Kitabı oku: «Desarrollo histórico de los programas de Psicología en la Orinoquía», sayfa 2

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Como se puede visualizar en la anterior tabla, los primeros catorce programas de Psicología se ofertaron en su mayoría en las principales ciudades del país, en cuatro universidades públicas y diez privadas, ninguna de ellas ubicadas en la región de la Orinoquía, puesto que es hasta mediados de la década del noventa que inicia la apertura de los programas de Psicología en esta región, específicamente en el departamento del Meta. A continuación, se resaltan las instituciones, municipios y año en el que se dio apertura de algunos de estos programas:

Tabla 1.3.

Programas de Psicología en el departamento del Meta


Universidad y municipio Año
1. Universidad Antonio Nariño (Villavicencio) 1994
2. Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Acacias) 1995
3. Universidad Cooperativa de Colombia (Villavicencio) 1995
4. Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Cumaral) 2006
5. Corporación Universitaria Minuto de Dios (Villavicencio) 2011
6. Universidad Santo Tomás (Villavicencio) 2012

Fuente: elaboración propia, a partir del conversatorio Pasado, presente y futuro: desarrollo de los programas de Psicología en el departamento del Meta y su relación con los procesos gremiales.

En la revisión documental realizada se encontró que se han llevado a cabo pocas investigaciones con respecto al desarrollo histórico de la disciplina y de los programas de Psicología en la región, escasamente se encuentran algunos documentos institucionales de los programas sobre su establecimiento en el territorio y un artículo del sociólogo Vizcaíno (2010) sobre el programa de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia en la sede Villavicencio, en el que se resaltan algunas de las necesidades de la región y el abordaje que el programa ha intentado realizar de estas a partir del diseño curricular, las actividades académicas y los procesos de investigación.

De acuerdo con lo anterior, se identifica la necesidad de reconocer los acontecimientos relevantes que han configurado a nivel local el desarrollo histórico de la psicología y cómo estos se articulan e interaccionan con los que se han presentado a nivel nacional. De esta manera, la red de investigadores ubica un primer horizonte investigativo orientado a explorar el desarrollo de la psicología en el departamento del Meta, frente a lo cual reconoce que, para lograr comprender su configuración en la actualidad, es necesario tener presente su construcción a través de los principales acontecimientos que han marcado su historia, los hitos asociados a su desarrollo y la constante transformación del contexto en el que se posiciona.

Investigar sobre este tema es algo de largo alcance, que probablemente requiera de diferentes puestas investigativas, por lo cual en la fase preliminar de este proyecto se tomó la decisión de abordar específicamente el desarrollo histórico de los programas de Psicología en el departamento del Meta. Se considera que estos programas son la base fundamental del devenir de la disciplina en la región, en este sentido el revisar su construcción, visión, apuestas formativas, funciones sustantivas, entre otros elementos, puede dar cuenta, en parte, de ese desarrollo en la región. En la elaboración de este proyecto se reconoce que los hitos históricos no emergen de forma espontánea, sino que son desarrollados por sujetos que favorecen su construcción, por lo cual no solo se revisaron fuentes documentales, sino que también se tuvo en cuenta la voz de sus principales actores.

De acuerdo con la intención de rescatar el desarrollo histórico de cada uno de los programas de Psicología del departamento del Meta, se decide resaltar sus principales hitos y su configuración actual en relación con las funciones sustantivas de la universidad, de esta manera surge la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles han sido los elementos históricos más relevantes que han configurado el desarrollo de los programas de Psicología en el departamento del Meta?, que incluye las siguiente preguntas orientadoras: ¿Cómo se estableció cada uno de los programas en el departamento del Meta? ¿Cuáles fueron los retos con los que se enfrentaron los programas en su apertura y posicionamiento? ¿Qué aspectos se destacan actualmente de la identidad de cada uno de los programas? ¿Cuáles son los proyectos que se encuentran en marcha en cada uno de los programas en torno a las actividades sustantivas de la universidad?

