Kitabı oku: «Un paseo por Europa», sayfa 4

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Día 9 de septiembre de 2014. Cuando nacemos es para sufrir y al final morimos, por eso cuando se sale de la barriga de nuestra madre lloramos, porque estábamos bien y sabemos que vinimos a sufrir y la madre, por eso, llora cuando le quitan a un hijo de sus entrañas y ella ya sabe que al tener a su hijo este llorará también, porque ella en nueve meses le comunicó todo lo que venía a hacer en el mundo y su hijo llora, él estaba tan bien, se pregunta ¿qué vengo a hacer aquí? La verdad es que la vida es así. La vida comienza cada día, levántese sonriendo, sacuda la maldad, salga plantado con el bien y corra que la felicidad no espera. Abrace la alegría y no falte nunca más a la hora gloriosa de aquellos que llegaron con tanta gloria, con hechos heroicos y con temor y que tanto engrandecían nuestra historia, mostrando al mundo, así, nuestro valor. La gente determinada, la gente obrera, surcando el inmenso mar en la certeza de levantar con orgullo esta bandera, símbolo de esta patria portuguesa. Todo, sin excepción, quiere alabar aquí, humildemente, recordar para que jamás se olviden tales hechos. Fueron hombres fieles que creyeron que a la gesta de esta patria añadieron tanto esplendor y gloria en sus anales.

Mar alto, ¿por qué te retiras?, por la tarde volverás, ¡pues si me dicen que son mis raíces!, volveré para poder verte en esas rocas chocar, ahora yo podría ir a coger las conchas donde salen esos mariscos y comérmelos, pero hace frío así que me esperaré a ir después cerca de ti, voy a ir a calentarme y mientras vas subiendo haré dorar mi cuerpo con tu aire, mar de mis raíces. Encima de las rocas están mis gaviotas haciéndose las muertas a la espera de que el mar se retire para ir a pescar su comida del día a día, hasta yo vivía cerca de vosotras, mis gaviotas, tengo esperando a las mías que no son de mis raíces, porque vivo en España pero esas viven, bailan y tocan las castañuelas porque los barcos les traen de comer, hay abundancia y no necesitan correr para ir a recoger comida. Pero, vosotras, las gaviotas portuguesas, sois del mar pobre, como yo, andáis descalzas, pero tenéis orgullo de decir: «yo trabajé para ganarlo, no fue cantando».

Mi roca de Praia de Âncora, que en medio del mar se encuentra, cuando el agua pasa por encima, esto quiere decir que la marea no sube más arriba pero no soy yo quien se atreve a ir por allí, si voy me quedo porque una ola me lleva a la deriva, pero sepa o no sepa no sé nada, pues no soy más inteligente ¿qué se puede extraer de este experto? Aquí me voy a callar pues hay gente que está en medio de las rocas, estoy viendo llegar a un pescador que viene de pescar de las rocas pero él está habituado, yo me ahogo hasta dentro de la bañera, así que le pregunto si no tiene miedo y me dice que no, así que le pregunto: «¿qué pescó?». Le dije: «hola, amigo, ¿su pesca fue buena?», me respondió que sí, yo pensaba que estaba pescando percebes que es un marisco muy famoso en Portugal y mi sorpresa fue que era lubina española, que sabe tocar castañuelas. El joven pescador tiene que luchar en medio del mar para pescar con un mar bravo y alto. El joven valiente estaba orgulloso cuando le dije que había pescado un gran pescado, la verdad que el pescado era grande, el otro era róbalo y, entonces, le hice una entrevista y le pregunté: «¿ahora se lo va a comer?», él me contestó: «no, lo voy a vender a un restaurante, pues me esperan todos los días», le respondí: «no me importará conocer el restaurante si me lo sirves porque el pescado es fresco y encima es pescado por un hombre simpático, pero más rico es el pescado, pero mejor está en el plato». Entre una palabra y otra me preguntó: «¿la señora de dónde es?, ¿de aquí?». Yo le pregunté: «¿por qué?, ¿por qué?, nací en Portugal, soy de nacionalidad francesa y vivo en España». Él me respondió: «porque no la veo del estilo de aquí, con su acento y su manera de hablar, tiene un acento particular». Yo le dije: «usted pesca y yo soy bailarina». Entonces él soltó una carcajada y me dijo: «¿es verdad?», yo contesté: «sí», «¿pero profesional?», prosiguió. Le contesté que sí, me preguntó: «¿pero no da clases?». Le respondí: «no, porque no quiero, vamos haciendo campeonatos, el último que hice fue Feeling Dancing, el baile de las estrellas, fue en un barco llamado Costa Fortuna». Él dijo: «entonces usted es grande», le respondí: «usted está mintiendo, está viendo que soy pequeñita», pero él me dijo: «pero grande en artista», yo le contesté: «gracias a Dios, pero ahora voy parando poco a poco, las piernas no siguen mi paso, por eso, yo vengo frente al mar a ver pescar para el tiempo pasar, porque ya poco puedo bailar. Bueno, mi simpático joven, muchas gracias por su simpatía, recogí mi comentario». Además yo estaba grabando y él se sentía orgulloso y me dijo: «gracias por su simpatía», se quitó su ropa de pescar, se metió en el coche, puso su motor en marcha, se metió en el coche y comenzó a rodar y, me saludó con la mano al pasar cerca de mí me hizo una señal de adiós con un gran con sonrisa y le dije: «¡adiós, amigo!».

