Kitabı oku: «Por Todos los Medios Necesarios», sayfa 17

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Capítulo 45

11:57 p.m.

La Academia Naval de los Estados Unidos – Annapolis, Maryland

Era un lugar extraño para encontrarse.

Luke estaba vestido completamente de negro. Llevaba guantes negros. Tenía una capucha negra metida en el bolsillo.

El oscuro campo de fútbol del Estadio del Cuerpo de Marines de la Marina de los Estados Unidos se extendía delante de él. Las enormes gradas vacías se elevaban por encima de él. VAMOS MARINA estaba pintado en letras grandes en todo el nivel superior de los asientos. A la noche, las palabras parecían blancas pero sabía que durante el día eran de color amarillo sobre un fondo azul oscuro.

Se quedó atrás merodeando en las sombras de la rampa en la explanada de la zona de anotación. Observó la cabina de transmisión a oscuras en la parte superior del estadio buscando el más mínimo movimiento. Si él fuese un francotirador, ahí sería en dónde estaría.

Un hombre caminaba a través del campo hacia él. Poco a poco, el hombre se tornó más claro. Era un hombre alto, corpulento, caminando como si estuviera llevando más peso del que alguna vez tuvo. Llevaba un abrigo largo. Se acercó más todavía y ahora Luke pudo distinguir el traje oscuro bajo el abrigo del hombre y las características suaves casi pálidas de la cara del hombre.

Entró en la oscuridad de la rampa de la explanada.

Luke se movió sólo un poco. "¿Señor Secretario?".

El hombre se sobresaltó sólo una pizca. Estaba claro que no había visto a Luke allí. Enfocó  inmediatamente su atención a la Glock negro mate en la mano de Luke. Luke la enfundó por el momento para tranquilizar al hombre.

"Sí", dijo el hombre. "Soy Dave Delliger".

"Soy Luke Stone".

"Sé quién eres. Hablé por teléfono con el Presidente hoy. Eres el hombre que le salvó la vida".

"Temporalmente", dijo Luke.

"Sí".

"Siento que las cosas hayan sucedido de esta manera".

Delliger asintió. "Yo también".

"No me gusta preguntar esto señor, pero ¿hay alguna posibilidad que haya sido seguido hasta aquí?".

Delliger asintió de nuevo. "Hay muchas posibilidades. Asistí a la toma de posesión del nuevo Presidente hace dos horas en Site R. Traje un helicóptero de la Marina hasta aquí. Site R está a ciento sesenta kilómetros de distancia en las montañas. En la oscuridad, con mi visión nocturna defectuosa, me habría llevado hasta mañana por la mañana llegar hasta aquí".

Luke se esfumó contra la pared. Esa era la respuesta equivocada. Desde luego no la que estaba esperando.

"No se preocupe", dijo Delliger. "No hay nada fuera de lo normal. No tienen ninguna razón para sospechar de mí. Este es mi alma mater y di clases aquí por muchos años. Todavía tengo una oficina y un dormitorio en el campus. La marina me permite hacerlo porque están tan orgullosos de mí. Soy lo que podríamos llamar un habitué aquí. Le dije a la gente en Site R que si todos vamos a morir, prefiero hacerlo aquí que en un agujero en el suelo".

"Yo tenía la información", dijo Luke, "que una vez compartió habitación con el Presidente Hayes en Yale".

"En la facultad de derecho", dijo Delliger. "Es cierto y realmente éramos mejores amigos, como todo el mundo dice. Pero eso fue más tarde, después de que realicé mi servicio militar". Levantó los brazos e hizo un gesto a su entorno. "Este es mi verdadero hogar".

"El Presidente Hayes fue asesinado", dijo Luke.

"Ya lo sé. Fue un golpe de Estado. Yo estaba allí cuando Bill Ryan tomó posesión de su cargo. Todo el mundo estaba bastante contento, créeme. Ahora vamos a tener una guerra con Irán. Ryan va a hacer la declaración esta noche si es que ya no la ha hecho. ¿Por qué esperar a que comience Today Show? Y puesto que la mayor parte del Congreso está muerto, no tiene sentido pedirles que la declaren. Me hace pensar cómo se van a sentir los rusos sobre todo esto".

