Kitabı oku: «Por Todos los Medios Necesarios», sayfa 7

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Capítulo 18

Luke pegó el teléfono a su oreja y salió al pasillo. El murmullo de las conversaciones hacía eco desde la sala de control principal. No quería tomar esta llamada. Parte de la razón era que no quería ir a casa, no ahora, no después de todo lo que había sucedido esta mañana, no cuando había tanto en juego. Pero había algo más que eso, mucho más.

Luke recordó el día que conoció a Don. Luke era un capitán del Ejército de veintisiete años. Se había hecho capitán hacía seis meses y acababa de ser aceptado en la Fuerza Delta, la unidad élite del Ejército para operaciones especiales y lucha contra el terrorismo. Era su primer día y Luke estaba nervioso. Don era su nuevo oficial al mando. Don le estaba dando algunas instrucciones mientras Luke estaba parado en posición de descanso delante del escritorio de Don.

"Sí señor, Coronel", Luke dijo en un momento.

Don suspiró con fuerza. "Hijo, vamos a dejar una cosa perfectamente clara. No estás más en el ejército regular. Esta es la Fuerza Delta. Vamos a vivir juntos, vamos a luchar juntos y un día puede que vayamos a morir juntos. Así que me llamas Don o me llamas Morris. Puedes llamarme cabeza de pito. No me importa. Pero hay dos cosas que no me llamas y son señor o Coronel. Ahórratelo para tratar con otras ramas de las fuerzas armadas. ¿Entiendes?".

"Sí…". Luke se contuvo antes de decir señor de nuevo. "Don".

Don sonrió. "Bien. Cabeza de pito vendrá con el correr del tiempo".

Años después, cuando Don dejó Delta para formar el Equipo de Respuesta Especial, Luke estuvo entre uno de sus primeros empleados.

"¿Don?", dijo ahora.

"Luke. ¿Cómo la estás llevando?".

"Bien. Estoy bien. ¿Cómo fue la sesión informativa?".

"No ha pasado todavía. Acabamos de bajarnos del helicóptero hace diez minutos. Parece que voy a estar aquí un tiempo antes de que algo suceda. Ya sabes cómo van estas cosas. Date prisa y espera".

"Correcto", dijo Luke.

"Creo que me van a poner a pastar", dijo Don.

Luke asintió. "Sí. Lo sé".

"El Director me llamó hace un rato. El jefe de Ron Begley de Seguridad Nacional lo llamó. Ya sé todo sobre el diplomático".

"Don, me dejé llevar un poco. Si pierdes ERE por culpa de esto, me voy a sentir mal. Pero no estoy arrepentido de lo que hice".

"Relájate, hijo. ¿Por qué crees que te llamé anoche? ¿Para que vinieras y sigas las reglas de juego? Si eso es lo que quería, te hubiera dejado dormir. Tenemos un montón de esos tipos en el gobierno. Más de lo necesario. No, no estoy preocupado por eso. No habría esperado menos de ti".

"Begley sabía dónde estaba", dijo Luke. "Entró lo más campante con los policías de la ciudad".

"Por supuesto que sí. Hemos tenido una filtración interna por un tiempo. Seis meses, tal vez más".

Luke se pasó una mano por el pelo. Una filtración era una mala noticia. Recorrió con la mirada el pasillo de arriba a abajo. Al final del pasillo, cerca de los bebederos, estaba reunido un pequeño grupo de agentes de inteligencia murmurando en voz baja. Uno de ellos miró hacia donde él estaba y luego cubrió lo que estaba diciendo con su mano.

Luke se estaba cansando. Necesitaba encontrar su bolso pequeño. Era casi la hora de tomar algo para despertarse.

"¿Quién es?", dijo.

Don parecía reacio a hablar. "Luke…"

"Vamos, Don. Soy un niño grande. Puedo soportarlo".

"No he podido precisarlo. Pero tengo mis sospechas. Se ve lo que se viene para el ERE durante meses. Tenemos un par de personas que podrían estar buscando abandonar el barco antes que se hunda".

