Kitabı oku: «Cantología», sayfa 2
Antes de amar de nuevo
Antes de amar de nuevo, lava tu corazón
Con agua y con ceniza que sean verdaderas:
Así el recién venido sabrá que has olvidado
Al otro que ocupaba tu vida aventurera.
Antes de amar de nuevo, desata las amarras
Que te retienen lejos, en horizonte extraño:
Ignoras lo que vale conquistar un minuto
Cuando orgullosamente te has dormido mil años.
Se ama de pie en un mundo confuso y desgarrado
Que apenas da reflejos de algo mucho más bello:
Para alcanzarlo basta con limpiar la mirada
Y sin duda sabrás lo que es aquello.
Antes de amar de nuevo, llora un poco en silencio,
Haz como hace la lluvia que lava tu ventana,
El sol no está tan lejos de tu alma vanidosa,
Solo que para verlo hay que abrir la mañana,
Se ama de pie en un mundo confuso y desgarrado
Que apenas da reflejos de algo mucho más bello:
Para alcanzarlo basta con limpiar la mirada
Y sin ninguna duda sabrás lo que es aquello.
Antes de amar de nuevo, llora un poco en silencio,
Haz como hace la lluvia que lava tu ventana,
El sol no está tan lejos de tu alma vanidosa,
Sólo que para verlo hay que abrir la mañana,
1998
Antigua
Más que el universo ella es antigua
Más que las galaxias ella es
Más que el sol labriego ella es antigua
Más que las murallas de los Andes y su fuero
Anterior al hombre, a su memoria y a su amor
A sus armaduras, su puñal, su asedio
Más que el aire alado ella es
Más que el vegetal, más que el carbón de piedra
Más que el mar amante y su convoy de escamas
Más que los metales y el reloj
Y no se ha extinguido en su cometa
En su calor, en su madera
En su epopeya, en su bastión
Sólo se ha calzado la escritura
Y un sonido fragoroso
Para asomarse a la voz
Es una palabra establecida
Por los fuegos de la vida
Por los truenos de la luz
Es una palabra sin cadenas
Anterior a tu condena
La palabra que te ofrezco
Es libre
Es libre, libre, libre, libre, libre
En Las Antillas, Antigua, 1980
Arriba en la cordillera
¿Qué sabes de cordilleras
Si tú naciste tan lejos?
Hay que conocer la piedra
Que corona el ventisquero
Hay que recorrer callando
Los atajos del silencio
Y cortar por las orillas
De los lagos cumbrereños:
Mi padre anduvo su vida
Por entre piedras y cerros
La Viuda Blanca en su grupa
—La maldición del arriero—
Llevó mi viejo esa noche
Para arrear ganado ajeno
Junto al paso de Atacalco
A la entrada del invierno
Le preguntaron a golpes
Y él respondió con silencios:
Los guardias cordilleranos
Clavaron su cruz al viento
Los Ángeles, Santa Fe
Fueron nombres del infierno:
Hasta mi casa llegaba
La ley buscando al cuatrero
Mi madre escondió la cara
Cuando él no volvió del cerro
Y arriba en la cordillera
La noche entraba en sus huesos:
El que fue tan hombre y solo
Llevó a la muerte en su arreo
Nosotros cruzamos hoy
Con un rebaño del bueno
Arriba en la cordillera
No nos vio pasar ni el viento
Con qué orgullo me querría
Si ahora llegara a saberlo
Pero el viento no más sabe
Dónde se durmió mi viejo
Con su pena de hombre pobre
Y dos balas en el pecho
1965
Arriesgaré la piel
Quizás me fuera necesario anoche
Tomar la inútil decisión de verte
Así sea en el centro de la noche
Así sea en el borde de la muerte
Mi corazón es un caballo alado
Mi decisión es una espada amarga:
Yo volveré a buscar lo más amado
Pese a la incertidumbre que me embarga
Arriesgaré la piel por un encuentro
Aunque paguemos caros los engaños
Porque la vida es un instante dentro
De la perdida inmensidad de este año
Año de espera y año sin memoria
Que no quisiera prolongar en celo
Entre el cuchillo de tus dos historias
Y las heridas de mis dos desvelos.
