Kitabı oku: «La práctica integral de vida», sayfa 6

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Iluminar la sombra con la luz de la conciencia

Como saben perfectamente los maestros de aikido, lo que ignoramos puede acabar dañándonos, mientras que siempre es posible trabajar con aquello que sabemos. Si queremos recuperar los aspectos que el proceso de disociación 1-2-3 acabó escindiendo del yo y expandir nuestra conciencia, debemos volver a establecer contacto con los aspectos del yo que habíamos puesto en cuarentena o, dicho en otras palabras, de los que nos habíamos enajenado. Y, para ello, empezamos con la parte “3” del proceso, enfrentándonos, relacionándonos y restableciendo contacto con lo que habíamos acabado enajenando como “ello” (perspectiva de tercera persona). Luego tomamos lo que veíamos como “ello” y restablecemos ese aspecto de nosotros a una conciencia parcial como “tú” (perspectiva de segunda persona), comprometiéndonos con ello, hablando con ello y dialogando con ello. Así es como, durante la parte “2” del proceso, nos aproximamos al gancho, pero todavía no nos identificamos con él. Finalmente, cuando llegamos a la parte “1” del proceso, asumimos lo que, en el paso anterior, reformulamos como “tú” y lo afirmamos como “mí” o como “lo mío” convirtiéndonos en ello (conciencia de primera persona). Ésta es, en suma, la esencia del proceso 3-2-1, que consiste en pasar de la perspectiva de tercera persona a la perspectiva de segunda persona y, desde ahí, a la perspectiva de primera persona. Así es como lo que, empezando como un “ello”, se recupera como un “tú” que finalmente se restablece como “mí”, es decir, como un aspecto de mi yo.

La esencia del proceso 3-2-1 comienza, pues, enfrentándonos a ello, prosigue hablando con ello y acaba finalmente convirtiéndonos en ello. Ésta es una forma muy sencilla de suscitar una comprensión profunda de las dimensiones reprimidas del psiquismo.

Práctica estrella El proceso de la sombra 3-2-1

Empiece eligiendo aquello con lo que quiere trabajar. Suele ser más fácil comenzar con una “persona difícil” por la que usted se sienta atraído, repelido o molesto (como, por ejemplo, la pareja, un jefe o un pariente). También puede elegir una imagen onírica o una sensación corporal que le distraiga o que, de un modo u otro, atraiga su atención. No olvide que la perturbación puede ser tanto positiva como negativa.

Hay dos formas posibles de reconocer la presencia de la sombra. El contenido de la sombra:

puede tornarle negativamente hipersensible, reactivo, irritado, enojado, molesto o dañado, y también puede tratarse de un tono o estado emocional que impregna toda su vida

o

puede tornarle positivamente hipersensible, infatuado, posesivo, obsesionado, claramente atraído o quizás se convierta en una idealización continua que estructura sus motivaciones o sus estados de ánimo.

Siga luego los tres pasos del proceso:

3. Enfréntese a ello

Observe atentamente el problema y luego, utilizando un diario en el que tomar nota o una silla vacía con la que dialogar, describa con todo detalle la persona, situación, imagen o sensación, utilizando pronombres de tercera persona como “él”, “de él”, “ella”, “de ella”, “ellos”, “suyos”, “sus”, etcétera. Ésta es una oportunidad para explorar con detalle su experiencia de la perturbación, especialmente lo que más le molesta. No desaproveche esta oportunidad y permítase describirla de la manera más plena y minuciosa posible.

2. Hable con ello

Entable un diálogo simulado con esos objetos de conciencia utilizando pronombres de segunda persona (como “tú” o “tuyo”). Y convendrá, puesto que ésa es una oportunidad para relacionarse con el problema, aprovechar la ocasión para hablar directamente con la persona, situación, imagen o sensación que aparezca en su conciencia. Quizás podría empezar entonces formulando preguntas del tipo “¿Quién/Qué eres? ¿De dónde vienes? ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Qué necesitas decirme? ¿Qué es lo que tienes que ofrecerme?” Permita luego que la perturbación le responda. Imagine lo que le respondería si realmente pudiese hablar con usted. Déjese sorprender por todo lo que aparece durante ese diálogo.

