Kitabı oku: «Comprendiendo las parábolas de Jesús», sayfa 11

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Capítulo 4

Parábolas de perdidos

Las parábolas propiamente relacionadas de la oveja perdida, la moneda perdida, y el hijo pródigo en Lucas 15 tratan con la pérdida y la recuperación. Ellas reflejan el empleo que hace Jesús de temas específicos para referir la presencia del Reino y la compasión de Dios. Estas parábolas se deben considerar primero en relación con las parábolas de la gracia y la responsabilidad por lo que revelan acerca de Dios. También se las debe poner en relación a las parábolas del Reino presente.

El orden de Lucas 15

Lucas haordenado claramente el capítulo 15 para lograr un efecto retórico, y un entendimiento de cómo la función de esta sección ayuda en la interpretación individual de las parábolas. El desarrollo del capítulo fácilmente se discierne:

vv. 1-3 –una descripción editorial del propósito de estas parábolas en la murmuración de los fariseos y los escribas por la aceptación de Jesús de los pecadores y por comer con ellos (aunque en v. 3 la palabra “parábola” está en singular)1

vv. 4-7 –la parábola de la oveja perdida

vv. 8-10 –la parábola de la moneda perdida

vv. 11-32 –la parábola del hijo pródigo

Mateo ubica la parábola de la oveja perdida en un contexto completamente diferente, y el Evangelio de Tomás también la incluye, pero las otras dos parábolas no tienen paralelo.

Casi toda explicación posible del origen de esta colección tiene representativos. Algunos arguyen que la tradición de Lucas ya se había unido a estas tres parábolas, y otros que él es el responsable de juntarlas. Algunos arguyen que la oveja perdida y la moneda perdida se narraron al mismo tiempo o que fueron juntadas por Lucas, otros dicen que no fue así. Algunos arguyen que ambas parábolas estaban en el Q y que Mateo omitió la oveja perdida, y otros que las versiones de Mateo y Lucas son del M y L respectivamente. Ningunas de las teorías se explican ni contribuyen mucho al entendimiento.2

Lo explicable es cómo esta sección de Lucas logra su efecto retórico. Al menos el capítulo 15, si no todo el 14.1-17.10, enfoca en el Evangelio de los rechazados.3 Este capítulo es el corazón de la narrativa de viaje de Lucas, en la que presenta la mayor parte de la enseñanza de Jesús y, de hecho, el corazón de todo su Evangelio. Agrupar tres o incluso más parábolas juntas para un argumento efectivo tiene paralelo en la literatura rabínica y en la chreiai griega.4 Sin restar valor a la importancia de La oveja perdida y La moneda perdida, estas dos parábolas interrogativas funcionan casi como un preludio a la más larga y compleja parábola del hijo pródigo.5 El pensamiento de cien ovejas a las diez monedas, al hijo pródigo apoya la naturaleza decisiva de la estructura. El capítulo 15 tiene conexión con el 14 en la actitud del fariseo hacia las acciones de Jesús (14.13, 23 y 15.1-2) y en la repetición de la palabra “oír” (14.35 y 15.1), la cual es de primordial importancia. Las tres parábolas en el capítulo 15 desafían a los que tienen oído a que oigan para participar del regocijo. Hay conexiones con el capítulo 16 en los principios idénticos de las parábolas en el 15.11 y 16.1 (“un hombre tenía”, anthrōpos tis eichen), el uso de la palabra “desperdiciar” (diaskorpizein, 15.13 y 16.1), y en las parábolas acerca de una persona que trata con una crisis por no tener recursos (el pródigo en el 15.14-16, el mayordomo infiel en el 16.3, Lázaro en el 16.20-21, con “ansiaba saciarse” (epithymein chortasthēnai) que se emplea en ambas, el pródigo y Lázaro). Tales conexiones no son claves para la interpretación, y quizá algo resulte meramente de las expresiones habituales. Sin embargo, ellas habrían ayudado a los oyentes a procesar el material verbal.

