Kitabı oku: «Vamos a jugar», sayfa 2
4 de enero
¿Qué es el adulterio?
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1 Cuando un novio no es fiel a su novia.
2 Cuando uno de los dos esposos no es fiel al otro.
3 Cuando ambos esposos son fieles el uno al otro.
¿Alguna vez te han tratado mal por ser fiel a Dios?
Quizás no quisiste mentir al profesor o a tus padres, pero te castigaron igualmente. Puede que impidieras que un amigo robara algo y te echaron la culpa a ti. O a lo mejor no hablaste en la clase, pero también te castigaron a ti.
Eso le pasó a un personaje de la Biblia que se llamaba José. Aunque José siempre fue un hijo muy obediente, sus hermanos lo vendieron como esclavo y fue llevado a Egipto. Allí un alto funcionario de la corte del faraón, que se llamaba Potifar, lo compró y se lo llevó como esclavo a su casa.
Potifar admiraba a José, pues siempre cumplía con su trabajo y todo lo hacía bien. Potifar llegó a confiar tanto en José que le hizo administrador de todos sus bienes.
Un día, la esposa de Potifar lo llamó y le dijo a José que le gustaba mucho y quería que se echara junto a ella. ¿Qué crees que hizo José? Él sabía que ella era la esposa de su jefe y que no estaba bien lo que ella le estaba pidiendo. De modo que rechazó su propuesta. Entonces ella se enfadó mucho.
La esposa de Potifar no era una buena y fiel esposa. Además era mentirosa. Como estaba muy enfadada con José, fue a hablar mal de él a su marido. Potifar le creyó a ella; y José, que había sido fiel a Dios y a Potifar, fue metido en la cárcel. ¿No te parece injusto?
¿Crees que la mujer de Potifar cometió adulterio? ¡Claro que sí!
Jesús dijo que cuando una persona casada se fija en otra persona que no es su esposo o esposa ya ha adulterado con su mente, es decir, ya está siendo infiel.
¿Sabes que no adulterar se encuentra entre los Diez Mandamientos? Búscalo en Éxodo 20 y cópialo en tu Diario de Oración. Escribe qué número ocupa entre los Diez Mandamientos.
“En esta casa nadie es más que yo; mi amo no me ha negado nada, sino solo a usted, pues es su esposa; así que, ¿cómo podría yo hacer algo tan malo, y pecar contra Dios?” (Génesis 39:9).
5 de enero
¿Cuál es la esperanza de los adventistas del séptimo día?
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1 La primera venida de Jesús.
2 La segunda venida de Jesús.
3 Guardar el sábado en el cielo.
¿Te han preguntado alguna vez cuál es el nombre de tu iglesia?
Algunas iglesias son muy conocidas y no hace falta repetir el nombre. Sin embargo, si dices: “Soy adventista del séptimo día”, siempre hay alguien que pone una cara rara y repite: “adventista del séptimo qué...?”
Pero tengo que decirte que esa es una gran oportunidad para que expliques a los demás qué es ser adventista del séptimo día y qué es lo que crees.
¿Sabes qué es ser adventista del séptimo día?
Ser adventista del séptimo día significa saber de dónde venimos y también a dónde vamos. El séptimo día, nos recuerda precisamente que Dios es nuestro Creador. Dios creó todo en seis días de veinticuatro horas; y luego declaró el séptimo día, el sábado, como día sagrado para descansar. Así como el “séptimo día” nos recuerda nuestro origen, la palabra “adventista” nos indica cuál es nuestro destino: el advenimiento de Cristo, es decir, la segunda venida de Jesús.
¿Sabes cuándo surgió la Iglesia Adventista del Séptimo Día?
La Iglesia Adventista del Séptimo Día surgió de aquellos milleritas que después del Gran Chasco, aunque estaban decepcionados, siguieron estudiando la Biblia y esperando la segunda venida de Jesús.
Recuerda que decir que eres adventista del séptimo día siempre te ayudará a dialogar, a compartir con los demás tus creencias en la Biblia y tu esperanza en que Jesús va a volver a buscar a todos aquellos que crean en él.
¿Cómo puedes compartir a Jesús donde quiera que te encuentres? Haz una lista en tu Diario de Oración sobre cosas que puedes hacer para anunciar que Jesús viene pronto.
