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PRESENTACIÓN
El presente libro tiene por finalidad contribuir a la formación profesional de los estudiantes universitarios de Derecho de pregrado, como medio complementario en el área del Derecho Público, con una visión general y global de la evolución institucional de las normas constitucionales que han regido en nuestro país.
Los autores no tienen la calidad de historiadores, sino de profesores de las cátedras de Derecho Político y Derecho Constitucional de la Universidad Católica de la Ssma Concepción y que, con motivo del desarrollo y explicaciones de las materias atingentes a esas materias, les ha correspondido recurrir al estudio de los antecedentes y circunstancias históricas, sociales, económicas y políticas que han constituido causas y motivos de transformaciones, derogaciones o surgimiento de nuevas instituciones jurídicas.
Por tal condición, el texto ha sido concebido para facilitar el conocimiento de nuestro devenir institucional a la luz de los señalados antecedentes, limitando el estudio a destacar esos hitos, constituyendo excepciones los juicios de valor o apreciaciones personales que pudieren afectar la objetividad de las materias.
Sin embargo, para validar la comprensión y legitimar las visiones históricas expuestas en el libro, se ha recurrido a la inteligencia de autores, historiadores, juristas y políticos que, a través de sus textos, escritos o comentarios, han explicado y fundamentado sus apreciaciones o conclusiones y cuyas menciones se encuentran señaladas al final de las pertinentes páginas.
Para facilitar el conocimiento de la evolución cronológica del orden jurídico en Chile, en el texto se precisan la naturaleza de las normas legales, con referencias a las respectivas fechas de sus publicaciones en el Diario Oficial de la República así como la reproducción de los Textos Constitucionales.
Por las señaladas razones, el texto abarca la memoria histórica básica desde los orígenes del ser humano en nuestro continente a la plena institucionalidad de nuestra república democrática y se encuentra estructurado en doce capítulos cuyos dos primeros están referidos a la etapa de desarrollo colonial de la Corona de España.
La emancipación y los primeros ensayos constitucionales se hayan contenidos en los Capítulos III y IV que comprende la etapa de la gestación de la emancipación hasta el fin de la anarquía con la revolución de 1829.
El desarrollo histórico posterior se ha singularizado como períodos de gobierno por las distintas características o factores que han influido en ellos.
En el Capítulo V se señalan los gobiernos de matiz conservador que comenzaron a dar estabilidad de gobernabilidad a Chile, que comienza en 1831 con la elección del Presidente Joaquín Prieto y continuó con los Presidentes Manuel Bulnes P, Manuel Montt T. hasta el año 1861.
El Capítulo VI se encuentra referido a los gobiernos de carácter liberal, denominación adoptada por corresponder a aplicación de políticas centradas en favorecer el desarrollo de la libertad personal que se inició con el Presidente José Joaquín Pérez M., en 1861 y se extendió con los Presidentes Federico Errazuriz Z., Aníbal Pinto G., Domingo Santa María G., y José M. Balmaceda y que finaliza con la revolución de 1891.
El Capítulo VII presenta a los distintos gobiernos que, como consecuencia del triunfo revolucionario, se adaptaron a un sistema político con aparentes características parlamentarias, sin que la estructura constitucional hubiere sido alterada, con fuerte preeminencia del Parlamento en la labor gubernativa y que comenzó aplicarse con el Presidente Jorge Montt A. en 1891 y que comprendió además, los gobiernos de los Presidentes Federico Errázuriz E., Germán Riesco E., Pedro Montt M., Ramón Barros L., y que termina el año 1920 con el Presidente José Luis Sanfuentes A.
El Capítulo VIII, denominado periodo de gobierno presidencial, tiene su origen en la asunción al poder, en 1920, del Presidente Arturo Alessandri P. quien, frente a la oposición y obstrucción parlamentaria, al término de su gobierno logró la aprobación, por la ciudadanía, de una nueva Constitución Política que fue elaborada sobre la base del establecimiento de un régimen presidencial del gobierno, normativa constitucional con la cual se desarrollaron los gobiernos de Emiliano Figueroa L., Carlos Ibáñez del Campo y Juan Esteban Montero el cual gobernó un corto periodo a partir de 1931 y que en 1932 renunció a su cargo a causa, entre otras, por falta de un apoyo político fuerte.
