Kitabı oku: «Embarazo, parto y primer año de vida», sayfa 4

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Tercer mes

En el transcurso del último mes del primer trimestre la placenta ya está completa y cumple funciones de nutrición y limpieza. Por su parte, el líquido amniótico se renueva cada tres horas.

Seguramente, su médico le ordenará realizar una primera ecografía en el curso de este mes, la cual permitirá obtener valiosa información con respecto al estado general del embarazo y del desarrollo fetal en particular.

La sintomatología (tanto física como emocional) que caracteriza a este período no es sustancialmente diferente de la de los dos meses anteriores. Los cambios verdaderamente importantes al respecto comenzarán un poco más adelante. Sin embargo, es posible que se produzcan palpitaciones y que ciertos cambios venosos propios del embarazo puedan producir várices.


El aborto espontáneo El aborto espontáneo es la pérdida de un embarazo antes de las 20 semanas de gestación, cuando el feto todavía no está en condiciones de sobrevivir fuera del útero materno. La mayoría de estos episodios tiene lugar durante el primer trimestre, es decir, durante las primeras 12 semanas de embarazo. Por esa razón es que uno de los temores más comunes durante el primer trimestre es, precisamente, que se produzca la pérdida del embarazo. Sin embargo, muchas de estas pérdidas suceden antes de que la mujer se dé cuenta de que está embarazada. ¿Por qué se produce un aborto espontáneo, hecho que, para las parejas o mujeres que se encuentran felizmente embarazadas, implica atravesar una situación por demás traumática y angustiante? En rigor de verdad, no se conocen con exactitud las causas que provocan los abortos espontáneos y cuando una mujer sufre uno de ellos durante el primer trimestre, es muy común que su médico no pueda determinar la causa. Sin embargo, la mayoría de estos episodios ocurre cuando un embarazo no se está desarrollando de manera normal y, por lo general, no hay nada que la mujer o su médico puedan hacer para impedirlo. Algunas circunstancias que pueden llegar a provocarlo son: anomalías del feto originadas en problemas de los cromosomas (la mayoría de ellas, fruto de un espermatozoide o un óvulo defectuoso), infecciones, problemas hormonales y diabetes mal controlada. El síntoma más habitual de que está por producirse un aborto espontáneo es el sangrado vaginal, especialmente si está acompañado de fuertes dolores similares a los menstruales. Por supuesto, en esas circunstancias se impone la inmediata consulta al médico. En el caso de que una pareja sufra reiterados abortos espontáneos, esto es índice de que existe un problema subyacente y que deberán someterse a una serie de estudios para determinar la causa y, con ello, hacer lo posible para impedir que se continúen produciendo.

El segundo trimestre

Los tres meses centrales del embarazo serán, sin duda, la etapa más placentera para usted. Desaparecerá el peligro y consecuente miedo a la pérdida que caracterizan al trimestre anterior y las molestias digestivas se alivian de manera significativa o, simplemente, desaparecen, ya que sucede otro tanto con los desequilibrios hormonales que le dieron origen. Como consecuencia, usted se sentirá más vital y con más energía.

Cuarto mes

A principios del segundo trimestre aumenta ostensiblemente la cantidad de líquido amniótico y la placenta trabaja a pleno, cumpliendo funciones respiratorias, nutricionales, excretorias y endocrinas.

Es en esta etapa cuando usted comenzará a notar un verdadero aumento de peso corporal y comienza a notarse la típica panza de embarazada.

Suele disminuir la necesidad de orinar con frecuencia, el malestar digestivo desaparece en la mayoría de los casos, pero suelen aparecer las hemorroides, el sangrado de encías durante el cepillado, el incremento del flujo vaginal y la congestión nasal. Asimismo, las alteraciones hormonales pueden provocar retención de líquidos, lo cual se traduce en edemas.

También se desarrollará la llamada línea nigra del abdomen, una línea oscura que aparece descendiendo a partir del ombligo y que marca la división de los músculos abdominales, que se separan para dar espacio al útero, cada vez de mayor tamaño.

En el plano emocional, es posible que se encuentre más estable que en los meses anteriores. Además, es probable que comience a experimentar dificultades de concentración.

