablo de la capilla del Buen Pastor

d.Las vidrieras de la capilla

2. EL CORDERO

3. LA GALERÍA DE LA OBEDIENCIA O GRÁFICO DE LA DESOBEDIENCIA

4. EL GRÁFICO DE LA VIDA SOBRENATURAL

5.OTROS SÍMBOLOS DEL SEMINARIO

a.El Almendro

b.Colores del entorno del seminario

c.Granja del Buen Pastor

d.Veleta del seminario

e.La escalera

6.REFLEXIÓN

IV.ANÁLISIS DE TRES VOCES CON ALTA RENTABILIDAD SEMÁNTICA Y CONTENIDO SIMBÓLICO EN LA OBRA ESCRITA DEL PRELADO MANUEL GONZÁLEZ: PUERTA, MIRADA Y CORAZÓN

A.FUNDAMENTOS PARA LA CONSIDERACIÓN DE UNA EXPERIENCIA MÍSTICA Y ANÁLISIS DEL LENGUAJE SIMBÓLICO

B.LA PUERTA

1.LA PUERTA DEL TEMPLO

2.LA PUERTA DEL SAGRARIO

3.LA PUERTA DEL INTERIOR DEL HOMBRE

4.LA PUERTA DEL CORAZÓN DE JESÚS

5.PUERTA DEL SEPULCRO Y RESURRECCIÓN

C.LA MIRADA

1.LA MIRADA DE FE

2.LA MIRADA DEL HOMBRE

3.LA MIRADA DE DIOS

4.EL ENTRECRUZAMIENTO DE MIRADAS DE JESÚS Y EL QUE CONTEMPLA

5.LOS OJOS DE DIOS

D.EL CORAZÓN

1.EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

2.ATRIBUTOS Y FUNCIONES DEL CORAZÓN DEL HOMBRE EN LA OBRA ESCRITA

V.CONCLUSIÓN

VI.BIBLIOGRAFÍA

ABREVIATURAS Y SIGLAS EMPLEADAS

 AA. VV.: Autores Varios.

 ACCMG: Archivo Causa de Canonización Manuel González.

 ACSM: Archivo de la Causa de los santos de Málaga.

 ADM: Archivo Diocesano de Málaga.

 afmo.: afectísimo.

 AGHNP: Archivo General Histórico Nacional de Palencia.

 AGP: Archivo General de la Postulación.

 AGPOD: Archivo General de la Prelatura del Opus Dei.

 AHDM: Archivo Histórico Diocesano de Málaga.

 AHN: Archivo Histórico Nacional.

 AJTMT: Archivo Juzgado Togado de Málaga Territorial.

 AOM: Archivo Obispado de Málaga.

 Ap.: Apocalipsis.

 Arch. Nunz.: Archivo de nunciatura.

 b.s.a.p.: beso su anillo pastoral.

 BAC: Biblioteca de Autores Cristianos.

 C. J.: Cristo Jesús.

 Can: Canón.

 E.D.G.A: Editorial Granito de Arena.

 Emmo: Eminentísimo.

 Ex: Éxodo.

 Excmo: Excelentísimo.

 Fol: Folio.

 Gn.: Génesis.

 Heb: hebreos.

 HH: hermanas.

 H.: Hermano.

 Ilmo.: Ilustrísimo.

 Is.: Isaías.

 JHS: Jesús Hombre Salvador.

 Jn.: Juan.

 leg: legajo.

 lib.: libro.

 M. I.: Muy Ilustre.

 Mal.: Malaquías.

 Mt.: Mateo.

 m.: metros.

 Ntra. Sra.: Nuestra Señora.

 N. S.: Nuestro Señor.

 Ntra: Nuestra.

 Op. Cit.: Opere Citato.

 pág.: página.

 Presbit.: Presbítero.

 Pe: Pedro.

 pp: páginas.

 ptas.: pesetas.

 q. d. D. g.: que descanse en la gracia de Dios.

 q. s. g. h.: que en la santa Gloria se halle.

 Re: reyes.

 Rvdmo.: Reverendísimo.

 S. Cong.: Santa Congregación.

 S. Officii.: Santo Oficio.

 s.a.: su amigo.

 S. E. R.: Su Eminencia Reverendísima.

 s. f.: sin fecha.

 S. I.: Santa Iglesia.

 S. J.: Societas Jesu.

 S. M.: Su Majestad.

 s. s.: su servidor.

 sic: así.

 Sr.: señor.

 Sra.: señora.

 Sres.: señores.

 Srta.: señorita.

 SS. MM.: Sus Majestades.

 Stos.: santos.

 Tes.: Tesalonicenses.

 V.: Usted.

 Vda.: viuda.

 Vol.: volumen.

 Xto.: Cristo.

