Kitabı oku: «El fin de los tiempos», sayfa 3
Capítulo 5
El Propio Sistema de la Biblia
- El Esquema Básico
EL ESQUEMA BÁSICO de los dos siglos puede explicarse simplemente por medio de tres afirmaciones o proposiciones.
Proposición 1:
Este siglo y el siglo venidero tomados juntamente engloban todo el tiempo, incluyendo el tiempo sin fin del estado eterno.
La manera más simple de poner de relieve la verdad de esta proposición es comparar dos pasajes paralelos en los evangelios: Mateo 12:32 y su paralelo Marcos 3:29. Mateo 12:32 usa la terminología de los dos siglos. Marcos 3:29, el pasaje paralelo, usa un lenguaje diferente pero sinónimo para transmitir el mismo significado. Observa las palabras enfatizadas en ambos pasajes más abajo:
Mateo 12:32 “A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.”
Marcos 3:29 “pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.”
No es necesario para nuestros propósitos discutir los difíciles asuntos relacionados con el pecado imperdonable. Lo importante para el propósito presente es simplemente que es imperdonable.
El carácter imperdonable de este pecado se deja claro en ambos pasajes, pero en maneras diferentes. Mateo dice que este pecado no será perdonado ni en este siglo ni en el siglo venidero. Marcos especifica este mismo punto cuando transmite lo que Jesús quiere decir con las palabras: “no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.” Por lo tanto, aprendemos que un pecado que no es perdonado ni en este siglo ni en el siglo venidero no es perdonado nunca, sino que es un pecado eterno. Claramente, los dos siglos son equivalentes a todo el tiempo. Los dos siglos juntos engloban todo el tiempo incluyendo el tiempo sin fin del estado eterno.
La misma idea la sugiere Marcos 10:29-30.
29 “Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio.
30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.”
La frase, en el siglo venidero la vida eterna, sugiere claramente que la edad que sigue al siglo presente – el siglo venidero – es tan eterna como la vida recibida en él. Si la vida eterna se recibe en el siglo venidero, la implicación es que el siglo venidero es en sí mismo eterno.
Otro pasaje importante es 1 Timoteo 6:17-19.
17 “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos.
19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.”
Este pasaje enseña que existen las verdaderas riquezas y la vida eterna por venir. (El griego que está detrás de esta traducción es literalmente lo venidero y se refiere claramente al siglo venidero). Esto se contrasta con la vida provisional y las riquezas inciertas de este siglo. (El griego aquí es literalmente la edad presente.) La implicación es que estas dos edades engloban todas las condiciones humanas concebibles. Las dos clases de vida y las dos clases de riquezas se corresponden con los dos siglos. La implicación es que este siglo y el siglo venidero engloban toda la historia humana hasta el tiempo sin fin del estado eterno.
Ahora bien, lo que se ha dicho hasta ahora sugiere la respuesta a la pregunta relacionada: ¿Cuándo comenzó este siglo? La evidencia examinada hasta ahora requiere ciertamente que digamos que este siglo se originó con el principio de la historia humana. No obstante, ¿hay más evidencias de que esto se a así?
Sí, las hay. La Biblia enseña que “este siglo” se originó en el principio de la historia humana en el principio de la creación y de la caída de la humanidad. En otras palabras, comienza en ese complejo de acontecimientos registrados en Génesis 1-3. Si eso es verdad, entonces “este siglo” no comenzó en el tiempo de la primera venida de Cristo, sino que estaba en existencia ya desde el principio.
El origen probable de la terminología de los dos tiempos prueba esto. “Este siglo y el siglo venidero” era una terminología que sistematizaba el contraste del Antiguo Testamento entre el presente estado existente de las cosas y el orden redimido futuro. Probablemente se originó con los rabinos del período Inter-Testamental y fue adoptado por Jesús y Sus Apóstoles como una manera precisa de plantear sistemáticamente la enseñanza del Antiguo Testamento. De este modo, “este siglo” ya debía estar en existencia en el período del Antiguo Testamento.
En concordancia con esto, Jesús y los apóstoles nunca enseñaron que este siglo presente fuera de origen reciente. Más bien, desde el principio mismo de Su ministerio, Jesús asume que este siglo ya está en existencia (Mateo 12:32; Marcos 10:30).
