Kitabı oku: «Repensar la antropología mexicana del siglo XXI», sayfa 3
Esta reflexión densa —en el sentido geertziano del término— nos abre paso al análisis sobre ciudadanía étnica que suscribe Adriana Aguayo. En su texto, la autora describe diferentes momentos de etnicización de los grupos indígenas —centrándose en la Ciudad de México— para luego arribar a la manera en que, tanto a nivel nacional como local, éstos han luchado por el reconocimiento de su pertenencia cultural y por el respeto a sus derechos en tanto pueblos originarios. Ello ha permitido que se comiencen a posicionar como actores políticos que cuestionan y enfrentan la configuración actual del Estado-nación, particularmente a raíz de la consolidación jurídica en la nueva Constitución de la Ciudad de México. Es a través de ello que se explora el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, destacando algunos desafíos a los que se enfrentan.
Por su parte, Roxili Meneses retoma un tema que ha sido fundamental en la antropología clásica en México: la educación indígena a partir del enfoque de la Educación Intercultural Bilingüe y su incidencia en la construcción de la nación. Su trabajo inicia mostrando sintéticamente los procesos históricos en donde la antropología de principios del siglo XX desarrolló el tema bajo una lógica de integración y aculturación marcando claramente su incidencia en las políticas públicas y en la construcción institucional. Sin embargo, la construcción hegemónica de la educación indígena encuentra un contrapeso a partir de un cambio de mirada donde el reconocimiento y la definición de la interculturalidad se constituye en un punto de partida para la implementación de una nueva estrategia dentro del sis tema educativo. Este proceso se aterriza en un ejemplo específico: los maestros p’urhepechas del proyecto T’arhexperakua de las escue las indigenas de las comunidades de San Isidro y Uringuitiro, en Michoacán, que surgió en 1995 por iniciativa de un grupo de docentes indígenas con el objetivo de crear su propia currícula educativa, basada en la cultura y lengua p’urhepecha. En él colaboran con antropolo gos, pedagogos y lingüistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). El proyecto incursiona en dos grandes campos: el primero, refiere al desarrollo curri cular y el segundo, en el desarrollo de una metodología de evaluación de la adquisición y el desarrollo de las competencias bilingües de los alumnos en las escuelas.
Cerramos esta sección con “Las armas sutiles de la resistencia” de Ana Paula Castro Garcés y Pablo Castro Domingo. Éste es un trabajo que muestra claramente lo dicho párrafos arriba: si bien es un tema ampliamente trabajado por la antropología en México desde fines del siglo pasado —y que por su importancia ha adquirido una visibilidad creciente en los últimos años—, la manera en que se enfoca es novedosa y da cuenta de una realidad poco explorada: las redes afectivas y solidarias que posibilitan la sobrevivencia de los migrantes en la frontera sur de nuestro país. A partir de un trabajo de campo profundo, el capítulo se organiza en tres partes: en la primera parte se presenta una discusión teórica en torno a dos conceptos centrales para la antropología: el de resistencia y el de dominación. Estas propuestas teóricas son las que servirán de marco para interpretar las prácticas de resistencia de la comunidad en tránsito por el municipio de Tenosique, en la frontera entre México y Guatemala. En la segunda parte se explica el surgimiento de la casa albergue La 72 y su forma de organización, para arribar en el análisis de algunas estrategias de interpelación al ejercicio del poder que ha implementado la comunidad LGBTTTI que reside en La 72.
Con este trabajo se completa la idea que permea esta parte del libro: las formas de construir resistencias en distintas dimensiones y en el caso de los tres primeros capítulos, el proceso de empoderamiento étnico de las últimas décadas. Todo ello permeado por las constantes tensiones entre las miradas y propuestas hegemónicas, frente a las transformaciones de grupos alternos que emergen en el siglo XXI y exigen visibilidad y derechos.
La tercera sección presenta cinco trabajos que exploran temas relativamente nuevos, con enfoques que buscan abrir perspectivas que dan cuenta de problemas que enfrenta la antropología ante los nuevos retos del siglo XXI: los nuevos modelos de la urbanización, la construcción de la identidad y la memoria, el poder y la violencia. Si bien en sí mismos no son temas “nuevos” en el sentido estricto del término pues de una u otra manera ya se han analizado desde la antropología, hoy representan escenarios cuyas transformaciones implican retos teóricos y metodológicos importantes para nuestra disciplina.
