Kitabı oku: «Largas sombras de la dictadura: a 30 años del plebiscito», sayfa 4

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4. El statu quo de la contrarreforma en los cuerpos-de-agua y la lucha de las mujeres mapuche por la salvaguardia del río Biobío (1990-2004)

«A esta tierra mía no la daña nadie, ni la viola nadie y por eso nunca me voy a cansar de luchar» 18 .

La alegría que despertó en la mayoría del pueblo chileno la salida de Pinochet del gobierno fue también esperanza para el pueblo mapuche con la promulgación de la Ley Indígena en 1993, que reconocía a «los indígenas» el derecho a la tierra como fundamento de su existencia y cultura e incorporaba recursos para su restitución. Si bien dicha ley prohibía la enajenación de la tierra indígena en Chile, permitía su permuta por otra, dejando abierta la puerta para una política de virtual despojo de tierras ancestrales y su traslado hacia otras. Esta política fue desarrollada en la época colonial con las comunidades indígenas alto-peruanas, trasladadas de acuerdo a las conveniencias productivas y tributarias de la corona española19.

A esos reyes españoles les obsesionó secularmente el río Biobío, emblemático y poderoso cuerpo-de-agua de Chile Sur, muro fronterizo que puso límites a su orgullosa conquista continental, siendo expresión de la férrea unidad entre el guerrero pueblo mapuche y la tierra-agua de su heredad. Cuatrocientos años después de esa gran rebelión mapuche de 1598, que puso atajo y frontera en el Biobío al avance conquistador español, la empresa española ENDESA comenzaba la construcción de la represa Ralco (1998), la mayor central hidroeléctrica construida en territorio chileno e instalada en el bello Alto Biobío, concretando el sueño colonial del rey de vencer al pueblo mapuche, oprimiéndolo desde el cuerpo mismo de su ser libre: su río Biobío.

A partir de 1990 comenzó el lobby de ENDESA y su compra de derechos de agua en el Alto Biobío. La empresa proyectaba la construcción de 6 centrales en dicho alto río, generando una intervención megalómana equivalente a la caída de una bomba en la zona, matando todo el ecosistema. La primera etapa, Pangue, se inauguró en marzo de 1997. La segunda etapa, Ralco, que inundaría 3.500 hectáreas, inmenso territorio donde arrasaría con el ecosistema, con la flora y la fauna, con la tierra y los cementerios indígenas, no fue aprobada en un primer Informe de Impacto Ambiental (IIA). En ese momento actuó directamente el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, algunos de cuyos ministros estaban enlazados íntimamente a intereses de ENDESA20. El Presidente Frei interviene a CONAMA, cambia su dirección e induce la aprobación del IIA. En 1998 se autoriza Ralco, comenzando el vía crucis de la tierra del Alto Biobío sufriendo su tortura y muerte a manos de la tecnología: camiones, máquinas excavadoras, dinamita y cemento. Hereda el megaproyecto el gobierno de Ricardo Lagos, quien lo apoya realizando gestiones personales en este sentido.

Desde los primeros momentos, cuando llegaron profesionales a recorrer la zona, se prendieron luces rojas en las siete comunidades mapuche habitantes de esas tierras. «A fines de los 90, el abogado Sergio Oliva, adscrito a la CONADI, interpuso un recurso en representación de ocho pehuenches, acusando a funcionarios de ENDESA e Ingendesa de estar ejecutando trabajos ilegales en la zona, ingresando a los predios pehuenches sin permiso y amenazando a los comuneros. ‘Irarrázabal y Figueroa recorren en forma permanente las tierras del sector ribereño del río Biobío de Ralco-Lepoy y Quepuca-Ralco, amenazándolos para que desalojen las tierras y se trasladen a un fundo hacia el interior denominado El Barco’, detalla el escrito presentado en la Corte de Apelaciones de Concepción»21.

La guerra de Arauco parecía latir cuando la opción de la permuta de tierras y el ofrecimiento de sabrosas prebendas y altas sumas de dinero a aquellos mapuches que las aceptaron, dividió al pueblo pehuenche del Alto Biobío. Setenta familias mapuche aceptaron la permuta, mientras muchos de los hombres ingresaron a trabajar de obreros en las faenas. La conquista española de la frontera parecía presa fácil. Sin embargo, cinco mujeres libres, sin marido, no aceptaron trasladarse. Berta y Nicolasa Quintreman, dos valientes mujeres mapuche habitantes de Ralco-Lepuy en Alto Biobío, lideraron la resistencia de mujeres y encarnaron la ancestral fuerza guerrera del pueblo mapuche, levantando la ira de su palabra ante todos los poderes del mundo. «Hacer Ralco es matar al río y con eso a su gente»22. «Yo no salgo de mi tierra. Yo estoy aquí no más». «El copihue es el espíritu mío…». «¿Porqué no hacen un lago más chico? Aquí a lo largo de su orilla están enterrados nuestros antepasados… ellos agradecen (nuestra visita y ofrendas), nos dan más energía y valentía, buena suerte, buena salud». «¿Hasta cuándo tendré que soportar este sufrimiento?... por el agua, por el río…»23. Estas son palabras de la buena ira de Berta y Nicolasa, resistiendo hasta morir, inmolada Nicolasa en las aguas del río de su dolor.