1. Conviértase en ello

Utilice ahora, mientras escribe o habla en primera persona, los pronombres “yo”, “mí” y “lo mío”, al tiempo que se convierte en la persona, situación, imagen o sensación que está explorando. Contemple el mundo, incluyéndose a sí mismo, desde la perspectiva única de esa perturbación y permítase también descubrir, no sólo las similitudes, sino también que realmente son una y la misma cosa. Esboce finalmente una afirmación o una identificación del tipo “Yo soy…” o “… soy yo”. Esto es algo que, por su misma naturaleza, siempre experimentará como algo discordante o “equivocado” (¡después de todo, es precisamente lo que su psiquismo se ha esforzado en negar!) Pero pruébelo una y otra vez hasta acabar descubriendo la verdad que encierra.

Este último paso (el “1” del proceso 3-2-1) suele tener una segunda parte en la que se completa el proceso de reapropiación completa de la sombra. En tal caso, no sólo contempla provisionalmente el mundo desde esa perspectiva, sino que también siente el sentimiento o impulso anteriormente excluido hasta reconocerlo claramente como propio. Luego debe comprometerse con él hasta llegar a reintegrarlo.

Para completar el proceso permítase luego registrar la realidad anteriormente excluida no sólo con la mente sino con todos los niveles de su ser. Este paso provoca un cambio de conciencia, emoción y energía sutil que libera la energía y la atención atrapada en la negación. Y el indicador más claro de que el proceso funciona es que usted se siente más ligero, más libre, más en paz y más abierto y, en ocasiones, más elevado y hasta un poco mareado. Entonces es cuando se abren las puertas a un nuevo tipo de compromiso con la vida.

Ejemplo 1: Phil visita a un amigo de la infancia

3. Enfréntese a ello

Tengo miedo de ir a ver a mi mejor amigo de la infancia. La última vez que fui a visitarle casi me saca de mis casillas. Tiene un trabajo superseguro y mortalmente aburrido. ¡No apura la copa de la vida y hace mucho que no experimenta el sabor de la aventura! Si se atreviese, su vida sería tan intensa como si viviera el doble. Creo que está traicionándose a sí mismo y el simple hecho de visitarle me pone enfermo.

2. Hable con ello

—¿Por qué dejas que tu esposa tome todas las decisiones importantes? —No lo hago. Sólo respeto su perspectiva.

—¿Y por qué estás a gusto con un trabajo tan anodino?

—Es un buen trabajo y me gusta.

—¿Por qué no te dedicas a la asesoría y abres tu propia empresa?

—Prefiero seguir trabajando ahí. ¿Qué hay de malo en trabajar en una empresa segura? ¿No entiendes que eso me resulte mucho más cómodo?

Una y otra vez, Phil trata de entender a su amigo, pero sólo entiende que Joe quiere un trabajo seguro y libre de riesgos y que su vida discurra por cauces tranquilos. Phil, por su parte, cree en la necesidad de romper los viejos moldes y asumir riesgos.

1. Conviértase en ello

Phil se convierte en Joe y dice: «Quiero seguridad y una vida tranquila y predecible».

Reapropiarse de la sombra

La conciencia de las emociones que le despierta la conducta de su amigo Joe puede permitir a Phil darse cuenta de lo mucho que se ha enajenado sus necesidades de seguridad. Y es que, como cualquier persona, Phil necesita ambas facetas, es decir, amenaza, vitalidad, riesgo, pasión, intriga y mayores recompensas por un lado, y comodidad, seguridad, previsibilidad y confort por el otro. Y, habiendo enajenado un polo del espectro, el camino para volver a ser completo pasa por asumir decisiones conscientes que tengan en cuenta el otro polo.

Esto suele presentarse en forma de una comprensión y un cambio energético. Phil puede llegar a una comprensión más profunda y reintegrar su necesidad de seguridad y sentirse así más libre para tomar nuevas decisiones. Entonces puede sentir un nuevo tipo de compasión y empatía por Joe y darse cuenta, por ejemplo, de que su idealización del padre aventurero que perdió cuando sólo tenía doce años ha acabado ensombreciendo facetas muy importantes de su mundo interno. E incluso puede llegar a asumir nuevas formas de enfrentarse a estos retos de su vida; por ejemplo, puede darse cuenta de que puede disfrutar agradecido de la compañía de Joe y de su familia durante un día y medio y permanecer, el resto del tiempo, en un hotel para no caer, de ese modo, en la sobredosis. Todas esas posibilidades pueden acabar relajando su desproporcionada reactividad interior.

