Kitabı oku: «Análisis y actuaciones en diferentes contextos de intervención (salud y sexualidad, educación, ocio, deporte, conciliación de la vida personal, familiar y laboral, movilidad y urbanismo y gestión de tiempos). SSCE0212», sayfa 3
4.2. Indicadores de calidad de la atención de la salud de las mujeres
El concepto de salud fue definido en sus comienzos como la ausencia de enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define actualmente como “el estado completo de bienestar psicológico y social, no solo la ausencia de enfermedad, sino también el estado positivo que concierne al sujeto en sí mismo, en el contexto de su vida”.
Se puede comprobar cómo esta definición es realizada en términos positivos e introduce distintos aspectos vitales para entender la salud hoy en día. Desde este enfoque, la salud es conceptualizada, por tanto, como un proceso dinámico, en el que influyen distintos factores de carácter, tanto interno como externo o ambiental.
Además, la salud entendida como un estado de bienestar, pone de relieve la importancia de la percepción y concienciación de la mujer en su propia salud. Esto sería un aspecto subjetivo a tener presente en cualquier sistema de calidad, ya que otorga un papel precursor a la mujer en su propia calidad de vida.
El objetivo de entender la salud de esta manera sería doble: por un lado desarrollar su potencial personal para responder de forma positiva a las circunstancias y acontecimientos y, por otro lado, mejorar sus habilidades personales para realizar elecciones saludables.
La salud de las mujeres está en gran parte determinada por su posición social y por los condicionantes de género. Es por eso que las desigualdades de género se reflejan en muchas ocasiones sobre las oportunidades de acceso, las barreras y las facilidades para disfrutar de la salud.

Actividades
9. Explique con sus propias palabras qué son los indicadores de género.
10. Reflexione sobre el hecho de que la mayor felicidad asociada a las mujeres suela disminuir a partir de los 45 años.
Algunos indicadores de calidad relacionados con la atención a la salud femenina se describen a continuación:
1 Existencia de profesionales de la salud cualificados, especialmente en atención primaria, en un porcentaje suficiente para atender a las demandas de la población.
2 Tiempo suficiente de atención personalizada que permita a las mujeres solventar sus dudas y problemas, siendo atendidas sin prisas y en el momento que lo necesitan.
3 Accesibilidad de los servicios de atención primaria y especializada a cualquier mujer de cualquier ámbito geográfico. Estos servicios además de ser accesibles han de ser publicitados de manera tal que la mujer pueda conocerlos fácilmente.
4 Existencia de programas de promoción de la salud en el ámbito rural ya que, sin duda, son inferiores a los destinados para ámbitos urbanos. Hay que tener presente que las mujeres de estos entornos tienen las mismas necesidades que las demás.
5 En las zonas rurales se puede comprobar que los indicadores de calidad de atención disminuyen en comparación con los urbanos, no tanto en calidad como en cantidad.
6 La calidad en la atención se encuentra reducida en cuanto a disponibilidad de los servicios (días, momentos...). Normalmente los servicios son más reducidos en cuanto a personal y horario, lo cual hace que la calidad decaiga. De la misma manera y por los mismos motivos, el tiempo de dedicación es inferior lo cual es percibido por las mujeres como una menor calidad en los servicios.
7 Agentes destinados a concienciar a la población a reducir la automedicación que en numerosos casos está asociado a la mujer. Esta automedicación responde, a veces, a la falta de información de la gravedad que puede conllevar o a las listas de espera que hacen necesario tomar esta medida. Se observa una incidencia en los casos de medicación relacionada con los problemas emocionales, con la consiguiente repercusión negativa en el ánimo y estado general de las mujeres.
8 Atención prestada en los servicios sanitarios a los aspectos psicosociales que afecten a la salud mental de las mujeres, con especial relevancia en situaciones de estrés que tengan origen familiar y relacional.