Quinto mes

En esta etapa, usted estará aproximadamente en la mitad de su embarazo. Su cuerpo lleva un promedio de un litro y medio de líquido amniótico y la placenta, ya completamente desarrollada, cubre prácticamente la mitad de la superficie uterina. Lo más probable es que comience a sentir cómo se mueve su hijo en el vientre.

Por otro lado, su abdomen ya será lo suficientemente prominente y es probable que comiencen a aparecer las consecuentes molestias: dolor de espalda, de cintura, etc.

Seguramente, su médico le prescribirá realizar otra ecografía que completará y ampliará los datos obtenidos en la primera.

La sintomatología no cambia demasiado, aunque es común que aparezcan molestias en el área abdominal, debido al estiramiento de los ligamentos que sostienen el útero. A la congestión nasal, posiblemente se le sume la eventual pérdida de sangre por la nariz. La línea nigra se acentúa y, como la glándula tiroides incrementa su funcionamiento, es posible que usted transpire más.

Una modificación importante en esta etapa es la presencia de buen apetito. Una vez que las náuseas y vómitos han desaparecido, su cuerpo podrá manifestar sin impedimento alguno la necesidad de incorporar nutrientes suficientes no sólo para usted, sino también para su bebé en crecimiento. Por eso, será el comienzo de un período donde usted deberá aprender el delicado equilibrio entre incorporar todos los nutrientes necesarios y, al mismo tiempo, no excederse en las calorías.

En lo emocional, suele darse una suerte de aceptación consciente del embarazo. Eso se debe a que la presencia del bebé dentro de su vientre ya es por demás palpable y evidente y a que, debido a la desaparición de las náuseas y vómitos diarios, las futuras mamás suelen “reconciliarse” con su embarazo.

Sexto mes

Los síntomas físicos son bastante similares a los del quinto mes y es probable que las molestias abdominales originadas en el estiramiento de los ligamentos se intensifiquen. Si no se han producido antes, posiblemente hagan su aparición los calambres en las piernas que, en general, no son pronunciados y ceden rápidamente con un buen masaje.

Probablemente su médico le indique otra batería de análisis clínicos.

En el ámbito emocional suele hacer su aparición un vago sentimiento de ansiedad acerca del futuro, sobre todo el del bebé, debido a la claridad con que usted comienza a percibir su presencia.

El tercer trimestre

Es el último y esperado trimestre del embarazo. Usted ya ha superado muchos temores y la expectativa por el parto crece día a día.

En este período, la panza es muy pronunciada y cada vez le resulta más dificultoso desplazarse, encontrar una posición cómoda para dormir, etc.

Séptimo mes

Desde principios del tercer trimestre, percibirá cada vez más claramente los movimientos de su bebé que serán más enérgicos semana a semana. Como consecuencia de ello, comenzarán a producirse las denominadas contracciones de Braxton Hicks; éstas no desencadenan el trabajo de parto, son totalmente indoloras y duran, aproximadamente, 30 segundos.

Muy probablemente continúe la multiplicidad de síntomas que caracterizaron a los meses anteriores y que, debido a la proximidad del nacimiento, sus pechos comiencen a secretar calostro, que es el líquido que luego dará lugar a la leche. Se trata de un síntoma que indica que su cuerpo se está preparando adecuadamente para proporcionarle a su hijo el alimento necesario.

Octavo mes

Las contracciones de Braxton Hicks son más notables, así como los movimientos del bebé más contundentes. Además, el cuerpo del bebé empieza su viaje hacia su posición definitiva, la cefálica (cabeza fetal hacia la pelvis) que es la ideal para un parto vaginal. Todo eso hace que su movilidad se torne aún más difícil en esta etapa.

Es probable que el médico cambie la frecuencia de la consulta y prefiera verla más a menudo para tener un seguimiento más fluido. También es posible que, además de realizarle otra batería de análisis, indique realizar una última ecografía, para ver el crecimiento del bebé, la posición en que se encuentra y calcular su peso aproximado.

Emocionalmente, es posible que experimente fuertes ansias de que el nacimiento se produzca.

Noveno mes

En este último mes tiene lugar una suerte de proceso recesivo, a través del cual la eficiencia de la placenta para cumplir sus funciones decrece y el volumen de líquido amniótico disminuye.

