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Mujeres admirables: Malala Yousafzai

Malala se hizo conocida mundialmente en 2014 cuando, teniendo solo diecisiete años, recibió el Premio Nobel de la Paz por su lucha por el derecho de los niños a la educación. De origen pakistaní, se convirtió en una reconocida activista por los derechos de las mujeres en el valle del río Swat, luchando nada menos que contra el régimen talibán, que había prohibido la asistencia de las niñas a la escuela.

Uno de sus datos biográficos más sorprendentes se remonta a 2009, cuando, con solo doce años, ya escribía en un blog para la bbc amparándose en el seudónimo de Gul Makai. A través de ese medio denunciaba las atrocidades sufridas bajo el régimen talibán, que ocupó militarmente el valle del río Swat matando a muchos de sus habitantes, volando escuelas y prohibiendo la educación de las niñas.

Su voluntad inquebrantable en la lucha por sus ideales se manifestó en una valentía fuera de lo común: sobrevivió a un ataque feroz contra un autobús en el que viajaba, resistió las amenazas de muerte hacia ella y su padre emitidas por los talibanes, y superó heridas físicas con un tratamiento muy complejo (tuvieron que implantarle una placa de titanio en el cráneo y colocarle un dispositivo auditivo en el oído izquierdo).

El cerebro femenino en acción

Malala Yousafzai


Nació el 12 de julio de 1997 en Mingora, Pakistán.

La lucha por la educación igualitaria ha sido y es el motor más visible de su vida desde que era una nena.

En 2014 recibió el Premio Nobel de la Paz junto al hindú Kailash Satyarthi, por su inquebrantable lucha por los derechos de los niños y niñas a la educación.

En 2013 fue considerada una de las personalidades más influyentes del mundo.

Malala fue recibida por el presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, y obtuvo la ciudadanía honoraria otorgada por el Gobierno de Canadá. La University of King’s College de Halifax (Nueva Escocia) la honró con el doctorado Honoris Causa, Suecia le entregó el Premio de los Niños del Mundo, y recibió el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia que otorga el Parlamento Europeo (entre otros reconocimientos internacionales de enorme importancia).

En 2015, Naciones Unidas exigió, en su nombre, que todos los niños del mundo estuvieran escolarizados a finales de 2015.

Malala obtuvo también el Premio Simone de Beauvoir (2013), el Premio unicef de España por su defensa del derecho de las niñas a la educación, el Premio de la Paz Internacional Tipperary (2013), el Premio Embajador de Conciencia por Amnistía Internacional (2013), el Premio Internacional Infantil de la Paz, Holanda (2013) y el Premio Peter Gomes de la Universidad de Harvard 2013, entre muchos otros.

1. Finlandia aprobó el sufragio y el derecho de presentarse a elecciones sin distinción de género en 1906.

2. https://www.forbes.com/lists/power-women/#1bbb07ee5a95

3. El ranking Forbes sobre las 100 mujeres más poderosas e influyentes del mundo ubicó a Angela Merkel en el primer puesto durante siete años consecutivos.

4. https://communityofinsurance.es/2015/06/14/cuando-las-mujeres-prosperan-las-empresas-prosperan-investigacion-global-de-mercer-sobre-la-diversidad-de-genero/

Capítulo 2

El punto de partida
Iguales… pero diferentes

Hace unos años, leí un artículo muy interesante sobre la revolución opt-out5 en The New York Times Magazine. Al dialogar con la periodista Lisa Belkin sobre las diferencias de géneros, una de las entrevistadas hizo una muy buena síntesis: ‘’It’s all in the fMRI” (todo está en la IRMf)6.

Esta sigla alude a la resonancia magnética funcional por imágenes, una técnica que permite observar qué zonas se activan en el cerebro ante cada estímulo mientras este trabaja, y es muy utilizada para investigar las similitudes y diferencias entre hombres y mujeres a nivel neuronal.