Ejemplo 2: Kathy entrega su poder a Bill

3. Enfréntese a ello

Conocí a Bill a través de un servicio de citas online en el que especifiqué que buscaba a un hombre muy inteligente. En el mismo momento en que leí su biografía, me sentí inmediatamente atraída por él. ¡Era un profesor de la University of Chicago con un par de doctorados, uno en física teórica y el otro en filosofía!

En la primera cita me quedé embobada de todas y cada una de sus palabras, completamente enamorada de su conocimiento y de su comprensión. Y, cuanto más hablaba de agujeros negros y de teoría M, de Kant y de Kierkegaard, más atraída me sentía.

Llevamos viéndonos unos tres meses y estoy empezando a advertir algo que realmente me preocupa. Y es que, cuando estoy con él, es como si perdiese mi voz. Él se da perfecta cuenta, pero yo ignoro el modo en que podría contribuir positivamente a la conversación. Me parece tan brillante que no creo que pueda aprender nada de mí.

Me gusta estar con él, porque es una persona muy inteligente, pero dudo que mi conversación le aporte algo.

2. Hable con ello

—¿Te gusta estar conmigo?

—¡Por supuesto que sí! ¿Crees que, de otro modo, nos habríamos visto tanto los últimos meses?

—¿Pero no te aburren nuestras conversaciones? No creo que pueda enseñarte nada.

—Muy al contrario, Kathy. Me pareces una mujer muy inteligente. Son muchas las cosas que me has enseñado sobre empezar un negocio desde abajo. Una empresa tan exitosa como la tuya no depende exclusivamente de la suerte. Yo nunca he hecho nada así y son muchas las cosas que, al respecto, he aprendido de ti.

—¡El hecho de que me haya pasado la mitad de la vida estudiando no significa que lo sepa todo! Te invito a que me pongas en cuestión y a que me muestres tu desacuerdo. Valoro mucho el pensamiento independiente y las perspectivas singulares y me gustaría saber lo que, en ese sentido, tienes que decirme… ¡especialmente en el caso de que tu opinión difiera de la mía!

1. Conviértase en ello

Kathy se convierte en Bill y dice:

—Soy una persona inteligente y mis comentarios pueden ser muy interesantes.

Reapropiarse de la sombra

En algún momento de su pasado, Kathy llegó a la conclusión de que no estaba bien mostrarse inteligente con los hombres. Así fue como acabó enajenándose de su capacidad intelectual. Y, en este caso concreto, había acabado proyectando sobre Bill la cualidad positiva de la inteligencia. La intensa atracción que Kathy sentía por Bill era un “abrazo de su propia sombra”. Y su infatuación no sólo tenía que ver con Bill, sino con su propia inteligencia enajenada. Fue así como, gracias al proceso 3-2-1, Kathy acabó reapro-piándose de su propia inteligencia.

Esta reintegración le llevó a reevaluar su autoimagen y, para ello, empezó a escribir activamente un diario. Y, en la medida en que asumió estas comprensiones, fue sintiéndose cada vez más arraigada y menos dispuesta a renunciar a su poder y entregarlo los demás. Fue así como, después de distanciarse provisionalmente un tiempo de Bill, decidió continuar con la relación. Pero entonces ya no siguió idealizando su inteligencia como un intento de llenar su propio vacío. Aprendió a respetarse a sí misma y, sobre esta base, pudo darse cuenta del egoísmo y de las debilidades de él y considerarla como a un igual, como un ser humano multidimensional.

Ejemplo 3: Tony medita con un monstruo

Poco después de su divorcio, Tony empezó a sufrir terribles pesadillas que se repetían varias veces por semana. En ellas aparecía un monstruo grotesco de dientes afilados y piel fría y húmeda que le perseguía por diferentes parajes oníricos. Era un monstruo cruel que le odiaba y quería matarle y, cuando estaba a punto de cogerle, Tony despertaba temblando en medio de la oscuridad, con el cuerpo empapado en sudor.

Cuando Tony, antiguo meditador, le contó el sueño a su maestro, éste le aconsejó meditar en el miedo asociado al monstruo. Durante los siguientes meses, Tony siguió las instrucciones de su maestro, observando el miedo, sintiéndolo y relajándose en él para poder soltarse y “liberarse”. La idea era que, en el momento en que permitiera que su mente se relajase y se permitiese simplemente “ser”, la energía atrapada en sus emociones reprimidas podría liberarse y encauzarse más adecuadamente.

No obstante, después de cuatro meses de diligente práctica, las pesadillas seguían ahí de un modo, en ocasiones, todavía más intenso y Tony seguía aterrado por un monstruo que, en su opinión, quería matarle.

