Kitabı oku: «Enfermería. Un viaje a través del cuidado de lo humano», sayfa 2
Algunos aspectos considerados importantes en este contexto se describen a continuación:
La adoración a la naturaleza. La adoración a la naturaleza fue el cimiento de la cultura antigua; la creencia en la enfermedad evolucionó y encontró su explicación en el incumplimiento de deseos divinos o transgresiones morales. Se crearon mitos de divinidades que cuidaban la salud y poseían poderes sobre la vida y la muerte (como significación del mundo y de la existencia humana y la necesidad de liberar el espíritu para proponer la salud como función de la memoria viva). Se establecieron las tradiciones de adoración y ritos para solicitar ayuda divina a enfermos. Se aceptó que la enfermedad era debida al enfado de dioses y de la naturaleza. Se otorgó a líderes religiosos la responsabilidad de curar y el cuidado a los enfermos se dio como algo natural inherente a la sociedad.
El cuidado de lo humano desde la ética de la responsabilidad. Se asume el cuidado desde una concepción filosófica como reflexión que permite una rendición de cuentas y apropiación vigilante de un tiempo histórico. ¿Cómo reconstruir y reanimar el sentido de la vida moral desde la responsabilidad? Con Lévinas la ética aparece como filosofía primera para mantener despierto y vigilante el sentido de una vida moral pensada en términos de responsabilidad22.
La salud, la enfermedad y sus cuidados en las civilizaciones antiguas. Desde los tiempos más antiguos, el mantenimiento de la salud, y la lucha contra la enfermedad surgen como una necesidad vital rodeada más de intuición que de conocimientos elaborados. El conocimiento de las enfermedades y sus tratamientos de las épocas más remotas de la Prehistoria, se deriva de la Paleopatología, ciencia que ha estudiado las enfermedades, a partir de fósiles y momias y la Paleomedicina, que investiga los tratamientos.
Es posible que algunas de las primeras ideas relacionadas con el tratamiento médico y los cuidados se hayan adquirido a través de la observación de los animales, de cómo se enferman y cómo se recuperan, de la observación de sus mecanismos de defensa empíricos ante la enfermedad, como, por ejemplo, lamerse una herida para su cicatrización, inmovilizar una extremidad fracturada para su unión, ingerir hierbas para purgarse, sumergir las heridas inflamadas en agua, entre otras prácticas. De tal manera que lo que hoy en día aparece como una ciencia denominada Etología rama de la biología y de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales, sus conductas, sus comportamientos innatos o aprendidos, fue en tiempos remotos una frecuente fuente natural de inspiración para la práctica de los cuidados, el mantenimiento de la salud y la atención frente a la enfermedad.
Concepciones salud-enfermedad. Los pueblos primitivos vieron la enfermedad como causa sobrenatural y la asociaron con el concepto de Castigo Divino. La clasificaron en dos grupos:” el enfermo leve, cuyos problemas no lo incapacitaban para realizar las actividades comunitarias, continuaba vinculado al grupo y no era considerado enfermo. El grave era calificado como incapaz para ser útil al grupo. El enfermo era una persona que tenía un maleficio y sobre el cual actuaban fuerzas sobrenaturales. Por tanto, además del sufrimiento físico, sufría el aislamiento de la comunidad”23
Cuidados de la salud. Durante toda la Prehistoria, el cuidado de la salud y el mantenimiento de la vida se asignaron socialmente a la mujer y al sanador, como se describe a continuación:
La mujer cuidadora: el tema relacionado con los cuidados fue delegado a las mujeres, su función social se centró en el mantenimiento de la vida, utilizando técnicas naturales que hoy en día denominamos cuidados básicos como la higiene, el vestido, la alimentación y todos aquellos cuidados que posibilitaban el bienestar.