El Capítulo IX se explaya en un conjunto de gobiernos de facto, que dirigieron al país, todos de efímera duración durante el año 1932 y sustentados en el apoyo de militares y liderazgos personales, de concepciones socialistas que impusieron políticas populistas con grave detrimento al desarrollo económico.
El Capítulo X contiene el proceso de institucionalización del país mediante la aplicación real y efectiva del Texto Político de 1925, con nítida supremacía de la autoridad presidencial y sujeto a los principios de un régimen democrático, con separación de poderes y apego al Estado de Derecho y que permiten nominarlos como gobiernos democráticos. Se inicia este período con la elección del Presidente Arturo Alessandri P. en el año 1932 y se extiende a los gobiernos de los Presidentes Pedro Aguirre C., Juan Antonio Ríos M., Gabriel González V., Carlos Ibáñez del C., Jorge Alessandri R., Eduardo Frei M., y termina en 1973 con el derrocamiento del Presidente Salvador Allende G.
El Capítulo XI engloba la labor del gobierno de las Fuerzas Armadas que asumieron el poder político con motivo del quiebre institucional del 11 septiembre 1973 en que se desempeñó como Presidente de la República el General de Ejército Augusto Pinochet U. y que conforme a lo establecido en la nueva Constitución Política aprobada en 1980, se extendió hasta el año 1990.
Finalmente, el Capítulo XII contiene los principales aspectos de los gobiernos electos democráticamente que comienzan con el Presidente Patricio Alwyn A., en 1990 y que continúan, sin interrupción, con los Presidentes Eduardo Frei R., Ricardo Lagos E., Michelle Bachelet J., Sebastián Piñera E., Michelle Bachelet J., y, al término de este texto, con el Presidente Sebastián Piñera electo en 2018. El progreso material, social, económico y político del país de los últimos cuarenta años ha permitido un cambio cultural en la sociedad chilena con clara percepción de derechos, libertades e igualdades tanto para hombres como mujeres, y consecuentemente, con mayor conciencia de participación ciudadana y espíritu de conocimiento, fiscalización de los actos de la autoridad, todo ello favorecido con los nuevos medios técnicos de audiovisión y comunicación personal que explica que denominemos esta etapa de nuestra evolución constitucional, como sistema de gobierno de democracia participativa.
Los autores esperan que el presente texto sea juzgado a la luz de los fines u objetivos de apoyo al conocimiento de nuestra evolución institucional, pero, fundamentalmente, con ilusión aspiran que también permita iluminar para comprender el esfuerzo de tantos ciudadanos y autoridades, de distintos sesgos ideológicos o políticos, que han contribuido al engrandecimiento del país y, por tanto, con ello adquiera la conciencia del deber, por las nuevas generaciones, de ser continuadores del desarrollo de nuestra Patria.
Los autores.
CAPÍTULO I
PERÍODO DE CHILE PRECOLOMBINO
El período precolombino corresponde al tiempo transcurrido desde el conocimiento de la existencia de los primeros vestigios de habitantes en territorio americano hasta el descubrimiento de Cristóbal Colon el 12 octubre de 1492. Durante dicho período se generaron diversas agrupaciones humanas que se desarrollaron en torno a distintas condiciones territoriales físicas geográficas y climáticas factores que generaron diferentes formas de vida, de organización social, desarrollo humano, de alimentación, vestuarios, vivienda, lengua, tradición y cultura.
1. Introducción
Es inherente en toda sociedad humana la permanentemente generación de hechos, acontecimientos o sucesos en cuya gestación o participación aparece como actor fundamental el ser humano, sea que éste actúe en forma individual o de manera colectiva, situaciones todas las cuales tienen gravitación e importancia para toda la comunidad. Asimismo, existen eventos exógenos a dicha actividad cuyas consecuencias y efectos, ya sea en forma directa o indirecta, inciden en la vida personal y trascienden en el tiempo permaneciendo en la memoria social.