Por ejemplo, la neuroimagen de la gráfica siguiente fue obtenida durante una investigación de la Universidad de Basilea, Suiza, que llegó a la conclusión de que las mujeres tienen un procesamiento distinto de las emociones en comparación con los hombres.

En términos de los autores de este trabajo:

• La excitación emocional generalmente aumenta la formación de la memoria episódica.7

• La amplia evidencia indica que las mujeres superan a los hombres en memoria episódica.

• Las mujeres evalúan los estímulos emocionales como más excitantes que los hombres.

• Las mujeres evalúan en particular las imágenes negativas y positivas, pero no neutras, como emocionalmente más excitantes en comparación con los hombres.8

Hombres y mujeres procesan la información emocional en forma diferente


Fuente: https://www.jneurosci.org/content/35/3/920

Imagen: Universidad de Basilea.

En principio esto no parece nada nuevo, de hecho, es sabido que ambos sexos tenemos mundos emocionales distintos. Lo interesante es que ahora podemos leer cómo se manifiesta este fenómeno en el cerebro.

Por ejemplo, Paul y Tania tienen en común un cerebro dividido en cuatro lóbulos y, dentro de estos, las mismas estructuras: el hipocampo, la amígdala, el tálamo y el hipotálamo, entre otras que irás conociendo a lo largo de esta obra.

Ahora bien, si Paul se pregunta cómo puede ser que Tania le reproche algo que ocurrió hace cinco años, y que él había olvidado por completo, puede hallar la respuesta interiorizándose sobre los hallazgos de investigaciones como la de la citada universidad suiza y otras que llegaron a idénticas conclusiones: la memoria emocional de la mujer es significativamente superior a la del hombre.

Estos conocimientos son muy útiles para cualquier profesional que se dedique a la terapia de pareja y tienen grandes aplicaciones en otros campos.

Por ejemplo, en las organizaciones los utilizamos para correlacionar el trabajo de las áreas cerebrales con los marcadores somáticos, la toma de decisiones, la creatividad, la conducción de equipos y la conducta (entre otras variables).


Los cerebros de hombres y mujeres son muy parecidos y, a la vez, muy distintos.Por ejemplo, los recuerdos de contenido emocional se fijan con mayor facilidad en la memoria de ambos géneros; sin embargo, la mujer supera al hombre dado que experimenta con más intensidad las emociones.

En el área comercial, el universo femenino y la emocionalidad son ampliamente estudiados dado que los clientes, particularmente las mujeres, eligen productos y servicios por la experiencia que significa su consumo. Cuanto mayor sea la impronta emocional, mayor será el nivel de recordación y fidelidad a una marca.

Estas miradas en el interior del cerebro también permiten desarrollar técnicas de neuroaprendizaje y neurocapacitación que superan a las existentes dado que hombres y mujeres aprenden de manera diferente y resuelven problemas de manera diferente.

Por ejemplo, si a una secretaria y a un secretario los conectan a un magnetoencefalógrafo mientras resuelven el mismo acertijo y llegan al mismo resultado, las neuroimágenes seguramente van a mostrar que siguieron caminos distintos.

Estos avances en la investigación sobre el funcionamiento del cerebro se verán potenciados en el corto plazo, ya que existe un campo muy interesante de investigaciones focalizadas en desentrañar sus misterios.

Entre las más importantes, se encuentran las estadounidenses (cuyo principal mentor ha sido el presidente Barak Obama) y el Proyecto Cerebro Humano (HBP) de la Comisión Europea.


• La magnetoencefalografía es una de las técnicas más prometedoras para conocer las diferencias morfológicas y funcionales de los cerebros femenino y masculino, entre otras razones, porque tiene capacidad para trabajar en tiempo real.Tal como puedes observar en la imagen, mientras la participante trabaja en un ordenador, el equipo (que en el futuro no será más grande que un secador de cabello) va estudiando su cerebro.

