Kitabı oku: «Únicas», sayfa 2

Yazı tipi:

De amas de casa y operarias a CEOs y presidentas

Si la historia provee más casos de hombres destacados en comparación con la cantidad de mujeres, ello no se debe a cualidades diferenciales masculinas, sino al tiempo que les llevó a ellas quitarse las cadenas del patriarcado, a ciertos oscurantismos religiosos y otras formas de sometimiento que en algunos países orientales y africanos llegan incluso a la crueldad.

En el mundo occidental, la Revolución Francesa (con la Declaración de derechos del hombre y el ciudadano) marcó un antes y un después que, afortunadamente, fue copiado por la Constitución de los Estados Unidos y ha inspirado a varios otros países.

En la actualidad, y si bien continúa siendo desigual la participación de las mujeres en los ámbitos político y empresarial con respecto a la de los hombres, es suficiente con observar las posiciones que ocupan las más poderosas en el ranking Forbes para dimensionar sus admirables logros2.


LAS DIEZ MUJERES MÁS PODEROSAS DEL MUNDORanking Forbes 2018
ÁmbitoActividad
1Angela MerkelPolíticoCanciller alemana.
2Theresa May*PolíticoPrimera ministra británica.
3Christine LagardeFinancieroGerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
4Mary BarraEmpresarialPresidenta y CEO de General Motors.
5Abigail JohnsonEmpresarialPresidenta y CEO de Fidelity Investments.
6Melinda GatesFilantrópicoCopresidenta de la Fundación Bill & Melinda Gates.
7Susan WojcickiEmpresarialCEO de YouTube.
8Ana BotínEmpresarialPresidenta del Banco Santander.
9Marillyn HewsonEmpresarialCEO de Lockheed Martin.
10Ginni RomettyEmpresarialCEO de ibm.
* Theresa May renunció a su cargo en junio de 2019. Christine Lagarde lo hizo el 2 de julio de 2019.

De este ranking se desprende que los ámbitos donde más se destacan las cualidades femeninas relacionadas con el poder son el político y el empresarial.

También se desprende que la mayoría de las posiciones no fueron alcanzadas por herencia, sino por mérito propio.

El cerebro femenino en acción

Michelle Obama

Abogada y escritora - Primera dama de los Estados Unidos desde 2009 hasta 2017


La capacidad femenina para acceder a posiciones de liderazgo es sorprendente.

El caso de Michelle Obama, hija de un obrero y egresada de las escuelas públicas de Chicago en un país que no ha superado la discriminación racial, pone en evidencia que no existe un techo para las mujeres decididas a formarse académicamente y luchar por sus convicciones.

Autora de “Lets Girl Learn”, su proyecto más ambicioso, recorre el mundo promoviendo la igualdad de género y el acceso a la educación para que, tal como lo hizo ella, las niñas de hoy se conviertan en mujeres que ocupen posiciones de responsabilidad en países, empresas o donde ellas elijan hacerlo.

Un buen ejemplo es el de la canciller alemana Angela Merkel3, cuyo poder ha sido legitimado por la mayoría de los ciudadanos de su país durante varios años, y constantemente es puesto a prueba por otros líderes mundiales: ha enfrentado situaciones muy complejas, como la crisis de la Unión Europea, particularmente la del Brexit, y negociaciones difíciles, como lidiar entre el rechazo y la aceptación de la inmigración (dentro y fuera de Alemania).

Asimismo, en rankings que incluyeron figuras masculinas, Angela Merkel superó a líderes de enorme influencia, como el Papa Francisco, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, y los exitosos empresarios Bill Gates y Mark Zuckerberg, entre otros.

Afortunadamente, los indicadores de las entidades que recaban datos sobre la participación laboral femenina son alentadores en el sentido de que, si bien sigue siendo desigual y las mujeres (en promedio) ganan menos que los hombres, en varios países se registra un crecimiento positivo.

Por ejemplo, en las empresas multiproductoras denominadas “espaldas anchas” (por su poder de mercado) la presencia femenina va en aumento, tanto en la Dirección como en varias áreas funcionales, entre ellas, Administración, Marketing, Recursos Humanos y Producción.