Se tratan de sucesos históricos pues el sujeto es el hombre, sea como autor o partícipe de ellos, o como agente pasivo y receptivo de hechos externos, como sucede con motivo de las catástrofes u otras calamidades.1
Esos fenómenos sociales se encuentran vinculados al espacio en que tienen lugar, así como al tiempo, época o fecha de su ocurrencia, todos los cuales integran la vida humana que constituyen una fuente de experiencia de vivencias que se enraízan en el recuerdo colectivo.
Esas remembranzas generan un relato propio de esa comunidad que, con el transcurso del tiempo, pasa a constituir su propia historia, en la cual interviene la comunidad entera, con todas sus virtudes y defectos con que logran su propia fisonomía e idiosincrasia.
A través de la historia, por consiguiente, se tiene acceso al conocimiento de la naturaleza de los hechos y sus circunstancias que permiten extraer juicios de valor y, al mismo tiempo, facilitan una proyección futura.
2. Concepto de historia
Precisar el concepto de historia ha sido campo de permanente debate por parte de historiadores, filósofos e intelectuales, atendida la amplitud de las actividades humanas, así como los distintos criterios para su estudio y parámetros para su valorización.
El Diccionario de la Lengua Española, señala como primera acepción del vocablo historia, la de “narración y exposición verdadera de los acontecimientos pasados y cosas memorables. En sentido absoluto se toma por la relación de los sucesos públicos y políticos de los pueblos; pero también se da este nombre a la de sucesos, hechos o manifestaciones de la actividad humana de cualquiera otra clase”.2
El historiador Jaime Eyzaguirre señala que “se entiende por historia el conjunto de hechos sociales del hombre que tienen un encadenamiento causal e influyen en el desarrollo colectivo”3.
El conocimiento de esos hechos sociales se logra a través de diversas fuentes, tales como documentos, manuscritos, impresos o inscripciones que atestiguan un hecho histórico, los monumentos, que son todos los restos materiales del pasado, cualquiera que sea el tamaño de tales objetos como piedras, metales o arcillas, huesos, utensilios, pinturas, textiles, templos, palacios, fortificaciones, estatuas, armas, monedas.
En la búsqueda del conocimiento histórico, el investigador puede ser ayudado por diversas disciplinas, tales como la arqueología, la paleografía, la etnografía, la filología y la geografía, entre otras.
3. Períodos de la historia
Concebida la historia como una disciplina humana, ésta ha establecido, a través de la cronología, un orden y fecha de los sucesos históricos y considerando, además, el tiempo trascurrido desde el origen de la vida humana hasta nuestros días, se distingue entre la prehistoria y la historia.
La prehistoria corresponde al tiempo transcurrido desde la aparición del hombre, hasta la invención de la escritura, en que cabe distinguir las siguientes etapas:
a) Edad de la piedra llamada así por constituir ésta un elemento vital de vivencia, y en que se denomina período paleolítico por el uso tallado de la piedra y el período neolítico por el empleo de utensilios de piedra tallada que le permitió al hombre producir sus propios alimentos.
b) Edad de los metales que corresponde al lapso de tiempo en que el hombre descubre el uso de los metales, sustituyendo a la piedra, y que está conformada, correlativamente, por la denominada edad del cobre, edad del bronce y edad del hierro.
Por su parte, la historia corresponde al tiempo comprendido entre la aparición de la escritura hasta nuestros días, conformada por las siguientes etapas:
a) Historia Antigua, que comienza con la aparición de los primeros testimonios escritos hasta la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 D.C.
b) Historia Media que comprende desde el año 476 D.C hasta la caída del Imperio Bizantino en el año 1453, y que abarca el período de los Bárbaros (siglos V al IX); de la Alta Edad Media (siglos X al XIII) y Baja Edad Media (siglos XIII al XV).
c) Historia Moderna que engloba desde el año 1453 hasta la Revolución Francesa en 1789.
d) Historia Contemporánea que comienza en el año 1789 hasta nuestros días.4
4. Historia constitucional
La historia recibe una denominación específica según sea la naturaleza de los hechos sociales investigados, tal como historia universal, económica, marítima, minera, de transporte, política, etc. Por consiguiente, todas las manifestaciones culturales del hombre pueden ser objeto de estudio de sus orígenes, antecedentes, circunstancias de sus vivencias.
