Kitabı oku: «Pedagogía y literatura: enseñar a pensar», sayfa 5

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La escuela, por su parte, es lugar, espacio, taller y presencia. En la escuela aparecen tres divisiones que son la cátedra, la clase y la lección, que tampoco tienen una diferencia clara, se mezclan entre sí, se articulan para formar un solo lugar. El aula es un lugar para llegar al conocimiento, según la edad, la población y el desarrollo de la mente. Son estos tres aspectos los esenciales: 1. Edad para empezar a conocer; 2. Según la población se dedicará a oficios, artes o ciencias y por la inteligencia; 3. Su relación con objetos, imágenes y libros, lectura y escritura. El número clave de Comenio es el seis, la edad para entrar a la escuela son los seis años; son seis los grados escolares; la clase en Comenio tiene este orden: el maestro enseña, empieza por Dios, el cosmos, lo general y las cosas, por el lenguaje y los signos. De los objetos el principal es el libro y de este la imagen. El maestro lee, repite, escribe, repite. Intenta hacerse comprender. Pone énfasis en los significados, en la gramática, en los signos. Comenio empieza en Dios y termina en los libros. El centro es el conocimiento de los signos, empezando por el signo mayor y los signos del lenguaje. Para Comenio el aula es un lugar de signos de escrituras, no es espacio, es un símbolo, es un signo, de cultura, ciencia y religión. Recorre el lenguaje y el idioma, la lengua vulgar y desde allí hace observar los objetos y las cosas que son también signos escritos. Comenio empieza y termina en la escritura16.

El aula es la misma clase, en la Didáctica magna es un espacio de enseñanza y, sobre todo, de aprendizaje del lenguaje. La enseñanza se basa en el método de enseñar que se dirige a la palabra, al acto verbal. Se trata de descomponer el acto verbal, la frase, la oración, poner la atención del maestro que enseña, en la palabra y enseñar el valor de la palabra, sobre todo su orden y sus significados. Las tres cualidades de la palabra dirigida a los estudiantes en el aula son: facilidad, solidez y rapidez. Estas tres cualidades se complementan con el método adecuado a las ciencias, la lengua y las artes, también a las costumbres y la piedad. El método consiste en perseguir un orden universal que debía estar en todas las cosas y, por supuesto, en el lenguaje. Orden que localiza las cosas y el lenguaje en su desarrollo, desde que comienza la operación del conocer: dónde comienza, cómo sigue y cómo termina. Definir la relación entre mente, cosa y palabra, entre lenguaje y comprensión.

La formación del estudiante consiste en formarle el orden de todas las cosas, primero universal, que está en lo alto; después el singular, que está en la tierra, la naturaleza y el orden que articula lo alto y lo bajo. El orden de Dios con el orden de la tierra y el hombre en la mitad, que ha de adquirir los dos órdenes. La formación buscaba hacer comprender mentalmente estos tres órdenes, Dios, tierra y humano. Esta experiencia del lenguaje y del acto verbal se daba en el espacio del aula. Esta experiencia del orden de Dios, del mundo y de la realidad, acontecía en el pequeño espacio del aula, que era la ventana, la luz, la dirección que había de mirar hacia la eternidad, pues la formación era llegar a Dios, llegar a otra vida, que no la vida terrenal. El hombre católico había de conocerse, para regirse y encaminarse hacia Dios y hacia esa otra vida, fuera de la vida terrena. Esa dirección y esa finalidad se calculaba en grados de formación que se medían toda vez que el hombre se alejaba cada vez más de la tierra.

La escuela y la lección de Lasalle

No hay nada universal en la escuela y el aula de Lasalle, allí todo es particular, son hechos, cosas, espacios divididos en espacios, hasta multiplicarlos. La presencia de la escuela en Comenio deviene del método, del saber racional, de la ciencia y del arte, en Lasalle la presencia es inmediata, visible, palpable. Es una presencia del sujeto, del niño que entra a la escuela. Lasalle empieza su Guía por la entrada a la escuela, a la clase y a la lección. Es un plano subjetivo, para que el niño sienta que entra a la presencia, en Comenio la presencia baja de Dios, del universo, del arriba. En Lasalle estamos debajo de las cosas, que se van a ordenar siguiendo un camino, que es el sustituye el método de la didáctica, que en Lasalle no hay, en la Guía vemos una práctica de subjetividad porque dispone y organiza la conducta, el comportamiento y el cuerpo, paso a paso del maestro y los niños por la escuela y las lecciones.

