Kitabı oku: «El búfalo de agua. Tomo 1», sayfa 5

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Se ha establecido también que las hembras de ganado ovino y caprino presentan selectividad materna, que se refiere a que durante la formación del vínculo las madres solo alimentarán a su propia cría[14b]; sin embargo, las búfalas tienen un comportamiento diferente debido a que suelen «adoptar» o «permitir» el amamantamiento simultáneo por parte de múltiples crías no propias[20b], [25], incluso algunas búfalas proporcionan el mismo cuidado (lamer u oler) a los bucerros ajenos (Figura 2)[2g]. Este comportamiento fue denominado por Murphey, et al.[26] como aloamamantamiento, amamantamiento comunal o colectivo[26b]. Estudios previos han señalado que esta conducta puede asociarse con la falta de experiencia materna en hembras jóvenes, la identificación errónea de la madre por parte del bucerro, el robo de leche porque fueron rechazados por su madre o como consecuencia del hacinamiento en los sistemas de estabulación[2h], [6b], [27].

La conducta de aloamamantamiento en los búfalos resulta muy costosa para los sistemas de producción, aparentemente, ya que la leche de una madre que podría emplearse en la alimentación de su propio bucerro se distribuye a otros, generando una correlación negativa (r = -0.498, p<0.05) entre la aceptación de otros bucerros y la tasa de crecimiento del bucerro propio[28]. Adicionalmente, los bucerros podrían estar más expuestos a contraer lesiones resultantes del comportamiento agresivo de las búfalas que no los llegan a aceptar[29]. Sin embargo, algunos autores mencionan que el aloamamantamiento tiene un efecto positivo sobre la producción diaria y total de leche, ya que las búfalas que tienen esta conducta producen una mayor cantidad en comparación con las búfalas que no lo presentan[25b]. Esto sería útil, ya que si se identifica a las búfalas que son propensas a esta conducta podrían ser usadas como posibles nodrizas y así incrementar la supervivencia de los bucerros huérfanos[28b], además los excedentes de leche que reciben de otras hembras pueden mejorar el peso y proporcionar beneficios inmunológicos como consecuencia del contacto múltiple con otras madres[30] (Figura 3).

Figura 2. Amamantamiento comunal, grupal o aloamamantamiento


A) y B) Las búfalas en lactancia permiten que otros bucerros se alimenten de ellas. Fotografías: Luis Alberto de la Cruz-Cruz.

Figura 3. Sistema de crianza de bucerros con nodrizas en Costa Rica. Se recomienda que cada nodriza tenga entre dos y cuatro bucerros


Fotografía: Luis Alberto de la Cruz-Cruz.

Otro de los comportamientos maternos importantes es el cuidado y protección de la cría, reportes de Venezuela señalan que los búfalos domésticos muestran conductas defensivas similares a las de los búfalos silvestres, independientemente del tipo de sistema de crianza; así, cuando las crías están en peligro, las búfalas forman círculos a su alrededor y los machos se colocan frente a ese círculo manteniéndose vigilantes, actitud distinta a la que asumen los vacunos que más bien tienden a dispersarse[31].

En general, en las especies precociales los recién nacidos pueden seguir a sus madres poco después del nacimiento, claramente las crías nacen con sistemas motores y sensoriales relativamente maduros para levantarse y acompañar a sus madres, ya que naturalmente son especies gregarias que viven en grandes grupos que están en constante movimiento en busca de alimento[19d]. No obstante, las búfalas, al igual que los vacunos y otros ungulados silvestres, suelen esconder a los bucerros (Figura 4); se ha visto que las madres regresan por la noche o algunas veces durante el día para amamantarlos[5f], aunque en un estudio de Brasil se encontró que esta conducta de «esconderse» es principalmente a elección del bucerro[19e]. Por el contrario, en los pequeños rumiantes (especialmente en los ovinos) las madres sirven de guía para escapar del peligro o de situaciones de amenaza, por lo que se conocen como «especies seguidoras»[20c].

Se sabe que los terneros vacunos pueden reconocer a su madre a través de los sonidos que esta emite dentro de las primeras 24 horas, aunque en presencia de la madre los terneros no vocalizan con frecuencia debido, posiblemente, a una estrategia de supervivencia para evitar atraer depredadores[3c], lo que también se ha observado en los búfalos. Lo anterior se convierte en un problema cuando los búfalos se mantienen en condiciones de pastoreo continuo en grandes extensiones de terreno, ya que es necesario asegurarse que después del parto los bucerros ingieran calostro, además se debe dar atención y cuidado al ombligo, lo que se complica debido a esta conducta natural en la especie[23b].