La historia constitucional centra su investigación y estudio en torno a la génesis y factores influyentes en el proceso de creación de la norma fundamental del Estado la organización de éste, sus competencias y derechos de las personas. Ello implica considerar los componentes y elementos que han contribuido a la creación de un nuevo orden jurídico, tales como los sucesos sociales, económicos, los avances científicos, cambios culturales que, en un momento dado, se presentan en la sociedad surgiendo la necesidad de la creación de otras estructuras de acorde a las nuevas realidades.
En Chile, su historia constitucional comienza con nuestra República a partir de la creación de los primeros ordenamientos constitucionales desde 1810 hasta nuestros días considerando los períodos y circunstancias que generaron alteración de la continuidad jurídica democrática.
Por consiguiente, la Historia Constitucional de Chile es la exposición sistematizada de todas las fuerzas históricas que han influido en el desenvolvimiento del derecho público chileno.5
Precede a este período, toda la cultura e instituciones existentes tanto en América como en España, en torno a las cuales se desarrolló la sociedad chilena, lo cual obliga a considerar sus caracteres.
5. Período precolombino
El origen de la aparición del hombre americano, constituye una interrogante que aún a la presente fecha, no ha sido dilucidada pero, fundándose en estudios de paleontología, arqueología, paleografía, etnografía, filología y otros, los investigadores han elaborado diversas teorías para explicar la procedencia del ser humano en las nuevas tierras descubiertas, sosteniendo que ella sería producto de diversos caminos de migraciones.
Así, se sostiene que, a través del estrecho de Bering y de las Islas Aleutianas, habrían arribado los primeros habitantes al nuevo continente, hacia la América del Norte. Algunas investigaciones atribuyen la llegada de polinésicos que, por vía marítima, habrían empleado balsas como embarcaciones que les permitieron recalar en la América Meridional. Otros estudios, en cambio, sostienen que emigraciones de australianos a través de la Antártica, esto es bordeando las islas vecinas al Polo Sur y a las islas existentes en Oceanía y la Tierra del Fuego, se habrían asentado en América del Sur 6.
El continente americano es el segundo más grande del planeta después de Asia. Se extiende desde el Océano Glacial Ártico por el Norte, hasta las Islas Diego Ramírez por el Sur en la confluencia de los Océanos Atlántico y Pacífico los cuales, a su vez, delimitan al continente por el Este y el Oeste, respectivamente
La superficie total de América es de aproximadamente 43 millones de kilómetros cuadrados de los cuales América del Norte tiene 24,71 millones de kilómetros cuadrados; América Central tiene 523.000 kilómetros cuadrados y América del Sur tiene una superficie de 18,84 millones kilómetros cuadrados.
En estas tierras se generaron múltiples civilizaciones con sus peculiaridades propias, en cuanto a su lengua, organización social y política, según fuere la geografía, clima, recursos de subsistencia de los distintos grupos humanos originándose diversas áreas de cultura en que se destacan la náhoa, la maya, la chibcha y la incásica que lograron constituir extensos imperios que dominaron en América 7.
6. Descubrimiento de América
Se señalan diversos acontecimientos como hitos del advenimiento del período histórico denominado Edad Moderna. Así, se indican, como hechos militares, la conquista de Constantinopla por los turcos otomanos en el año 1453; los descubrimientos geográficos de portugueses y españoles; las grandes invenciones como la pólvora, la imprenta, el papel, la brújula; el cambio cultural en las artes, las letras y las ciencias originadas por el renacimiento, y la crisis religiosa por la reforma de la Iglesia Católica. En esa época se inserta el descubrimiento de América.
El reino de Portugal, debido a sus extensas costas y potenciales rutas marítimas, generó una política de investigación de medios de transportes y elementos auxiliares de navegación naval, destacándose la labor del monarca Enrique el Navegante (1394-1460) quien creó una escuela para marinos los cuales exploraron las costas de Africa y, posteriormente, las de América.
En la península ibérica, los Reyes Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, después de la unificación de los reinos de Aragón y de Castilla y la expulsión de los últimos bastiones de musulmanes de Granada (1492), propiciaron expediciones marítimas de descubrimientos oceánicos.