El lenguaje en Comenio es una letra y un significado para conocer y descifrar. Cada parte del lenguaje requiere de la participación del sujeto para lograr descifrar su sentido. El niño se presenta ante el lenguaje, intenta saber qué es, con la ayuda del maestro, cuya función es saber colocar el orden de las cosas del lenguaje y saber precisar los significados. El lenguaje para Lasalle no es letra o significado, no requiere de la función del conocer por parte del sujeto conocedor, el lenguaje vuelve pasivo este sujeto, lo activo es la gramática, que es un discurso que une, junta, conecta y ordena el mundo exterior, las cosas y los objetos del exterior y se los presentan al sujeto conocedor, que no requiere, no necesita conocer. El lenguaje es el que ordena las relaciones y coloca a cada quién en su lugar y a las cosas en su sitio.

La formación quiere decir que el lenguaje guía al niño antes de entrar a la escuela, en la escuela y al salir de ella. Lo hace desde la entrada, que es el Capítulo 1, allí se describe la puerta y el uso al interior del espacio que se divide en serie de actividades. El Capítulo 2 es la entrada del maestro a la clase. Capítulo 3, el desayuno y merienda. Capítulo 4 es la práctica pedagógica extendida hasta el desayuno y la merienda; es práctica pedagógica porque el espacio del repaso de las clases. Este espacio es una extensión de la clase y de la escuela. El Capítulo 5 trata de las lecciones: lección general, de las cosas. En total nueve lecciones. En ese espacio están los carteles, los libros y el salterio. Capítulo 6, habla de la postura del cuerpo del maestro y del niño. El 7, de lo que debe hacer un maestro al cambiar de lección a un alumno. El 8 de los carteles, la lectura del silabario, lectura de los libros, lectura del latín. Y de la enseñanza de la urbanidad y de la escritura. La forma de la escritura y de la letra. La mano y la letra. Luego se pasa a la aritmética, las oraciones y la misa. Finalmente, la salida de la escuela y de todos los espacios escolares. Luego viene el hablar del orden en las escuelas. De la vigilancia. La corrección de las palabras en la lección. Del silencio. Los signos. Registros. Las oraciones del cuerpo. La formación es una práctica que se da en toda la escuela. En cada espacio escolar, el aula, los sitios de comidas, el espacio de la misa o los espacios de silencio. ¿En qué consiste la educación de los niños? Es el guiar sus cuerpos, mentes (ojos, percepción y sensaciones) por los espacios que el lenguaje ha ordenado previamente. El discurso pedagógico de la escuela guía la conducta, dirige el comportamiento, conduce el cuerpo y la mente de los niños por los espacios escolares. Es una pedagogía de los espacios interiores y una pedagogía de la adecuación de la conducta a estos espacios, con la ayuda de objetos, varas, señales, y acciones de premio y castigo.

La escuela, la clase y el aula de Lancaster

La Escuela Mutua, fundada por Bell y Lancaster, es la que mejor nos dice lo que pasa en este espacio de educación de maestros, pues es esta escuela la primera institución que hace de la clase, del aula y de las lecciones, una experiencia que sirve para formar el maestro17. Lancaster fue más práctico que Comenio, cambió el sentido de los grados de formación y, en lugar de orientarlos del universo a la tierra de Dios hacia el hombre, los puso en la tierra y trazó los caminos de la tierra, hizo de la escuela un único espacio, el espacio del aula, el espacio de la enseñanza, el espacio de la disciplina, el espacio del aprender y el espacio de la moral, no todo al mismo tiempo, sino todo en el mismo espacio y puso los grados de formación como grados de la enseñanza. Con Lancaster estos grados de la enseñanza van a dirigir la formación universal y la formación singular, lo general y lo individual. El grado de la enseñanza es la dirección o el sentido que orientará la formación general del hombre. El punto sensible del grado es por supuesto la clase que comprende la lección. Dividió el espacio en clases y las clases en grados. Grado es espacio, es medición, es tiempo, es orden, es la facilidad, la solidez y la rapidez verbal de Comenio, ya no es el acto verbal, el objeto de atención y preocupación, es la cosa espacial. El espacio es el que tiene grados. Formación es avanzar en el espacio, ocupar lugares, hacerse a un sitio, ponerse en un lugar. La formación en Comenio es avanzar de la tierra hacia Dios, alejarse de la vida terrena y encontrar el camino hacia Dios. La formación en Lancaster es avanzar en pequeños espacios, sumar espacios, pasar uno a uno los espacios.

