Kitabı oku: «Encuentros de contextos desde la reflexión bioética», sayfa 3

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Kemp y Rendtorff

La mirada europea de la dignidad, representada por la propuesta de Kemp y Rendtorff (Siurana, 2010), se basa en reconocer a cada persona individualmente como un punto clave, en permitir el desarrollo del sentido de pertenencia a cada ser humano y en comprender y respetar los principios en bioética y bioderecho de la autonomía, la dignidad humana, la integridad y el reconocimiento de la vulnerabilidad, todo ello en el marco de la solidaridad y la responsabilidad (pp. 129-130). En estos términos, la vulnerabilidad expone al ser humano a la posibilidad de ser despojado incluso de su propia dignidad. Es decir: según la concepción europea, aquello que se denomina dignidad humana, que debería ser inherente al ser humano, es una atribución de la que puede ser despojado, o de la cual puede despojar a otros.

Considerar a la vez la mirada europea de la dignidad –en su sentido de pertenencia a cada individuo– y la mirada latinoamericana –que señala a los colectivos humanos como poseedores de una dignidad propia que puede perderse por interés o por despojo– nos permite comprender cómo los seres humanos constantemente nos debatimos entre lo que somos y lo que debemos ser como individuos para los demás y con los demás. Esto determina el conflicto del ser, que va más allá de la guerra: se nos presenta en el día a día.

El despojo de la dignidad (reflexión final)

No es fácil leer Oscuro bosque oscuro. No es grato ni nos reconcilia con la vida, pero es importante hacerlo para desenmascarar el alma humana, para enfrentarnos con nosotros mismos y mostrarnos de manera contundente que no hay límite a la crueldad, que muchos fantasmas forman parte de nosotros, de nuestro pasado y de nuestro presente.

Volpi nos pone ante la responsabilidad de quien lee, interpreta y vive la historia narrada, y por eso constantemente nos llama, nos convoca, nos sacude y nos incita a participar en el batallón de reserva. Con esto no solo nos recuerda nuestra propia vulnerabilidad, nuestras debilidades y ausencias, sino que perturba nuestra paz y comodidad como lectores. Sentirnos buenos, nobles y dignos no nos brinda ninguna seguridad. Si nuestros fundamentos éticos no están suficientemente estructurados podemos ser víctimas del discurso del poder, perder nuestra dignidad y despojar a los demás de la suya.

Tú también despiertas, lector, en las barracas,

tú también has dejado atrás a tu familia,

a tu esposa y a tus hijos,

también despiertas solo en las barracas, las inmundas barracas,

eres un policía de la reserva, un policía como los que

ahora te rodean,

un miembro más del batallón 303 de la policía de reserva,

lector (Volpi, p. 38).

Esta convocatoria al lector, a diferencia de lo que ocurre en relatos similares, quiere propiciar explícitamente una reflexión activa frente a acontecimientos terribles que no solo son parte de la novela, sino de todas las guerras y conflictos: “Comprendes ahora, lector, que ya nunca saldrás del oscuro bosque oscuro” (p. 84).

Esta reflexión debe trascender la narración para comprometer todos los aspectos de nuestra vida cotidiana y reflejarse en un análisis permanente de los conflictos personales y sociales en relación con la dignidad y con fundamento en los principios bioéticos. Pensamos que este es, sin duda, uno de los objetivos primordiales de lo que comprendemos como ética narrativa.

Esta es una manera de abordar algunos de los conflictos latinoamericanos en los que clases dirigentes y partidos políticos de esencia supuestamente democrática no han cumplido su verdadero papel de interpretar y solucionar las carencias y angustias de sus pueblos, sino que, por el contrario, han utilizado el poder para beneficio personal, de sus familias y de sus colectivos. En consecuencia, numerosos grupos han padecido la miseria, la falta de educación, la enfermedad y la violencia. Se les ha despojado de su dignidad como personas, pero también como grupos sociales: campesinos, desplazados, indígenas, negritudes, que deberían manifestarse como indignados. Por su parte, esos grupos dominantes carecen también de dignidad; son indignos. Esto lleva a Galeano (2011) a exclamar: “Bienaventurados sean los indignados y malditos sean los indignos”.