El tema urbano ha sido trabajado desde mediados del siglo XX como un fenómeno entonces emergente, que con el paso del tiempo se convirtió en una realidad totalizadora en donde frente al embate del modelo neoliberal de urbanización surge la necesidad de comprender los procesos urbanos locales. De allí la importancia de contar con una reflexión como la que propone Angela Giglia en torno al concep to de lugar antropológico, propuesto no sólo como el lugar local desde donde hacemos antropología, sino como un concepto en donde entran en juego el territorio, el espacio, los sujetos y los significados culturales. Desde ese marco, se discuten los diferentes enfoques sobre el concepto —particularmente retomando el caso de la Ciudad de México— para arribar en una propuesta original en torno a lo que la autora denomina lugar testigo.
Por su parte, Antonio Zirión analizará la cuestión indígena desde la perspectiva del cine. Nos invita a un viaje histórico con 12 paradas, cada una de ellas como marcajes en la etnicidad en México expresada en la producción cinematográfica. Doce modos particulares de observar el mundo indígena. Cada uno de estos momentos es pensado como puntos de inflexión entre diversos paradigmas y como formas específicas de construir y deconstruir estereotipos del ser indio en nuestro país. Si bien el análisis de lo étnico es un tema recurrente en nuestra disciplina, su articulación con un medio como el cine nos permite analizar desde una dimensión diferente la construcción ideológica del otro.
Hay fenómenos intrínsecos del quehacer antropológico sobre los cuales pocas veces se reflexiona, dejándolos como una evidencia ideológica más. Tal es el caso de la memoria que forma parte central de nuestro trabajo, ya que de muchas maneras los antropólogos sociales trabajamos con la memoria del otro como materia prima para la construcción del dato empírico. Pero la memoria no es sólo materia prima, es parte del proceso identitario y base de la propia cultura. De allí que sea un concepto base que requiere de ser revisado y delimita do. Ro cío Ruiz Lagier explora la memoria como un elemento fundamen tal para las ciencias sociales y particularmente para la antropología, mos trándonos el proceso donde se pasó de reflexionar sobre la memoria en la antropología, a hacer antropología de la memoria.
José Antonio Melville nos acerca al tema del poder a partir de una idea sugerente: la importancia de ver “hacia arriba”. Acostumbrados a mirar a los grupos alternos de la sociedad, “hacia abajo”, poco se ha analizado la construcción de los grupos hegemónicos, quedándonos con la mitad de la historia, o cuando menos con una versión parcial de una realidad que requiere del entendimiento de todas las posiciones para un mejor entendimiento de los sistemas sociopolíticos. Dos conceptos resultan clave en su análisis sobre el poder: el de demo-cracia y el de las élites económicas, políticas o sociales.
Cerramos el libro con un tema de vital importancia en el México contemporáneo: la violencia. Margarita Zárate lo pone en escena a partir de un caso emblemático que ha llenado de horror y preocupación a los habitantes del país: el caso de Veracruz. Si bien no es, desgraciadamente, el único caso emblemático, si se constituye como un escenario particularmente importante para reflexionar sobre su significado en el quehacer antropológico y en la construcción de la vida social misma. La autora busca identificar y circunscribir algunas manifestaciones de violencia que encierran una amenazan fundamental: su normalización. Para ello se hace indispensable desmenuzar los distintos tipos de violencia o violencias no sólo a partir de una reflexión conceptual, sino a partir del acercamiento a través de testimonios de conciudadanos expresados en los diversos medios, en la bi bliografía y en las propias observaciones.
La antropología mexicana termina el siglo XX e inicia el XXI en medio de grandes transformaciones sociales y cuestionamientos propios. Dos procesos considero que la han modificado: la diversidad en sus objetos de estudio y la capacidad teórica y reflexiva que ha gene-rado en las últimas décadas. Los trabajos aquí presentados dan muestra de ello.