El sol se quiere ocultar, el mar ya está bastante retirado de mí. Mi marido fue con mi Pinky, mi perrito, hacia las rocas para recoger las conchitas del mar, las gaviotas todas suben y bajan hacia las rocas para recoger sus delicias. Quién me diera ser gaviota para posarme en medio del mar y dar saltitos de piedra en piedra y coger marisco, lamentablemente estoy aquí sobre un banco sentada. Solo mirar hacia el mar que ya está lejos y yo voy a tener que irme a otro sitio que aquí está empezando a hacer frío, el aire del mar refresca en la noche, por allá se va y mañana estará aquí encima para admirar el mar, la ciudad, los coches y la gente que son curiosos como yo, esta vista maravillosa, este aire de marisco y todas estas flores amarillas, a quién no le gusta ser libre y vivir cerca del mar para ver subir y bajar el sol, ya lejos se va a esconderse para que mañana aparezca por detrás del monte, para levantarnos y darnos ganas de estirar los brazos como las gallinas cuando salen del gallinero y yo que tengo que abandonar mi bolígrafo y de escribir e ir para casa para ver qué hacer de comer. Mi marido me admira sentado en una roca, en medio del mar que se fue pues yo también me voy a subir, pero hacia arriba, a mi casa donde un cierto tiempo vine a pensar, vine a tomar notas, este fue el rincón de Minho que debía ser mío. Pero un día llegó las alas abrí y también huí no para pescar pero sí para trabajar.

Nuestras protecciones, adiós mis rocas y adiós mar, si pudiera volver otra vez vendré a visitarte, ahora mismo tengo que irme, la niebla va a caer y yo estoy teniendo frío, es para prevenirme y que me vaya a cubrir porque si no cogeré frío y después nunca se sabe lo que puede pasar con el refresco de la noche, las flores se están cerrando y yo les voy a dejar, baile, sostenme por la cintura, entre tus brazos, enrollándome, no fuerte y con un tierno abrazo como si fuera por última vez. Nuestros cuerpos, ni besos, ¡si yo hablase!, ahí, llevándonos al cielo de la pasión y del amor, ni último suspiro de dolor de la separación que, sin dolor y con destreza, me sostienes por la cintura, entre tus brazos y me enrollas, no fuerte y temo el abrazo.