Figura 4. Madre en vigilancia y bucerro escondido en la vegetación. Los bucerros permanecen quietos en un lugar mientras la madre se alimenta


Fotografía: Álvaro Salas.

Comportamiento et-epimelético del neonato

El comportamiento et-epimelético se define como la solicitud de cuidados de parte de la cría hacia la madre, estas llamadas serán diferentes dependiendo de la situación de la que se trate (hambre, extravío, presencia de un depredador, etc.). Debido a que después del nacimiento los neonatos bubalinos tendrán un ambiente extrauterino nuevo, su adaptación al entorno dependerá de la expresión de un comportamiento apropiado presentado por sí mismo y por su madre, este tipo de comportamiento será en gran medida el responsable de su supervivencia[22b]. Uno de los primeros que expresará la cría será el intentar ponerse de pie y tratar de mamar, mientras que la madre lo ayudará permaneciendo de pie de forma estática, permitiendo que el bucerro explore su cuerpo hasta llegar a la región de la ubre[2i], [19f].

En un estudio realizado con búfalas y sus bucerros de raza Nili- Ravi[1d] se observó que estos presentaron una secuencia definida de comportamientos después del nacimiento; en primer lugar los bucerros levantan la cabeza, después continúan con los miembros anteriores y posteriores y finalmente intentan ponerse de pie (Cuadro 3). Asimismo, se observó que aquellos bucerros producto de madres con una mayor conducta de atención y protección (definidas como agresivas) presentaron menor tiempo en casi todas las conductas evaluadas, excepto en el tiempo de levantar la cabeza, en los intentos por mamar y en los intentos por ponerse de pie, ya que estos indicadores fueron mayores en frecuencia en comparación con los bucerros producto de hembras con un temperamento menos agresivo[1e] (Cuadro 3).

Cuadro 3. Comportamiento de bucerros Nili-Ravi inmedia­tamente después del nacimiento y su relación con el temperamento de la madre


ConductaTemperamento de la madre
AgresivasDócilesPromedio
Levantamiento de cabeza (s)36.76±0.7729.25±4.8134.36±3.61
Levantamiento de miembros anteriores (minutos)18.88±1.2821.25±1.5719.64±1.01
Levantamiento de miembros posteriores (minutos)25.06±1.2229.31±1.4026.36±1.00
Postura de pie (minutos)43.95±2.6853.03±3.0446.86±2.20
Intentos para ponerse de pie (números)34.24±2.0932.63±3.5233.72±1.78
Intentos de mamar (números)10.01±2.0719.47±8.2513.04±3.02
Latencia desde el nacimiento hasta el amamantamiento (minutos)130.88±7.81142.30±10.66134.54±6.28
Latencia del nacimiento hasta el hallazgo del pezón (minutos)105.23±8.60102.87±10.75104.47±6.66
Latencia en encontrar la ubre y el pezón (minutos)16.84±3.1427.37±5.1420.20±2.81
Latencia en encontrar el pezón y el amamantamiento (minutos)9.96±2.0819.47±8.2513.00±3.02
Duración de actividad intentando mamar (minutos)73.80±7.0067.37±6.8871.74±5.20

Fuente: Dubey, et al.[1f]

Las crías recién nacidas tienen poca energía disponible al momento del parto, por lo que es importante ingerir calostro dentro de las primeras dos horas de vida, además de que la ingesta de calostro es fundamental para permitir la transferencia de inmunidad pasiva. El amamantamiento efectivo durante las primeras horas de vida de la cría dependerá de la posición de la madre, debido a que ella facilitará la aproximación de la cría a la zona abdominal o inguinal y estimulará su conducta para que responda a diferentes estímulos táctiles, olfativos y térmicos que la conducirán a la glándula mamaria[17e].

En un estudio en Brasil se observó que el 80 % de los bucerros ingirieron calostro dentro de las primeras tres horas y se reportó que los bucerros ingirieron más calostro durante la mañana y posteriormente se mantuvieron escondidos en la vegetación durante las horas más calurosas del día, y por la tarde regresaron con la madre para amamantar[19g]. Lo anterior puede explicar que en grandes rumiantes como los vacunos y los búfalos se presenten bajas frecuencias de amamantamientos (3-10 veces/día), pero también presentan episodios más largos, entre 6 y 12 minutos en cada uno, en comparación con otras especies como los ovinos y equinos[17f], [32].