Si bien están orientadas a descubrir tratamientos para enfermedades de tipo neurológico, estas investigaciones también contribuyen a que día a día sepamos más sobre las diferencias neurofisiológicas entre el cerebro masculino y femenino que predisponen tanto al hombre como a la mujer para procesar la información de una forma determinada y, posteriormente, decidir y actuar en consecuencia.

En función de mi experiencia, no creo que falten muchos años para que la observación cerebral se convierta en una práctica de costumbre en uno de los ámbitos en los que trabajé toda mi vida: el de las organizaciones.

Por ejemplo, una multinacional que necesite un líder para una subsidiaria en un país con serios problemas económico-sociales puede introducir a los postulantes en un equipo y analizar cómo reacciona su cerebro ante imágenes impactantes, como puede ser una revuelta originada por un conflicto gremial de corte violento.

Sin duda alguna, el cerebro del hombre se iluminará de forma diferente al de la mujer, y lo mismo sucederá si, ante el mismo hecho, ambos géneros deben resolver un mismo problema y tomar una decisión.

¿De qué sexo será la persona elegida? No lo sabemos. Si bien los parámetros universales nos llevarían a inferir que en un contexto así puede funcionar mejor un hombre, el mundo está repleto de ejemplos de mujeres que han sido y son sumamente efectivas en ámbitos más difíciles que el descripto.

Sentirse hombre o sentirse mujer: el punto de partida

Hablar de diferencias de géneros y, más específicamente, de las cualidades diferenciales de la mujer –en las que también tienen una importante influencia los cuadros hormonales– exige que nos remontemos a la etapa de gestación, donde ambos sexos comienzan a configurarse como tales.


Las capacidades intelectuales y emocionales son independientes del género y de la identidad sexual.

Para introducirnos en el tema, lo primero que necesitamos tener presente es que sentirse hombre o sentirse mujer no siempre coincide con el sexo biológico.

En esta obra me referiré a personas heterosexuales, es decir (y valga la redundancia), a aquellas que siendo físicamente mujeres se sienten mujeres, y a aquellos que siendo físicamente hombres se sienten hombres.

Ello no implica ningún tipo de discriminación dado que, lo destaco:

El alto desempeño no tiene que ver con las preferencias sexuales, sino con las capacidades de las personas.

Mis lectores y, sobre todo, los participantes de mis seminarios, saben que considero un verdadero anacronismo (por no hablar de prejuicios absurdos) la importancia que algunos reductos de la sociedad le siguen dando a la orientación sexual.


Ha habido momentos en que ser gay me ha resultado duro e incómodo, pero también me ha dado confianza en mí mismo, en seguir mi propio camino y levantarme frente a la adversidad y la intolerancia.Además, me ha dado piel de rinoceronte, lo que viene muy bien en el momento en que te conviertes en el consejero delegado de Apple.Timothy D. CookDirector ejecutivo de Apple Inc. en 2015.

En la práctica, la efectividad profesional de personas que se han definido públicamente como gays no es superior ni inferior a la de cualquier otro colectivo.

Por ejemplo, en 2015, cuando comencé a profundizar en este tema, circuló por todos los portales del mundo la siguiente frase: “Estoy orgulloso de ser gay”, que pertenecía nada menos que a Tim Cook, CEO de Apple, una de las empresas más exitosas del mundo. En el mismo año, alguien que había llegado nada menos que a ser presidente de un país (Colombia), César Gaviria Trujillo, comunicó a través de su sitio de internet su condición de homosexual.


• Los últimos descubrimientos científicos coinciden en que la orientación sexual comienza a definirse en la etapa fetal, por lo tanto, tiene un origen biológico.La mayoría de los especialistas sostienen que las diferencias genéticas hacen que los niveles hormonales durante la gestación sean diferentes, o bien, que el cerebro del niño o la niña que vendrán a este mundo reaccione en forma diferente ante la influencia hormonal.Por ejemplo, una investigación publicada en Science (1993;261:323), en la que participaron 114 familias, señala que existe un componente genético que predispone a la homosexualidad y que posiblemente sea este el que orienta la impregnación hormonal en el cerebro.

