Kitabı oku: «El odio y la clínica psicoanalítica actual»

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CARMEN GLORIA FENIEUX & RODRIGO ROJAS (EDITORES)

EL ODIO Y LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA ACTUAL

1ª EDICIÓN, SANTIAGO: PÓLVORA ED., 2020. ;

(COLECCIÓN JUEGOS ANALÍTICOS)

ISBN: 978-956-9441-32-5

ISBN DIGITAL: 978-956-9441-56-1


© 2020, Pólvora Editorial

DISEÑO EDITORIAL Y PORTADA: CAMILA GONZÁLEZ S.

Diagramación digital: ebooks Patagonia

www.ebookspatagonia.com info@ebookspatagonia.com


A nuestros pacientes, que nos sorprenden en su devenir

y que nos regalan la posibilidad de seguir pensando.

ÍNDICE

Prólogo Gonzalo López Musa

Introducción Carmen Gloria Fenieux C.

Parte I: En torno al odio y el concepto de pulsión de muerte

* La pulsión de muerte: perspectivas fenomenológicas en la teoríakleinianacontemporánea David L. Bell

* Amor versus odio. La inspiración para vivir Robert D. Hinshelwood

* Consideraciones acerca del concepto de ataque al vínculo y odio (+ −H). Un caso clínico Jani Santamaría Linares

* Agresión: ¿Vida o muerte? Una investigación sobre las raíces de la agresión Gonzalo López Musa

Parte II: El odio y su relación con el desarrollo

* Volver a concebir la destrucción: sobre “El uso de un objeto y la relación por medio de identificaciones” de Winnicott Thomas H. Ogden

* Del egocentrismo al compañerismo. Una perspectiva Anna-Freudiana de la relación entre hermanos Inge-Martine Pretorius y Fernanda Ruiz-Tagle G.

* Winnicott, Little y Benjamin: el diálogo sobre el odio Adriana Anfusso y Laura de Souza

* Desde el impulso agresivo al rol crucial del odio Susana Trochón

* Aportes para una metapsicología del relacionarse (apasionadamente). Odio, destructividad y telón de fondo dialógico Lucio Gutiérrez

Parte III: El odio en la construcción de otredad

* La constitución del odio: el lazo social y su negativo Rodrigo Rojas Jerez

* Sobre el odio, su producción y la Otredad Joseph Eaton Cabello

* Trauma, odio, silencio. Posibles consecuencias en la traumatogénesis por violencia sexual infantil Valeria Schulz

* Anorexia y bulimia: “La enfermedad del ideal” Vanessa Yankovic

* La clínica del odio y el odio en la clínica. Una aproximación relacional Carla Fischer C., María José Mezzera G., y Paula Vera G.

Parte IV: El odio y la clínica de lo negativo

* Odio y narcisismo Marie France Brunet

* Del odio a la representación. Una concepción de Piera Aulagnier Liliana Messina Schwartz

Parte V: Clínica Psicoanalítica: acerca del odio en la transferencia y la contratransferencia

* Actitud profesional Lesley Caldwell

* El sostén de un tratamiento psicoanalítico. En los límites de la desesperanza Ana María Fabre

Parte VI: Clínica psicoanalítica: consideraciones en la técnica

* El espacio entre dos líneas: acerca de la sobrevivencia del objeto y del sujeto Carmen Gloria Fenieux

* Cuentos de la vida y la muerte Anna Lucia Melgaço Leal Silva

* Transferencia delusional: una oportunidad para el odio Lilian Tuane

Parte VII: Algunas consideraciones del odio a la luz de las artes

* El odio en la vida cotidiana María Alejandra Rey

* El odio en un poema de amor. Una lectura psicoanalítica de Neruda Ricardo Readi

Parte VIII: Reflexiones en relación al odio y lo social

* Odio, el sentido coagulado Jean-Luc Nancy

* “Primero como tragedia, luego como farsa” o ¿cómo es posible la clínica hoy en tiempos de capitalismo hacendal? Ricardo Espinoza Lolas

* El perdón: ¿Un regalo a cualquier precio? Adrian Sutton

PRÓLOGO

Tomar este libro, en el que también he participado con un artículo, para leerlo, es como abrir una puerta hacia el interior de la naturaleza misma de la vida, pero vida pensada y dibujada con pensamientos que encuentran su marco en el psicoanálisis. Pienso que habla de la diversidad y de la vida, lo que resulta muy sorprendente debido al título del mismo: El odio y la clínica psicoanalítica actual.