“En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar” (Juan 14:1-3).
6 de enero
¿Qué día creó Dios el aire, las nubes y el cielo?
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1 El tercero.
2 El cuarto.
3 El segundo.
Sal al aire libre o abre una ventana. Mira hacia el cielo durante unos segundos. Respira. ¿Puedes ver el aire? ¿Sabes de qué está compuesto?
Aunque no lo veas, el aire es muy importante. Todos los seres vivos necesitamos aire para respirar.
El segundo día de la Creación, antes de crear a todos los seres vivos, Dios dijo: “Que se separen las aguas y que entre ellas haya un espacio”. Una parte de las aguas quedó debajo del espacio y otra encima. Y al espacio lo llamó “cielo”. Por lo que el agua en forma de nubes ascendió hasta formar en el cielo una capa o bóveda. Dios se alegró de haber creado el cielo, las nubes y el aire.
Esa capa de aire que nos protege y nos da vida se llama “atmósfera”.
Dios creó una capa de aire formada por oxígeno y nitrógeno en su justa medida, para que rodeara la Tierra y pudiéramos respirar.
La capa de la atmósfera pesa muchísimo, miles de kilogramos, sin embargo no sentimos ese peso ¿verdad? En realidad, ese aire podría aplastarnos contra el suelo. Pero el Creador hizo todo con un plan inteligente desde el principio. Por eso el aire no nos puede aplastar. Dios hizo que la presión que ejerce ese peso se reparta de forma uniforme sobre nuestro cuerpo y que el aire que existe dentro de nosotros contrarreste esa presión hacia fuera.
¿No te parece increíble? Nada existe por casualidad. El Creador lo hizo todo por amor a nosotros.
Dibuja una nube en tu Diario de Oración y dale las gracias a Jesús por el aire.
“Dios hizo una bóveda que separó las aguas: una parte de ellas quedó debajo de la bóveda, y otra parte quedó arriba. A la bóveda la llamó ‘cielo’ De este modo se completó el segundo día” (Génesis 1:7, 8).
7 de enero
¿Con qué órgano del cuerpo podemos alabar a Dios?
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1 La lengua.
2 Los ojos.
3 Las orejas.
¿Cuán larga es tu lengua? ¿Puedes tocarte la nariz con ella?
Seguramente, puedes tocarte los labios, los dientes, el paladar, las encías...
La lengua está formada por muchos músculos, por eso puedes moverla hacia todos lados. Además, es el único músculo que puede estar dentro y fuera de tu cuerpo.
Dios diseñó la lengua para ayudarte a mezclar la comida y colocarla entre los dientes para masticarla. La lengua también empuja la comida para poder tragarla, nos ayuda a hablar y a distinguir los diferentes sabores de los alimentos: salado, dulce, amargo y ácido.
¿Sabes que tu lengua nunca descansa? La lengua también trabaja mientras duermes para poder tragar la saliva.
Hay gente que piensa que cuando alguien se desmaya o se queda inconsciente puede llegar a tragarse la lengua, pero tengo que decirte que eso es ¡imposible!, porque Dios puso debajo de la lengua una membrana que se llama “frenillo” para sujetar la lengua. ¿Puedes tocar tu frenillo? Obsérvalo en un espejo y dale gracias a Dios por diseñarte de forma tan perfecta.
Ahora te hago dos preguntas para que pienses: ¿Usas la lengua para decir buenas o malas palabras? ¿Usas la lengua para alabar a Dios o simplemente no lo muestras con palabras ni cantos? La Biblia habla del uso de la lengua, y una de las cosas que dice es que es el órgano con el que alabamos a Dios y con el que hablamos de Jesús a nuestros amigos.
Escribe una oración de alabanza a Jesús, en tu Diario de Oración, por cuidarte y protegerte cada día hasta en los más pequeños detalles.
“Con mi lengua hablaré de tu justicia; ¡todo el día te alabaré!” (Salmo 35:28).
8 de enero
¿Qué significa aleluya?
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1 ¡Bendito sea el nombre del Señor!
2 ¡Viva el Señor!
3 ¡Alabar al Señor!
¿Cuántas veces has exclamado: “¡Aleluya!”?
Esta palabra se encuentra muchas veces en la Biblia pero, sobre todo, en los Salmos.