El cambio de actividad fetal es uno de los síntomas más comunes y acentuados de este último mes de gestación: el bebé dará menos patadas y, en cambio, usted comenzará a sentir como si se estirara y se encogiera. Otros síntomas son: incremento del flujo vaginal y eventual aumento o pérdida del apetito, en estos casos debido a la constante sensación de saciedad.

Tendrá un sobrepeso considerable y el tamaño de su vientre hará que sus movimientos se vean sumamente dificultados. Convierta esta dificultad en una ventaja y realice la menor actividad posible lo que le permitirá ahorrar y almacenar energías para el momento del parto, que le demandará mucha fuerza.

Hacia el final de este mes, posiblemente experimentará el denominado instinto de anidar, que consiste en una necesidad de ordenar y arreglar el lugar donde dormirá su hijo ya próximo a llegar. Sígalo, ya que puede tener efectos muy gratificantes y le permitirá canalizar su ansiedad, pero no se can-se en extremo. Repetimos: conserve todas las energías posibles para el parto que será un momento de mucho desgaste energético.


Repercusión del embarazo en la emocionalidad de la familia El embarazo es una suerte de pequeña revolución. Usted la sentirá tanto en el cuerpo como en el alma y también tocará las emociones de otras personas, especialmente las de su pareja y su familia cercana. En la cronología que acabamos de exponer dábamos cuenta en forma general de qué manera irán cambiando sus sentimientos mes a mes a lo largo del embarazo. Y decimos “de forma general”, ya que cada mujer es única y las circunstancias que rodean a cada embarazo también lo son, con lo que mal podríamos relatar al detalle y de manera precisa los cambios emocionales que usted sufrirá a medida que su panza crece. Sin embargo, antes de pasar a hablar de otros miembros de la familia, una breves palabras más acerca de sus emociones y sentimientos. Primero: acepte los cambios y fluctuaciones que se produzcan durante la gestación. Son propios y naturales de todo embarazo y no deben hacerla sentir culpable. Y, segundo: no los mantenga en secreto. Compártalos con gente que pueda escucharla y ayudarla. Su obstetra, sus compañeras de curso de preparto, alguna amiga que ya haya sido madre, seguramente estarán deseosas de hacerlo. Ahora sí, pasemos a la familia y, con ello, al primer implicado: el futuro padre. De la misma manera en que la maternidad es una experiencia única, también lo es la paternidad. No hay dos padres que la vivan de la misma forma y es posible que el mismo hombre no viva sus distintas paternidades de igual manera, ya que serán diferentes las circunstancias que rodean a cada embarazo. Sin embargo, lo más probable es que su compañero se encuentre inmerso en un panorama donde prevalezcan los sentimientos encontrados: que se sienta por demás ilusionado ante la llegada de su hijo/a pero que, al mismo tiempo, se sienta desplazado porque usted le otorga demasiada atención a su embarazo en lugar de a él. Si ha decidido estar presente en el parto, es posible que a los sentimientos que acabamos de mencionar se le sume el de ansiedad con respecto a si hará o no un buen papel cuando su hijo esté llegando al mundo. El temor a la enorme responsabilidad que se avecina es otro de los sentimientos más comunes en esta etapa. ¿Panorama complejo? Sin ninguna duda. ¿Qué hacer al respecto? En el caso del futuro papá tampoco hay una receta única para lidiar de manera eficiente con esa marea de emociones. Algunos consejos que podemos dar son: que haga lo posible por entender el fuerte vínculo que la une a usted con el ser que está gestando y, sobre todo, que hable con otros hombres que han atravesado por la experiencia que él vive ahora, ya que seguramente ellos podrán orientarlo y ayudarlo. Y por supuesto, todo diálogo con el profesional que atiende su embarazo también será muy fructífero para que el futuro padre resuelva dudas y aclare su panorama, contribuyendo con ello a su tranquilidad.