Más importantes son los puntos del tema que se trata y la relación interna en el capítulo 15. La asociación de Jesús con los cobradores de impuestos y los pecadores es uno de los más evidentes, y para las autoridades religiosas uno de los más inadmisibles, aspectos de su ministerio.6 Jesús consideraba que su misión era buscar y salvar al perdido (Lc 5.32; 19.10; véase también Mt 10.6; 15.24; Lc 15.1-10). Paralelas a las murmuraciones de los fariseos y escribas en el 15.2 y las murmuraciones y celosías del hermano mayor están las murmuraciones de los obreros en la parábola de la viña (Mt 20.11-12),7 la actitud de Simón hacia la mujer pecadora que ungió a Jesús (Lc 7.36-50), el desprecio de los fariseos en la parábola del fariseo y el publicano (Lc 18.11), las murmuraciones que resultan cuando Jesús come con Zaqueo (Lc 19.7), y lo más importante, las murmuraciones de los fariseos y escribas en el banquete ofrecido por Leví porque Jesús comía y bebía con los cobradores de impuestos y los pecadores (5.27-32). La similitud del 5.29-32 con el 15.1-2, 7 señala la importancia de este tema para Lucas.

Respecto a las conexiones en el capítulo 15, existe una inclusión entre las murmuraciones de los fariseos en los vv. 1-2 y las del hermano mayor en los vv. 29-30. La afirmación del hijo mayor de no haber desobedecido jamás un mandamiento (v.29) es paralela al justo que no necesita de arrepentimiento (v.7). El gozo y la celebración en los vv. 5-7 y 9-10 es semejante al regocijo y la celebración por el regreso del pródigo (vv. 22-27 y 32). Por cierto, la celebración y el gozo son los temas dominantes en este capítulo. Las dos primeras parábolas enfocan en lo que se perdió y luego se encontró, que resalta el refrán “se había perdido, y es hallado” en referencia al pródigo (vv. 24, 32). Puede que haya pocas dudas de que las tres parábolas lleven el mismo mensaje esencial, pero hay diferencias. Ninguna falta se atribuye a la oveja o a la moneda, incluso cuando las aplicaciones de ambas parábolas centra en el arrepentimiento, pero el pródigo dos veces dice “he pecado” (vv. 18, 21). El pastor y la mujer, ambos buscan lo que se había perdido, pero el padre no busca. De este punto algunos concluyen que las dos primeras parábolas enfatizan la iniciativa divina mientras que la tercera enfatiza la respuesta humana,8 pero esta diferencia no será suficiente. Aunque el padre no busca al pródigo, él se interesa de ambos hijos. Hay frases casi idénticas en la parábola de la oveja perdida y la moneda perdida,9 pero también hay diferencias. El pastor que deja las noventa y nueve no tiene paralelo en la moneda perdida. En ésta se describe más el esfuerzo en la búsqueda que en la parábola de la oveja perdida, las dos descripciones del gozo difieren, y la parábola de la moneda perdida no tiene paralelo con la idea de que algunos no necesitan arrepentimiento.

He argumentado en otro sitio que los cuatro componentes dominantes del evangelio de Jesús son la celebración, la compasión, la restauración de Israel, y el reino de Dios presente y futuro.10 Las parábolas en el Cap. 15 son básicamente evidencia del evangelio de Jesús de la celebración y la compasión. Los otros dos temas solamente están implícitos, pero están allí. Como resultado, este capítulo es la descripción más poderosa que existe de Dios que busca a los pecadores y celebra el retorno de éstos.