El carácter de este siglo también apunta a la conclusión de que se originó en el conjunto de la creación-caída registrado en Génesis 1-3. Muchas frases relacionadas con la terminología de los dos siglos apuntan en esta dirección. Es el orden natural de la creación. Frases como “los hijos de este siglo se casan” (Luc. 20:34) y “los ricos de este siglo” (1 Tim. 6:17) implican esto de manera muy firme. Es el orden malo producido por la caída. Es un “presente siglo malo” (Gál. 1:4), con Satanás como su “dios” (2 Cor. 4:4).
Debemos concluir que este siglo se originó con los acontecimientos al principio de la historia humana que dio forma al mundo tal y como lo conocemos. Por tanto, “este siglo y el siglo venidero”, se originaron al principio de la historia humana y engloban todos los períodos de la existencia humana hasta toda la eternidad. Si los dos siglos engloban todo el tiempo posible, también, por supuesto, no hay posibilidad de un estado intermedio entre ellos.
No hay ningún período de historia humana antes de este siglo. Comenzó con el principio de la historia humana. No hay ningún período entre “este siglo y el siglo venidero” . El uno sigue al otro inmediatamente. No hay ningún período después “del siglo venidero” . Es eterno.
Proposición 2:
Este siglo y el siglo venidero son estados cualitativamente diferentes de la existencia humana y períodos cualitativamente diferentes en la historia del mundo.
Este siglo no evoluciona ni cambia por medio de ningún proceso natural o gradual hacia el siglo venidero. La diferencia es la que hay entre el orden natural y el sobrenatural. El pasaje crucial aquí es Lucas 20:34-36.
34..Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento;
35..mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.
36 Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
El tema del contexto que rodea este pasaje es claramente la resurrección de los muertos. Jesús utiliza la terminología de los dos siglos para contrastar la era presente con la era de la resurrección – el siglo venidero. ¿Cuáles son las diferencias entre este siglo y el siglo venidero según este pasaje? Se encuentran en la superficie de este pasaje tan claro y tan literal. Los contrastes son entre el matrimonio y el no matrimonio, la muerte en contraste con la no muerte, la mezcla de hombres buenos y malos en contraste con sólo hombres buenos, y de los hombres naturales en contraste con los hombres resucitados. Estos contrastes nos recuerdan muy claramente los conceptos paralelos que se encuentran en la parábola de la cizaña (Mat. 13:24-30; 36-43). En ese pasaje también se encuentra el contraste entre la mezcla del trigo y la cizaña (hombres buenos y malos) en el siglo presente y sólo el trigo (hombres buenos) en el siglo venidero. También se encuentra el contraste entre los hombres naturales en el siglo presente y hombres glorificados (“resplandeciendo como el sol”) en el siglo venidero.
Proposición 3:
Este siglo y el siglo venidero están separados por el juicio de los malos y la resurrección de los justos que concluirán este siglo e inaugurarán el siglo venidero.
Existe un apoyo masivo para esta proposición en el Nuevo Testamento. A continuación se encuentra una muestra. Primero, Lucas 20:35 enseña que alcanzar aquel siglo es equivalente a alcanzar la resurrección de entre los muertos. La resurrección es la puerta de salida de este siglo, y hacia el siglo venidero. Sin embargo, ¿cuándo ocurre la resurrección? Ocurre, según la enseñanza uniforme y repetida del Nuevo Testamento, al regreso de Cristo (1 Cor. 15:22, 23, 50-55; 1 Tes. 4:16).
Segundo, Mateo 13:39-43 se refiere, como hemos visto, al mismo acontecimiento que Lucas 20:35. Es claramente una referencia al juicio de los malos y a la resurrección de los justos que ocurre en la segunda venida de Cristo como el propio Evangelio de Mateo indica (Mat. 24:30, 31; 25:31). Tercero, en el siglo venidero, nosotros recibimos vida eterna (Mat. 25:31, 46). Cuarto, Tito 2:11-13 claramente implica que la segunda venida consuma este siglo e introduce el siglo venidero en su plenitud.
Ese pasaje dice: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.”
Nuestra esperanza en el siglo presente es la aparición de Cristo. Compara esto con Mateo 28:20: “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo13.” Aquí Jesús promete estar espiritualmente presente con Su pueblo hasta la consumación del siglo porque en la consumación del siglo Él regresa corporalmente. Aquí es relevante Juan 6:39: “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.” El último día de este siglo es el día de la segunda venida de Cristo, y es el primer día del siglo venidero.
