Kitabı oku: «Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias», sayfa 12

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Encontronazos similares se sucedieron en los años siguientes. Hasta que las tensiones alcanzaran su punto más álgido a comienzos de 1619. Para entonces fray Isidoro Aliaga habría arrancado al Santo Oficio la prohibición de cualquier manifestación de culto público a mosén Simó. El día previo a la publicación de los correspondientes decretos inquisitoriales un grupo de estudiantes llamó a rebato mediante la pega masiva de cedulones en las fachadas de los principales edificios del cap i casal, entre ellos el de la propia Universidad convocante. Decían así los carteles:

«De orden y decreto de nuestra Academia supplicamos a vuestras mercedes acudan con sus armas, antes del sermón, a la iglesia mayor con los señores pescadores para no dar lugar a que se publique un edicto mandando quitar los altares y figuras de nuestro muy venerado padre Francisco Hierónimo Simón, para lo cual nos mueve sus virtudes, santidad y milagros. Salgamos juntos para que salgamos con victoria de tantos émulos y contrarios que a nuestro santo padre Simón persiguen, y antes perdamos las vidas que salgan con sus intentos. Dada en nuestra Academia, a 2 de marzo de 1619. La Universidad y Academia. Todo hombre salga y nadie falte»58

Efectivamente el domingo 3 de marzo un motín encabezado por jóvenes interrumpiría la promulgación de tales edictos ante la incapacidad de las autoridades civiles y religiosas para contener el tumulto. Desde el Estudi General los manifestantes, con caja, pífanos y vítores a Francisco Jerónimo, marcharon por la urbe dándose a mil demasías, prolongadas durante la jornada siguiente. Poco antes del mediodía un centenar de estudiantes irrumpía en las dependencias universitarias y se llevaba consigo al dominico fray Jacinto Roig, hijo del vicecanciller del Consejo de Aragón y lector de Artes a la sazón, por negarse a secundar sus desmanes. Según un dietario coetáneo:

«[…] echaron mano del letor de Artes que en la Universidad leía, fray Hyacinto Roig, hijo del vicecanciller, y de su compañero, fray Henrique Ruiz, y los llevaron a hombros por todas las calles, haziéndoles vozear a ellos mismos ¡Vítor mosén Simón! y haziéndoles bessar, de quando en quando, una estampa del sobredicho. Y dando con ellos en San Andrés les hizieron arrodillar delante su altar y en boz alta rezar el Pater Noster»59

Extremos confirmados por mosén Porcar, con algunos detalles más sobre el incidente:

«Dilluns de matí, a 4, vingué a llegir a l´Estudi fra Roig, fill de vicecanceller. Lo arrebataren y li clavaren un paper del pare Simó en los pits; y·l portaren a Sant Andreu y l´assentaren en una cadira del chor i accabà de oyr lo sermó. I aprés, lo portaren a la capella de mosén Simó y lo feren agenollar y dir Víctor lo pare Simó y li feren donar caritat per a la capella. Y·l portaren per tots los carrers dels Peixcadors i per tota València fent-li dir Víctor lo pare Simó i li fien bessar un paper del venerable Simó. Y açò fonch en retorn perquè, poch dies enans, en la aula, li digueren que digués Víctor lo pare Simó y tant importunan-lo dix que·l diumenge o veurien en la seu, que fonch causa de que no·l deixaren llegir y feren lo que feren […]»60

Entretanto otra escuadra de estudiantes –muchos con sambenitos, corozas de papel y aspas de penitentes– se daba cita en el portal de los Judíos para marchar sobre el Santo Oficio «con determinación de matar y degollar» a quienes secundaran el veto inquisitorial. El rector Juan Bautista Pellicer personalmente hubo de terciar para calmarlos, autorizando la colocación en el patio de la Universidad de una imagen del venerable sacerdote ante la cual rendirían homenaje los jóvenes durante el resto del día.61 Algunos, desde el exterior, prosiguieron hasta la madrugada con toda suerte de chanzas en desacato de inquisidores, obispos e incluso el papa. El popular Albert, en lo alto de un improvisado tablado, clamaría a los cuatro vientos entre las risas de sus compañeros:

«Yo soy papa, y assí, a los que ayer lo hicieron mejor en el motín los quiero premiar. A fulano –nombrándole– le concedo cien años de perdón. Y a fulano, que lo hizo aventajadamente, le hago cardenal. Y a fulano, etcétera»62

De todo ello supo fray Isidoro Aliaga desde su retiro en las afueras de la capital, que se negó a abandonar pese a los ruegos de autoridades civiles y eclesiásticas para que regresara. Entre las razones esgrimidas por el arzobispo se hallaría el desacato del Estudi General, en relación a la causa de Francisco Jerónimo desde luego, pero también con respecto al juramento inmaculista pretendido por la institución y del que el prelado –como buen fraile dominico– nada quería saber.63

En un gesto conciliador y bajo la atenta mirada de la Inquisición, los jurados de Valencia se comprometieron a pacificar la Universidad –bajo su patronato, no se olvide– mediante una redada saldada con el arresto de doce estudiantes implicados al parecer en las algaradas de marzo y asiduos de la cátedra del doctor Jerónimo Agustín Morlá, clausurada sine die por obstrucción de su titular a la investigación.64 Lo cuentan los hermanos Vich:

«[…] dos frayles dominicos, en el general del doctor Morlá, cathedrático de Artes, al darle unas conclusiones para que asistiesse a ellas en Santo Domingo, dos o tres de sus discípulos comenzaron a dar vaya a dichos religiosos diciendo ¡Arrápalo [Simó]!, lo qual reprendió dicho doctor Morlá con prudencia, pero no valió para que cessasse el rauido. Quejáronse los religiosos a su superior y éste dio razón de esto a los jurados, al vicario general y al rector, los quales mandaron al doctor Morlá dixesse quiénes eran los dichos estudiantes, y no queriéndolo hacer, le han privado la lección desde el sábado a 2 de noviembre»65

A poco debieron de saber al padre Aliaga tales procedimientos. Hasta el extremo de plantearse la excomunión de los responsables universitarios. Si bien ésta nunca se produjo, las tensiones acumuladas entre mitra y rectorado –bajo la apariencia de un conflicto de preeminencias– desencadenarían una crisis sin precedentes en el seno de la institución, con la renuncia del arzobispo a la cancillería de la misma y la consiguiente suspensión en la expedición de cualquier título o grado. El caos por ello generado en el Estudi General justificó que la Ciudad tratara de complacer a fray Isidoro con el reconocimiento de mayores prerrogativas episcopales en la gestión del centro a cambio de restablecer la normalidad académica.66

Semejante componenda no dejó más salida al rector Juan Bautista Pellicer que dimitir y volver a su canonicato en la catedral, como hizo en julio de 1620 siendo sustituido por el pavorde José Rocafull.67 La mudanza coincidiría con el apercibimiento regio a los jurados de Valencia para que en lo venidero la Universidad se mostrara respetuosa con el arzobispo. El toque de atención disgustó a parte del claustro, convencido de que «los estudiantes estavan muy quietos y olvidados de las cosas passadas y que sería posible que con advertirles de la orden dicha bolviessen de nuevo a tales disparates».68

No los hubo desde luego, por cuanto la reciente intervención inquisitorial, así como la represión del núcleo duro del simonismo en las aulas universitarias, había dejado fuera de juego a sus militantes. En realidad, podría decirse que el intento de beatificación del venerable sacerdote era ya un imposible y que el Estudi General valentino tendría que buscarse a otro santo…

* El presente trabajo forma parte del Proyecto de Investigación La Catedral Barroca. Iglesia, sociedad y cultura en la Valencia del siglo XVII, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España (HAR 2016-7490-R).