La Oveja Perdida (Mateo 18.12-14/Lucas 15.4-7)

Tipo de parábola

En Mateo y en Lucas esta es una parábola interrogativa. En Mateo a la pregunta de introducción (“¿qué os parece?”) le sigue una circunstancia hipotética, a la cual sigue una parábola interrogativa (“¿no dejará él?”). Al condicional de encontrar (v. 13: “y si acontece que la encuentra”) sigue una afirmación de consecuencia y una nimshal. Algunos clasifican este relato una similitud, y otros arguyen que originalmente era una parábola que refiere un evento específico.11 No hay una trama desarrollada, de modo que esta no es una parábola en el sentido técnico. Como mucho ésta es una similitud implícita, como si dijera “mi asociación con los pecadores es como la circunstancia de un pastor que recupera a la oveja perdida y que se regocija con sus amigos por haberla recuperado”. Sin embargo, en favor de la claridad es mejor designarla conforme a su forma como una parábola interrogativa. Las parábolas interrogativas no están lejos de las parábolas jurídicas, porque ellas establecen una situación hipotética, fuerza al oyente/lector a responder la interrogante, y obliga que uno transfiera esa respuesta a otra situación. (Las parábolas jurídicas adicionalmente llevan un elemento acusatorio.)

Asuntos que requieren atención

١. ¿Cuál es la forma original y el contexto de la parábola? ¿Está Mateo o Lucas más cercano a las palabras de Jesús y el original Sitz im Leben? ¿Qué importancia tiene la relación de las dos para el entendimiento?

2. ¿Podría un pastor abandonar las otras noventa y nueve ovejas? ¿Qué relevancia tiene una decisión para entender la parábola?

3. ¿Se ha estructurado la parábola en uno o más textos del AT? Específicamente, ¿tiene razón Bailey al considerar Lucas 15 como una expansión del Salmo 23?

4. ¿Representan las características realidades teológicas? ¿Debería identificarse al pastor con Dios, Jesús, los discípulos, o uno que busca el Reino? ¿Tiene la parábola inferencias de cristologías?

5. ¿Qué se debe aprender aquí acerca del arrepentimiento? ¿Acaso algunos no necesitan de arrepentimiento?

6. ¿Qué enseña la parábola?

Material útil de fuente primaria

Material canónico

• AT: Gn 48.15; 49.24; Sal 23; 119.176; Is 40.10-11; 53.6; 60.4; Jer 23.1-4; 50.6; Ez 34

• NT: Mt 10.5-6; 12.11-12; Jn 10.1-18; Hch 20.28-30; Heb 13.20; 1 P 2.25; 5.4; Ap 7.17

Escritos judíos tempranos

• Del Qumran, CDA 13.7-10: “Y esta es la regla del inspector del campo… Tendrá compasión de ellos como un padre de sus hijos, y sanará a todos los “afligidos entre ellos” como un pastor a su rebaño. El desatará todas las cadenas que les sujeta, para que no haya hostigados ni oprimidos en su congregación” (véase también 4Q269 frag. 11.4-8).

• CBD 19.5-11: Pero (sobre) todos aquellos que desprecian los preceptos y las ordenanzas, sea derramado sobre ellos el castigo del malvado, cuando Dios visite la tierra, cuando venga la palabra que fue escrita por el profeta Zacarías [Zac 13.7] “Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío —profeta de Dios— Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos’. Aquellos que le temen son [Zac 11.11] ‘los pobres del rebaño’. Estos escaparán en el tiempo de la visitación; pero aquellos que permanecen serán entregados a la espada cuando venga el Mesías de Aarón e Israel”.

• 4Q171 3.5-6: “Quienquiera que ame a YHWH serán como preciosos carneros’ (Sal 37.20). [Su] interpretación [concierne…] aquellos que serán jefes y príncipes [sobre toda la congregación, como pastores] de las ovejas en medio de sus rebaños”.

Escritos cristianos tempranos

• Evangelio de Tomás 107: “Jesús dijo: el Reino es semejante a un pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas se extravío; era la más grande. Y dejando las noventa y nueve (y) buscó a la extraviada hasta encontrarla. Después de haberse alentado a sí mismo, dijo a la oveja, te amo más que a las noventa y nueve.”

