Kitabı oku: «Discriminación y privilegios en la migración calificada», sayfa 2

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Más allá del nivel político, interesa la organización de los migrantes como miembros de una misma comunidad de origen (diásporas), como trabajadores integrantes de redes profesionales y comunidades epistémicas, pero también como sujetos que construyen su trayectoria migratoria. Este libro trata, en general, sobre los migrantes calificados en Estados Unidos y, en particular, sobre la descentralización de la política migratoria y su aplicación en el estado de Texas.

Hasta la fecha se han identificado pocos estudios sobre la historia de la migración calificada de mexicanos (Legareta y De la Paz Rivera, 1998), y muchos menos sobre este tipo de migración a Texas (Hernández de León, 1997; Salamanca, 2015), por lo que el planteamiento de esta investigación pretende ser no sólo novedoso, sino también necesario para llenar las lagunas de la bibliografía existente. Sin embargo, sí hay estudios demográficos más generales sobre las características de la población migrante en Texas (Capps, Fix y Nwosu, 2015). Existe también literatura sobre los mexicanos en Texas a principios de siglo XX (Miller, 1980), la política educativa para las minorías que residen en el estado (The Journal of Blacks in Higher Education Foundation, 1998; Harris y Tienda, 2010; Cullen, Long y Reeback, 2013); la lucha para defender los derechos de los mexicanos (Gugliemo, 2006), entre otros aspectos. A partir de la literatura especializada, este estudio aporta una nueva línea de análisis para explorar las consecuencias de los prejuicios hacia los mexicanos en general, para la integración de los profesionistas y para la falta de cohesión de la diáspora mexicana en Texas.

Los conceptos operacionales clave del libro serán los de migrante “calificado” (con estudios de licenciatura) y “altamente calificado” (con posgrado). Un modelo de estudio de la migración anterior, de Boneva y Frieze (2001: 477), presentaba el llamado “síndrome de la personalidad migrante” para mostrar que las personas que desean moverse a otro país tienden a ser más orientadas hacia el trabajo y a estar más motivadas por la realización profesional y por el poder, pero también que están menos animadas por la afiliación personal y menos centradas en la familia, a diferencia de los trabajadores que deciden permanecer en su país de origen. Según las autoras, esta característica sería aún más válida en el caso de los migrantes calificados, quienes privilegian su vida profesional sobre la personal.

Si bien consideramos de vital importancia este antecedente teórico-metodológico, también encontramos que los migrantes calificados, al igual que los de menores calificaciones, centran en la familia su proceso de salida y permanencia en el extranjero. La violencia, la inseguridad y las difíciles condicio­nes de vida en México tienen como consecuencia que los migrantes calificados sean igualmente motivados por factores afectivos (el bienestar de las familias) que por la autorrealización profesional, por lo cual el modelo de personalidad del migrante de Boneva y Frieze tendría que reconsiderarse en función de las situaciones de expulsión-atracción (push-pull) específicas de cada flujo migratorio. Por lo tanto, aquí proponemos un modelo analítico dual de “rechazo vs. privilegios” en la migración calificada, que estudia las contradicciones de este tipo de migración, como los retos de integración en el país de destino y los sentimientos encontrados hacia su país de origen.

El objetivo general del trabajo es demostrar la influencia de la percepción social (opinión negativa) sobre los mexicanos, en las condiciones de integración desigual de los profesionistas de ese país. Si bien este proceso ha cambiado con los años para reconocer la contribución de estos migrantes al estado de Texas en particular y a Estados Unidos en general, aún persisten los estereotipos y la discriminación. Varias preguntas guían el desarrollo de la investigación, entre las cuales destaco las más importantes:

1. ¿Cómo afecta la percepción acerca de los mexicanos como grupo de migrantes de baja calificación en su integración social, laboral y organización como diáspora?

2. ¿Cómo influye el discurso populista en la migración calificada?

3. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de la contratación de trabajado­res profesionistas mexicanos en comparación con otros grupos altamente calificados, como los asiáticos, que prevalecen entre los mi­grantes a Texas?