Me gusta la gente que cuida a las amigas, que se preocupa por los sentimientos de los demás, que trata a los mayores con respeto y que cree que el amor es la fuerza más poderosa del mundo, la gente falsa no habla, insinúa. No habla, genera intriga y no colabora, interfiere, no participa, se infiltra, no sonríe, muestra los dientes, no camina por la vida saboteando la felicidad ajena y sobreviviendo de sus restos. Para conocer a los amigos es necesario pasar por el éxito y la desgracia. En el éxito comprobando la cantidad y la desgracia, la calidad. En la vida como en la fotografía tenemos que transformar los negativos en positivos. Dicen que la sinceridad lastima, pero en mi opinión la mentira hace un estrago mucho mayor. Mientras mi conciencia está limpia sobre mis actos, el juicio de los demás no me interesa.

No te ilusiones con diez mil amigas en Facebook, Jesús solo tenía doce y fue traicionado. Entonces, mis amigas y mis amigos son los que son y yo ya estoy como Jesús, a veces. Hoy la nostalgia habló conmigo, vino a hablar de usted, amiga. Amigas, Ana y Clara, su beso me consuela el corazón, que Dios os bendiga, mis amigas, me encuentro en el silencio total, mi marido duerme y yo estoy meditando qué palabras escribir, me pregunto si mi libro va a gustar a mis lectores, tristezas, melancolías, pocas alegrías, voy diciendo adiós, donde toda la historia de mi vida nació. Yo amo, tú amas, él ama, nosotros amamos, vosotros amáis y ellos aman, ojalá no fuese una conjugación sino una realidad. Me encantan los rumores que existen sobre mí, acabo sabiendo cosas que ni sabía que había hecho, la mayor distancia entre dos personas es el malentendido. No hay juez más justo y más severo que el tiempo. Soy un fan de las vueltas que da el mundo, no adelanta por más tiempo que pase, por más idas y venidas. ¡Ay, mi amigo, el mundo gira! De tal manera que yo me fui a Portugal para ver a mis familiares y a algunos amigos, en cuanto estaba en Francia, todavía veía a alguien hasta que cambié de país, a unos no los he encontrado, a otros ni puedo decir qué piensan porque nosotros vamos siempre a vivir y nuestra hora está llegando y ustedes me van a volver a mirar mi cara sonriente, no la veréis y después lo pensaréis porque no estaba presente cuando ella vino a ver a la gente. Crea que no hay nada imposible porque los sueños de ayer son las esperanzas de hoy y pueden convertirse en realidad mañana, que Dios esté con nosotros, son las nueve de la mañana que buenos vientos traigan una tarde bendecida. Que la paz y la alegría sean nuestras compañías y que todo vaya bien. Que todas mis angustias se transformen en finales felices, que la fe que transforme mi pecho sea el combustible de todo el mundo por aquellos sueños que quiero realizar.

Que la voluntad de ser feliz nunca me falte, aunque yo nunca fui feliz, solamente sobre una pista de baile porque olvidaba todo en el momento que tenía que mostrar mi saber. Para vencer en la vida, es preciso andar, tener garra, determinación y, principalmente, humildad, para ceder y retorcer tantas veces como sea necesario, el buen luchador siempre sabe ceder para alcanzar ser objetivo. Pero esperé me humillé y no gané, entre hijos y hombre, los hombres no son todos iguales. Cada uno tiene su hechizo diferente para hacer una tontería, unos gritan, otros golpean, otros son perezosos, otros ladrones, es una subasta, ¿quién da más?, mi gente, no lloré, muchachas ni mujeres, somos más felices, si nunca en la vida llegaste a vivir con alguien, solita vivirás y no darás explicaciones a nadie. La mujer nació para ser amada y no pisoteada, eso es cierto, pero ahora habrá que saber si cayó, de alguien, enamorada. ¿Sabes por qué en mi cara siempre hay una sonrisa? Porque la vida me enseñó que siempre tenemos que buscar el buen lado de las cosas y recordar que todo sucedió por una razón y por más que sientas que la vida te golpea una y otra vez, lucha y continúa los caminos, mira al futuro. Siempre tenga en la mente que la vida no va a ser justa por un mal momento, demuestre que es lo suficientemente fuerte para seguir adelante y recordar que mantenga su sonrisa siempre, aunque su corazón llore. Así hago yo porque si no todo se va y a mi alrededor todo muere, sonrisa por fuera, dolores y lágrimas por dentro, así yo paso mi tiempo, así cuando paro me miran y dicen que nunca cambio y que siempre estoy igual, que los años no pasan por mí. Pero soy yo la que paso por ellos y Dios sabe el duro dolor que sufro de tristeza y de amor.