El departamento del Meta como contexto de los programas de Psicología

En el departamento del Meta es bastante reciente el desarrollo de investigaciones académicas en los grupos de investigación de forma interinstitucional; por lo cual, la elaboración de este proyecto fue importante en la medida en que consolidó el primer producto de conocimiento de la Red de Programas de Psicología de la Orinoquía. Esto da cuenta de la labor mancomunada que han asumido estos programas, puesto que visibiliza un trabajo en el que sobresale lo colaborativo y la complementariedad de los mismos, así como también se asume uno de los retos que, como anteriormente se había mencionado, enfrentan las universidades actualmente: el trabajo en red.

Aunado a lo anterior, con esta investigación se pretende resaltar la importancia de las instituciones formadoras de psicólogos, al describir los acontecimientos significativos que han configurado el desarrollo y el posicionamiento de estos programas en el departamento del Meta y que desempeñan un papel fundamental en la consolidación de la psicología como disciplina, ciencia y profesión, en la medida en que son los encargados de enseñar a los estudiantes las competencias esenciales para su futuro ejercicio laboral, en función de la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos y de su rol en la transformación de los contextos sociales. Es así como se convierte en una necesidad rescatar los diferentes acontecimientos históricos y actores que han sido significativos en la construcción, desarrollo y consolidación de los programas de Psicología en el departamento del Meta.

La revisión planteada le apunta en cierta medida a comprender el pasado y presente de los programas, así como el horizonte que tienen frente a los retos que se les presentan y la proyección conjunto en las diferentes funciones sustantivas. Con relación a esto, se requiere visibilizar parte del impacto de los programas y sus posibles aportes a la región, de esta manera es clave realizar una la lectura del contexto, que en este caso —en un aspecto amplio— hace referencia a la región de la Orinoquía que comprende los departamentos del Meta, Casanare, Vichada y Arauca.

Al respecto, Estrada, Moreno y Ordoñez (2014) señalan que en un territorio es decisiva su definición, uso, control y ordenamiento; en este sentido, el territorio de la Orinoquía se ha caracterizado por una dinámica de apropiación privada capitalista orientada a la industrialización, que es regulada por el mercado interno y externo con sus respectivas fluctuaciones, las cuales están asociadas a los ciclos de producción y demandas de materias primas/recursos naturales; es así como se ha configurado un modelo de «desarrollo» que ha sido determinante en las lógicas de ampliación de la frontera agrícola, la concentración de la tierra, las actividades rentísticas y la organización específica de la región.

En lo últimos veinte años, la Orinoquía ha tomado gran importancia geopolítica y geoeconómica, puesto que almacena parte significativa de las reservas petroleras del país y se puede convertir en centro regional de una nueva producción agropecuaria, lo que ha derivado en la ejecución de grandes proyectos que se han diversificado con fines energéticos, agroindustriales y ganaderos que amplían el acaparamiento de tierras, los cuales se encuentran relacionados con actividades de ganadería, explotación de hidrocarburos, agroindustria, infraestructura, minería, producción gasífera, turismo y biocomercio; es así como gran parte de la producción nacional y el crecimiento económico del país en los siguientes cincuenta años se ha proyectado a partir de esta región (Estrada et al., 2014).

Sin embargo, el modelo anteriormente descrito también ha representado una impronta negativa y recurrente en el territorio, relacionada con el ejercicio estructural de la violencia, el despojo, el confinamiento y el desplazamiento forzado de la población de lo rural a lo urbano, por el apoderamiento violento de la tierra en función de la tendencia histórica de la acumulación. Estas relaciones de dominación y explotación han contado con múltiples resistencias y luchas que explican en parte la persistencia del conflicto social y armado, por lo que lamentablemente la producción del territorio de la Orinoquía se ha caracterizado por una conflictividad permanente (Estrada et al., 2014).