1998
Balada de los amantes
del camino de Taverney
El cuarto donde habita mi ruiseñora
Se nutre con el ruido de mi demora
Los cantos de la calle se están plegando
Y el mórbido reloj mira blasfemando
Después la lluvia encumbra sus volantines
Y moja alguna estrella que agoniza entre violines
Y agolpa sus rebenques desmelenados
Al anca de mi potro, que no ha piafado
De noche todo es claro si en su cortina
Ondula una cadera que se adivina
Sacude su pañuelo la amante raza
Y enciende las señales por donde pasa
Mi atávico desvelo buscando casa
La cama donde espera mi buenamoza
Es tibia como un vientre y es luminosa
Viniendo de la lluvia y forzando puertas
Aprecio que su gana ya esté despierta
La cama donde escurro mis homenajes
Es donde desterramos la barrera de los trajes
Y donde, de algún modo, su resolana
Se adueña de mi lengua, tan soberana
Allí nos respiramos de diestra suerte
Allí nos cobijamos (por si la muerte)
Allí yo le regalo mis estertores
Y allí ella me devora con mil amores
Cogiendo de mi sangre
Las frescas flores
La cama donde anida su pulpa suave
Es esa donde yergue su cuello mi ave
Y aquella donde estira su claro modo
Amándome de cerca y mordiendo todo
Su cama multiplica mi envergadura
Que es llave con la que abro su opulenta sabrosura
Que es fuego con el que echo
Su frío afuera
Y avivo su gemido cuando lo quiera
Viniendo de tan lejos estoy tan hondo,
Tan cerca de su dentro y tan al fondo
Tan ávido y completo, tan estrujado
Tan posesivo y pleno, tan aplicado
Que cuando el nuevo día se asoma, me alza
Desangrado
Ginebra, Suiza, 1983
Bandido
La noche me abre su manto
Su manto de estrellas blancas:
Compadre: voy a la sierra
Llevando mi muerte en ancas
Es negro el viento y la tierra
Negro el pan y negro el vino
Si voy subiendo a la sierra
Más negro se hará el camino
Un corvo de acero blanco
Me cuelga al flanco
El rifle alerta
Cansado el tranco llevando penas
Y donde vaya con la cadena
De este destino sobre mi manco
Se irá el dolor
Compadre: la noche enreda
Mi poncho negro en sus brechas
Pero en todos los atajos
Un rifle escondido acecha
Al pueblo vaya de albita
Cuando aún no muera la sombra
Y donde escuche que hay una
Mujer que a solas me nombra
Le dice que no me busque
Que se acostumbre
Que ya no existo
Que allá en la sierra
Cuando en la noche
De espalda en tierra
Me acuerde de ella
Con toda el alma
Con toda el alma
La lloraré
1956
Borrachera
(Homenaje a Li Po, poeta chino (701‑762)
En la humilde fiesta con que me solazo
Aunque vaya solo siempre somos tres:
Contando a la luna que brilla en el cielo
Y a mi sombra que entonces viene también
Un frasco de vino bajo el brazo llevo
Y a orillas del lago vamos otra vez
La luna se enferma despidiendo estrellas
Y mi sombra —¡Qué tonta!— se enreda en mis pies
De retorno a casa, la luna solloza
Mi sombra se arrastra por muros sin sol
Y yo tambaleando con la noche a cuestas
Avanzo colgando de árbol en farol
La luna ilumina los caminos rotos
Con luz peregrina y resplandor audaz
Y mi sombra sigue por la otra vereda
Para prevenirme que yo estoy de más
A veces me paro bajo el alumbrado
Para echarme un sorbo lleno de sabor
La luna me estira su lengua dorada
Pero no mi sombra que atrapó un dolor
La enterramos bajo una pequeña palma
Cuando muerta y tiesa la encontré una vez
Recuerdo a mi sombra y se me quema el alma
Porque ahora nunca más seremos tres.