9 Existencia de servicios de salud mental disponibles. Actualmente es un servicio ofrecido de forma puntual en determinados centros sanitarios y asociado a casos graves. Este hecho está especialmente motivado por la escasez de recursos psicológicos y psiquiátricos en los servicios de la sanidad pública.
10 Incidencia en los hábitos saludables: alimentación, ejercicio, tabaco y otros. En este sentido se desarrollan programas puntuales que deberían tener un mayor impacto en dedicación y promoción de la salud.
11 Existencia de servicios de asesoramiento de salud reproductiva y sexual, con especial incidencia en la prevención de embarazos no deseados. Se están definiendo programas desde los denominados Centros de Orientación Sexual que se ofrecen públicamente, aunque aún continúan dándose en un elevado porcentaje los embarazos no deseados de adolescentes, por ello el interés debería centrarse en algunos cambios que fomenten aún más la prevención.
12 Atención prestada a la adolescencia en temáticas relevantes en estas edades: educación afectivo-sexual, atención psicológica, trastornos de la conducta alimentaria, drogas, etc.
13 Disponibilidad de servicios de tratamientos de infertilidad que den mayor acceso a las mujeres con dificultades para quedarse embarazadas, no teniendo que recurrir a la sanidad privada.
14 Seguimiento del embarazo, parto y posparto, incluyendo la educación maternal. Este indicador está muy bien desarrollado, en general, en los centros sanitarios.
15 Disponibilidad de programas sobre el climaterio que apuesten por la información y la prevención de las dificultades que suelen ir unidas en este momento del desarrollo evolutivo de la mujer. Sería muy beneficioso contar con actuaciones específicas de atención a problemas propios del climaterio como osteoporosis, menopausia, alteraciones emocionales, etc.
16 Existencia de personal cualificado de atención directa en casos de violencia de género que atienda de manera primaria e incluso detecte casos encubiertos.

Sabía que...
Existe un alto porcentaje de mujeres que se automedica cuando se encuentra mal sin pedir consejo a los médicos, sino más bien por iniciativa propia o consejo de alguna conocida.
4.3. Indicadores en materia de deporte y urbanismo
En este apartado se hace una diferencia entre los indicadores de género en materia de deporte, de manera independiente, y aquellos indicadores más destacables en materia de urbanismo.
El análisis de estos indicadores va a reflejar el modo en el que se encuentran diferencias en el marco social, administrativo e institucional referente a las oportunidades ofrecidas en momentos de ocio, salud y urbanismo.
Como se puede comprobar existen diversas diferencias en cuanto al trato que se da a hombres y mujeres en estos aspectos. Las causas de ello son muy diferentes, destacando entre otras:
1 La sociedad está impregnada por tradiciones sociales, deportivas y culturales que aún persisten a pesar del avance de los tiempos.
2 Ausencia de total colaboración administrativa para hacer frente a la compensación de estas desigualdades.
3 Distribución irregular de recursos disponibles.
4 Autopercepción de algunas mujeres en una línea en cuanto a sus posibilidades de disfrute de ocio y deporte.
5 Poca disponibilidad de tiempo para disfrutar de estos ámbitos, al tener que compaginarlo con el ámbito familiar.
A continuación, se detallan estos aspectos, según proceda en cada apartado.
Indicadores en materia de deporte
Respecto a los indicadores en materia de deporte se puede comenzar diciendo que, tradicionalmente, se ha asociado el deporte con la “masculinidad”. En muchas sociedades, la asociación entre ambos aspectos se ha hecho tan potente que se tiende a desaprobar la práctica del deporte, o al menos de determinados deportes, por parte de las mujeres, llegando incluso hasta el extremo de calificar a veces de “masculinas” a aquellas mujeres que lo practican.
