Kitabı oku: «"Por una merced en estos reinos"», sayfa 10

Yazı tipi:

Comprender una élite eclesiástica

Tal como plantea Lucrecia Enríquez, “estudiar una élite conlleva la dificultad de definir quienes la componían”.197 Son diversos los autores que exponen que el estudio de sujetos con características homogéneas y que hacen parte de un grupo de poder requiere un enfoque diferenciado según variables, corporaciones, geografías y espacios de estudio. Pensar en este asunto lleva a identificar la presencia de distintas élites eclesiásticas según sus aspiraciones, estudios, cargos y movilidades. Tal como referencian Aguirre,198 Olival y Monteiro,199 según el episcopado, la geografía parroquial, el tipo de necesidades religiosas de una población, el acceso a estudios y la riqueza simbólica y material de familias y clientelas, es posible identificar y caracterizar diversos tipos de élites eclesiásticas en la Iglesia católica. Señalar esta dinámica permite mostrar cómo, a pesar de la existencia de cargos y vacantes, los grupos de poder eclesiásticos tienen unas características definidas en relación con el origen y el espacio del que provienen y habitan cotidianamente. Por esto, es que es posible definir que el grupo de capitulares del cabildo catedral de Popayán corresponde a una élite de jerarquía intermedia, dadas las aspiraciones, movilidades, circulaciones y estudios que muestran a un grupo de poder caracterizado por una procedencia eclesiástica de rango menor con posibilidad de permanecer en la catedral payanesa o según la acumulación de méritos y servicios, y la persistencia en el pedido de la promoción de aspirar a cargos más elevados en otras provincias y catedrales de Indias.

No sobra decir que, dentro de estos grupos eclesiásticos, se encuentran, en primera medida, el clero parroquial, un clero intermedio presente en cabildos catedrales y obispados de bajo perfil, y un alto clero habitante de las ciudades capitales de audiencias, arzobispados, virreinatos y cabildos catedrales, constituido por inquisidores, arzobispados, dignidades en su mayoría con estudios superiores y servicios de gran calibre prestados a la Corona. Según, por tanto, del tipo de carrera eclesiástica que un sujeto tenía, podía pertenecer a un grupo en específico y optar por un tipo de promoción y movilidad eclesiástica determinada. La movilidad eclesiástica, así como los méritos y servicios presentados, demostraron, además, que el estudio biográfico de una élite debe conllevar entender que esta es en sí “una realidad cambiante”,200 que no solo contiene el conglomerado de experiencias individuales o anecdóticas, sino que van definiendo la identidad del grupo.201

Presentadas las trayectorias, los cargos, las procedencias, los estudios, las historias particulares, los argumentos, las promociones, los conflictos y las cotidianidades, es necesario evidenciar, tal como refiere Rodolfo Aguirre, que el estudio de una carrera eclesiástica no solo alude a visibilizar “una simple acumulación de cargos y oficios”,202 pues las fuentes que contienen la información de los cursus honorum de clérigos y capitulares poseen una memoria individual y colectiva de los grupos de poder indiano. Haciendo un análisis global de los documentos con los que fue posible estudiar a los capitulares del cabildo catedral, se pone de relieve que muchos de ellos no poseen una información uniforme entre sí, pues hubo candidatos que resaltaron sus estudios, otros los servicios prestados a la Corona a partir del adoctrinamiento de indios o la construcción de una capilla, y otros los méritos familiares. Autores como Enríquez y Dedieu203 destacan que era fundamental para un clérigo mostrar en su relación la pertenencia a un grupo familiar con cercanías a la monarquía. Lo que está visto para el tipo de clérigos que logran una promoción en el cabildo catedral payanés es que se subrayan los méritos y servicios más preponderantes en un intento casi de síntesis y autoedición de la carrera eclesiástica, lo cual obligaba al Consejo de Indias, en el momento de presentar su consulta al rey, a evaluar probablemente, en el caso de las promociones de los pequeños obispados indianos, aquellos datos enunciados y validados por las informaciones de oficio.