Debido al tipo de placentación de los búfalos (epiteliocorial), las crías nacen con una cantidad de anticuerpos poco significativa (hipogammaglobulinemia) y por lo tanto, dependen en gran medida de la absorción enteral eficiente de inmunoglobulinas a través del calostro[33]. Se ha demostrado que permitir el contacto entre la madre y su cría durante las primeras horas después del parto es esencial para el consumo de anticuerpos a través del calostro[34]. Por lo tanto, es importante considerar el tiempo desde el nacimiento hasta el consumo, algunos autores señalan que los bucerros deben ingerirlo dentro de los primeros 30 minutos después del nacimiento, sin embargo, se ha reportado que tardan en promedio dos horas, como se puede observar en el Cuadro 3, por lo que en los sistemas donde los bucerros se separan de sus madres inmediatamente después del nacimiento, deben recibir entre 4 y 6 litros de calostro durante las primeras seis horas[35], [36], [37].

Es probable que la capacidad de los mamíferos recién nacidos para identificar a su madre esté relacionada con las recompensas proporcionadas a través de sus cuidados, ya que la asociación de señales maternas con las recompensas proporciona la base para un vínculo temprano[38]. Por lo anterior, Grandinson[39] menciona que para asegurar un fuerte vínculo madre-cría y una buena expresión de los comportamientos maternos (lamido, amamantamiento y protección) se pueden recomendar períodos más largos de contacto entre la madre y su cría en la producción de leche.

Destete y ruptura del vínculo madre-cría

La intensidad del vínculo madre-cría aumentará desde el nacimiento hasta la lactancia, para después descender y desaparecer con el destete, por ello algunos autores mencionan que los períodos más largos de contacto entre madres y crías generarán un vínculo más fuerte, esto se puede observar en los sistemas de producción de carne, pero no en los sistemas de producción de leche[4c]. El destete natural en los mamíferos, incluido el búfalo de agua, implica dos procesos primordiales: la independencia alimenticia y social de la cría[17g]; estos procesos ocurren de manera natural entre los diez y doce meses en el ganado vacuno Bos indicus y Bos taurus[7b], [8c], lo que podría ser similar en los búfalos de agua[40].

El destete natural podría deberse a tres factores principales: 1) cuando la leche materna representa menos del 40 % de los requerimientos nutricionales de las cría; 2) la producción de lactasa disminuye en el intestino de las crías y el rumen contiene los microorganismos suficientes para degradar el material fibroso proveniente de las fuentes de forraje[15b], [41]; 3) una menor dependencia alimenticia resulta en amamantamientos menos duraderos y poco frecuentes, ocasionando una menor proximidad física con la madre y propiciando la separación social, así como la ruptura paulatina del vínculo con la madre[3d], [4d].

Estrés en el destete

El término estrés se refiere al estado fisiológico, conductual y emocional de un animal enfrentado a una situación ambiental que percibe como amenazante con respecto al funcionamiento de varios sistemas biológicos[42], [43], estas respuestas por efecto del destete ocurren tanto en las madres como en las crías[18b]. Durante el proceso del destete los animales pueden ser sometidos a múltiples prácticas que combinan una serie de cambios físicos y psicológicos causantes de estrés, entre los que se incluyen: separación abrupta de la madre generalmente a una edad más temprana en relación con la edad del destete natural, cambio abrupto de la dieta, mezcla con individuos desconocidos, prácticas de manejo de rutina (vacunación, desparasitación, marcaje, castración, descorne, entre otros), incremento del contacto humano negativo (golpes, uso de picana eléctrica y de elementos de arreo que causan dolor), transporte y la exposición a diferentes ambientes novedosos[3e], [8d], [42b], [44].

Estudios previos han indicado que una respuesta al estrés por efecto del destete conduce a la activación de mecanismos alostáticos como el eje Hipotalámo-Hipófisis-Adrenal (H-H-A) y a la estimulación del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) como respuestas primarias[42c], [44b], y en consecuencia existen diversos eventos considerados respuestas secundarias que incluyen alteraciones de la frecuencia cardíaca, la respiración y la temperatura corporal, entre otros. Asimismo, ocurre la modificación de las concentraciones de varios metabolitos sanguíneos y cambios en su comportamiento[45], [46]. Si bien las respuestas al estrés son fundamentales para la supervivencia de los individuos, la exposición prolongada a factores estresantes o incluso la exposición corta a factores de alta intensidad pueden causar «costos biológicos», efectos sobre el bienestar animal y en el desempeño productivo del ganado, incluido el incremento de la morbilidad y mortalidad[42d].