En el polo opuesto, la realidad demuestra que la práctica de un deporte ofrece a las mujeres múltiples ventajas de tipo físico, social, personal, etc. De este modo, además de las consabidas aportaciones a la salud física y libertad de expresión, el deporte brinda a las mujeres el acceso a espacios públicos donde pueden reunirse y fomentar las relaciones sociales. Se pueden convertir, por tanto, en momentos que promueven la comunicación, habilidades de negociación y demás aspectos fundamentales para el empoderamiento de las mujeres.

Sabía que...
El deporte ofrece posibilidades a la mujer de comunicación y relación social además de beneficios en la salud física.
Algunos de los indicadores de género en materia deportiva podrían ser:
1 El uso que se hace del lenguaje y de las imágenes en las campañas deportivas. Los aspectos que van a ser indicadores de rasgos sexistas podrían ser imágenes en medios publicitarios que asocien a determinados deportes con el hombre.
2 Mostrar referentes masculinos y femeninos en cada deporte. Así, por ejemplo, asociar el fútbol o el balonmano con la figura masculina, mientras la gimnasia rítmica o la natación se relacionan con la mujer. Estos indicadores pueden mostrarse en televisión, entrevistas en periódicos, internet, etc.
3 Disponibilidad de peñas deportivas y asociaciones formadas por ambos sexos.
4 Asociar los beneficios del ejercicio al aire libre para la salud física y psíquica. En este sentido, la salud física se suele asociar más al hombre mientras que la psicológica se asocia más a la mujer, especialmente con ciertos deportes como el yoga o pilates.
5 Presupuesto económico equitativo destinado a fomentar el deporte relacionado con mujeres y hombres.
6 Igualdad en la publicidad de deportes. En este sentido, son más publicitados los deportes practicados por hombres, como es el caso del fútbol. Este deporte es practicado en menor proporción por mujeres, aunque cada día se aprecian más grupos femeninos. Sin embargo, el mundo deportivo que engloba el fútbol es básicamente masculino.
7 El liderazgo, entendido como la posibilidad de contar con entrenadoras femeninas para los equipos tanto femeninos como masculinos. En este sentido se podría realizar un ajuste en la partida económica destinada a entrenadores de ambos sexos. En la realidad los equipos suelen estar liderados por entrenadores masculinos, independientemente del sexo de los jugadores.
8 Número de chicas y chicos que solicitan participar en las actividades organizadas por el Área de Deportes de la Administración.
9 Usos y frecuencias de las instalaciones deportivas por sexos. Sería interesante medir este indicador partiendo de variables en las que se tenga en cuenta el momento, horario de uso, la frecuencia de días a la semana, el uso en solitario o en grupo, etc. Una cuestión interesante sería adaptarse a las necesidades horarias y generales de las mujeres. Esto hace referencia tanto a actividades de práctica libre como guiada por monitores que se puedan ajustar a la distribución horaria de la mujeres, permitiéndoles conciliar la vida deportiva con la familiar.
10 Características de los vestuarios de chicas y chicos en los polideportivos tanto en organismos públicos como privados. En este indicador se pueden tener en consideración aspectos tales como: disponibilidad, amplitud de los mismos, ubicación de ambos, recursos técnicos interiores, instalación, seguridad en los vestuarios, horarios en que se utilizan, etc.
11 Distribución de parques deportivos con pistas para la práctica de todo tipo de deportes. El uso más normal de las pistas en los parques suele estar relacionado con el fútbol o el baloncesto. Actualmente, se están creando pistas de patinaje en algunos parques regionales.

Nota
La sociedad continúa hoy en día mostrando referentes distintos en cuanto a sexo en relación con determinados deportes. A ello contribuyen, de manera decisiva, los medios de comunicación y tecnológicos.

Actividades
11. Busque información sobre el liderazgo en el deporte asociado concretamente a la variable “entrenadores hombres o mujeres”.
12. Desde su punto de vista y partiendo de su localidad, ¿en qué indicador de salud de los descritos debería hacerse más hincapié por su inexistencia?