Aquí, pues, hay tres verdades claras acerca de este siglo y del siglo venidero. Este siglo y el siglo venidero engloban todo el tiempo, incluyendo el tiempo sin fin del estado eterno. Esto significa que no hay período entre ni al lado de este siglo y el siglo venidero. Este siglo y el siglo venidero son cualitativamente estados diferentes de la existencia humana y períodos cualitativamente diferentes en la historia del mundo. Ahí está el contraste más claro entre ellos. Este siglo y el siglo venidero están divididos por el juicio de los malos y por la resurrección de los justos. Estos acontecimientos concluyen este siglo e inauguran el siglo venidero. Estas verdades puras y llanas sugieren tres observaciones prácticas. Se pueden resumir en tres palabras.
Sencillez
¿Qué podía ser más simple que este sistema? Sólo dos edades, no 7, 10, 12, 21 o más. No podría haber una escatología más simple. Los cristianos podrían poner a un lado sus suposiciones de que la escatología bíblica es demasiado compleja para ellos. Sólo hay dos edades – una temporal y natural, la otra eterna y sobrenatural, separadas por la segunda venida, y la resurrección. Si uno capta esto, sabrá mucho más que la mayoría de los así llamados “profesores proféticos” de nuestros días. Son los hombres los que hacen difícil la escatología, no Dios.
Por supuesto que las dificultades de los detalles aún permanecen. No obstante, el esquema básico de la Biblia no está oscurecido. La Biblia enseña un esquema netamente definido y hasta humillantemente simple. ¿Es esta una de las razones por las que tantas personas lo han pasado por alto? ¿Es el sistema de profecía de la propia Biblia como su enseñanza sobre la salvación? ¿Es sólo demasiado simple para los sofisticados?
Aquí, en el esquema básico de los dos siglos hay un sistema integral de profecía. Si se capta este esquema, muchos de los detalles de la profecía bíblica se aclararán de manera extraordinaria.
Similitud
En nuestro estudio de los sistemas de escatología sostenidos por diferentes cristianos durante la historia de la iglesia, distinguimos varias perspectivas. Todas estas perspectivas, se podrían categorizar ya sea como premilenaristas o postmilenaristas en su naturaleza. En otras palabras, se podrían categorizar por la relación del regreso de Cristo con el milenio. Si en una determinada perspectiva se decía que Cristo regresa antes del milenio mencionado en Apocalipsis 20, clasificábamos esa perspectiva como premilenarista. Si en una determinada perspectiva se decía que Cristo regresa después del milenio, clasificábamos esa perspectiva como postmilenaria. En este sentido observábamos que tanto el Amilenarismo (paradójicamente) como el Postmilenarismo eran postmilenaristas, mientras que el Dispensacionalismo y el Premilenarismo Histórico eran premilenaristas. De este modo, hay básicamente dos tipos de perspectivas cristianas sobre la relación del regreso de Cristo y el milenio.
PREMILENARISTA | POSTMILENARISTA |
Dispensacionalismo Premilenarismo Histórico | Amilenarismo Postmilenarismo |
La pregunta que tenemos ante nosotros ahora es muy simple. ¿A cuál de estas dos clases de escatología es similar el esquema básico? ¿Con cuál de estas dos perspectivas es concordante?
La esencia del premilenarismo es, y la acabamos de notar, que hay un reino terrenal de Cristo de mil años después de Su segunda venida y antes del estado eterno. Según cada forma de premilenarismo este es y debe ser el significado de Apocalipsis 20:1-10. En cualquier interpretación premilenarista de ese pasaje, hombres no-resucitados, impíos habitan el período milenario junto con hombres no-resucitados justos después del regreso de Cristo. ¿Es esta doctrina bíblica de los dos siglos coherente con esta perspectiva que es esencial para el premilenarismo? No. La doctrina de los dos siglos confronta al premilenarismo con un dilema imposible. ¿Dónde pondrá el premilenarismo al milenio dentro del esquema de los dos siglos? En este siglo o en el siglo venidero? No puede ponerlo en este siglo. ¿Por qué no? Porque según el premilenarismo el milenio ocurre después de la segunda venida de Cristo, y este siglo concluye con la segunda venida de Cristo. Sin embargo, tampoco puede ponerlo en el siglo venidero. De nuevo preguntamos, ¿por qué? Porque ningún hombre impío no-resucitado permanece en ese siglo. Como hemos visto, sólo hay hombres justos en una condición resucitada. Puesto que no hay ningún otro período intermedio aparte de los dos siglos, el premilenarismo no se puede conciliar con el esquema bíblico de los dos siglos.