2009
Caminos negros
Yet each man kills the thing he loves
Oscar Wilde
Es duro tener que decirnos palabras
Amargas que nunca buscamos
Y darnos la mano y marcharnos
Por caminos negros que tragan y matan
Al menos, si me has comprendido
Sin viejos rencores podrás recordarme
Que es raro el olvido y no basta
Bifurcar los rumbos sin mirar atrás
Si crees que contra la muerte
El tiempo implacable volverá a juntarnos
Estrecha mi mano y partamos entonces
Llenando de sombras la puerta
Si no, mírame con fijeza
Y graba en tu mente la cara que amaste,
Que ya no nos unen ni cielo ni tierra
En la larga noche que nos va a cubrir
Al hombre lo aterra la muerte
Lo acosa el olvido
Lo espanta la nada
Y deja morir su cosecha
Porque cada uno
Mata lo que ama
Por eso, si crees que el tiempo
Detrás de la muerte volverá a juntarnos
Aprieta mi mano y partamos
Abriendo la puerta a la sombra del mundo.
Si no, mírame con fijeza
Y graba en tu mente la cara que amaste
Que ya no nos unen
Ni cielo ni tierra
En la inmensa noche
Que nos va a cubrir
1957
Can-can del piojo
Sin respeto el ciudadano
Ha de bañarse cada día
En un agua que contenga
Subversión y poesía.
Sin respeto ha de peinarse
Con un peine reincidente
Para hacer que la piojera
No le ondule de repente.
Sin respeto ha de ponerse
Los zapatos de la urgencia
Porque al hombre que no avanza
Se le apioja la conciencia.
Sin respeto ha de abocarse
A fumigar sus convicciones
Para que no se le pudran
Con el riesgo de infecciones.
Sin respeto el ciudadano
Debe hacer con la lectura
De las cosas prohibidas
Un objeto de cultura.
Sin respeto ha de plantarse
En la mitad del suceder
Para que el piojo no intente
Asegurar que aquí no hay nada que temer.
Sin respeto ha de erizarse
Cuando el piojo abotonado
Le succione hemoglobina
Y lo amortaje desangrado.
Sin respeto ha de encogerle
La sonrisa de ganante
Para que el piojo comprenda
Que ya nada es como antes.
Sin respeto debe armarse
De impaciencia hasta los dientes
Porque el tiempo que avecina
Trae fiebres inclementes.
Sin respeto habrá de unirse
Con los otros sin respeto
Para que el piojo comprenda
Que se encuentra en un aprieto.
Sin respeto debe darse
Por entero a los quehaceres
Siendo la lucha antipiojo
El mayor de los deberes.
Sin respeto y con porfía
Natural y valedera
Deberá impedir que el piojo
Perpetúe su piojera.
Sin respeto ha de arrojarse
En las aguas del torrente
Y a pesar de los meandros
Nadar contra la corriente.
Sin respeto ha de afiliarse
A la salud del porvenir
Para que el piojo comprenda
Que llegó esta vez la hora de partir.
Sin respeto ha de parcharle
A la bandera las heridas,
Al Escudo la vergüenza
Y a la Historia la mordida.
Sin respeto ha de arrancarle
Al piojo toda potestad
Y besar en plena frente
Finalmente
Desinfectada la libertad.