Los elementos empleados por la cuidadora se extraían de la propia naturaleza; el agua natural para la higiene y la limpieza, las pieles para las inclemencias climáticas, las plantas cultivadas para la alimentación y las manos para el contacto físico a través de la caricia, el masaje, el calor y los lavados para la transmisión de bienestar. Por lo general las mujeres de la tribu aplicaban los tratamientos, comprobaban las cualidades de los medicamentos y aprendían a tratar las heridas y a bajar las fiebres. Este conocimiento práctico y natural las llevó a usar hierbas medicinales, cataplasmas, como el curare y la coca, y utilizaron también recursos extraídos de los animales como la orina, fueron “médicos empíricos” que aprendieron a preparar pociones como remedios, eran llamadas “mujeres sabias”, conocían muchísimos secretos medicinales, desempeñaron un papel importante como cuidadoras de enfermos en la prehistoria.
El sanador: El hombre primitivo con la observación, tenía la posibilidad de explicar lo observable; por ejemplo, comprendía las heridas producidas por agresiones. Daban explicaciones sobrenaturales a las alteraciones de salud, preconcibiéndolas como castigo divino por delitos cometidos. La superstición y la creencia en espíritus influyeron de forma decisiva en el cuidado de la salud.
El sanador, llamado también chamán, hombre-medicina, curandero, brujo, etc. tenía que desarrollar la habilidad de utilizar su magia para el bien o para el mal, para llamar espíritus buenos y espantar los malos y enviar maleficios. Su status social era privilegiado, mantenía cierta distancia del pueblo, sus poderes sobrenaturales así lo requerían. De tal manera que en su actuación la ritualización jugó un papel importante en la lucha contra la enfermedad; el cómo, el cuándo y el dónde del rito, hacían parte de su arsenal terapéutico; de tal manera acompañaba el majestuoso acto sobrenatural de extraer las enfermedades del cuerpo del afectado y de transferirlas a otros elementos animados o inanimados, antes o después de un brebaje, con el sol naciente o al anochecer, a la orilla del río o debajo de un árbol, con la presencia del enfermo o una parte del mismo, utilizando su pelo o uñas, con cantos o rezos, amuletos o danzas.
Es importante conocer la forma como se conciben y abordan los cuidados en la enfermedad. Las enfermedades no estaban clasificadas, el tipo de delito cometido orientaba el diagnóstico y el pronóstico. Se intentaba la sanación a través de aplacar la ira del ofendido, utilizando el empirismo y la magia para aplacar los espíritus malignos. A consecuencia surgió un gran cuerpo de sabiduría tribal, que incluía encantamientos, ritos, conjuros y agüeros. Con el tiempo, cierto tipo de síntomas se atribuyeron a espíritus concretos y se idearon formas para expulsarlos. El objetivo básico era que el cuerpo del paciente fuera un lugar desagradable para el espíritu, se conseguía por medio de diversas técnicas: los baños fríos, transpiración forzada, ayuno, malos olores, ruidos ensordecedores; con el fin de desalojar el espíritu se golpeaba repetidamente el área del cuerpo poseída, las plantas que tenían efectos desagradables se utilizaban en pócimas repugnantes al espíritu y
la vía oral o la intestinal eran las preferidas para lograr erradicar los maléficos males de la humanidad.
Hoy en día los científicos, detienen su mirada en las posibles explicaciones a este mundo “ingenuo, salvaje y supersticioso” por lo que denominan cosmovisión o filosofía y se preguntan cómo han sido elaboradas y compartidas a lo largo del tiempo por la comunidad, “lo que resulta difícil comprender desde una mentalidad occidental es como han llegado a esos conocimientos. En qué datos empíricos se han basado, porque a lo que han llegado es a una concepción cuántica de la realidad” Sandín Máximo. De Ayllukuna a la teoría de sistemas: cuidando la madre naturaleza24. Se volverá sobre este punto, el cual profundiza en el misterio de las culturas ancestrales y cómo lograron fusionar su mundo físico con el mundo mágico o espiritual, y así una comprensión de la realidad y un avanzado conocimiento de sus medios para hacer de su naturaleza, su casa confortable llena de vida y armonía.