"Nombra una".

"Trudy Wellington".

"Don…"

Don lo interrumpió. "Sí, ya sé lo que vas a decir. Ella es nuestra mejor oficial de inteligencia. Tienes razón sobre eso. Y estuviste durmiendo con ella durante un tiempo. Ya lo sé todo. Yo también lo hice. Ahora me arrepiento. Si Margaret llegara a enterarse, creo que me moriría. Pero es más que eso. Le dije a Trudy algunas cosas que no debería haber dicho. Conversaciones de almohada. Asumo que sabes cómo es. Me temo que puedo haber hecho del ERE un libro abierto para que otros lean. Créeme, me siento muy tonto".

Luke no respondió. No podía pensar en una sola cosa que decir.

"Luke, me siento viejo".

"Don–"

"Puede haber otros", dijo Don. "Además de Trudy. Han salido cosas que ni siquiera ella podría haber sabido. Rastrillamos la sede buscando micrófonos ocultos todas las semanas. Ciframos todas nuestras comunicaciones. Nuestra red está bloqueada. Y aún así…"

Su voz se apagó por un momento.

"El ERE se ha convertido en un nido de víboras, Luke. Ya no hay nadie en quien pueda confiar. ¿Sabes qué? Parte de la razón por la que te llamé anoche fue para que pudiéramos trabajar juntos de nuevo. Quería que se sintiera como en los viejos tiempos. Tal vez entrar volando y darle una paliza a los malos por última vez".

Luke respiró profundo. Sentía como que esta llamada podría continuar durante otra hora y él no diría otra palabra.

"Así que aquí va la parte que has estado esperando", dijo Don. "Sabes que no tengo otra opción de ningún tipo. Viene de bien arriba".

La voz de Don cambió. De repente, sonó como si estuviera leyendo un discurso preparado. "Luke, estás sospechado de haber cometido varios delitos en el desempeño de tus funciones. Por lo tanto, quedas exonerado formalmente de tu comando en el Equipo de Respuesta Especial haciéndose efectivo inmediatamente. Te han colocado en suspensión administrativa a la espera de una investigación sobre tus acciones. Puedes ser citado a declarar en tu nombre y representación. Tu salario y beneficios estarán intactos durante este tiempo pero eso es condicional y depende de tu plena cooperación con la investigación".

Luke finalmente encontró su voz. "Yo estaba en un permiso de ausencia", dijo.

"Has sido el mejor investigador, el mejor agente de lucha contra el terrorismo y uno de los mejores soldados con los que he trabajado", dijo Don. "Por favor, entrega tu placa y tu arma de fuego de servicio a Trudy. Cualquier arma de fuego personal en tu posesión requerirá el uso de un permiso de portación privada, si tienes uno".

"Lo tengo", dijo Luke.

"Lo siento por esto, Luke. Realmente lo siento mucho".

La llamada terminó. Segundos más tarde, Luke no podía recordar cómo había terminado la llamada. Puede que haya simplemente cortado. Se quedó en el pasillo por unos momentos con el teléfono presionado a la oreja. Luego regresó flotando a la oficina. No parecía estar en control de sus piernas. Sus pies estaban muy lejos.

Trudy estaba allí. Ella se lo quedó mirando.

"¿Qué dijo Don?".

Una guerra de emociones se propagaba rabiosamente dentro de él y tenía que ponerla bajo control. No quería ser esa persona. Celoso. Enojado. Herido. Pero así se sentía. Era esa persona. Él era un hombre casado y sin embargo esta mujer lo encendía en llamas. Había pensado que había algo entre ellos. La idea de que ella sólo lo estaba maniobrando… La idea de que ella también estaba con Don tal vez incluso al mismo tiempo… ¿Con quién más estaba? ¿A dónde estaba pasando secretos de la agencia? Necesitaba tiempo para digerir todo esto.