Otro aspecto de Lancaster respecto de la educación de niños, como lo vimos en Comenio, es el relevo del acto verbal, de la palabra por la escritura. La clase, los grados de la clase, los espacios y los grados espaciales, tendrán su materialización en la escritura y está en el manual de enseñanza. El manual tiene en el ocho la clave de su escritura. El ocho es un dibujo en el que se une dos círculos entre sí. El círculo es un espacio muy importante en el espacio escolar, los estudiantes-niños están sentados y van luego a los círculos y de ellos vuelven a los asientos. Es el movimiento esencial de la clase. El manual define qué se pone en el círculo y qué no, y es además el lugar de la prueba, de la evidencia del aprender. El círculo es espacio, un claro en el aula para que el niño compruebe que sabe.

Son ocho las clases, como son ocho los grados y ocho los círculos. La primera clase del manual de Triana es sobre la escritura que define según la naturaleza de la materia física donde el niño escribe: arena, pizarra o papel. La escritura el mismo dictado o deletreo. Este dictado o deletreo está dividido en ocho clases: la primera es sobre la enseñanza de la escritura en arena, la segunda en pizarra y la tercera en papel. Las otras clases son sobre la lectura y la aritmética. En relación con la práctica esta se considera como el pasar del niño de una escritura a la otra y a la otra, pasar la serie, que se hace ante la mirada atenta del monitor, que es un alumno que ya ha pasado por la serie y atiende y vigila la práctica. El orden, la atención, la organización de los objetos, la división del tiempo para cada serie y para cada cosa, se convierten en el reglamento del aula. Su finalidad, además de la obediencia, el desarrollo y destreza del cuerpo, es establecer la jerarquía de las funciones, de las acciones y de los sujetos en un mismo espacio. El espacio y la función mayor es la del profesor, la segunda es la del monitor y la tercera es la del niño, la última y definitiva es la del espacio interior, el espacio del aula. La escritura del manual recorre y hace un trazado de estos espacios y estas funciones. La formación se hace sin hablar, sin decir una palabra que no sea la palabra de la acción que corresponde a la serie. La formación es el paso del cuerpo del niño por materias físicas, por espacios, por serie de actividades. La formación es destreza del cuerpo, habilidad y hacer corresponder la orden de la acción con la palabra y con la fuerza de la atención.

En Comenio, Lasalle y Lancaster, la educación es para todos, es para la masa de hombres, es para educar la población. El aula, la enseñanza y la lección es el espacio central para realizar esta formación. Formar es construir el sujeto, construir la masa de población sin que él o ella sean activos en ese proceso. La formación se da como guía, conducción y gobierno de las personas, de lo sujetos y de la población. El aula o escuela es el espacio de articulación entre la moral universal, las reglas de la conducta universal y el lenguaje que articula moral y reglas para cuidar, cultivar, conducir y guiar el sujeto. La formación hace posible que educación sea la de todos y que se le enseñe todo a todos.

El maestro que enseña

En el campo disciplinario de la enseñanza, no encontramos un único maestro, sino tres maestros, en tres libros, el Tratado, la Guía y el Manual. La didáctica define un sujeto y una subjetividad adecuada a la forma tratado, lo mismo vamos a encontrar en la guía y en el manual. No son solo libros de lectura, son libros que conducen la conducta de los sujetos, guían los ojos en Comenio, en Lasalle la postura del cuerpo, y en Lancaster la mano. Esa individualización y localización de la lectura y la escritura en el cuerpo es también individualización del sujeto, del hombre y como lo hemos señalado individualización del conocimiento. La enseñanza es el dispositivo que permitió que se instalara esta práctica educativa y subjetiva en la escuela. Pestalozzi, sobre todo, luchó para sacar la individualización del niño y del maestro de la enseñanza y la escuela, y llevarla a ser parte de la razón, como lo veremos en su momento. El saber de la enseñanza, en sus tres formas, no construyó la razón del hombre, su objeto fue dirigirse al cuerpo, a los órganos del cuerpo natural, fisiológico y espiritual. El maestro fue pensado como la figura para hacerlo, más como fuerza que une y conecta que como modelo para ser guía de los alumnos, como lo va a ser en Rousseau y en Pestalozzi.