Consideraciones finales

Se ha mostrado la existencia de una relación vinculante entre la Corona con el cabildo eclesiástico de Popayán desde diversos sustratos que incorporan servicios y méritos individuales, colegialidades corporativas, circulaciones y promociones socioespaciales y conocimientos de las realidades administrativas y eclesiásticas de Popayán. Cabe decir que este panorama no es exclusivo de este obispado, sino que en general se presenta en la totalidad de los reinos y territorios vinculados a la monarquía hispánica, con lo cual se demuestra una integración corporativa, que, superando las distancias, las comunicaciones y el tiempo, permitió el funcionamiento del patronato regio para el caso de la administración eclesiástica. El análisis de las redes complejas de los obispos de Popayán hará posible explicar un poco más por qué el gobierno, las relaciones de poder y la promoción eclesiástica no estaban constituidas solo por dinámicas públicas, sino por variables y asuntos afines a la esfera de lo privado. Mejor explica esto Dedieu:

Si la esfera de lo público englobaba también la esfera de lo privado, se vuelve insostenible la afirmación de una frontera entre lo político y lo social […] el conjunto de las relaciones de todo tipo que relacionan al conjunto de los actores y de incluir en el campo de la historia político-administrativa el campo entero de lo social, ya que el nexo entre lo político y lo social reside en un juego generalizado de relaciones interpersonales.204

Respecto de la promoción religiosa, queda claro que el Consejo de Indias y los monarcas de turno tenían conocimiento, a partir de los nombramientos de vacantes, de la realidad eclesiástica de los episcopados indianos, y del resto de cargos y autoridades civiles y militares, en que afirman Berthe y Calvo es posible entrever el aparato de Estado de la monarquía hispánica, y con esto el peso del funcionamiento de la administración de todo un imperio que desde Madrid intentaba comprenderse y entreverse a pesar de las dificultades interpuestas por la distancia.205

Este saber fue gestado por el mismo proceso de selección de un candidato; como expone Arvizu Galarraga, la “claridad en los criterios de selección y la perfecta información sobre las cualidades personales de los posibles candidatos”206 le permitían a la Corona mantener una relación estrecha con sus obispados y cabildos eclesiásticos, y a la vez reconocer quiénes eran los curas, doctrineros, predicadores, canónigos, prebendados, jueces eclesiásticos y obispos que vivían en tierras americanas. La circulación de información eclesiástica a partir de Relaciones de méritos y servicios, registros eclesiásticos generales e Informaciones de oficio y parte le brindaba, además, al Consejo de Indias y al rey la posibilidad de modelar los perfiles adecuados para cada corporación eclesiástica, con lo cual tenían un acercamiento sustentado en las necesidades de los episcopados indianos. Ahora bien, hay que tener presente que el Consejo de Indias tenía inventarios pormenorizados de los cargos y perfiles por designar para el caso de las vacancias eclesiásticas, manteniendo sus consejeros y fiscales atenta nota tanto de los cortes generacionales de los candidatos como de la significación en Indias del cargo, la catedral y el obispado.

¿Existen estrategias para lograr una promoción? Si bien el mecanismo de elección impedía a los candidatos conocer las deliberaciones del Consejo de Indias, enunciar, en las Relaciones de méritos y servicios y en las Informaciones de oficio, las virtudes, las recomendaciones, las pertenencias familiares, las redes clientelares y los proyectos logrados a favor de la Corona, se constituía, entonces, en mecanismos que hacían más atractivos los perfiles de los candidatos eclesiásticos y que, según los acontecimientos y las recomendaciones ofrecidas, podían determinar una elección, una decisión y la preferencia por un candidato en específico.