Indicadores en materia de urbanismo
Se tratan ahora los indicadores de género en materia de urbanismo. El término urbanismo puede ser entendido de una manera muy amplia, al reflejar todos aquellos aspectos que dentro de una misma urbe pueden describirse.
A modo de ejemplo, se puede mencionar la localización de las actividades en el espacio físico, los sistemas de transporte existentes en la localidad, el acceso a lugares de ocio y tiempo libre, las ubicaciones de las empresas, etc.
En todos estos aspectos relacionados con el urbanismo es importante entender que mujeres y hombres tienen diferentes necesidades y aspiraciones en el espacio urbano o rural y distintas posibilidades para acceder a los servicios y recursos existentes en estos lugares.
Aparece el sentimiento de la discriminación de “género” en el momento que se relaciona a la mujer con las funciones que tradicionalmente tenía asignadas. En este sentido, se hace referencia a que siga siendo la mujer la encargada de llevar el carrito del bebé, cuando es la mujer la que tiene que salir del trabajo para llevar al niño al médico, sin contar en ocasiones con medios de transporte propios o cercanos, cuando es ella quien va al supermercado y no cuenta en casa con ascensor para subir a su piso, cuando tiene que desplazarse al centro con una persona mayor y no tiene transporte público adecuado, etc.
Los indicadores en relación a urbanismo se relacionan más directamente con dos variables: la movilidad y la seguridad.
La movilidad es entendida como el desplazamiento que una persona puede o debe realizar dentro de un ámbito físico. La seguridad comprende las actuaciones que se pueden realizar para conservar la integridad de una persona. Dentro de este aspecto se tendría en cuenta el hacer realidad viviendas, calles, plazas, lugares no discriminatorios, en los que las mujeres se sientan seguras, cómodas y protagonistas de la vida diaria y del progreso de sus ciudades. Este aspecto no requiere de grandes inversiones sino de conciencia y determinación para llevarlos a cabo.
A continuación, se señalan algunos indicadores de género destacables a nivel de urbanismo:
1 Accesibilidad equitativa en la participación en los bienes y servicios de la ciudad.
2 Largas distancias que hagan dificultoso el acceso a determinados lugares para personas que no disponen de tiempo o accesibilidad a los medios de transporte.
3 Equipamientos de guarderías cercanas a lugares de trabajo para conciliar la vida laboral.
4 Existencia de equipamientos para personas mayores dependientes que permitan el uso y disfrute de las mujeres y garanticen su incorporación laboral.
5 Disponibilidad de viviendas accesibles económicamente a mujeres que cuentan con escasos recursos económicos.
6 Aseos públicos que cuenten con zonas dedicadas a bebés tanto en el espacio de hombres como de mujeres.
7 Existencia de infraestructuras urbanas para prevenir y evitar situaciones de agresiones que son más frecuentes en contra de las mujeres, por ejemplo calles y espacios diáfanos seguros como itinerarios para que la mujer use de forma segura en sus desplazamientos.
8 Accesibilidad física a espacios abiertos con especial relevancia en zonas alejadas del centro urbano o con escasos sistemas de comunicación.
9 De este modo se garantizaría la inserción laboral de todas las personas en condiciones de igualdad.

Importante
Los indicadores en materia de urbanismo se relacionan con dos aspectos que aumentarían el bienestar en la mujer: la movilidad y la seguridad.
4.4. Indicadores de género en materia de conciliación de la vida personal, familiar y laboral
Conciliar, de acuerdo con la Real Academia Española, consiste en “conformar dos o más proposiciones o doctrinas al parecer contrarias”. Se está, por tanto, ante un esfuerzo para hacer posible que dos o más elementos convivan en una misma situación.
En la igualdad de género, se trataría de conseguir un equilibrio satisfactorio entre ambos sexos, en el plano de la conciliación entre la vida personal, familiar y laboral. Este objetivo se conseguiría plenamente, si en las diferentes esferas de la vida pudiera haber un equilibrio, de manera que haya un compromiso en el puesto de trabajo, al tiempo que las obligaciones familiares no quedaran desatendidas ni las actividades personales desaparecieran.