A pesar de que finalmente las mujeres mapuche en resistencia tuvieron que dejar la ancestral tierra de su habitar, su lucha ha sido, históricamente, muy significativa. En palabras del autor Cristián Opaso, «Las Quintreman se constituyeron en símbolos emblemáticos de la fiera resistencia a la construcción de megacentrales en su territorio de la cordillera del centro sur de Chile»24. A nuestro juicio, por una parte, su lucha reveló ante los ojos del mundo la violación a los derechos humanos y naturales por parte de megaproyectos que rompen el equilibrio del habitar de los territorios donde se instalan, en función de una producción en gran escala que se aleja de toda economía sustentable, comprometiendo el desarrollo integral del territorio local y nacional. En segundo lugar, su lucha permitió develar la pervivencia, en los gobiernos postdictadura, del influjo gubernativo de la burguesía transnacional y de la hegemonía política de sus megaproyectos, en detrimento de las sociedades y economías territoriales nacionales. Ello ha generado desintegración social y una escalada de conflictos ambientales ciudadanos a lo largo del país y su irradiación hacia el conjunto del pueblo mapuche que, desde otras zonas, acudió en apoyo de las mujeres rebeldes del Alto Biobío, reproduciendo a mayor escala su lucha por la defensa de los territorios amenazados. En suma, la resistencia de las Quintreman fue la avanzada de otras luchas y resistencias por venir, ya que la ciudadanía y el pueblo mapuche han aprendido acerca del régimen político que vivimos: de solapada dictadura ejercida por la burguesía nacional y transnacional, a través de los gobiernos y la legalidad constitucional 80/post-90.

5. Nuestros cuerpos-de-agua enajenados. La resistencia de los pueblos: Aysén y San Pedro (2007-2017)

«Water Rights for Sale: You can make an offert.

Toltén River:

Location: 1 Kilometer from Villarrica, Chile;

Quantity: 3.000 liters / second;

Type: Consumptive;

Price: $ 480.000.000;

Capture: 1 kilometer from Villarrica Lake. (…).

(Propiedades Austral)» 25 .

Las profecías del año 2000 amenazaban con un desastre de proporciones por la desconfiguración que se produciría en las computadoras. Ello podría hacer saltar los botones de control de los centros nucleares, se profetizaba. Así, dábamos vuelta la hoja de un nuevo milenio con emoción y temor. El inicio del siglo XXI traería grandes cambios, como había ocurrido a principios del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Pensamos en conflagraciones mundiales, en convulsiones sociales y políticas, imaginamos los avances tecnológicos, confiamos en el protagonismo joven… Si bien las computadoras no fallaron, los cambios tecnológicos y los conflictos internacionales se aceleraron, impactando la civilización, ya que se abría paso a la revolución cultural de internet y los celulares, enlazando a medio mundo, mientras los Estados exnacionales se arrodillaban en el templo, culto y rito del mercado y se enfrentaban el Oriente y los Estados Unidos, cayendo éste gravemente herido en su arrogancia un inolvidable 11 de septiembre del año 1 del siglo XXI.

A menudo se tiende a pensar en los fenómenos históricos en términos fácticos, espectaculares. Sin embargo, si bien esos fenómenos factuales son manifestaciones eventuales, otros muy significativos se crían en el seno de un magma profundo, oscuro, invisible y silencioso de la historia… hechos tan significativos como la oculta enajenación del territorio madre que nos habita, a través de negociaciones virtuales y reales plasmadas en las oficinas de corredores, abogados y notarios. Internet permitía, ahora, enajenar todos los días, ante los ojos de todos y en el gran mercado del mundo, los más emblemáticos ríos nuestros.