Ahora bien, la exposición y el análisis presentados demuestran la importancia del estudio de los colectivos y de las corporaciones en el periodo virreinal; en este sentido, el cabildo eclesiástico de Popayán fue un estamento caracterizado por la continua escasez de candidatos idóneos en preparación y experiencia para asumir una prebenda, y de rentas decimales que permitieran el mantenimiento de una planta catedralicia más amplia y con capacidad para sustentarse. En esta lógica, los prelados apelaron al nombramiento de suplencias, tal y como se encuentran estipuladas en la Recopilación de las leyes de Indias, lo cual de por sí resulta una novedad y demuestra la capacidad de resolución de obstáculos y problemas de los obispos payaneses para lograr el adecuado acompañamiento de su cabildo catedral en las labores de gobierno y administración del obispado. Los nombramientos provisionales hechos con las prebendas suplidas demuestran, además, la autonomía que tuvieron tanto los prelados como el cabildo eclesiástico de Popayán para dimensionar soluciones en la gestión y administración de la catedral y el obispado, autonomía que hay que resaltar en razón de que no se sabe de la existencia en las catedrales de Quito o Lima, y en general de Indias, de la existencia de la prebenda suplida, que, en últimas, permite también la cohesión del cabildo catedral.

Es necesario resaltar que, si bien este escenario de insolvencia y pobreza habla de una corporación que tuvo dificultades para consolidarse, no quiere decir que sus prebendados no gestaran relaciones con su medio, ya que el cabildo catedral de Popayán fue una corporación con fuertes arraigos locales, con continuos pactos con las élites payanesas, ambas prácticas propiciadas por las continuas permanencias de los capitulares en su cabildo. Esta ambivalencia es de suma importancia, porque es demostración de que, a pesar de la debilidad interna expresada en los nombramientos y en las promociones de los prebendados, y de la disminuida renta decimal, lograron fortalecer su presencia en el ámbito local, situación que amerita saber si se presentó en otras catedrales de Indias meridionales, en la medida en que este interrogante podría arrojar importantes explicaciones sobre los vínculos de los cabildos catedrales con las sociedades y élites locales.

Por último, no sobra resaltar que el cabildo catedral como corporación integrante de las élites eclesiásticas indianas refleja una realidad cambiante, definida por las aspiraciones de los candidatos a una promoción y por las estrategias que utilizan para acceder a esta. En este sentido, una de estas estrategias utilizadas, sobre todo, por aquellos capitulares naturales tanto de Popayán como de algún lugar de Indias, fue apelar a la memoria familiar en un ejercicio de exaltación de los servicios prestados por antepasados a la Corona, argumento que sirve también para demostrar cómo estas élites se encontraban en permanente movimiento.

El siguiente capítulo tiene como propósito la elaboración de las biografías de los obispos Juan del Valle, fray Juan González de Mendoza y Cristóbal Bernaldo de Quirós, a partir de la articulación de distintas fuentes históricas con las que es posible acercarse a su cursus honorum, a los rasgos más característicos de su carácter personal y a una semblanza de su gestión y administración en el obispado de Popayán en tres momentos específicos del periodo de estudio.

1 Juan Buenaventura Ortiz y Manuel Antonio Bueno y Quijano, Historia de la diócesis de Popayán: Dos estudios (Bogotá: abc, 1945), 130.

2 Óscar Mazín, El cabildo catedral de Valladolid de Michoacán (México: El Colegio de Michoacán, A. C., 1996), 39.

3 Ibid., 39.

4 Ibid., 31.

5 José Manuel Latorre Ciria, “Perfiles de un grupo eclesiástico: Los canónigos aragoneses del último tercio del siglo XVIII”, Hispania Sacra 61, núm. 124 (diciembre de 2009), 549.

6 El tratamiento y explicación sobre el término naturales de la tierra se dará en este capítulo páginas más adelante.

7 Dice esta autora: “Nos referimos en primer lugar al sistema de escalafón, típico de la administración española, que promovía la movilidad dentro del imperio para impedir el surgimiento de fuertes lazos con las élites locales. El que iniciaba su carrera generalmente no lo hacía en su lugar de origen”, en Lucrecia Enríquez, “Carrera eclesiástica, Real Patronato y redes de poder en las consultas de la Cámara de Indias del clero secular chileno en el siglo XVIII”, en Carrera, linaje y patronazgo: Clérigos y juristas en Nueva España, Chile y Perú (siglos XVI-XVIII), ed. Rodolfo Aguirre Salvador (México: CESU, UNAM-Plaza y Valdés, 2004), 125.

8 Este es el caso de Juan Montaño, Laurencio Ruiz, Gregorio Rodríguez Franco, Juan González Maldonado, Bernardo de Inestrosa Príncipe, Jacinto de Arboleda, Antonio de Landaeche.