¿Será que una de las razones por las que la profecía bíblica ha sido tal misterio para muchos es que se les han enseñado teorías falsas de la profecía que les llevan a afrontar preguntas imposibles en cada página de sus Nuevos Testamentos? Sospecho que, los hermanos premilenaristas tienen problemas y confusión sobre la escatología debido al sistema que han heredado. El premilenarismo es confuso simplemente porque es imposible hacerlo coherente con los pasajes bíblicos más claros y más simples.
Sobrenaturalismo
La escatología bíblica implica un sobrenaturalismo enfático. Ningún proceso gradual puede traer el cumplimiento que la Biblia nos enseña a esperar. La teoría de la evolución no nos sirve de ayuda. No puede haber evolución hacia el siglo venidero. No existe una explicación naturalista ni materialista para la gloria que será revelada. Incluso las mejoras en los hombres y en el mundo producidas por la predicación de la Palabra de Dios nunca transformarán por sí mismas a los hombres hacia la gloria de la resurrección. La esperanza bíblica es y debe ser francamente sobrenatural en su carácter. Sólo la intervención todopoderosa, divina y sobrenatural, puede producir la gloria del siglo venidero – esa es la esperanza cristiana.
Capítulo 6
El Propio Sistema de la Biblia
- El Esquema Optimizado
Hace muchos años, tenía un amigo con el cual había discutido sobre escatología en diversas ocasiones, pero sin ningún éxito a la hora de cambiar sus puntos de vista. Un día me enteré de que había llegado a mi manera de pensar. Preguntándome qué es lo que pude haber dicho para ayudarle, le pedí que me dijera qué pasaje de la Escritura o qué argumentos le habían cambiado su modo de pensar. Su respuesta fue al mismo tiempo humillante e instructiva. Fue algo así como: “En el sistema que se me había enseñado yo tenía una categoría para cada versículo de la Biblia. Tenía un pequeño cajón en el cual yo podía poner cada versículo de la Biblia que alguien pudiera usar contra mi antigua manera de ver la profecía. No obstante, un día, finalmente tuve que afrontar la pregunta de si mi sistema con todos sus categorías y cajones era en sí mismo bíblico.
Uno de los problemas más frecuentes y al mismo tiempo más sutiles que tiene la interpretación bíblica es la manera en que las personas atribuyen sus propios puntos de vista a la Biblia. En lugar de permitir que la Biblia imponga sus propias perspectivas sobre ellos. Se imponen sobre ella sin una reflexión seria todo tipo de ideas y presuposiciones las cuales deberían ser examinadas a la luz de la Biblia. Estas perspectivas e ideas se convierten en los esquemas no comprobados dentro de los cuales se entiende todo lo que está en la Biblia. Estas personas leen sus Biblias, pero siempre a través de las lentes de sus suposiciones incuestionables. Nunca consideran la posibilidad de quitarse sus lentes. Probablemente ni siquiera son conscientes de que las llevan puestas. Nunca piensan en examinar sus lentes por sí mismos a la luz de la Escritura.
Mi única súplica en estos capítulos sobre El Propio Sistema de la Biblia es que te quites tus lentes doctrinales y permitas que la Biblia hable por sí misma. Permite que se siente a juzgar tus propias presuposiciones. Considera si tal vez la Biblia tiene su sistema propio. En este capítulo procederemos a examinar el propio sistema de la Biblia con un poco más de detalle.
El sistema básico de los dos siglos abierto en las tres proposiciones del capítulo anterior puede ser optimizado y complementado con otro material del Nuevo Testamento. Los Estados Unidos de América usan satélites espías de alta tecnología para observar las bases de misiles de adversarios potenciales como China. Las fotografías que muestran la base entera pueden ser ampliadas por computadoras para mostrar detalles concretos de interés en la base de misiles. De manera similar, en este capítulo miraremos con más detalle el esquema bíblico de los dos siglos. Esta optimización de la doctrina bíblica de los dos siglos se puede presentar, de nuevo, por medio de tres afirmaciones.
Proposición 1:
Este siglo es y siempre será un siglo malo.