«Water in Chile» nace el año 2000 con el fin de ayudar a personas interesadas en desarrollar proyectos vinculados a derechos de agua. Conectamos al cliente con los profesionales adecuados para inscribir nuevos derechos de agua en Chile y le ayudamos a comenzar el negocio que elija, contactándolo con abogados, ingenieros agrónomos, expertos en pisciculturas, ingenieros eléctricos, etc., pero por sobre todo nos ocupamos de la compra-venta de derechos de agua. Bienvenido a los excelentes resultados de «Water in Chile»26.

Desde este comienzo de segundo milenio, el listado de ríos chilenos en venta por «Water in Chile» es amplio. Si abrimos su sitio virtual cualquier día, podemos saber que aquellos abundantes ríos nuestros llenos de sur, de flujo suave, de verde profundo, están siendo enajenados, enajenándonos. Nuestro gran río Toltén, por ejemplo, nacido en el lago Villarrica, espejo de su volcán blanco y cónico, fluyendo sus aguas azul acero, arteria vital de nuestro cuerpo sur regando flora, conteniendo gordos peces grises abrazados por pescadores, agua dulce de sus pueblos, orilla de Pitrufquén, territorio del lonco Paillalef, generoso donante de tierras a colonos de todos los colores y mixturas… nuestro río Toltén está a la venta por la suma sideral de $480.000.000 como enajenación de derechos de aguas «consuntivas»27, es decir, «derechos que facultan a su titular para consumir totalmente las aguas en cualquier actividad»28.

Nuestro bello río Cruces, nacido de la falda del volcán Villarrica, flujo de aguas suaves y lentas, descansando en el sagrado santuario creado por la propia energía telúrica, nido azul verde de blancos cisnes enamorados criando polluelos en sus juncales bajo nubes (que luego de morir envenenados por la industria humana, hoy reviven gracias a la lucha de los conscientes), piel acuosa donde se desplazan los remos en sigilo y silencio para no despertarlos… nuestro cuerpo-de-agua santuario río Cruces está a la venta por la suma de $500.000.000 que les otorga a sus compradores el «derecho» de consumo total de sus aguas29.

Nuestro larguísimo río Biobío, caudalosa serpiente sur-andina que llega al mar saltando valles, emblema de libertad de la nación mapuche tras la victoria de Curalaba, marca de frontera de nuestra historia, ancho derrame de cuerpo-de-aguas alimentando pueblos en su ribera, juego de kayaks, que a trechos navega barcos, levanta puentes, recibe desechos de celulosa y lágrimas de mujeres mapuche defensoras de su nutricio cuerpo-de-agua… está a la venta en su trecho de Chiguayante en la suma de $90.000.00030. Y así suma y sigue, decenas de ríos y esteros chilenos están a la venta por internet, incitando a extranjeros a comprarlos con todas las facilidades legales. Cabe entonces plantear si es posible hablar de «democracia» cuando casi no existe realidad histórica para el concepto de «bien público», especialmente cuando se niega dicho concepto al elemento esencial de la vida humana, que es el agua dulce. Entonces, ¿podemos considerarnos una «sociedad bien constituida» cuando unos pocos se han apropiado de sus recursos más esenciales?

Recién inaugurada la central hidroeléctrica Ralco, cuya resistencia ciudadana y mapuche dio la vuelta al mundo, el Presidente de la República, Ricardo Lagos, envió al Congreso un proyecto de ley que establece algunas modificaciones al Código de Aguas, el que fue aprobado y promulgado como Ley No. 20.017 el 16 de junio de 200531. Esta reforma introdujo el concepto de «reserva de caudal», mecanismo que «se creó en virtud del interés público y prioritario de reservar agua para el consumo humano, cuando no hayan otros medios para obtener agua». Es el presidente quien puede hacer uso de esta prerrogativa mediante decreto fundado y previo informe de la DGA. «Lo que hace el decreto es negar parcialmente la creación de nuevos DAA, cuando se funde en la no disponibilidad de otros recursos hídricos de agua potable para la población, o por circunstancias excepcionales o de interés nacional»32 . Si bien esta ley representa un gesto de conciencia gubernativa respecto de la gravedad del régimen de propiedad de aguas que nos rige, esta normativa ha sido mal calificada por algunos parlamentarios, catalogando como «débil y tardío el efecto de las consideraciones ambientales incorporadas por la Ley 20.017, reducidas a una definición semántica de responsabilidad a la autoridad competente y caudal ecológico mínimo, así como discretas las facultades relativas de la Dirección General de Aguas al respecto»33. Quizás la intención de este gesto legal fue tratar de realizar una «compensación sicológica» para la ciudadanía ante el nuevo megaproyecto que ENDESA, junto a Colbún, preparaba ese año 2005, previa adquisición de derechos de agua: la construcción de cinco represas en la Patagonia, a través de HidroAysén.

