Kitabı oku: «El futuro. Poesía Reunida (1979 - 2016)», sayfa 2

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EL PASO DE LA LAGUNA ESTIGIA (1480-PATINIR-1524)

Cruzábamos la laguna la lancha a motor quemaba

petróleo

el humo rozando las espaldas desnudas

Gotas en la mano y el sol

En la orilla el viento ardía entre los árboles

Y en las altas carreteras los encargados

de las gasolineras escuchaban radio

mientras desde un mirador la escena de la laguna

era proyectada sobre la ciudad

Los santos viajanLos santos tienen frío

PINTURAS NEGRAS

La tela es el techo del aquelarre

y el tótem muge cuando las imágenes nacen

Las pinceladas y la texturaLos rostros surgen

Entra por la puerta el cuerpo de la procesión

El pintor mira la aparición sobre el telón

de su sordera

Como un ala que no acabó de extenderse

un párpado que no se cerraba del todo

El taller está en lo alto de un cerro

La luna ilumina las venas en el brazo del maestro

PUENTES BAJO LA SOMBRA

Arcos en el vacíoAcertijos formales

de los caminantesUn puente oscuro

y el agua moviéndose bajo la bóveda vegetal

Los caminos poblados de genteTras las hojas

las luciérnagas esperan a que anochezca

Telarañas en las maderas

nidos en los travesaños de cemento

Las esferas del vacío pasan sobre el puente

silenciosas como cuellos cortados

LA RAPIDEZ DEL IMAGINISTA

El cielo ruge en las azoteas

Y la velocidad parece un maniquí

que mira hacia el río

Antes un gesto era el vapor

la adoración de los magos o un carnaval negro

Producir, como ahora, tenía que ver

con los astros sobre la mesa

El viento dividiendo el pelo en la nuca

Células en la saliva fosforescente

EL JARDÍN DE LOS CAMINANTES

La luna sale de su envoltorio de luz

Los zapatos presionan la gravilla

Las parejas y sus siluetas

son una cortina que inaugura su ondeo

a la vez que un sonido metálico

viene de las rejas

Quien camine verá los cráteres de la luna

oirá el lejano sonido del mar

LA NIÑA Y EL ESPEJO

A mis espaldas una niña de cinco años

se peina

Estoy sentado en un bar hay viejos que conversan

sobre gente

Las palomas vuelan dentro de la sombra

de los edificios

Pero mi propia química mis emociones

saltan como un canguro que nadie puede parar

La niña frente al espejo se peina lentamente

como una luna entre los árboles

MEMORIA DEL CUERPO

El vientre respira es una ventosa un agujero rojo

las entrepiernas tensas el olor me llena el cerebro

Caigo como un idioma de muertos

pero vivir es el abrazo frente a la ciudad

poblada de mentes que sienten

esta explosión tan efímera como mi mano

Y ese recuerdo se hace móvil te acompaña al muelle

a un barco a la ardiente extensión de un mar

petrificado

CUERPOS LIVIANOS

Títulos de neblinade carne masticada

livianos puentes las cuerdas las rocas

el gas la copa del árbol y el techo de la casa

En el desván cuelga mi sexo

abierto como un ojo que entrara en el agua

Caliente nuca tu cabellera en mi frente

el cuello y los labios resuenan gruñen

en el balanceo de la oscuridad

Rojo de las valvas de las lenguas

donde el semen palpita

LA INOCENCIA MIRA

Perdiste las palabras y su manto de tibieza

Cuando hay memoria es para recordar la superficie

del lagoPero estar en el fondo con los ojos

como dos botones blancos me alcanza y me pone

la mano al cuello me hace señales me quiere

mandar besos pero también me duele

Y tan puramente es el silencio y el ruido

las manadas llegando al alba

2. EL AGUJERO DE LAS SENDAS (1980)
CERBATANA

Por largo tiempo repites la misma canción

y la lluvia parece ausentarse como su dorada tela

como un artefacto de temperatura transparente

Bajo el primer árbol del bosque

vuelves a soplar sobre la misma pluma

con la que jugaste pensando en ropas de colores

tendidas en los patios traseros

En una ciudad cualquiera hay palmeras

agitadas por vientos que atravesaron valles

lejos siempre lejos de la mirada y los juegos

de los monos

MANO

En el centro de la habitación hay una mano

que acaricia otras partes del mismo cuerpo

A veces su trayectoria deja una línea

de espuma seca sobre el fondo negro

y nosotros pensamos en esa huella

como en una gruta marina oliendo

intensamente a sal a frío o sudor

Hasta que la ola entra por la ventana

y el suelo se inunda de una lava pegajosa

como el sol bañándote los ojos al despertar

como un chorro de luz en el centro del huracán

TEXTO DE LLAMADA PARA LA SOMBRA DE LA OREJA

Un destino radiante como un aviso

cortocircuita una hilera de palabras

y suena como un vehículo sin ruedas

en una playa de piedras

Frente a él hay niños que hilan su amistad

mientras otros juegan con fuego y tijeras

Aquí está el mundo, su dorado y oxidante verano

Toda llamada es un brazo como un junco

asomado en el agua del estanque

EL SILBATO DE LOS MARES

La mujer del capitán tiene la frente salada

Bajo las sábanas ella recuerda y sus pezones

son fosforescentes como el plancton

que un hombre ve brillar desde un barco

Al mismo tiempo se oyen la sirena del faro

y el timbre de la casa

Ella baja a abrir la puerta pero lo único

que la espera es el movimiento del mar

como la blanca mirada de una ciega

sonriéndole

TÚ SERÁS LA ESTRELLA QUE MIRA

Tú serás la voz o la joya

que en la arena aparece,

serás la calma de la pierna

muerta en el bosque.

