Kitabı oku: «El búfalo de agua. Tomo 2», sayfa 6

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Se ha demostrado que la suplementación con vitamina E (200 UI) en las madres, previa al parto, causó mayor peso al nacer y mejor viabilidad de los bucerros en comparación con el grupo no suplementado. Además, se observaron benéficos en la calidad del calostro, ya que los niveles de IgG fueron más altos en comparación con el calostro de las búfalas no suplementadas. No obstante, la suplementación no influyó en los niveles plasmáticos de IgG en los bucerros después de 24 horas, ya que ambos grupos de bucerros mostraron valores superiores a 10 g/l[31], [32].

Manejo del calostro en los neonatos bubalinos

La placenta de los rumiantes es epiteliocorial (sin contacto directo/placentario entre la circulación materna y fetal), por lo que no permite el paso de las Ig séricas a través de las membranas fetales; como resultado, los neonatos bubalinos nacen hipogammaglobulémicos o prácticamente agammaglobulémicos, por ello son completamente dependientes del consumo de calostro[26b], [27d], [31b], [33], ya que este les provee de energía y de diversos nutrientes que los ayudarán con su termorregulación, y el alto contenido de magnesio que contiene provocará un efecto laxante que ayudará al bucerro con la expulsión de meconio y con el inicio del tránsito intestinal[5c], [15d]. Inmediatamente después del nacimiento (2-3 horas), el bucerro debe consumir cerca del 10 % de su peso en calostro, es decir, alrededor de 3-4 l[15e], [34]. Es importante mencionar que los bucerros tienen intolerancia a cantidades más altas de calostro, ya que tienden a desarrollar diarreas después de ingerirlo en exceso[25b].

La concentración de Ig en el calostro es alta entre las primeras 6-24 horas después del parto (Cuadro 2), posteriormente disminuye significativamente a las 60 horas[35]. Aunado a lo anterior, se sabe que la capacidad de un neonato para absorber la Ig se reduce progresivamente después de 4-6 horas y cesa casi por completo a las 24 horas posteriores al nacimiento. Por lo tanto, cuanto antes se alimente al bucerro mayor será el nivel de Ig absorbida[15f]. Tras la ingestión de calostro, el receptor Fc neonatal (FcRn) transportará la Ig materna a través de la pared intestinal del neonato a la corriente sanguínea[36]. La absorción de Ig materna a través del intestino delgado sucede durante las primeras 12-16 horas después del nacimiento, denominada transferencia de inmunidad pasiva (TIP), ayudará a proteger a la cría contra organismos patógenos comunes durante 3-4 semanas, hasta que su propio sistema inmunológico se vuelva funcional y produzca sus propios anticuerpos, lo cual ocurre entre las primeras 4-6 semanas[15g], [20c], [33b].

Cuadro 2. Concentraciones de Ig, lactoferrina y proteínas totales en el calostro de búfalas Murrah desde el parto hasta las 72 horas posteriores


Componentes Al parto 24 h 48 h 72 h
IgG (mg/ml) 71.40 44.50 19.7 9.68
IgA (mg/ml) 9.28 5.56 2.29 1.20
Lactoferrina (mg/ml) 6.25 4.10 2.37 1.67
Total de proteínas (g/dl) 11.30 7.61 4.27 2.93

Fuente: Souza, et al.[27e]

Dependiendo del sistema de producción, el calostro puede provenir directamente de las propias madres o suministrarse mediante biberones, baldes o un tubo bucoesofágico[37]. Los bucerros alimentados directamente de sus madres ingieren más calostro que aquellos alimentados artificialmente (2.01 versus 1.83 kg/día)[38]. En los sistemas tradicionales en India y en muchos países de América se permite que los bucerros se alimenten directamente de sus madres después del parto[38b]. Así, el contacto entre el bucerro y sus madres puede darse al menos durante las 12 horas posteriores al nacimiento[33c]. En otras fincas, entre 3[13b], [17c], 4, 5[10b], [39], 7[24g] y hasta 20 días después del nacimiento[40] con el objetivo de que el bucerro tenga oportunidad de mamar en más ocasiones y se incremente su supervivencia.

El consumo inmediato de calostro por parte de los bucerros también se debe aplicar en la ganadería lechera intensiva, en donde los neonatos son separados de la madre inmediatamente (o poco después) del parto[38c]. En estos sistemas el calostro debería administrarse al bucerro, de preferencia, más de dos veces a intervalos iguales. Lo más recomendable es suministrarlo mediante biberones (Figura 1), ya que es la forma más parecida a la natural en comparación con el uso de baldes[39b]. Debido a que los bucerros presentan mayor sensibilidad bucal y la completa erupción de los incisivos más tarde, a diferencia de los terneros (25 días versus 8 días, respectivamente), es necesario utilizar gomas más blandas en los biberones[41].

Figura 1. Bucerros alimentados con biberones


Se recomienda el uso de biberones con gomas flexibles. Fotografía: Luis Alberto de la Cruz-Cruz.