1. Además de los citados en posteriores páginas, remitimos a nuestros trabajos sobre el tema. En concreto, «Aproximación a los simonistas. Una contribución al estudio de los defensores de la beatificación de Francisco Jerónimo Simó», Estudis, 23 (1997), pp. 185-210; «Simonismo y luchas de poder en la corte de Felipe III y Felipe IV. Los hermanos Aliaga y la beatificación de Francisco Jerónimo Simó», Escritos del Vedat, XXIX (1999), pp. 251-270; Devoción popular y convulsión social en la Valencia del Seiscientos. El intento de beatificación de Francisco Jerónimo Simó, Valencia, 2000; «Los dominicos valencianos y su oposición a la santidad del pare Simó», Archivo Dominicano, XXIII (2002), pp. 307-317; «Plumas blancas, plumas negras. Hagiografías y vilipendios de un santo frustrado, el valenciano pare Simó (siglo XVII)», Memoria Ecclesiae, 26 (2005), pp. 615-630; y «El pare Simó. Breve historia de una santidad frustrada», en E. Callado Estela, Valencianos en la Historia de la Iglesia I, Valencia, 2005, pp. 161-210.

2. A. Domínguez Ortiz, Las clases privilegiadas en el Antiguo Régimen. Madrid, 1973, p. 209. También A. Morgado García, Ser clérigo en la España del Antiguo Régimen, Cádiz, 2000.

3. El último de ellos, el de la Presentación, fundado por santo Tomás de Villanueva. V. Cárcel Ortí, «Notas sobre la formación sacerdotal en Valencia desde el siglo XIII al XIX», Hispania Sacra, XVII (1974), pp. 151-199.

4. P. Barrachina Estevan, «Figura jurídica del Real Colegio de Corpus Christi de Valencia»,«Exención del Colegio-Seminario de Corpus Christi de Valencia», y «Derecho de visita del Colegio de Corpus Christi», los tres en Revista Española de Derecho Canónico, 2 (1947), 4 (1949) y 6 (1951), pp. 446-456, 765-790, y 49-77; R. Robres Lluch, San Juan de Ribera. Patriarca de Antioquía, arzobispo y virrey de Valencia 1532-1611. Un obispo según el ideal de Trento, Barcelona, 1960; F. Hipola, «La estructura interna de las constituciones de la capilla de Corpus Christi (aspectos jurídicos)», Anales del Seminario de Valencia, 1 (1961), pp. 215-243; y J. Seguí Cantos, «El Colegio Seminario de Corpus Christi», en E. Callado Estela (Coord.), El Patriarca Ribera y su tiempo. Religión, cultura y política en la Edad Moderna, Valencia, 2012, pp. 423-440.

5. Archivo Diocesano de Valencia[=ADV]. Procesos, 46. Copia seu transumptum processus informationis authoritate ordinaria recepta in curia ecclesiastica valentina super sanctitate vitae ac moribus laudabilibus servi Dei Francisci Hieronymi Simo, presbyteri valentini et benefficiati in ecclesia parrochiali Sancti Andrea civitate Valentiae, et super miraculis eius meritis et intercessione a Deo optimo maximo facti et operatis, f. 289.

6. Ibid., ff. 171, 241, 401-403…

7. Pavorde de Teología, desde 1611, fue presbítero y calificador del Santo Oficio. A. Felipo Orts y E. Callado Estela, Entre la cátedra y el púlpito. Los pavordes de la Universidad de Valencia (siglos XVI-XVII), Valencia, 2016, p. 250.

8. Beneficiado de la parroquial de San Esteban, catedrático de Principios de Hebrero desde 1610 y pavorde de Teología a partir de 1626. Ibid.

9. A. Felipo Orts, La Universidad de Valencia durante el siglo XVI (14991611), Valencia, 1993, p. 132.

10. Pavorde de Teología desde 1611. A. Felipo Orts y E. Callado Estela, Entre la cátedra y el púlpito…, p. 16.

11. I. Aparicio Gilart, Vida del venerable mosén Francisco Gerónimo Simón, valenciano y beneficiado de la real iglesia parroquial del Apóstol San Andrés de esta ciudad de Valencia, Valencia, 1703, pp. 86-87.