¿Sabes qué significa aleluya? Proviene del verbo hebreo halal, que significa “alabar”; y del nombre de Dios en hebreo: Yaweh.
De modo que significa “alabar al Señor”.
Cuando los hebreos estaban contentos y querían alabar al Señor exclamaban: ¡Hallelu yah! que significa “¡Alabado sea Yaweh!”
Por eso en español decimos: ¡aleluya!
¿Sabes cómo lo dicen en inglés?: hallelujah!
¿Y en francés?: alléluia!
¿Se escriben muy parecido, verdad? Todos podemos alabar a Dios con un ¡aleluya!, no importa el idioma que hablemos.
¿Conoces el famoso Aleluya que compuso el músico George Friedrich Händel? Si no lo conoces, pídele a un adulto que lo busque en Internet. Escúchalo y alaba con Händel al Señor.
Cada vez que escuches un “¡aleluya!” en la iglesia, en la escuela o en casa... recuerda su significado y alaba al Creador del cielo y de la tierra igual que hacían los hebreos antiguamente.
¿Sabes cómo se dice “aleluya” en otros idiomas? Averígualo y escríbelo en tu Diario de Oración con diferentes colores.
“¡Aleluya! Alabaré al Señor con toda mi alma. Alabaré al Señor mientras yo viva; cantaré himnos a mi Dios mientras yo exista” (Salmo 146:1, 2).
9 de enero
¿Qué material trabaja un alfarero?
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1 El barro.
2 El vidrio.
3 El hierro.
¿Qué cosas están hechas con vidrio? Los espejos, los vasos, las botellas, las ventanas, las lupas, las lentes, las lunas de automóviles...
¿Y qué cosas están hechas con cristal? Las bombillas (o bombillos), los fluorescentes...
Entonces, ¿no son lo mismo? Pues no, el cristal lo encontramos en la naturaleza; por ejemplo: la sal, el azúcar, las piedras preciosas, los minerales... Mientras que el vidrio es fabricado por el ser humano.
¿Cómo se forma el vidrio? A partir de las siguientes sustancias químicas: arena de sílice (granos de arena de un mineral que se llama “cuarzo”), carbonato de sodio (o sosa) y caliza (cal). El mayor componente del vidrio es la arena de cuarzo, que al fundirla en un horno a unos mil quinientos grados centígrados se convierte en vidrio.
¡Qué interesante! La arena, algo insignificante, puede transformarse en algo bello y útil como un vaso, una botella, unos lentes, un florero...
¿Te gustaría poder ser transformado como los pequeños granitos de arena en un bello y útil material de vidrio?
Dios es capaz de transformarte si te pones en sus manos, igual que un alfarero transforma el barro en una vasija hermosa y útil que ayude a los demás.
¿Quieres seguir siendo arena o deseas que Jesús te convierta en un hermoso vaso de vidrio? Jesús está esperando poder transformarte.
Escribe hoy tu decisión en tu Diario de Oración.
“¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro? Ustedes son en mis manos como el barro en las manos del alfarero” (Jeremías 18:6).
10 de enero
¿Qué alimentos creó Dios para tu cuerpo?
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1 Hamburguesas.
2 Semillas y frutas.
3 Dulces.
¿Te gustan los automóviles?
¿Qué necesita un automóvil para ponerse en marcha y funcionar? ¡Gasolina! Cuando un automóvil no tiene gasolina no funciona. ¿Si le echáramos agua, jugo o aceite, funcionaría? ¡Claro que no! Porque las personas que inventaron los motores de los automóviles decidieron que funcionaran con un combustible como la gasolina. Por lo tanto, a nadie se le ocurre echarle otro combustible a su automóvil.
Pues de igual forma ocurre con nuestro cuerpo. Nuestro Creador pensó que el mejor alimento para nuestro cuerpo eran “las plantas de la tierra que producen semilla, y todos los árboles que dan fruto”. Así está escrito en Génesis 1:29. Puedes leerlo en el versículo de hoy.
De modo que si quieres ser un buen deportista, tener buenas calificaciones en la escuela y que tu cuerpo funcione adecuadamente debes alimentarte con aquello que tu Creador pensó que sería el mejor combustible.