"Podemos detenerlo", dijo Luke.

"¿Qué, la guerra?".

"El golpe".

"Señor Stone, hasta donde sabemos, el tiempo sólo se mueve hacia adelante. No se puede detener algo que ya ha sucedido".

Luke se quedó en silencio.

"El Presidente y la Vicepresidente están muertos", dijo Delliger. "Los dos siguientes en la línea son Bill Ryan y Ed Graves, dos halcones, ambos vivos. Después de eso, toda la línea de sucesión desapareció. Todos estaban en Mount Weather. Si va a detener esto, suponiendo que tal cosa fuera posible, y a derribar a Bill Ryan, ¿con quién lo reemplazaría? En este punto, ¿quién es el heredero legítimo al trono?".

"No sé", admitió Luke.

Durante todo el día había estado tan concentrado en detener que ocurra que todavía no se le había ocurrido que todo el asunto ya se había terminado. Recién ahora empezaba a captar toda la magnitud de la operación. Don le había dicho a Luke que era una decoración pero estaba equivocado. No era una decoración. Era un bicho en el parabrisas.

Por un segundo, la mente de Luke hizo un flashback a la reunión de esta noche con Paul.

Paul había descrito a Luke como un kamikaze que volaba un avión de juguete hacia un portaaviones. Parecería espectacular pero en realidad sería patético.

"Yo tampoco lo sé", dijo Delliger. "Pero en realidad no importa, ¿verdad? Tienen gente en todas partes. ¿Te puedes imaginar quién tuvo que estar involucrado para que esto suceda? ¿Puedes ver lo alto que va esto? Si de alguna manera pudieras deshacer esto, ¿en quién podrías volver a confiar? Habría que erradicar de raíz los conspiradores de cada departamento y organismo. Este gobierno es un cadáver plagado de gusanos".

Hizo una pausa. "Me gustaría haber sabido todo esto hace cinco años. Nunca habría aceptado el cargo. Le hubiera dado las gracias a Thomas por el honor, cortésmente declinado y hubiera seguido con lo mío. ¿Secretario de Defensa? Es una broma. Me siguieron la corriente. Nunca estuve a cargo de nada".

"Podemos encontrar pruebas", dijo Luke. "Podríamos presentar el caso. Cualquier cosa, un punto de apoyo, algo que ofrecerle a los medios de comunicación. Todavía estás adentro".

Delliger sacudió la cabeza suavemente. "He sido informado de que el Presidente Ryan espera mi renuncia a primera hora de la mañana. Si la recibe, me dará las gracias públicamente por mi servicio y mi dedicación. Si no la recibe, me despedirá por incompetencia. Es mi elección".

Luke estaba pensativo. "¿Por qué accedió a reunirse conmigo?".

Delliger se encogió de hombros. "Creo que eres un buen hombre. Obviamente, eres valiente. Pensé que debería decirte que si no es demasiado tarde, debes salir de esto. Sólo aléjese. Quizá te dejen en paz. La vida es una cosa hermosa, Sr. Stone. Y hay más en ella que librar batallas que no hay forma que puedas ganar".

Luke respiró profundo. No tenía sentido decirle a este hombre que ya era demasiado tarde, al menos en lo que le respectaba a Luke.

"¿Eso es lo que vas a hacer?", dijo. "¿Alejarte?".

Delliger sonrió. Era una sonrisa triste y arrepentida. "Voy a caminar hacia mi oficina en este momento y a elaborar mi renuncia. Y mañana voy a recuperar mi vida de antes. ¿Sabes que soy un buen jardinero? Es mi pasatiempo favorito y uno que no he podido disfrutar en años. Simplemente no he tenido tiempo. Ya sé, ya es junio, por lo que estoy un poco atrasado este año. Pero la temporada de crecimiento es larga y flexible en esta parte del país".

Luke asintió. "Bueno. Adiós, Sr. Delliger".

"Adiós, señor Stone. Y buena suerte para usted en lo que sea que decida".

Delliger se dio la vuelta y comenzó a caminar a través del campo de nuevo. Luke se quedó contra la pared. Observó a Delliger reducirse en la distancia. Cuando Delliger llegó a la línea de cincuenta yardas, sonó un solo disparo.