Luke fingió una sonrisa y esa sonrisa, por sí sola, lo reanimó un poco. Se sentía casi real. "Don dijo que aguantemos y sigamos doblegando nuestros esfuerzos. Me quieren suspender pero ha decidido luchar contra esa decisión. Ya conoces a Don. Es un hueso duro de roer".

"¿En serio?", dijo. "¿Decidió luchar contra tu suspensión?".

La lectura de su rostro era casi demasiado fácil. No creía una palabra de eso.

"Sí", dijo Luke. "Cambió de opinión acerca de todo esto mientras estábamos hablando. Él sabe que está mal. Don y yo nos conocemos hace mucho y no va a dejar pasar esto como si nada. Así que estoy todavía en el juego, al menos por ahora. ¿Qué tienes para mí?".

Ella vaciló. "Bueno…"

Luke chasqueó los dedos. "Trudy, tenemos la espalda contra la pared. Hay que mantenerse avispado. Furgonetas, camiones, ¿qué pasó con todo eso?".

Ella recogió su tablet. "Ha habido movimiento. Los policías locales desecharon el camión de perros calientes. Tenías razón. El ruso estaba operando un restaurante de servicio completo para los proxenetas y prostitutas. Perros calientes, salchichas italianas, papas fritas, Red Bull, Pepsi, Mountain Dew. También oxicodona, metanfetaminas, éxtasis, tranquilizantes, diazepam… lo que se te ocurra. Lo encontraron en la parte trasera del camión en un colchón con dos prostitutas. No te emociones demasiado. Los tres estaban dormidos con la ropa puesta".

"¿Qué más?".

"La ambulancia robada apareció en el estacionamiento de un almacén de carne en Newark, Nueva Jersey. Entró la policía de Newark. Espantoso. El almacén escondía una instalación de almacenamiento de órganos humanos, en su mayoría hígados y riñones. En una habitación en la parte trasera se encontraron dos juegos de pulmones que se mantenían vivos en el interior de unas cúpulas de plástico selladas. Un aparato forzaba aire oxigenado a los pulmones y los pulmones respiraban. Un policía lo describió como–", echó un vistazo a su tablet, "como gigantescas alas de carne rosa".

"¿Qué pasó con el camión de la lavandería?".

"Nada hasta ahora. Llamamos a la compañía, Servicios de Lavandería Dun-Rite. El propietario estaba allí. Salió y contó sus camiones. Dijo que estaban todos allí. Veintiún camiones. También dijo que sólo utilizan furgonetas mejoradas; compró toda una flota de camiones de pan convertidos. No utilizan pequeñas furgonetas de reparto como la que vimos en el vídeo. Nos invitó a enviar a alguien a echar un vistazo".

"¿Mandamos a alguien?".

Ella asintió. "Un agente está en camino ahora".

"Así que alguien copió su logotipo y lo puso en su propia furgoneta".

"Sí. Y Dun-Rite tiene un contrato en el Centro. Así que una furgoneta con ese logotipo no necesariamente despertaría sospechas si estaba aparcada en el hospital".

"Tenemos que encontrar esa furgoneta", dijo Luke.

"Estamos buscando, Luke".

"Busca aún más".

Se alejó de ella. El movimiento fue brusco y dejó demasiado en evidencia. Le dijo todo lo que necesitaba saber. Se acercó a la estación de Swann. Swann seguía trabajando con tres pantallas simultáneamente.

"¿Qué tienes, Swann?".

"La trama se complica", dijo Swann. "Ali Nassar tiene toda una carpeta en su computadora dedicada a la tecnología de drones. Tiene archivos PDF de folletos a todo color. Tiene cientos de fotografías y vídeos con vistas aéreas. Tiene comparaciones de hojas de cálculo de las especificaciones, cargas útiles, armamento, velocidad, altitud. Ha estado o bien comprando drones o escribiendo un trabajo final sobre ellos".

"¿Y el teléfono?".

Swann asintió. "El teléfono. Su historial de llamadas ha sido completamente eliminado. Tiene una aplicación que borra su historial de forma automática a medida que hace las llamadas. Podemos recuperarlo pero tendríamos que ir a su proveedor de servicios con una orden".