• Evangelio de la Verdad 32-32: “Él es el pastor que deja atrás las noventa y nueve ovejas que no están perdidas. Y sale a buscar a la perdida. Y se regocija cuando la encuentra porque el noventa y nueve es un número que está en la mano izquierda, la cual lo sostiene. Pero al encontrarse la perdida, la suma entera pasa a la (mano) derecha. Así [acontece] con aquél que le falta el uno; el cual es la mano derecha entera que toma de la izquierda lo que es deficiente y [lo] transfiere a la derecha, y de este modo el número llega a cien… Incluso en el sábado, trabaja por la oveja, sacándola del pozo a fin de que pudiéramos conocer interiormente… qué es el sábado…”

Escritos judíos tardíos

• Testamento de Salomón. D y E tiene el contraste entre las noventa y nueve ovejas y una oveja en conexión con la parábola hablada por Natán a David.12

• m. Baba Mesi‘a 7.8-9 tiene un número de regulaciones para tratar con la pérdida de un animal, dependiendo de las circunstancias.

• m. Baba Qamma 6.2 tiene regulaciones con respecto a un pastor que deja un rebaño o lo entrega a cargo de otro. “Si dejara el rebaño al sol, o si entregara su cuidado a un sordomudo, un estúpido, o un menor, y salió y causó daño, él es culpable. Si entregara al cuidado de un pastor, el pastor ocupa el lugar del dueño.” b. Baba Qamma 55b, 56b explica: “… ‘él lo entregó a un pastor’ significa que [el pastor lo entregó] a su aprendiz, como por cierto es la costumbre del pastor de entregar su oveja [al cuidado de] su aprendiz.” Véase también t. Baba Qamma 6.20.

• Éxodo. Rab. 2.2: “También Moisés fue probado por Dios a través de la oveja. Nuestros rabinos relatan que cuando Moisés nuestro maestro, la paz sea con él, atendía el rebaño de Jetro en el desierto, un pequeño se escapó. Moisés corrió tras el pequeño hasta que éste llegó a un lugar sombreado, parecía que allí había una laguna y el pequeño se detuvo a beber. Al acercársele Moisés, dijo: ‘Yo no sabía que te habías escapado por estar sediento; debes estar cansado’. De modo que cargó al pequeño sobre sus hombros y se fue. En ese momento Dios dijo: ‘Porque has tenido misericordia para guiar el rebaño de un mortal, de cierto tu cuidarás de mi rebaño Israel’.”13

• Midr. Sal. 119.3 comprende “yo anduve errante como oveja descarriada” (Sal 119.176) para señalar la inocencia de David porque las ovejas extraviadas son inocentes. Entonces se comprende que David pide a Dios que le busque como un pastor busca una oveja perdida.

Comparación de los relatos

Mateo y Lucas tienen relativamente poco en común en esta parábola, y sus relatos presentan un sorprendente fenómeno en la relación de los Sinópticos. Como se podría esperar, el material de tradición triple está normalmente muy relacionado, pero el material de tradición doble ni es muy semejante (p. ej., las parábolas del prudente y el insensato en Mt 7.24-27/Lc 6.47-49, la de la levadura en Mt 13.33/Lc 13.2-21, y la del siervo fiel y el siervo malo en Mt 24.45-51/Lc 12.41-48) ni tan diferente al punto de cuestionar si los relatos están relacionados de alguna manera (p. ej., las parábolas de las fiestas de boda/la gran cena de Mt 22.1-14 y Lc 14.15-24 y las parábolas de los talentos/de las diez minas en Mt 25.14-30 y Lc 19.11-27). Los dos relatos de La oveja perdida encajan en esta categoría. De las sesenta y cinco palabras en Mateo 18.12-14 y las ochenta y nueve en Lucas 15.4-7 solamente catorce son idénticas en ambos relatos, más cuatro palabras que comparten pero con diferentes formas gramaticales. Las palabras en común son componentes básicos como “cien ovejas”, “una de ellas”, y “las noventa y nueve”, pero para casi todo el resto cada evangelista tiene su propia expresión. Entre las diferencias más significativa están:

Difícilmente alguno arguye que el Evangelio de Tomás es más reciente que las versiones de los Sinópticos o que tiene un relato preferible de esta parábola,14 incluso si ella no depende de los relatos canónicos.15 En el Evangelio de Tomás, la parábola explícitamente es una del Reino. El pastor deja las noventa y nueve porque la oveja perdida es la más grande y el pastor la ama más que las noventa y nueve, lo cual generalmente se toma como una referencia del estado superior del gnóstico. De la misma manera, en el Evangelio de Tomás 8 un pescador retiene el pez grande y deja ir todos los pequeños. El Evangelio de Tomás 109 y 110 son parábolas muy semejantes y tratan con el tema del encuentro de algo de mucho valor que otorga una categoría superior. Otra vez el Evangelio de Tomás es claramente secundario y, en mi opinión, si no gnóstico, al menos es protognóstico.16

Características relevantes del texto

Con justa razón se omite Mateo 18 de la mayoría de las ediciones modernas del NT por ambas causas, la externa y la interna. La variante tiene dos formas: “el Hijo del Hombre vino para salvar lo que se había perdido” y “el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”, con el primero más ampliamente comprobado. El versículo se ha omitido en varios manuscritos, los más notables los códices Sinaítico y Vaticano (unciales del cuarto siglo), 33 (la “reina de las minúsculas”), y en diversas versiones iniciales y de los padres de la iglesia. Parece que fue copiado de Lucas 19.10. Es muy difícil imaginar que un escriba omita este versículo que había sido original.

Mateo 18.1—14 tiene un posible quiasmo:

10ª uno de estos pequeños

10b mi Padre que está en los cielos

12b se ha descarriado

12c las noventa y nueve

12c la que se ha descarriado

13b las noventa y nueve

13b se ha descarriado tú (o mi) Padre que está en los cielos uno de estos pequeñitos17

Disponer el texto de esta manera es instructivo pero no considera una buena parte del texto. Si este es un quiasmo, entonces no tiene balance. Pero al menos hay una inclusión entre los versículos 10 y 14 que excluye esta sección como una unidad. Una estructura chiastica similar sugiere Lucas 15.4-7, pero parece forzada.18

Las referencias a los ángeles en Mateo 18.10 (la oveja perdida) y Lucas 15.10 (la moneda perdida) son similares.

Entre las diversas palabras claves que conectan las secciones de Mateo 18 notamos “pequeños” (mikroi) en los versículos 6, 10, 14.

Mateo 12.11-12 tiene una parábola interrogativa similar respecto a una oveja y si uno podría sacarla del pozo en el sábado. Espera una respuesta afirmativa y da una conclusión teológica.

La interrogante de introducción “¿que os parece? (ti hymin dokei) en Mateo 18.12 es paralela a Mateo 21.28; 22.42; 26.66 y en 17.25; 22.17 con el pronombre singular (ti soi dokei). Fuera de Mateo esta forma aparece en el Nuevo Testamento solamente en Juan 11.56, pero se debate si esta frase general se debe denominar un mateismo o atribuirla a Mateo, especialmente debido a que una construcción similar ocurre en Lucas 10.36 (tis… dokei soi)19 y tiene paralelos semíticos.20 Las interrogantes eran características usuales de la enseñanza de Jesús. Dion Crisóstomo, oratio 70.5 muestra un uso similar de interrogantes que requieren una elección (“¿Cuál de los dos dirás…?) y da una conclusión como respuesta.