Eso significa que se construyeron tres figuras del maestro cristiano, tres fuerzas y tres conexiones: el sujeto del tratado, el de la guía y el del manual, así como son tres formas de la enseñanza. A cada uno se le define una conducta distinta, al maestro del tratado se le sitúa en el saber del método, al maestro de la guía, el de conducir la conducta a través de los signos de la escuela, y el maestro del manual, a ser él mismo el signo escrito, gracias a su identidad con la escritura, que el niño debe reconocer. El maestro del tratado sin ser el maestro un signo, se le puso en la condición de ser capaz de leer los signos del lenguaje, de las cosas y de los objetos de la escuela, e incluso el poder ver un poco más allá de la escuela, en ese lugar donde comienza la naturaleza. Ese borde fue el límite que no pudo franquear la enseñanza medioeval o enseñanza escolástica. Comenio se atreve a leer la naturaleza, no como la leyeron Rousseau y Pestalozzi que lograron descubrir sus leyes, sino una naturaleza donde acaba el método y deja en su camino la posibilidad de ver esa luz de su más allá. El ojo puede ver a través de la luz la oscuridad, lo mismo la mente que puede atreverse a vislumbrar lo desconocido y lo extraño. La naturaleza fue presentida por Comenio que no puedo pasar ese límite horizontal del camino y prefirió mirar hacia arriba, hacia lo alto, a lo infinito donde localizó la abstracción.

Lasalle sitúa al maestro como lector de los signos del lenguaje, que para él son los de la lectura, las letras y su mundo complejo de formas y contenidos. Destina al maestro a no abandonar el interior de la escuela, a recorrer sus espacios y cada de los objetos de la escuela, desde la entrada hasta la salida. A mirar los rostros y, sobre todo, los ojos de los niños, también sus cuerpos, la posición, su lugar en el asiento, en el salón. Rostro, manos y ojos como los signos que pueden leer los signos de las letras en los carteles ubicados en los costados del espacio de la lección, pues son ellos los guías en las lecciones de lectura y escritura. Este maestro no sabe del método, no sabe de fundamento alguno, de cómo se origina el conocimiento y su importancia para la enseñanza y el aprender. Lancaster define el maestro como signo de signos, es él, el que permite la escritura. El manual de enseñanza establece el orden de lo escrito, grado por grado, como en una escalera, que se ubica en un libro y en la realidad del espacio escolar, y si hay grados en el espacio es por el libro que ordena lo real, y si hay dirección de la clase es porque el maestro es el signo que está detrás de todos los signos, por eso el maestro está oculto, tapado por el libro, por los monitores, por el movimiento intenso de cambiar de posición para poder escribir en distintas superficies.

Enseñar es mucho más que transmitir la palabra, qué hacer comprender, qué conocer. Enseñar es ocuparse de la actividad, de la conducta, del cuerpo, del movimiento, de la acción. Enseñar cubre tres totalidades: el conocer, el ser y el ser para qué. Es ordenar la mente, es fabricar el cuerpo y es construir la función activa, la actividad funcional. Todas estas funciones no se podrían hacer sin el tratado Didáctico. El maestro es el sujeto de este tratado, lo mismo que el niño al que no hay que confundir con infancia. Kant en su libro Pedagogía reorganiza y problematiza este orden del tratado didáctico en estas elecciones, el maestro es aquel que instruye a los niños en la escuela, es el que inicia el acceso a la cultura y para lograrlo debe usar la disciplina que es la pedagogía del cuerpo, de la creación del sujeto como cuerpo fabricado18.