Esto es algo que ha sido, cuanto menos, complicado para la mujer a lo largo de la historia. En cambio, el hombre ha podido conciliar las tres variables en la mayoría de los casos.
Entre las ventajas que se pueden encontrar en el hecho de conseguir la conciliación laboral destacan:
1 El aumento de la motivación y satisfacción de la plantilla así como su compromiso con la empresa.
2 El aumento del aprovechamiento del potencial de las personas, hombres y mujeres.
3 La retención de profesionales en quienes se ha invertido formación y han acumulado una experiencia y conocimientos específicos de su puesto de trabajo.
Una adecuada conciliación para la mujer en su vida familiar, personal, laboral, de salud y ocio, permitiría una auténtica satisfacción personal. Por ello se debe apostar desde nuestro ámbito más cercano, por conseguir el desarrollo de proyectos o sistemas que equiparen dichos ámbitos. Para conseguirlo, además de establecer leyes, principios o proyectos que permitan plasmarlo de forma práctica, es importante tener presente algunos requisitos previos:
1 Aplicar instrumentos de recogida de información que ayuden a detectar indicadores de género tales como: reparto de tareas en el hogar, cuidado de los hijos, empleabilidad, uso de tiempos, etc.
2 Recoger datos objetivos a través de técnicas como: estadísticas de la Seguridad Social, Instituto Nacional de Estadística, estudios poblacionales, etc.
3 Elaborar informes pertinentes que se hagan públicos con la intención de conseguir un mayor fomento de la conciliación.
A continuación, se detallan algunos de los indicadores en materia de conciliación personal, familiar y laboral.
Empleabilidad
Este concepto se define como el potencial que tiene un individuo para ser requerido por las empresas. La empleabilidad de una persona depende de cuatro factores: los conocimientos técnicos, las destrezas, las habilidades y la actitud de búsqueda ante lo que ofrece el mercado y las demandas laborales.
Al hacer un estudio detallado del motivo de menor empleabilidad en algunas mujeres, se encuentran factores que dependen no solo de conceptos como los conocimientos, las destrezas o la actitud en la búsqueda de empleo, sino que están más relacionados con la conciliación de la vida laboral y familiar, lo cual repercute en su capacidad de empleabilidad.

Recuerde
La empleabilidad en el caso de la mujer puede estar mermada por la necesidad de conciliación de la vida laboral y familiar.
En este sentido, se pueden describir algunos aspectos que son un reflejo directo de la dificultad de conciliar lo personal, familiar y laboral.
Porcentaje de hombres y mujeres en la plantilla empresarial
Este dato permite comprobar si existe una equidad en cuanto a contratos laborales en una misma empresa. En ocasiones, se observa una mayor contratación de hombres que de mujeres promovido por posibles factores como el horario laboral que hace difícil la conciliación.
Según la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, el porcentaje de personas en la plantilla de una empresa debe estar repartida estadísticamente de la siguiente manera: las personas de cada sexo no deben superar el 60 % ni ser inferior al 40 %. Habría que estudiar si este porcentaje es cumplido por todas las empresas.
Distribución jerárquica en la empresa
La distribución jerárquica comprende una participación de ambos sexos en los diferentes estratos de la empresa. Una distribución jerárquica permite el acceso a la mujer a diferentes puestos de mayor y menor responsabilidad que comprende desde personal de dirección, gerencia, jefatura y supervisores.
Porcentaje de mujeres y hombres por departamentos
Si se observan, de forma global, determinadas empresas, se comprueba que algunos departamentos están feminizados y otros masculinizados, lo cual, entre otras variables, puede ser un indicador de desigualdad o discriminación.
Hay departamentos que tienen un horario más amplio que otros o que requieren viajes semanales, lo cual hace más complicado la conciliación laboral y familiar, por todo lo que conlleva la unión de la mujer a la vida familiar.