Existe una coincidencia entre Kemp y Rendtorff (2000) y Galeano (2011; Sanchís, 2012), en cuanto a la debilidad que tienen las personas para obedecer órdenes con las que no están de acuerdo, y que saben indignas para sí mismas y para los demás. El despojo de la dignidad del colectivo mediante la difusión propagandística del discurso del poder termina por destruir la dignidad del individuo.

En últimas, la historia narrada en Oscuro bosque oscuro puede entenderse como el despojo de la dignidad de individuos y colectivos que claudican frente al discurso del poder. La dignidad individual se pierde por igual en víctimas y victimarios. Las primeras no tienen otra alternativa que asumir el despojo de su dignidad debido al uso de la violencia en su contra; los segundos deben renunciar a su dignidad para hacerse parte del colectivo genocida. También la dignidad colectiva se pierde por igual en víctimas y victimarios cuando caen, sin un propósito, en el discurso impuesto por la guerra, discurso que convierte a las primeras en mártires sin posibilidades de indignarse, y a los segundos en seres crueles e indignos.

Índice analítico y onomástico

dignidad, despojo de la 31, 34, 35, 37-39 Gadamer, Hans-Georg 21-22 Galeano, Eduardo 21-22, 31-36 genocidio 22, 24, 29 hermenéutica 21-22 Kemp, Peter 22, 34, 36-37, 39 Oscuro bosque oscuro 22-24, 26, 27, 30, 35, 37, 39 poder, discurso del 30, 31, 33, 34, 37, 39 propaganda 20, 27, 28, 29, 30-31, 33, 34 Rendtorff, Jacob D. 22, 34, 36-37, 39 Shoá 24 Torralba, Francesc 27 Volpi, Jorge 20, 22, 23, 24, 25, 28, 31, 35, 37 vulnerabilidad 21, 27, 35, 36, 37

Referencias

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Volpi, J. (2009). Oscuro bosque oscuro: Una historia de terror. España: Salto de Página.

Al respecto de esta noción, Ran (2009) indica: “(…) mientras que el término ‘Shoá’ (del hebreo ‘devastación’) refiere específicamente al plan nazi de asesinato del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial, se usa alternativamente la palabra ‘Holocausto’ (de origen griego) para apuntar las atrocidades del régimen nazi y su ‘solución final’ a la cuestión judía, aunque esta no sea la palabra más adecuada debido a su significado original” (p. 26).

Término despectivo con el que popularmente se designa a los habitantes de la calle, que, según la Onusida (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida), “son personas que por condiciones socioeconómicas y en algunos casos de salud mental se han visto obligadas a desarrollar su cotidianidad en la calle” (Rompecabezas, 2010, párr. 1).

Capítulo 2 Aporte bioético a la antropología teológica católica respecto del trato que el ser humano da al medio ambiente: una aproximación a la ética de la responsabilidad

Juan Gabriel Madrid Restrepo

Introducción

La presente investigación está relacionada con la búsqueda personal de los aportes que la bioética puede hacer, desde su reflexión, diálogo y manejo interdisciplinario, a la antropología teológica de la Iglesia católica respecto del trato que el ser humano da al medio ambiente. Esto teniendo en cuenta que las relaciones interdependientes que se dan en la biosfera no excluyen al ser humano, sino que lo integran como parte de ella.

En no pocos momentos se ha señalado a la Iglesia católica, y en general al cristianismo, de transmitir el antropocentrismo como la dominación y el señorío del hombre sobre la naturaleza, al punto de hacerle responsable en buena medida de la crisis ecológica (Bradley, 1993, pp. 16-17). García (1997) anota lo siguiente: “El cristianismo, se dice, presenta al hombre como dueño y señor del mundo natural, el cual queda convertido en mero objeto de explotación arbitraria” (p. 47). De acuerdo con Amery, “el mandato divino del total dominio del hombre sobre la naturaleza se funda en el hecho de que este es imagen y semejanza de Dios y se encuentra separado por una fosa profunda de los otros seres vivos” (citado en Gafo, 2003, p. 16).