Este aumento no es casual y se debe, entre otros, a los siguientes factores:

• Las cualidades diferenciales del cerebro femenino sobresalen en áreas que se nutren de la inteligencia creativa, particularmente en marketing (publicidad, marcas, diseño de nuevos productos).

• La capacidad analítica y las habilidades para tareas que dependen de un buen desempeño de las funciones ejecutivas del cerebro le permiten a la mujer desempeñarse extraordinariamente en las áreas de ingeniería, producción y departamentos administrativo-contables (entre otros).

• Las cualidades diferenciales del cerebro femenino para la empatía facilitan su desempeño en procesos complejos de negociación, en los que la mujer también se destaca por su velocidad mental y sus habilidades para interactuar con los demás. Lo mismo sucede en secretarías de alto nivel, ventas, atención al cliente y relaciones públicas.

• La capacidad femenina para liderar equipos de trabajo es indiscutible y está avalada por numerosos estudios científicos. Este éxito se debe a que, por lo general, su estilo es más democrático y participativo, lo cual repercute positivamente en el clima laboral.

• La habilidad femenina para el multitasking (hacer varias cosas a la vez sin perder concentración) es superior a la masculina. Esta superioridad se debe al moldeamiento del cerebro por el estilo de vida. Como la mayoría de las mujeres son madres, esposas, amas de casa y profesionales, comerciantes o empresarias simultáneamente, logran fragmentar la atención con facilidad. Más aún: esta habilidad se potencia en aquellas que van a los gimnasios cerebrales y comprueban que descansar 15 minutos cada dos horas resetea el cerebro y lo hace más productivo.

El cerebro femenino en acción

Gertrude B. Elion

(1918-1999)


Bioquímica y farmacóloga estadounidense.

Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1988.

Su trabajo hizo posible el trasplante de órganos.

Desarrolló medicamentos contra el cáncer, la leucemia infantil, la gota, las infecciones urinarias, la malaria, el herpes viral y diversas enfermedades autoinmunes.


El cerebro femenino en los parlamentos del mundoDatos de 2018
• Ruanda: 61,3%• Cuba: 53,2%• Bolivia: 53,1%• México: 48,2%• Islandia: 47,6%• Granada: 46,7%• Namibia: 46,2%• Suecia: 46,1%• Costa Rica: 45,6%• Nicaragua: 44,6%• Sudáfrica: 42,7%• Senegal: 41,8%• Finlandia: 41,5%• Noruega: 40,8%• España: 40,6%• Nueva Zelanda: 40%• Francia: 39,6%• Bélgica: 38,7%• Dinamarca: 37,4%• Austria: 36,5,3%
Fuente: Elaboración propiaDatos: Unión Interparlamentaria (UIP) y ONU

En el ámbito político, la participación femenina se ha incrementado a nivel mundial y esa tendencia continúa en ascenso en modo sorprendente si tenemos en cuenta que recién en 1948 se reconoció el sufragio femenino como derecho humano universal, y que en Europa las mujeres pudieron votar por primera vez en 1907 (Finlandia).

Los datos de 2018 arrojan resultados notables, no solo porque en algunos países la cantidad de mujeres en el parlamento supera el 50%, sino también porque los que tienen un porcentaje mayor son del Tercer Mundo. El caso más llamativo, entre los más rezagados en este sentido, es el de Estados Unidos: 19,6%, un número inferior al de Arabia Saudita.

En el mundo laboral las cifras son opuestas dado que, junto con Canadá, Estados Unidos es el país con mayor contratación de mujeres (aproximadamente el 48%) y se estima que en 2024 el 26% de los puestos ejecutivos estarán ocupados por ellas.

En el ámbito científico la mujer se ha destacado en todas las ciencias y en todos los niveles, sin embargo, y tal como puede leerse en un especial del diario español El País, “no las vemos porque la historia se ha encargado de esconderlas”.

De esto dan fe los informes actuales. Para la UNESCO, menos del 30% de investigadores científicos en el mundo son mujeres y, más aún, sus posibilidades de ascender y hacer carrera son menores a las de los hombres. En lo personal, y si bien existen brechas que complican el desarrollo de la mujer en este campo, no tengo dudas de que este número va a cambiar: pocas veces he visto luchas más firmes y sólidas como las que se visibilizan en la primera década de este siglo por la igualdad de género.