"¿No lo puedes hackear?".

"Podríamos, pero ¿cuál es el punto? Me llevaría doce horas y, para entonces, lo que sea que vaya a suceder ya habrá sucedido. De todos modos, tenemos una cuestión más apremiante. Justo después de la medianoche de ayer, Nassar compró un billete de avión de ida a Venezuela. Es para las 2:30 de la tarde, JFK sin escalas a Caracas, clase ejecutiva. La tarjeta de embarque estaba en su teléfono. El recibo y una copia adicional de la tarjeta de embarque estaban en el disco duro de su computadora".

"¿Venezuela?", dijo Luke.

Swann se encogió de hombros. "No tenemos un tratado de extradición con Venezuela".

"Claro, pero ¿por qué no ir a casa a Irán?".

Swann se dio la vuelta. Sus ojos estaban desorbitados detrás de sus gafas. "¿Y si el ataque falla? Lo último que supe es que todavía hay pelotones de fusilamiento en Irán. Eso le da a ser despedido por incompetencia un significado completamente diferente".

"El punto es que está abandonando el país", dijo Luke.

"Sí. Hoy".

"Y compró el billete justo en el momento que alguien estaba robando los materiales radiactivos".

Swann asintió. "Yo supongo que lo compró justo después de saber que habían hecho el atraco exitosamente".

"Lo tenemos", dijo Luke. Dio una palmada en el hombro a Swann. "Buen trabajo".

Luke se dio vuelta y Begley estaba de pie en la puerta. Dos hombres grandes vestidos con trajes le flanqueaban. Luke miró a su alrededor. Ed Newsam estaba en un rincón junto a la ventana explorando la calle debajo de él y bebiendo una botella de jugo de naranja. Trudy estaba en su tablet y su teléfono celular a la vez. Un par de chicos del ERE locales estaban en escritorios tipeando en computadoras portátiles.

"Stone, ¿por qué está aquí?", dijo Begley. La sala se silenció cuando habló. Todos lo miraron.

Luke sonrió. "Ron, por primera vez me alegro de verte. Hemos tenido un gran avance. Ali Nassar hizo una transferencia bancaria de un cuarto de millón de dólares desde una cuenta en el extranjero a Ken Bryant, el conserje muerto en el Centro. Nassar ha estado gastando millones de dólares en drones robóticos de uso militar. Y anoche, mientras los ladrones estaban atracando el Centro, se reservó un billete de avión a Venezuela para esta tarde".

Begley negó con la cabeza. "Nada de eso me impresiona".

"Tenemos que traerlo, Ron. No podemos dejarlo salir del país. Si llega a Venezuela, va a ser difícil traerlo de vuelta aquí".

Begley miró a Ed. "¿Una convulsión, Newsam? Qué extraño. Hice que chequeen su registro personal. Usted no tiene un trastorno convulsivo. Ni siquiera fue herido en Afganistán".

Ed apenas se movió. Se levantó el dedo índice. "Incorrecto. Fui herido dos veces. Costillas rotas, una conmoción cerebral y un brazo roto una vez en que nuestro Humvee pisó un AEI y volcó. El hombre a mi lado perdió su pierna". Se encogió de hombros. "Un disparo en la pantorrilla la otra vez. La bala arrancó un buen trozo. Tuvieron que tomar carne de mi culo para reconstruir el músculo. A día de hoy, la carne del culo es un tono de marrón diferente de la carne de la pierna. Se puede ver la línea por la cual están pegadas. ¿Quieres verlo?".

Begley no dijo nada.

"De todos modos, esas suenan como heridas para mí. Tengo dos Corazones Púrpura así que supongo que el Tío Sam está de acuerdo".

"Quise decir que nunca tuvo una lesión cerebral".

Ed miró por la ventana otra vez. "Eso es diferente".