CRACK.

Se hizo eco en las gradas del estadio y a través de las calles arboladas de los alrededores.

Los ojos de Luke escanearon el estadio vacío tratando de encontrar al tirador. No había notado un destello, ni siquiera uno suprimido, por lo que el tiro no había salido de la cabina de transmisión. Lo habría visto por el rabillo del ojo. Se dio cuenta de que la bala podría haber recorrido un largo camino. Los mejores tiradores podrían hacer ese tiro desde casi dos mil metros e incluso más lejos. El ejército de Estados Unidos entrenaba a algunos de los mejores tiradores del mundo.

Volvió a mirar a través del campo. El cuerpo de Delliger estaba ahí, un bulto oscuro a mitad de camino. Se le ocurrió que ni siquiera se habían molestado en silenciar el disparo. Podrían haberlo hecho y no lo hicieron.

Luke sacó la capucha negra del bolsillo y se la puso sobre su cabeza. Lo único que se veía eran sus ojos. Se deslizó hacia abajo a lo largo del muro de cemento hacia la explanada de las concesiones. Un momento más tarde, había desaparecido en las sombras.

Capítulo 46

6 de Junio

12:03 a.m.

En la Carretera

El mundo a su alrededor era negro.

El hombre era un camionero de larga distancia conduciendo a través de la noche. Estaba debajo de Florence, Carolina del Sur, en esa parte del estado en donde las salidas son pocas y distantes entre sí. La carretera oscura se extendía en el resplandor de sus faros. Su plan era alcanzar el norte de Florida antes bajarse de la carretera, a lo mejor Jacksonville, tal vez San Agustín si podía llegar tan lejos.

Había sido un día terrible, quizá el peor en su memoria. Pero la vida continuaba. Estaba moviendo un camión cargado de productos de cerdo en conserva de Virginia destinados a los muelles de Port Everglades. No se iba a conducir solo hasta allí.

Encendió un cigarrillo y la radio. El nuevo Presidente, un hombre del que el camionero nunca había oído hablar antes de esta noche, acababa de ser presentado. Iba a hacer un anuncio.

El camionero suspiró. Esperaba que a éste no lo hicieran volar por el aire también. A continuación, el Presidente comenzó a hablar.

"Compatriotas", dijo.

"Ayer, cinco de junio, los Estados Unidos de América fueron repentina y deliberadamente atacados por agentes encubiertos y provocadores de la República Islámica de Irán. Estados Unidos estaba en paz con esa nación y todavía estaba en conversación con su gobierno esperanzados en el mantenimiento de la paz en el Medio Oriente.

"De hecho, menos de veinticuatro horas antes del ataque aéreo iraní con drones  a nuestra Casa Blanca, el embajador de Irán ante las Naciones Unidas entregó a nuestro embajador de las Naciones Unidas una respuesta formal a un mensaje reciente de Estados Unidos. Y, si bien esta respuesta indica que parece inútil continuar las negociaciones diplomáticas existentes, no contenía ninguna amenaza o insinuación de guerra o de un ataque armado.

"Notarán que por la naturaleza del ataque, parece obvio que fue planeado deliberadamente con muchos días, semanas o incluso meses de antelación. Durante el tiempo intermedio, el gobierno iraní ha buscado deliberadamente engañar a los Estados Unidos con falsas declaraciones y expresiones de esperanza para la conciliación.

"El ataque de esta noche ha causado graves daños al Centro de Operaciones de Emergencia Mount Weather en donde el ex Presidente, Vicepresidente y muchos miembros del gobierno de turno estaban reunidos. Lamento tener que decir que muchas vidas estadounidenses se han perdido. El número exacto no se conoce en este momento pero anticipamos que confirmaremos, en los próximos días, por lo menos trescientas muertes estadounidenses.

"Irán ha llevado a cabo, por tanto, una ofensiva sorpresa en suelo americano. Los hechos de ayer y hoy hablan por sí mismos. El pueblo de los Estados Unidos ya ha formado su opinión y comprende bien las implicaciones para la propia vida y la seguridad de nuestra nación.