9 Archivo General de Indias (en adelante AGI), Audiencia de Quito, “Provisión de plazas en la catedral de Popayán, 1648/1651, sig.: Quito 89, N. 60, fs. 3-5.

10 AGI, “Provisión de plazas…”, 1648/1651, f. 3.

11 Otro caso fue el del prebendado Luis de Rojas Páramo, quien explicaba que su padre Miguel de Rojas fue visitador de la Caja Real de la ciudad de Lima y uno de los fundadores de las minas de Bonbón, servicio por el cual recibió una amplia felicitación del conde de Peñaranda, quien era gobernador del Consejo de Indias; además, su abuelo, Gabriel de Rojas Páramo fue capitán de galeones y sargento mayor de Sevilla, gobernador de Puerto Rico y presidente de la Audiencia de Santo Domingo. Véase AGI, Indiferente General, “Méritos: Luis de Rojas Páramo”, 28 de febrero de 1664, sig.: Indiferente 161, N. 343, fs. 1-1v.

12 Quintero, Linajes del Cauca Grande, 925-926.

13 AGI, Audiencia de Quito, “Informaciones: Francisco Vélez de Zúñiga”, 1599, sig.: Quito 48, N. 16, f. 4v.

14 AGI, Audiencia de Quito, “Juan de Vargas Pecellín pide un beneficio en Popayán”, 18 de noviembre de 1583, sig.: Quito 82, N. 38, f. 2

15 AGI, Audiencia de Quito, “Informaciones: Francisco Ramírez Florián”, 1626, sig.: Quito 50, N. 60, f. 11v.

16 AGI, “Informaciones: Francisco Ramírez”, 1626, f. 13.

17 Quintero, Linajes del Cauca Grande, 206.

18 AGI, Audiencia de Santa Fe, “Informaciones: Pedro de Herrera Gaitán”, 1651, sig.: Santa Fe 140, N. 27, f. 5.

19 AGI, Audiencia de Quito, “Informaciones: Agustín de Olea Salazar”, 1635, sig.: Quito 51, N. 12, f. 2.

20 José Gabino Castillo Flores, “La catedral de México y su cabildo eclesiástico, 1530-1612” (Tesis para optar al grado de Doctor en Historia, Zamora-Michoacán, Centro de Estudios Históricos-El Colegio de Michoacán A. C., 2013), 90-92.

21 Mazín, El cabildo catedral, 102.

22 José Abel Salazar, Los estudios eclesiásticos superiores en el Nuevo Reino de Granada (1563-1810), vol. III, Biblioteca “Missionalia Hispanica” (Madrid: Colegio Superior de Investigaciones Científicas-Instituto Santo Toribio de Mogrovejo, 1946), 174.

23 Ibid., III: 216.

24 Lucrecia Enríquez, De colonial a nacional: La carrera eclesiástica del clero secular chileno entre 1650 y 1810 (México: Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 2005), 43.

25 Archivo General de la Nación-Arquidiócesis de Popayán (en adelante AGN-AP), Obispos-Capitulares, “Cabildo para lo tocante al seminario”, Popayán, 21 de abril de 1618, rollo 130, leg. 1952, f. 80.

26 AGN-AP, “Cabildo para lo tocante”, 21 de abril de 1618, f. 80.

27 Javier Piedrahíta, Historia eclesiástica de Antioquia (Medellín: Granamérica, 1973), 86.

28 AGN-AP, “Cabildo para lo tocante”, 21 de abril de 1618, f. 80v.

29 AGN-AP, Obispos-Capitulares, “Cabildo para tratar sobre la creación del seminario”, Popayán, 26 de abril de 1621, rollo 130, leg. 1952, fs. 115-117.