4. ¿Cuál es la percepción social (medida a través de la cobertura mediática) acerca de los trabajadores extranjeros calificados en Estados Unidos?

Hipótesis y hallazgos

La premisa general de esta investigación consiste en que la presencia de los mexicanos calificados en Texas obedece a ciertas dinámicas de la globalización, en donde las ciudades más heterogéneas étnicamente tienden a atraer más migrantes y, por lo tanto, a prosperar económicamente con base en la multiculturalidad.

Sin embargo, la hipótesis general del libro es que los migrantes mexicanos calificados comparten la percepción global de “los mexicanos en Estados Unidos” como grupo bastante homogéneo, donde predominan migrantes indocumentados y/o de bajas calificaciones, por lo que sus condiciones de contratación y trabajo podrían ser más difíciles que en el caso de los asiáticos y los nativos, debido a prejuicios y discriminación.

Finalmente, planteamos que ha surgido un nuevo paradigma político sobre la migración calificada, según el cual los beneficios de este tipo de mi­gra­ción son cuestionados por primera vez en los países tradicionales de destino. De esta forma, en un contexto de respuesta populista en contra de la globalización, algunos políticos de países occidentales están respondiendo a la antigua crítica de la “fuga de cerebros” en los países de origen con un “recha­zo de cerebros”, para proteger sus propias culturas y economías.

Método y estructura del texto

Esta obra se basa en una gama de metodologías cualitativas: análisis histórico de fuentes primarias, análisis de discursos mediáticos, testimonios de primera fuente con migrantes o recuperados a través de las historias orales. Se recurrió a estas metodologías, que consideramos relevantes para el estudio de la migración calificada, pues ofrecen diferentes perspectivas sobre un mismo problema. En forma similar a nuestro anterior libro, Riesgos de la fuga de cerebros en México. Construcción mediática, posturas gubernamentales y expectativas de los migrantes, recuperamos las voces de actores parecidos, como los medios, los migrantes y los diplomáticos. A ellos les añadimos en esta ocasión a los activistas, además de separar claramente los testimonios de los informantes por profesiones.

En general, la investigación se centró en talentos consumados, es decir, casos importantes de éxito profesional en cuatro ámbitos: a) ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM); b) empresarios; c) médicos y profesionales de la salud, y d) académicos. A manera de contraste, también se incluyen testimonios de jóvenes y estudiantes, talento “en devenir” que podría aún regresar a México. La mayoría de los entrevistados son altamente calificados (con doctorado y posdoctorado).

Cronológicamente hablando hubo un antes y un después respecto de nues­tra estancia de investigación en Texas: en una primera etapa se preparó el trabajo de campo con entrevistas piloto y exploración bibliográfica; después se realizó el estudio de caso propiamente dicho, que consistió fundamentalmente en cincuenta entrevistas con profesionistas de ocho países, más la recuperación de historias orales de migrantes desde 1970 a la fecha, a través de la escucha y transcripción de aproximadamente trece horas de programas radiofónicos.

El libro está dividido en dos partes para separar el nivel macro (contextual) del micro (la vida hoy en nuestro caso de estudio). Una primera parte desglosa los conceptos analíticos, mientras que la segunda comprueba su aplicación a través de historias migratorias que impactan a las comunidades y los individuos. Aunque los testimonios están presentes en todo el libro, en la segunda parte son la esencia de la metodología.

Se pensó la estructura de esta obra en forma piramidal y en este sentido cada capítulo sirve para darle un contexto a lo que sigue, para llegar al final de la historia con un experimento sobre los deseos de emigrar en jóvenes mexicanos. Sin embargo, cada capítulo tiene autonomía y puede leerse en forma independiente de los demás, ya que cuenta con su propia metodología y técnicas de trabajo, que explicaremos con detalles en su momento. Por ahora, presentamos una breve descripción de los métodos y contenidos.

La investigación teórica (capítulo uno) introduce los conceptos de minorías y discriminación, para explicar la doble posibilidad de integración de profesionales extranjeros en Estados Unidos, tanto como elites educativas privilegiadas, como en su calidad de extranjeros (“extraños”), muchas veces sujetos a estigma y rechazo en las comunidades de destino.

