Kitabı oku: «Buscando un bebé», sayfa 2

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Cady

Abro mis ojos y gruño. No es solo la mañana, es la luz del sol en mi habitación. Milo, mi gato extraviado que se volvió mi compañero, ronronea y roza su barbilla contra mis dedos.

“Demoniooooooooooos”, digo yo, dando la vuelta. Milo me mira juzgándome con su ojo azul restante. El otro había sido cosido y ya se había curado. Es una mezcla de siamés y es demasiado snob para un gato que rescaté de un basurero fuera de mi casa.

A Milo no le importa que salí a beber anoche, Roza su barbilla contra mi mano, maúlla con su voz ronca y me ordena que lo acaricie. Acaricio su cabeza y Milo comienza a ronronear de felicidad.

“Eres el peor”, le digo a Milo. Él se sube a mi pecho. Incluso después de tenerlo por un año, Milo no pesa más de 5 kilos. “No te aprecio para nada.”

Milo amasa un poco la sábana y luego se baja. Regresa al borde de la cama y me mira con anticipación. Suspiro al verlo intentar llevarme a la cocina para darle algo de comida enlatada.

“Tienes bastante comida seca”, le digo yo.

Me giro y me siento, haciendo un sonido patético. En este momento, siento cada uno de mis treinta y tres años y algo más. De verdad ya no tengo veinte años y tengo una resaca para probarlo.

Me pongo una camiseta por encima de mis bragas, el primer paso de muchos para comenzar el día. Reviso mi teléfono y veo que son solo las nueve. Normalmente entraría en pánico, pero sé que tengo el día libre.

Bueno, no totalmente libre, pero planeaba trabajar desde casa hoy. Miro mi correo por un segundo y luego suelto un suspiro de asco y apago la pantalla. Hay una docena de nuevos correos, una docena de correos de voz y dos docenas de textos esperándome.

Atravieso los pisos de cemento de mi apartamento y miro las ventanas que cubren toda la pared y proporcionan mucha luz. Además de mi dormitorio, el apartamento tiene una oficina, una habitación extra y una enorme sala/cocina. Pago bastante por él, pero no puedo quejarme mucho. Ni siquiera cuando hay mucha luz.

Orino, mis bragas en mis tobillos, la puerta abierta y los ojos cerrados por la luz y me obligo a pensar. Pero mi cerebro no está funcionando, así que me desvisto y abro la ducha. El vapor comienza a acumularse, atrapado entre las frías baldosas oscuras y la puerta de vidrio.

Inclino mi cabeza contra el vidrio por un momento. Pienso en la noche anterior y todo regresa de inmediato.

El tejado. La fiesta. Jett.

Dios, no siquiera pude irme con gracia. No sin Jett jalándome hacia sus brazos, besándome y haciéndome sonrojar. Es tan alto, con cabello casi negro corto a los costados y largo arriba. Llevaba una camisa roja de cuadros, jeans pegados y botas. Tiene unos ojos azul oscuro. Tenía una barba espesa, algo que me atrae mucho.

Oh y sus tatuajes…

Está tatuado en casi toda su piel, desde su cuello a la v desabotonada en su camisa hasta sus dedos. Mordí mi labio mientras estaba bajo el agua. Dios, pensaré en esos tatuajes cuando esté sola y aburrida, eso era seguro.

Me quedo en la ducha más tiempo del que debería, pensando en las razones por las cuales no puedo tener a un hombre como Jett en mi vida. Oh, hay tantas razones.

Una, no tengo el tiempo para dedicarme a una relación real. Tengo un trabajo serio y la mayoría de los hombres no puede apreciar a una mujer que trabaja tanto como yo.

Dos, no quiero involucrarme en todo el trabajo involucrado en salir con un tipo apuesto. Es demasiado trabajo.

Y tercero, quiero un bebé. No, necesito un bebé, punto. Tampoco deseo toda esa mierda y drama del papá del bebé.

Me echo algo de champú en mi cabello y lo acaricio. Sé que parezco estar obsesionada con mi carrera, pero hace seis meses que tengo esta urgencia. Los bebés comenzaron a parecerme lindos de repente. Me encuentro mirando aparadores con cosas de bebés y riéndome de videos de bebés graciosos en Facebook.