"Begley, ¿me está escuchando?", dijo Luke. "Tenemos al hombre que financió la célula terrorista. Y sabemos cuál es el sistema de ejecución. Es un ataque con drone. Y eso significa que hay una gran probabilidad de que no vaya a suceder aquí. No hay lugar en Manhattan para volar el tipo de drones de los que estamos hablando. Pensamos que es un ataque muy específico; una bomba sucia depositada por un drone en un lugar cerrado específico. Y el drone probablemente va a volar a baja altura por debajo de la detección de radar".

Begley sonrió. "No tiene idea de lo que está hablando, Stone. Todo esto sería divertido si no fuera tan serio al respecto. Tenemos la inteligencia que necesitamos. Sabemos cuáles son los objetivos. Ibrahim Abdulrahman, ¿lo recuerdan? ¿El hombre sin huellas dactilares? Resulta que su primo está en la cárcel en Egipto. Lo han estado interrogando durante más de una hora".

"Torturándolo", dijo Stone.

"No muy diferente de lo que hicieron ustedes dos, ¿verdad?".

"Es diferente", dijo Stone. "Rompimos los dedos de un hombre para obtener una contraseña de una computadora que era información verificable al instante".

"Hay tres posibles objetivos", dijo Begley. "El objetivo elegido es a discreción de los atacantes y depende de las condiciones en el lugar del ataque. El primer objetivo es el restaurante subterráneo de la estación Grand Central a la hora del almuerzo. Siempre es gente que va a por todo. Estamos tratando a este como el escenario más probable. Tenemos hombres con contadores Geiger en cada entrada a la terminal".

Luke sacudió la cabeza. "No puedes confiar en eso. Los torturan ahogándolos en Egipto. Tú lo sabes. Los electrocutan. Los cuelgan de las muñecas. Los empalan a barras de hierro. Los sujetos van a decir cualquier cosa para hacer que se detengan".

Begley continuó sin hacerle caso. "El segundo lugar más probable es el tren PATH de Hoboken a Manhattan. Esos trenes están llenos de gente y están bajo el río Hudson por mucho tiempo. Misma historia. Tenemos contadores Geiger ubicados en todas las entradas a ambos lados del río. El tercer objetivo involucra provocar un accidente vial en el túnel Midtown y luego hacer estallar la bomba cuando el tráfico se atasque. Estamos chequeando todos los coches a ambos lados del túnel pero este es el objetivo menos probable. En realidad, hay demasiadas variables en juego para hacer un ataque viable. ¿Ve lo que quiero decir, Stone? Tenemos todo bajo control".

"Estás equivocado, Begley. No puedes confiar en la inteligencia que se obtiene de la tortura".

"No. Se equivoca. ¿Sabe por qué le dije los objetivos? Para que viera exactamente lo equivocado que está. Usted ha estado persiguiendo fantasmas. Usted no está al corriente de la información y está bajo suspensión. Así que vaya a casa y deje que los adultos manejen esto, ¿sí?".

Begley se volvió hacia los dos hombres que lo flanqueaban. "Quiero que escolten a este hombre y al hombre junto a la ventana fuera del edificio. Denles tres minutos para recoger las pocas pertenencias que tengan y luego sáquenlos de aquí".

Begley se fue, dejando silencio en su estela.

Luke estaba en el medio de la habitación mirando a los dos hombres que lo iban a acompañar hasta afuera. Los hombres lo observaban con sus rostros impasibles. Luke miró a su alrededor. Todo el mundo lo estaba mirando.

Capítulo 19

8:19 a.m.

Lado este de Manhattan

"Supongo que ya no somos alta prioridad", dijo Ed Newsam.

El utilitario negro estaba aparcado justo fuera de las barreras de hormigón del helipuerto de la calle 34 en donde habían llegado hacía casi cinco horas. El tráfico de la mañana zumbaba junto a ellos en la Carretera FDR. El helicóptero no estaba en la plataforma por lo que se sentaron en el asiento trasero del utilitario y esperaron. Mientras observaban, un gran Sikorsky blanco apareció desde el río, un helicóptero ejecutivo.