El análisis histórico de los capítulos dos y tres sitúa la investigación en tiempo y espacio, con la idea de delimitar a la migración calificada antes y después de la llegada de Donald Trump. El método histórico (capítulo dos) se basa en un análisis de documentos inéditos e historias orales en el Acervo de Libros Raros de la Colección Latinoamericana “Nettie Lee Benson” de la Universidad de Texas en Austin. La finalidad es reconstruir la memoria de los prejuicios y la discriminación en las comunidades mexicanas de Texas, desde principios del siglo XX hasta la actualidad, a partir de la idea de que los mexicanos serían en general dóciles, a veces percibidos como amantes del trabajo, a veces señalados como perezosos, pero casi siempre considerados como un grupo menos preparado para el trabajo intelectual.

La historia del presente (capítulo tres) analiza las nuevas condiciones de la política migratoria y la integración de los migrantes en Estados Unidos, impuestas por el planteamiento populista de la administración de Donald Trump, que tiende a rechazar a las elites de todo tipo, ya sea nativas o extranjeras. Este capítulo aplica el análisis teórico del populismo al estudio del discurso mediático relacionado con la migración calificada en Texas y Estados Unidos entre 2015 y 2018. Los medios de comunicación consultados pueden considerarse como fuentes primarias en la medida en que participan en la cons­­trucción de la opinión pública sobre la migración calificada.

La segunda parte de la investigación da voz a cincuenta profesionistas entrevistados a profundidad durante 2016 y 2017. Los prejuicios se estudian a nivel comunitario (capítulo cuatro) e individual (capítulo cinco). Según se detalla en su momento en la explicación metodológica de cada capítulo, el 82 por ciento de los informantes tienen origen mexicano, mientras que el 18 por cien­to (el grupo de contraste) provienen de otros países de América Latina, Europa, Asia y África.

El capítulo 4 estudia el funcionamiento de los prejuicios, el clasismo y el racismo dentro de la comunidad de mexicanos en Texas, y cómo éstos compiten con el origen común para impedir la consolidación de la diáspora de profesionistas mexicanos y de las redes oficiales de cooperación con el país. Además de los testimonios de los migrantes, en este capítulo recuperamos declaraciones originales de representantes del Servicio Exterior Mexicano.

El capítulo cinco propone un modelo de rechazos y privilegios en la mi­gración calificada para desglosar la integración de los profesionistas mexicanos en Texas en función de sus ocupaciones académicas y productivas. Dicho modelo pretende alcanzar valor heurístico y es susceptible de aplicarse en investigaciones futuras.

Además de las entrevistas, este capítulo incluye un grupo focal mixto con tres médicos mexicanos y uno peruano. Este método vino a complementar las entrevistas a profundidad debido a la dinámica de las interacciones: la posibilidad de una discusión mixta de un tema que les preocupa a los cuatro sobre la migración médica y por ser el único grupo de científicos ubi­cados para este estudio que conviven con otros latinos en su trabajo cotidiano. En cierto sentido, este grupo focal se acerca a la etnografía de laboratorio, ya que entrevisté a los residentes en su lugar de trabajo y pude observar sus interacciones en dos ocasiones.

El grupo de contraste (capítulo seis) estudia lo diferente y lo similar en la migración calificada, ya que contrasta a los profesionistas mexicanos con informantes de otros países. Al establecer paralelos entre situaciones que se buscaron variar en la de medida de lo posible a través del trabajo cualitativo, el lector podrá identificar tendencias generales sobre la migración de capital humano hoy en día, las cuales funcionan como conclusiones.

Finalmente, el epílogo presenta resultados de un experimento con jóvenes mexicanos de entre diecisiete y veinte años, quienes aspiran en su mayoría a emigrar por lo menos temporalmente, a pesar de las situaciones de prejuicios y las dificultades de integración a otras culturas. Al parecer, las condiciones de la globalización y la movilidad prevalecen sobre los intentos de volver al cierre de fronteras.

