Kitabı oku: «Los Sellos Secretos», sayfa 3
El Absoluto
El paseo nos llevó, entre árboles y flores, hasta la base de una cristalina caída de agua que fluía desde una de las pequeñas colinas que rodeaban el jardín. El sol se reflejaba en la tenue llovizna que se formaba en torno a la pequeña cascada, creando un arcoíris de luces y energía que se fundía con el resto de los colores del increíble jardín.
—El principio de todo es el Absoluto —continuó diciéndome el viejo al tiempo que reiniciaba la marcha—. El Absoluto se manifiesta a través del Amor. El Absoluto no tiene explicación. El Absoluto no puede ser aprehendido. Cuando tratamos de definirlo el Absoluto deja de ser. El Absoluto no puede ser comprendido por la mente como la conoces ahora. El Absoluto es el No Ser, y al no ser, no tiene comienzo ni fin. El Absoluto es eterno, y es infinito, no tiene tiempo ni tiene fronteras puesto que no es, y al no ser no existe nada que lo determine y lo limite.
»El absoluto solo ha sido, es y será desde antes del tiempo y hasta el fin de los tiempos. El Absoluto es la fuente y el receptáculo de todo lo manifestado y lo no manifestado. Es en verdad el espacio de las potencialidades no manifestadas y de él todo proviene y en él todo está contenido. El Absoluto es infinito, y en su infinidad se conoce a sí mismo a través de sus manifestaciones de sí mismo. El Absoluto se conoce a sí mismo a través de ti.
—¿El Absoluto es acaso Dios?
—¡Calma, guerrero! Una vez más te pido invoques tu paciencia. Lo importante primero es que veas tu conexión con el Absoluto, que veas que eres una parte de él que te permite auto-conocerse. Lo importante es que veas que eres una parte importante del Absoluto, puesto que sin ti el Absoluto no puede lograr su autorrealización. Y no es que Él dependa de ti, puesto que el Absoluto solo depende de sí mismo, pero la belleza de todo es que tú eres una parte de Él, y el Absoluto se manifiesta a sí mismo a través de eso que tú conoces como tú. El sueño del ser humano comenzó cuando se olvidó que era parte del Absoluto, que era uno con Él, y se creyó individual y separado del Todo. Esa amnesia de sí mismo a través de ti, y a través de todos los seres vivos, y te recuerdo que todo está vivo, es la que le permite al Absoluto descubrirse y redescubrirse infinitamente, descubrirse y redescubrirse eternamente.
—¿Yo soy Dios?
—¿Es acaso la hoja el árbol? Piensa, guerrero, el árbol solo es árbol a través de cada una de sus partes. El árbol es árbol a través de sus raíces, su tronco, sus ramas, sus hojas, sus flores y sus frutos, pero todas en conjunto, todas unidas, todas siendo uno. Una hoja es solo una hoja a menos que sea parte del árbol, lo mismo que una rama o una raíz. La hoja expresa todo el potencial del árbol, pero solo en la medida en que sea parte del árbol. Si la hoja se separa del árbol y se cree un árbol en sí misma, está dormida, está muerta.
»Solo eres Dios en la medida en la que puedas despertar a la unidad con todo lo creado y lo no creado, en la medida en la que puedas ser Dios con todo y con el Todo. Porque aislado del Todo solo eres una parte de Dios, amnésica de sí misma y soñando a ser tú.
»Solo eres Dios en la medida en que vuelvas a la Fuente, en la medida en que desaparezca la separación. En ese momento, al darte cuenta de que eres una parte del Absoluto, eres el Absoluto con el resto de la Creación.
Despertar
Un par de gorriones se posaron en un arbusto frente a nosotros. El anciano se detuvo de inmediato. Como si se hubiera olvidado de mí el Alto Sacerdote centró toda su atención sobre las dos aves, mientras los gorriones lo miraban como si entendieran la actitud del viejo.
Finalmente, el anciano soltó una amable carcajada y extendió uno de sus brazos al tiempo que los gorriones dejaban el arbusto para posarse amigablemente sobre su mano. En todo este tiempo el Alto Sacerdote no dejó de mirarlos y sonreír, hasta que finalmente sus amiguitos volvieron a emprender el vuelo y desaparecieron en el soleado cielo del jardín.