Aterrizó y un grupo de jóvenes escandalosos se bajó. Un hombre llevaba pantalones vaqueros negros ajustados y no llevaba camisa. Tenía su cabello parado y era de color azul y la totalidad de su escuálido torso estaba cubierta de tatuajes. Otro hombre muy delgado llevaba un traje azul eléctrico con un bombín que hacía juego en su cabeza. Las tres mujeres que venían con ellos estaban vestidas como prostitutas de hace dos décadas, con minifaldas, tops sin espalda y tacones de más de 10 centímetros. Todo el grupo estaba tambaleándose, riendo y dejando caer cosas. Parecían borrachos.

Dos hombres grandes mayores, uno blanco y el otro negro, ambos completamente calvos, caminaban detrás de los jóvenes. Los hombres grandes estaban vestidos convencionalmente en camisetas negras y pantalones vaqueros azules.

Todos ellos se apiñaron en una limusina blanca. En un momento, la limusina se incorporó al tráfico y desapareció. El helicóptero ya se había ido. Había tocado tierra, los había desembuchado y había despegado de nuevo.

"¿Estás preocupado?", dijo Luke.

Newsam estaba desplomado en el asiento con su normal mirada inactiva. "¿Por qué?".

Luke se encogió de hombros. "No lo sé. ¿Perder tu trabajo?".

Newsam sonrió. "No creo que me vayan a despedir. Es política, viejo. Alguien de bien arriba está protegiendo a Ali Nassar, es todo. Escucha, tenemos al tipo correcto. Tú lo sabes y yo lo sé. Si explota una bomba sucia hoy, Dios no lo quiera, rodarán cabezas pero no van a ser nuestras cabezas. Un par de personas en el Medio Oriente van a morir en algún ataque aéreo. Ali Nassar va a aparecer liquidado en un callejón en Caracas. Nada de esto saldrá en los periódicos. Tú y yo obtendremos algún bono muy por lo bajo para ayudarnos a mantener la boca cerrada. Nunca entenderemos nada, sobre todo porque no tiene sentido. Y la persona que mueve los hilos seguirá igual que antes".

Luke gruñó. El cinismo era algo generalizado entre los agentes de inteligencia. Por lo general, Luke no se metía en eso. Siempre había tratado de ser simple. Nosotros éramos los buenos. Del otro lado estaban los malos. Esa visión del mundo era el velo protector en el que se envolvía. Tenía que admitir que esta mañana esa idea se estaba convirtiendo en todo un entrenamiento.

"¿Y si no explota ninguna bomba?".

La sonrisa de Ed se hizo más amplia. "Creo que van a decir que le dimos una paliza a un buen hombre que sólo está tratando de hacer del mundo un lugar mejor. ¿Qué importa? ¿Viste a esos niños que vinieron hace un minuto? Estrellas de rock, estrellas de televisión, ¿quién sabe? Mis niñas probablemente los conocen a primera vista. ¿Viste esos tipos grandes con ellos? Guardaespaldas. Trabajé de eso un tiempo cuando volví por primera vez aquí. Los horarios son terribles porque los niños son como hombres lobo. Sólo salen por la noche. Pero es buen dinero. Lo haría de nuevo si tuviera que hacerlo. Un hombre como yo que no se oxida, tiene una gran cantidad de opciones en este mundo".

El teléfono de Luke sonó. Miró el número. Era Becca.

"Es mi esposa. Voy a contestar".

"Adelante", dijo Ed. "Voy a tomar una siesta".

"Hola, nena", dijo Luke ni bien pulsó el botón verde. Trató de poner un tono alegre, más para el beneficio de ella que para el suyo.

"¿Luke?".

"Sí", dijo. "Hola".

"Cariño, es bueno escuchar tu voz", dijo. "He estado preocupada por ti pero no quería llamar. Ha salido por todos lados en la televisión. Ese es tu caso, ¿verdad? ¿Los materiales nucleares robados?".

"Sí. Es ese".

"¿Cómo va?".

"Estoy fuera del caso desde hace veinte minutos. En realidad estoy camino a casa".