Día 10 de septiembre de 2014, dos de la madrugada. El secreto del éxito les confío que no lo sé, pero el de la felicidad es despertar cada mañana en paz y entregar en las manos de Dios todas las horas y minutos y dejar que nos guíe y actúe a nuestra vida. Bueno, yo soy católica y creo en Dios, pero a veces le pregunto a mi Dios, soy tan pequeñita que no me ve por toda la tristeza y maldad que me hicieron y continúan haciéndomelo, mi Dios, tenga pena de mí. Personas, amigas lindas de nuestro corazón, merecéis lindas rosas, acéptenlas. Mi regalo lo traje con mucho cariño para ustedes, la bendición unía alegría, gratitud, fe, amor, esperanza, harmonía, felicidad. ¡Que duerman todos bien y tengan buenos sueños hasta mañana, hasta pronto! ¿Crees que en la vida nada sucede por casualidad? Todo sucede por una razón, todas las personas que conocemos tienen un papel en nuestras vidas, sea grande o pequeño. Algunas nos darán una lección, no para cambiar, sino para tomar conciencia de nuestros errores y ayudarnos a crecer, haciendo de nosotros mejores personas. Y algunas simplemente nos inspiran y aman para hacernos felices. A ver si reciben mi dirección para que yo reciba todas las cosas que hace tanto espero, pero el cartero no sabe dónde vivo yo y nunca lo supo, sentada en este banco de madera orientado al mar, son las 19.20 horas, el mar empieza a quedarse frío y el sol comienza a esconderse detrás del mar. La marea alta ¡ay, quién me diera poder atravesarlo para coger el sol y contar cuentos de amor para quienes añoran amar, vengo de pasear y de hablar un poco con dos amigas que conozco desde hace años y, entonces, una lloraba herida porque su amor se quedó en el mar perdido!

Ser honesto puede que no te dé muchos amigos, pero te dará amigos educados, aprende a confiar en lo que está ocurriendo, si hay silencio. Deja aumentar alguna cosa, deja surgir una tormenta, déjala para ver si así viene la calma, ¿saben por qué dicen que el amor es ciego? porque hay gente que no ama el pelo, no ama la ropa, no ama el cuerpo, no ama el color de los ojos y finalmente no amamos lo físico. La gente ama el sentimiento, la atención, el cariño no se ve, se siente, la verdad puede lastimar por algún tiempo, pero la mentira angustia para siempre. Mire, yo vine de tan lejos a buscar un abrazo porque me dicen que Portugal es mi país, pero Dios me enseñó, con el tiempo, que quien me quiere me dará un abrazo y toma tiempo de dármelo, el Señor me enseñará a esperar mi tiempo. Segura y firme, mi mano, hace aumentar mis fuerzas en la caminata de la vida, al haber sido engañada y me conduce por el mejor camino, guiando mis pasos, me protege de todo mal que me han hecho en mi vida anterior, aumenta mi fe y renueva cada día mi confianza en mí. Porque yo todavía hoy encontré en mi camino gente que no conocía verdaderamente y me confiaron su tristeza, mi Dios, ayude a toda la gente honesta y pobre que son sinceros en la vida y siempre hay alguien que les hace tener una dolorosa vida. Cuando veo a una madre con hijos, que trabaja con sus manos día y noche para ganar su vida honestamente y hay siempre un embriagado que le estropea la vida moralmente y físicamente, hay hijos que se quedan y quieren a la madre porque no hay demonios en la familia. La verdad sea dicha, no fue el país donde nací el que me estropeó la vida, fue la familia, cuántos y cuántas opinando sobre mi vida y dándome consejos, diciéndome «no vayas por ahí», «por ese camino no», «deja de hacer lo que haces», «te modera», «no pienses así», solo les faltó decir «no pienses».