El viejo se quedó como perdido en el infinito y yo no me atrevía a interrumpir su profundo estado con mis inquietudes sobre la conversación que llevábamos este sorprendente anciano y yo.
—Dime, guerrero, ¿qué es lo que te inquieta tanto? —dijo finalmente el Alto Sacerdote con un suspiro.
—Me has hablado del sueño de creerse separado del Absoluto. ¿Cómo puedo despertar entonces de este sueño?
—¡Esa es la clave! El deseo de despertar, la inquietud de despertar te llevará al despertar. Y el despertar solo se puede lograr a través de la muerte. Pero no te asustes, no me refiero a la muerte física, aunque esta sea a veces un paso necesario para ayudar al despertar. Cuando hablo de la muerte me refiero a la muerte a ti mismo, a lo que has creído ser hasta ahora, al sueño que has creído que era la realidad. Al negarte a ti mismo das un paso hacia la re-conscientización de quien realmente eres, puesto que tú no eres tú, sino que eres una parte del Absoluto soñando que eres tú.
»El despertar, o lo que otros han llamado la iluminación, no es la pérdida de tu identidad, sino la re-conscientización de tu Verdadera Naturaleza. Pero para que esto se dé tienes que arrancarte tus máscaras, tienes que vencer a tus demonios, tienes que matar a tus egos. No te vayas a dejar engañar por tus egos. No te vayas a creer demasiado poderoso o demasiado sabio, ni demasiado humilde o demasiado generoso. No te vayas a creer demasiado bueno ni demasiado malo. No te vayas a creer demasiado terrenal ni demasiado espiritual. Todos estos son falsos egos. Todos son mentiras. Todos son parte del sueño de creer que puedes ser algo diferente o separado del Absoluto.
»Lucha a muerte contra todas tus personalidades, todas tus etiquetas, todas tus apariencias. Solo derrotándolas puedes despertar de tu eterno sueño. Busca dentro de ti y allí, debajo de todas las capas de falsas identidades, al final de todas las máscaras, de todas las mentiras y de todos los sueños, está tu Verdadera Naturaleza, tu estado esencial, tu unidad con el Absoluto. Entonces descubrirás que siendo parte de Dios eres Dios mismo.
»Para ello, guerrero, deberás morir una y mil veces. Pero, así como para despertar debes morir, también, para despertar, debes aprender a entregarte a la vida.
»Estás en esta realidad tuya, así como en todas las demás, para reconscientizar tu Verdadera Naturaleza, para redescubrirte como el Absoluto mismo. Entrégate a la vida como se entrega un niño recién nacido al descubrimiento del mundo que lo rodea. Para despertar debes aprender a vivir en el Amor, y eso significa serlo todo. Vivir en el Amor significa descubrirlo todo en ti, descubrirte a ti en todo.
»Despertar es ver el mundo bajo una nueva luz, es amar sin posesión, es disfrutar sin apego, es ser el servidor de todos y todo cuanto encuentres en tu camino. Finalmente, despertar es crear conscientemente. Para eso estás aquí, para Amar y para Crear, pues ambos son uno y lo mismo. Y cuando descubres que tú eres un co-creador, y que el universo entero te pertenece, se caen tus máscaras, se desvanecen tus egos, se desploman tus demonios. Lo paradójico es que solo puedes despertar a ese nivel de consciencia despojándote primero de tus máscaras, matando a tus egos y venciendo a tus demonios.
—Pero ¿cómo puedo romper con la ilusión para despertar, si me dices que la ilusión solo se desvanece cuando logramos el despertar?
—¡Ah! ¡Las paradojas de tu sistema de realidad! ¡Cambia tus paradigmas! No puedes alcanzar aquello que buscas si caminas pensando en tu objetivo. No recorras tu camino solo para llegar a tu destino, pues a este jamás puedes llegar caminando hacia él. Recorre tu camino solo para recorrerlo, porque el verdadero objetivo de tu camino no es otro sino el camino mismo. Cuando llegues al final de este no encontrarás nada, y solo entonces te darás cuenta de que lo único que tuvo valor fue el sendero en sí mismo.
»¿Qué será de ti al final, si a lo largo de todo el recorrido solo pensabas en el destino, y dejaste de vivir tu tránsito a través del sendero de tu vida? No esperes a elevar tu nivel de consciencia para despertar, ni esperes despertar para elevar tu nivel de consciencia. Lo uno es lo otro. Ambos suceden en sincronía... pero solo si tú lo eliges. Si solo eliges esperar puedes esperar una eternidad antes de descubrir que siempre estuviste preparado. El poder está en ti. Tu gran poder es el de tu intención... el de tu intención llevada a la acción.