El principal navegante fue Cristóbal Colón, quien nació en Génova en 1451 y falleció en Valladolid el 20 mayo 1506. Creía en la esfericidad de la tierra por lo cual estimaba que era posible llegar a la India a través del Océano Atlántico. Suscribió con los Reyes Católicos, el día 17 abril 1492, las “Capitulaciones de Santa Fe”, que fueron contratos celebrados para la prestación de determinados servicios, cuyas principales estipulaciones establecían que Colón recibía el título vitalicio y hereditario de almirante de las tierras que descubriese, el título y cargo de virrey y gobernador general de las islas y tierra que ganase, el título de “don”, y el derecho de percibir un impuesto del diezmo sobre el monto de las operaciones comerciales efectuadas en tierras que gobernase.8
Cristóbal Colón, con distintas tripulaciones, efectuó cuatro viajes: a) el primero lo inició el 3 agosto 1492 y el día 12 octubre 1492 descubrió la isla Guanahani a la que dio el nombre de San Salvador, y las islas de Cuba y Haití. b) el segundo viaje se efectuó entre 1493 y 1496 en que descubrió las Pequeñas Antillas, la isla de Puerto Rico y Jamaica. c) el tercer viaje fue realizado entre los años 1498 y 1500 en que descubrió Trinidad y recaló en el continente en la desembocadura del río Orinoco; d) el cuarto viaje tuvo lugar entre los años 1502 y 1504 en que arribó a la isla de Martinica y a Honduras, en el continente y exploró el litoral de América Central hasta el istmo de Panamá.
Posteriormente, diversas flotillas de españoles continuaron explorando el continente, entre los cuales participó Américo Vespucio, quien había nacido en Florencia y que prestó servicios al reino de Portugal y de España. En diversos escritos Vespucio relató en forma circunstanciada las exploraciones y descubrimientos que fueron enviadas a Florencia alcanzando una gran repercusión e impacto, por lo cual se comenzó a ser llamada tierras de Américo o América.
7. La Bula de Papa Alejandro VI y el Tratado de Tordesillas
Al regresar Cristóbal Colón de su primer viaje, los Reyes Católicos gestionaron ante el Papa Alejandro VI la donación de las nuevas tierras a la Corona de Castilla, pues los portugueses estimaban que esas exploraciones constituían un peligro para sus propios descubrimientos en sus rutas hacia la India, originándose serios conflictos entre ambas naciones.
El Pontífice expidió el 3 mayo 1493 la primera Bula “Inter caetera” por la cual concedió a los Reyes de Castilla el dominio de las tierras descubiertas y por descubrir que no estuvieren sujetas a dominio de terceros y, al día siguiente, el 4 de mayo 1493, emitió una segunda Bula “Inter caetera” en que, explícitamente, se otorgó a perpetuidad a dichos monarcas y sus sucesores, el dominio sobre las islas y tierras que se encontraren hacia el occidente mediante el trazado de una línea divisoria que iba de norte a sur, a una distancia de cien leguas al occidente de las islas Azores y de Cabo Verde. Le otorgó a España las tierras que quedaban al Oeste, y a Portugal las que quedaban al Este de la referida línea.
Sin embargo, la solución papal no satisfizo a la monarquía de Portugal, ya que le dejaba un espacio marítimo libre muy reducido frente a la costa de Africa, por lo cual se iniciaron nuevas gestiones con España concertándose, el 4 junio 1494, un acuerdo denominado “Tratado de Tordesillas”, que sustituyó la línea divisoria referida en la Bula Papal, por otra que corría a trescientas setenta leguas al oeste de las islas de Cabo Verde.
Estas Bulas Papales, produjeron grandes debates entre juristas y teólogos relativos al derecho del Sumo Pontífice para efectuar las donaciones de tierras. Así, algunos sostuvieron que el Papa tenía plena y absoluta soberanía sobre toda la tierra en su calidad de vicario de Cristo, Rey de todo lo creado; otros, sostuvieron que la potestad pontificia era exclusivamente de orden espiritual y, un tercer grupo, sostenía que el poder del Papa recaía esencialmente sobre el campo espiritual pero que también se ejercía de manera indirecta sobre lo temporal en cuanto se vinculaba con el fin último del ser, tesis ésta que logró una adhesión mayoritaria en el pensamiento teológico 9.