1.3 Los ancestros americanos........algo más que el cuidado de lo humano
En las civilizaciones ubicadas en México, América Central y América del sur, incluyendo a las tribus indígenas colombianas, los incas, mayas, aztecas y toltecas, los historiadores los ubican en el año 3.000 a.C. predominó el concepto de salud como un equilibrio entre el hombre, la naturaleza y lo sobrenatural y la enfermedad como una ruptura de la triada anterior, posiblemente por el enfado de los dioses, siendo el dios sol uno de los más importantes. “Lo verdaderamente admirable, es la concepción común de los pueblos indígenas, de su integración en el universo regida por sus mismas leyes, movimientos y cambios como una integridad. Como microcosmos organizados e inmersos en el gran macrocosmos cuya energía organiza todo lo existente y lo que nos acoge, la Pacha Mama, es la Sagrada Madre Tierra. Por eso, la relación con lo que haya en ella ha de ser de armonía y reciprocidad. La concepción colectiva de las relaciones humanas deriva de lo que se observa en la naturaleza. Todos sus elementos están ordenados en una organización colectiva donde cada cosa tiene su lugar. Estas colectividades han inspirado las organizaciones sociales, Ayllukuna para los Quechua y Aymara, como configuración de las leyes que rigen el cosmos y la Madre Tierra.” 25
Para el tratamiento de las enfermedades utilizaban aspectos religiosos, mágicos, medicinales, farmacéuticos, amuletos y fetiches, mediante rituales hechos por brujos, curanderos o sacerdotes y la práctica de sacrificios con animales o con humanos garantizaban la purificación del cuerpo, la mente y también la muerte.
Desarrollaron técnicas quirúrgicas como la extracción de piezas dentarias, amputaciones, trepanación, sangrías, suturas y vendajes, usaron hierbas medicinales estimuladoras de vómito, diarrea o sudor para extraer las impurezas y lograr recuperar la salud.
En esta sociedad el papel de la mujer fue de gran importancia, pues se organizaban en consejo de mujeres, tenía la responsabilidad del hogar, brindaban cuidados a los niños, asistían los partos, cuidaban enfermos y ancianos.
Es de resaltar concepciones como la Hipótesis Gaia, planteada por el científico británico James Lovelock y la microbióloga americana Lynn Margulis, los cuales reviven evidencias científicas de una idea ancestral relacionada con el comportamiento de la tierra como un organismo vivo. Gaia viene del nombre de la diosa griega, la tierra. No obstante cabe resaltar que muchos pueblos antiguos adoraron y dieron nombres distintos a la Madre Tierra. 26
En esta hipótesis, Gaia tiene unas células que no han encontrado su función en el conjunto del organismo, se distinguen de las otras células por su habilidad para modificar entornos y destruirse entre sí, estas células son los Homo Sapiens, que todavía no han encontrado su función en el conjunto del organismo. Gaia considera, la tierra como un organismo autorregulado cíclicamente, a través de relaciones entre animales, plantas, organismos y microorganismos que la habitan, manteniendo la vida por millones de años. En la actualidad es evidente la pérdida de este equilibrio generada por formas de producción industrial no sustentables.
Los hechos que durante doscientos años así lo manifiestan están relacionados con el incremento del crecimiento demográfico y los procesos de producción que contaminan las fuentes hídricas, ensucian el aire de la atmósfera, alteran la fertilidad de la tierra y esto se ve reflejado en fenómenos como el calentamiento global, crecimiento del agujero de la capa de ozono, el incremento de la lluvia ácida y el aumento del efecto invernadero, de tal manera que solamente queda el reconocimiento de que cada uno de nosotros es una de esas células y que somos parte de la conciencia planetaria de Gaia. Planteamientos como el de Trapp invitan a la reflexión cuando señala que “a partir de los años 80 del siglo XX la humanidad había excedido la capacidad de carga del planeta. A partir de esa época, estamos sobreexplotando los recursos del planeta, lo estamos saqueando. Vivimos un efecto burbuja, caminamos hacia el colapso. La bomba de la explosión demográfica no está desarmada; amenaza con estallar”27.
La mitología indígena. En el viaje se hace necesario analizar el fenómeno de los mitos, pues estos “revelan que el mundo, el hombre y la vida tienen un origen, una historia sobrenatural y que esa historia es significativa, preciosa y ejemplar. Los mitos son la puerta de entrada dentro de nuestra mente a un mundo que está escondido dentro de nosotros. Son la forma metafórica de dar la visión del mundo y la percepción de la vida”. 28 De tal manera que el recorrido del mito conjuga la magia con la realidad, reflejan la conciencia del pensamiento profundo y la interacción del hombre con su entorno conformando un ecosistema el cual se conecta con otro por una “Red de la vida” que nos acoge.