Por ello, por mi admiración por la mujer y, particularmente, “por su cerebro”, en esta obra hallarás pequeñas biografías de mujeres de ciencia cuyos descubrimientos han generado avances que mejoraron la calidad de vida de muchas personas en el mundo entero.

Mujeres en acción. Presente y proyecciones futuras

El notable protagonismo que han adquirido algunas mujeres, que se visibiliza año tras año el 8 de marzo, cuando se celebra internacionalmente su día, explica (en parte) el interés creciente por descubrir el soporte neurobiológico que sustenta sus logros.

En lo relacionado con el liderazgo y todos los puestos que requieran habilidades de comunicación, el cerebro femenino se lleva la mayor parte de los créditos dado que posee mayor cantidad de neuronas espejo que el masculino, por lo tanto, es más empático y más comunicativo.


Cuando las mujeres progresan, las empresas progresan; sin embargo, estas continúan desperdiciando su talento.Las tasas de ocupación femenina han aumentado mucho durante los últimos cien años, y el ascenso de la mujer hacia las posiciones de CEO ha sido y sigue siendo notable.Sin embargo, hay diferencias que es imprescindible zanjar.• En los cargos altos siguen siendo minoría (en comparación con los hombres).• Su nivel de ingresos (en promedio) sigue siendo menor que el de los varones.

La empatía emocional, que es la capacidad de sentir lo que otra persona está sintiendo (aunque en un grado menor), hace que la mujer tenga cualidades superiores a las del hombre para implementar la denominada gerencia de la felicidad, cuyo foco consiste en asegurar el buen clima laboral.

El interés en este tipo de gerencia tiene su correlato en el liderazgo del futuro, enfocado en la espiritualidad en el mundo de las organizaciones e inserción social de los sentimientos. Ello no implica pasar a un segundo plano las habilidades cognitivas y los conocimientos técnicos necesarios para un buen desempeño; lo que se busca es potenciarlos en ámbitos de trabajo que propicien la motivación, la creatividad, la armonía y el bienestar laboral.

Hablando siempre “en promedio”, dado que hay muchos hombres que implementan eficazmente esta especie de “filosofía práctica” en el mundo del trabajo que es la gerencia de la felicidad, no caben dudas de que el cerebro femenino tiene condiciones extraordinarias para ello.

El cerebro femenino en acción

Josephine Esther Mentzer

(1908-2004)


Estadounidense.

Nacida en el barrio obrero de Queens (Nueva York), creó la gigantesca industria de cosméticos Estée Lauder, que lleva el apellido de su marido, Joseph Lauder, quien se convirtió en su socio.

Su pasión por el cuidado de la piel y la cosmética comenzó a revelarse durante la adolescencia, cuando fabricaba cremas faciales y ungüentos en un horno casero.

En 1998 fue la única mujer en la lista de “Los 20 genios comerciales más influyentes del siglo XX”, publicada por la revista Time. Previamente, en 1978, se convirtió en la primera mujer en ser condecorada con la Legión de Honor.

Por ejemplo, en un informe presentado por Deloitte para el diario El Financiero (en Centroamérica, donde trabajo durante parte del año) puede leerse lo siguiente:

• “Las mujeres exitosas crean climas laborales más sólidos para sus equipos con relación a sus pares masculinos”.

• “Por su empatía, las mujeres suelen estar muy preparadas para gestionar entornos diversos o cambios dentro de la organización”.

Destaca el informe, con el que coinciden otros que he leído y con mi propia experiencia como consultor, que los puestos clave ocupados por mujeres se ubican en una amplia gama de industrias, entre ellas, servicios financieros, alimentos y bebidas, consumo masivo y salud.

Ahora bien, ¿cuántas mujeres ocupan el lugar que merecen? ¿Cuántas ganan el dinero que deberían ganar? La investigación empírica confirma que debería haber más mujeres en puestos de liderazgo; sin embargo, y aun cuando han demostrado con creces sus habilidades para conducir equipos de trabajo, en las gerencias y los cargos superiores la mayoría de los puestos siguen ocupados por varones y, lo que resulta más incomprensible aún, la mujer continúa en desventaja en materia de ingresos.