La dinámica de este territorio ha derivado en procesos de colonización, que a nivel histórico se podría resumir en las siguientes tres trayectorias: la primera asociada con la violencia partidista, en la que se dio una movilidad demográfica —de miles de campesinos— desde el centro del país hacia los departamentos de la Orinoquía, especialmente hacia el Meta, lo cual fortaleció y cuantificó la dinámica de la población regional desde la década de los cincuenta, la segunda relacionada con factores como la ampliación de la infraestructura, el interés por determinados cultivos, la implementación de redes de comercio, la concentración de la tierra al interior del país, los bajos salarios en la región Andina (Romero, 2005 citado por Estrada et al., 2014), la emergencia de economías ilegales alrededor del cultivo de coca en el norte del Guaviare y en el Meta, entre otros; la tercera trayectoria se desata durante las décadas del ochenta y noventa, relacionada con la explotación de recursos naturales por parte del sector energético, lo que provocó importantes procesos de densificación poblacional por demanda de mano de obra y la creación de pueblos obreros aledaños a los pozos petroleros de territorios como el Casanare y Arauca; también se resalta la dinámica de acumulación regional dependiente de mercados internacionales, como ocurrió con la explotación y producción de quínoa, caucho, tagua, palma africana, soya, arroz, maíz, petróleo y cultivos de uso ilegal (Estrada et al., 2014).

Teniendo en cuenta lo anterior, la guerra y la acumulación capitalista se configuran en una unidad de análisis esencial para comprender las dinámicas territoriales y sociales de la Orinoquía (Estrada et al., 2014), en las que los profesionales de las ciencias sociales como los psicólogos pueden aportar en su intervención y transformación.

Uno de los territorios más representativos de esta región es el departamento del Meta —o los Llanos de San Martín, como también se le conoce—, el cual se encuentra ubicado entre la cordillera oriental al occidente, el río Orinoco al oriente, el río Meta al norte y el río Guaviare al sur, este es uno de los territorios de la Orinoquía más estudiados desde diferentes disciplinas, seguido por el Casanare (González, 2015).

A nivel sociodemográfico, se puede resaltar que según las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, 2017) la población en Colombia es de 49 126 368 personas; para el departamento del Meta según las proyecciones en el 2015 se contaron 961 292 personas y para el 2020 se espera que sean 1 053 871 habitantes. Este territorio se encuentra ubicado en el puesto número 18 de los departamentos con mayor población en el país, lo cual quiere decir que el 2 % de la población colombiana se encuentra en el departamento de Meta.

Este departamento está conformado por 29 municipios, su capital es la ciudad de Villavicencio, que se estima contará para el 2020 con 514 077 habitantes (DANE, 2017), que corresponderán al 48.7 % de la población total del departamento. Esta concentración de personas en la capital hace que los procesos relacionados a factores administrativos, como la actividad comercial y de servicios, se centralicen en Villavicencio, que además es un territorio reconocido por ser el principal centro de acopio y abastecimiento de los municipios del Meta y de la región de la Orinoquía colombiana (Alcaldía de Villavicencio, 2017). Es así como Villavicencio se convierte en un territorio representativo a nivel económico y administrativo no solo para su departamento, sino también para otras regiones del país.

De esta centralización económica y administrativa se deriva el fortalecimiento de ciertos servicios, como por ejemplo la oferta educativa en sus distintos niveles. En lo que compete al nivel de educación superior, desde el Corpes Orinoquía (1996) se planeaba que Villavicencio, el epicentro regional por excelencia, se convirtiera en una ciudad universitaria, dadas las dinámicas que emergían en el proceso de la educación superior (hacia mediados de los noventa se contaba con una oferta creciente de programas de educación superior), la ciencia y la tecnología —las actividades de investigación en las diferentes áreas de la ciencia social también empiezan a tener desarrollo en la década del noventa—. En este sentido, en el Meta se ha “configurado paulatinamente, sin demasiado escándalo, un ambiente universitario que acompaña la actividad comercial y empresarial” (Corpes Orinoquía, 1996, p. 5).

El Ministerio de Educación (2014) por medio del Sistema Nacional de la Educación Superior, localizó 24 instituciones de educación superior en la región que incluyen programas técnicos, tecnológicos, profesionales y de postgrado, de las cuales 7 son de carácter oficial y 17 son de carácter privado. Como previamente se mencionó, entre las universidades que ofrecen el programa de pregrado en Psicología, se identifican la Universidad Cooperativa de Colombia, la Universidad Santo Tomás, la Corporación Universitaria Minuto de Dios ubicadas en la ciudad de Villavicencio; y la Universidad Nacional Abierta y a Distancia con sede en el municipio de Acacías, las cuales aportan al posicionamiento de la disciplina en el departamento.