«¡PATAGONIA SIN REPRESAS! ¡Destrucción no es solución!», fue el grito de guerra y de amor que, desde sur a norte, atravesó todo Chile. Los defensores se organizaron, se recogieron los recursos, se crearon medios de comunicación y se difundió la lucha a nivel nacional e internacional. Esta vez no fueron cinco mujeres mapuche valientes, sino millones de ciudadanos a lo largo de todo el país, quienes se aprontaron a dar una batalla sin cuartel en todos los medios habidos y por haber, ya que la Patagonia, la bella cuenca del río Baker, estaba amenazada de muerte.

La cuenca del Baker, con su superficie de 26.726 km2, es la segunda más extensa del país, y por la heterogeneidad y singularidad de los paisajes relacionados con los diversos cuerpos de agua que la integran, es uno de los sistemas naturales más notables de Chile. El principal elemento es el río Baker, que, en su largo recorrido desde el lago Bertrand hasta su delta, integra una secuencia heterogénea de paisajes del agua: paisajes fluviales originados por el Baker y sus afluentes, paisajes lacustres compuestos por amplios lagos y lagunas, paisajes de ventisqueros asociados a los campos de hielo y paisajes de canales y humedales que se desarrollan en el delta del Baker formando un ambiente de transición terrestre marina.

Los paisajes del agua en la cuenca del Baker constituyen la expresión espacial de una geografía excepcional por la diversidad y amplitud de los cuerpos hídricos, la heterogeneidad y complejidad del relieve, la abundancia de especies vegetales y biológicas, comunidades y hábitats34.

Río Baker, serpiente patagónica, receptor de hielos seculares, fluyendo suave tu cuerpo profundo, tu azul intenso, tu calipso, tu verde esmeralda orillada de bosque nativo y hierbas bebiendo, aguas calmantes del sufrir, memorial del Paraíso… de pronto arenas, de pronto rápidos, de pronto lagunas calmas espejando nubes, de pronto cavernas de pliegues verdes, de pronto cascadas ante picos nevados reflejándose coquetos en sus aguas puras, de pronto islas y parques íntimos de bosque tupido picado por carpinteros, saltando monitos del monte, de pronto botes a remo, flores de loto en recodos de humedales, de pronto el cielo en la tierra, la tierra en el cielo… de pronto un pueblo, un huemul, de pronto sonrisas ofreciendo brazos agradeciendo la felicidad de tu virgen belleza.

No osarían violarte los depredadores. Esa fue la promesa y la voluntad que creó el Consejo de Defensa de la Patagonia Chilena (CDPCh), un colectivo integrado por 35 organizaciones del país y el extranjero35 el cual, desde 2007 comenzó a hacer una campaña de educación para crear conciencia sobre los efectos mortales de las centrales hidroeléctricas sobre ese campo patrimonial natural y humano, destapando el lobby y los intereses creados, informando el proceso de evaluación ambiental y vigilando de cerca el proyecto y su trenzado político. A una gran campaña de imágenes de prístinos paisajes patagónicos atravesados por cables de alta tensión, se unió una amplia movilización ciudadana que manifestó su oposición al proyecto en mítines, marchas y redes sociales. Junto al amplio despliegue de gráfica concientizadora, el CDPCh sacó a luz «las 9 razones» para oponerse al proyecto HidroAysén: «las insuficiencias e irregularidades del estudio de impacto ambiental, las fallas en la institucionalidad ambiental, los impactos ambientales irreversibles de las represas, el impacto de la línea de trasmisión, la pérdida de especies y ecosistemas, el impacto sobre parques nacionales, la pérdida de los atributos de la región como reserva de vida, la afectación del turismo como pilar de desarrollo, el incremento del monopolio energético y de aguas, el negociado detrás del proyecto, la existencia de alternativas y la necesidad de reducir el consumo y evitar el derroche energético»36. Entrando directamente con su voz a la Moneda, el Consejo de Defensa de la Patagonia Chilena envió cartas abiertas a la Presidenta Michelle Bachelet, «con el objeto de que se restituyera el estado de derecho, la institucionalidad burlada y se cumpliera con los compromisos de su programa de gobierno, principalmente los referidos a profundizar la participación ciudadana en el sistema de evaluación de impacto ambiental y en el establecimiento de una Estrategia Nacional de Cuencas, pero por sobre todo para proteger a la Patagonia de un desastre ambiental irreversible y totalmente innecesario». En dichas cartas abiertas, el CDPCh daba a conocer su preocupación por el respaldo que varios ministros de Estado habían dado al proyecto (Pérez Yoma, Vidal, Viera-Gallo, Tokman), lo que presumiblemente era «fruto de un lobby que se ha llevado a cabo atrevidamente frente a la Nación, violando el principio de objetividad, imparcialidad y legalidad con que debe actuar la administración y particularmente las autoridades que hoy forman parte del Consejo de Ministros de CONAMA»37.