Luego tuve una amiga cercana que tuvo un bebé, una niña. Fue la primera vez que sostuve un bebé y olí la cabeza de un bebé. Por primera vez, comencé a verme como algo más que una tía chocha. Me pregunté si era posible que quisiera un bebé.

Desde entonces, he comenzado a ver bebés en todos lados. No solo eso, fui al ginecólogo y a un especialista en fertilidad. Una vez que descubrí que físicamente estoy apta para tener un hijo, me obsesioné un poco.

¿Pero pueden culparme? ¿Quién no querría la oportunidad de tener un hijo, pasar todo el amor y cariño que no recibieron de niños? El sistema de acogimiento familiar no me ayudó mucho, pero eso no le sucederá a mi hijo.

Enjuago mi cabello y me pongo impaciente. No tengo tiempo para pensar en lo que mi terapista llama mi crisis de fe en mí misma. Salgo de la ducha y me doy cuenta de que Olive debe estar por llegar.

Milo pasa entre mis pies y comienza a maullar.

“¡No te voy a dar comida enlatada!” le digo. “Sin importar lo lindo que seas o todo el ruido que hagas.”

Avanzo rápido para vestirme y maquillarme, sigo secando mi cabello mojado con una toalla cuando suena la puerta. Corro hacia el frente y miro la cámara. Olive me sonríe, su cabello rojo es imposible de confundir. Presiono el botón y le abro la puerta.

Voy a la cocina para buscar el café y luego pasarlo al mostrador de la cocina para encender la cafetera. Mientras reviso las opciones, Olive entra. Está vestida como le pedí, lo que significa que lleva Versace del año pasado y sus terceros mejores Louboutins.

Yo estoy con jeans y un top extra grande, pero oye, cada uno con lo suyo, ¿cierto?

Le sonrío. Ella puede usar lo que quiera; la mujer mide metro cincuenta, pesa casi nada y tiene un corazón de oro puro.

“¡Hey!” dice Olive, mostrando una caja rosada de pasteles. “¿Adivina quién compró croissants de chocolate de Amélie?”

“Oh, me salvaste la vida”, le digo. “Estaba feliz de no tener que estar hoy en la oficina. Acabo de poner a preparar café.”

Olive sonríe. Ella es una abogada defensiva increíble en mi firma y le pagan muy bien por ello.

“Un café suena bien”, anuncia Olive. “Y va muy bien con los croissants.”

Le quito la caja y abro la tapa para olfatear esta delicia. Puedo sentir a Olive mirándome. Olive no pedirá detalles, pero por la forma en que toca el mostrador con sus dedos, ella está ansiosa por saber lo que sucedió anoche.

Yo la miro. Con sus rasgos diminutos, sus pecas abundantes y sus ojos verdes, ella es demasiado adorable como para ocultarle algo.

“¿Cómo te fue en tu cita con Roberto?” le pregunto, ladeando mi cabeza a un lado. Milo se sube al mostrador y yo lo ahuyento al instante.

Olive me señala la caja para que se la lleve y selecciona uno. “Estuvo bien. Solo fue la tercera cita, así que no tengo nada nuevo que reportar.”

Olive me mira de forma sospechosa y muerde su croissant.

“¿Quieres saber lo que pasó anoche?” suspiro yo.

“Oh dios mío, sí, sí quiero”, dice Olive, luchando para sentarse en uno de los asientos que están al otro lado de la cocina.

Yo hago una mueca. “Su nombre es Jett, era muy caliente y rechazó tener sexo conmigo.”

“¿Hizo qué?” preguntó Olive, indignada.

“Fue muy vergonzoso”, dije yo con otro suspiro. “Aunque se aseguró de pedir mi número…”

“Espera, ¿hizo eso antes o después de rechazarte?”

“Mmmmm… después”, dije yo, moviéndome para buscar dos tazas.

“¡Amiga! Eso es muy caliente”, dice ella. Olive muerde su croissant y gime en apreciación. “Dios, esto es bueno.”

“Estás ensuciando tu ropa de migajas”, señalo yo.

Olive se sacude las migajas de su enterizo de chifón y se encoge de hombros. “¿Y qué tan caliente era? Descríbelo.”