Sabía que...
La Ley de Igualdad determina que el porcentaje de personas en la plantilla de una empresa debe estar repartida estadísticamente de la siguiente manera: las personas de cada sexo no deben superar el 60 % ni ser un número inferior al 40 %.
Tipo de contrato y jornada laboral
Este indicador está claramente relacionado con el género. La jornada laboral partida hace más compleja la conciliación.
Bandas salariales desiguales por grupos profesionales
Este aspecto se refiere más a la discriminación por razón de sexo que a la dificultad de conciliación. Las ofertas salariales pueden ser diferentes aunque las tareas, la dedicación horaria o el puesto ocupado sean similares.
Corresponsabilidad
Se define como el equilibrio entre el reparto de responsabilidades domésticas entre hombres y mujeres. Tradicionalmente, las tareas domésticas estaban asignadas a la mujer. En la actualidad, a pesar de que las circunstancias han cambiado, el equilibrio en las tareas continúa siendo insuficiente.
Tomando puntuaciones estadísticas se puede afirmar que, según los últimos datos disponibles en la Seguridad Social (año 2013, fuente INE), de 39,9 miles de personas que han trabajado menos horas de las habituales por razones personales o responsabilidades personales 29,2 miles de personas fueron mujeres, mientras que hombres solo 10,6.
Del mismo modo, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA 2018) las mujeres representan un 74,25 % del total de las personas ocupadas a tiempo parcial, lo que puede estar directamente relacionado con la corresponsabilidad.

Sabía que...
En España en el año 2017, la tasa de empleo de los hombres de 25 a 49 años sin hijos menores de 12 años era de 83,0 %; en el caso de tener hijos de esa edad la tasa de empleo era más alta (88,0 %). El valor más alto en hombres se alcanza con uno o dos hijos menores de 12 años (88,4 %).
En el caso de las mujeres, a medida que se incrementa el número de hijos menores de 12 años, disminuye la tasa de empleo. Para las mujeres de 25 a 49 años sin hijos de esa edad la tasa de empleo en el año 2017 era de 72,4 % y se reduce a 66,6 % en el caso de tener hijos menores de 12 años. Con un hijo menor de 12 años, el valor de la tasa es de 68,6 % y de 66,0 % en el caso de dos hijos menores de 12 años. Con tres hijos o más el valor de la tasa es 50,3 %.
Cuidado de los hijos en cuanto a nacimiento
Hasta hace relativamente poco tiempo, el cuidado de los hijos tras el nacimiento recaía en la mujer de forma exclusiva. En ocasiones, las bajas laborales se prolongaban enmascarando despidos por este motivo, totalmente improcedentes pero reales. Ello era un reflejo claro de la imposibilidad de conciliar la vida familiar y laboral. De hecho, algunas mujeres terminaban su vida laboral coincidiendo con la maternidad, lo cual era, en algunos casos, voluntario y en otros, totalmente impuesto.
A pesar de ello hay que alabar la iniciativa referente a los permisos de maternidad y paternidad compartida que tuvieron una muy buena acogida por gran parte de la sociedad.
No obstante los datos reflejan que mientras fueron 263.398 los permisos disfrutados por las mujeres, solo fueron 4.930 los permisos disfrutados por los padres, según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social en 2017, además las excedencias laborales por el cuidado de hijos/as también están eminentemente feminizadas, pues los datos indican que mientras fueron 40.536 las mujeres que tomaron una excedencia laboral en el año 2017, solo la tomaron 3.363 hombres, lo que supone un 92,34 % de mujeres.
Uso de los tiempos
La organización del tiempo de los hombres está supeditada a su horario laboral; cuando terminan su jornada de trabajo pueden o no realizar otras tareas en casa o de ocio. En cambio, en el caso de las mujeres, tengan o no empleo, deben adaptar sus momentos a la disponibilidad de los demás miembros de la familia. Así, su tiempo está organizado en función de las necesidades del resto: hijos, marido, etc.