Los anexos del libro son metodológicos y también representativos de algunas de las historias de migración más emblemáticas encontradas. En ellos se incluyen extractos de seis historias de vida que reconstruyen la trayectoria fascinante de algunos profesionistas, también reconocidos como talentos más allá de las fronteras. En este sentido, los anexos podrían tener utilidad didáctica.

Manejo de fuentes

y privacidad de la información

Los datos de los informantes, incluyendo en la medida de lo posible su profesión, edad, origen en México, años de residir en Estados Unidos, fecha de la entrevista y alguna otra información relevante, están marcados a pie de pá­gina. Casi todos los migrantes serán citados en forma anónima, para proteger su privacidad, aun cuando se trate de personalidades destacadas de los mundos científico y empresarial que tuvieron suficiente confianza para contar sus historias y puntos de vista personales.

Las entrevistas se realizaron en español e inglés, con excepción de una lle­va­da a cabo en rumano. La traducción es libre, buscándose respetar en la medi­da de lo posible el sentido original de lo que declara cada informante y editándose mínimamente el contenido para evitar repeticiones y malentendidos.

El trabajo de traducción del inglés al español ha sido central en la escritura de este libro. Casi todas las fuentes consultadas han sido en inglés, así como la mayoría de las entrevistas con migrantes del grupo de contraste en Texas. En todos los casos, se buscó transmitir la información de la forma más cercana a su sentido original.

1 Las visas H-1B fueron suspendidas por dos periodos de seis meses en 2017 y 2018, respectivamente, con la explicación de que era preciso resolver los casos atrasados y reformar el procesamiento burocrático.

2 1836 y 1841, respectivamente.

3 Ingeniero civil por la Universidad Autónoma de Yucatán, originario de Yucatán, residente en College Station, Texas. Entrevistado el 30 de septiembre de 2016.

4 Pancho Argüelles, activista de la organización “Paz y Puente”. Entrevistado el 7 febrero de 2017.

5 Entrevistado el 7 de octubre de 2016.

6 Houston is a city of surfaces: highways, asphalt parking lots, glass skyscrapers, billboards, and miles and miles of suburban sprawl outlined by flat-topped, big-box stores. A city that many think has no past, that rose directly from the swamp, taming the surrounding prairies with concrete, ranch houses, and lawns of thick St. Augustine grass. Houston would likely have starved without immigrants; actually, the city wouldn’t exist without them. The city’s very first settlers were either United States citizens who immigrated to Mexico with Stephen F. Austin or other impresarios who were granted the right to settle in the Mexican state of Coahuila and Texas or they were U.S. immigrants who were intrigued enough by two New York-born land developers’ promises of a soon-to-be-thriving port city and the “luxuries of fish, fowl, [and] oysters” to move to what would briefly be the capital of the Republic of Texas. Many in the first wave to settle in Houston were the descendants of Scottish and English immigrants who in turn migrated from places like Kentucky and Missouri and the enslaved Africans they forced to come with them. The second major wave emigrated from Germany.

Primera parte

Teoría, historia y contexto presente

LA TEORÍA: MINORÍAS DENTRO DE MINORÍAS

Lo incorrecto no deja de estar mal

porque la mayoría participe en él.

LEV TOLSTOY (2005: 7)

Este capítulo ofrece una descripción teórica para entender a los profesionistas como minorías, tanto en su país de destino como en el extranjero. Los conceptos analíticos clave son la discriminación, los prejuicios y los privilegios. Por un lado, los profesionistas son minorías excepcionales, que gozan de privilegios de estatus social y económico pero, por otro, al emigrar se transforman también en minorías étnicas, susceptibles de ser comparadas o confundidas con migrantes con menos educación y recursos económicos, como en el caso de los mexicanos en Estados Unidos. De esta forma, los profesionistas mexicanos enfrentan la discriminación y hasta conflictos con sus propios conciudadanos, lo que conlleva una fragmentación de las grandes comunidades de migrantes fuera de su país.