BIBLIOGRAFÍA
Guber, Rosana (coordinadora general) (2018) Trabajo de campo en América Latina, Buenos Aires, SB Editorial, Serie Antropología Sociocultural.
Krotz, Esteban (1993) “La producción de las antropologías en el Sur: características, perspectivas, interrogantes”, en Alteridades, vol. 3, núm. 6, México, Departamento de Antropología de la Univer sidad Autónoma Metropolitana, pp. 5-11.
Malinowski, Bronislaw (1976) Los argonautas del Pacífico Occidental, Barcelona, Península.
Morin, Edgar (2010) El método, vol. 3, El conocimiento del conocimiento, Madrid, Cátedra.
Nota
* Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, Departamento de Antropología.
I. PRÁCTICAS DE LA ANTROPOLOGÍA
¿Quiénes son los nuevos antropólogos mexicanos?
Luis Reygadas*
¿Qué sabemos de los nuevos antropólogos1 mexicanos? ¿Qué características tienen las nuevas generaciones de profesionistas en este campo? ¿Cuántos son? ¿En qué trabajan? ¿Cuáles son sus condiciones laborales? Sabemos muy poco acerca de ellas y ellos. Tenemos más información sobre los antropólogos que se formaron hace más de medio siglo, porque eran muy pocos y algunos de ellos son muy conocidos. En los 18 años transcurridos entre 1950 y 1967 sólo se titularon en México 42 antropólogos, 29 de ellos de licenciatura y 13 de maestría, todos en la Ciudad de México.2 Basta mencionar los nom bres de algunos para darse una idea de quiénes eran: Ángel Palerm, Ricardo Pozas Arciniega, Rodolfo Stavenhagen, Guillermo Bonfil, Margarita Nolasco, Mercedes Olivera, Andrés Medina, Salomón Nahmad, Enrique Valencia, Luz María Martínez Montiel y Roger Bartra. En contraste, una lista de los antropólogos graduados en México entre 2000 y 2017 tendría que incluir a alrededor de seis mil personas, formadas en más de 50 programas de licenciatura, maestría o doctorado que operan en 19 entidades federativas.3
Indagar sobre las nuevas generaciones de antropólogos es una ventana para observar las transformaciones recientes de la antropología mexicana. Este capítulo intenta aportar al conocimiento de esos miles de nuevos antropólogos y antropólogas, mediante información referente a los programas en que estudiaron, el tipo de trabajo que realizan, las condiciones laborales que enfrentan y los ingresos que perciben. Para ello se apoya en datos provenientes del Catálogo histórico de tesis en antropología social realizadas en México (Red MIFA, 2018, de aquí en adelante el Catálogo) y de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016, de aquí en adelante la Encuesta). Esa información sugiere que en la actualidad el gremio antropológico en México es numeroso y muy diverso, que las condiciones laborales y salariales de las nuevas generaciones están marcadas por la desigualdad y la precarización.
La precariedad laboral y la inseguridad en el empleo no es algo exclusivo de la antropología, es un problema que afecta a la mayoría de los profesionistas jóvenes de México y de muchos otros países (Mora y De Oliveira, 2012 y 2014; De Oliveira, 2009). Es una situación que tiene que ver con cambios demográficos, con la masificación de la educación superior y con la devaluación de las credenciales educativas, así como con políticas neoliberales de flexibilización del mercado de tra bajo, lo mismo que con políticas públicas de educación, ciencia y tec nología que han implicado el estancamiento en la creación de puestos de trabajo estables con buenas condiciones de trabajo, además de la estratificación de los trabajadores académicos por la segmentación que generan el Sistema Nacional de Investigadores y los sistemas de estímulos vinculados con la productividad individual (Krotz, 2011). Además de estos aspectos generales, comunes a muchas profesiones, hay particularidades en el ejercicio de la profesión antropológica en México, en especial su consolidación y expansión en las últimas cinco décadas. Hace 50 años apenas había unas cuantas decenas de antropólogos en México. De ser una ocupación inusual, practicada por unas cuantas personas, muchas de ellas de clase media o alta, que estudia ban en dos o tres instituciones en la Ciudad de México, se convirtió en un gremio integrado por miles de profesionistas, con orígenes so ciales diversos, con decenas de programas de formación en diversas partes del país. La antropología en México experimenta una crisis de éxito: atrajo a miles de estudiantes, pero no se crearon suficientes pues tos de trabajo para las nuevas generaciones de egresados. A esto hay que agregar la tendencia hacia la “academización” de la formación antropológica (Sariego, 2007), que privilegia la enseñanza de aspectos conceptuales e históricos de la disciplina, que son útiles en la docencia y la investigación, en detrimento del aprendizaje de dimensiones prácticas y metodológicas que pueden ser valiosas para la resolución de problemas y la aplicación de la antropología en diversos campos laborales.