“Mmmmm…” Comienzo a recordarlo mientras echo la leche. El café está terminado y nos sirvo dos tazas llenas de un café que olía increíble. “Era muy alto. Tenía cabello oscuro y corto y una sonrisa increíble. Tenía un montón de tatuajes.”

“¿Todo el brazo?” pregunta Olive, aceptando su café. “Gracias.”

“Ambos brazos tenían tinta y su cuello también… era muy caliente.”

“Genial. Bueno, tal vez te llame.”

“¡Sí y tal vez luego vengan hombrecitos verdes de una nave espacial!” dije yo. “Oooh, espera un segundo…”

Dejo mi café en la cocina y voy a buscar una carpeta blanca gruesa de la mesita de café. Milo maúlla con tristeza y Olive se inclina y lo rasca en la cabeza.

Miro la carpeta blanca y una carpeta negra casi idéntica e intento recordar cuál es la que tiene una lista de donantes de esperma y cuál es la que tiene muestras de pintura para la habitación extra.

Después de echarle un vistazo a la cubierta, traigo la carpeta de muestras y la abro en la primera página que marqué. “Tienes que ayudarme a escoger un color para el próximo cuarto del bebé.”

Olive agarra el libro y mira la página abierta y luego me entrega la caja de croissants.

“No hay que desperdiciarlo”, murmura Olive mientras observa las páginas.

Tomo el croissant y lo muerdo. Cierro mis ojos; el sabor es tan bueno como para tener un orgasmo. “Ohhhh.”

“Lo sé”, dice Olive sin levantar la mirada. “Escucha, tengo una pregunta extraña. No te juzgo ni nada, pero… ¿los socios en la firma saben que estás planeando embarazarte?”

Presiono mis labios y contesto mientras frunzo mis cejas ligeramente. “No.”

“Es solo que… sabes, no vas a poder trabajar tanto. Sarah, ¿conoces a la que trabaja en derecho contractual? Ella dijo que sus horas fueron reducidas a la mitad.”

Ella no levanta la mirada del libro, pero siento que este es su momento de honestidad sobre el tema.

“Me he preparado financieramente, si es eso a lo que te refieres.” Arrugo mi cara.

“No, es solo que… me pregunto si los socios se quedarán atónitos cuando una de sus principales litigantes anuncie que está embarazada.”

“Probablemente. Pero no puedo permitir que un viejo me diga que es mala idea tener un bebé solo porque es malo para él. Mi fertilidad no tiene que adecuarse a su mejor momento.”

“Hmm”, dice Olive, arrugando las cejas. “Hey, ¿has tenido suerte con la carpeta de los donantes de esperma?”

Sacudo mi mano. “Aj, no. He rechazado… casi toda la lista.”

Olive sonríe. “¡Muy selectiva!”

“¿Quieres escuchar algo loco?”

“Siempre.”

“Casi le pido que pase solo 1 noche, ya sabes… para ver si quería ayudarme a acelerar el proceso.” Arrugo mi cara al decirlo.

La boca de Olive forma una O perfecta. Le toma un segundo recuperar el habla.

“Espera, ¿solo ibas a… usarlo por su esperma?”

“Bueno, sí. El que fuera tan caliente tampoco iba nada mal.”

“Oh dios mío, ¿en serio? Eso es increíble. Espero hayas conseguido su número.”

Siento mis mejillas encenderse. Milo vuelve a saltar en el mostrador y lo agarro para acariciar su suave pelaje.

“De hecho sí. Lo hice.”

Olive me mira y lo considera.

“¿Estás pensando salir con él?” pregunta Olive.

“Dios mío, no. Parece un mujeriego. No tengo tiempo para eso. Especialmente si voy a seguir adelante con lo del donante de esperma…”

Una sonrisa traviesa aparece en sus labios. “Entonces… ¿por qué no te saltas la parte de la cita y le pides que tengan sexo?”

“Te refieres a… ¿procrear?” pregunto yo.

“Sí, ¿por qué no? Podrías decirle o no.” Olive pausa. “Es una sugerencia.”