Yo te quiero como para invitarte, no como para que una de estas tardes pises hojas secas, te quiero como para salir al camino a hablar de amor y cosas que hace tanto tiempo que no he visto, en este cuento que hace tantos años visité pisando piedras, te quiero como para volver a ser niños y reírnos embriagadas de nada y pasear, sin prisa, por las calles. Yo quiero ir contigo donde me siento bien pensando en ti, que tan lejos está y la oportunidad huye todo hacia atrás, porque yo estoy muy lejos de ti, no eres tú mi país, son los que ven correr la sangre de mis venas y que fueron conmigo desde el país donde nací, por eso yo en mi raíz no tengo nada, un amigo por aquí y allá y nada más. En las familias si se habla de unos y de otros y se llenan las cabezas y no sé por qué dejan de hablarse, yo viví siempre tan lejos de todos y de todo y no puedo saber cómo soy vendida por todas partes, pero no por la verdad. Porque si todos fueran como yo, nadie sabría nada, cuando me cuentan alguna cosa la guardo para mí, nadie necesita saber de lo que hablé y con quién lo hablé, quiero contar mis raíces, ya no hay nada que exista. Solamente que siento tanta soledad por eso vine a Minho a buscar un poquito de alegría. Dios sabe lo que me costó, menos mal que vi las fiestas de la ciudad. Nada más tengo una familia que me recibió casi diciéndome que me podía ir ya, la realidad fue que vi a amigos que me buscaron, en cuanto a la familia, incluso los había a treinta kilómetros y ni siquiera los vi, mis raíces eran mi padre y mi madre y ya se fueron, ellos Salazar y compañía, aquí se queda otra generación para pudrir otra, hasta me callo, a veces, cuando oigo hablar a gente sobre la familia, acaben de dejar de dominar mis miedos y de dominar mis sueños. La mujer fue hecha de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisada, ni de la cabeza para ser superior, sino del lado para ser igual, bajo el brazo para ser protegida y del lado del corazón para ser amada. Pero veo a más mujeres pisadas que amadas, unas o se callan como yo hice o recibía golpes o me callaba por vergüenza. Qué esconde esa gente, yo te aseguro que ellos no hacen nada, finalmente somos nosotras.

