Kitabı oku: «Análisis y actuaciones en diferentes contextos de intervención (salud y sexualidad, educación, ocio, deporte, conciliación de la vida personal, familiar y laboral, movilidad y urbanismo y gestión de tiempos). SSCE0212», sayfa 2

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Aplicación práctica

Imagine que está realizando un estudio en su ciudad donde está poniendo en relación el nivel de ingresos de la mujeres de su ciudad con los estudios que han realizado las mismas, ¿Cuáles de los indicadores de los recogidos en el Gender Equality Index debería utilizar?

SOLUCIÓN

Dentro de la dimensión economía debería extraer los datos correspondientes a la variable: Ganancias medias mensuales (PPS, población trabajadora), para lo que debería calcular las ganancias mensuales medias, en los sectores de Industria, construcción y servicios (excepto administración pública, defensa, seguridad social obligatoria) clasificados por grupo de edad, y tipos de empresas.

Además debería tener en cuenta la dimensión conocimiento, la variable logro y participación, y establecer el indicador del número de graduadas en educación superior (%, 15+ población). El logro educativo mide la proporción de personas con educación superior entre hombres y mujeres. Las personas con educación superior como su nivel más alto se completaron con éxito (niveles 5-8), porcentaje del total +15 de la población.

3. Aplicación del concepto de calidad de vida desde la perspectiva de género

A continuación, se define el concepto de calidad de vida en términos generales haciendo una reflexión sobre cómo ha sido entendido a lo largo de la historia. Posteriormente se analizará la aplicación que este concepto tiene respecto a la perspectiva de género.

La calidad de vida es un aspecto del que van a depender otros rasgos de la vida y que está determinado por algunos factores de tipo material, ambiental o relacional.

3.1. Concepto de calidad de vida

El concepto de calidad de vida es un término multidimensional que significa tener en general unas condiciones objetivas de vida satisfactorias junto con un elevado grado de bienestar personal, este último entendido en términos subjetivos.

Cuando se habla de calidad de vida no se puede olvidar que dicha expresión lleva implícita la satisfacción de necesidades tanto individuales como colectivas. Es en este punto donde las políticas sociales juegan un papel decisivo.

Han sido muchos los autores que han definido el concepto y que han realizado estudios longitudinales. Una de las definiciones más específicas es la que entiende el concepto como “un estado de bienestar físico, social, emocional, espiritual, intelectual y ocupacional que le permite al individuo satisfacer apropiadamente sus necesidades individuales y colectivas” (Guisti, 1991).

En términos coloquiales se puede afirmar que hablar de calidad de vida es tratar de lograr que cada persona tenga diariamente una vida que valga la pena ser vivida y eso va muy unido a lo que se define a continuación como bienestar personal.

El término calidad de vida contiene dos dimensiones:

1 El nivel de vida real en términos objetivos. Este ha sido el enfoque tradicionalmente ligado al concepto, entendiéndose como la inclusión de ciertos aspectos en la vida de la persona (ingresos económicos, recursos sociales y aspectos materiales).

2 El bienestar personal, concebido como la percepción individual de esta situación (well-being). Este concepto ha sido acuñado más recientemente, siendo definido como una cualidad personal que permite obtener esa satisfacción o vivirla de manera positiva.


Nota

La calidad de vida es un término multidimensional que comprende un estado de bienestar físico, social, emocional, espiritual, intelectual y ocupacional.

3.2. Factores que comprende el concepto de calidad de vida

Hay una serie de factores que engloban el concepto de calidad de vida y de los cuales depende el mismo. Estos factores comprenderían: factores materiales, ambientales, relacionales, sentimiento de bienestar y recursos organizativos gubernamentales.

A continuación, se describen poniendo ejemplos de los mismos para su mayor clarificación:

1 Factores materiales: comprenden aquellos elementos de tipo pragmático que pueden estar influyendo en la calidad de vida personal. Entre ellos se encuentran los siguientes: ingresos disponibles, posición en el mercado laboral (activo, desempleado, etc.), salud, nivel de educativo, etc.

2 Factores ambientales: estos factores recogen las características de la comunidad en la que se vive. Dentro de ellas se incluyen: presencia de servicios de uso general, acceso a dichos servicios, grado de seguridad existente en la zona, criminalidad, transporte y medios de desplazamiento, nuevas tecnologías, características del hogar, etc.

3 Factores relacionales: dentro de estos factores se engloban las relaciones que las personas pueden hacer con otros individuos, tanto de forma directa como multimedia. Entre ellos destacan: relaciones con la familia próxima y externa, interacciones con amigos, contacto con conocidos, redes sociales.