Al mismo tiempo, en 2007, en otro frente territorial, los pueblos de Valdivia y Panguipulli se levantaban en resistencia contra el proyecto de Colbún de instalar, en el emblemático río San Pedro –protagonista del «Riñihuaso» en el terremoto del 60–, una central hidroeléctrica con embalse de casi 300 hectáreas, presa de hormigón y línea de transmisión eléctrica de 40 kms., con gran impacto sobre esos íntimos bellos parajes y sobre los habitantes amantes del río, compañero de sus vidas y actor principal de sus economías territoriales, afectando a todos los pueblos la pérdida del paraíso San Pedro. «Río arriba, más allá de donde llegan los visitantes, aún más arriba de donde llegan los caminos (…) en este lugar el río evoca el edén, aquí se refugia entre coihues, ulmos, canelos, tepas, notros y arrayanes; árboles añosos que se hacen acompañar de helechos gigantes; nalcas de gruesos tallos, abundantes y tupidas quilas. En este paraíso, acogedor e impenetrable, el río entrega su canto de agua a sus viejos amigos de las tierras aledañas»38. Cuerpo transparente de aguas verde esmeralda, rico en biofauna, alimento abundante de truchas silvestres que atraen pescadores a las orillas de sus remansos y a los deportistas fluyendo en sus rápidos y en cuyas cercanías habitan pudúes, monitos del monte, zorros, pumas, jabalíes y coipos… el cuerpo nuestro sería nuevamente violado, despertando la renovada ira de los pueblos.

El grito de guerra de las organizaciones ciudadanas se escuchó fuerte: «¡CONTRA EL DESPOJO EMPRESARIAL, ORGANIZACIÓN TERRITORIAL!» «¡VALDIVIA SIN REPRESAS!». A pesar de las cientos de indicaciones técnicas y ambientales ingresadas al proyecto por la ciudadanía organizada y profesionales de la UACH, la COREMA de los Ríos lo aprobó un triste día 22 de octubre de 2008. El proyecto en los hechos y en lo inmediato se mostró inviable, imposibilitado de asentarse en su roca madre, generando derrumbes y amenazando la propia vida de sus habitantes39. Sin embargo nuevos y reiterados intentos se seguirían realizando para la instalación de la presa, deseando matar la cuenca de San Pedro.

La humanidad y toda la vida terrena, histórica y biológicamente, se encuentra abrazada a sus ríos… ¿Cómo pretender romper este cordón umbilical matrístico, cómo pensar en destruir esta unidad íntima o la vida misma, en aras de grandes cantidades de energía eléctrica, la cual es ofrecida directa y gratuitamente por el propio Sol?

Al momento de la elección presidencial de 2010, el Consejo de Defensa de la Patagonia Chilena se reunió con todos los partidos políticos y candidatos, ofreciendo alternativas de inversión en energías renovables no convencionales. La campaña del CDPCh continuó sin desmayo durante la presidencia de Sebastián Piñera, enfocándose principalmente en sacar a luz la red existente entre la burguesía, el lobby publicitario, el gobierno y algunos parlamentarios40, poderosa red que culminó con la aprobación en mayo de 2011, por parte de ese gobierno de la derecha burguesa, del cuestionado proyecto HidroAysén41. Como respuesta se enardecieron las manifestaciones de protesta, realizándose un cacerolazo nacional en todas las plazas de armas del país, además de un apagón de todos los artefactos eléctricos. Miles de manifestantes, de norte a sur del país, se presentaron en marchas con gritos, carteles y piedras contra HidroAysén 42. La ciudadanía y los pueblos de Chile, una vez más, sintieron el fuerte dolor de la violación de su propio cuerpo-de-agua.

La lucha, sin embargo, dio sus frutos43, trazando el movimiento «Patagonia sin represas» un camino a seguir: a) amplitud del movimiento a nivel nacional e internacional; b) gran despliegue de recursos y de creatividad para una campaña educativa de amplia difusión; c) seguimiento sigiloso de los pasos administrativos del proyecto; d) develación de las redes de intervención de los capitalistas a nivel de la clase política y, especialmente, e) amplia movilización en las calles, abriéndose las alamedas para el decidido paso de los pueblos libres en defensa de sus territorios, de sus Macarenas, de sus Nicolasas y de la amenazada vida de todos.

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