—Y ¿cómo puedo empezar a despertar ahora? ¿Cómo puedo elegir despertar a partir de este momento?
—Despertar es saber, más que conocer. Despertar es vivenciar, más que aprender. Despertar es vivir la vida, en lugar de buscar cómo disfrutar de la vida. Despertar es vivir tu momento presente a cada instante. Despertar es vivir intensamente todo lo que te brinda la vida. Despertar es vivir apasionadamente, sin miedos, sin culpas, sin rencor, sin tratar de esconderse del dolor. Despertar es liberarte de tus límites y tus creencias.
»Cuando despiertas descubres que eres uno con el universo, con tu universo. Por eso, cuando despiertas ya no hay lugar para tus egos, tus miedos, tus máscaras y tus demonios. Cuando alcanzas la unidad con el Todo ya no necesitas vengarte pues nada ni nadie te puede herir, y ya no necesitas poseer pues nada ni nadie te pueden arrebatar lo que es tuyo, y ya no necesitas amarrar ni amarrarte a nada ni a nadie, porque ¿cómo puede sentirse solo aquel que lo tiene todo y lo es todo? Todo lo que tú desees tú lo tienes ya. Tú eres dueño de todo lo inmanifestado. Todo lo que tienes que hacer es crearlo. La materia es energía condensada. La energía es Consciencia. Tú eres consciencia. Tu eres un co-creador. Y puesto que tú has creado desde siempre tu realidad, puedes cambiarla en el momento que así lo desees, con tan solo cambiar tus pensamientos. Sé uno con Dios. Sé uno con el Absoluto.
Las Religiones
Nuestra conversación continuó al tiempo que nuestro paseo se extendía por el interminable jardín. Todo en este jardín parecía vivo más allá de lo que yo había conocido hasta el momento. Cada planta, cada insecto, todo parecía exuberante de vida.
El Alto Sacerdote me miró con una expresión pícara reflejada en el rostro, como invitándome a decir lo que él ya sabía que yo diría. Me expresé sin reservas.
—¡Entonces el Absoluto sí es Dios! —le dije al anciano, sin poder ocultar la satisfacción de sentir que estaba comprendiendo sus palabras.
—Sí, el Absoluto sí es Dios, pero no el dios que tú conoces a través de las religiones, sino el Dios que esas mismas religiones han perdido. Las religiones han llevado al ser humano a guerras y masacres, todas en el nombre de Dios. Las religiones han llevado al ser humano a vivir en el miedo y el castigo, todo en el nombre de Dios. El ser humano ha usado la religión contra sí mismo, sin darse cuenta que al hacerlo se ha separado cada vez más de Dios, del verdadero Dios, del único Dios.
»La religión debe unir, no separar. Las religiones fueron creadas para reunir al ser humano a Dios, pero al pretender unirlo definían su separación de Él. Las religiones además fueron utilizadas por los sabios dormidos como fuente de poder y medio de control, dejando escapar de ellas la esencia mística que contenían y que era el único lazo que tenían con Dios. Las religiones siempre presentaron a Dios como un gran ente poderoso que rige y dicta sobre la humanidad, y ante quien los seres humanos son impotentes. Por esto, las religiones solo sirvieron para escindir al ser humano de Dios.
»Pero para el despertar final de la humanidad la religión será necesaria. La religión re-ligará al ser humano con el Todo, y así lo acercará por fin a Dios. Cuando eso suceda el ser humano recordará que Dios es el Absoluto manifestándose a través del Amor, y que él mismo es una de las manifestaciones del Absoluto. El ser humano recordará que nunca estuvo separado, que siempre fue El mismo conociéndose a Sí mismo.
—¡Entonces las religiones son algo terrible! —dije lleno de cólera—. ¿Por qué Dios permitió que creáramos algo así?
—Dios no permite ni impide y ya te diré por qué —me respondió el anciano—. Pero primero debes darte cuenta de que no existe nada bueno ni malo. Todo tiene un sentido y un puesto en el esquema global de la vida. Cuando te hablo de religiones, guerrero, te hablo de las estructuras humanas, no de sus esencias. La esencia de las religiones es la misma, y proviene siempre de la Fuente Original. La estructura visible de las religiones proviene del ser humano y es la que aparenta ser diferente. Es importante que sepas diferenciar esto.