Las minorías

MINORÍAS Y PSICOLOGÍA MINORITARIA

El concepto teórico de minoría nació en Europa a finales del siglo XIX y rápidamente fue adoptado en otras partes del mundo. Según lo expone Killian (1985; 1996), las minorías nacionales eran un concepto útil para los Estados-nación heterogéneos. A principios del XX se habló también de las “minorías étnicas”, adoptadas incluso en los discursos popular y mediático para referirse a grupos relativamente indefensos y autoconscientes, cuyos miembros estaban sujetos a discriminación.

En la década de 1960, nos recuerda el mismo autor (Killian, 1996: 18), las mujeres fueron tipificadas como la “minoría que es mayoría”. Las nuevas características de las minorías, aparte del número, serían la desviación, la discapacidad y la victimización. El nuevo significado va más allá de lo cuantitativo y de los datos estadísticos, y también cambia el sentido del término, para abarcar desde las colectividades a los individuos que son víctimas de la mayoría por algún tipo de característica. Más que una minoría demostrada a través de los conteos demográficos, se trata de una situación de vulnerabilidad que Killian refiere como una “psicología minoritaria”.

Aun si consideramos a la minoría en términos numéricos, resulta necesario relativizar según nuestro grupo de referencia. Un grupo étnico, religioso o lingüístico puede llegar a ser una minoría en el Estado en su conjunto, pero una “mayoría” en algunos distritos en donde esa mayoría total es en reali­dad una minoría (Dinstein, 1976: 112; Koshy, 2011: 594). Es más, existen minorías que oprimen a las mayorías, como los blancos en Sudáfrica (Ramaga, 1992: 104). De hecho, la perspectiva teórica de Derber, Schwartz y Malgrass (1990), discutida más adelante en este capítulo, reflexiona sobre los profesionistas como minoría en el poder, que gobierna y domina en todas partes del mundo a las demás clases trabajadoras.

En el caso de Estados Unidos, las proyecciones demográficas indican que para 2050, las minorías raciales comprenderán más del 50 por ciento de la población estadounidense, por lo que a mediano plazo se convertirán en “minorías mayoritarias” (Richeson y Craig, 2011: 1). En éste y otros casos, el miedo a las minorías, definidas en términos étnicos y raciales (Denton y Massey, 1989), surge por su potencial de convertirse en mayoría, cambiando de esta forma las relaciones de poder.

En otros de los principales países receptores de migrantes en el mundo, como Canadá, o incluso excolonizadores, como Gran Bretaña, la situación es parecida. Las minorías, incluidas las minorías visibles constituidas por migrantes recientes y diásporas, que no coinciden con el perfil poblacional anglosajón, se podrían convertir en mayoría. No sería un fenómeno nuevo pues, por ejemplo, las islas británicas han sido ocupadas sucesivamente por celtas, romanos, anglos, sajones y normandos.

En este estudio no enfrentamos la dificultad de definir a la minoría en términos cuantitativos, ya que la población estudiada es claramente una minoría étnica, racial y educativa, tanto si la comparamos con la población en Estados Unidos como si tomamos como referencia a la población mexicana migrante. Además, coincidimos con Ramaga (1992: 108) en cuanto a su postulado de que “el estatus de minoría es un reconocimiento de impotencia agravada que se distingue por varias razones de la impotencia de la mayoría”.

Sin embargo, hasta la fecha la investigación psicológica y social sobre relaciones intergrupales se ha centrado casi exclusivamente en las interrelaciones de los miembros de la mayoría (los grupos de alto estatus) con los miembros de las minorías (grupos de bajo estatus). Richeson y Craig (2011: 166) afirman que se sabe poco acerca de las dinámicas psicológicas que afectan lo que hemos denominado relaciones “interminoritarias intergrupales”: las actitudes que los miembros de un grupo de bajo estatus y/o minoritario adoptan, y el comportamiento que asumen frente a los miembros de un diferente grupo de bajo estatus y/o minoritario. Este autor destaca la necesidad de estudiar las relaciones intergrupales intraminoritarias a la par con las relaciones intergrupales tradicionales, para poder comprender la dinámica racial en el siglo XXI.