Para que el lector pueda verlo con mayor claridad, en los apartados que siguen proporcionaré algunas cifras. Teniendo en cuenta que los datos cuantitativos terminan siendo abrumadores y difíciles de retener, utilizaré solo los que considero necesarios para que se pueda visualizar que en el siglo XXI hay varias zonas, incluidos los países avanzados, en los que la mujer continúa en desventaja, tanto para acceder a puestos gerenciales como en materia de ingresos.

Comenzaré por un informe que, si bien data de 2014, contiene datos recabados por la firma Mercer a nivel casi planetario (en 28 países y entre 1.700.000 empleados de ambos sexos)4.

Las siguientes son las principales conclusiones:

• […] “uno de los factores más significativos que limitan el potencial de crecimiento es la menor participación de las mujeres, con una tasa de empleo por debajo de las tasas masculinas en todos los tramos de edad y en todo el mundo, además de subsistir significativas diferencias salariales y de pensiones entre hombres y mujeres, incluso en zonas desarrolladas como Europa y Estados Unidos”.

• […] “la eliminación de este desequilibrio podría suponer un aumento del PBI de estos países en aproximadamente un 34%, pero para que esto se produzca las empresas necesitan un programa multidisciplinar que apoye a las mujeres”.

Las negritas en las palabras del párrafo anterior no son casuales, y esto no es una apología del feminismo con el que, por otra parte, tengo discrepancias (ver recuadro).


Los nuevos paradigmas superan la desaparición del machismo, dado que promueven la retribución y el reconocimiento por los logros, independientemente del género.

Es, simplemente, apoyar a las mujeres para que puedan quitar del camino las piedras que les impiden obtener lo que merecen.

Lamentablemente, falta bastante camino por recorrer. Por ejemplo, en los países que integran la muestra Mercer se observa que ellas representan el 41% de la fuerza de trabajo a nivel mundial, pero solo el 19% accede a niveles directivos-ejecutivos.

En caso de que, como bien proponen los autores de este informe, cambien los enfoques actuales y se le dé a la mujer el lugar que merece por sus habilidades harto demostradas, el crecimiento futuro sería el que se proyecta en el gráfico de la página siguiente.

Ahora vayamos hacia lo positivo que, por cierto, hay que destacar: cotejando esta realidad con la que se vivía hace cien años hemos avanzado mucho. En aquel entonces (segunda década del siglo XX) comenzaba la Primera Guerra Mundial y, como ya dije, al poco tiempo se produjo lo que podríamos denominar la primera gran ola de inclusión de la mujer en el mundo del trabajo organizacional.


Datos: Mercer, When Women Thrive, Business Thrive Research, 2014. https://www.mercer.com/content/dam/mmc-web/Files/Gender-Diversity-When-women-thrive-businesses-thrive-Mercer.pdf

Si bien la industria textil había sido pionera en promover una amplia participación femenina en los talleres, al estallar la guerra muchas mujeres se vieron obligadas a trabajar en lugares impensados, ya sea para mantener a su familia o porque eran llamadas por el gobierno debido a que los hombres estaban en el frente.

Esto permitió tomar conciencia no solo de la capacidad de la mujer, sino también de su versatilidad en el mundo del trabajo, ya que muchas salieron de sus casas para incorporarse como obreras en fábricas de todo tipo, incluidas las de armas, cargaron y trasladaron carretillas con carbón, y manejaron camiones cuando era necesario. En algunos sectores, como el comercio, el número de mujeres ocupadas se multiplicó por dos durante la guerra.

Otro de los indicadores más llamativos de la época procede de los bancos ingleses, que de ocupar cerca de 10.000 mujeres pasaron a contar con 65.000.

Lamentablemente, esta interesante y efectiva participación femenina en el mercado laboral fue desalentada al finalizar la contienda y muchas quedaron desempleadas, ya sea porque los hombres que volvieron reclamaron su lugar o porque (algunos años después) los varones que habían sido niños durante la guerra se ocuparon de desplazarlas.