En el supermercado encontrarás muchos alimentos, cada vez hay más y más productos que contienen exceso de azúcar, sal, grasa, colorantes, aditivos y conservantes para que duren más tiempo, y tengas ganas de comer más y de forma menos saludable.
Además debes acostumbrarte a comer como Dios dijo en un principio porque cuando estés en la Tierra Nueva, ese será tu alimento, ya que allí no podremos comer carne porque no existirá la muerte (puedes leerlo en Apocalipsis 21:1-4).
Por eso, recuerda que lo mejor para tu cuerpo es lo más natural, lo que Dios creó para que funciones bien. ¿Qué alimentos vas a elegir a partir de hoy? Haz una lista en tu Diario de Oración y un dibujo.
“Miren, a ustedes les doy todas las plantas de la tierra que producen semilla, y todos los árboles que dan fruto. Todo eso les servirá de alimento” (Génesis 1:29).
11 de enero
¿Cuándo usamos la palabra amén?
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1 Cuando oramos a Dios.
2 Cuando alabamos a Dios.
3 Las dos respuestas anteriores son correctas.
¿Solo usas la palabra “amén” cuando oras?
Si solo usas la palabra “amén” para acabar tus oraciones tienes que leer esto...
“Amén” es una palabra hebrea que significa “así sea”.
En la Biblia se usa mucho para asegurar que algo es cierto. Por ejemplo, como Dios siempre dice la verdad, siempre cumple sus promesas, y por ello puedes decir “amén”.
Dios prometió enviar a su Hijo a salvarnos ¿y lo cumplió, verdad? Por eso puedes decir “amén”.
Cuando alabes a Dios cantando como hacía el rey David en los salmos, también puedes decir “amén”. Cada vez que alabes a Dios de alguna manera en la iglesia, en la escuela o en tu casa, puedes decir “amén”.
Además, decir “amén” o “así sea” no solo es una forma de alabar a Dios, sino que también es una forma de darle gracias a Dios por lo que hace por ti. De modo que cuando estés agradecido por algo di “amén”.
También es un modo de decirle a Jesús que estás conforme o que aceptas todo lo que él dice en la Biblia. Y que aceptas el plan que él tiene para tu vida. De modo que si estás de acuerdo, puedes decir “amén”.
Si aceptas a Jesús como tu Salvador personal, dile hoy “amén”.
Y, por supuesto, si estás seguro de que Jesús va a volver por segunda vez para llevarte a vivir con él por la eternidad, di “amén”.
Ahora ya sabes lo que significa “amén”. No digas “amén” solo cuando termines tu oración, sino durante todas las actividades del día.
Dile hoy “amén” a Jesús en tu Diario de Oración.
“Dios ha dado en Cristo para siempre su sí, pues en él se cumplen todas las promesas de Dios. Por esto, cuando alabamos a Dios, decimos ‘Amén’ por medio de Cristo Jesús” (2 Corintios 1:19, 20).
12 de enero
¿Qué personaje dice la Biblia que era amigo de Dios?
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1 Abraham.
2 Moisés.
3 David.
¿Cuántos amigos tienes?
Quizás tengas más de tres, pero seguro que siempre hay uno o dos con los que hablas más, juegas más y te llevas mejor que con los demás.
Si lo piensas, seguramente pasas más tiempo con esos dos que con los demás. Por eso son tus mejores amigos.
En eso consiste la amistad: en compartir tiempo y cariño de forma desinteresada, es decir, sin esperar nada a cambio. Un amigo de verdad siempre estará a tu lado cuando lo necesites y no esperará nada a cambio. Los verdaderos amigos confían el uno en el otro, y siempre quieren lo mejor para el otro.
La Biblia cuenta la vida de un personaje llamado Abraham. Su vida fue muy difícil. Dios le pidió que dejara su casa y su tierra para ir hacia otro país. Y él obedeció. Preparó todas sus cosas, sus animales y sus siervos, y se puso a caminar hacia un lugar que él no conocía. ¿Sabes por qué? Porque confiaba en Dios. Pasaba mucho tiempo hablando con él y sabía que Dios era su amigo y quería lo mejor para él.
Dios también le prometió que tendría un hijo, y llegó, pero tuvo que esperar muchos años. También le dijo que tendría una gran descendencia y así fue.
Abraham creyó todas las promesas que Dios le había hecho y obedeció siempre porque confiaba en él, y la Biblia dice que fue llamado “amigo de Dios”.