Pongo mis ojos en blanco. Milo comienza a retorcerse, así que lo suelto. “Tendría que decirle al padre de mi bebé que estaba intentando embarazarme. Es algo decente que debería hacer, Olive.”

Ella se encoge de hombros. “Si eso piensas.”

“Tengo que hacerlo, creo. Personalmente, eso pienso. Pero… ¿cómo puedes pedir eso? ¿Hey, hombre sexy, ¿estaría bien si no usamos protección? Quiero salir embarazada.”

Olive se ríe. “Solo lo emborracharía un poco y le contaría todo. Probablemente ayudaría si te vistes sexy…”

“Aj, no lo sé. Probablemente escuche la palabra bebé y salga huyendo.”

Olive comenzó a pensar. “Muéstrame una fotografía de él”

Yo sacudo mi cabeza. “No tengo una.”

“¿Sabes su nombre?”

“Sí, Jett James.”

“Suena conocido. Hmmm…” Ella saca su teléfono y escribe algo, luego revisa las páginas. “Espera… ¿es él?”

Olive voltea la pantalla de teléfono y Jett está ahí.

“Sip, es él”, digo yo.

“¡Amiga! ¡Está muy caliente! Y era un jugador de béisbol, por eso su nombre suena conocido. Oooh, ¡apuesto a que tiene buenos genes!”

Yo suspiro. “Olive…”

“En serio, ¿es más alto que tú? Dice que mide metro noventa.”

“Sí, bueno… es bastante alto…”

Olive se endereza en su asiento, como si hubiera tomado una decisión.

“De acuerdo, dame tu teléfono.”

Yo la miro de reojo. “¿Para qué?”

“Vas a salir en una cita con este tipo. Si no pasa nada, puedes follártelo y nunca volver a verlo.”

“Oh, no lo sé…”

“¿En serio? Teléfono, ahora”, ordena Olive.

Suelto un sonido de exasperación, luego voy a mi dormitorio por mi teléfono. Ya hay un mensaje de Jett esperándome cuando levanto el teléfono.

Creo que deberíamos salir pronto. Por nuestra relación. ;)

Seguido de, P. D. Te veías increíble en esa falda anoche.

Me sonrojé demasiado, estoy segura de que mis mejillas estaban encendidas. Llevé el teléfono a la cocina.

“Me escribió”, dije yo, ofreciéndole el teléfono a Olive.

Ella lee sus textos y suelta chillidos de alegría. “¡Sí! Vas a salir con él, cien por ciento segura.”

Después de un segundo, ella le escribe solo dos palabras.

¿Esta noche?

Quiero golpearla por enviar sin que yo aceptara, pero luego aparecen tres puntos, indicando que me estaba contestando.

“No puedo creer que hayas hecho eso”, dije yo.

“De nada”, dice Olive, estaba claramente orgullosa de sí misma.

Cuando Jett responde casi salto de la emoción.

Hoy no. Pero estoy libre pasado mañana. Después de las 8. ¿Te parece bien, princesa?

Le quito el teléfono a Olive y muerdo mi labio con preocupación. ¿Ya me está llamando diferente? No puedo decidir si eso es caliente o si se está sobrepasando.

“¿En serio? Este tipo súper caliente te está garantizando que va a aparecer y te dará su regalo. ¡Solo di que sí!” dijo Olive prácticamente gritando. Después de que pasaron algunos segundos y seguía sin decidirme, ella agarra mi teléfono.

Estaré ahí, papi. 😘

“Dios mío, ¿en serio?” chillo yo. “Demonios. ¡No puedo creer que hayas enviado eso!”

“¿Qué es lo peor que puede pasar?” dice Olive. “Ya vas a tener un bebé sola. Además, esto nos lleva a una pregunta muy importante.”

“¿Qué cosa?” pregunto yo.

“Sí. ¿Qué vas a usar? Debe ser algo que diga, tengo clase, pero fóllame, por favor.”

“Oh, cristo…” protesto yo, pero Olive no me está escuchando. Está demasiado ocupada llevándome a mi closet.

Supongo que tendré una cita con Jett James y pronto.

3

Jett

Me despierto temprano, justo antes de que salga el sol. No importa si está lloviendo, nevando o granizando. No importa a la hora que me acosté. Si no estoy en el hospital, yo voy a ejercitarme.