30 AGN-AP, “Cabildo para tratar”, 26 de abril de 1621, f. 115v.

31 AGN-AP, “Cabildo para tratar”, 26 de abril de 1621, f. 116.

32 AGN-AP, “Cabildo para tratar”, 26 de abril de 1621, fs. 116-117. Hay que agregar que se listan otra serie de disposiciones relacionadas con la edad de entrada al seminario y los requisitos para seguir la carrera eclesiástica que están en consonancia con lo dispuesto por el Concilio de Trento en los acuerdos de la sesión XXIII, en Leticia Pérez Puente, “Los inicios del Seminario de Nuestra Señora de la Asunción de Guatemala, 1598-1620: Un proyecto exitoso y poco tridentino”, Hispania Sacra 64, núm. 129 (junio de 2012): 189, https://doi.org/10.3989/hs.2012.006

33 Salazar, Los estudios eclesiásticos, III: 371.

34 José María Serrano Prada, Apuntes al catálogo sistemático de la Biblioteca del Colegio de Misiones de Popayán: Siglos XV-XVIII. Historia y evaluación de la colección (Popayán: Editorial Universidad del Cauca, 2016), 198.

35 Popayán. Religión, arte y cultura (Arquidiócesis de Popayán-Talleres Feriva, 2014), 117.

36 Archivo Central del Cauca (en adelante ACC), Colonial Eclesiástico-Seminario, “Ofertas […] que hicieron varios vecinos pudientes de la ciudad de Popayán para dar a los Padres de la Compañía de Jesús cuando se presentaran a fundar su colegio”, Popayán, 24 de abril de 1631-16 de mayo de 1631, sig.: 1613 (Col. E I-9 s), fs. 1-7v.

37 AGI, Audiencia de Quito, “Aprobación de las constituciones del seminario de Popayán”, Madrid, 25 de abril de 1643, sig.: Quito 215, L. 2, f. 130v.

38 ACC, Colonial Eclesiástico-Seminario, “Patente para la fundación del Colegio de Popayán dada por el Padre Provincial, cuya firma autentica el escribano Pedro de Bustamante en Santafé, a 14 de febrero de 1640, y dirigida al Padre Francisco de Fuentes, religioso profeso de la Compañía de Jesús, que debía fundar la casa de Popayán, Popayán, 1716 (Col.-E I-9 s), fs. 1-2.

39 Salazar, Los estudios eclesiásticos, III: 372-73.

40 AGI, Audiencia de Quito, “Sobre el seminario”, 31 de marzo de 1660, sig.: Quito 89, N. 67, f. 1.

41 Serrano, Apuntes al catálogo, 199.

42 Salazar, Los estudios eclesiásticos, III: 373.

43 AGI, Audiencia de Quito, “Sobre que se confieran títulos en el colegio seminario de Popayán”, 1793, sig.: Quito 346, N. 48.

44 AGI, “Sobre el seminario”, 31 de marzo de 1660, f. 1v.

45 AGI, “Sobre el seminario”, 31 de marzo de 1660, f. 1.

46 Serrano, Apuntes al catálogo, 200-201.

47 Salazar, Los estudios eclesiásticos, III: 378-79.

48 Pérez Puente, “Los inicios del Seminario”, 188.

49 Leticia Pérez Puente, “Instrumentos del poder episcopal en Indias: Cuatro seminarios tridentinos del siglo XVI”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad 133 (invierno de 2012): 175-176.

50 Salazar, Los estudios eclesiásticos, III: 144.

51 Aguirre Salvador, “De las aulas al Cabildo”, 81.

52 Barrio Gozalo, El Real Patronato, 151.

53 Rodolfo Aguirre Salvador, “De las aulas al Cabildo Eclesiástico: Familiares, amigos y patrones en el Arzobispado de México, 1680-1730”, Tzintzun: Revista de Estudios Históricos, núm. 47 (2008): 75-114, 80-82.

54 AGI, Audiencia de Quito, “Don Fernando de Oruña pide una merced”, 13 de septiembre de 1629, sig.: Quito 88, N. 31, f. 3.

55 Además, proyectaba el obispo que a la mesa le acompañaran seis acólitos, un sacristán, un organista, un pertiguero, un canciller, un perrero y cuantos curas fueren necesarios, “Documento 1935. Constituciones de la iglesia catedral de Popayán”, 8 de septiembre de 1547, en Juan Friede, Documentos inéditos para la historia de Colombia (1547-1549), vol. IX, Colección del Sesquicentenario de la Independencia de Colombia (Bogotá: Kelly, 1960), 108-124.