Por supuesto, la llegada de un nuevo integrante también acarrea sentimientos encontrados en sus hermanos. Es posible que se sientan felices y expectantes ante la llegada del nuevo hermanito. Tan posible como que experimenten ataques de celos que, seguramente, se harán más fuertes cuando el bebé nazca. Por eso, todo aquello que usted pueda hacer durante el embarazo y el nacimiento para que sus otros hijos sientan que ellos son para usted tan queridos e “importantes” como antes, será bienvenido y nunca estará de más. Lo primero que usted podrá hacer al respecto es permitirles y facilitarles “participar” de su gestación, por ejemplo: Hábleles de su embarazo en términos que a ellos les resulten familiares y comprensibles. Comprar algún libro o video acerca del tema; verlo juntos y comentarlo es una excelente alternativa. Déjeles tomar contacto con su panza, escuchar el corazón del pequeño, percibir cómo se mueve, etc. Permita que la acompañen a alguna de las visitas médicas y que conozcan al profesional que tiene a cargo el cuidado de su embarazo. Si pueden conocer la clínica o el hospital donde nacerá el bebé, mucho mejor. Si va a preparar el bolso que llevará al hospital, comparta la tarea con sus hijos, de manera tal de armar el equipaje entre todos.

Los cambios del bebé mes a mes
Primer mes


• Mide aproximadamente entre 3 y 4 mm, pesa menos de 1g y recibe el nombre de huevo o cigota.

• Empieza el desarrollo del corazón, el sistema nervioso, la médula espinal, los pulmones y el aparato gastrointestinal.

• Durante la segunda semana, aparece en el dorso una especie de marca oscura que indica la posición de la columna vertebral.

• Hacia finales de la tercera semana, el corazón comienza a latir.

• A las cuatro semanas, ya ha desarrollado estructuras que con el paso del tiempo se convertirán en su cuello y mandíbulas.

Segundo mes


• Mide aproximadamente 2 y 1/2 cm. y pesa más o menos 3 g.

• Se lo conoce con el nombre de embrión.

• Comienzan a desarrollarse los rasgos de la cara.

• Empiezan a formarse las orejas.

• El cerebro está en formación.

• Los dedos de manos y pies ya pueden distinguirse.

• Los huesos comienzan a reemplazar a los cartílagos.

• El latido cardíaco puede detectarse con ultrasonido y su ritmo es de 140-150 latidos por minuto.

Tercer mes


• Mide alrededor de 9 cm. y pesa unos 48 g.

• A partir de este mes, ya se lo denomina feto.

• Un vello finito (conocido como lanugo) le cubre todo el cuerpo.

• Se ha completado la estructura del esqueleto.

• Los dedos de manos y pies están perfectamente formados.

• Puede tragar, succionar y orinar.

• Produce gotas de una orina estéril que son removidas por la renovación periódica del líquido amniótico.

Cuarto mes


• Mide aproximadamente 17 cm. y pesa unos 140 g.

• El esqueleto, ya perfectamente estructurado, se sigue osificando, es decir, pasando de cartílago a hueso.

• Su piel es transparente.

• Realiza sus primeras expresiones faciales, entre ellas, sonreír.

• Empieza el crecimiento de pestañas y cejas.

• Ya tiene movimientos coordinados y puede, por ejemplo, darse vuelta.

• Percibe la luz y los sonidos.

• Desarrolla las papilas gustativas.

• Se están formando las uñas.

• La fuerza del latido cardíaco se incrementa.

Quinto mes


• Mide unos 28 cm. y pesa alrededor de 450 g.

• Sus movimientos se tornan más enérgicos.

• Su cuerpo comienzo a engordar.

• Comienzan a funcionar las glándulas sebáceas.

• Los ojos y párpados ya están perfectamente desarrollados.

• Su cuerpo se encuentra cubierto de vernix, sustancia grasosa y protectora.

• Puede escuchar mejor.

• Empieza a formarse una cápsula protectora alrededor de los servios de la médula espinal.

• El latido cardíaco ya puede oírse con un estetoscopio común.

• Se chupa el pulgar.

• Tiene hipo.

• Puede distinguir lo dulce de lo amargo.

• La mayoría de sus dientes ya están formados, aunque no asomarán hasta varios meses después de nacido.

Sexto mes


• Mide aproximadamente 34 cm. y pesa alrededor de 1kg. A partir de este momento, en caso de adelantarse el trabajo de parto, hay posibilidades de sobrevida.