4 Recursos organizativos gubernamentales: son descritos como aquellos recursos sociales que las diferentes entidades ponen al alcance de la humanidad. Dentro de los recursos organizativos están: recursos para el ocio (bibliotecas, polideportivos...), sistemas sanitarios (hospitales, centros de salud...), organizaciones educativas (escuelas, conservatorios...), etc.

5 Sentimiento de bienestar: hace referencia al concepto que la persona tiene de su situación personal, lo cual está muy relacionado con el autoconcepto, tanto personal como social. Se concibe como una cualidad personal que logra que el ser humano esté más predispuesto a disfrutar de la vida en general.


Actividades

5. Desde su punto de vista, ¿existirían diferencias entre mujeres y hombres en cuanto a factores relacionales? Justifique su respuesta.

6. Explique con sus palabras y ponga algún ejemplo sobre el sentimiento de bienestar que va unido a la calidad de vida.

Si se analizan estos factores de forma diferenciada desde la perspectiva de género se pueden entender pequeñas diferencias entre hombres y mujeres, de ahí que la calidad de vida esté distorsionada a nivel de igualdad.

De este modo, quizá los factores menos propicios para la mujer sean los materiales al estar, en general, menos disponibles para ellas. Esto se refiere, a modo de ejemplo, a la posibilidad de empleo o los ingresos económicos.

Del mismo modo, el bienestar es un factor condicionante negativo para el sexo femenino, debido a la mayor posibilidad de que las mujeres perciban sentimientos de soledad y aislamiento en concordancia con factores ambientales, personales o materiales.

La mayoría de estudios relacionan conjuntamente estos factores vinculados a la calidad de vida con enfermedades físicas, concluyendo menor calidad de vida en la mujer tras padecer enfermedades crónicas o graves como pueden ser fibromialgia, alteraciones cardiovasculares o cáncer.



Aplicación práctica

Imagine que trabaja en el Instituto de la Mujer y tiene que hacer un estudio sobre los factores que influyen en el concepto de calidad de vida. Concretamente a su departamento le ha tocado el factor menos propicio para la mujer de entre los existentes (factores materiales, ambientales, relacionales, gubernamentales y bienestar general).

¿En cuál de ellos se tendría que enfocar y qué aspectos estudiaría?

SOLUCIÓN

Se centraría en el estudio de los factores materiales y podría investigar los siguientes elementos:

1 Ingresos disponibles por las mujeres.

2 Posición en el mercado laboral: si están activas, desempleadas, tienen alguna prestación social, etc.

3 Su salud, tanto de ellas mismas como de sus familiares.

4 Nivel educativo que poseen.

3.3. Calidad de vida en la mujer

Al centrarse en la calidad de vida unida a la perspectiva de género, la primera cuestión que surge podría ser si la calidad de vida es igual para hombres y mujeres en términos generales o si los factores descritos anteriormente (ambientales, relacionales, personales y de bienestar) son equivalentes para ambos sexos.

No existen muchos estudios que determinen, en términos generales, las diferencias en calidad de vida, aunque sí hay investigaciones específicas que se basan en enfermedades físicas o neurológicas y que dan como resultado, en su gran mayoría, una menor calidad de vida en la mujer asociada a estas dolencias.

Existen unas diferencias de género de tipo biológico que suponen en sí una desigualdad inicial. Sin embargo, la gran diversidad viene marcada más bien por la discrepancia que la cultura de género establece en relación a clase, edad, territorio social, diferencia sexual, discapacidad, etnia, etc. Otra gran influencia viene acentuada por las respuestas que las instituciones pueden manifestar al respecto. Es decir, en muchas facetas de la vida es la cultura de género la que convierte las diferencias inherentes entre hombres y mujeres, en desigualdades y fuente de discriminación que afecta por tanto a la calidad de vida.

Esta cultura de género está determinada igualmente por las instituciones sociales y gubernamentales, que etiquetan sutiles diferencias en cuanto a niños y niñas, adolescentes, hombres y mujeres, ancianos en las diferentes áreas sociales (salud, seguridad, participación social y política, justicia, educación, recreativa).


Importante

La cultura de género existente en la sociedad convierte las diferencias innatas entre mujeres y hombres en fuentes de discriminación.

3.4. Estrategias de promoción de la calidad de vida

En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 77 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, se crea la Unidad de Igualdad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Actualmente dicho organismo se encuentra enmarcado dentro del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social; la Unidad de Igualdad se encargará de velar por el cumplimiento de la normativa en materia de género vigente en España, además de garantizar la transversalidad del género en todo el Ministerio.