Y en el centro del acto y del sonido

parecerás una vida de raras hazañas,

con cuerpos y cerebros

que quieren a otros cuerpos,

y desiertos y playas y gargantas

que nada hará desaparecer.

3. LAS COLINAS INTERIORES DEL PLANETA (1980-1981)
1. Las bellas palabras
REGRESANDO A LAS FACTORÍAS

Retrato de paciencias que cortan:

como el aire de los suburbios,

como un trayecto en una línea seca.

Y tu mano se acerca al humo

de las adivinaciones, al olor

aproximando su rostro para que comiences

a temblar en otro cuerpo.

Vuelves a los sueños, a los bosques

de decapitados, a las camas deshechas.

Las inmensas naves vacías dejan

avanzar un lánguido fin de semana,

orilla del canal donde mojabas los pies

entre las siluetas de los desaparecidos.

ESTATUAS AL BORDE DE UNA CAMA

Parecemos muertos cubiertos de nieve

junto a una cama de níquel.

Y un almacén lejano guarda el mugido

que generan cintas rojas

salidas de nuestras cabezas.

Una mano encenderá una pequeña fogata

sin lograr remediar el frío.

Pájaros blancos entran por los boquetes

que las bombas han dejado en el techo

y vienen a posarse en nuestros hombros.

Si pudiésemos abrir los ojos

estaríamos salvados.

FALSAS MADRIGUERAS

Un animal me dice que el río más hermoso

es el mar.

Te quedas solo porque otro cuerpo te refleja

o te lleva a calles, fábricas de rutina y deseo.

Imágenes con un montón de centros:

mandalas que son el tambor

de una antigua ametralladora.

Un rostro solo corre el peligro de ser una nube,

un sol que se infla hasta quedar atrapado

en el jardín de las palabras ferozmente dichas.

Como un par de manos sin cuerpo

aferrándose a la barandilla

mientras la tormenta desarrolla

su interior de terror y naturaleza.

LA BOCA ES UN DADO NEGRO

El torturador encapucha al torturado

y fuera de la cárcel un témpano

comienza a rozar los muros produciendo

un sonido que encaja en cada pulsación

de los voltios que huyen por el cuerpo tendido

o colgado de las barras de un catre oscilante

como un témpano.

Las preguntas quieren revisar una historia,

empotrar los fragmentos que faltan:

y la memoria busca una respuesta que camine

sin peligro por una pradera sin rascacielos

ni chozas, sin vientres desencajados y brazos

y piernas a punto de quebrarse por los golpes.

A VECES LA LUZ ERA EL CELESTE MICROBIO QUE ME COMÍA

Bajaba la luz y me comía,

y yo me iba con mi boquete rojo en el pecho,

un poco con la tráquea afuera,

un poco con la lengua salida

por el agujero dejado donde antes estaba

el ojo que ella se había comido.

Y yo era niño, como tú, como nosotros:

veía en el tiempo lo que el tiempo

también es: pequeños patos diciendo cuá-cuá,

tablas que se convertían en casas,

en muros de calles o en garajes.

Y después, unos años más tarde,

la luz estaba debajo de tu pie,

escondiéndose de su propia deformidad,

huyendo de los espejos que ya había digerido.

QUÉ CREES QUE ES LA VIDA

La vida es el collar caliente

que nuestras madres nos regalan.

Una ladera de noche,

ese dinosaurio que duerme dentro nuestro,

un cuchillo reforzado con espinas.

El malditismo, la podredumbre,

el amor simpático, el capitalismo liberal.

El deseo de hacer poesía.

El amor, el amor que es la bolsa llena de sangre

donde los prisioneros respiran.

LA RISA DEL AMOR

En el centro del viento hay una mano

que acaricia tu nuca.

Y mirarás cuerpos lejos de la fijeza

y verás carreteras donde el aire

disimula sus enfermedades

dentro de la mano.

Pero tú girarás danzando

aceleradamente: y tu cuerpo sentirá

que hay algo, una cara,

una pierna, un vientre, una ciudad

que no pueden dejar de escaparse.

Un cielo en miniatura que tu mano

de improviso sostiene,

tan hermoso, tan voraz

que es imposible no dejarlo irse.

LA IMAGEN OBLICUA

Desde el otro lado del pantano

una muchacha de vestido azul arroja

su mirada que rueda cerca de ti

como una flecha, como una hélice

que ninguna piedra puede mellar.