“En estas culturas se puede encontrar la más bella y “cuántica” expresión de la concepción de la realidad y del ser humano. Para ellos, la unidad es la pareja. Igual que los elementos del cosmos la unidad está organizada en una relación de parejas complementarias. Wiraqucha, la energía universal, tiene una categoría dual de Padre/Madre, es el ser sagrado primigenio y principal y no puede ser puramente masculino o puramente femenino. El sol es la pareja complementaria con la luna, el mundo de arriba Hanaq Pacha, es masculino y es complementario con la Pacha Mama, la madre tierra. Y así, el concepto de matrimonio se expresa con el término Yananchakuy, “hacerse entre sí”, entre sexos opuestos, un encuentro complementario, en igualdad de condiciones”29
A continuación se presentan dos mitos, entre muchos, que reflejan de manera concreta esta cosmovisión arraigada en estas culturas y relacionada con la importancia de la armonía y el respeto a la naturaleza. De tal manera que el concepto de cuidado se hace extensivo y reverencial desde la madre naturaleza, hasta la convivencia en comunidad con los otros.
El mito de Bachué: “Bachué , la madre muisca salió de la Iguaque, la laguna sagrada, una madrugada, llevando a un niño en los brazos. Era una bella mujer que se cubría solamente con una túnica de pelo negro, que arrastraba. Bachué se instaló entre los Muiscas; se gano su confianza y su afecto. Les enseño normas para conservar la paz y el orden. El niño creció y Bachué encargada de poblar la tierra, empezó a ser fecundada por la criatura que había portado en sus brazos, por todas partes dejó criaturas y enseñanzas. ..Sin avisar, como había llegado se fue a la orilla de la laguna sagrada, un gran bostezo del lago la devoró y la convirtió en serpiente, símbolo de inteligencia entre los Muiscas” 30
-El gran festival de las plantas brujas: “Y fue así como se celebró la Fiesta de las Plantas Brujas, que nadie en la selva amazónica había visto antes…..después de convocar a las tribus de cerca y de lejos por medio del correo de la jungla, a golpes de tambor. ….Vendrían de arriba y de abajo, pero, sobre todo, se había insistido en la concurrencia de chamanes y payés, conocedores del misterio de la selva y de los poderes de los enigmáticos árboles gigantescos……
En el silencio enigmático de la selva se escucharon las pisadas tímidas de los primeros en llegar: los tukanos quienes deslizándose en canoas por el río turbulento contaban que la anaconda fue la primera en traer seres humanos desde la vía láctea, y que ellos eran sus descendientes, aparecen los makunas con hojitas de coca en la mano, asegurando que masticándolas recobran fuerzas y anulaban el cansancio y el hambre, …llegó impetuoso el tabaco afirmando que era el lazo de amistad mas rebuscado. Se hizo presente el borrachero, con sus flores acampanadas diciendo que si no le ponían atención los dejaba a todos sumergidos en el sueño de las alucinaciones y visiones de colores. De manera que podía llevarlos a comunicarse con el mundo espiritual, con las almas de los muertos; también tenía el poder de no devolverlos nunca jamás a este mundo”31……
En este festival la autora menciona otras plantas como el yoco, con sus poderes adelgazantes; la brunfelsia, además de abortiva, para curar la fiebre amarilla y la mordedura de serpiente; el sibundoy para la sífilis; el kubeo para exterminar las convulsiones epilépticas; el curare como relajante muscular. Nombra árboles sagrados que permitìan visiones, viajes, incursiones en mundos insospechados; bejucos de la iluminación; lianas de la sabiduría y hasta curanderos de angustias.32
Al respecto Máximo Sandín, reconocido en el mundo científico dice que “sería largo de documentar, por ejemplo, el arsenal de aplicaciones de plantas medicinales conocido desde tiempos inmemoriales por todos los pueblos del mundo que constituyen la base de muchos medicamentos, depredados por la industria farmacéutica mediante la biopiratería y que son mal utilizados por la medicina científica en forma de principios activos”33.