»Las religiones han sido un reflejo del estado de consciencia del ser humano, y han sido un paso más en el proceso de su maduración espiritual. Las religiones han servido como espejo, para reflejar los miedos y la impotencia de una consciencia dormida. Pero las religiones además han servido como escuela de aprendizaje para muchos seres humanos, cada uno en su propio nivel. Y finalmente, de manera paradójica, las instituciones mismas que pretendían llevar al ser humano a Dios, y que terminaron por separarlo de Él, sí han llevado a algunos a su autorrealización. En las religiones, en todas y cada una de ellas, desde la más moderna hasta la más primitiva, está el Espíritu de Dios. El problema está en la consciencia dormida del ser humano y no en las religiones.
—¿Pero si yo soy Dios...
—Eres parte de Él. El propósito de tu existencia es el de volver a ÉL, re-conscientizar tu Verdadera Naturaleza, ser parte del Todo. Mientras estés separado, aunque sea por un minúsculo hilo de consciencia dormida, serás como una mano creyéndose que es individual y separada del resto del cuerpo. Cuando la mano despierta y se da cuenta de que en verdad no es un ente separado, sino que es parte de un cuerpo, no deja de ser mano, pero ahora es la expresión de algo mucho mayor. Mientras estés separado eres parte de Dios y Dios está en ti, pero no te puedes expresar con toda la divinidad de Dios. Y esa, hijo mío, es tu gran misión de autorrealización. Lo recuerdes o no, tu búsqueda es la de poder expresar todo el potencial divino de Dios, de ti mismo, en ti mismo y a través de ti mismo.
La Realidad
Las palabras del Alto Sacerdote constituían un duro reto para el sistema de creencias que había tenido hasta ese momento. Al mismo tiempo sus palabras me llegaban como una oleada de aire fresco.
—¿Qué es ser Dios? —le pregunté al anciano.
—¡Es crear! ¡Dios es el Gran Creador! ¡Dios es el Gran Arquitecto del Universo! Y tú, hijo mío, eres co-creador con Él. Lo fuiste desde el principio de tu largo viaje, y lo has sido de varias formas y en varios niveles, pero siempre has sido co-creador del Universo.
»Tú eres un fragmento del Universo. Pero el Universo no es sino el Absoluto manifestándose a Sí mismo ante Sí mismo, por lo que tú eres el Absoluto en sí, y estás hecho de su esencia. Y el Absoluto crea. Y tú también creas, aunque no lo percibas. Todo tu mundo, toda tu realidad ha sido creada por ti. Algunas partes de esa realidad las has creado a un nivel de consciencia y otras partes a otro. Mucha de tu realidad la has creado dormido, la has hecho sin consciencia de ello. Pero ha llegado tu momento para empezar a crear de manera consciente. Y de esto se trata este viaje tuyo a la montaña. ¿Entiendes ahora por qué te digo que Dios no permite ni impide? Eres dueño del más grande de todos los poderes jamás imaginados. Eres un co-creador del Universo. Y tienes libre albedrío. Nadie decide nada por ti. Solo tú decides. Solo tú eliges. Solo tú creas.
—¿Quieres decir que yo soy dueño de mi mundo y de mi destino?
—¡Sí! Tu mundo exterior es solo un reflejo de tu mundo interior. Tu destino es solo el producto resultante de tus pensamientos. Recuerda, sin embargo, que tú creas a diferentes niveles de tu existencia. Lo que deseas a tus niveles más dormidos de consciencia puede no ser lo que has decidido crear a niveles superiores de tu misma consciencia.
»Esto nos lleva de vuelta a tu pregunta, “¿Cuál es la realidad?” —el viejo recordaba una de las primeras interrogantes que le planteé al comienzo del paseo por el jardín—. ¿Ves cómo todo tiene su propio tiempo, cómo todo llega a su debido tiempo? Sin embargo, yo quisiera que te reformularas esa pregunta. En vez de preguntarte cuál es la realidad, pregúntate ¿Qué es la realidad?
—¿La realidad, hmm? ¿Por qué me dices todo el tiempo que todo a su debido tiempo, que todo tiene su tiempo, pero a la vez me has repetido que el tiempo no existe?