Las hojas marchitas de las flores en otoño, por lo que vine a Portugal para hablar de mis raíces siendo una raíz maltratada en todos los aspectos: los alimentos y el lenguaje para mis propios hijos, pero al final veo tantas personas heridas que me corta el corazón, yo que tanto sufrí, ahora hago por olvidar un poco y escribo sobre mis raíces que hicieron camino en todo, pasé a luchar para ayudar a mis padres, había celos, si me reía era una puta, en fin, no vale la pena, necesitaba escribir libros pero no soy rica. La mayor pobreza que yo tengo es que estropeé mi cuerpo y sufro y mis hijas me abandonaron. Con dos años de escuela me siento feliz, me dieron un diploma por tener buena cabeza y pasé a los demás para ir al extranjero para ayudar a mi padre a criar a mis hijas, bailé y hoy, gracias a Dios, escribo en cuanto me dé fuerzas para poder decir lo que es el dolor y que nadie me vea, no querrá creerlo porque yo solo en el desespero de dolor, no deseo a nadie lo que yo puedo sufrir, pero mientras pude tener un poquito de sonrisa la guardé, hasta eso son celos. Las intervenciones que hice aquí, después, fueron para ver estos árboles verdes y campos porque donde yo vivo no tengo, pero ahora ya no puedo vivir aquí más, terminaron los campos verdes y césped con flores y fiestas del norte y del sur aunque yo era del norte. Pero les voy a decir una cosa que no quería decir a mi madre aunque era una mujer como las de todas esas aldeas, hablaban unas de otras. No tiene nada que ver una cosa con la otra, mi madre merecía el cielo si no fuera por mí, mi padre la había matado con un hacha porque estaba borracho y, pobrecita, fue porque perdió la paga de dos cestos que había hecho mi padre, ella lo hizo sin querer y alguien vio el dinero cómo caía y lo cogieron y no lo devolvieron. Ella entró llorando porque sabía que iba a recibir, si yo no me agarro a los pantalones de mi padre, él parecía un loco y yo adoraba a mi padre, como hoy que no lo tengo y rezo todos los días por su alma. Él cerraba a mi madre y le dio tantos golpes, vivieron casi setenta años casados, ella huyó de su padre porque le pegaba y mi padre era como mi abuelo. Mi abuela, por un puntapié que le dieron, cada vez que iba a hacer pipí, tenía que meter sus manos en sus órganos porque se le caía todo, ya que a mi abuelo le gustaba el agua de color. Pobrecitas las dos que sufrieron con los maridos y mi madre incluso, al final de su vida, soportó a un demonio que la llevó a la sepultura. Cada uno con su cruz, mi madre decía: «haz el bien y no mires a quien» ella cuidó a su madre, su hija les estropeó, solo el dinero le interesaba, mis hijas me abandonaron, yo dañé mi salud para criarlas, me llevé golpes de mi padre y del padre de ellas, mi exmarido, hasta mi hija me pego, qué sería si ella me cuidase al final de mi vida, qué raíces podridas. Tres maltratadas: mi abuela, mi madre y yo, yo por mi hija, quien viva verá la cuarta generación. Sonrío sarcástica, con esas bellas intenciones, tal vez sean deseos altruistas, quién sabe, pues lo siento pero cada vez me quiero más, por lo que soy, cómo soy, cómo vivo, con el rumbo trazado por mí. La verdad es que cambio lo que quiero y lo que no está bien, según mis jefes y los que más cuidaban, o quisieran cuidar de mi vida, no han cambiado y no viven disfrutando de sí mismos.

Palabras poéticas. Gota a gota, mi agua en los ojos es como el pan que se come, poco a poco, después de haber sido generado en el vientre de la semilla, en la llanura y en el muro. Palabra la palabra, las laberínticas letras saltan por el prado donde las juntas en un poema lleno de versos donde recordar la unidad de la gema amarilla, con mucho cuidado, con toda la cautela. Es una pena que a ese nadie les puede tocar porque el dinero es solo para ellos, por lo que pueden pagar la injusticia, la tristeza y la pobreza. Que Dios nos dé la paz en el mundo y que seamos todos unidos, tantos inocentes mueren y no lo han pedido. Y decir que es la guerra de la religión, es difícil de comprender, por qué no vivimos todos unidos, porque no es lo malo de los demás lo que nos llena nuestra vida. En las manos tengo puntas de fuego, miren bien, lujos volcánicos, en los regatos de piedra, del silencioso despertar de la antigua edad de la vida, en la vieja casa dormida. Ciegas de memoria, las hormigas van recaudando pedazos de historia. Ahora dormidos y solos, esos pedazos reposan cerca de un espejo, donde leo a la infancia. Y así, sin querer, el espejo reconvierte la película del ansia del poema mientras me convertí en otra, aquella de cuando nada parecía tener fin.

VILA PRAIA DE ÂNCORA, PORTUGAL

Día 11 de septiembre de 2014, viernes, Vila Praia de Âncora. Sol cubierto, el mar bravo y espumante, las gaviotas pican en la arena y los peces suben la marea, tengo la costumbre de ir a visitar este sitio que atraviesa la ribera que va al mar para ver los peces nadar, las aguas calientes que suben contra el tiempo y viento que manda el agua para atrás y para delante pero yo pienso que no está caliente. La gente pasa para atrás y para adelante, son fiestas y la gente pasea y admira todas las decoraciones de la ciudad, yo me encuentro frente al mar para apreciar el aire del mar. Y la gente tiene la manera de decirles que les quieren vender algo y es su manera para poder robar, que ya no es la primera vez que ellos querían venderme regalos y era solo para ver mi cartera, pues ahora pongo atención porque en Portugal hay muchas personas de todos los países, no solo rumanos. Porque en un paseo visitando con el grupo del crucero de Costa Fortuna, ellas me iban a robar todo a mí y a mi marido, por eso yo miro desde lejos a los rumanos, pero ellas eran gitanas, no sé de qué país. Ahora pongo atención.