La proposición aquí es, en otras palabras, que el carácter básico de este siglo siempre será moralmente malo. Una serie de pasajes clave donde se usa la terminología de los dos siglos requiere esta conclusión. Lucas 16:8 habla de hombres malos como los hijos de este siglo y los contrasta con los hijos de luz. Marcos 10:30 enseña que aquellos que han dejado todo por Cristo deben esperar siempre persecuciones en este siglo. Mientras dure este siglo, la persecución será la suerte del verdadero cristiano. Romanos 12:2 es la exhortación de Pablo a no conformarse a este siglo. Este lenguaje asume claramente que este siglo siempre será un siglo malo. En 2 Corintios 4:4 se afirma que Satanás es “el dios de este siglo”. Es, por lo tanto, necesariamente malo. Gálatas 1:4 es la descripción de Pablo de este siglo como el “presente siglo malo” del cual los elegidos han de ser librados por la muerte de Cristo. Efesios 2:2 describe las vidas pasadas, perversas, de los creyentes efesios como “siguiendo la corriente de este siglo”14.
Pasajes tales como estos presuponen y asumen que este siglo presente es, y siempre será, malo. Si este no fuera el caso, podría llegar el día en que la persecución de los cristianos cesaría, cuando no sería malo conformarse a este siglo, cuando Satanás no sería su dios, cuando la descripción de Pablo de este siglo dejaría de ser verdad; y cuando uno podría andar conforme a la corriente de este mundo y ser justo. Todo esto, no obstante, desafiaría las implicaciones claras de estos pasajes.
Tales pasajes confrontan al Postmilenarismo con una grave dificultad. El Postmilenarismo enseña que el bien triunfa sobre el mal en este siglo. La justicia y la paz de este siglo vencen a la injusticia y el odio según el Postmilenarismo. Los postmilenaristas pueden matizar su enseñanza diciendo que ellos no creen que este siglo llegue a ser perfecto o que cada hombre será convertido. Con todo, no obstante, su opinión continúa siendo que en sustancia, el bien triunfa sobre el mal en este siglo. Cuando la Biblia, no obstante, asume que este siglo (que termina, como hemos visto, solamente con la Segunda Venida de Cristo) es y siempre será malo, enseña algo que claramente contradice al Postmilenarismo.
Proposición 2:
Este siglo está en sus últimos días
Una serie de pasajes que usan la terminología de los dos siglos expresan claramente que este siglo está en sus últimos días. Vemos que 1 Corintios 2:6 enfatiza esto por el uso del tiempo presente: “Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; pero una sabiduría no de este siglo, ni de los gobernantes de este siglo, que van desapareciendo” (LBLA). Esto es paralelo a la afirmación de 1 Juan 2:17: “Y el mundo pasa (lit. está pasando), y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. Compárese el versículo 8 del mismo capítulo: “Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.” La misma implicación está presente en Hebreos 9:26, “De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado”. De la misma manera 1 Corintios 10:11 dice, “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.”
Desde la venida de Cristo y Su resurrección, este siglo ha estado en sus últimos días. Está en el proceso de desaparecer. En algunos círculos es muy popular ridiculizar a aquellos cristianos que continuamente declaran que estamos en los últimos días. Con todo, es cierto que desde la primera venida de Cristo este siglo está en sus últimos días. A los cristianos se les enfatiza que esta realidad tiene implicaciones solemnes y prácticas para su vida diaria. Existe un peligro al ridiculizar a aquellos que malinterpretan el Nuevo Testamento en este punto y enseñan perspectivas extremistas de la inminencia del regreso de Cristo. Nosotros mismos debemos de tener cuidado de no perder un cierto sentido de la cercanía del regreso de Cristo. Si perdemos este sentido, perdemos un énfasis práctico importante de la escatología del Nuevo Testamento.
Proposición 3:
Las grandes realidades del siglo venidero han irrumpido y están operativas en este siglo.
El énfasis del Nuevo Testamento que complementa de manera más sorprendente o que optimiza nuestro entendimiento de la estructura de los dos siglos de la historia redentora es que las grandes realidades del siglo venidero, de alguna manera, han irrumpido y están operativas en este siglo. El pasaje más claro aquí es Hebreos 6:4-6:
Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, pero [ después] cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios y lo exponen a la ignominia pública. (LBLA)
El término “poderes”, usado aquí es uno de los términos técnicos en el Nuevo Testamento para milagros. De este modo, la referencia aquí es a los dones de señales milagrosas que acompañaban a la 6 - EL PROPIO SISTEMA DE LA BIBLIA - EL ESQUEMA OPTIMIZADO predicación del evangelio al principio de la era del evangelio. Estos dones de señales anunciaban la venida del reino y la irrupción del siglo venidero. Por tanto, en la presencia de estos dones de señales hay un anuncio de la inauguración del siglo venidero.