56 “Documentos 1969 al 1979. Constancias de nombramiento para la catedral de Popayán”, 3 de febrero de 1548, en Friede, IX: 207-210.

57 AGI, Audiencia de Quito, “El obispo de Popayán sobre nombramiento de prebendados”, Cali, 20 de noviembre de 1549, sig.: Quito 78, N. 1, f. 1.

58 Sobre las fuentes de ingreso de la catedral y el cabildo que permitan entender esta pobreza de rentas, si bien es difícil identificar en el Arzobispal de Popayán que se encuentra en el Archivo General de la Nación, documentos que de manera expedita mencionan cifras y datos seriales sobre los ingresos de la catedral, y por ende de su cabildo, gracias a un proyecto de investigación que ganó la convocatoria de Estímulos 2020 del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), y que se tituló “Crédito eclesiástico y sistema de empréstitos de la catedral de Popayán, 1592-1790”, pude establecer, por un documento remitido al rey en 1798, los siguientes ramos de ingresos de la catedral y por ende de su cabildo: colecturía de capellanía: 1272 pesos; subsidio real al Curato de la catedral: 662 pesos; curato de Quinamayó: 380 pesos; estipendio de misas por cofradías: 12 pesos; estipendio de misas por las Ánimas del Purgatorio: 3 pesos; estipendio de misas por la Inmaculada: 3 pesos, y las rentas decimales de dicho año de 1798: 12 292 pesos. Estos valores permiten comprender que los ingresos de la corporación no son amplios, tendencia continua entre los siglos XVI y XVIII, pero que también permite comprender los continuos negocios y empresas económicas en las que participan los prebendados de este cabildo para obtener dineros adicionales.

59 Castillo, “La catedral de México”, 45.

60 Por cédulas reales del 10 y el 15 de octubre de 1773, el rey estipuló que se pusieran en ejercicio dos raciones y dos medias raciones, y dado que no había canónigos se crearan dos canonicatos, uno magistral y otro penitenciario que suplirían las dos primeras prebendas que con excepción del deanazgo quedaran vacas, en este caso la Chantría y el Arcedianato, en Ortiz y Bueno, Historia de la diócesis, 130.

61 AGI, Audiencia de Santa Fe, “Informaciones: Francisco Javier Salazar Betancourt”, 1689, sig.: Santa Fe 143, N. 6, f. 1.

62 AGI, Patronato Real, “Facultad al obispo de Popayán para nombrar beneficiado”, 28 de noviembre de 1564, sig.: Patronato 195, R. 25, f. 341.

63 “Libro I. Título Sexto. Del Patronazgo Real de las Indias”, en Recopilación de Leyes de los Reynos de las Indias mandadas a imprimir, y publicar por la majestad católica del rey don Carlos II, vol. I (Madrid: Por Julián de Paredes, 1684), 23-23v.

64 AGI, “Facultad al obispo de Popayán”, 28 de noviembre de 1564, fs. 341v-342v.

65 AGI, Audiencia de Quito, “Nombramiento de beneficiados de Popayán”, Madrid, 28 de noviembre de 1564, sig.: Quito 215, L. 1, f. 30.

66 AGI, “Nombramiento de beneficiados”, 28 de noviembre de 1564, f. 30v.

67 Natural de la ciudad de La Ronda (España), pasa a las Indias en 1609 con el obispo fray Juan González de Mendoza de quien fue criado y capellán; fue tesorero (1635) y maestrescuela (1646) del cabildo catedral de Popayán; muere en 1649; en AGI, Audiencia de Quito, “Recomendación a Juan González Maldonado para tesorería”, 15 de mayo de 1632, sig.: Quito 18, N. 35; AGI, Contratación, “Juan González Maldonado”, 17 de febrero de 1609, sig.: Contratación 5314, N. 1, R. 39.

68 AGI, Audiencia de Quito, “El obispo de Popayán sobre diversos asuntos”, Popayán, 1 de abril de 1614, sig.: Quito 78, N. 33, f. 1v.