Las funciones sustantivas en el desarrollo de los programas de Psicología

El desarrollo de los programas de Psicología en la región se puede visibilizar de diferentes maneras, una de ellas es a través de las tres funciones sustantivas que contempla toda institución de educación superior, como lo son la proyección social o como también se le conoce de extensión, la investigación y la docencia, las cuales se relacionan entre sí de forma estrecha. Frente a esto, Fabre (2005) señala que la función social de la universidad se concreta en esos tres procesos que se ponen en ejecución por acción del conocimiento, lo cual se podría conectar de la siguiente manera: la docencia es un proceso de enseñanza y aprendizaje de los conocimientos que son producidos a través de la investigación científica, la cual es representada en las diferentes ciencias que constituyen el contenido de las disciplinas, de esta manera, la extensión universitaria interrelaciona la docencia y la investigación a través de la promoción de acciones orientadas al entorno social que permiten satisfacer las necesidades del desarrollo cultural y generar la solución de problemas.

En coherencia con lo anteriormente señalado, este proyecto contempló entre sus objetivos la identificación del desarrollo de cada una de estas funciones en los programas de Psicología del departamento, en el marco de su contexto histórico.

Figura 1.1. Desarrollo de los programas de Psicología en el marco de las funciones sustantivas. Red de códigos en Atlas ti


Fuente: elaboración propia.

A continuación, se resaltarán algunos de los elementos relevantes de cada uno de estos procesos que se tuvieron en cuenta en el desarrollo de la investigación:

Docencia - Esta función hace referencia a la actividad formadora y promotora de situaciones de aprendizaje en la formación integral de los estudiantes (Morales, Arcos, Carrillo y Reyes, 2015). Esto se lleva a cabo en los diferentes campos disciplinares y profesionales de su elección, a través del desarrollo de programas curriculares y el uso de métodos pedagógicos; es así, como la docencia tiene una función social que implica para el docente responsabilidades científicas y morales en relación con sus estudiantes, la institución y la sociedad (Lozano, Ochoa y Restrepo, 2012). Por ello, se requiere del desarrollo de programas de formación docente que favorezcan la reflexión de este acerca de su actividad, por medio de la enseñanza psicopedagógica y social (Morales et al., 2015).

En lo referente a esta función, se debe tener en cuenta los aspectos curriculares de los programas, en relación con esto, el Ministerio de Educación plantea algunos elementos que deben cumplir todos los programas de Psicología del país:

Artículo 2. Aspectos curriculares. Deberán guardar coherencia con la fundamentación teórica, práctica y metodológica de la psicología como disciplina y como profesión y con los principios y propósitos que orientan la formación desde una perspectiva integral, considerando, entre otros aspectos, las competencias y saberes que se espera posea el psicólogo. (Resolución 3461 de 2003)

De igual forma, en estos aspectos se contempla que los programas de Psicología propendan por: el desarrollo humanístico del estudiante; la fundamentación epistemológica y metodológica para el conocimiento del comportamiento humano, de los contextos y los escenarios en que este se desarrolla; la formación de un pensamiento crítico, abierto y reflexivo; el trabajo interdisciplinario para la conceptualización de problemas; la actividad investigativa y el desempeño profesional; el compromiso social, el respeto a la diferencia y la responsabilidad ciudadana; el discernimiento ético frente a los problemas humanos y sociales; el dominio del discurso oral y de la producción escrita; y el desarrollo en el estudiante del conocimiento y dominio de sí mismo (Resolución 3461 de 2003). Elementos que deben ser tenidos en cuenta en el currículo de los programas de Psicología y en el ejercicio de los docentes de estos programas.

Investigación – Esta función como una actividad regular y parte esencial de la universidad, se empezó a incorporar en el siglo XIX y se terminó de consolidar en la segunda mitad del siglo XX, en la medida en que se fue conformando la actual sociedad de conocimiento (Abeledo y López, 2008), es decir, que es una función reciente en las universidades.