Transversalizar el enfoque o perspectiva de género significa que todas las acciones que se ejecuten para dar respuesta a las necesidades sociales deberán proponerse teniendo en cuenta el impacto de género que conllevará cada una de ellas.

Como parte de las acciones enmarcadas en la Estrategia Nacional para la Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud se lanzó la página web “Estilos de vida saludables” a la que se puede acceder directamente desde el portal del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, y cuya finalidad es proporcionar información útil y de calidad, ajustada a las diferentes necesidades de la ciudadanía; en ella se encuentran recomendaciones, herramientas interactivas, vídeos y otros materiales y recursos de utilidad para hacer más saludables los estilos de vida.


Actividades

7. Busque información sobre el concepto “transversalidad de género”.

8. Acceda a la página web de Estilos de Vida Saludables del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social e indague sobre cómo se ha trabajado la transversalidad de género en cada uno de sus apartados.

4. Procedimiento para la definición, aplicación y análisis de indicadores

En primer lugar, se define el concepto de “indicador” como un señalador que mide modificaciones o cambios en una situación a lo largo del tiempo. Un indicador permite identificar la presencia de un fenómeno o hecho social, describir sus características, determinar su magnitud e identificar los cambios que se producen a lo largo del tiempo, en un aspecto motivado por alguna intervención.

Los indicadores de género serían las medidas específicas que permiten evidenciar y cuantificar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres en un contexto determinado (salud, deporte, urbanismo, laboral, etc.). Estos indicadores de género van a proporcionar datos observables de la desigualdad entre ambos sexos.

De este modo, la definición y análisis de indicadores de género posibilita definir una serie de aspectos positivos de cara a:

1 Medir y describir las desigualdades entre mujeres y hombres en cuanto a los recursos en un ámbito. Permite medir variables dentro de ese ámbito tales como el acceso, la participación, el disfrute y el control de los recursos.

2 Planificar las intervenciones que se detecten necesarias para incidir positivamente en las desigualdades detectadas.

3 Poder establecer metas, objetivos y realizar el seguimiento y evaluación final de las intervenciones planteadas.

Los indicadores de género a los que se hace mención y que permiten establecer las metas y medir el cumplimiento de los objetivos son de tipo cuantitativo. Ello implica que para su estudio se debe proceder a una recogida sistemática de información que consiga evaluar el cumplimiento de objetivos.

La recogida de esta información, referente a estadísticas entre hombres y mujeres, se hará en forma de datos desagregados por sexo, para detectar, precisamente, las desigualdades de género.

A continuación, se describen con detalle los diferentes indicadores de género.


Recuerde

Los indicadores de género son las medidas que permiten cuantificar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres en contextos tales como salud, deporte, urbanismo, laboral.

4.1. Indicadores de bienestar y de bienestar subjetivo de la ciudadanía

Un indicador de bienestar puede ser aquel que refleje cualquier aspecto del entorno que afecte a la manera de vivir. Estos indicadores hacen que la vida en sí tenga un sentido de tranquilidad y paz humana.

Existen numerosos indicadores de bienestar en todo el mundo como, por ejemplo, el control de recursos económicos, la educación, ingresos, mortalidad, trabajo remunerado, salarios, empleo del tiempo, seguridad y poder en las esferas pública y privada (UNDP 1995, Banco Mundial 2001).

A medida que ha ido pasando el tiempo los indicadores han aumentado en número, complejidad y áreas a que se refieren. Un buen ejemplo de ello son los indicadores de tipo medioambiental que han ido sustituyendo o complementando a los más estudiados tradicionalmente y que se basaban, de forma más exclusiva, en aspectos económicos.

Una parte de los indicadores de bienestar puede ser objetiva, mientras que otra parte será más bien subjetiva, enfocándose en cómo se siente la persona de feliz o satisfecha en su vida general. A continuación, se describe cada uno de ellos para ver las diferencias de forma más práctica.

Indicadores objetivos

Los indicadores objetivos de bienestar se refieren a factores generales que pueden ser medidos y que afectan de manera general y lógica a toda la población.

Existen varios indicadores objetivos de bienestar que han sido definidos y se utilizan para obtener datos estadísticos. Uno de ellos es el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por las Naciones Unidas y que combina información sobre la esperanza de vida, el acceso a la educación y el nivel de renta. Este índice es muy potente y generalizado, ya que cualquier persona entiende las ventajas que puede tener el acceso a una educación efectiva, tener un nivel de renta que permita vivir cómodamente junto con la esperanza de vida (este último un poco más subjetivo).