John Ogbu (1990: 46-47) clasifica las minorías en tres tipos: autónomas, inmigrantes e involuntarias o castleike: a) las autónomas, como los judíos y los mormones en Estados Unidos, son minorías principalmente en un sentido numérico. Pueden ser víctimas de prejuicios, pero no de exclusión por motivos de estratificación. Por lo general, tienen un marco de referencia cultural que fomenta el éxito académico; las minorías autónomas no son el tema de este libro; b) las inmigrantes están compuestas por personas que se mudaron más o menos voluntariamente de su lugar de origen a otra sociedad porque creían que tal acción traería como resultado un mejor bienestar económico, mejores oportunidades generales y/o una mayor libertad política. Por ejemplo, las formas en que los inmigrantes a Estados Unidos perciben y responden a su tratamiento por los blancos estadounidenses y por instituciones como las escuelas (que los blancos controlan) están influidas por las expectativas que llevan consigo a ese país. Estos inmigrantes generalmente experimentan problemas iniciales de adaptación en la escuela, pero sus problemas no se caracterizan por las dificultades de ajuste persistentes o por el bajo rendimiento académico. Los chinos en Stockton, California (Ogbu, 1990) y los indios punjabi en Valleyside, California (Gibson, 1988), son ejemplos célebres de minorías inmigrantes; c) por último, las minorías involuntarias o castleike son personas que inicialmente no eligieron convertirse en miembros de una sociedad; más bien, fueron traídos a esa sociedad a través de la esclavitud o incorporados mediante la conquista o la colonización. Afroamericanos, indios americanos, mexicoamericanos en el suroeste de Estados Unidos, nativos americanos y hawaianos son ejemplos de minorías involuntarias.

DERECHOS DE LAS MINORÍAS

La mayoría de los estudios que se ocupan de los derechos y del reconocimiento de las minorías dan por hecho que la mejoría de su estatus sólo es com­patible con las sociedades democráticas, en la cuales las minorías serían escuchadas, tendrían un papel político reconocido y la sociedad sería de lo más tolerante y libre de prejuicios, lo que evitaría la discriminación.

Si bien se podría argumentar que cualquiera podemos pertenecer a un minoría de alguna manera, por ser zurdos, mujeres, estudiantes, profesores, etc., las únicas protegidas por el derecho internacional son las minorías étnicas, religiosas y lingüísticas (Dinstein, 1976: 111). Los derechos de las minorías interesan como derechos colectivos a la existencia física, a la autodetermi­nación1 y a utilizar los recursos naturales, pero también a nivel individual, en términos de las libertades de expresión, de ejercicio de la profesión o de creencia religiosa.

A pesar de que esta investigación no se centra en el aspecto jurídico sino en el social de la percepción acerca de los migrantes, resulta importante ofre­cer el panorama general de los avances en materia de derechos de las mi­no­rías, con fines de comprensión pragmática y contextual. En este sentido, concordamos con los hallazgos anteriores de De Gaay Fortman (2011: 265), quien encuentra que la preocupación fundamental no debe ser la condición de ma­yoría o minoría como tal, sino más bien la construcción de posiciones do­mi­nantes basadas en elementos colectivamente exclusivos y el abuso real de tales posiciones. Si bien lo que nos debe ocupar es la protección de la dignidad humana colectiva, también es importante trasladar esa misión de los mecanismos de la ONU para la “promoción y protección de los derechos humanos” a un entorno internacional que realmente permita su realización (De Gaay Fortman, 2011: 303).

MINORÍAS PRIVILEGIADAS

Varios autores han hablado del papel vital de los expertos en la sociedad del conocimiento (Hamid et al., 2017; Heisig et al., 2016; Popescu, Com˘anescu y Sabie, 2016, entre muchos otros). En particular, una nueva vertiente en la teoría de capital humano (Ployhart et al., 2014) enfatiza la importancia de estudiar los recursos humanos no sólo a nivel individual, sino también a partir de la dinámica de los equipos que a través de interacciones complejas producen conocimiento. Trabajos de vanguardia como los de Lim (2017) han planteado la selección de migrantes con base en su nivel educativo como un caso de discriminación similar a la que podría estar basada en la raza o el género, debido a que reproduce los estereotipos acerca de los migrantes de bajas calificaciones.