I.INTRODUCCIÓN

Mi primer contacto con don Manuel González García no tuvo lugar en mi ciudad natal, sino en una mañana fría en Pamplona, a las siete y media de la mañana. Un compañero seminarista de Perú me mostró un libro de su casillero. En la portada aparecía la foto de don Manuel González. Y me dijo que le hablara de él, a lo que yo le pregunté: “¿Y quién es él?” El compañero creía que le trepidaba y con cara de extrañeza me dijo: “Es broma, ¿verdad? Él es don Manuel González y fue obispo de Málaga”. Esta situación me ridiculizó porque yo era historiador. El que no supiera sobre un personaje de mi ciudad me llevó a una librería de la ciudad para encargar las Obras completas de don Manuel González. Era tanto el trajín que yo tenía con los estudios, la asistencia a clases y el trabajo de investigación, que no pude leer el libro. El paso del tiempo lo llevó al cajón.

El 19 de junio del año 2010 fui ordenado sacerdote, y se me encomendó la misión pastoral en dos pequeños pueblos de la Axarquía malagueña: Alfarnate y Alfarnatejo. A finales de 2010 don Manuel vuelve a hacerse presente a través del Sr. obispo, quien me ofrece una nueva misión al nombrarme juez ad Casum de la Comisión para la Causa de los Santos. La obediencia me llevó a responder afirmativamente, iniciándose un periplo de viajes por el arciprestazgo, interrogando a descendientes de los presuntos mártires. En todas las declaraciones salía el nombre del obispo Manuel González.

 

La llamada definitiva vino de manos del profesor de Literatura de Siglo de Oro de la Universidad de Amberes, y profesor de san Juan de la Cruz en el CITES-Ávila, el Dr. Miguel Norbert Ubarri, invitado por las Misioneras Eucarísticas a venir a Málaga para dictar unas conferencias sobre “Mística y eucaristía” en enero de 2012. Comencé a contarle de mis actividades pastorales y los trabajos que estaba realizando como juez ad Casum. Y salió el tema de conversación de don Manuel González, en el que yo me quejaba y solicitaba la necesidad de un nuevo estudio, no desde el punto de vista teológico, sino histórico-crítico. En el campo social, como catequeta y teólogo, don Manuel es irreprochable. Se lo argumentaba por la documentación que pasaba por mis manos y lo que don Pedro Sánchez Trujillo, postulador de la Causa de los Santos, gran estudioso de la historia de la Iglesia de Málaga y sus mártires me hablaba sobre don Manuel. Me resuenan aún sus palabras en mis oídos: “Este hombre fue un mártir, no de pistola sino de martirio lento, que es el peor”.

La búsqueda de la documentación supuso viajes y estancias dentro de España, Italia y Bélgica. El primer paso fue visitar el Archivo General de la Causa de Canonización del beato Manuel González, ubicado en Palencia. Allí me encontré a la hermana Ana María Palacios Baena, quien puso todo el Archivo a mi disposición. Pude conocer el sepulcro y palpar objetos que pertenecieron al prelado: pectoral, escritorio, ornamentos litúrgicos, vasos sagrados, etc. Fueron varios viajes a Palencia con estancias de algunos días. A partir de este momento Palencia se convierte en el vértice y punto de partida de toda la investigación histórica.

Viajé a Palomares del Río para conocer in situ el lugar de la experiencia fundante de don Manuel; a Huelva, también para conocer los lugares donde realizó su obra social y pastoral. Allí conocí la parroquia de San Pedro, y todo el ámbito de las minas de Riotinto y las escuelas del Polvorín; a Sevilla, para visitar su lugar de nacimiento, la iglesia donde recibió las aguas del bautismo y el seminario donde cursó sus estudios.

Lo próximo fue Amberes (Bélgica). El profesor Norbert Ubarri, hace algún tiempo había comenzado a estudiar un tratado de mística y eucaristía del beato Jan van Ruusbroec titulado El espejo de la salvación divina. Entre los años 2009-2011 comenzó a hablar y escribir sobre la experiencia fundante de Palomares del Río, advirtiendo en ella algo más que una experiencia devocional. Comenzó a comunicar esta idea en varios foros.

Mis dudas sobre el perfil del prelado y su compromiso para con la diócesis se veían mermadas. Además de las cuestiones históricas sobre el perfil humano, moral y espiritual de don Manuel y la salida de la diócesis, también había otros dos aspectos, propios de la simbología y la filología, que podían complementar lo histórico y revelar aún más datos sobre su persona.

En el 2013 viajé a Roma para consultar los fondos de la biblioteca de San Alberto de los carmelitas, la del Teresianum de los Carmelitas Descalzos y el Archivo Secreto Vaticano. Tras un primer contacto con los primeros dos fondos, pude comprobar que no existe ningún trabajo de investigación de historia, filosofía, filología o mística sobre el prelado González García. Entre uno y otro viaje consulté los catálogos de los Archivos de Andalucía y la Biblioteca Nacional de Madrid. Allí entrevisté a don Luis Smedour Altolaguirre, hijo del cónsul de México en Málaga, Porfirio Smedour, cuyo testimonio constituye una aportación de gran valor para entender la salida del obispo de la ciudad malagueña rumbo a Gibraltar. De esta entrevista nació mi hipótesis de que había salido en barco, desde el puerto de Málaga en mayo de 1931. No debió salir por tierra, como escribía D. José Campos Giles en su biografía. La aparición de una dedicatoria que le escribió san Manuel González a D. Manuel Moreno Moreno, junto con otra documentación, da fundamento a la hipótesis de que la salida no fue por tierra sino por mar.