AHORA SOMOS MILES: FORMACIÓN DE ANTROPÓLOGOS EN MÉXICO EN EL SIGLO XXI
Lo primero que destaca de la antropología mexicana contemporánea es el tamaño que ha alcanzado el gremio. Si hace algunas décadas soló había unas cuantas decenas de antropólogos en el país, en la actualidad es una profesión practicada por miles de personas. En este siglo el crecimiento es impresionante.4 El cuadro 1 presenta información sobre los 5,827 antropólogos que se graduaron en México entre 2000 y 2017.
CUADRO 1
ANTROPÓLOGOS GRADUADOS EN MÉXICO ENTRE 2000 Y 2017 POR NIVEL E INSTITUCIÓN
Programa, institución (periodo en el que se tienen registrados graduados) | Graduados |
Programas de licenciatura | |
1.Licenciatura en Antropología Social, UAM (2000-2017) | 545 |
2.Licenciatura en Antropología Social, ENAH (2000-2013) | 449 |
3.Licenciatura en Antropología Social, UAEdoMéx (2000-2017) | 439 |
4.Licenciatura en Etnohistoria, ENAH (2000-2017) | 366 |
5.Licenciatura en Etnología, ENAH (2000-2013) | 320 |
6.Licenciatura en Antropología Social, UADYucatán (2000-2017) | 227 |
7.Licenciatura en Antropología Social, U Veracruzana (2000-2016) | 149 |
8.Licenciatura en Antropología Social, UNACHiapas (2000-2017) | 142 |
9.Licenciatura en Antropología Social, BUAP (2000-2017) | 109 |
10.Licenciatura en Antropología, UASLP (2007-2017) | 108 |
11.Licenciatura en Antropología Social, EAHNM (2000-2017) | 86 |
12.Licenciatura en Antropología Social, UAEmorelos (2005-2017) | 70 |
13.Licenciatura en Antropología, U Quintana Roo (2000-2016) | 63 |
14.Licenciatura en Ciencias Sociales, UACM (2010-2017) | 51 |
15.Licenciatura en Antropología, UDLAPuebla (2000-2013) | 38 |
16.Licenciatura en Antropología Cultural, UDLAPuebla (2000-2013) | 34 |
17.Licenciatura en Antropología, UAQuerétaro (2004-2017) | 32 |
18.Licenciatura en Antropología Social, UAGuerrero (2007-2016) | 31 |
19.Licenciatura en Antropología Social, UGuanajuato )2010-2017) | 27 |
20.Licenciatura en Antropología, UDGuadalajara (2012-2017) | 22 |
21.Licenciatura en Antropología Social, UAEHidalgo (2016) | 6 |
22.Licenciatura en Antropología Social, UABJOaxaca (2014-2017) | 5 |
23.Licenciatura en Antropología, Universidad Humanista de las Américas (n. d.) | n. d. |
24.Licenciatura en Antropología Social, UA de Sinaloa (reciente creación) | n. a. |
25.Licenciatura en Antropología, UNAM (reciente creación) | n. a. |
Total licenciatura | 3,319 |
Programas de maestría | |
1.Maestría en Antropología, UNAM (2000-2016) | 264 |
2.Maestría en Antropología Social, CIESAS Ciudad de México (2000-2017) | 212 |
3.Maestría en Antropología Social, ENAH (2000-2017) | 209 |
4.Maestría en Ciencias Antropológicas, UAM (2000-2017) | 190 |
5.Maestría en Antropología Social, UIA (2000-2017) | 138 |
6.Maestría en Antropología Social, CIESAS Sureste (2004-2016) | 85 |
7.Maestría en Antropología Social, CIESAS Occidente (2000-2011) | 80 |
8.Maestría en Antropología Social, COLSAN (2005-2017) | 65 |
9.Maestría en Antropología Social, EAHNM (2001-2015) | 45 |
10.Maestría en Antropología Social, CIESAS Golfo (2000-2017) | 38 |
11.Maestría en Antropología Social, CIESAS Pacífico Sur (2009-2017) | 37 |
12.Maestría en Antropología y Estudios de la Cultura, UAEdoMéx (2000-2017) | 34 |
13.Maestría en Estudios Antropológicos en Sociedades Contemporáneas, UAQ (2000-2016) | 31 |
14.Maestría en Estudios Antropológicos de México, UDLAP (2001-2015) | 30 |