69 AGI, Audiencia de Quito, “Laurencio Ruiz de Torres pide se le confirme dignidad”, 4 de febrero de 1615, sig.: Quito 86, N. 51.

70 AGI, Audiencia de Quito, “Nombramiento de D. Baltasar de Mesa”, 8 de abril de 1595, sig.: Quito 83, N. 64, f. 1.

71 Ernst Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, vol. II. La labor del Consejo de Indias en la administración colonial (Sevilla: Publicaciones de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla, 1947), 549.

72 AGI, Audiencia de Santa Fe, “Informaciones: Pedro de Herrero Gaitán, 1651, sig.: Santa Fe 137, N. 8, f. 1.

73 AGI, Audiencia de Quito, “Propuesta de Juan Pérez Maldonado para chantre de la catedral”, Cali, 10 de marzo de 1575, sig.: Quito,81, N. 58, f. 38.

74 AGI, Audiencia de Quito, “Consulta del Consejo de Indias”, Madrid, 15 de mayo de 1599, sig.: Quito 1, N. 90, f. 199.

75 AGI, Indiferente General, “Registro: Eclesiástico General”, 10 de agosto de 1585-14 de mayo de 1645, sig.: Indiferente 2859, L. 3, f. 126v.

76 AGI, Audiencia de Quito, “Francisco Vélez de Zúñiga pide ser promovido a una dignidad”, 27 de enero de 1614, sig.: Quito 86, N. 40, f. 44v.

77 AGI, Audiencia de Quito, “Confirmación de prebenda a Antonio de Zúñiga”, Popayán, 15 de noviembre de 1617, sig.: Quito 80, N. 92, f. 38.

78 AGI, Indiferente General, “Registro: Eclesiástico General”, 10 de agosto de 1585-14 de mayo de 1645, fs. 130-130v.

79 Ortiz y Bueno, Historia de la diócesis.

80 Ibid., 193-198.

81 AGI, “Registro: Eclesiástico General”, 10 de agosto de 1585-14 de mayo de 1645, fs. 129-129v.

82 Ortiz y Bueno, Historia de la diócesis, 193.

83 AGN-AP, Obispos-Capitulares, “Listado de Capitulares hasta el de 1751 sacada de los Libros Capitulares”, 1763, rollo 130, leg. 1952, s. f., fs. 1-3.

84 AGI, “Registro: Eclesiástico General”, 10 de agosto de 1585-14 de mayo de 1645, f. 129v.

85 AGI, “Registro: Eclesiástico General”, 10 de agosto de 1585-14 de mayo de 1645, f. 131.

86 AGI, “Registro: Eclesiástico General”, 10 de agosto de 1585-14 de mayo de 1645, f. 130.

87 AGI, “Registro: Eclesiástico General”, 10 de agosto de 1585-14 de mayo de 1645, f. 131v.

88 AGI, “Registro: Eclesiástico General”, 10 de agosto de 1585-14 de mayo de 1645, f. 133.

89 AGI, Audiencia de Quito, “Vacantes eclesiásticas, Popayán 6 de junio de 1690, sig.: Quito 16, R. 23,

N. 99, f. 1.

90 AGI, Audiencia de Quito, “Recomendación del cabildo a Pedro de Arboleda”, Popayán, 21 de abril de 1677, sig.: Quito 18, N. 39, f. 1.

91 AGI, Audiencia de Quito, “Peticiones, memoriales, méritos de personas eclesiásticas”, 1670/1757, sig.: Quito 193, f. 2v.

92 Óscar Mazín, “Alarde de Monarquía: las diócesis del Cuzco y Michoacán en 1650”, en La iglesia en construcción de los espacios urbanos, siglos XVI al XVIII, ed. Francisco Javier Cervantes Bello y María del Pilar Martínez López-Cano (México: Universidad Nacional Autónoma de México-Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2019), 2.

93 Véase AGI, Audiencia de Quito, “Vacantes eclesiásticas”, Popayán, 6 de junio de 1690, sig.: Quito 16, R. 23, N. 99, f. 1; y AGI, Audiencia de Quito, “Cartas y Expedientes del obispo de Popayán”, Popayán, 4 de mayo de 1690, sig.: Quito 79, N. 16, f. 1.