La investigación en el contexto universitario se encuentra articulada con el currículo, es fuente del saber, así como generadora y soporte de la praxis docente; tiene como fin la generación y comprobación de conocimientos, que se orientan al desarrollo de la ciencia, de los saberes, de la técnica, de la producción y de la adaptación de la tecnología, en pro de la búsqueda de soluciones a los problemas de la región y del país (Lozano et al., 2012).

En relación con esta función, los programas de Psicología deben propender por el desarrollo de procesos de formación investigativa básica de los estudiantes, que está dirigida a:

1. La comprensión de los procesos de producción del conocimiento básico y aplicado en el campo de la psicología; 2. El desarrollo de capacidades para el diseño y análisis de proyectos de investigación psicológica, desde diversos paradigmas, incluyendo tanto el uso de modelos y técnicas cuantitativas, como las técnicas de análisis cualitativo; 3. El discernimiento de las responsabilidades éticas inherentes al proceso investigativo y al uso del conocimiento producido; 4. El discernimiento de las responsabilidades éticas inherentes al proceso investigativo y al uso del conocimiento producido. (Resolución 3461 de 2003, art. 3)

Por otra parte, es necesario mencionar que los principales impactos de la investigación se reflejan en la calidad de la enseñanza y en los conocimientos que se transfieren a la sociedad, principalmente a través de las contribuciones de sus egresados (Abeledo y López, 2008). Es por medio de estos que se espera dar cobertura a la demanda de los contextos y que suplan las necesidades psicosociales que competan al quehacer del psicólogo, frente a esto es importante señalar que el número de egresados total en Colombia es de 3 010 882 de todos los programas, en el departamento del Meta se encuentran 30 450 egresados, de los cuales son 6572 de las ciencias sociales y humanas y 695 de Psicología, estas cifras corresponden al periodo entre 2011 y 2014 (Ministerio de Educación, 2017). A partir de estas cifras se observa que el departamento del Meta está a cargo de la educación del 1 % de los egresados a nivel nacional, profundizando en las ciencias sociales y humanas en relación con el departamento producen el 21.6 % de los profesionales y el programa de Psicología en particular aporta el 10.6 %.

Proyección social – Esta función también es denominada extensión o vinculación, la cual implica el desarrollo de acciones de articulación entre la universidad y la comunidad, a partir de un diálogo productivo que genera conocimiento (Bráncoli, 2010). Esta concepción se conecta con la que plantea Ortiz y Morales (2011), quienes indican que la extensión es un elemento dinamizador que facilita el flujo continuo de conocimientos compartidos entre la universidad y la sociedad. Existen tres posibles enfoques de esta función, que son el cultural, el social y el empresarial (Morales, Mira y Arias, 2010, citado por Ortiz y Morales, 2011).

Según Bráncoli (2010), el sentido de la proyección social universitaria “es fortalecer la trama social a partir del reconocimiento de saberes diferenciados pero complementarios en un diálogo que enriquece a todas las partes y produce nuevo conocimiento que favorece los procesos de transformación en la sociedad” (p. 14), en este sentido ese conocimiento emerge de las prácticas de reflexividad desarrolladas desde diferentes dimensiones, del uso de las diversas capacidades de todos los actores y de una labor interdisciplinaria (Bráncoli, 2010).

En el contexto nacional, en el año 2007, la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), a través de la Red Nacional de Extensión Universitaria, elaboró un documento de trabajo sobre políticas de extensión, en el que se plantea la preocupación de las instituciones de educación superior por realizar una participación consciente y comprometida con el desarrollo social, teniendo en cuenta las necesidades y demandas del contexto (Ortiz y Morales, 2011). En este sentido, los programas de Psicología asumen estas políticas, al aportar, interaccionar y retroalimentarse de los contextos en los que se posicionan.

Frente a esta breve conceptualización de las funciones sustantivas, en este ejercicio investigativo se intentó identificar los principales hitos históricos que han emergido en el establecimiento de cada uno de los programas de Psicología en la región en relación con estas funciones.

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