12. ADV. Procesos, 46. Copia seu transumptum…, ff. 241, 247, 273, 303…

13. Catedrático de Súmulas desde 1597, entre 1604 y 1609 ocupó la catedrilla de Teología. A. Felipo Orts, La Universidad de Valencia durante el siglo XVI…, pp. 118 y 173.

14. En la Facultad de Artes y Teología había desarrollado toda su carrera este sacerdote hasta su promoción en 1595 a una pavordía terciaria que regentó hasta su fallecimiento. Ibid., p. 171.

15. Al frente de tal cátedra hasta enero de 1606. Ibid., p. 169.

16. Catedrático de Santo Tomás a partir de 1586, ejerció como prior del convento agustino de Orihuela, Socors y San Agustín de Valencia, además de calificador inquisitorial. Ibid., pp. 162-164.

17. Profesor desde 1581 en la Facultades de Artes y Teología, fue también calificador del Santo Oficio, prior del convento de Santo Domingo de Valencia y vicario de la Provincia dominicana de Aragón. Ibid., pp. 115-115.

18. Catedrático en la misma desde 1597 se ocuparía de la impartición de esta materia hasta 1611. Ibid., pp. 95-96.

19. Ibid., pp. 100-103.

20. Cátedra que regentó desde 1593 hasta 1611, simultaneándola con la de Griego y la de Historia, que compaginó al mismo tiempo con su trabajo como impresor en Valencia y Barcelona. A. Felipo Orts, La Universidad de Valencia durante el siglo XVII (1611-1707), Valencia, 1991, p. 353.

21. ADV. Procesos, 46. Copia seu transumptum…, f. 403v.

22. I. Aparicio Gilart, op. cit., p. 95. En 1603 obtendría el bachiller en Artes. F Miralles Vives, «La Facultad de Artes 1610-1611: Provisión de cátedras y graduados en la ciudad de Valencia», Saitabi, XXXII (1982), p. 59.

23. ADV. Procesos, 46. Copia seu transumptum…, f. 318-318v y V. Ximeno, Escritores del reyno de Valencia, Valencia, 1747, vol. I, pp. 323-324. No consta que obtuviera grado alguno, al menos en el Estudi General de Valencia.

24. I. Aparicio Gilart, op. cit., p. 156. Tampoco hay indicios de su graduación académica.

25. Ibid, p. 181. Bachiller en Teología en 1614. A. Felipo Orts, La Universidad de Valencia durante el siglo XVII…, p. 174.

26. I. Aparicio Gilart, op. cit., pp. 180-181. Desde 1611 bachiller en Artes. F. Miralles Vives, «La Facultad de Artes…», p. 59. Véase J. B. Vilar, Orihuela, una ciudad valenciana en la España Moderna. Historia de la ciudad y obispado de Orihuela, Murcia 1981, tomo IV, vol. III, pp. 186-190.

27. Bachiller y maestro en Artes en 1604. Tres años más tarde obtenía un segundo bachillerato, en Cánones, y el doctorado en esta misma disciplina. E. Callado Estela, Todos los hombres del Patriarca. Obispos del entorno de don Juan de Ribera, Valencia, 2011, pp.

28. ADV. Procesos, 46. Copia seu transumptum…, f. 236.

29. Ibid., f. 403v.

30. Ibid., ff. 32-33.

31. I. Aparicio Gilart, op. cit., p. 88. Tuvo otras lecturas habituales, como «el Libro de las Revelaciones de santa Gertrudis y de Enrico Suso y las Obras de Blosio, fray Luis de Granada –compró El Símbolo de la Fe– y otros libros de devoción». ADV. Procesos, 46. Copia seu transumptum…, f. 230.