1986
Canción para construir una casa
Tantito antes de nacer
De un sollozo de mi madre
Mi padre perdió la tierra
Y tuvo que arar el aire
Tantito antes de nacer
De un suspiro de quien me ama
Mi padre perdió su techo
Y anduvo de rama en rama
Y como el camino es polvo
Que morirá sin sembrados
Lo echaron sobre su rumbo
Y lo caminó silbando
Con un silbido montuno
Que iba los sueños arreando
Tantito antes de crecer
Mi padre se fue a lo oscuro
Me dijo antes de morir
Con una voz de susurro:
“Tantito has de trabajar
De la noche a la mañana
Con doce tablas de pino
Cuatro vigas cepilladas
Y en la boca ardiendo un silbo
Temprano como las brasas
Para guardar tus amores
Y darles sombra en la casa
Que nunca tuve contigo
Porque nunca tuve nada”
La casa que levanté
Para que vivas en ella
Cerró sus tablas en torno
Del brasero de una estrella
Y rubia paja de trigo
Larguita como tu pelo
Te traje desde los campos
Para hacer nido en el suelo
Esta casa que es tu casa
Casa de todos los nuestros
Fue terminada de noche
Con clavos y con luceros
Sobre un pedazo de tierra
Que siempre fue campo ajeno
1970
Cantares del mito americano
I. Danza Verde
Verde Pincel
Pintó la luna
Y la volcó sobre una
Lienza de luz
Verde como el
Sol de América
Verde brocal
Hizo del agua
Una verde concha
De donde vino
Siempre desnuda
La verde Venus nuestra
Verde y más verde soy
Mientras me danzo en paz
Cubre el verde
La tierra en agraz
Agraz
América es verde
Verde americano
Y esa luz me sale de las manos
Que son tus manos
Y reúnen
Esta vastedad salvaje
De mi continente
Que amo
Y amo
II. Bambuco de Macondo
Viene el Coronel Buendía
Con el hielo entre las manos
Y cantando su alegría
Baten el cobre
Diez mil gitanos
Una muchacha encendida
Danza bajo el sol de fuego
Y bebiendo su aguardiente
La mira un muchacho ciego
La polvorienta higuera que está
De pie en el centro del huerto mudo
Abriga la siesta encadenada
De un feudal señor desnudo
Ay, una niña envuelta en su tul
Salta en silencio desde su lecho
Para alimentar con su vuelo azul
Doce luceros con sus pechos
Se va el Coronel Buendía
Con las manos sobre el hielo
Y a su paso va dejando
Caer los años del desconsuelo
Estos años que han pesado
Como siglos de verdad
Y que Gabriel ha llamado
Cien años de soledad
III. Macunaíma
En las tenaces fauces de la selva
Nació el héroe Macunaíma
Que se educó en el goce de la noche
Ya en la niñez hizo cosas fútiles:
Cerca del río llamado Uricoé
Se pasó un año sin decir ni hola
Hasta que le arrancaron seis palabras:
“Ay qué flojera! Ay qué flojera!”
Apenas se movía cuando iban al mar
A bañarse desnudos en el agua
Pero él sólo miraba a las mujeres
Quitándose las jaibas de los senos
Saltando para que no les mordieran
Otras partes más nobles todavía
Por ejemplo el conjunto de los muslos
Más bellos que Brasil produjo un día
Macunaíma
Era el más bello, el más cabal de todos
“Ay qué flojera!”
“Ay qué flojera!, Ay qué flojera!”
Lo amaban las garotas
Porque era oscuro y tierno:
Tenía cada mano
Siempre dispuesta a dar
Un poco de resabio
Y también mucho fuego
Con sus dos negros labios
Con sus dos negros labios
Con sus dos labios negros
IV. Los espíritus de Comala
Vine a Comala porque mi madre me mandó
Que buscara a mi padre, llamado Pedro Páramo
Que habitaba una casa detrás de las colinas
Juré venir a verlo no bien la sepultáramos
Una vez sepultada me dirigí a Comala
Puerto muerto repleto de plácidos difuntos
Vagando por podridas veredas con jocundia
Y entrando a bares muertos para trincarla juntos
Nunca he visto en mi vida difuntos tan borrachos
Pero me integré pronto al tosco regocijo
Hasta que a un bebedor le pregunté si acaso
Conoció a Pedro Páramo y aclaró que era su hijo
“Así es que soy tu hermano y me llaman Abundio”
Agregó sin rencores y ningún embarazo
“Pero no se te ocurra buscarlo porque puede
Echarte de este mundo con un mero balazo”
“Pero yo ya estoy muerto, hermano Abundio” dije
“Y no puede seguirme matando ese canalla
Que abandonó a mi madre con apenas trece años
Sin su vestido oscuro y ninguna vitualla!