—Creo que no me estás escuchando —me dijo el anciano con un tono sarcásticamente regañón—. Te sugerí que te cuestionaras la realidad, no el tiempo.
—Sí, sí te estoy escuchando —le respondí un tanto contrariado—. Pero es que me parece que te contradices con lo del tiempo.
—Claro que te parece que lo que digo se contradice. Cuando abras tu mente a un nuevo modelo de la realidad podrás ver que no hay contradicción alguna en nada de lo que ahora estás descubriendo. Pero si tratas de entenderlo todo desde tu marco de referencia anterior nada tendrá sentido para ti. Por eso es que te he sugerido que te cuestiones la realidad.
»Sé que te estoy pidiendo una tarea titánica. Te estoy pidiendo que te imagines lo inimaginable, que aceptes un mundo sin tiempo y sin espacio. Te estoy pidiendo que veas tu mundo desde un punto de referencia ajeno a él, que comprendas una realidad para la cual los conceptos y estructuras de tu mente no están diseñados, una realidad para la cual tu mente consciente no está diseñada. Es como si te pidiera que midieras una habitación con un puñado de arena. Es como si le pidieras a un ciego de nacimiento que te describiera la luz. Pero justamente por todo lo que te acabo de decir, es que es imprescindible que te cuestiones la realidad.
—Está bien, está bien —respondí, tratando de hallar algún sentido en todo esto—. ¿Qué es la realidad? Bueno, la realidad es todo lo que me rodea, es todo lo que hago, es todo lo que soy.
—¡No, mi querido guerrero, no! ¡Todo eso no es más que el sueño en el cual estás sumido! La realidad es mucho, mucho más que eso. Pensar que lo que eres y haces, que lo que posees y disfrutas, que lo que te rodea es la realidad, equivale a vivir en las mazmorras de un inmenso palacio, pensando que esa sucia y oscura celda es todo tu mundo, sin saber que arriba de ti y a tu alrededor se extienden innumerables salones y habitaciones, e infinidad de jardines. No, mi querido guerrero. La realidad es mucho más que la sombría, fría y limitada celda en la cual crees vivir.
»Lo que tú crees que es la realidad no es más que una parte infinitesimal de la Realidad. Algunos místicos la han llamado ilusión, pero en verdad, la ilusión está en creer que esa realidad es la única realidad. De resto, la realidad que tú has conocido hasta ahora es tan real como las demás que vas a descubrir, solo recuerda que no es la única.
»El ser humano ha tomado como su realidad aquello que puede percibir a través de sus sentidos, sin darse cuenta que sus sentidos son solo unos burdos receptores de tan solo un nivel de manifestación del Absoluto. Ese universo que tú conoces no está conformado por infinidad de partículas que crean materia sólida, aunque así a ti te parezca. En verdad es una compleja tela de araña de energía que se condensa de manera perceptible para ti en determinadas formas que tú conoces como materia y objetos.
»Sin embargo, el pensamiento, y la fuerza de la vida misma, escapan a la comprensión de la mente humana puesto que jamás se le encontrará fundamento ético, es decir, material. Comprendiendo esto, empezarás a vislumbrar que no solo lo que tú consideras material es lo real y lo único que existe. También existen muchas realidades que, aunque no puedes percibir, son tan reales como todo lo que ves, oyes y sientes. Y quiero que sepas que cada realidad que existe, en su propia dimensión y aunque tú no la puedas percibir, es tan sólida y tangible como la que tú has conocido hasta ahora.
»Todas esas realidades, todos esos mundos, todas esas dimensiones las has creado tú a un nivel de consciencia del cual estás temporalmente amnésico. Pero cuando vuelvas al Origen despertarás a la Realidad Ultima, la cual no es sino Consciencia Pura, la cual no es sino el Absoluto.
—Y en esas otras dimensiones, ¿existen también seres que a su manera llevan una vida?
—¡Sí! Sí existen seres en sus propios procesos de aprendizaje y autorrealización. ¡Y tú eres uno de ellos! Sí, guerrero, tú vives miles de vidas simultáneas en este y otros espacios y en este y otros tiempos. Tú existes infinidad de veces en múltiples dimensiones simultáneas y paralelas.