Maestro es el que enseña, lo hemos dicho, y enseña en la escuela. Docente no es el que enseña en la escuela. Docente es el que dice, su decir se refiere a todos, al exterior de la escuela, a la sociedad y a los conocimientos que fundan la sociedad que son los de la ciencia y del arte. Maestro no dice, no dice a todos y habla de todo, el maestro no es sujeto del habla, no es sujeto que conecte el interior de la escuela con el exterior de la escuela, que es la sociedad. El maestro solo habla en el interior de la escuela, no habla, enseña, cuida de saber enseñar en la escuela y ese cuidado es cuidar el niño para que llegue al enseñar, su función es llevar el niño a la enseñanza, la función del docente es llevar el joven a la sociedad y la función del profesor es llevar el joven y el adulto a la ciencia.

El maestro está atado al tratado de enseñanza, a la enseñanza, que a la vez es la que se ocupa del saber enseñar, que es estar en la escuela y no en la casa o en la sociedad. Esta diferencia es esencial, el maestro es aquel que lleva al niño a romper con la casa y prepara para llegar a la sociedad, como se ve es un tratar, cuidar, llevar, conducir, es decir, gobernar. ¿Qué se gobierna? el espacio de la enseñanza, el orden al enseñar, la relación con el niño y el niño mismo. ¿De dónde surge este gobierno? En primer lugar, en lo más alto de las leyes del Estado y de la doctrina de la Iglesia, en el nivel medio, de tratado didáctico, y en lo más bajo de la escala, de la disciplina o gobierno de la conducta, de la distribución del espacio, del orden de los cuerpos y la diferencia de los ritmos del tiempo y de las actividades en el espacio.

“Dar escuela” es establecer este gobierno de los cuerpos en el espacio y en el tiempo. Es enseñar el tiempo, es enseñar el orden espacial, en el cuerpo y en la conciencia. Si el niño adquiere conciencia del tiempo y del espacio, de su propio tiempo y de su propia espacialidad es por la escuela. En la casa no se podía establecer en la conciencia del niño el tiempo y el espacio que es lo que forma el sujeto niño, el sujeto joven y el sujeto adulto. No lo puede hacer la casa, porque en la casa los padres no enseñan, no enseñan el tratado y el tratado no es para la casa y las padres. El tratado es para la escuela. Pestalozzi entendió esta limitación de la casa y los padres de familia que no podían enseñar y escribió en 1801 Cómo Gertrudis enseña a sus hijos, que es un tratado de pedagogía y no de enseñanza, es tratado moral y no de instrucción19. Es un tratado para que las madres eduquen a los hijos en la casa y no en la escuela, y no confundan educar con instruir o enseñar. Educar hace parte de un tratado moral y no se puede hacer sino cuando el niño tenga las nociones de tiempo y espacio, es decir, cuando sea sujeto y un sujeto que pueda dirigirse él mismo. En la casa y en la escuela el niño no se dirige así mismo, al niño lo dirigen, lo gobiernan, lo gobierna el tratado de enseñanza en la escuela, la familia y la madre en la casa.

La escuela se inventó para establecer el tiempo y el espacio que es lo que forma la conciencia del niño. El tiempo y el espacio son nociones, son ideas, sin ellas no puede haber sujeto, y sin sujeto no puede darse la educación, que es el objeto de la pedagogía moderna, el sujeto que tiene conciencia. Esta invención de la escuela es un problema de la didáctica, y no de la pedagogía que se ocupa del joven, porque el joven es que tiene conciencia y puede ser libre. Sin libertad no se puede educar. El maestro de escuela que fue pensado por Comenio y después por Lasalle tiene como función crear la conciencia en el niño, crear las nociones de su identidad primera. El maestro actual no puede hacer lo mismo, el maestro actual ya conoce lo que es la escuela y sabe que la escuela disciplina a una criatura que no es libre, y como lo sabe, educa con libertad, en libertad, intentando introducir la libertad en el niño, que era el objeto y la función de la pedagogía moderna al ocuparse del joven. La pedagogía para la escuela primaria trata al niño como joven al pensarlo como un ser que ya tiene conciencia y la tiene porque en la casa y el jardín lo que hacen es crear la conciencia en los niños para que cuando vayan a la escuela los traten como seres con conciencia, y no como criaturas a las que hay que disciplinar y gobernar para crearles conciencia de su cuerpo y de su mente.