Siguiendo a Freud, tendríamos que pensar en la muerte más que en la vida; en el fin —en el sentido de término— de la vida, en lo que se opone a ella y trata de llevarla a su conclusión de la manera más rápida. Sin embargo, nos topamos con la vida en cada uno de los escritos de los distintos autores, lo que me lleva al libro de Winnicott, La naturaleza humana (1988), donde nos dice de entrada: “Naturaleza humana es prácticamente todo lo que tenemos”, lo que nos involucra en todo lo que somos y lo que hemos aprendido. Pero al mencionar esto, Winnicott se refiere a quienes la estudiamos, a los psicoanalistas que pensamos desde esta perspectiva para orientar nuestro trabajo con los pacientes, como algo que no es solo un constructo, sino que una esencia del sujeto y del ambiente, y para también seguir existiendo como sujetos al pensar en el odio y trabajar con sus múltiples expresiones en nuestras consultas día a día.

Pero en psicoanálisis no pensamos en la naturaleza del odio sin pensar en la pulsión y su naturaleza, en el trasfondo teórico que nos ofrece para ser pensada e investigada en la clínica para seguir sus caminos y determinar si en ellos hay una naturaleza destructiva, a la manera de la pulsión de muerte, es decir, una dialéctica inevitable de toda vida o, por el contrario, si es el resultado de la vida misma donde lo que se manifiesta es el trazado de ella y lo vital que se perturba y se agota. Distinción relevante que abarca tanto la biología como el mundo de lo inconsciente, el ambiente y las relaciones. Estos cuatro ámbitos de la existencia humana marcan todas las propuestas de este libro, toda la diversidad de los desarrollos de pensamiento y, aún más importante, la clínica con nuestros pacientes y el destino de sus análisis.

Con lo anterior, me refiero a la idea de la dirección de la cura, de la salida del ser humano a la destructividad y el odio, ¿hay en nuestra naturaleza una salida de lo destructivo a lo amoroso como un continuo de una misma energía? O simplemente, ¿nos tenemos que conformar con morigerar o someter a la fuerza del yo aquello que nos es natural y debe ser “domeñado”, en el decir de Freud?

Insisto sin temer a repetirme que este es un libro sobre la naturaleza humana, sobre la naturaleza de la pulsión, y su título nos pone en contacto directo con nuestro trabajo y pensar sobre aquello con lo que trabajamos: el otro y nosotros en una interacción teórico-clínica que puede pensarse a sí misma.

El odio somos nosotros y nuestros pacientes; somos humanos que pensamos nuestra humanidad, la que manifiesta el empuje de la naturaleza que nos compone. Más aún, somos humanos pensando en la naturaleza del odio, de la destructividad, pero con dedicación y cariño. Eso es lo novedoso a destacar en este libro: el cariño y la vitalidad con que los distintos autores se han dedicado a pensar el odio y la destructividad. Esto muestra que las distintas versiones del pensamiento sobre esta materia humana relatan la diversidad del psicoanálisis y la gran riqueza de un pensar que, aunque esté alojado en un mismo y más amplio marco teórico, es divergente.

Es inquietante no poder resolver un tema de manera satisfactoria para todos, que nos deje a cada uno tranquilos, pero este libro, en toda su riqueza, permite alegrarnos de esta falta de tranquilidad que nos pone a trabajar con todo lo que somos, con todo lo que contamos para hacerlo, como resultado de nuestra historia y vida que ha moldeado nuestra naturaleza y la respuesta frente al vivir y pensar el odio y la destructividad.

Todas estas inquietantes diferencias y por qué no decirlo, estas muchas veces irritantes diferencias entre los distintos autores que decidieron hablar de sus pensamientos, compartirlo con los lectores y los otros autores del libro, están planteadas también en su clínica, como el campo donde se pone en juego la diversidad

Agradezco a los editores por esta invitación en la que ellos, al igual que el resto, exponen sus propias ideas, nos alientan a que los acompañemos a disentir o pensar diferente de modo de abrir un abanico de posibilidades para presentarlas a los demás, como lo han hecho tantos autores en tantas disciplinas distintas; variaciones sobre un tema, ya sea de ellos mismos como las 32 variaciones de Beethoven o sobre un tema de otro autor como las variaciones de Chopin sobre el aria “Là ci darem la mano” que alcanza vuelos musicales que no estaban presentes en la ópera de Mozart “Don Giovanni”, una gran creación de la música de la humanidad, sobre la que, a pesar de toda su perfección, Chopin tuvo algo que decir y aportar.