La forma interrogativa de la parábola en Lucas (“¿Quién de estos?” (tis anthropos ex hymōn) es paralelo (con una ligera variación) en Mateo 7.9 y 12.11. La forma abreviada “¿Quién de vosotros?” (tis ex hymōn) es paralela en Mateo 6.27; Lucas 11.5 (la parábola del amigo necesitado), 11; 12.25; 14.28 (la parábola del constructor de la torre); 15.8 (la parábola de la moneda perdida); y 17.7 (la parábola del siervo que trabaja); cf. también la forma abreviada en Lucas 14.521 Una examinación de los contextos indica que la respuesta que se espera en todos estos casos es “ninguno”, que,significa que cualquier pastor dejaría las noventa y nueve para buscar a la oveja perdida. La lógica de estas parábolas es del menor al mayor, ya de los humanos (p. ej., si una persona salvara un animal en el sábado, ¡cuánto más apropiado sería sanar una persona! o de Dios (p. ej., si las personas se comportaran de una manera razonable como el dar buenas cosas a sus hijos, ¡acaso no hará Dios lo mismo!22 Es posible que la pregunta en Lucas 15 se extienda hasta el final del versículo 6, o, según indica la puntuación de la mayoría de las ediciones, solamente hasta el final del versículo 4.

Lucas 15.6 y 9 son semejantes en la estructura verbal.

Información cultural

Además de la evidencia del NT,23 el rechazo de los fariseos de asociarse con los pecadores se refleja en varios dichos. Por ejemplo, Mekilta Amalek 3.55-57 (sobre Éx 18.1) dice: “En este sentido el sabio dice: Nunca permitas la asociación con el malvado, ni siquiera con el propósito de acercarle a la Tora.” Los sentimientos a veces eran intensos.24 La importancia de las comidas para marcar los límites de identidad era de gran relevancia en la Palestina antigua25 y es evidente en los textos del Nuevo Testamento, especialmente en Lucas (p. ej., 14.7-14).26

El oficio de pastor era una labor despreciada. Por ejemplo, Midrash,Ps. 23.2: “R. José Bar Hanina enseñó: En el mundo no encontrarás una ocupación más despreciada que la del pastor, que todos los días anda con su cayado y su bolsa. Sin embargo, David se atrevió a llamar al Santo, bendito sea Él, ¡un pastor!” (que se explica de Gn 48.15). M. Qiddušin 4.14 supone que los pastores eran ladrones porque guiaban las ovejas hacia las tierras de otros, b. Sanhedrin 25b cita a los pastores entre aquellos no aptos para testificar y los asocia con los cobradores de impuestos, y b. Baba Qamma 94b dice que es difícil que los pastores se arrepientan y hagan restitución.27 La interrogante de Jesús, “¿qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas?” pudiera haber provocado que los fariseos y escribas, que ponen suma atención a la limpieza, que imaginen a sí mismos estar envueltos en un comercio que consideran impuro. La anomalía no pasaría desapercibida y posiblemente era una estrategia retórica intencional.28 Sin embargo, la imagen del pastor se usa para ilustrar el cuidado amoroso de Dios de su pueblo29 y para los líderes del pueblo en el Antiguo Testamento y del judaísmo, incluso el libertador escatológico.30 Se describe el pueblo sin pastor o con una directiva deficiente como ovejas sin pastor.31

El pastor en la parábola parece ser el dueño del rebaño, y la cantidad del rebaño podría indicar cuán buena era la posición económica de uno. El no era rico, pero cien ovejas es un rebaño de tamaño considerable. T. Baba Qamma 6.20, al discutir la culpabilidad de un pastor que entrega su rebaño a otro, dice que éste está exento de culpa al pasar al otro incluso si fuera responsable de un rebaño de trecientas ovejas, un número exagerado en este contexto. En comparación, Job tenía siete mil ovejas al principio y luego fue bendecido con catorce mil (Job 1.3; 42.12), y Jacob regaló a Esaú, entre otras cosas, doscientas veinte ovejas (Gn 32.14).