"Como comandante en jefe del Ejército y la Marina he ordenado que se tomen todas las medidas para nuestra defensa. No importa el tiempo que nos lleve superar este ataque premeditado, el pueblo estadounidense va a ganar con victoria absoluta. Creo que interpreto la voluntad del pueblo cuando aseguro que no sólo vamos a defendernos hasta las últimas consecuencias, sino que nos aseguraremos de que esta forma de traición nunca más nos ponga en peligro.

"Existen hostilidades. No es un secreto el hecho de que nuestro pueblo, nuestro territorio y nuestros intereses están en grave peligro. Con confianza en nuestras fuerzas armadas y con la determinación de nuestro pueblo obtendremos el triunfo inevitable, con la ayuda de Dios. Por tanto, les informo que a raíz de los ataques no provocados y cobardes del cinco de junio, se ha declarado un estado de guerra entre los Estados Unidos e Irán".

Capítulo 47

***

12:35 a.m.

Condado de la Reina Anne, Maryland – Costa Este de la Bahía de Chesapeake

Luke llegó a la casa a sabiendas de lo tarde que era.

Estaba oscuro. La cercanía del agua parecía añadir electricidad al aire.

En un primer momento, aparcó su coche a cien metros de la propiedad. Apagó los faros, luego esperó y observó. Nadie se movía en la calle. Las luces de la televisión parpadeaban desde un hogar a lo lejos a su izquierda. Más cerca, a unos cuatrocientos metros, la casa de los Thompson estaba a oscuras.

Su sensación de temor era tan completa que sentía que podía vomitar. Todo el tiempo había cometido errores y ahora probablemente les habían costado a Becca y Gunner sus vidas. Tendría que haberle dicho a Becca hace mucho tiempo acerca de los riesgos que su trabajo conllevaba. Borra eso; no debería haberse involucrado ni con Becca ni con cualquier otra persona en primer lugar.

Dejó rodar el coche por la colina hasta la casa. Su Volvo estaba aquí. Aparcó junto a ella. Se levantó y chequeó su puerta. No trató de ocultarse. Es mejor que vinieran por él que mataran a su familia. Deseó haber hecho ese trato cuando podría haberlo hecho. Sabía que era una mentira, pero…

El coche estaba sin llave; ella nunca cerraba las puertas del coche aquí. No había nada en la cabina principal del coche. Abrió el maletero y se preparó para lo que pudiera encontrar. Nada. Un gato, una llave de tuercas, una bomba de aire y dos raquetas de tenis.

Se acercó a la casa. La puerta estaba sin llave. Entró.

No hay nadie aquí.

Podía sentir el vacío de la casa vieja. La luz en el baño estaba encendida arrojando sombras a través de la sala de estar. La mesa de centro allí había colapsado como si alguien se hubiera caído encima de ella. Esa era la única señal de lucha que podía ver.

Se quedó allí de pie por un momento conteniendo la respiración, mirando y escuchando.

No había sonidos. Ninguno en absoluto.

Su aliento salió en un largo y grave gemido. Bueno. Había llegado hasta aquí. Ahora se tomaría un momento, ordenaría sus emociones y luego revisaría el resto de la casa. Si había alguien aquí, estaba muerto.

Lo siento tanto, Becca.

Se quedó allí durante varios minutos. Por la ventana trasera y muy lejos, un barco pasó por sobre el agua oscura. No podía ver el barco en absoluto. Se dio cuenta que estaba allí por la luz roja en su popa.

Comenzó su búsqueda. Caminó a través de las habitaciones con aire ausente, revisando el resto de la casa. Las sombras se cernían a su alrededor. Entró en el dormitorio principal. Revisó en el cuarto de baño y el armario. Becca no estaba aquí. Lo que sea que hayan hecho con ella, no habían dejado su cuerpo atrás.

Entró en la habitación de Gunner. Había un poster de un zombi de tamaño natural por encima de la cama. Lo sobresaltó. Por una fracción de segundo había pensado que un hombre estaba de pie allí. El zombi ensangrentado vestido con harapos con sangre goteando de su boca lo acusó:

Asesinaste al niño. Tú lo hiciste.

No había nada que Luke pudiera decir en defensa propia.

Un dolor punzante lo atravesó. No tenía nada que ver con la violencia que había sufrido hoy. Era el dolor de la separación; el miedo impotente por la seguridad de ellos. Se los habían arrancado y no tenía forma de recuperarlos.