Los niños que aprenden

La didáctica y el saber de la Pansofía descubre, para sí misma, que cualquier saber puede ser enseñado, la ciencia, el arte y las humanidades, y si se enseña es para que se convierta en estudios. La enseñanza es el código que permite que el saber universal y el saber particular, como aprender un oficio y aprender a regirse a sí mismo, sean estudiados en escuela. El estudio es el saber exterior que se interioriza en la escuela y se pasa a compartimentos individualizados, la clase, la lección y el salón o aula de clase. La didáctica descubre que los niños no solo serán educados, sino enseñados. ¿Qué quiere decir que los niños pueden ser enseñados? Quiere decir que la educación ha de darse en la escuela, con un maestro y con otros niños, en una clase y en una lección. Este es un nuevo orden para educar que no conocía la escuela y tampoco las lecciones anteriores, este orden incorpora un rango de clasificación que se define por la edad, en Comenio niños pequeños de corta edad y mediana edad, en Lasalle niños de siete años, en Lancaster niños en edad de entrar a la escuela y puedan aprender a leer escribiendo. La escritura en Lasalle solo se da a los 12 años. Los niños son enseñados significa que han de pasar por el método, una guía y un manual de enseñanza. Tres prácticas de subjetividad, el método es una práctica de conocimiento individual, conocerse y regirse, dice Comenio, que identifica la conciencia de los niños, la guía es una práctica para dirigir la conducta individual, y el manual para dar el sentido de colectividad y asociación a los niños. Una práctica de trabajo sobre sí mismo, una práctica de trabajo sobre el cuerpo y una práctica de trabajo sobre la población de niños. Son tres modos de enseñanza para proporcionar a los niños la idea de sí mismos, no como niños en relación con ellos mismos, sino de los niños y los otros niños, los niños y su espacio, los niños y sus cuerpos. El esquema de producción de estas prácticas subjetivas es la división, que en Comenio es la división de escuelas, en Lasalle la división en espacios interiores a la escuela y en Lancaster es la división del trabajo escolar, las actividades de la escritura. El trabajo es el eje en donde se asienta la creación de subjetividad infantil. Lo vemos en Comenio desde la idea del taller de formación, en Lasalle la atención y en Lancaster la ocupación. Con el trabajo, los estudios y la enseñanza, los niños podrán ser educados y podrán aprender un oficio, que pasa por aprender primero a leer, segundo a leer y escribir, tercero a escribir.

Entre los tres libros que hemos analizado, en donde es más fuerte la presencia de los niños es en los libros de la Enseñanza Mutua. Esta escuela que, como ya lo señalamos, buscó ser un único lugar, con una sola clase y un maestro, tenía como objeto de educación una población de niños numerosa. Aquí la enseñanza quería resolver la dificultad de lograr enseñar a escribir a muchos niños. Fue un ensayo y una experimentación pedagógica, sobre no solo enseñar la escritura, sino averiguar qué podía pasar en el experimento. Comenio no experimentó con población sino con los conocimientos, Lasalle lo hizo con el maestro, y Lancaster con los niños. El problema fue resolver la enseñanza de la escritura, que no era tanto en Lasalle y mucho menos en Comenio que a pesar de preocuparse del libro, su interés era su lectura y su presencia, que el alumno y el maestro tuvieran el libro cerca. En Lancaster el libro es el que enseña a escribir, aunque Lancaster lo ubicó muy lejos de los niños y del maestro.

En Comenio hay niños en sus libros y no existe el niño, como no existirá en Lasalle y en Lancaster, en este último son los niños los sujetos de la escuela. De los niños lo que se destaca es la mano porque es la que debe escribir. Pestalozzi le agregará a la mano, la cabeza y el corazón, que se le olvidó a Lancaster. Es la mano la que tiene contacto con la tierra, que no es propiamente tierra sino superficie para escribir, arcilla, barro o papel. Los niños tienen relación con los maestros, que no lo son, porque en esta pedagogía pasan a ser instructores, tutores y los niños son pupilos, aprendices o alumnos.