Se dice que una oveja perdida, por lo general se recuesta y se da por vencida y no encontrará su camino de regreso.32 Es posible que por esto el pastor la carga sobre sus hombros, auque probablemente la intención sea ilustrar el cuidado de un buen pastor. En varias culturas mucho antes de Cristo era común ver que los pastores cargaban las ovejas.33

El arrepentimiento es un pillar central del pensamiento judío.34

La parábola es realista excepto por la llamada de los amigos y los vecinos, la cual parece una exageración. En especial esto es cierto en la parábola de la moneda perdida. Supuestamente al llamar los vecinos para celebrar requiere de gastos en alimentos, lo cual añadiría un costo financiero a la recuperación. Esta exageración acerca la parábola a la realidad de Jesús que come con los pecadores y enfatiza el tema del gozo.35

Explicación de la parábola

Opciones para la interpretación

Con frecuencia, la iglesia primitiva comprendía la búsqueda del pastor de la oveja como una referencia de la encarnación para recobrar la humanidad perdida, y entendía las noventa y nueve como los ángeles.36 La mayoría de las interpretaciones modernas centran en algún sentido de Dios o Cristo que busca restaurar al perdido. Por lo general, se enfatizan ambos la búsqueda y celebración por haber encontrado. En este marco se sugiere diversículos matices. En cambio, unos pocos arguyen que la parábola originalmente era más semejante a la del tesoro perdido y aludía personas que buscan el Reino.37

Decisiones acerca de las imprecisiones

1. ¿Cuál es la forma original y el contexto de la parábola? ¿Es la versión de Mateo y Lucas más similar a las palabras de Jesús y el original Sitz im Leben? ¿Qué relevancia tiene la relación de ambos para el entendimiento? La autenticidad de esta parábola muy poco se cuestiona, pero partes de ella por lo general se describe como la obra editora de Mateo y Lucas.38 Se reconoce bien la organización editorial de Lucas del capítulo y su estructura de la introducción en 15.1-3 para reflejar 5.29-32. Se considera la versión de Mateo de la parábola como la más original debido a que es más breve y menos corregida y porque el hallazgo de la oveja es incierto, lo cual no es probable que se la haya introducido posteriormente.39 Las explicaciones de la parábola en ambos Mateo 18.14 y Lucas 15.7 se consideran secundarios y fuera del marco de lo que ella enseña. Se cree que Mateo aplicó una parábola originalmente acerca de la aceptación de Dios de los pecadores al contexto de la iglesia para instruir los líderes eclesiásticos respecto del cuidado de Dios por los creyentes débiles, el líder debe reflejar en su propia conducta el interés por los demás. Lucas cambia de la iniciativa divina en la parábola al gozo por la respuesta humana de uno que se arrepiente, aunque el arrepentimiento no está en la parábola.40

De estas conclusiones algunos tratan de reconstruir una versión más breve de la parábola, la cual es una labor incierta.41 De todos modos, tal explicación de la relación de los relatos no es segura, y los estudiosos procuran afirmarla más de lo que evidencian los hechos. Ahora que la gente comienza a considerar más el carácter oral de la tradición, las incertidumbres del pasado no son muy claras. No podemos probar cual relato es el “más original”. Alguna inquietud se puede sentir que los intérpretes prefieran la estructura verbal de Mateo en 18.12-13 pero con el contexto de Lucas. Que haya tan poco acuerdo verbal entre los dos relatos sugiere que estamos tratando con dos tradiciones independientes e igualmente válidas, y que es razonable pensar que Jesús relató esta parábola varias veces y posiblemente por diversículos propósitos.42 ¿Por qué seria una sorpresa que Jesús relatara a sus discípulos una parábola que trata de sus relaciones y que también hiciera lo mismo con los judíos? Ambos relatos concuerdan en los puntos esenciales del esfuerzo y actitud de Dios para el rescate del perdido.