Reconoce las grandes dificultades por la limitación que impone la interpretación mecanicista, reduccionista e individualista de la visión científica dominante; resalta y pretende explicar la concepción cuántica de la realidad de estas sabidurías ancestrales y dice que desde el punto de vista de la mecánica cuántica, la realidad contiene tanto al observador como al observado (el observador no mira desde afuera). “Es como si el observador creara lo observado y, al mismo tiempo, estuviera dentro. Por sorprendente que pueda parecer, los conocimientos de la mecánica cuántica convierten los fundamentos de la realidad, de los objetos físicos que nos rodean en algo que no es material ni inmaterial, que es lo que se conoce como función cuántica o campo cuántico. El electrón que forma los átomos que nos componen es partícula u onda de forma complementaria, es decir, la unidad es en realidad la interacción de dos entidades complementarias”. La realidad física está constituida por interacciones entre distintos componentes que se organizan en diferentes niveles cuánticos de complejidad, desde los átomos hasta el universo.
En un nivel que podríamos considerar intermedio, entre saltos cuánticos de complejidad se encuentra la organización de la vida en la tierra. Los seres vivos están constituidos por átomos, que se organizan en moléculas, estas en células qué, en sucesivos niveles de complejidad, se disponen en órganos y tejidos, organismos, especies y ecosistemas que a su vez conforman el gran ecosistema o macroorganismo que constituye nuestro planeta, parte de otro sistema de nivel superior34.
Cuando el pensamiento indígena se encuentra con la hipótesis Gaia y con el pensamiento poético y metafórico, surge una serie de relaciones: la tierra se comporta como un organismo vivo del cual todos formamos parte cumpliendo funciones claves para la salud de ese ser planetario donde todo está interrelacionado: agua, suelo, aire, plantas, animales, gente. En el siguiente cuadro se presentan algunas relaciones:
Gaia, pacha mama dadora de vida | Mujer madre dadora de vida |
La tierra | Representa el cuerpo humano |
Capa vegetal | Representa la epidermis |
Recurso hídrico | Función circulatoria |
Quebradas y ríos | Venas y arterias |
Absorción de agua y nutrientes | Función digestiva |
Bosque y aire | Función respiratoria |
Homo sapiens | Cerebro, mente y corazón. |
En la relación sujeto-entorno, los bordes del cuerpo no separan sino que más bien proponen una extensión con el medio: somos agua, somos viento, somos energía, somos lenguaje, somos acción. De ahí surge la necesidad de afinar la percepción del entorno natural y social mediante el redescubrimiento de los sentidos, para fortalecer una conciencia corporal, fundamento de la construcción de una cultura de la sustentabilidad. Nos transformamos en interacción permanente con el entorno y con los otros; así si yo cambio, cambia el entorno.35
Resulta pertinente resaltar en estas culturas el establecimiento de una mutua, libre y armónica relación entre el hombre y la naturaleza y unas prácticas de cuidado, que se asumen como obligación moral de cuidar del otro y del planeta como posibilidad existencial, responsabilidad histórica y apertura de trascendencia ontológica.
Esta idea está bien elaborada en la perspectiva artística del austriaco Friedrich Hundertwasser, “plantea que es posible reconocer nuestras cinco pieles para generar una conciencia del yo ligado al planeta Tierra; es posible reconocer en nosotros varias pieles: la primera es la epidermis natural, que antes que separarnos del entorno nos une a él; la segunda piel es la ropa, que nos identifica culturalmente, al igual que la tercera piel la casa. La cuarta piel del ser humano es el entorno social, incluidos la familia, la naturaleza, y el sentido de pertenencia a una nación, que él llama identidad; y la quinta piel es el planeta mismo, por lo cual a cada persona le atañe el destino de la biósfera, la calidad de aire que respiramos y el estado de la corteza terrestre que nos cobija y alimenta”36
1.4. El legado de la cultura egipcia en las prácticas de cuidado
“El pueblo egipcio, como el resto de las civilizaciones arcaicas, creía que la salud y la enfermedad eran designio de los dioses, dando de este modo un carácter sobrenatural a estos aspectos”37, los cuales se consignaron en los papiros, literatura médica antigua que contenía un importante legado acerca de enfermedades por cada parte del cuerpo y su curación teniendo en cuenta aspectos religiosos, mágicos, encantamientos y conjuros verbales. Las recetas plasmadas en papiros revelan que la búsqueda de técnicas y medicamentos es tan antigua como la propia humanidad.