¿Qué necesidad hay de hablar sobre este tema –pensé–, dado que a la hora de elegir un buen líder lo que toda empresa analiza son sus antecedentes, su formación y sus habilidades? Sin embargo, al leer con mayor profundidad las declaraciones de Cook lo comprendí y encontré otro ejemplo extraordinario de resiliencia: él afirma que, gracias a pertenecer a una minoría (se calcula que alrededor del 5,5% de la población estadounidense es homosexual)9, sabe mejor lo que significa ser parte de ella y que eso, además de convertirlo en una persona “más empática”, lo ha ayudado a vivir “una vida más completa”.10

El cerebro femenino en acción

Jane Addams

(1860-1935)


Estadounidense.

Premio Nobel de la Paz en 1931.

Socióloga y con grandes habilidades para el liderazgo, luchó en contra de las guerras y por los derechos de las mujeres (incluyendo el sufragio) durante toda su vida.

En 1889 fundó una de las primeras casas de acogida de inmigrantes en los Estados Unidos, y en 1915, la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad.

Vivió públicamente y con naturalidad su relación de pareja con otra mujer, Mary Rozet Smith, con quien convivió durante más de treinta años.

Queda claro, y este no es el único caso, que muchas personas con condiciones para distintas actividades han logrado desplegar su potencial debido a circunstancias especiales, como las de Cook y las que veremos al finalizar cada capítulo, donde sintetizo la vida de un conjunto de mujeres que he seleccionado como admirables y a quienes les dedico esta obra.

En el ámbito de las ciencias, la neurobiología de la identidad sexual es un tema muy complejo, ha corrido y sigue corriendo mucha tinta.

Por ejemplo, en 2014 la Universidad Médica de Viena comunicó que, según sus investigaciones, la transexualidad tiene su correlato en el cerebro debido a que los hombres y las mujeres tienen ciertas microestructuras de conexiones neuronales diferenciadas y que, en el caso de los transexuales, esas microestructuras se sitúan en una posición intermedia entre ambos sexos. 11

En lo que respecta a la homosexualidad, una exhaustiva investigación sueca (Instituto Karolinska, Estocolmo) que escaneó el cerebro de 90 personas, halló que los hombres homosexuales y las mujeres heterosexuales tienen los dos hemisferios cerebrales del mismo tamaño, mientras que los hombres heterosexuales y las mujeres homosexuales tienen más grande el hemisferio derecho, es decir, que algunos atributos físicos del cerebro homosexual se asemejan a los del sexo opuesto12.

En las neuroimágenes también se observó que la conectividad de la amígdala (una estructura crucial en la vida emocional) de las lesbianas se asemejaba a la de los hombres heterosexuales y, a su vez, que el cerebro de los hombres homosexuales se asemejaba al de las mujeres heterosexuales.

Por su parte, uno de los pioneros en estudiar el tema, el neurocientífico Simon LeVay, autor del libro The Sexual Brain, identificó diferencias en la estructura del cerebro de hombres homosexuales con relación a los heterosexuales adultos13.

En líneas generales, la idea de que la orientación sexual comienza durante el desarrollo fetal es ampliamente compartida.

Una de las teorías que la aborda, cuyo nombre te apunto por si deseas investigarlo, se denomina Pre-natal hormonal hypothesis (balance hormonal antes del nacimiento). Si bien está clara la influencia de las hormonas en la diversidad sexual, no se sabe por qué se producen estas diferencias, aunque la mayoría apunta a los genes, por lo tanto, tienen un sustrato biológico.

La diferenciación

El sexo que tendrá una persona comienza a aparecer en el ámbito intrauterino en la octava semana de gestación, debido a la acción de las hormonas sexuales (testosterona en los varones y estrógenos en las mujeres). Antes, los embriones son prácticamente iguales.


La diferenciación sexual primaria se produce durante el desarrollo embrionario por la acción de los genes XX (mujer) y XY (hombres).