"Me alegra oír eso. ¿Eso es bueno o malo?".

"Es política de la oficina, supongo que se puede decir así. Pero definitivamente será agradable volver y dejar esta noche atrás. ¿Qué estás haciendo tú?".

"Bueno, Gunner y yo hemos decidido tomarnos el día libre y jugar todo el día. Tuvo muchos problemas para volverse a dormir ayer a la noche y yo también. Te queremos aquí con nosotros, Luke. Queremos que renuncies a ese tonto trabajo de una vez por todas. Así que pensé, Gunner se ha perdido un total de cuatro días de clases durante todo el año y tengo un montón de días personales para tomarme así que, ¿por qué no llamar al trabajo y tomarme el día también?".

"Claro", dijo Luke. "¿Por qué no? ¿Qué van a hacer?".

"Íbamos a ir al centro. Yo quería ir al Museo del Aire y el Espacio y él quería ir al Museo del Espionaje, naturalmente".

Luke sonrió. "Por supuesto".

"Pero ahora con todo esto del terrorismo, no sé. Al parecer están doblando la seguridad en todas partes, especialmente en los sitios de interés turístico. Me da un poco de miedo. Así que lo voy a dejar dormir una hora más mientras pienso otra cosa que hacer. Supongo que desayunaremos un poco más tarde de lo habitual y luego… ¿qué? ¿Ir al cine? Dudo que los terroristas ataquen una sala de cine en los suburbios a la tarde. ¿No?".

Ahora él casi se rió. "Eh… Sí. No creo que se meterían en todo este problema si ese fuera su objetivo".

"Tal vez vamos a ir al gimnasio de escalada después de eso, luego a comer unas croquetas de cangrejo para el almuerzo".

"Suena como un lindo día".

"¿Te esperamos?", dijo.

"Me encantaría. Pero estoy esperando un helicóptero. No puedo predecir cuándo voy a llegar a casa. De todos modos, no he dormido en veinticuatro horas".

Después de colgar, Luke cerró los ojos y se permitió dormitar. ¿Ed estaba roncando a su lado? Sí que sonaba así. Luke imaginó su futuro. El semestre de la universidad había terminado. Había enseñado un par de clases como adjunto y lo había disfrutado. Podía imaginarse siguiendo con eso, tal vez preparar una maestría y tomar una cátedra completa en alguna parte. Un hombre como él, un ex comando de operaciones especiales del 75º Regimiento Ranger y del Delta Force con despliegues en todo el mundo y experiencia de combate, un ex agente del FBI contra el terrorismo, habría un lugar para él.

Se imaginó este verano. Él y Becca tenían una pequeña casa de verano en la bahía de Chesapeake. La casa había estado en la familia de Becca por generaciones. Era un lugar precioso en un acantilado con vista al agua. Una escalera desvencijada abrazaba el acantilado hasta el muelle de navegación y natación. En los veranos, Luke llevaba una vieja lancha allí. Gunner estaba en una edad ahora en la que Luke podía enseñarle algunas cosas. Tal vez Luke lo sacaría a pasear en esquí acuático este año. Tal vez le enseñaría cómo conducir el barco.

Luke creó una imagen en su mente. Era de ellos tres sentados en la mesa del patio trasero de la casa de verano mientras el sol se ponía sobre el agua hacia el oeste. Era el final de un largo día de natación y navegación. Estaban comiendo mejillones al vapor y una botella de vino blanco bien fría estaba abierta sobre la mesa. Podía ver todo en detalle. Mientras todos reían, una sirena de ataque aéreo hizo añicos el silencio. Aullaba y aullaba, el chillido subiendo y bajando en intensidad.

Abrió los ojos. Su teléfono estaba sonando.

"¿Vas a contestar eso?", dijo Ed Newsam. "¿O quieres que yo lo haga?".

Luke contestó sin mirar quién llamaba.

"Stone", dijo.

"Luke, es Trudy. Escucha, sé que me mentiste. Sé que estás suspendido. Ese es un tema para otro momento".

"Bueno".