Entonces fue cuando decidió emprender, además de su práctica regular, el proceso 3-2-1. Veamos un ejemplo de una de aquellas sesiones.

3. Enfréntese a ello

Es como si estuviese dentro de un ordenador. Me siento envuelto por todo tipo de artilugios y luces destellantes. Me encuentro en un entorno extraño, árido y artificial. Me siento como si fuese una presa indefensa de algo que me acecha y me persigue. Miro por encima del hombro y atisbo la sombra de una figura alta y amenazadora. Sé que ese monstruo me odia y quiere matarme. El miedo tensa toda mi musculatura. Trato de escapar, pero mi torpe intento me lleva a tropezar en ese mundo extraño. Y, a pesar de todos mis esfuerzos, el asesino está cada vez más cerca… más cerca… más cerca… tan cerca que casi me atrapa, hasta que, paralizado de miedo, acabo cerrando los ojos.

2. Hable con ello

—¿Por qué me persigues?

—Porque te odio y quiero matarte.

—¿Y por qué me odias y quieres matarme?

—Porque estoy muy enfadado contigo.

—¿Y por qué estás tan enfadado conmigo?

—¡Porque eres odioso y despreciable, y mereces morir!

—¿Y cómo experimentas eso?

—¡Como si estuviese metido en un horno rugiente de furia!

Tony y el monstruo siguen explorando durante un rato los sentimientos y la experiencia del monstruo.

1. Conviértase en ello

Cuando Tony se convierte en el monstruo, dice:

—¡Estoy muy enojado! ¡Hiervo de furia y de rabia y quisiera matarte!

Reapropiarse de la sombra

Gracias a la práctica del proceso 3-2-1, Tony acabó reconociendo que, detrás del miedo, acecha la ira. Después de su divorcio, aquella ira había acabado convirtiéndose en un elemento independiente de la sombra que, en sus pesadillas, asumía la forma de un monstruo airado. Sólo reapropiándose de la ira podría Tony relajar la represión de la sombra y liberar, de ese modo, el poder de un yo más integrado.


Figura 4.1 Traducción de las emociones e impulsos secundarios e inauténticos a sus formas primordiales y auténticas.

Entonces se dio cuenta de que llevaba varios años sutilmente deprimido. Y ello se debía a una represión que le impedía acceder a la energía contenida en la emoción reprimida. Entonces empezó a hacer ejercicios más vigorosos en el gimnasio, disfrutando en especial con las clases de kick boxing y emprendió una terapia que le permitió restablecer contacto con la energía de su ser y encauzarla más adecuadamente.

Pero esto es algo que queda lejos del alcance de la meditación. Porque, por más ejemplar que fuese durante la sentada cotidiana su trabajo de observación del miedo, el miedo era una emoción inauténtica, un síntoma de la ira, la emoción primaria. Poco importa, en tal caso, que (como hacen muchas personas) nos pasemos veinte años observando el miedo porque, de ese modo, jamás conseguiremos liberar la represión primordial (en el ejemplo que nos ocupa, la represión de la ira). Y, si no restablecemos contacto con la emoción verdadera, seguiremos proyectándola y generando a nuestro alrededor todo tipo de monstruos inspiradores de miedo (y, en consecuencia, nuestro miedo no será miedo a los monstruos, sino miedo a nuestra propia ira). Poco importaba, en tal caso, que Tony permaneciese en contacto con el miedo y creyese estar transmutándolo, porque jamás conectó ni, en consecuencia, liberó la represión de la ira, la emoción primordial y auténtica, la verdadera causa de su miedo y de sus pesadillas.

Al no atenerse a la secuencia real de la disociación (que va desde 1 hasta 2 y luego 3) y no reapropiarse terapéuticamente de los contenidos disociados (que va desde 3 hasta 2 y luego de 2 a 1), la meditación acaba convirtiéndose en una forma de establecer contacto con el Yo infinito que simultáneamente refuerza la falta de autenticidad del yo finito cotidiano que, roto en fragmentos, acaba proyectándose sobre los demás. Y estos fragmentos enajenados y ocultos, inaccesibles incluso al sol de la contemplación, acaban convirtiéndose en un molde sombrío que sabotea inadvertidamente todos nuestros movimientos.