32. «Compendiosa y escrita toda de la mano y letra del dicho mossén Symó», declararía el citado ante las autoridades diocesanas. Ibid, f. 403v.

33. J. Pastor Fuster, Biblioteca Valenciana de los escritores que florecieron hasta nuestros días, Valencia, 1830, tomo I, p. 209.

34. Ejemplares de las tres pueden consultarse en la Biblioteca Universitaria de Valencia [=BUV].

35. M. Andrés, «Místicos y alumbrados en la cornisa valenciana (1565-1675)», en Enigmas de la Iglesia valenciana, Valencia, 1997, pp. 143-156.

36. R. Robres Lluch, «En torno a Miguel de Molinos y los orígenes de su doctrina. Aspectos de la piedad barroca en Valencia» y «Pasión religiosa y literatura secreta en la Valencia de Miguel de Molinos (1612-1625)», Anthologica Annua, 18 (1971) y 27-27 (1980), pp. 353-465 y 281-406, respectivamente.

37. F. Pons Fuster, Místicos, beatas y alumbrados, Valencia, 1991, y «La proyección social de la santidad frustrada de Francisco Jerónimo Simó (1612-1619)», Estudis, 23 (1997), pp. 149-184.

38. A. Felipo Orts y F. Miralles Vives, Colación de grados en la Universidad valenciana foral. Graduados entre 1580 y 1611, Valencia, 2002. De las mismas autoras, en esta ocasión junto a F. J. Peris Felipo, Estudiantes y probanzas de cursos en la Universidad de Valencia (1561-1707), Valencia, 2013.

39. En su obra Vida escandalosa de mosén Francisco Gerónimo Simón. Refiérense muchos milagros falsos, embelecos y el motín, conservada manuscrita en el Archivo de la Catedral de Valencia [=ACV].

40. Cit. R. Robres Lluch, «Pasión Religiosa y literatura secreta…», pp. 280-281.

41. P. J. Porcar, Coses evengudes en la ciutat y regne de València (1589-1629). Transcripción y prólogo de V. Castañeda Alcover, Madrid, 1934, p. 139.

42. I. Aparicio Gilart, op. cit., pp. 168-169.

43. Una de aquellas composiciones literarias del siguiente tenor: «Parca, Minerva, Deus ditavit, fovit, et auxit/ Corpus, vitam, animam, funere, dote, Polo». Ibid., p. 169. Sobre éste y otros dejó anotado el dietarista de san Martín «y agués agudíssimes enigmas y altres curiositats com s·esperava». P. J. Porcar, op. cit., p. 139.

44. I. Aparicio Gilart, op. cit., p. 170.

45. Ibid., p. 151.

46. Catedrático de Súmulas en 1598 y de Filosofía Moral desde 1606 hasta 1616, en que obtuvo una pavordía terciaria de Teología. A. Felipo Orts y E. Callado Estela, Entre la cátedra y el púlpito…, p. 257.

47. I. Aparicio Gilart, op. cit., pp. 158, 160 y 165.

48. Obtenida esta cátedra en propiedad el año 1614. Poco después logró una pavordía secundaria de Teología. A. Felipo Orts y E. Callado Estela, Entre la cátedra y el púlpito… p. 228.