Empujo el cobertor de lino negro y me estiro, totalmente desnudo. A Emily no le gustaba que durmiera desnudo. Pero después de que Emily me dejó hace poco más de un mes, yo volví a intentarlo. Se siente tan bien, solo tu piel y el cobertor, sin ropa que me molestara.

Me levanto y me dirijo al baño, sin preocuparme en encender las luces. En el baño, la luz comienza a encenderse; el inteligente arquitecto colocó tragaluces en toda la casa. El baño cuenta con vigas de cedro desnudas y simples paredes blancas, una temática común en toda la casa. Todo el lugar fue hecho por alguien con mejor gusto y más tiempo libre que yo y era algo mínimo.

Me limpié los dientes en frente del espejo gigante y me inspeccioné. Mi barba estaba muy larga, así que tal vez la corte hoy o mañana. Pauso al mirar el doble lavabo.

No es su lavabo, me recuerdo. Le pertenece a quien tome su lugar.

Me apresuro a buscar mi ropa de gimnasio y luego bajo al sótano. Terminaré mi ejercicio con algo de cardio, pero ahora es momento de levantar algo de peso en el gimnasio de mi casa. Enciendo la luz y toco un botón en la pared para encender la música. El rap comienza a sonar por los parlantes incorporados, fuerte y rápido.

Perfecto.

Empiezo a moverme entre las máquinas, intentando decidir por dónde comenzar. Comienzo fácil con pectorales y luego con trapecio.

Después de mi primera repetición, comienzo a pensar en Emily de nuevo. Tengo muchos sentimientos encontrados sobre ella y sobre el final de nuestra relación. Fue tanto que me tomé un largo fin de semana del trabajo y me fui a acampar solo para intentar descifrar qué es lo que sucedía.

Acampé bajo las estrellas, intentando pensar qué había salido mal exactamente.

Primero que todo, Emily probablemente estaba enojada porque me rehusé a que se mudara conmigo. En realidad, yo había rechazado varias cosas que significaban un compromiso a largo plazo: criar un perro juntos, planificar vacaciones que eran muy lejanas, incluso pedir un plan familiar en el gimnasio que ambos frecuentábamos era mucho para mí.

Era cierto, ella nunca se enojó cada vez que yo rechazaba planes a largo plazo. Su boca se fruncía, sus ojos se entrecerraban, pero nada que me afectara directamente. Así fue como logré ignorar su comportamiento iracundo por tres años: siendo sordo y haciéndome el tonto.

Así que, si iba a aprender algo de mi relación fallida, necesitaba descubrir lo que necesitaba. También necesitaba comprometerme. Eso fue lo que descubrí de mi relación.

Segundo, descubrí que Mason tenía razón cuando me acusó de ir por el mismo tipo una y otra vez. Rubias delgadas con sus esteras de yoga eran lo mío. Si era honesto conmigo mismo, me gustaba que usualmente eran sumisas y no me desafiaban mucho intelectualmente.

Básicamente, mi tipo era lo opuesto a Cady, la chica que había conocido la otra noche. Me la imagino, cabello oscuro y ojos verdes, más alta que las chicas con las que suelo salir. Tenía pechos, caderas y un trasero real, no un trasero plano por el yoga.

Y su personalidad era tan diferente a cualquiera de las mujeres con las que había salido. Era sarcástica e inteligente y tenía un trabajo importante en una firma. Ella podía valerse por sí misma, a diferencia de Emily.

Emily hacía muchas cosas, pero también trabajaba en una cafetería y no podía vivir sin compañeras.

Mientras cambiaba de máquinas y comenzaba a sudar, mi mente comenzó a divagar. Primero pensé en el trabajo; todavía no había firmado con Bryce y tengo una reunión de trabajo más tarde.

Luego pensé en Mason y Alex, mis dos mejores amigos. Tengo compañeros de trabajo, pero soy muy quisquilloso al escoger con quién pasar mi tiempo libre. Mason es alérgico al compromiso, una nueva chica cada noche. No podía creer que tuviera las agallas de acusarme de solo estar con chicas por una noche.