Uno de los más importantes es el papiro de Ebers poseedor de numerosas recetas como: “miel, moho , dátiles, ajo, cebolla y hasta las telarañas para los abscesos y la cerveza y estupefacientes como paliativos para evitar el sufrimiento. Utilizaron el cloruro de sodio y las piedras preciosas procesadas en diversas presentaciones: polvos, píldoras, cocciones, cataplasmas, supositorios rectales o vaginales, ungüentos. Usaban el hígado de animales sacrificados para la anemia.”38
Los principales conceptos asociados a la salud se describen como sigue:
Cuidados de la salud. “La asistencia sanitaria egipcia fue paralelamente mística y empírica”,39 sus pirámides, tumbas, templos y demás edificios figuran entre las maravillas del mundo contemporáneo y su análisis puede reflejar datos acerca de su organización social, sus desarrollos y sus concepciones sobre la vida y la muerte.
La filosofía de los egipcios refleja adoración a la naturaleza: en ellas se creía que las enfermedades eran debidas a causas, en parte naturales y en parte sobrenaturales. El desarrollo de la astrología condujo a la creencia que la enfermedad, al igual que el destino, estaba determinada por los cambios en los fenómenos celestes, como el movimiento del sol y las estrellas y el paso de las estaciones.
Así, el valle del Nilo se caracterizó por la presencia de un mundo espiritual habitado por numerosos dioses. Finalmente una trinidad mitologica asumió el control del bienestar corporal y espiritual: Isis, Osiris y su hijo Horus. Thoth divinidad curativa de la oftalmia, Sechmet curaba a las mujeres, Set experto epidemiólogo encargado de difundir y curar epidemias, Imhotep, poseedor de las más altas cualidades curativas. De tal manera que los dioses, los sacerdotes, y los médicos técnicos, quienes tenían amplios conocimientos, practicaron la asistencia sanitaria egipcia con un alto grado de progreso, combinando lo místico y lo empírico, de hecho ya existían escuelas de medicina como la de Sais y Heliópolis.
El rol del médico y la mujer. “La posición del médico en la jerarquía social estaba claramente definida y diferenciada pues constituían una casta con particulares atribuciones y a menudo se les concedían títulos que compartían con los sacerdotes.
La posición de la mujer en el Antiguo Egipto era más elevada que en otros países orientales, disfrutando de una considerable libertad y dignidad, y ocupando en su propio hogar una posición de autoridad.
Es probable que los cuidados fueran la principal responsabilidad de la madre o las hijas en la casa. Los médicos del Antiguo Egipto delegaron la obstetricia a las parteras y las amas de cría se encargaban de amamantar a los recién nacidos”40.
El papel de los templos. Los templos ofrecían algún tipo de alojamiento para los enfermos. En dichos templos se ejercía la práctica médica por los sacerdotes médicos junto con las sacerdotisas o “mujeres del templo”, que posiblemente realizaban labores relacionadas con los cuidados.
El concepto de higiene fue muy avanzado. Este concepto alcanzó un desarrollo muy avanzado pues “existió un cuerpo de inspectores sanitarios oficiales de la salud, consideraron la importancia de un sistema de desagüe adecuado, de un buen suministro de agua y de la inspección de mataderos. Fueron muy minuciosos con el aseo de su cuerpo y la limpieza de sus ropas. Practicaron la circuncisión como medida higiénica. Regularon con medidas estrictas aspectos básicos de la vida cotidiana como la limpieza, la comida, la bebida, el ejercicio y las relaciones sexuales”.41 Desde los desarrollos conceptuales logrados con teorías de enfermería como la del cuidado del entorno de Nightingale la cual más adelante se explicará, o la del autocuidado de Dorotea Orem, o la de Promoción de la salud de Nola Pender, podrán explorarse puntos de encuentro que ratifican la importancia de estos elementos para mantener el cuidado de la vida y la salud desde tiempos remotos.