Normalmente se distingue entre diferenciación sexual primaria (genética, cromosómica), y diferenciación sexual secundaria (que corresponde al desarrollo genital)14.

Las células tienen 46 cromosomas. 44 son iguales en ambos sexos, se agrupan en 22 parejas de autosomas. La otra pareja son los cromosomas sexuales; XX para la mujer y XY para el hombre. Esta pareja es la que determina el sexo.

El cromosoma Y (masculino) es más pequeño y contiene muchos menos genes que el X (femenino).

Esta diferencia no tendrá relación alguna con la inteligencia, sino con la forma de percibir, pensar, razonar, sentir y actuar.

La conformación de las características masculinas está determinada por un gen que es exclusivo del cromosoma Y, que orgánicamente genera la transformación de las gónadas del embrión en testículos. Si este cromosoma no está presente, el ser humano que vendrá a este mundo se irá configurando como femenino, dado que se irán desarrollando los ovarios.

El “interruptor macho”

Lo que se conoce como “interruptor macho” es un gen, denominado SRY, que se ocupa de enviar el mensaje que dispara la formación de los testículos y otras características biológicas masculinas. El embrión XX no contiene este gen, por lo tanto, sin este interruptor la persona que vendrá a este mundo será una niña15.

Antes de que aparezca el sry, los embriones masculinos y femeninos son prácticamente iguales, y es precisamente este gen el que inicia la diferenciación sexual primaria o gonadal.

En opinión de uno de los mejores especialistas en el tema, el profesor Hugo Liaño:

La naturaleza tiende espontáneamente a producir hembras, pues hay experimentos que así lo han demostrado […] Está claro, por tanto, que la condición sexual básica del humano es femenina, de modo que la masculinidad es un esfuerzo que la naturaleza hace usando las hormonas andrógenas, sobre todo la testosterona, para cincelar un ser con hechos diferenciados del más primario o femenino.16.

Sorprendente ¿verdad? Admito que cuando comencé mi primera carrera universitaria, y leía todo lo que estaba a mi alcance sobre el cerebro, me quedé anonadado cuando me hablaron sobre esta condición sexual básica con la que venimos a este mundo; de hecho, la genética es un campo de estudios verdaderamente apasionante.

Sin embargo, y aun cuando las evidencias científicas son indiscutibles, la denominada “ideología de género” afirma que las diferencias entre el varón y la mujer no tiene que ver con hechos naturales que determinen el sexo, sino más bien con pautas socioculturales, por lo tanto, cada ser humano es libre de elegir el género al cual pertenecer.

El cerebro femenino en acción

Dolores Ibárruri Gómez

(1895-1989)


Política española conocida como “La Pasionaria”.

Ocupó el cargo de diputada en dos oportunidades, la segunda, cuando tenía 82 años.

Hija de mineros, apasionada por la lectura y con gran habilidad para la oratoria, fue una figura relevante durante la guerra civil española, en la que luchó por las causas republicanas.

Madre de seis hijos, entre ellos, trillizos, fue encarcelada varias veces por su militancia política y su lucha incansable por los derechos de las mujeres.


Las hormonas que determinan los caracteres sexuales femeninos se llaman estrógenos; las que determinan los masculinos se llaman andrógenos (la principal es la testosterona).Los organismos de hombres y mujeres generan los dos tipos de hormonas; lo que marca la diferencia es la proporción que se encuentra en cada sexo.

Coincido en todo lo relacionado con la “libertad”. Libertad para vivir, libertad para sentir, libertad para amar. Lo que no se puede negar, aun cuando las influencias socioculturales son indiscutibles, es que al sexo de una persona lo determina la naturaleza, no la sociedad.

En términos de una experta en el tema, Louann Brizendine (que citaré varias veces en esta obra), no existe un cerebro unisex:

Si en nombre de la corrección política intentamos refutar la influencia de la biología en el cerebro, comenzaremos a combatir nuestra propia naturaleza.17

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