El proceso de destete puede variar considerando el sistema productivo, el fin zootécnico y el nivel de tecnificación de la granja[47]. En el pasado, la crianza de búfalos se asociaba solo con áreas pantanosas, sistemas de pastoreo tradicionales y áreas con suelos pobres en los que predominan los pastos nativos, generalmente con bajo valor nutricional[48]; actualmente la cría de búfalos se realiza en sistemas de pastoreo y confinamiento en los que se emplean técnicas desarrolladas para el ganado lechero como estabulación total, ordeño mecánico dos veces al día, alimentación con concentrados y la crianza artificial de los bucerros[5g], [29b], [49]. Por lo tanto, todos los sistemas productivos aplicados a la crianza del ganado bubalino son similares a aquellos observados en el ganado vacuno para la producción de carne y leche.

Destete en sistemas de producción de leche

En países como India, Bulgaria e Italia la cría intensiva de búfalos generalmente está enfocada a la producción de leche, en estos sistemas los bucerros se separan de sus madres inmediatamente después de nacer, o bien a los pocos días del nacimiento, posteriormente son alimentados de forma artificial con leche o con lacto-reemplazadores[35b], [50]. En cuanto a las respuestas de estrés en estos sistemas, algunos autores han concluido que la separación inmediata de los bucerros y sus madres después del parto no representa ningún estímulo estresante en los bucerros, ya que se evita la formación del vínculo madre-cría y consecutivamente el estrés emocional después del destete[50b].

En contraste, estudios realizados por Singh, et al.[16c] evaluaron el efecto del destete inmediatamente después del parto y encontraron niveles de cortisol plasmático significativamente más altos en los bucerros destetados, en comparación con los que permanecieron con su madre (5.0 versus 3.82 ng/mL, respectivamente). En otro estudio realizado con bucerros de raza Mediterránea se encontró una mayor concentración de cortisol (2.51 µg/dl en promedio) en los que tenían nueve días de edad en comparación con los bucerros de 34, 70 y 148 días, debido probablemente a algunos eventos estresantes como el parto, la separación de la madre y cambios en el ambiente[51]. Lo anterior podría explicarse porque la formación del vínculo madre-cría puede ocurrir durante las primeras horas de vida y, por lo tanto, la separación permanente de la cría y la madre podría considerarse estresante[3f].

Por otro lado, se ha demostrado que la práctica de separación temprana en los bucerros podría tener otras consecuencias que impactan en su comportamiento, por ejemplo, los bucerros criados artificialmente —sin sus madres— ocasionalmente presentan mayores alteraciones conductuales, principalmente conductas redirigidas como la succión de objetos en el corral o de sus mismos compañeros. Los bucerros destetados tempranamente presentan succión cruzada, su duración es significativamente más larga que la del grupo de los bucerros lactantes (5.7 versus 2.4 minutos; P <0.05)[52]. La succión cruzada se ha definido como la succión de un individuo a otro en las orejas, cola, prepucio, pezones y otras partes del cuerpo; es considerada una redirección del comportamiento normal natural durante el amamantamiento directo de sus madres[52b] (Figura 5 A-D).

Figura 5. Conductas de succión cruzada en bucerros criados artificialmente


A)-C) Succión cruzada dirigida hacia diferentes regiones anatómicas de otros bucerros del grupo; D) Succión cruzada hacia las instalaciones. Fotografías: Luis Alberto de la Cruz-Cruz.

En algunos sistemas intensivos la alimentación se realiza en baldes, lo que incrementa el tiempo dedicado a estas conductas indeseables[53]. Estos comportamientos anormales pueden causar inflamación o lesiones en el bucerro receptor[29c]. Otros problemas en los bucerros separados inmediatamente después del parto son las bajas ganancias de peso, alteración del sistema inmune y altos índices de mortalidad, crecimiento irregular y retraso de la pubertad, todo ello en comparación con los bucerros destetados a edades posteriores[40b], [54].