94 AGI, “Vacantes eclesiásticas, 6 de junio de 1690, f. 1.

95 AGI, Indiferente General, “Registro eclesiástico del Perú”, 1669-1718, sig.: Indiferente 2860, L. 5, f. 223.

96 AGI, Audiencia de Quito, “Peticiones, memoriales, méritos de personas eclesiásticas”, 1670/1757, sig.: Quito 193, f. 1v.

97 AGI, Audiencia de Quito, “Don Antonio de Zúñiga pide una merced”, Quito, 20 de agosto de 1636, sig.: Quito 89, N. 16, fs. 4v-5.

98 AGI, Audiencia de Quito, “Orden a don Gonzalo Guiral”, Zaragoza, 22 de noviembre de 1645, sig.: Quito 215, L. 2, fs. 145v-146.

99 AGI, Audiencia de Quito, “Cartas y expedientes del obispo de Popayán”, Popayán, 20 de mayo de 1635, sig.: Quito 78, N. 43, f. 1.

100 Véase Olival y Monteiro, “Mobilidade social”.

101 “Libro I. Título Sexto. Del Patronazgo Real”, 21v; 24.

102 “Libro I. Título Sexto. Del Patronazgo Real”, 22.

103 Dice Arvizu y Galarraga: “Las propuestas pueden revestir ligeras variantes. Por ejemplo, comenzar la relación según los votos de los candidatos dentro del propio Consejo. Otro sistema es el de distribuir los candidatos según los votos que cada consejero les haya otorgado. Pero, para evitar la farragosidad de tal modo de proceder, se adopta a veces un sistema mixto, que agrupa las dos variantes mencionadas”, en Fernando de Arvizu y Galarraga, “Criterios para la provisión de sedes episcopales en Indias (1601-1650)”, Anuario de historia del derecho español, núm. 68 (1998), 161.

104 Enríquez, “Carrera eclesiástica”, 139.

105 Antes de ser deán de la catedral de Huamanga, Andrés del Campo Salazar, natural de la ciudad de Cali en el obispado de Popayán, fue también arcediano de dicho cabildo catedral, en AGI, Audiencia de Lima, “Consultas del Consejo de Indias. Propone personas para arcediano de la catedral de Guamanga”, 6 de diciembre de 1632, sig.: Lima 5, fs. 1-1v; y AGI, Audiencia de Lima, “Consultas del Consejo de Indias. Propone personas para deán de la catedral de Guamanga”, 2 de mayo de 1650, sig.: Lima 7, f. 1.

106 AGI, Audiencia de Quito, “Peticiones, memoriales, méritos de personas eclesiásticas. Para el obispado de Popayán”, sig.: Quito 193, f. 1. El documento menciona a los candidatos que se tienen en cuenta para la designación de obispo de Popayán, por ser un obispado de clase baja, al obispo de Paraguay, el obispo de Concepción, el obispo de Santa Marta, los prebendados y canónigos de la iglesia de Lima; los deanes de Lima, Los Charcas, Cuzco, Arequipa, Trujillo, Guamanga, los inquisidores de Lima y Cartagena; y algunos canónigos de los reinos españoles. Sin embargo, como se muestra en este texto, el perfil de elección para los capitulares del cabildo catedral de Popayán cambia ostensiblemente.

107 AGI, Audiencia de Quito, “Peticiones, memoriales, méritos de personas eclesiásticas. Para el deanato de la iglesia de Popayán”, 1669, sig.: Quito 193, f. 1.

108 AGI, Audiencia de Quito, “Recomendación del cabildo a Pedro Arboleda”, Popayán, 21 de abril de 1677, sig.: Quito 18, N. 39, f. 1.

109 AGI, “Para el deanato de la iglesia”, 1669, f. 1.

110 AGI, Audiencia de Quito, “Peticiones, memoriales, méritos de personas eclesiásticas. Proposición de sujetos para la chantría de la iglesia de Popayán, 1681-1682, sig.: Quito 193, f. 1v. Estos se repiten recurrentemente en las consultas del Consejo de Indias entre 1660 y 1690.

Ücretsiz ön izlemeyi tamamladınız.