Haz una oración que te ayude a pasar más tiempo con Jesús, de modo que llegue a ser tu mejor Amigo. Escríbela en tu Diario de Oración.
“Así se cumplió la Escritura que dice: ‘Abraham creyó a Dios’, y por eso Dios lo aceptó como justo’. Y Abraham fue llamado amigo de Dios” (Santiago 2:23).
13 de enero
¿Cuál dice Jesús que es la clave de la amistad?
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1 La sabiduría.
2 La perseverancia.
3 El amor.
¿Cuánto amas a tus amigos?
¿Qué estás dispuesto a hacer por ellos?
El sabio Salomón dijo que: “En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia” (puedes leerlo en Proverbios 17:17).
¿Tienes algún amigo o amiga que sea como tu hermano? Si quieres tener un buen amigo, tú tienes que ser un buen amigo.
Un buen amigo es alguien en quien se puede confiar, porque siempre está contigo en los momentos difíciles, te respeta, y te ama tal y como eres.
La Biblia cuenta la historia de dos buenos amigos. Se llevaban muy bien y les gustaba pasar mucho tiempo juntos, aunque tenían la oposición del rey.
¿Sabes de quiénes estoy hablando? David y Jonatán, el hijo del rey Saúl, tenían una verdadera amistad. A pesar de la oposición del rey Saúl, Jonatán siempre fue fiel a David y nunca le tuvo envidia, a pesar de que sabía que David heredaría el trono de su padre en vez de él.
David y Jonatán eran como hermanos y estaban dispuestos a dar su vida el uno por el otro, pues se querían mucho. Puedes leer su historia en 1 Samuel 18-20.
Si todavía no has encontrado un amigo de verdad, recuerda que Jesús es tu mejor Amigo. Jesús te ama tanto que ha dado su vida para que tú puedas vivir eternamente. Jesús siempre está a tu lado, te ama tal y como eres, y siempre puedes confiar en él.
Cuéntale a Jesús en tu Diario de Oración cuánto deseas que sea tu Amigo para siempre.
“Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos” (Juan 15:12, 13).
14 de enero
¿Quién dijo que el amor de muchos se enfriará?
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1 Daniel.
2 Jesús.
3 Juan el Bautista.
¿Tienes un mapa del mundo o un globo terráqueo?
Búscalo y observa que en la parte de arriba de la Tierra y en la parte de abajo hay dos zonas pintadas de blanco. Son el Polo Norte, en la parte de arriba de la Tierra; y el Polo Sur, en la parte de abajo de la Tierra.
¿Y dónde crees que hace más frío, en el Polo Norte o en el Polo Sur? Aunque en el Polo Norte en verano se pueden alcanzar los veinticinco grados centígrados bajo cero (-25 °C), el Polo Sur es mucho más frío, por eso es un lugar donde no puede vivir nadie, y hay pocos animales y plantas.
Los científicos descubrieron que en la Antártida, en el Polo Sur, se han llegado a registrar ¡noventa y tres grados centígrados bajo cero (-93 °C)! En ese lugar se congela todo en un instante. Nadie puede vivir allí porque los rayos del Sol apenas inciden. Sin embargo, en los lugares de la Tierra donde hace siempre calor, los rayos de Sol inciden perpendicularmente por eso llegan más directos y calientan más. Cuanto más cerca estamos de los rayos del Sol más calentitos estamos.
En tu vida siempre habrá momentos en los que sentirás el frío de una ciudad nueva, de una escuela donde no conoces a nadie, de unos compañeros que no cuentan contigo... Jesús dijo cuando estuvo aquí en la Tierra que cada vez iba a haber más maldad y que el amor de la mayoría se enfriaría, es decir, que la mayoría de la gente iba a dejar de sentir amor hacia los demás. Cada vez nos volvemos más fríos y egoístas, solo pensamos en nosotros mismos, y estamos muy lejos de Jesús. Sin embargo, cuando nos acercamos a Jesús, nos volvemos más sensibles a su calor y a su amor, porque la Biblia dice que él es el Sol de Justicia.
Pídele a Jesús, en tu Diario de Oración, que te ayude a estar cada día más cerca de él y a amar más a los demás.
“[Respondiendo Jesús, les dijo]: Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12, RV95).