En el caso de este libro, la pieza se llama “el odio” y está compuesta por la vida misma. El instrumento con el que vamos a construir las variaciones es el psicoanálisis, lo que nos abre y acota el campo de nuestros pensamientos, para finalmente hacer las variaciones que surjan de nuestra creatividad.

Nunca llegaremos a agotar las posibilidades y nunca dejaremos del todo satisfechos a los que nos escuchan, por lo que siempre habrá interés en seguir componiendo sobre odio y psicoanálisis por distintos autores, como los convocados a este libro, que tienen distintos idiomas (que fueron traídos al español), culturas y formaciones, así como también distintas trayectorias y notoriedades en nuestro campo, marcando aperturas novedosas que espero nunca lleguen a agotar las posibilidades de hacer variaciones, tanto si se contraponen como si se armonizan.

Quedan todos invitados a esta aventura que, a pesar de ser temática, es sobre la naturaleza humana.

MG. GONZALO LÓPEZ MUSA

Psicoanalista

INTRODUCCIÓN

Odio, es la palabra que nos convoca. Odio y la clínica psicoanalítica actual. La sola palabra odio parece resonar en el cuerpo, impacta, se hace huella, no suena indiferente, tal vez porque nos remite a la complejidad y recovecos de la psiquis, vislumbrando algo del enigma de la existencia humana.

Considerando la contundencia filosófica, epistemológica, psicológica del concepto del odio, así como su condición pivotal en la estructuración de distintas teorías psicoanalíticas, decidimos convocar para el libro El odio y la clínica psicoanalítica actual a diversos autores, representantes de distintas corrientes del psicoanálisis, a escribir y reflexionar sobre este tema angular del acontecer psíquico. La convocatoria fue impactante. De distintas partes del mundo, psicoanalistas, filósofos y grandes pensadores contemporáneos del psicoanálisis aceptaron el desafío de contribuir y matizar con sus propios colores los diversos prismas de este concepto. Impulso, pulsión, sentimiento, emoción, logro, oportunidad, destrucción, muerte, negativo, coagulación, el odio, como quiera que se le pueda considerar, es analizado por treinta autores quienes contribuyen a profundizar en su comprensión.

Freud inaugura la teoría psicoanalítica y con ello crea un nuevo lenguaje (Ogden, 2005). De esta manera, se enarbolan, nuevas concepciones y otras formas de relación humana. Surge el inconsciente, la represión, el aparato psíquico, el ello, el superyó, entre muchos otros conceptos. El mundo toma estos conocimientos y los hace suyos creándose un nuevo lenguaje que genera profunda resonancia en la cultura occidental del siglo XX y XXI. En este proceso, Freud tira el guante con el constructo teórico ‘pulsión de muerte’. Con ello, aborda el innegable tema de lo destructivo en la especie humana. La pulsión de muerte, un concepto eminentemente especulativo y ligado solo al psicoanálisis, “por ver hasta dónde llega” diría Freud (1920), marca el inicio de una profunda discusión al interior de las distintas corrientes del psicoanálisis, definiendo tendencias que continúan desarrollando y construyendo pensamiento, con el deseo siempre imposible, de aprehender el entramado de lo humano. Sin lugar a dudas, estas formas metapsicológicas de comprender lo destructivo, definen muchas veces el acontecer clínico y el manejo técnico en el tratamiento.

A pesar de las diferencias, este libro surge con la idea de convocar estas diversas posturas teóricas y clínicas dentro del psicoanálisis y, desde esta convocatoria, enriquecernos y comprender algo de la complejidad del concepto. La invitación es a tomar los textos y mirarlos a la luz de un caleidoscopio para comprender las infinitas formas que puede tomar el odio como condición ineludible del acontecer psíquico humano. De alguna manera, es un intento de desideologizar la teoría. Esta, si bien es cierto, nos permite pensar, ordenar las ideas, agudizar la mirada, también puede estrechar los márgenes de la imaginación, las ideas, los sentidos, rigidizando la plasticidad necesaria para ejercer el trabajo clínico. Pensamos que, para recrear un psicoanálisis fresco, vivo con cada paciente y en cada sesión, es necesario movernos de la comodidad de la teoría para ir más allá, permitiéndonos que surjan nuevas inquietudes. De esta manera, este libro es una invitación a hacernos preguntas que paradójicamente no podremos responder, ya que son preguntas que en sí mismas son una trampa debido a que no hay certezas, pero pese a ello nos permiten la libertad de seguir pensando.