• Su piel está arrugada y ya se ha vuelto opaca en lugar de transparente.

• Abre los ojos.

• La cabeza (antes considerablemente grande) ya se encuentra más proporcionada con relación al resto del cuerpo.

• Alterna breves períodos de sueño y vigilia.

• Sus facciones ya se parecen mucho a las que tendrá en el momento del nacimiento.

• El intestino almacena meconio (materia fecal primitiva).

• Empiezan a endurecerse los huesos centrales de piernas y brazos.

Séptimo mes


• Mide unos 40 cm. y pesa alrededor de 1 y 1/2 Kg.

• Sus manos ya están perfectamente formadas y le crecen las uñas.

• Comienza a tener rudimentarios movimientos respiratorios.

• Sus ojos ya pueden enfocar.

• Está más activo pero, debido a su crecimiento, es cada vez menor el espacio que le ofrece el útero para moverse.

Octavo mes


• Mide unos 43 cm. y pesa aproximadamente 2 y 1/2 Kg.

• Suele adoptar posiciones similares a las del momento del nacimiento.

• Desarrolla tejido muscular y grasas.

• Tiene cabello en la cabeza.

• Almacena hierro en el hígado.

Noveno mes


• Es muy parecido a como será en el momento del nacimiento, ya que al término de este período el bebé estará listo para nacer.

• La protección grasosa que lo cubre es gruesa.

• Incorpora inmunidades maternas.

El sexo durante el embarazo

En un embarazo sin problemas, las relaciones sexuales pueden encararse normalmente, como se lo hace fuera de este período. No hay motivos científicos serios y documentados que avalen aquellas antiguas enseñanzas de la obstetricia tradicional que propugnaba un alejamiento de la actividad sexual. Sin embargo, el embarazo impactará en ella y eso será inevitable. Llevar dentro del vientre un bebé en crecimiento cambia la vida, y las relaciones sexuales no son una excepción. ¿Cómo las modifica?

• Debido al incremento hormonal, es común que se excite más rápidamente.

• Asimismo, las áreas altamente erógenas de la anatomía femenina –senos, pezones y genitales– se encuentran muy sensibilizadas y eso las hace más susceptibles que antes a los estímulos.

• El coito se facilita por la relajación de la musculatura vaginal y perineal que producen las hormonas del embarazo. Eso hace que las relaciones sexuales sean en este período más placenteras que en otros.

• Sumado a todo esto, se encuentra el hecho de no tener que recurrir a métodos anticonceptivos, lo cual permite una mayor relajación lo que eso ayuda al placer.

• Eventualmente, su compañero puede encontrarla incluso más atractiva que antes aunque usted no lo considere de esa manera.

Entonces: ¿Todas son ventajas? Lamentable, la respuesta es no.

• Durante el primer trimestre, cuando las náuseas y vómitos son más frecuentes y acentuados, es probable que su deseo sexual baje muchísimo e, incluso, desaparezca.

• El miedo a hacerle daño al bebé podrá también ser muchas veces causa de una represión del deseo sexual, tanto de su parte como de la de su compañero.

• En los últimos meses su ya por demás prominente abdomen los obligará a usar la imaginación en pos de encontrar posimismo tiempo, sentirse cómoda y segura.

Y, por supuesto, la pregunta fundamental que seguramente usted se hace en este momento es: ¿Qué sucede con la seguridad del bebé durante el sexo?

En principio –más adelante pasaremos a las excepciones–, repetimos la frase con la que comenzamos este tópico: en un embarazo sin problemas, las relaciones sexuales pueden encararse normalmente, ya que en esos casos –que son la mayoría– no hay razón médica para evitar la actividad sexual durante el embarazo. El bebé se encuentra fuertemente adherido a su útero, el líquido amniótico en el que flota hace las veces de un excelente amortiguador y el útero está sellado por un tapón de moco cervical que ocupa el canal del cuello uterino y le brinda al feto la protección adecuada. Igualmente, recuerde que:

la última palabra acerca de si usted puede tener relaciones de forma normal durante la gestación o, si de lo contrario, debe tener algún tipo de cuidado, debe ser dicha por el médico que supervisa su embarazo.

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