La técnica quirúrgica. En esta fase la técnica quirúrgica avanzó en términos de su instrumental, el bisturí tipo cuchillo primero de piedra luego de bronce o hierro, les permitió drenar abcesos, extraer tumores y realizar craneotomías, y ya desde esos tiempos el concepto de asepsia y desinfección se vió reflejado en la estricta limpieza en las salas de operación, la desinfección por ebullición o flameación del instrumental, el lavado de manos y anestésicos disueltos en vino. Cuidados prequirúrgicos como el afeitar y lavar la cabeza antes de la cirugía. La posición quirúrgica con el enfermo sentado, la fijación de la cabeza con soportes especiales, la utilización de cierto material de osteosíntesis como las placas de plata para reemplazar fragmentos óseos. De igual manera ya utilizaban técnicas para la hemostasia mediante la cauterización de vasos y para finalizar la intervención mediante medicamentos con olores fuertes se despertaba el recién operado.
Estos avances quirúrgicos hoy en día siguen muy vigentes y de hecho el papel de la enfermera en el perioperatorio es crucial para garantizar el éxito de las intervenciones quirúrgicas; en la actualidad se insiste en la seguridad de la persona y en la importancia de la concientización del lavado de manos como un protocolo que aunque básico y sencillo en las instituciones de salud, paradójicamente es transgredido por múltiples profesionales del sector.
La técnica de la momificación. Esta técnica fue otro gran avance de la cultura egipcia pues el manejo de los cadáveres, refleja el amplio conocimiento de la anatomía humana y el cuidado con los cuerpos sin vida, dependiendo del estrato social se trataba el cadáver: para los pobres, baños de natrón color ocre, secamiento por treinta días y devolución a familiares, para la clase media inyección de aceite en cavidades naturales que disolvía las entrañas introduciendo cañas, para la alta sociedad el tratamiento se basaba en lavado de intestinos para colocarlos en cofres. Para la momificación utilizaron hasta mil metros de tela de hilo impregnada en sustancia pegajosa que se endurecía y la construcción de pirámides construidas para albergar los restos mortales de los reyes, asegurando estupendas tumbas bien equipadas para asegurar la vida de rey en el mas allá42.
Una de las expresiones más alucinantes de la civilización Egipcia, fue la Gran Pirámide de Giza, cerca de el Cairo, construida para albergar los restos mortales del rey Khufu en griego Keops muerto en 2600 a.C. esta construcción contiene más de 2 millones de bloques, cada uno con peso aproximado de 2.5 toneladas, transportados en embarcaciones por unos 800 kilómetros. Según Heródoto, se requirieron para su construcción más de 100.000 hombres durante un periodo de 20 años, constituyéndose en el mayor y último monumento de la Edad de Piedra.43
1.5 Babilonia más que jardines colgantes
El recorrido por Babilonia permite resaltar que además de los famosos jardines colgantes algunos de ellos dedicados al cultivo de plantas medicinales, en esta región se tejen los primeros principios de tipo jurídico para explicar no solo la enfermedad sino también la reglamentación en el desempeño de los oficios relacionados con la salud.
En este sentido, no se puede pasar por alto el legado de un rey que indudablemente vale la pena mencionar, Mardukapalidine II, 772 y 710 A.c. quien diseñó en medio de los hermosos y característicos jardines colgantes de Babilonia, un verdadero Jardín Colgante de la Salud en el cual cultivó 64 especies de plantas medicinales debidamente clasificadas, aunque su formulario para tratar enfermedades contenía además de las especies vegetales, sustancias minerales, remedios de origen animal y procedimientos médicos.
Enfermedad y transgresión de la ley. En esta civilización la concepción de enfermedad se asociaba con aspectos de trasgresión a la ley, es decir con aspectos de tipo cívico-moral; el castigo se concretaba en la presencia de la enfermedad, el pecado y el aislamiento. Este carácter punitivo, se hacía efectivo cuando en el paraíso, reino de salud y felicidad se consumía una fruta prohibida llamada cassia, que no se podía comer. “Si después de ser tratado sanaba, se incorporaba de nuevo a la comunidad, pero si no sanaba, sólo le quedaba la resignación”.44
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