Naturalmente, la manera en que están organizados los capítulos de este libro es arbitraria, en tanto cualquier separación en el contexto de la estructuración de la psiquis, resulta caprichosa. Sin embargo, hemos tomamos la decisión de dejar en la primera parte la discusión en torno a la pulsión de muerte, sus significados y su implicancia en la clínica. Los autores se plantean principalmente en torno a la teoría de Klein, quien sostiene un modelo de psiquismo donde la pulsión de muerte tiene un lugar central y la envidia aparece como la evidencia de aquella fuerza destructiva. Sustentados en la idea que la ansiedad proviene del amor y odio o, mejor dicho, del amor versus el odio, los autores reflexionan en torno al ataque al pensamiento y el placer por la destructividad asociada a la existencia de la pulsión de muerte. Todo ello desde una metapsicología donde priman los montos de pulsión constitutiva que definen de manera importante el acontecer psíquico. ¿Es el odio un instinto? ¿Existe la necesidad de odiar? ¿Es lo mismo muerte que destrucción? En el tema de lo destructivo, ¿es el retorno de lo reprimido el problema? Son parte de las preguntas que surgen de estas lecturas.

En la segunda parte del libro, se enfatiza la problemática del odio como un logro del desarrollo que depende del ambiente, de la naturaleza de las relaciones y del encuentro con el otro. Lo agresivo se entiende como la forma que tiene el niño de construir realidad, atacando voraz e ingenuamente al objeto anhelado el que, gracias a su sobrevivencia, le permite el acceso a la realidad. Este desarrollo es posible siempre que haya existido un alguien que estuvo no solo dispuesto, sino también, que anheló ser devorado. Así surge el odio, el que es parte del amor, de la excitación, el que se moviliza en los músculos, en el triturar de la comida, en la decisión de ocupar un espacio en el mundo, odio que aparece en el acontecer constructivo/destructivo, que permite la creación del mundo. Los autores en este capítulo se refieren a aquel odio que se constituye como telón de fondo en la estructuración psíquica, dándole profundidad y volumen a dicha estructura. Desde este lugar, se reflexiona en torno a lo violento como una perturbación o patología en la relación entre el pequeño niño y el ambiente.

La consideración del odio como advenimiento de la alteridad se enfatiza en esta tercera parte del libro. Los autores dialogan en torno a la presencia del odio como la dialógica necesaria para la constitución de la separación con el otro. Así, el odio surgiría como una posibilidad de relación para estructurarse en la diferencia. Por ende, el odio aquí es un conflicto en el acaecer del ser en relación con otro ser, el que perturba con su sola existencia. La posibilidad de sentir odio, conlleva el apoderarse de la experiencia como algo propio, “mío”, como un fenómeno que solo le pertenece al sujeto en cuestión. En relación con los desarrollos patológicos del odio, los autores profundizan en la problemática de desubjetivación y anulación del otro como una forma de destruirlo sacándolo de su condición de sujeto. También, desde la vereda de la patología, se reflexiona acerca del odio como un ataque directo al cuerpo, así como un ataque al vínculo. Ello implica una movilización inconsciente cuya fuerza se dirige a no dar espacio a la existencia del otro. Una fuerza destructiva que rechaza la vulnerabilidad y que, por ende, busca aplacar el deseo y la necesidad.

En la cuarta parte del libro, el odio se entiende como una estructuración en la ausencia de lo amoroso, como un negativo que se actualiza. Desde esta mirada, el odio surgiría secundariamente a la pérdida del amor del objeto, a pesar de su presencia física, con la consiguiente pérdida del sentido para el sujeto. Estos fenómenos serían el resultado de un mecanismo de desinvestidura, esencialmente del objeto primario, y que afecta la estructuración del narcisismo primario, las tramas representativas y el pensamiento. El trabajo de lo negativo se ve aquí gobernado por el predominio de lo que Green llamó ‘pulsiones destructivas’, denominación que busca liberarse del componente más teleológico del concepto de pulsión de muerte. Lo negativo se expresa entonces como una organización defensiva que niega la vivencia del cuerpo, de los sentidos arrojando al sujeto al vacío existencial. Implica el rechazo a representar el deseo, la necesidad del cuerpo. Rechazo a representar el sentido, la vivencia, la existencia. Ante ese rechazo, se configura el negativo del odio como expresión de pulsión de muerte dirán algunos, como expresión del vacío existencial o como expresión de pulsión destructiva, dirán otros.