El Tratado de Tordesillas permitió que tanto Portugal como España favorecieran las expediciones marítimas en sus respectivas áreas lo cual dio origen a múltiples viajes exploratorios. Entre ellos, cabe destacar el de Hernando de Magallanes o Fernando de Magalhanes, un portugués que, al servicio de los reyes de España, hizo una travesía hacia el occidente en busca de un paso hacia las Islas Molucas descubriendo el día 1° noviembre 1520, el paso transoceánico hoy conocido como Estrecho de Magallanes, el cual fue brevemente explorado. Descubrieron unos habitantes que se vestían cubiertos de pieles de guanaco y que empleaban, como zapatos, unas grandes ojotas con las cuales, al pisar, dejaban en la nieve grandes huellas por lo cual los llamaron patagones y, posteriormente, toda la región fue conocida como la Patagonia.
En la parte sur del Estrecho fueron avistadas grandes fogatas lo que indujo a llamar esa región como Tierra del Fuego. Al salir del Estrecho por su parte occidental, Magallanes no encontró un mar turbulento como en la travesía del Estrecho, sino uno muy tranquilo y calmado, por lo cual lo denomino océano Pacífico, que corresponde a su actual denominación.
La expedición no exploró las costas occidentales de América ni las de Chile, sino que continuó rumbo al noroeste y después de más de tres meses de navegación descubrieron las islas Marianas y las islas Filipinas, lo que significó la primera navegación marítima en dar la vuelta al mundo.
8. Chile prehispánico
Los estudios arqueológicos y antropológicos sobre los primitivos habitantes de Chile, previo a la llegada de los españoles, realizados por diversos investigadores, ha permitido establecer la existencia de numerosas agrupaciones humanas 10.
En la zona norte se desarrolló un asentamiento humano que ocupó la parte cordillerana y valle central entre Atacama y Antofagasta llamado atacameños quienes vivían de la agricultura, ganadería y pesca y laboraban metales tejidos y alfarería.
Más al sur, entre Atacama y Coquimbo, los diaguitas fueron habitantes que lograron un mayor desarrollo de vivencia, pues hicieron muchos progresos agrícolas especialmente con el cultivo de terrazas escalonadas empleando metales en la fabricación de utensilios de trabajos, como azadones, cinceles, agujas y otros. Su alfarería se distinguía por sus decoraciones y coloridos.
Desde el río Choapa hasta el Golfo de Reloncaví habitaban pueblos que hablaban la misma lengua y practicaban la agricultura. Así, entre los ríos Choapa e Itata habitaron los picunches que demostraron un gran espíritu guerrero ya que hicieron fuerte resistencia a la invasión de los incas por lo que éstos debieron trasladar a esos territorios indígenas que les eran fieles, a fin de enfrentar cualquier intento subversivo, constituyendo verdaderas colonias llamadas mitimaes 11.
Desde Chillán hasta Valdivia en las zonas cordilleranas, habitaron los pehuenches que recibieron esa denominación por su alimentación básica constituida por el consumo del pehuén o piñón, fruto de las araucarias, así como de la caza de animales 12.
Desde el río Bío Bio al río Cautín se asentaron los mapuches provenientes de la Patagonia, con características bélicas muy acentuadas y que fueron fuertes opositores a la llegada de los españoles.
En el sur, desde el río Toltén hasta el golfo del Reloncaví, vivieron los huilliches o gente del sur, de un espíritu mucho más pacífico que los restantes habitantes y, por lo mismo, de menor capacidad militar y, en la cordillera de Valdivia, habitaron los puelches de similares características que los anteriores.
En la región patagónica habitaron diversos otros grupos nativos como los tehuelches, conocidos como patagones, que eran nómades y cazadores, los chonos que era un pueblo esencialmente marítimo, que recorrían en canoas las costas de Chiloé y los archipiélagos de las Guaitecas y de los Chonos, los onas, llamados fueguinos, los yaganes en la zona del canal Beagle y los alacalufes en el golfo de Penas y canales del sur.