Yo prefiero apreciar esta arena tan bonita con estos pájaros pasando cerca de mí que tanta pena me dan, me los querría llevar conmigo a España a ver si ellos hablan la misma lengua, de corazón son iguales, lindas, adiós gaviotas de Vila Praia de Âncora, voy a dar una vuelta para ver a las gaitas y churros de estas fiestas, tiendas de ropa y juguetes, porras, fantasías de todos los modelos y juegos para toda la gente, jóvenes y ancianos.

Oh, mi bella gaviota negra que nunca te había visto, adiós, pajarito, es para decirme que no estoy solita tú tampoco porque yo adoro a los pajaritos, sean del mar alto o de todos los países, tú te quedas en mi recuerdo. Mi alma me advirtió y me hizo percibir la belleza oculta de la piel, la forma y el matiz.

ME LLEVÉ MUCHOS

GOLPES INJUSTOS

Pagaban justos por pecadores. Si perdía el dinero me llevaba una recompensa, si partía una cántara no te la tiraba a la cabeza, te daba una patada en el culo, por si no fuese suficiente, un día me quedé sin las puntas de los dedos de los pies, en lugar de abrazarme me dio dos bofetadas en la cara, otra vez con un canto de agua en la cabeza me dio un puntapié, eso no es nada; el vecino vino a quejarse de que yo había deslumbrado un olivo, entró en casa sin palabra, todos nosotros alrededor del fuego mi madre había puesto la sopa a hervir. Mi padre llegó cerca de mí y me dio un bofetón y se cayó la sopa sobre mi brazo, me quedé con el brazo todo quemado, me despegó las orejas de la cabeza. Mi pobre madre no podía abrir la boca, cosas así angustiaban y por lo tanto tenía un padre adorable que lo adoro aunque ya no lo tengo.

Cuántas angustias le conté después de haber sido madre yo misma y era a él que yo me confesaba. Pasamos momentos de reír hasta llorar, por eso ya no sé qué es mejor, tener padres que son duros con los hijos o los que dejan hacer todo lo que los hijos quieren. Cuando era joven la vida era muy dura y triste, no había de comer. Vida de pobre. Mis padres eran pobrecitos y fui a la escuela a los siete años y solamente hice dos años de escuela. No era obligatorio entonces, mi madre tuvo problemas de salud y yo tenía que ocuparme de mis hermanos mientras mi padre iba a trabajar porque mi madre estaba en el hospital. Tengo una anécdota buena que contar, mi padre fue a trabajar entonces me quedé en casa a cuidar de mis hermanos y hermanas y debía hacer de comer para llevarle a mi padre que trabajaba en una fábrica de sierra de maderas, entonces, todavía no eran las diez horas y yo ya había hecho un kilo de arroz en un bote de más o menos veinte o veinticinco litros para llevar de comer a mi padre pero, al final, no trabajó y cuando llegó a casa ya había hecho la comida para llevársela. Mi padre se partió de risa y se pasaba la vida contando esa historia verdadera.