La clínica psicoanalítica y el interjuego del odio en la transferencia y contratransferencia constituyen la quinta parte del libro. A través de casos clínicos de trabajo con pacientes que actualizan lo violento, las autoras enfatizan la importancia de la contratransferencia como brújula en el trabajo analítico. ¿Qué implica la actitud profesional desde una perspectiva winnicotiana? ¿Cuál es el límite frente al odio en la transferencia? ¿Cómo distinguir el sobrevivir a la desesperanza y la arrogancia del odio, del masoquismo del analista? Son algunas de las preguntas que surgen de este capítulo.

Consideraciones técnicas específicas en la clínica del odio, tipos de intervención y conceptos teórico-prácticos, están representados en la sexta parte del libro. Dialógica entre relación objetal y relación de uso, transferencia delusional, self en transición y su manejo en la clínica. Escuchar el silencio, desentrañar lo no dicho, lo oculto, lo sentido, para quedarse en las señales del cuerpo, aquello soñado y no soñado, lo imaginado, la emoción no elaborada del analista en el espacio analítico, se utilizan para descifrar, comprender y generar un espacio analítico propicio para algunas intervenciones terapéuticas.

La relación del odio y el arte como expresión de lo sublime en lo humano y expresión de aquello que se palpa con el alma y los sentidos, está representado en la séptima parte del libro. La gran mayoría de las obras de arte requieren integrar en su concepción aspectos destructivos, oscuros, tal vez violentos. Si ello no está presente, es probable que esta sea una producción ficticia y boba que no refleje la complejidad y lo ominoso como representación de lo extraño y sutil en lo humano. Neruda, la poesía y el arte cinematográfico, surgen como oportunidades que los autores nos proponen para acercarnos a otra arista del odio y su relación con el amor.

En la octava parte del libro, los autores discuten acerca de la presencia irrevocable de lo destructivo a través de la historia. Las leyes y el orden social, tal como lo planteó Freud en Tótem y tabú (1913), han surgido como un intento de delimitar las manifestaciones del odio y los procesos violentos sociales. Sin embargo, la brutalidad y las guerras parecen ser tan antiguas como la humanidad. El odio surge como síntoma en el femicidio, el racismo, el machismo, el chovinismo, la xenofobia. El resurgimiento de regímenes fascistas y autoritarios en el mundo contemporáneo actualiza una estructuración política que se fundamenta y sustenta en el odio. Odio a lo distinto. Así surgen gobiernos cuya administración del odio, como defensa frente al miedo, es una manera efectiva de conservar el poder. Los autores reflexionan en torno al odio como respuesta al miedo a ser vulnerados en la propia identidad, a ser robados de nosotros mismos, miedo a no tener existencia, todo lo que se vuelca en el enemigo común. El odio, en el decir de Jean-Luc Nancy, uno de nuestros autores, “supone significados cerrados. El odio está hecho de sentido coagulado”. En esta parte del libro, está el interesante artículo de Adrian Sutton que nos lleva a preguntarnos acerca del perdón: ¿Es el perdón una manera de enfrentar la reparación? ¿Cómo se enfrenta el desastre emocional luego de circunstancias sociales dramáticamente violentas?

Esperamos que el lector disfrute, tanto como nosotros hemos disfrutado de la realización de este libro, de las lecturas, la reflexión y las preguntas que surgen. El trabajo de aunar a autores que confluyen en una compilación ecléctica, compleja y siempre abierta, nos ha permitido seguir pensando. Tal vez la palabra ‘intersticio’ (Ogden, 2019, comunicación personal) con toda su potencia y resonancia ontológica, es una buena forma de ligar los trabajos presentados en este libro.

Intersticios como el espacio infinito entre dos seres vivos que definen un acontecer vitalmente impredecible. A su vez, entendemos que el odio en su condición “tumoral”, constituye el límite desde el cual no podemos seguir pensando, soñando o creando. Allí se instala la omnipotencia como confín que niega la complejidad de lo verdadero.

CARMEN GLORIA FENIEUX

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Yaş sınırı:
0+
Hacim:
576 s. 11 illüstrasyon
ISBN:
9789569441561
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