9. La invasión mapuche
Según el historiador Luis Thayer Ojeda, el pueblo mapuche procede de la zona de Neuquén en Argentina, y cruzó la Cordillera de los Andes, a la altura de Cautín, pueblo nómade de especial espíritu guerrero, que ocupó el territorio comprendido entre el río Bío Bío por el norte, y el Toltén por el sur13. Los mapuches se mezclaron con los indios que habitaban el valle central y adoptaron una vida sedentaria habitando en un aposento pequeño llamado ruca, confeccionada de madera y paja y se transformaron en agricultores y ganaderos especialmente con la alpaca y la llama. Asimilaron la lengua y la cultura aborigen existente, practicaron la poligamia y desarrollaron sus propias concepciones religiosas.14
Especial atención dieron a la formación de su espíritu guerrero sobre la base de una organización social por grupos mediante la elección de toquis o jefes y acatamiento a sus resoluciones, pero carentes de cohesión política lo que hacía proliferar las rivalidades entre ellos. Sin embargo, con la llegada de los españoles, aprendieron de éstos tácticas y estrategias de combates que aplicaron inteligentemente y que les permitió importantes triunfos y poder mantener durante varios siglos el territorio desde el sur del río Bío Bío sin acceso al español. La idiosincrasia del pueblo mapuche y su espíritu de reivindicación se ha mantenido permanente hasta nuestros días.
10. Invasiones incásicas
El imperio de los incas, que tenía sede en el Cuzco, y bajo el reinado de Túpac Yupanqui, aproximadamente en el año 1460, invadió la parte norte de Chile llegando hasta la región de Coquimbo. Posteriormente, Huaina Capac, hijo del anterior, y después del año 1485, con un eficiente ejército, extendió la presencia incásica hasta el río Maule, no pudiendo continuar más al sur, debido a la derrota que sufrió en esa zona de parte de los aborígenes.
Con el objeto de controlar y evitar posibles alzamientos en contra del imperio, los incas establecieron numerosas colonias llamadas mitimaes que estaban constituidas por agricultores y artesanos pacíficos traídos desde distintas partes del imperio, los cuales se transformaron posteriormente en caseríos como Limache, Llay Llay, Colina, Apoquindo, Macul, Lampa.
La dominación incásica en Chile fue de corta duración pero fue muy importante para la vida de los indígenas, ya que aportó progresos tales como la construcción de habitaciones de adobes, empleo de la piedra para cercos, riego en la agricultura, construcción de caminos, trabajos en los lavaderos de oro, ornamentación cerámica, y organización administrativa, especialmente destinada a facilitar el cobro de tributos y el respeto a la autoridad.15
1Ballesteros Manuel G. Historia de la Cultura. Ediciones Pegaso. Gráfica González. Madrid. 1952. Pág.27
2Real Academia Española.Diccionaio de la Lengua Española. Edit. Espasa Calpe. Madrid. 1984.
3Eyzaguirre Jaime. Historia del Derecho. Edit. Universitaria. Santiago. 1955. Pág.3.
4García P. Manuel, Historia Universal. Edit. Planeta. Barcelona. 2004. Pág.43.
5Heise G. Julio. Historia Constitucional de Chile. Edit. Jurídica. Santiago 1959. Pág. 11.
6Sánchez Luis A. Historia General de América. Edic. Rodas. Madrid. 1972. Tomo I. Pág.39
7Pereyra Carlos. Breve Historia de América. Editora Zig Zag Santiago Chile. 1946. pág.66.
8Secco E, Oscar y otro. Historia Universal. Epoca Moderna. Edit. Kapeluz. B. Aires. 1972. Pág.26
9Eyzaguirre Jaime. Historia del Derecho. Editorial Jurídica. Ob.Cit. Pág.230.
10Latchman Ricardo. La agricultura precolombina en Chile y los países vecinos. Santiago. Ediciones U. de Chile.1936. Pág. 13.
11Silva Galdámez Osvaldo. Historia de Chile. Prehistoria. Editorial Universitaria Santiago. 1981.Pág.69
12Molina Ignacio Abate. Compendio de la Historia Civil del Reyno de Chile. 2° Parte. Pehuén Editores. Santiago, 2000. Pág.222.