Kitabı oku: «Vivir de oído», sayfa 6
Zoología de bolsillo
Se opone el gato por definición.
Minimiza la araña su sintaxis.
La salamandra duda de su muro.
Los pájaros están adelantándose.
Posa como extranjero el pez frente a la caña.
La hormiga se declara en huelga trascendente.
Los feligreses ladran campanitas.
El lobo cotidiano devora el desenlace.
La estación excesiva
Tarde quemada.
La primavera víscera
florece por rencor.
Oscuro a medias
La oscuridad fermenta
en la boca cerrada
y su mal pensamiento.
Nadie nombra el camino
que mis pasos ignoran,
soledad es un arte
que se me queda a medias.
¿Y la rabia? Eso vuelve,
búmeran impuntual,
cuando ya nadie puede recibirlo.
De pies y manos
No entiendo nada,
voy viviendo de oído.
La cojera es un ritmo que refuta.
Pie mío, no te espantes,
esta bifurcación es toda nuestra.
Quisiera lo contrario: así razono.
Cada vez que reitero
me sorprendo a propósito,
como hacen los niños.
¿Qué temerá la mano
cuando elude la praxis?
Al tocarme en tu nombre
revoluciono el tacto.
Perro sónico
Perro sónico
Todo viene del roce con lo dicho.
Cuando no se te escucha
el volumen se vuelve una ansiedad,
esa elocuencia de la voz que falta.
Y movemos los labios
como perros de presa del sonido.
La otra vía
Un poema no acude
a un solo andén.
En la estación que sabe demasiado
lo que quiso decir,
descarrilan los trenes.
Casi conmovido
Fingir que no se llora
es la mecánica.
Amplificar las omisiones
de lo sentido.
La lengua del doliente
rimará por abuso de conciencia.
¿Qué tiene de analgésico la forma?
Romper cada pañuelo
mejor que el anterior.