Destete en los sistemas de producción de carne y doble propósito

En los sistemas de producción de carne se permite el amamantamiento continuo de los bucerros; de ahí que, generalmente, tengan un mayor aumento de peso corporal diario, menor incidencia de comportamientos anormales, mejor estado inmunológico y, por lo tanto, un mejor estado de salud en comparación con los bucerros destetados tempranamente[55]. En estos sistemas el destete es considerado como la separación total entre las crías y sus madres, esta práctica es realizada usualmente cuando los bucerros tienen alrededor de seis y diez meses de edad, con un peso superior a los 250 kilos[48b], similar a lo que ocurre con el ganado vacuno[3g]. En los sistemas de doble propósito los bucerros son utilizados como estímulo para favorecer la eyección de leche durante el ordeño, posteriormente son destetados entre los seis y doce meses de edad[56].

Se ha demostrado que cuando los bucerros se separan de su madre, al momento del destete manifiestan respuestas distintas de estrés, incluso cuando su edad es más cercana al destete natural, como se observó anteriormente en el ganado vacuno[57]. En el ganado de carne se ha demostrado que el destete abrupto, realizado a los seis meses de edad, genera incremento de los niveles plasmáticos de cortisol y norepinefrina[3h]. De acuerdo con Solano, et al.[58] las modificaciones de las respuestas fisiológicas de los terneros ocurren dentro de las primeras 24 horas después de la separación de sus madres. Al respecto, Perez-Torres, et al.[59] observaron que los cambios inducidos por las respuestas de estrés agudo en vacunos desa­parecen gradualmente a los tres o cuatro días de la separación. Por ello, estos resultados sugieren que los terneros y los bucerros se someten a un proceso de habituación después de la separación de sus madres[46b], [60], [61].

Después del destete abrupto en estos sistemas, los bucerros se observan más activos, es decir, muestran incremento en la locomoción y en las vocalizaciones, lo que implica que dediquen menos tiempo a pastorear, rumiar y descansar; por lo tanto, estos cambios conductuales podrían explicar la disminución del peso después del destete[41b]. En el caso del ganado vacuno se ha encontrado que las madres y sus terneros comienzan a caminar y a vocalizar inmediatamente después de la separación mutua alrededor de 10 minutos, pasan mucho tiempo bordeando los límites de separación intentando reunirse con sus terneros[62], este comportamiento se incrementa de forma considerable cuando los terneros se separan a una edad temprana (<2 meses), cuando el vínculo madre-cría es muy fuerte[3i]. Por lo tanto, se puede concluir que la motivación para mantener el vínculo social entre ambas partes va más allá de la obtención de leche por parte de la cría[3j].

Alternativas para reducir el estrés durante el destete

A nivel práctico existen protocolos utilizados para reducir el estrés y favorecer el bienestar de los bucerros recién destetados (Figura 6 A-D), estos han sido aplicados y probados ampliamente en los sistemas de producción en el ganado vacuno. Uno de estos métodos consiste en separar a las crías mediante una cerca lineal durante un período previo a la separación definitiva de sus madres, que generalmente es de 7-15 días[63], [64]. En este método se aprovecha la familiaridad ambiental y se permite el contacto visual, auditivo y olfativo de las crías, pero se evita el contacto táctil y el amamantamiento[60b]. Otro de los métodos consiste en colocar dispositivos nasales antiamamantamiento a los bucerros durante un período de 7-28 días previo a la separación final de sus madres, permitiendo el contacto social con ella y el consumo de alimento sólido y de agua, pero no el amamantamiento[60c]. Posteriormente, los dispositivos nasales son retirados y las crías son finalmente separadas de sus madres[3k][62b].

Figura 6. Métodos de destete en búfalos criados en sistemas para la producción de carne en pastoreo


A) Búfalas y bucerros previo al destete; B) Bucerros destetados de forma abrupta; C) Bucerros a los que se les colocaron dispositivos nasales antiamaman­tamiento; D) Bucerros separados de sus madres mediante una cerca lineal. Fotografías: Luis Alberto de la Cruz-Cruz.

Estudios con ganado vacuno han indicado que las estrategias de destete paulatino, en comparación con el destete abrupto (separación remota y definitiva de la madre en un momento determinado), presentan diferentes ventajas y desventajas; por ejemplo, a corto plazo pueden atenuar las respuestas fisiológicas y conductuales por efecto de la separación materna, mientras que el comportamiento productivo y los porcentajes de morbilidad y mortalidad pueden ser favorecidos a largo plazo[65]. Sin embargo, la disponibilidad de pasto y las instalaciones podrían ser consideradas restricciones para la adopción de cualquier estrategia de destete paulatino[66].