»El tiempo, ya te lo he dicho, es una ilusión. Es en verdad una creación de la consciencia humana con un propósito determinado que ya te explicaré, pero el tiempo, en verdad, no existe como tal. Por esto tú estás viviendo una y mil vidas en el pasado y miles más en el futuro, al mismo tiempo que vives cada momento de tu vida presente.
»El tú que tú conoces es solo uno de los tantos tú’s que están autorrealizándose en este mismo momento. Además, este tú es el resultado de cada una de las decisiones que has tomado a lo largo de tu existencia. Es el tú que ha elegido tomar este camino que ahora tú transitas. Pero quiero que sepas que, así como existe el tú que ha coronado la montaña, así mismo existe un tú que nunca salió de ese rincón de rocas y piedras donde pasaste lo que te parecieron siglos. Y más aún, también hay un tú que les hizo caso a los aldeanos y que desistió de encaminarse hacia la montaña, regresando a lo que su vida había sido hasta el momento.
»A cada decisión que tomas, nace un nuevo tú que desarrolla y vivencia todas las posibilidades que este tú ha dejado atrás en el camino. Esos tú’s viven en un sistema temporal paralelo, pero en un sistema de realidad diferente. Otros tú’s viven en otros sistemas espacio-temporales completamente distintos del que ahora percibes.
»Con algunos de tus otros tú’s tienes contacto, aunque ahora no lo puedas percibir conscientemente. Sin embargo, ellos, cada uno en su momento, te han servido de guía y maestro. Con otros tú’s hasta ahora no has tenido ese contacto. Aun así, lo sepas o no, mantengas contacto o no, te desdoblas una y mil veces a cada instante y con cada pensamiento. Y todos los acontecimientos de la historia, tanto del pasado como del futuro, tanto los que en tú historia personal ocurrieron u ocurrirán, como los que nunca ocurrieron ni ocurrirán, están ocurriendo ahora, en este momento, en este mismísimo instante. Lo único que se mueve es la consciencia. Lo que pasa es que tu consciencia se durmió al experimentar esta realidad y hasta ahora has creído que es la única.
—¡Eso es imposible! Me resulta difícil creer eso de que yo existo infinidad de veces y ni siquiera tengo conocimiento de ello.
—Que te resulte difícil entenderlo o aceptarlo, lo comprendo, pero imposible no es. Claro, a menos que tú así lo decidas y elijas que en tu realidad sea imposible, porque recuerda que tú eres un co-creador, y creas tu propia realidad a todos los niveles. Sin embargo, te pido que abras tu mente a lo que, por ahora, no puede ser. Porque si te limitas a aceptar de lo que descubras en la vida solo aquello que conforme con tu modelo actual de la realidad, entonces podrías tranquilamente renunciar a aprender nada nuevo. Los grandes descubrimientos de tu historia han quebrado los sistemas de creencias que imperaban anteriormente. Ten paciencia. Olvida lo que hasta ahora has aprendido. El despertar, o como algunos lo llaman, la Iluminación, solo puede venir de un vuelco radical en la forma de percibir la realidad. Si tienes el suficiente valor para abandonar la perspectiva ligada a la cultura, podrás superar las limitaciones de la consciencia ordinaria. Recuerda, en la Verdadera Realidad, lo que es, no es. Y lo que no es, es.
—Bueno, está bien. Pero entonces ¿dónde queda mi libre albedrío, si ya todos mis posibles futuros se están desarrollando en este mismo momento?
—Todo es una ilusión del tiempo. Tú sigues teniendo libre albedrío. Tu consciencia sigue teniendo el poder de elegir en cada uno de sus momentos presentes. Tu consciencia sigue teniendo el poder de crear su realidad. Pero en tu sueño crees que las cosas suceden de acuerdo con un orden cronológico. La linealidad del tiempo es la ilusión misma del tiempo.
»El tiempo lineal no existe como tal. Piensa que el tiempo es circular, y eso te ayudará a comprender, que la realidad tampoco es lineal sino curva. En todo momento puedes elegir dirigir tu consciencia hacia la experiencia o existencia que tú desees. Aquellos tú’s que elijan experimentar las vivencias, las opciones, los caminos, que tú has elegido no tomar se encargarán de autorrealizarse a través de sus propias experiencias. Recuerda que todo y todos tienen una misma y única misión, la de re-conscientizar su Verdadera Naturaleza y hacerse uno con el Todo, porque solo así puede el Absoluto conocerse a sí mismo, solo así puede El autorrealizarse.
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