Reparto desigual de las tareas del hogar
La incorporación de las mujeres al mundo laboral no ha roto con las costumbres ancestrales. La mujer que se incorpora al mercado laboral debe continuar siendo trabajadora en dos sectores, mientras que los hombres aunque se van incorporando lentamente a las tareas del hogar y cuidado de la familia, lo suelen hacer desde una actitud de ayuda y no de corresponsabilidad.
La ayuda es entendida como una participación puntual y concreta en determinados momentos o tareas específicas.

Nota
El uso de los tiempos en la mujer está condicionado por las ocupaciones en el hogar y las necesidades familiares.
Calidad de vida
La calidad de vida puede ser entendida como un estado de bienestar que le ofrece a la mujer la oportunidad de satisfacer sus necesidades emocionales, sociales, ocupacionales y físicas.
Esta calidad en la vida de una mujer está condicionada, por tanto, por su capacidad o posibilidad ocupacional. Puede ser entendida como un indicador en materia de conciliación en el sentido de que estará limitada por dos aspectos.
El primero será la existencia de factores ambientales o sociales que le posibiliten dicha conciliación laboral, tales como empresas que tengan en consideración algunas peculiaridades hacia las mujeres y no las recriminen. Se refiere también a necesidades concretas con los hijos que provoquen determinadas bajas laborales, reducción de jornada, etc.
El segundo factor mencionado se refiere a la percepción subjetiva que la mujer tiene de un bienestar asociado a su posibilidad de compaginar vida laboral y familiar. Este bienestar no es otra cosa que la satisfacción como persona y profesional por parte de una mujer que puede conciliar la vida familiar y social.

Recuerde
La calidad de vida asociada al empleo en la mujer está condicionada por factores ambientales o sociales que a veces dificultan su trabajo por tener que atender necesidades familiares.
En muchas ocasiones, la mujer que consigue incorporarse al mercado laboral y compaginarlo con su mundo familiar, lo hace con una calidad de vida insuficiente o insatisfactoria.
Cuidado de personas dependientes en la familia bien sean hijos o padres
El cuidado de las personas dependientes se sigue relacionando con la mujer, de forma que si no se puede optar por un servicio externo ella la que se ocupa de estas tareas, con la consiguiente baja o abandono laboral.
Este es quizá uno de los indicadores más claros que afectan a las mujeres, bien por decisiones familiares conjuntas o por sentimientos de “debería” que continúan estando ligados al sexo femenino en cuanto a responsabilidades.

Aplicación práctica
Imagine que es estudiante de integración social y le corresponde hacer como trabajo de fin de estudios un análisis de los indicadores que están relacionados con la conciliación entre la vida familiar, personal y laboral, añadiendo aspectos de salud, ocio y gestión de tiempos.
Determine los factores que estudiaría y el modo en que recogería la información.
SOLUCIÓN
Los factores que debería estudiar serían, básicamente:
1 Cuidado de personas dependientes en la familia, bien sean hijos o padres.
2 Reparto desigual de las tareas del hogar.
3 Uso de los tiempos.
4 Cuidado de los hijos en cuanto a nacimiento.
5 Corresponsabilidad.
6 Empleabilidad.
7 Aspectos de salud o calidad de vida que se relacionen con variables laborales.
Para la recogida de información podría usar algunas técnicas, tales como:
1 Datos estadísticos del INE, Seguridad Social, etc.
2 Análisis de datos encontrados en internet.
3 Encuestas poblacionales.
4 Estudios comparativos por años y variables.
Con los datos obtenidos elaboraría un informe final donde se recojan las soluciones y relaciones entre las distintas variables estudiadas.
Se podría establecer una nueva recogida de datos dentro de un tiempo acordado para contrastar los datos obtenidos, incluso proponer propuestas de mejora a nivel local y ver si su posible implantación tiene repercusiones en las variables.