En un estudio reciente realizado en Egipto por Hassan, et al.[67] en el que se evaluó la implementación del método de separación mediante una cerca lineal después del nacimiento, se señaló que las búfalas que fueron separadas de sus bucerros mostraron mayor producción de leche durante ocho meses de lactancia y mayor concentración de nutrientes (grasa, lactosa, sólidos totales y sólidos no grasos), en comparación con las madres separadas de sus bucerros de forma abrupta. En el caso de los bucerros, se observó que aquellos separados mediante una cerca lineal mostraron mayor peso corporal que los destetados tradicionalmente: al destete, 3.5 meses de edad y 109.31 versus 99.23 kilos, respectivamente; a los seis meses de edad 155.47 versus 143.56 kilos, respectivamente. Asimismo, los bucerros separados mediante la cerca lineal presentaron mayores ganancias diarias de peso del nacimiento al destete (710 versus 620 gramos), del destete a los seis meses de edad (615 versus 5.91 gramos) y del parto hasta los seis meses de edad (670 versus 607 gramos), así como un mejor estatus inmunológico en comparación con los destetados de forma abrupta. Por lo que los autores concluyeron que el método de separación mediante una cerca puede ofrecer bene­ficios productivos e inmunológicos posiblemente asociados con la disminución del estrés, en comparación con el destete abrupto.

Por otro lado, en un estudio realizado en México por de la Cruz-Cruz[40c], [68], [69] con búfalos Murrah x Mestizo de 7-8 meses de edad destinados a la producción de carne, se compararon tres métodos de destete: el abrupto, con dispositivos nasales antiamamantamiento (colocados siete días antes de la separación definitiva de sus madres) y separación mediante una cerca lineal (alejados siete días antes de la separación definitiva de sus madres), así como un grupo de control en donde los bucerros se mantuvieron en contacto con la madre en todo momento. Los resultados indicaron que los bucerros destetados de forma abrupta presentaron altos niveles de cortisol (137.80 ng/ml), temperatura corporal (39.21 oC) y glucosa (129.88 mg/dL). Además se observó depresión marcada del pastoreo (29.16 %), rumia (9.3 %) e incremento de locomoción (29.23 %), desde el día cero hasta el día tres posdestete, en comparación con los otros grupos.

El uso de una cerca lineal para separar a los bucerros de sus madres ocasionó cambios fisiológicos y conductuales inmediatamente después de la separación, ya que los bucerros mostraron incremento de la frecuencia cardíaca, respiratoria, temperatura corporal, glucosa, así como en la locomoción y vocalizaciones en los días siete y seis previos a la separación definitiva de las madres. Los bucerros con los dispositivos nasales mostraron cambios conductuales, principalmente, después de la colocación de los dispositivos[61b], [69b].

En ambos grupos de destete paulatino se observó depresión del pastoreo y de la rumia del día siete al cuatro. Después de la separación final de las madres los bucerros con dispositivos nasales mostraron un alto número de vocalizaciones, incluso mayor que en el destete abrupto, así como incremento en la locomoción entre los días uno y dos posdestete. Uno de los problemas observados en los bucerros destetados con dispositivos fue la presencia de lesiones nasales de diferente gravedad, lo cual podría implicar un riesgo importante para el bienestar animal. En el caso del uso de una cerca lineal no se observaron cambios importantes después de la separación final de las madres, por lo tanto, su uso podría ser implementado en los sistemas de producción de carne[69c].

Conclusiones

La formación del vínculo madre-cría es importante para la supervivencia de los bucerros en la primera etapa de vida. Inmediatamente después del parto la madre debe proporcionar cuidado, protección y alimentación, mientras que el bucerro deberá levantarse rápidamente e ingerir calostro. La formación de este vínculo dependerá completamente del ser humano, debido a que el sistema de producción determinará las prácticas a las que serán sometidas las madres y sus crías. En aquellos sistemas orientados a la producción de leche, los bucerros son sepa­rados inmediatamente después del parto o a los pocos días de este, mientras que en los sistemas de producción de carne esto se lleva a cabo a una edad cercana al destete natural. Es necesaria la implementación de protocolos de destete adecuados que minimicen el estrés provocado en las madres y sus crías, además de aumentar los rendimientos productivos.


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