Esto sugiere la siguiente ecuación: El Siglo Venidero = El Reino de Cristo. Puesto que el reino de Cristo ya ha comenzado (Heb. 2:9; Ef. 1:21), el siglo venidero, en algún sentido, debe haber comenzado también.
Otros énfasis del Nuevo Testamento apoyan esta afirmación. El siglo venidero es el siglo de la resurrección (Luc. 20:34-36). No obstante, la resurrección ya ha comenzado. Cristo es los primeros frutos de la resurrección (1 Cor. 15:20-23):
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Esta es la explicación para la fraseología peculiar de Hechos 4:2: “resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos”. Aquí se puede añadir otro concepto bíblico paralelo. De la misma manera que este siglo es el siglo de la antigua creación, así mismo el siglo venidero es el siglo de la nueva creación. En un sentido matizado, no obstante, la nueva creación ya ha sido inaugurada.
2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Gálatas 6:15 “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.”
El diagrama siguiente ilustra la superposición o imbricación de los siglos15.
Puede parecer que las proposiciones suplementarias estudiadas en este capítulo complican el esquema básico del capítulo anterior. No obstante, una ilustración puede clarificar cualquier dificultad. Piensa en una pareja joven que están casados y deseando tener hijos. Después de varios años continúan firmes en ese propósito, pero mes tras mes no trae resultados. Finalmente, después de una visita al médico, la esposa anuncia la gran noticia: “¡Esposo, estoy embarazada!” ¡El futuro ha llegado! ¿Pero, ha llegado? Pasa una semana y no hay muchos cambios. Aún queda ese largo período de gestación, antes de que puedan sostener a ese pequeño en sus brazos.
Hay, por supuesto, señales crecientes de que algo está sucediendo: la habitación del bebé es redecorada. La barriguita de Mamá se va haciendo cada vez más grande. Los nervios de Papá se aumentan según se acerca el gran día. Pero a pesar de todo esto no hay una realidad visible. No hay un bebé que arrullar en los brazos. Eso mismo ocurre con el siglo venidero y el reino de Dios. El siglo venidero ha venido en ciertas maneras sutiles pero significativas, pero no ha venido en una realidad externa y gloriosa. De la misma manera que hay una superposición de las épocas en la historia de esta familia, lo mismo ocurre en la historia del mundo. Ahora mismo la historia está embarazada con el siglo venidero.
Esta perspectiva general de la doctrina bíblica de los dos siglos y especialmente la superposición de los dos siglos tiene una amplia importancia práctica y doctrinal para los cristianos. En línea con mi llamado a una escatología del evangelio en el primer capítulo, permíteme proveer unas pocas ilustraciones del significado práctico, del evangelio, de este esquema de la escatología.
Este esquema explica mucho sobre el carácter en dos etapas de la salvación. Explica, en otras palabras, por qué la Biblia habla constantemente de la salvación en términos de ya y todavía no. Por todas partes la Biblia asume el carácter en dos etapas de la salvación: Justificación (Rom. 5:1; Mat. 12:37), adopción (Rom. 8:14-16; con el versículo 23 del mismo capítulo y también Gál. 4:4-6 con Ef. 4:30), y redención (Ef. 1:7 con 4:30), vida eterna (Juan. 3:36; Mat. 25:46), descanso (Mat. 11:29; Heb. 4:9-11) junto con muchas otras de las otras realidades bíblicas asociadas con la salvación, se puede hablar de ellas como de realidades pasadas tanto como de bendiciones futuras. Esto es así porque el siglo venidero que trae la salvación se desarrolla en dos etapas. Existe una superposición de este siglo y el siglo venidero.
Una de las muchas aplicaciones prácticas de esto para los cristianos es el poner de relieve la necesidad de perseverar en la vida cristiana para vida eterna. La mayor parte de los creyentes evangélicos no entienden la necesidad de la perseverancia porque piensan en la salvación sólo en términos de algo que ya tienen. No obstante, según el Nuevo Testamento, también es algo que aún han de recibir. De ahí que, venga la exhortación a los cristianos (que según Mat. 11:28-30 ya han recibido a Cristo como su descanso) de que deben ser diligentes para “entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia” (Heb. 4:11).