Según J. Dupont observa, la conclusión de Mateo relaciona la primera parte de la parábola (la búsqueda) y Lucas a la segunda parte, el gozo.43 Mateo es directo y permanece en línea con la parábola:44 si un pastor no está dispuesto a perder una oveja sino que la busca y se regocija cuando la halla, por analogía así también es Dios, al igual que el pastor no quiere que nadie se pierda. Mateo bien podría haber agregado esta aplicación, y es perfectamente legítima, y la parábola todavía se dirige a la comunidad completa, y no solamente a los líderes.45

Si Lucas fuera responsable del 15.7, entonces solo tomó una conclusión inherente en la parábola. Él enfoca primordialmente el gozo que funciona casi como una invitación para que el oyente/lector participe.Enfatiza que el gozo es de Dios y que responde específicamente al arrepentimiento de un pecador. Lucas podía simplemente decir: “Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente.” En cambio, enfatiza cómo se realiza el rescate. Esta aplicación no es simplemente una explicación sino una deducción, que agrega un punto a la base de la parábola.46 En realidad es más semejante a Mateo 18.13 de lo que muchos han notado y, como Mateo 18.10, enfatiza el valor de los perdidos/pequeños ante Dios.

Las Nimshalim (explicaciones) con frecuencia van conforme con las parábolas, pero no siempre.47 Las introducciones y las conclusiones no se pueden desechar; al menos una, ya sea una introducción o una conclusión, es necesaria para indicar la referencia de la parábola, o puede ser imposible la interpretación.

En resumen, toda búsqueda de la forma original se debe abandonar. Tenemos dos formas de la parábola, probablemente dos tradiciones orales independientes. El contexto de Lucas es el más semejante,48 pero ambos contextos podrían reflejar situaciones en la vida de Jesús. Ambas formas de la parábola resaltan esencialmente el mismo punto, pero se debe reconocer el énfasis que resulta de las diferencias. Además de las diferencias mencionadas, las palabras “descarriado” y “perdido” transmiten lo mismo respecto a una oveja pero tiene diferentes matices al referir las personas. En Mateo “descarriado” (planētē), emplea una palabra que es más apropiada para uno en la comunidad y eso pone la responsabilidad en la persona.49 Ninguna relevancia va adjunto al hecho que Mateo dice que se deja las noventa y nueve en los montes/collados, mientras que Lucas dice que se las deja en el desierto. Ambos términos se pueden emplear para denotar la misma área.

2. ¿Podría un pastor abandonar las otras noventa y nueve ovejas? ¿Qué relevancia tiene aquí una decisión para el entendimiento? Un número de comentaristas aseguran que el pastor abandona las noventa y nueve y por consiguiente interpretan la parábola como absurda,50 como indicando que la misericordia de Dios es un misterio51 o que el pastor es un irresponsable,52 o que el pastor es un símbolo de correr riesgos.53 Este método viola la sensibilidad cultural y literal. Cuidar de una oveja no previene el cuidado de todas las ovejas, y ciertamente alguna provisión se habría hecho para las noventa y nueve, como dejarlas en un aprisco o posiblemente con otro pastor.54 De todas maneras, un rebaño de esta cantidad podría tener más de un pastor. Si uno supone que se abandona a las noventa y nueve en el desierto, entonces el relato de Lucas es mucho más problemático. ¿Acaso el pastor carga la perdida al aprisco y deja las noventa y nueve en el desierto? ¿Deberíamos creer que el pastor llevó la perdida junto a las noventa y nueve? ¿Qué hizo él con la oveja al celebrar con sus vecinos?55 Las parábolas se caracterizan por el enfoque y la brevedad y no se extienden con puntos innecesarios. Como toda literatura tienen vacíos. Esta parábola no trata estas interrogantes, porque se enfoca en la seguridad de la búsqueda y la celebración por el rescate. Nada más importa, y tratar de hacer de los detalles un asunto de interpretación es contraproducente. La interpretación que se basa en elementos no presentes ciertamente no es correcta. Otros dos factores muestran que cualquier enfoque en las noventa y nueve es inoportuno. Primero, en ambos relatos se espera que el oyente/lector concuerde que el pastor debería dejar las noventa y nueve y buscar a la perdida.56 Segundo, ningún paralelo a la idea del abandono aparece en las parábolas de la moneda perdida y los dos hijos.57

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