En el campo disciplinario de la pedagogía, el niño existe como objeto de la enseñanza, esto quiere decir, que es un objeto del enseñar y si existe es para ser enseñado. Su existencia es a lado de otras categorías como las naturales, el hombre, la juventud y la adolescencia, y figuras de enseñanza como el discípulo, el alumno y el estudiante. En Comenio, el niño existe al lado de una tercera serie de figuras que son las de la naturaleza en sus distintas representaciones como la primavera, el verano, el otoño y el invierno y de una categoría general que es la metáfora del árbol, en él la niñez son las raíces, la juventud el tallo y el follaje la vida adulta. En Lasalle no hay nada natural, los niños existen en tres espacios, el libro que es el que los guía, la escuela como guía de sus conductas y el maestro que conduce. En Lancaster los niños son objeto del manual, existen por virtud de ser signos escritos. En Comenio el método se desprende, se deduce, se deriva del tratado, en Lancaster es método, es el libro y el libro son las clases, así como la escuela. Los niños existen en la clase que es el formato de la enseñanza, y es la que designa y hace existir el niño al lado del monitor, del tutor y del instructor y tiene un lugar en cada nivel, como alumno, pupilo y aprendiz. el manual es una organización de trabajo, la guía es una organización de obediencia y el tratado es una organización de los estudios. El trabajo forma la actividad manual, la guía, los ojos, del alma y del cuerpo, y la didáctica forma los sentidos. En el tratado las cosas son las que afectan los niños, en la guía, los objetos escolares, el inmobiliario, y en el manual, las superficies de la escuela. El resultado del campo disciplinario, en relación con los niños, es la formación de un cuerpo dócil, obediente y que tenga un oficio.

En la enseñanza, la existencia del niño es difusa, son los niños los que tienen más presencia, la infancia no es objeto de la enseñanza, que lo va a ser del campo de formación de la pedagogía, que va a entender por infancia la representación que el niño se hace de sí mismo. Comenio habla de la infancia en la Pampedia cuando describe la escuela de la infancia, que como lo hemos dicho, la escuela no es un lugar físico, sino un lugar la enseñanza, y la infancia ocupa un lugar que se define por la edad, y por la edad que el niño recibe enseñanza infantil, una enseñanza según el desarrollo de los sentidos y las cosas que el niño ve, siente y puede tocar antes de hablar y después. En la enseñanza, y en sus tres libros mayores, no hay infancia en sí misma, el niño no se representa su vida y tampoco sus acciones, no se mira así mismo, lo miran, solo hay infancia, si el niño voltea su mirada para ver su interior, en ese gesto busca saber quién es. La enseñanza no pretende saber quién es el niño, su objeto es, en Comenio, situar el niño en la lección, la clase y en relación con el saber que debe adquirir. En Lasalle, los que existen son los niños vigilados, castigados, los niños conducidos y guiados. De esos niños el objeto que merece atención es la conducta, la mismo que va a hacer el Manual de Lancaster, solo que allí el espacio no es la escuela, como en Comenio y sus muchos espacios como en Lasalle, sino la Clase, un solo espacio, para un saber, y para un cuerpo. Una condición especial de la enseñanza es no poder mirar el niño directamente, la presencia que funciona en el régimen de la enseñanza no funciona para ver la presencia del niño, que se ve disfrazada por las máscaras del discípulo, el estudiante, el alumno y por una máscara más sutil que es la edad.

Uno de los sentidos de la enseñanza es producir el niño que aprende, que va a tener en los tres libros de enseñanza, diferentes modalidades. En Comenio el niño que aprende lo hace por la vida de los estudios, de la relación con las ciencias y las artes y con libros. En Lasalle el niño que aprende si bien tiene como régimen general los estudios, se busca que aprenda la docilidad de su cuerpo, que se produce por la repetición de las ocupaciones y las actividades. En el método de las escuelas mutuas, el objeto es el niño que aprende de otros. Si bien en la disciplina de enseñanza educa el niño como individualidad también persigue construir la población de niños, los niños como grupo. Los dos, el niño y el grupo de niños son los objetos de la disciplina, es decir, del dispositivo de educación del cuerpo, dispositivo sobre sus movimientos, el espacio que se va a ocupar, la fuerza que se va a tener, la utilidad, y la eficacia de sus actividades. En este dispositivo vemos o leemos lo que es un niño, y lo vemos desde la fabricación de su cuerpo, actividades y funciones20.

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