Y Alex… Alex parecía irle bien con las mujeres, pero ese maldito era muy secretista. Podría estar follando con mi mamá, mi hermana y mi abuela y nadie lo sabría. Pero como sea, es un tipo estable. Siempre aparece cuando dice que lo hará, aunque el evento sea el velatorio de mi abuelo.

Solía tener más amigos cuando estaba en la universidad, pero eventualmente se alejaron, conocieron sus parejas y se casaron… eventualmente desaparecieron. Mason y Alex eran los únicos que seguían solteros, además de mí.

Tristemente, eso es de lo único que tengo que preocuparme. Hago ejercicio, hago bien mi trabajo y paso el tiempo con mis amigos. Mi vida es algo vacía, si soy honesto conmigo mismo. A los treinta y cinco, definitivamente pensé que estaría casado y tal vez comenzando una familia.

En realidad, eso es lo que me dejó en shock cuando Emily me dejó. Recuerdo que Emily encontró los documentos que tenía para un viaje solo que tenía planificado para Machu Picchu.

“¿No planeabas decírmelo?” pregunta Emily, lanzándome los documentos cuando estoy en el sofá. Ya llevábamos casi tres años saliendo, lo suficiente para reconocer su ira.

“Ohh… digo, es dentro de tres meses”, dije yo, sentándome.

“¿Qué significa eso?” explota Emily. Ahora sí está muy enojada, su cola de caballo rubia se tambaleaba con cada movimiento. “En serio, ¿cómo podías no contarme sobre esto? O… espera, ¿ya estás saliendo con otra mujer? ¿¿Dios mío, me estás engañando??”

“Wow, wow. Primero que todo, no. Segundo, ¿con qué tiempo?” dije yo a la defensiva. “Solo digo… ya sabes, es en el futuro. ¿Quién sabe qué sucederá entonces?”

Emily me mira y me señala.

“¿Estás cuestionando lo que sucederá en tres meses en nuestra relación?”

“No…” dije yo con culpa. Emily me mira por un segundo y yo comienzo a cuestionarme si ella puede leer mis malditos pensamientos. Porque dije que no, pero a lo que me refería era… quizás.

“¿Sabes qué? Eso es todo. Cuando vayas a trabajar, yo me iré. No te preocupes en discutir, porque no quiero escucharlo.”

“Espera. Emily…”

Emily bajó por las escaleras y escuché la puerta cerrarse. Esa sería la puerta al dormitorio.

Demonios.

Ese día fui a trabajar. Supuse que haría lo que siempre hacía, irse de compras y hacer ejercicio. Luego todo estaría bien. Le envié flores del trabajo, algo que pensé que era un bonito detalle.

Solo que llegué y encontré la casa destrozada, sus llaves en el mostrador y una nota.

No vuelvas a llamarme NUNCA.

Arrugué la cara mientras escuchaba a Kendrick Lamar y luego apagué el rap. Finalmente subí las escaleras y agarré mi iPod mientras salía. Salí y comencé a correr con todas las otras personas ricas en el vecindario de Buckhead. Comienzo de nuevo el rap, escuchando a Drake hablando de cómo se hizo famoso.

Sé que las cosas con Emily se arruinaron por mi culpa. Eso me quedó claro, luego de muchas noches quejándome al respecto con mis amigos. Alex y Mason escuchan, pero no tienen miedo de responder mis preguntas.

Así que, aquí estoy, un nuevo… bueno, un soltero no tan nuevo merodeando. La otra noche fui encantado por Cady… a pesar de que ella no es mi tipo. Rubia, delgada, agradable… ninguna de esas palabras aplicaba con Cady.

Tal vez eso era algo bueno, pienso yo. Tal vez necesito a alguien que no sea de mi tipo.

Intento imaginarme saliendo con Cady, sosteniendo su mano. Casándome con ella, mirando su rostro detrás de un velo. Cady en el hospital teniendo nuestro bebé.

No puedo verlo, pero nunca he podido verlo, en realidad, con nadie. Quizás por eso sigo solo a esta edad. Tal vez solo necesito escoger a alguien con quien valga la pena gastar mi tiempo y energía y comprometerme con ella.

Acelero el ritmo, corriendo hasta que ya no puedo pensar.

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