Su mente se aceleró. No podía respirar.

Podía llamar a Don. Podría rogarle. Sería humillante, sería desagradable. Sólo un favor imposible por los viejos tiempos. Luke haría todo, absolutamente todo, para intercambiar  lugares con ellos. Pero Don nunca lo haría. Conocía a Don. Cuando Don daba un ultimátum, se terminaba allí. No había vuelta atrás. Diablos. Don probablemente no podría parar esto si quisiera. Probablemente no tenía ningún contacto con los secuestradores y los secuestradores probablemente estaban operando aislados. Una vez que se ponían en marcha, llevaban a cabo su tarea sin ningún otro contacto.

Becca y Gunner probablemente ya estaban muertos.

Luke estaba a punto de llorar de nuevo. Estaba bien. No había ninguna razón para no hacerlo. Y no había nada que hacer.

Sonó el teléfono. Respondió.

Una voz de mujer habló. "¿Luke?".

"Trudy".

"Luke, la Vicepresidente está viva".

Al cabo de tres segundos, Luke estaba fuera de la habitación de Gunner y saltando por las escaleras. Luego, ya había traspasado la puerta y estaba en el aire de la noche, caminando rápido hacia el coche. Fue el instinto. Su cuerpo lo sabía antes que su mente. La Vicepresidente Susan Hopkins y todo lo que representaba era su única oportunidad de salvar a su familia.

"Dime", dijo.

“ECHELON", dijo Trudy. "Ha estado buscando señales de vida desde teléfonos celulares, correos electrónicos, tablets, dispositivos de comunicaciones asociados a personas que se encontraban en Mount Weather. Hace sólo unos diez minutos, recogió una señal: el teléfono celular de un agente del Servicio Secreto llamado Charles Berg, un miembro del contingente de seguridad de Susan Hopkins. El sistema alertó al Gateway Regional en Tiempo Real en la sede de la NSA y monitorearon una llamada que Berg estaba haciendo".

Luke puso en marcha el coche, lo puso en cambio y pisó con fuerza el acelerador. Los neumáticos chirriaron mientras salía disparado por la calzada.

"Estoy escuchando", dijo.

"Berg llamó a un agente retirado del Servicio Secreto llamado Walter Brenna. Trabajaron juntos hace mucho tiempo. En resumen, Berg tiene a Hopkins, está herida pero con vida y la está llevando en auto de regreso a Washington. No tiene la intención de decirle a nadie sobre esto. Al parecer, Brenna era médico del Cuerpo de Marines antes de unirse al Servicio Secreto. Estoy hablando de hace treinta años. Berg va a traer a la Vicepresidente de los Estados Unidos a la casa de Brenna en los suburbios del este y van a ver si pueden tratar sus heridas allí. Luego la van a ocultar".

"¿Cuál es el alcance de sus lesiones?".

"No está claro. La conversación duró sólo un poco más de un minuto".

"¿En dónde vive Brenna?".

"Eh… Tengo eso. Rastrearon la llamada a un teléfono fijo. Vive en Bowie, Maryland, en el 1307 de la Calle Tres".

Luke ya estaba marcando la dirección en la unidad GPS en su panel de instrumentos. Observó a la unidad dibujar un mapa de la ruta. Estaba a treinta minutos, menos si aceleraba.

"¿En dónde están Berg y la Vicepresidente ahora?".

"Tampoco está claro. El teléfono de Berg dejó de moverse en un camino secundario en Virginia del este. Los intentos de llamarlo han quedado sin respuesta. Agentes de diversas organizaciones se están moviendo hacia la ubicación pero sólo pueden precisar la ubicación en un radio de doscientos metros. Los datos de satélite muestran una cubierta de hierba y zona de arboledas al lado de la carretera. No hay coches aparcados en los alrededores. Parece que Berg podría haber hecho la llamada a Brenna y luego haber tirado el teléfono por la ventana. Nadie ni siquiera sabe qué vehículo está manejando Berg".

Luke asintió. El hombre era inteligente. Sabía que podría haber gente vigilando. Lo que no sabía era cuántas personas estaban vigilando y en qué medida.

"¿Don sabe algo de esto?".