Y un poco más lejos,

en la terraza asoleada de una fábrica,

muchachas secretarias

repiten los dolorosos ritos

de la media mañana,

cuando la caravana de autobuses

comienza a alejarse detrás de las colinas.

LO QUE VIVE EL MAPA

El mapa se mueve mientras

alguien lo busca.

País, ciudad o tesoro.

Frágiles detalles que la conciencia

construye, ordenándolos en fila,

unos junto a otros o por series.

Mientras los focos de un estadio

irradian un agujero de luz que

parece estar en el centro de la ciudad.

Mientras tu memoria organiza

instintivamente sus velocidades

hasta aparecer seis años atrás

haciendo dedo en una gasolinera

al norte de tu país.

LAS BELLAS PALABRAS

La palabra es hoguera en los palacios

y tienda de campaña en los jardines.

La palabra, tallo de luz,

muela podrida.

Y tú sientes que la sintaxis

es una factoría oculta en el fondo

del pantano, mugido que no para,

silencio que la envuelve.

La palabra es la voz de los resucitados

que no han muerto, es el juego que se aleja

invisible, pero no sin antes danzar

con sus cortinas flameantes

frente a tu rostro con cerebro,

que es donde vive la palabra

antes de desaparecer.

TU CEREBRO SE MUEVE EN UNA FOTOGRAFÍA

La raíz o columna vertebral

de una neurona se llama axón

y está unida, tocándolas como dedos

que se palpan dulcemente bajo el agua,

a otros millones de raíces o médulas

hasta formar un tejido que sientes

flotar dentro de tu cerebro,

quizás una inmensa balsa

en la laguna de un cráter apagado.

Miras la fotografía y tu cuerpo

se mueve veloz,

un muslo que vuela,

ojos brillando en la oscuridad.

2. La visión del último trabajo
AZOTEAS

Azoteas en ciudades ya destruidas,

casas en las que vivieron nuestros antepasados,

arrasadas por guerras que hoy ya nadie recuerda;

rumores, huellas en los parques llenos de gente.

Texto agarrotado, reloj que da la hora.

La historia parece imaginación cuando los cinturones

llevan aspas de acero y pinchos

y hay lánguidas miradas de muertos

acodados en las barras de los bares.

O de otra manera, la vida en su subterráneo

o en su pradera de ciudad viva:

el viento que en las azoteas

seca las ropas

y envuelve tu cuerpo.

MÁS SALIDAS

En una playa una enorme boca duerme

mientras las olas sondean las rocas y la arena.

Hoteles y fábricas junto al mar,

colinas donde los árboles y la arena se mezclan.

Pausada visión de los desvíos:

soñamos desde un lugar.

Jardines con pequeñas pirámides,

mesas de hierro pintadas de blanco

y ladrillos abandonados. Los caminos vecinales

¿llenos de barricadas o casetas de policía?

Las densas manzanas de ciudad se transforman

en palacios de colores, complejos habitacionales

sin clase, más parques que los rodean.

Pero vuestros cuerpos bailan para que la noche

llegue con sus luces, sus sirenas y sus intermitentes

mensajes de salvamento.

ZIGZAGUEO

Con la mirada sigues las fases de la luna

mientras el año avanza con sus sistemas,

con sus dulzuras que acaban por ocultarse.

En la ventana de un baño público

una rama rajaba el cielo y tú meabas

mirando las lozas, el chorro amarillo,

la eliminación de todos los vacíos.

Mientras quizá pienses que acumulas

pequeñas historias de vampirismo,

mientras te sientes testigo fantasma

de tus aprendizajes en zonas

suavemente palpitantes.

Cantor de fugaces jardines mentales.

EL BUHONERO

Los bosques aún no se incendian,

los bosques no han sido talados para llevar

la madera a las chimeneas, a las puertas

de casas de representación extranjeras,

y tú caminas dentro del bosque

sin poder hallar las fronteras de ese país

que se mezcla con árboles y animales

que solo tú conoces.

Después encuentras el camino a la ciudad

y en tu mente ya se desarrolla

otro registro, descenso de un leño

hinchado de agua hacia el fondo del lago,

rostros que ningún animal conoce;

de verdad el nacimiento de otra belleza.

Viaje que te llevaba a las orillas

de un bosque aún más grande.

SILUETA ROJA

Ciudad de plata. Humo en las factorías.

Silueta roja, pelo azul. Música sincopada.

Retrato de tu heroína interior.

Mutación de cataclismos. Manos hinchadas.

El frío ronda las mansiones, tu cuerpo,

los barrios aglomerados.

Escribir es la estufa sin usar que toca

una mano de sangre. Y raíces que envuelven

tu brazo. Mientras vivir no es precisamente

forjar y esperar resultados, hacha de piedra

en cabeza de mono.

Sentado eres una estela orgánica. Caminas

y eres parte de un bosque recalentado.

El cerebro y su silueta roja:

los animales en las playas.

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9788415934950
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