15.Maestría en Antropología Social, BUAP Facultad (2014-2017) | 26 |
16.Maestría en Antropología Aplicada, U de Quintana Roo (2010-2016) | 25 |
17.Maestría en Ciencias Sociales, COLMICH (2000-2007) | 18 |
18.Maestría en Antropología Cultural, UDLAP (2000-2008) | 12 |
19.Maestría en Historia y Etnohistoria, ENAH (2000-2017)* | 5 |
20.Maestría en Antropología Sociocultural, BUAP Instituto (2016) | 5 |
21.Maestría en Antropología Social, CIESAS Sureste-Noreste(2016) | 5 |
22.Maestría en Ciencias Antropológicas, UADYucatán (2017) | 1 |
Total maestría | 1,555 |
Programas de doctorado | |
1.Doctorado en Antropología Social, ENAH (2000-2017) | 188 |
2.Doctorado en Antropología, UNAM (2000-2017) | 181 |
3.Doctorado en Ciencias Antropológicas, UAM (2000-2017) | 179 |
4.Doctorado en Ciencias Sociales, CIESAS Occidente (2000-2017) | 154 |
5.Doctorado en Antropología, CIESAS-DF (2003-2017) | 127 |
6.Doctorado en Antropología, UIA (2000-2017) | 83 |
7. Doctorado Integral en Antropología Social, COLMICH (2004-2017) | 32 |
8. Doctorado en Ciencias Sociales (Orientación Antropología), UDG (2005-2013) | 9 |
9. Doctorado en Estudios Antropológicos, COLSAN (reciente creación) | n. a. |
Total doctorado | 953 |
Total licenciatura, maestría y doctorado | 5,827 |
NOTA: Los números entre paréntesis indican el periodo en el que se tienen registrados graduados en el Catálogo histórico de tesis en antropología social realizadas en México (Red MIFA, 2018).
FUENTE: elaboración propia a partir del Catálogo histórico de tesis en antropología social realizadas en México (Red MIFA, 2018).
Si en la década de los años cincuenta sólo se titulaban uno o dos antropólogos al año, en la actualidad cada año se gradúan más de 300. De acuerdo con la información registrada en el Catálogo, entre 2000 y 2017 se graduaron en promedio 324 antropólogos cada año (185 en licenciatura, 86 en maestría y 53 en doctorado). El año en que se tienen registrados más graduados fue 2012, con un total de 434. El ligero descenso en el número de graduados a partir de 2013 se debe a que para los últimos años el Catálogo no registra los graduados de todas las instituciones, no a que haya disminuido la cantidad de graduados por año.
Para el periodo 2000-2017 se tienen contabilizados 3,319 graduados de licenciatura en Antropología, egresados de 22 diferentes programas. Las licenciaturas en Antropología en el país son 25, porque hay dos programas de reciente creación que todavía no tienen graduados (la licenciatura en Antropología Social de la Universidad Autónoma de Sinaloa y la licenciatura en Antropología de la UNAM), además de que no se tiene el dato de graduados de la licenciatura en Antropología de la Universidad Humanista de las Américas, ubicada en Nuevo León. Las licenciaturas que más titulados tuvieron en el periodo fueron la de la UAM (545), la de Antropología Social de la ENAH (449), la de la Universidad Autónoma del Estado de México (439), la de Etnohistoria de la ENAH (366), la de Etnología de la ENAH (320), la de la Universidad Autónoma de Yucatán (227), la de la Universidad Veracruzana (149) y la de la Universidad Autónoma de Chiapas (142). Cabe señalar que en el Catálogo sólo hay datos hasta 2012 de las licenciaturas de Antropología Social y de Etnología de la ENAH; si se agregaran los graduados de estas dos licenciaturas entre 2013 y 2017, el número total de licenciados en Antropología graduados en México del año 2000 al 2017 rebasaría los 3,500.