Entonces yo iba a la escuela lo poco que fui tenía hambre y pasaba por debajo de los manzanos de los vecinos, encontraba una manzana por aquí y allá podrida que solo tenía un trocito de piel porque no había nada para comer, chupaba los trocitos de las ramas de los árboles y, gracias a Dios, teníamos una sopa por la mañana, a mediodía y por la noche, hecha de agua, sal y una cucharada de aceite de oliva, porque en el tiempo no había aceite de girasol, dos coles gallegas, harina de maíz del Molino de Rocha. Los tiempos eran muy duros, el pan se cocinaba cada quince días cuando había harina. Mis padres nos daban el valor de veinte gramos más o menos por la mañana, al mediodía y por la noche y, a veces, ya tenía pelo. Comía arroz, el domingo o pasta o patata, solo cocinado con un poco de cebolla y de aceite porque no había nada y era repartido.

Pero yo lo adoraba, aún hoy pienso que a mis hermanas les gustaba la pasta que hacía nuestra madre. Son recuerdos que no podemos olvidar, cuando mi madre comía las patatas que eran las mismas que las nuestras, pero cuando ella se dejaba un poquito tenía la impresión de que las de mi madre eran mejores. El pan blanco solo lo comíamos por Navidad y en Año Nuevo que nuestros padres nos daban, empezó por la mitad y luego uno entero pero duro, no sé cuántos días tendría. Por eso era normal porque Salazar decía que se debía vivir con poco.

Yo tenía un corazón por el que el mío late así. No dejes de tener allí dentro una respuesta para mí. Dame, corazón. El Señor no puede ser dulce si teme la decepción. Quiero vivir sosegada, confiar en tu sonrisa, amar mucho siendo amada, ¡y olvidarte si fuese preciso!

GENTE SIN EDUCACIÓN

Día 12 septiembre de 2014. Porque estoy aquí, el amor incluí, no excluí, multiplica y suma, no divide. Aproxima, no ahoga. Abraza, no chuta. Comprende, no juzga. Noches de nostalgias y canciones al desafío portugués, Queijadinha y José Malhou y sus fans maleducadas que se pusieron delante de toda la gente ya de cierta edad y toda la gente se fue enseguida para no buscar discusiones con la gente que no merece una palabra y mejor darle desprecio y abandono.

En realidad yo era una de esas que me encontraba a la espera y me fui enseguida, de allí salí. Ni al artista quise ver, me levanté y fui a dar una vuelta con ganas de hacer pipí e hice entre las puertas de los coches, ¡era una urgencia! Si no hubiese sido así tendría que haber perdido mi aparcamiento y no podría ir a pasear y ver a la gente de fiesta en la Vila Praia de Âncora, pero el ruido era tal que di media vuelta y, deprisa, tomé el camino en dirección a mi casa, pero tenía todo grabado y fotografiado para mi recuerdo, así poder contar de aquella pequeña ciudad donde hace años que voy. Toda contenta llegué incluso ni conseguí dormir por la noche por haber paseado, pero mis piernas no funcionaban con gasolina, solo con morfina y pasé una noche bastante dolorosa. Al día siguiente era domingo, no sabía qué hacer, estaba invitada para almorzar en casa de mi hermana pero tenía tantos dolores y llovía a cántaros y yo me decía, qué horror, qué hago, creo que voy a llamar para avisar que no voy, pero me dije, mi Dios, quítame estos dolores, yo soy mujer de palabra y ahora no voy a llamar.

Día 13 de septiembre del 2014, domingo 12.15 horas de Portugal. Y decir que no podía ir, me levanté poco a poco, me puse de camino y fui a terminar a Ponte de Lima, ahí ya había sol y golpeaba. Pasé un buen día, vi cosas que hace muchos años no veía, di una vuelta al pueblo fui a grabar el terreno que era de nuestros padres y a casa, me encontré cercada de espías para hacer la casa a la santa y ángel de mi hermana que nos robó y destruyó a nuestros padres y a nuestro hermano, nadie lo ve, debe de estar encerrado en la habitación a oscuras, como nuestro padre para terminar como él, tuvieron paciencia para todo el día espiarme hasta el cementerio encontrarnos, mi sobrino y su mujer que quieren hacerse querer al mundo ciego que querían mis padres y todos los ayudaron para exterminarlos, obligada a hacer testamento falso.

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412 s. 5 illüstrasyon
ISBN:
9788411142663
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