“Así lo hizo con todos” dijo serenamente
Secándose la frente con un paño embebido
“¿Y quién es este padre que mata a sus retoños?”
“Un hombre maltratado que vive un rencor vivo”
Como vio que sudaba con un sudor brillante
Me dijo que Comala era más que el infierno
Porque algunos que habían bajado hasta la fragua
Volvieron a buscar sus frazadas de invierno
“Mejor vete de vuelta, como se volvió Rulfo”
Yo le dije que Rulfo se había jugado la mala
Y aunque él no me creía le demostré con creces
Que Rulfo había muerto bajo el sol de Comala
V. Danza negra
Vine a lo largo del Mato Grosso
Y entré al Perú por el negro Iquitos
Tras remontar roncas cordilleras
En Machu Pichu dormí aymará
Veo pastando sobre la orilla
Del Urubamba, río de razas
Grandes peñascos desesperados
Trizando el cielo con su fragor
Un viento de violines
Agita tu vestido
Que sigiloso danza un danzón
De espejo a paredes
Son sobre el que te mueves
Estremeciendo mi corazón
En Cartagena de Indias estuve
Bajo una palma capeando el sol
Entre los fuertes amurallados
El agua urdía su seducción
Tiempo más tarde, en Margarita
Isla azotada por el calor
Hallé una boca venezolana
Llena de sombras, fuego y amor
VI. La morada de los cóndores
Un cóndor ve la Argentina
Sin alejarse de Chile
Mirando la pampa entera
Con sus duros ojos grises
Otro desde el Illimani
Mira el pico de Aconcagua
Y se agita ante el gigante
Cual bandera americana
El cóndor no tiene patria
O mejor tiene una sola
Desde el Norte al Sur desciende
Pluma negra y negra ola
El cóndor no reconoce
Más que la patria profunda:
Si no encuentra cordilleras
Rompe la tierra y las funda
La morada de los cóndores
Es vasta como un imperio
Construida entre las cumbres
Más vastas del Hemisferio
La morada de los cóndores
Es un lugar soberano
Instalada sobre el cielo
De los sudamericanos
VII. Invitación a los mares del sur
Ven a ver la luz que arrastra el mar bajo la luna
La luz que cava un surco y raya el agua con sus uñas:
A través de aquella ráfaga brillante y pura
Harás crecer tu corazón como medusa madura
Ven a ver el mar del sur y siente su bravura
Es un mar que quiebra duras rocas con su espuma
Es un mar que nuca duerme bajo la estrella nocturna
Es un mar que besa, muerde y mata con dulzura
Es un mar que oculta bajo sus errantes olas
El dolido hierro de barcos sin ataduras
La huella que no hallaron los capitanes de altura:
La historia de mi raza bajo brochazos de bruma
VIII. Canción de la verdad
Con la verdad es posible la vida
En la verdad nos haremos fecundos
Por la verdad curaremos la herida
Sin la verdad mataremos al mundo
Con la verdad curaremos al mundo
Sin la verdad mataremos la herida
En la verdad nos haremos fecundos
Por la verdad es posible la vida
Tras la verdad siempre habrá una mentira
Muy a pesar de nosotros mentimos
Somos un sueño que sueña la vida
Y un despertar en que todos morimos
Y un despertar en que todos vivimos
Porque soñamos grandiosa a la vida
Muy a pesar de la muerte vencimos
Pues la verdad subyugó a la mentira
2001
NOTA: Obra compuesta para el film cubano, “CANTATA DE CHILE”, de Humberto Solás, con música de Léo Brouwer, para solista, coro y orquesta sinfónica, en 1974.
Ücretsiz ön izlemeyi tamamladınız.