En época más reciente, y después de haber leído mi tesis doctoral, seguí investigando en el Archivo Provincial de Antequera. Me animó la lectura de Historia de un alma, de santa Teresa de Lisieux, en la cual ella describe la importancia del entorno familiar en la forja de su personalidad. El entorno de don Manuel ha sido poco estudiado. Además, la consideración de los años transcurridos entre la experiencia de Palomares del Río y la composición del relato que la describe, me hicieron pensar que don Manuel pudo haberla compartido con su madre, Antonia García, con quien tenía gran sintonía espiritual. Por eso, con la ayuda del Dr. D. José Escalante, localicé las partidas de bautismo y matrimonio de sus padres y las de bautismo de sus tres hermanos varones Martín (1.o), Francisco y Martín (2.o). Destaca su aprecio por los grandes místicos del Carmelo, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. En el caso de la abulense, no se comprendía hasta ahora el motivo por el cual en las casas de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret siempre colgaba un retrato de santa Teresa con la frase: “A tu estilo todas”. Y es que su madre Antonia había nacido el 15 de octubre y llevaba por nombre de bautismo Antonia Teresa de Jesús María de los Dolores. Es obvio que esa devoción por la gran mística del Carmelo la conoció don Manuel a través de su madre y que se vivía en el entorno familiar.

En el proceso de investigación para elaborar mi tesis fui confirmando otras facetas suyas no solo la de escritor fecundo, lo cual es evidente por la cantidad de obras, sino del ejecutor pensante de su magna obra del Seminario de Málaga, que podríamos catalogarlo como un tratado de teología en piedra donde se alternan todas las disciplinas que se estudian en él: sacramentología, cristología, moral, mariología, trinidad… También a medida que leía sus obras fui descubriendo la profundidad de su pensamiento, las palabras, giros y modismos que resonaban en mis oídos como algo que podría escuchar en los barrios más populares de mi ciudad y que el escritor empleaba en su obra para hablar de las cosas de Dios. Mi alma andaluza y mi forma de hablar típica de estas tierras encontraron el modelo de un teólogo y maestro que hablaba como habla mi pueblo.

En el proceso escuché en boca de algunos que su pensamiento y su lenguaje en prosa no tenía gran valor. Para responder a esta pregunta, que todavía exigirá otros estudios posteriores, decidí aventurarme en un área académica nueva, a la cual he tenido que dedicarle mucho esfuerzo, y que es el último análisis sobre la capacidad evocadora o simbólica de su lenguaje.

No cabe duda de que el perfil espiritual y moral del que ya hoy es santo canonizado fue el de un hombre cercano y comprometido con su pueblo malagueño. Fue un hombre que, como el mismo Jesucristo, “comió en la mesa de los pecadores”. Comprometido hasta la médula con su pueblo, se embarcó en la obra del seminario y escribió como el buen pastor, con lenguaje cercano para que también los más humildes captaran el mensaje.

Este libro que ahora presento significa para mí mucho más que un ejercicio académico, sino una satisfacción personal. Como dice el final del cuento:

No deben de juzgar a un árbol, o a una persona, por ver tan solo una de sus temporadas, y que la esencia de lo que la vida es, el placer y el amor que acompañan a la vida, solo puede ser medida al final, cuando todas las estaciones han pasado.

Para mí, con este trabajo acoto las cuatro estaciones del cuento y puedo decir que don Manuel González las vivió en cada uno de los cuatros lugares donde se forjó y vivió. Andalucía lo forjó. En la Sevilla del siglo xix nació, se crio y recibió su formación para el sacerdocio. En Palomares del Río tuvo su encuentro con Jesús Sacramentado, sintiendo la desilusión por el abandono del sagrario. En Huelva puso en práctica el carisma recibido. Allí realizó la acción apostólica y recibió los consuelos espirituales típicos que le confirmaron el camino. En Málaga continuó su obra pastoral, siendo la cumbre el diseño y construcción de su seminario. Pero en la ciudad del Guadalmedina también confrontó las incomprensiones de algunos sacerdotes partidarios del obispo anciano y, justo durante su salida, la más terrible noche oscura al ver reducida su diócesis a cenizas y su obra en peligro de extinción. En Palencia se santificó. En una misa que celebró allí escuchó una voz interior que le decía: “te he traído a Palencia para hacerte santo”. Y así fue. Allí terminó su proceso de maduración espiritual y unión con el Amo, como él mismo lo llamaba. Por eso he querido titular este libro San Manuel González García. En Andalucía me forjó y en Palencia me hizo santo.