Para los propósitos de la investigación que aquí nos ocupa, remitimos al libro de Derber, Schwartz y Malgrass (1990), centrado en el papel de los expertos como aquellos actores que controlan el funcionamiento de las sociedades humanas a lo largo de la historia. Los autores recuerdan que los eruditos burocráticos-funcionarios o “mandarines” gobernaron China por más de mil años al establecer que, de acuerdo con las leyes de la naturaleza, “debería haber dos tipos de personas: los educados que gobiernan y los incultos que son gobernados” (Derber, Schwartz y Malgrass, 1990: 217). Los mandarines crearon una jerarquía formal de clases basada en las credenciales confucianas otorgadas por los exámenes. Derber, Schwartz y Malgrass (1990) también observan que muchos otros grupos han construido un gran poder a partir de sus presuntos conocimientos, incluidos médicos brujos en sociedades tribales, sacerdotes en la Edad Media y artesanos organizados en sociedades capitalistas del siglo XIX. Los autores concluyen que el basado en el conocimiento es una forma básica del poder. Las jerarquías basadas en conocimientos son mucho más antiguas que las que se sustentan en la propiedad del capital y son esenciales para comprender el poder en las sociedades humanas.

En particular, en Estados Unidos los puestos de trabajo más prestigiosos son los de juez de la Suprema Corte, médico y físico nuclear. Las veinte ocupaciones más apreciadas son prácticamente todas profesionales, incluidos abogados, arquitectos, dentistas, jueces, psicólogos y profesores. Con base en estos detalles y en el hecho de que hacer un trabajo de forma profesional significa “hacerlo bien”, Derber, Schwartz y Malgrass (1990) destacan la existencia de un nuevo tipo de capitalismo —el capitalismo mandarín— basado en la existencia de tres tipos de clases sociales: los capitalistas, los trabajadores y los profesionales. De acuerdo con los autores, “cada clase compite con las demás; los trabajadores codiciando el capital y el conocimiento, [y los] empresarios y profesionales alineados para defender ambas formas de propiedad, incluso mientras luchan entre sí por el botín” (Derber, Schwartz y Malgrass, 1990: 5).

El estudio acerca de los profesionales en el poder permite observar el papel central de la credencialización, lo que Collins y Sanderson (2015) llamaron “sociedad de credenciales”. Sorprendentemente, Derber, Schwartz y Malgrass (1990: 4) plantean este nuevo tipo de poder —la “logocracia”, que consiste en el uso de licencias, patrones y derechos de autor— como un lado oscuro en el dominio del conocimiento, ya que implica la “creación de una nueva mayoría desposeída: la de los no autentificados”. A decir de los autores:

Los profesionales de la clase [de los poseedores] del conocimiento más poderosos de la actualidad no gobiernan en ninguna sociedad. Sin embargo, los profesionales les han infundido, tanto al capitalismo como al socialismo, una lógica mandarina moderna. Al promover una creencia en su propio conocimiento como experiencia objetiva y ayudar a organizar la escolarización y la división del trabajo para satisfacer sus propios fines, los profesionales esencialmente han convertido el conocimiento moderno en propiedad privada. Al igual que en la China mandarina, esa propiedad intelectual se está transformando en la moneda del reino, convertible en poder de clase, privilegio y estatus (Derber, Schwartz y Malgrass, 1990: 5).

Al asociarse los capitalistas y los profesionistas logran controlar los tres factores básicos de la producción: el conocimiento, el capital y el trabajo. “La credencialización, si bien no es jurídicamente vinculante, convierte a los empre­sarios en conspiradores en el monopolio profesional” (Derber, Schwartz y Malgrass, 1990: 109). De esta forma, ellos forman una elite que gobierna sobre los que carecen tanto de capital como de conocimiento, convirtiéndose en una de esas minorías que gobiernan a las mayorías que se describieron en el inciso anterior (aunque Derber, Schwartz y Malgrass no lo planteen en estos términos).

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