"Es muy extraño. Sí sabe. Se fue corriendo de aquí cuando entró la información. Don no es el de siempre".

"¿Dijo algo acerca de mí?".

"Dijo que habló contigo. Tuvieron una discusión. Le dijiste que te ibas a la cama. Dijo que no te molestáramos pero supongo que sabía que no debía pensar que estabas realmente durmiendo. No creo que jamás te haya visto quedarte dormido por ningún motivo".

"Trudy, Don está tratando de matarme".

Las palabras salieron antes de que supiera que saldrían. Una vez que estuvieron allí afuera, se sintió bien. Era un hecho y Trudy era una niña grande. No podía protegerla de los hechos. Hubo un largo silencio en el teléfono.

Luke pasó zumbando una señal para el puente de la bahía de Chesapeake. Ocho kilómetros. En diez minutos, iba a pasar a toda velocidad por al lado del cadáver de David Delliger de nuevo.

"¿Trudy?".

"Luke, ¿de qué estás hablando?".

"Si te lo digo, voy a estar poniendo tu vida en peligro".

"Dime", dijo.

Entonces, le dijo. Al final, hubo más silencio. Luke se movía rápido a ciento cincuenta kilómetros por hora subiendo la rampa al puente. Las carreteras estaban vacías. No había vislumbrado hasta ahora ni un policía.

"¿Me crees?", dijo.

"Luke, no sé qué creer. Sé que Don y Bill Ryan eran amigos en Citadel. Solían llevar a sus familias de vacaciones juntos".

"Trudy, tienen a mi esposa e hijo".

"¿Qué?".

Le dijo al respecto. Mantuvo su voz firme. Se mantuvo fiel a los hechos, las cosas que sabía a ciencia cierta. No lloró. No gritó.

"Fue un golpe de Estado", dijo Luke. "Hay gente en el aparato de inteligencia y la milicia que quieren una guerra. Probable los contratistas armamentísticos también. Don estuvo involucrado en esto. Un actor secundario pero así y todo estuvo involucrado".

La voz de Trudy temblaba. "Hace poco más de media hora, Bill Ryan declaró la guerra contra Irán. Inmediatamente después, las ondas de radio se volvieron locas. ECHELON, todas las estaciones de escucha, Fairbanks, Menwith Hill, la Base de la Fuerza Aérea Misawa en Japón, un par de otras… están escuchando charla en ruso. Los rusos no lo han anunciado todavía pero están preparados para tratar un ataque a Irán como un ataque a Rusia. Están preparando misiles. No puedo creer que Don querría que algo como esto suceda".

"Esto es lo que quiero que hagas", dijo Luke. "Haz que Swann… ¿Está Swann todavía allí?".

"Swann nunca se va a su casa", dijo.

"Haz que Swann acceda a la computadora de Don. Que busque cualquier evidencia de que Don sabía de los ataques de antemano. Correos electrónicos, archivos, cualquier cosa. Don no organizó los ataques pero sabía que iban a pasar".

"¿De qué nos serviría eso, incluso si encontráramos algo?".

"Nos puede dar algo de información para el procesamiento de Ryan y de quien sea que haya estado detrás de esto. Si conseguimos algo de Don, entonces tal vez lleguemos a Ryan, luego al siguiente, al siguiente y al siguiente. Los derribamos como fichas de dominó. Si somos capaces de mantener viva a la Vicepresidente, podemos obligar a Ryan a renunciar. Una vez que lo haga, ya no estará protegido por su posición. Si tenemos alguna prueba contra él, estará frito".

"Está bien, Luke. Voy a hacer que Swann vea lo que puede encontrar".

"Sé que va a encontrar algo", dijo Luke. "Llámame tan pronto como lo haga".

"¿Algo más?".

"Sí. Llama a Newsam y dile que se vista. No puedo tenerlo acostado en la cama en un momento como este".

"¿Qué estarás haciendo?".

"¿Yo? Voy a salvar a la Vicepresidente; si ya no es demasiado tarde".

5,0
1 puan
Yaş sınırı:
16+
Litres'teki yayın tarihi:
10 eylül 2019
Hacim:
320 s. 1 illüstrasyon
ISBN:
9781632917027
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