49. Lo era desde 1611. A. Felipo Orts, La Universidad de Valencia durante el siglo XVII…, p. 357.

50. I. Aparicio Gilart, op. cit., pp. 142-144.

51. Ibid., p. 145.

52. Además de la ya citada Dotrina espiritual del propio moseén Francisco Jerónimo Simó, con las obras de A. Sobrino, Al felicíssimo tránsito del angélico sacerdote Francisco Gerónimo Simón, Valencia, 1612; E. de Thous, Sermón en las honras que hizo el convento de Nuestra Señora del Carmen de Valencia al venerado y devoto sacerdote mosén Francisco Gerónimo Simón, Valencia, 1612; Redondillas en alabança del siervo de Dios mossén Francisco Gerónymo Simón, Valencia, 1612; J. B. Polo, Consultación en drecho sobre la veneración y culto que se hace al bendito padre mossén Francisco Gerónimo Simón, Valencia, 1613; G. Gil Polo, Veneración que en Valencia se hace al padre mossén Francisco Gerónimo Simón, Segorbe, 1613; D. Salcedo de Loayza, Breve y sumaria relación de la vida, muerte y milagros del venerable presbítero mossén Francisco Gerónimo Simón, Segorbe, 1614; etcétera. Sobre los Mey véase P. Hernández Royo, La imprenta valenciana de la familia Mey-Huete en el siglo XVI: producción y tipografía. Tesis Doctoral inédita. Universitat de València, 1995.

53. A. Felipo Orts, «La actitud institucional ante el proceso de beatificación de Francisco Jerónimo Simó durante el siglo XVII», Estudis, 23 (1997), pp. 117 y ss.

54. Véase sino ADV. Procesos, 46. Copia seu transumptum…

55. E. Callado Estela, Iglesia, poder y sociedad. El arzobispo de Valencia fray Isidoro Aliaga, Valencia, 2001.

56. J. Gavastón, op. cit., ff. 63-66v.

57. R. Robres Lluch, «Pasión Religiosa y literatura secreta…», p. 352.

58. BUV. Ms.104, La Verdad sin Rebozo, f. 224.

59. A. y D. Vich, Dietario Valenciano (1619-1632), Valencia, 1921, p. 7.

60. P. J. Porcar, op. cit., pp. 311-312. Según el mismo dietarista, muy poco después fray Jacinto obtendría de la Ciudad una examinatura en Teología antes de doctorarse en esta disciplina, «miren quina confianza es pot tenir del govern de tal gent». Ibid., p. 317. Lo cierto es que el padre Roig lograría tal grado –como previamente los de bachiller y maestro en Artes– sin haber hecho los cursos correspondientes. Su primera cátedra de Artes la había ganado, no obstante, en 1618. Ya en 1620 sustituiría a su titular en la de Santo Tomás, de la que se posesionó definitivamente al año siguiente. A. Felipo Orts, La Universidad de Valencia durante el siglo XVII…, p. 372.

61. J. Gavastón, op. cit., ff. 139v-140.

62. Cit. R. Robres Lluch, «Pasión Religiosa y literatura secreta…», p. 397.

63. E. Callado Estela, «Inmaculismo y Universidad en la Valencia del siglo XVII», en Ciencia y Academia. IXº Congreso Internacional de Historia de las Universidades Hispánicas, Valencia, 2008, vol. I, pp. 253-272.

64. Morlá acababa de obtener la segunda cátedra de Artes de la Universidad, de la que acabaría convirtiéndose en rector en 1632. Fue además canónigo de la catedral, subcolector de la Cámara Apostólica y calificador del Santo Oficio. A. Felipo Orts, La Universidad de Valencia durante el siglo XVII…, p. 356.

65. A. y D. Vich, op. cit., pp. 30-31.

66. E. Callado Estela, «La disputa de 1619 entre el rector y el canciller del Estudi General de Valencia», Aulas y saberes. VIº Congreso Internacional de Historia de las Universidades Hispánicas, Valencia, 2003, vol. I, pp. 267-276.

67. Archivo Municipal de Valencia [=AMV]. Manual de Consells, A-147, f. 52. Diría a este respecto un buen conocedor del asunto que Pellicer «defendió los derechos de este empleo con generoso esfuerzo». F. Ortí y Figuerola, Memorias históricas de la fundación y progressos de la insigne Universidad de Valencia, Madrid, 1730, p. 319. En la seo valentina permanecería el canónigo hasta su ingreso en el episcopado, el año 1636, como obispo de Segorbe. Noticias de Segorbe y de su obispado, Segorbe, 1975, tomo I, pp. 410-415.

68. A. y D. Vich, op. cit., p. 31.

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