La cosmovisión cristiana es antropocéntrica: “El hombre es el centro del universo; ciertamente no en sentido espacial, pero la visión cristiana de la realidad está básicamente interesada en el hombre y su salvación” (Panikkar, 2009, p. 40). Esta no es solo una cosmovisión clara en la Iglesia católica, sino una postura teológica dogmática; “el Magisterio ha motivado su contrariedad a una noción del medio ambiente inspirada en el ecocentrismo y el biocentrismo” (Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, 2004, “La crisis…”, párr. 6 1).

Con todo esto, las reflexiones en el paradigma católico parecen oscuras en cuanto a la relación entre ser humano y medio ambiente, aunque también se proponen interpretaciones según las cuales el hombre es administrador responsable (Ladaria, 2000). Otras posturas, basadas en el paradigma biocéntrico –también llamado geocéntrico–, muestran al ser humano como una especie más dentro de la biodiversidad que existe en el mundo. Este rechazo a la dualidad hombre-naturaleza genera una nueva respuesta a los problemas medioambientales, la cual exige, según García (1997), “la sustitución del antropocentrismo ético vigente en Occidente por un geocentrismo práctico, cortado a la medida de categorías aportadas por la ciencia ecológica o la biología” (p. 41).

En este trabajo no se busca la sustitución del paradigma antropocéntrico de la antropología teológica católica sino que, respetándolo, se promueven un diálogo y una aproximación desde la bioética que favorezcan la relación del hombre con el medio ambiente. El objetivo es determinar qué aporta la bioética, desde la ética de la responsabilidad, a la antropología teológica católica en cuanto a la relación entre el ser humano y el medio ambiente. Los resultados de la investigación posibilitan la discusión, ya que se hallaron tanto puntos de articulación como fundamentos que dificultan a la bioética una reflexión no religiosa. Entre las conclusiones, se destaca el conocimiento que la bioética le proporciona a la antropología teológica respecto del trato que el ser humano da al medio ambiente, considerando el mundo de la vida sin temor a contradecir la fe y con el ánimo de hacer del planeta en que vivimos un lugar mejor.

Aspectos metodológicos

Este capítulo es producto de una investigación elaborada en la Maestría en Bioética de la Universidad El Bosque. Con el objeto de preservar el rigor académico, se señalan a continuación los aspectos metodológicos que se tuvieron en cuenta para su desarrollo.

La investigación utilizó un enfoque cualitativo. Se entiende por investigación cualitativa “aquella donde se estudia la calidad de las actividades, relaciones, asuntos, medios, materiales o instrumentos en una determinada situación o problema” (Vera, 2008, párr. 1). Para Flick, hay tres elementos clave en la investigación cualitativa que permiten variedad en este enfoque: “Los puntos de vista subjetivos son un primer punto de partida. Una segunda cadena de investigación estudia la causa y el curso de las interacciones, mientras que una tercera trata de reconstruir las estructuras del campo social y el significado latente de las prácticas” (2007, p. 20).

En ese marco, se adoptó una metodología de carácter narrativo y autoetnográfico. El elemento narrativo establece la posibilidad de referirse a experiencias personales e interpersonales, que el elemento etnográfico precisa en un contexto cultural determinado. Se considera que “la investigación narrativa tiene como eje de su análisis a la experiencia humana, más específicamente la investigación narrativa está dirigida al entendimiento y al hacer sentido de la experiencia” (Clandinin y Connelly, citados en Blanco, 2011, p. 139). Esta metodología adquiere importancia en el análisis de lo que escribe el investigador, porque a partir de la información recolectada la existencia cobra significados y cosmovisiones.