La Ciudad de México sigue siendo el principal espacio de formación de antropólogos, pero en la actualidad operan licenciaturas en Antropología en 18 entidades federativas: Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Veracruz y Yucatán. Del total de graduados de licenciatura 1,731 fueron de la Ciudad de México y 1,588 de otras entidades, lo que significa que un poco más de la mitad (52.2%) correspondieron a la capital del país.
También son numerosos los graduados de maestría en Antropología. Entre 2000 y 2017 se tienen registrados 1,555 nuevos maestros en Antropología, en 22 programas ubicados en 14 entidades federativas: Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Veracruz y Yucatán. Las cinco maestrías con más egresados están ubicadas en la Ciudad de México: la de la UNAM (264), la del CIESAS Ciudad de México (212), la de Antropología Social de la ENAH (209) la de la UAM (190) y la de la Universidad Iberoamericana (138). Esas cinco maestrías concentraron casi dos terceras partes (65.1%) de los graduados de maestría. En los diferentes programas del CIESAS se graduaron 457 maestros en Antropología, que representan 29.4% del total.
Operan en México ocho doctorados en Antropología, de los que entre 2000 y 2017 se graduaron 953 personas. La concentración geográfica es notoria: sólo hay doctorados en Antropología en cuatro entidades federativas (Ciudad de México, Jalisco, Michoacán y San Luis Potosí) y 758 de quienes obtuvieron un doctorado entre 2000 y 2017 se graduaron en cinco programas ubicados en la Ciudad de México, lo que representa 79.5% del total. La concentración institucional también es fuerte, porque 912 de los nuevos doctores (95.7% del total) se graduaron en sólo cinco instituciones: 281 en el CIESAS (154 en Occidente y 127 en la Ciudad de México), 188 en la ENAH, 181 en la UNAM, 179 en la UAM y 83 en la Universidad Iberoamericana. Las otras dos instituciones que graduaron doctores fueron el Colegio de Michoacán (32) y la Universidad de Guadalajara (9).
Los temas que han abordado las tesis de antropología en el presente siglo presentan una diversidad enorme, lo cual es lógico, porque estamos hablando de 5,760 tesis. El Catálogo histórico de tesis en antropología social realizadas en México es un instrumento muy confiable para saber cuántas tesis de antropología se han presentado en cada año, en cada nivel y en cada institución, ya que se basa en la información proporcionada por cada uno de los programas de formación. Sin embargo, es más complejo cuantificar con exactitud los temas tratados en las tesis, porque la única información disponible es el título de la tesis. A partir del título se llenaron tres campos de la base de datos (tema, subtema y campo temático), pero esta labor de clasificación y captura la realizaron diferentes personas, en diversas etapas de la construcción del Catálogo.5 A pesar de ello, pueden destacarse algunos temas que aparecen de manera explícita en gran número de tesis, por ejemplo, religión (188), migración (177), identidades (155), género (152), espacio y territorio (135), educación (125), poder y política (122), trabajo y cultura laboral (109), medio ambiente y ecología (95), movimientos sociales (65), arte y artesanías (60), cuestiones agrícolas y agrarias (60), familia y parentesco (52). También tienen muchas menciones temas como cultura (representaciones, imaginarios, interculturalidad, rituales, mitos, patrimonio), desigualdad (pobreza, exclusión, racismo, discriminación), cuerpo, sexualidad, afectividades y emociones, antropología jurídica, violencia, agua, alimentación, salud y antropología médica, nuevas tecnologías, colonialismo, desarrollo, consumo, globalización, espacios públicos, desastres, drogas, autonomías, antropología aplicada, antropología de la antropología y un largo etcétera. Esta lista no exhaustiva muestra la pluralidad de intereses y preocupaciones de los nuevos antropólogos mexicanos.