"Acaba de llegar algo de información. Está publicada en el tablero grande en este momento. Un hombre fue ingresado al Hospital Baltimore Memorial en estado crítico hace unos cuarenta minutos. Tiene intoxicación aguda por radiación y al menos dos heridas de bala en la espalda. Fue encontrado por dos pescadores bajo un puente de la autopista en la costa de Baltimore".

"¿Quién es?".

"Su nombre es Eldrick Thomas. También conocido como LT. También conocido como Abdul Malik. Afroamericano de veintiocho años. Nacido y criado en el barrio de Brownsville en Brooklyn. Prontuario sustancial con múltiples sentencias de prisión en los últimos diez años. Asalto, atraco a mano armada, posesión de armas. Está a un strike de quedarse adentro durante mucho tiempo".

"Bien, ha sido un chico malo", dijo Luke.

"Más concretamente, estuvo recluido con Ken Bryant en dos ocasiones. Una vez durante cinco meses en Rikers Island y una vez durante casi dos años en el Centro Correccional Clinton. Estaba afiliado a la misma pandilla de prisión que Bryant, La Familia de Pandilleros Negros. Se convirtió del cristianismo al Islam mientras estaba en prisión y tomó el nombre de Abdul Malik. Tenía tres infracciones disciplinarias por luchas que estallaron porque estaba haciendo proselitismo a otros internos, especialmente sobre la necesidad de librar la yihad en el territorio de los Estados Unidos. Una de estas infracciones lo llevó a la celda de aislamiento durante un mes".

Luke se estaba poniendo en alerta. Miró a Ed. Ed había entendido el lenguaje corporal de Luke y se había enderezado en su asiento.

"He aquí lo curioso del caso", dijo Trudy. "Eldrick Thomas y Ken Bryant eran amigos de prisión. Eran tan parecidos que los otros internos, y los guardias, a menudo se referían a ellos como Los Gemelos. Estoy mirando fotos policiales de ellos en la pantalla de Swann. Podrían ser hermanos. De hecho, si realmente quisieras llevarlo más allá, podrían ser confundidos por el mismo hombre".

"¿Por qué está en Baltimore?", dijo Luke.

"Nadie sabe".

"¿Alguien ha hablado con él?".

"Negativo. Estaba inconsciente cuando lo ingresaron. Está en cirugía en este momento, le están extrayendo las balas. Está bajo anestesia general".

"¿Va a vivir?".

"Se espera que sobreviva a la cirugía. Más allá de eso, hay que adivinar".

"¿Por qué me cuentas todo esto?".

Podía sentirla sonreír en el otro extremo del teléfono. "Sólo pensé que querrías saber".

"¿Quiénes son mis pilotos de helicóptero?", dijo Luke.

"Rachel y Jacob", dijo Trudy. "Los pedí especialmente para ti".

"Amistosos", dijo Luke.

"Correcto".

La llamada terminó. Luke miró hacia el agua. Venía un helicóptero Bell negro. Ese era su transporte. Su bolso pequeño estaba a sus pies. Lo abrió y revolvió buscando sus píldoras Dexedrine. Las encontró y sostuvo la botella para que Ed la inspeccionara.

"Dexies", dijo Ed. "Solía vivir tomándolas en Afganistán. Tómalas por mucho tiempo y te matarán, ya sabes".

Luke asintió.

"Lo sé".

Abrió la botella y vertió cuidadosamente dos cápsulas en su palma. La mitad de cada cápsula era de color marrón rojizo, la otra mitad transparente.

"Parece que tenemos una oportunidad más en esto si lo deseamos. ¿Estás preparado para torcer algunas reglas más esta mañana?".

Ed tomó una cápsula de entre los dedos de Luke. Se la metió en la boca y se la tragó. Echó un vistazo a su reloj.

"Creo que puedo hacerme un poco de tiempo".

Yaş sınırı:
16+
Litres'teki yayın tarihi:
10 eylül 2019
Hacim:
320 s. 1 illüstrasyon
ISBN:
9781632917027
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