No nos limitamos simplemente a recolectar datos, sino que les damos forma a partir de las transacciones con los hombres y mujeres. De la misma manera, no nos limitamos simplemente a informar lo que hallamos, sino que creamos un relato de vida social, y al hacerlo, construimos versiones de los mundos y de los actores sociales que observamos. (Coffey y Atkinson, 2003, p. 128)

Tres miradas

A continuación, se exponen tres miradas que permiten esbozar más claramente la cuestión que se investiga. La primera apunta a la antropología teológica, en la que se define el paradigma antropocéntrico de la Iglesia católica; es decir, la mirada del hombre frente a Dios. La segunda, a la bioética y la ética de la responsabilidad hacia el medio ambiente. Y la tercera, al medio ambiente y su relación con el ser humano desde una aproximación bioética y teológica.

La antropología teológica católica

Para presentar algunos fundamentos de la antropología teológica hay que decir en primer lugar que la formación católica se sustenta en tres pilares fundamentales: la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio. Estos pilares componen el entramado fundamental de la enseñanza teológica y doctrinal del cristianismo católico. A los dos primeros se les puede referenciar con el nombre de “Revelación Divina”, a partir de la cual se elaboran teologías para la formación de los católicos, función a cargo del Magisterio eclesiástico.

Elementos de la teología católica

La teología católica está compuesta por la teología bíblica, la dogmática o sistemática y la fundamental.

La teología bíblica conforma el alma de la teología (Pablo VI, 1965, num. 24), pues allí se contienen la historia, las expresiones de fe y las experiencias de salvación del pueblo de Israel, registradas en el primer testamento. También comprende la plenitud de la revelación de Dios en su hijo Jesucristo, narrada por los cuatro evangelistas y propagada por san Pablo en el segundo testamento (más conocido como Nuevo). Los dos testamentos constituyen la revelación cristiana de Dios, que tiene como destinatarios a todos los hombres de todas las épocas, es decir la Biblia, declarada como Palabra de Dios.

La teología dogmática o sistemática2 concibe razones y enseñanzas reveladas por Dios en Jesucristo como verdades de fe inamovibles, pero necesitadas, en los diferentes tiempos y contextos culturales, de una actualización hermenéutica de su contenido revelado. En otras palabras, pretende “interpretar el mensaje perenne del Evangelio para aplicarlo a la situación perenne, es decir, el objeto de la teología dogmática o sistemática es el significado actual de la fe cristiana para la existencia humana” (O’Donnell, 1996, p. 12).

Por su parte, la teología fundamental se concentra en la razón humana, para entender, y en la revelación cristiana como su contenido fundamental de base, para su transmisión en la Iglesia. Es una teología de diálogo con la cultura, la historia y el lenguaje, que busca resolver problemáticas sobre las relaciones entre razón y fe en un resultado conjunto en el que el misterio de Cristo se revela: “La teología fundamental muestra la fe como un conocimiento, mediante el cual el creyente entra en relación con el objeto revelado” (Fisichella, 1993, p. 52).

Aquí se centra la atención en la teología dogmática o sistemática, de la que surgen varios postulados o tratados teológicos que solo se mencionan de paso, pues no corresponden con el cometido de este trabajo: “De la dogmática proceden tratados que se centran en la Trinidad de Dios, la Creación, Jesucristo encarnado, la Iglesia, los Sacramentos, la Virgen María, la Escatología y la Antropología Teológica” (Morales, 1998, p. 279), esta última central para la presente investigación.

Hay muchos modos de estudiar, investigar y plantear la antropología, en tanto estudio del hombre. Así, la antropología filosófica se pregunta: ¿qué es el hombre?3 El adjetivo indica cuál es el sentido y el modo de reflexión. En el caso de la antropología teológica, cuando se habla de hombre se hace referencia a lo que es el hombre en relación con Dios. Cabe aclarar que existen diferencias entre las confesiones de fe: no es lo mismo una antropología judía que una budista o una hinduista, pues cada religión concreta una relación particular del hombre con Dios. En este trabajo se aborda el problema desde el cristianismo, considerando la relación del hombre con Dios uno y trino, revelado en Cristo.

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303 s. 6 illüstrasyon
ISBN:
9789587391831
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