Módulo de un minuto El proceso de la sombra 3-2-1

Uno puede hacer el proceso 3-2-1 cuantas veces quiera. Y son dos, al respecto, los momentos especialmente interesantes, al despertar por la mañana y al acostarnos por la noche, poco antes de dormir. Quien conoce la dinámica del proceso 3-2-1 sólo necesita unos pocos minutos para llevar a cabo el proceso con cualquier cosa que pueda estar molestándole.

Mañana: Revise, a primera hora por la mañana (antes incluso de levantarse de la cama), su último sueño e identifique cualquier objeto o persona que posea una carga emocional. Luego enfréntese a esa persona o a ese objeto manteniéndolo en la mente. Hable después con esa persona o con ese objeto (o resuene simplemente con ello, sintiendo cómo sería estar en su presencia). Finalmente, conviértase en esa persona o en ese objeto y asuma su perspectiva. En este caso, no es necesario anotar por escrito este ejercicio, sino que puede realizarlo mentalmente.

Noche: Elija, justo antes de ir a dormir, la persona que más le haya molestado o atraído durante el día. Enfréntese mentalmente a esa persona, hable y finalmente conviértase (como hemos descrito anteriormente) en él o en ella.

Éste es un ejercicio que, repitámoslo una vez más, puede hacer todas las veces que quiera, a primera hora de la mañana o a última hora de la noche.

Formas más avanzadas de trabajo con la sombra
Las tinieblas luminosas de la sombra

Existen diferentes tipos de sombra. Durante la mayor parte de este capítulo nos hemos centrado en una de las modalidades fundamentales de la sombra, la sombra inconsciente reprimida, es decir, los impulsos, sentimientos y necesidades que nuestra conciencia experimenta tan amenazadores que acaba reprimiendo. Este material de la sombra acaba convirtiéndose en el origen y la fuente de las proyecciones, tanto negativas como positivas. Y el trabajo de iluminar la oscuridad nunca concluye.

Hay otro tipo de sombra que también conviene señalar, la sombra de las capacidades emergentes que aún no hemos asumido y de las que, en consecuencia, todavía no nos hemos reapropiado. Ésta es la sombra de nuestras dimensiones más elevadas, de las dimensiones que quieren tomar tierra y ser vividas. Es frecuente que nuestra identidad condicionada no reconozca estos aspectos de nuestras vocaciones y capacidades únicas y profundas que, en consecuencia, mantenemos alejadas de la conciencia, en la sombra. Es por esto por lo que existen ciertos tipos de crecimiento imposibles hasta que esa represión se relaje y podamos asumirnos y mostrarnos como individuos, en última instancia, únicos.

Dicho de otro modo, hay ocasiones en las que nuestra inteligencia, nuestra intuición y nuestras capacidades más elevadas no concuerdan con la imagen que tenemos de nosotros mismos. Y, en tal caso, funcionamos de acuerdo a nuestras viejas identidades fijas, incapaces de integrar y encarnar responsablemente nuestras potencialidades y nuestra conciencia más elevadas, y nos quedamos atrapados siendo menos de lo que realmente somos. Es muy importante advertir que la sombra no sólo encierra impulsos rudimentarios e “inferiores” del psiquismo, sino también aspectos evolucionados “más elevados”. Hay que ser conscientes de esa posibilidad y también hay que descubrir, cuando la reconocemos operando en nosotros, la claridad y el valor de decidir vivir nuestras potencialidades más elevadas. En el epílogo de este libro, titulado “El yo único”, hablaremos de este proceso de abrirnos a nuestra dinámica y a nuestro significado especial. Estas “sombras doradas” nos brindan una oportunidad extraordinaria para el crecimiento.

Hay personas que, pese a tener una gran capacidad de liderazgo, se encuentran —por parecerles demasiado agresivo, masculino y asertivo— a disgusto con ese aspecto de sí mismos y quieren que otros se hagan cargo de la situación. ¿Quiénes son ellos —suelen decirse, en tal caso— para señalar a los demás lo que tienen que hacer? Esas personas, al asociar el lide-razgo a cualidades de control y de dominio percibidas como negativas, han acabado generando, en sí mismos, una “sombra dorada”. Y, si bien admiran la capacidad de liderazgo ajena, también se sienten incómodos con ella. En este sentido, el proceso 3-2-1 puede ayudarles a reconocer su deseo de ser un líder —que quizás sea el aspecto más avanzado de su práctica y de su desarrollo, una “sombra dorada” que, en el caso de que verse asumida y reapro-piada, puede convertirse en un auténtico don de luz visionaria.

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559 s. 99 illüstrasyon
ISBN:
9788472459328
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