Otros indicadores de bienestar de género muy notorios son los que se relacionan con la supervivencia y la educación. De hecho, en países subdesarrollados, la supervivencia es un elemento de lucha diaria que representa desigualdades de supervivencia desde la niñez. El acceso a la educación como indicador objetivo varía mucho entre regiones, debido a las leyes educativas entre unos países y otros.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) hace mención dentro de los indicadores objetivos a los indicadores sociales, mencionando que están organizados por áreas: población, familia y relaciones sociales, educación, trabajo, renta, distribución y consumo, protección social, salud, entorno físico, cultura, cohesión y participación social.

Se puede observar, por tanto, que la clasificación centra la atención en unos aspectos más que en otros, dependiendo de la fuente que se tome, pero todos tienen en común el determinar los factores objetivos como aquellos observables de los que depende el bienestar de una persona.

Indicadores subjetivos

Además de los indicadores objetivos de género, también hay otros tipos de indicadores de bienestar llamados subjetivos. Estos indicadores son aquellos que hacen referencia a un carácter o connotación más personal, de forma tal que mientras algunas personas pueden percibirlos de un modo, otras lo harán de forma cualitativamente diferente.


Importante

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es un índice que se refiere a varios aspectos: acceso a la educación, nivel de renta y esperanza de vida. Por tanto sería un indicador que aglutina aspectos tanto objetivos como subjetivos de bienestar.

En relación a los indicadores subjetivos de bienestar, se puede hacer una distinción entre bienestar positivo y negativo.

El bienestar positivo es el estado o sensación interna agradable percibida por una persona. Respecto a estos estados de ánimo positivos, los estudios manifiestan que las mujeres declaran tener una mayor felicidad que los hombres y que cuando experimentan emociones positivas, lo hacen de forma más intensa, factor que parece disminuir después de los 45 años.

Son los estados de bienestar negativo los más estudiados debido a su prevalencia en la mujer sobre el hombre. Los indicadores de bienestar detectan diferencias por género que a continuación se determinan.

En el caso de las mujeres se han encontrado índices de bienestar negativo en varios estados de ánimo como son tristeza, miedo y soledad. Del mismo modo presentan altos indicadores de bienestar relacionados con más conductas de psicopatología interiorizadas como depresión y trastornos de ansiedad.

Así mismo, se observa cómo los hombres muestran indicadores de bienestar exteriorizados que incluyen la agresión, los trastornos de personalidad antisocial, trastornos de conducta y el abuso y dependencia de sustancias toxicas. Igualmente se observan diferencias por género en la prevalencia de hostilidad y comportamiento diario agresivo.

Se verán ahora los indicadores de bienestar más estudiados quizá por su frecuencia o connotaciones particulares. Además la relevancia viene dada porque esconden grandes diferencias de género, que pueden estar en parte relacionadas con los genes o con el entorno. Así, se van a describir algunos que hace ya tiempo que se vienen utilizando: las tasas de depresión, suicidio y la ilusión de vida.

La salud mental hace referencia no solo al alivio de enfermedades, sino también a la consecución de la felicidad, por ello es importante tener en cuenta estos indicadores y medirlos de la forma más objetiva posible.

Algunas personas presentan unos niveles de depresión elevados que están relacionados con la ausencia de bienestar, siendo este un aspecto en parte subjetivo, al menos en el grado que la persona lo percibe. Dicho indicador a veces va unido a otro no menos relevante, la predisposición al suicidio que en momento de ausencia total de bienestar subjetivo puede llevarse a término.

El estudio de estos indicadores de salud psicológica como indicadores de bienestar subjetivos, está caracterizada por el fuerte énfasis en la prevención y la promoción de la salud. Esto es significativo hasta tal punto que, desde la psicología, se ha creado un nuevo campo de estudio de los factores denominados de “bienestar emocional” introduciendo conceptos como las terapias de aceptación y compromiso, difundidas en la actualidad.

Otro de los indicadores mencionados, la ilusión de vida, es un indicador importante para la salud de las mujeres, que además afecta de forma indirecta a las mujeres víctimas de violencia de género. La ilusión de vida se concibe como la esperanza de una persona para continuar viviendo. Cuando los indicadores de ilusión de vida son bajos, los indicadores de depresión y/o suicidio también lo son.


Sabía que...

Desde la psicología y partiendo de los indicadores de bienestar se ha creado una nueva corriente denominada de “bienestar emocional” con conceptos como las terapias de aceptación y compromiso.

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