Sin embargo, y esto es lo más importante: así como la guerra cambió sus vidas, también las cambió a ellas; muchas lograron conservar su trabajo a pesar de la persecución masculina y la gran desigualdad salarial. Otras comenzaron a luchar encarnizadamente por sus derechos.


EL TALENTO FEMENINO CUENTA CON ALIADOS INTERNACIONALES… E INCONDICIONALESEntre las organizaciones internacionales que apoyan a la mujer en su lucha por la igualdad de oportunidades en lo relacionado con la remuneración y el acceso a cargos de alto nivel se encuentra la OIT (Organización Internacional del Trabajo), que pertenece a las Naciones Unidas.En marzo de 2015, sus informes revelan que, si bien las mujeres que trabajan están en una posición mejor que 20 años atrás, el progreso no ha satisfecho las expectativas debido, entre otros, a indicadores como los siguientes:En los Consejos de Administración de las empresas relevadas por la OIT, solo el 19% de los puestos son ocupados por mujeres.Solo el 5% por ciento de los directores ejecutivos de las empresas más fuertes del mundo son mujeres.Aún persiste la brecha salarial de género. Las mujeres ganan, en promedio, el 77% de lo que ganan los hombres (datos a nivel mundial). En América Latina, este porcentaje oscila entre el 64% y el 90%.La brecha salarial se ensancha por la maternidad: con frecuencia, las mujeres sin hijos ganan más.

Las que tuvieron la suerte de convivir con hombres de mente abierta pudieron demostrar los grandes beneficios de contar con dos ingresos en el hogar, mejorando la calidad de vida de la familia (en términos económicos) y el acceso a mejores servicios de salud y educación para sus hijos.

A mediados de 2014, esto es, un siglo después del año de inicio de aquella contienda, aproximadamente el 41% de la fuerza laboral en el mundo estaba representada por mujeres (hablando siempre en promedio, ya que hay países donde este porcentaje es mucho menor, y otros donde es mucho mayor).

Sin embargo, y coincidiendo con la investigación de Mercer, la Organización Internacional del Trabajo da cuenta de que falta mucho camino por recorrer debido a que la participación de la mujer en el extremo superior, es decir, en la línea jerárquica de las organizaciones grandes, sigue siendo muy baja.

En lo que tiene que ver con los microemprendimientos y las empresas pequeñas, se calcula que el número de mujeres que las dirigen es de aproximadamente el 30%. Es importante tener en cuenta que en la mayoría de los casos han sido sus mentoras y fundadoras (los datos se recabaron en 80 de los 108 países miembros de la OIT).


Los informes del Banco Mundial destacan el papel clave de la mujer en la disminución de la pobreza y la desigualdad.Se calcula que su participación contribuyó a reducir en un 30% la pobreza extrema y un 28% la desigualdad en la última década.

Por último, cabe destacar que los porcentajes que he citado hasta aquí tienen variaciones y diferentes matices según los países y regiones. Por ejemplo, en el mundo desarrollado la mujer goza de una libertad dentro del mercado laboral que no existe en aquellos con altos índices de desempleo y tampoco donde los condicionamientos culturales y religiosos las relegan al hogar y al cuidado de los hijos.

No obstante, se observan cambios muy alentadores. Por ejemplo, según el informe del año 2010 de la OIT, la tasa de empleo femenino en Oriente Medio, África, América Latina y el Caribe registró un aumento significativo.

Afortunadamente, cada día son más las que se suman a la conquista de espacios donde puedan desarrollarse y aportar su potencial, y lo hacen sin descuidar sus obligaciones familiares, otro motivo por el cual, lo admito, siento una enorme admiración por la mujer, esto es, por su determinación, por su capacidad para definir prioridades, tomar decisiones y hacer “bien” infinidad de cosas a la vez.

Sin duda, ha venido al mundo con una plataforma imposible de imitar y que en esta obra estudiaremos en profundidad: su cerebro.

₺398,20
Yaş sınırı:
0+
Hacim:
270 s. 84 illüstrasyon
ISBN:
9789878358130
Yayıncı:
Telif hakkı:
Bookwire
İndirme biçimi:

Bu kitabı okuyanlar şunları da okudu