En un estudio previo se observó que los bucerros ingirieron mayor cantidad de calostro en el primer día de nacidos cuando fue suministrado mediante un biberón en comparación con el uso de un balde (2.45 versus 1.66 kg, respectivamente). Asimismo, se observaron mayores niveles de Ig (34.53 versus 30.40 mg/ml) y mayores ganancias de peso (451g versus 348 g/día, respectivamente)[12b]. Una posible explicación es que los bucerros alimentados con biberones aprenden a comer en un período de 24 horas posteriores al nacimiento[12c].

Si el personal es limitado el calostro se podría suministrar en baldes, pero se debe tener en cuenta que es importante entrenar a los bucerros. La forma más sencilla es sumergir los dedos en la leche y luego dejar que el bucero succione los dedos. Posteriormente, la mano debe bajarse gradualmente y sumergirse en el balde mientras el bucerro sigue mamando[39c]. Una vez que el bucerro ha aprendido a beber directamente del balde será fácil alimentarlo, incluso, algunos aprenden a alimentarse a las 48 horas[39d], aproximadamente. No obstante, los bucerros son considerados de lento aprendizaje, ya que tardan más en aprender a beber directamente del balde bajo condiciones de alimentación artificial. Estudios realizados en India encontraron que los bucerros destetados al parto tardaron hasta 12 días en aprender a comer por sí solos, incluso alrededor del 36 % requirieron de asistencia después de los 15 días de edad[42].

Por lo tanto, los bucerros necesitarán de mayor asistencia por parte del personal, ya que si no consumen la cantidad necesaria de calostro disminuyen la cantidad de Ig, lo que provoca una mayor morbilidad y mortalidad, además de la restricción de nutrientes y la alteración de su crecimiento futuro[38d]. Ante esta situación se recomienda valorar los beneficios del establecimiento de esta práctica en el hato, acción que implica un cambio de manejo en todo el rebaño. Asimismo, el uso de baldes podría estar contraindicado ya que, por la posición del bucerro, no se favorece el cierre de la gotera esofágica, por lo que existe la posibilidad de que una fracción de la leche ingrese al rumen generando con ello trastornos digestivos[43].

Si por alguna razón no es posible que el calostro se suministre de forma inmediata, este debe enfriarse para mantener la calidad higiénica durante un par de días. Cualquier excedente de calostro se puede congelar y luego descongelar con el objetivo de crear un banco[39e]. Estudios previos señalan que su almacenamiento a -20 °C durante 3 meses no afectó las concentraciones de IgG e IgM, por lo que podría ser una técnica adecuada para crear bancos[21d]. Posteriormente, cuando llega el momento de alimentar al bucerro, el calostro debe calentarse cuidadosamente a una temperatura de entre 39-40 °C y nunca debe ser hervido, ya que las altas temperaturas pueden destruir las inmunoglobulinas[39f], [44].

Finalmente, es importante considerar que existen diversos microorganismos patógenos que se pueden encontrar en el calostro, así como algunas bacterias que pueden proliferar y causar problemas de salud en los bucerros, por lo que resulta necesario considerar métodos específicos para conservar su calidad incluyendo la refrigeración, congelación, el uso de conservadores, la evaporación al vacío por microondas, liofilización, atomización y métodos de pasteurización[21e]. El calostro puede ser pasteurizado a 60 °C x 60 minutos sin presentar cambios en la concentración de IgG y en la viscosidad. Asimismo, el calostro puede ser liofilizado sin presentar cambios en los componentes bioactivos[21f]. Es importante considerar en todo momento la implementación de las buenas prácticas de higiene para evitar la contaminación cruzada y la alteración de la salud de los bucerros.

Falla de la transferencia de inmunidad pasiva en el bucerro

La falla en la transferencia de inmunidad pasiva (FTIP) es el término utilizado para referirse a una deficiencia en el paso de las Ig del calostro[45], lo anterior puede ser ocasionado por malas prácticas en esta etapa, pero también se ha demostrado que más del 50 % de los casos de FTIP se deben a defectos en la estructura del receptor FcRn[26c] y a procesos de acidemia en los neonatos que cursan por procesos de asfixia intraparto[46], [47]. La FTIP resulta en una hipogammaglobulinemia, lo que predispone a los animales a diversas infecciones como la onfalitis, onfaloflebitis, artritis séptica, septicemia, neumonías y enteritis que cursan con diarrea incrementando la mortalidad de los neonatos[48].

La FTIP se puede determinar midiendo directamente las Ig séricas por medio de inmunodifusión radial u otras pruebas de ELISA[45b]. Si las Ig del suero sanguíneo son inferiores a 10 mg/ml después de las 48 horas del nacimiento los bucerros presentan FTIP[12d]. Por lo tanto, la forma más eficaz de asegurar niveles bajos de mortalidad en bucerros es verificar que ocurra la TIP, más específicamente, que los bucerros hayan absorbido al menos 20-25 mg/ml de IgG del calostro[27f]. En un análisis realizado en India se observó que los bucerros, previo a la ingestión de calostro, presentaron valores de Ig de 4.1 mg/ml, pero después de las 6 horas de nacidos se incrementaron a 153 mg/ml y, posteriormente, estos valores disminuyeron a 65 mg/ml de Ig[25].

Estudios recientes de Souza, et al.[10c] encontraron altas concentraciones de IgG en los bucerros de búfalas de diferente parto, como consecuencia del buen manejo alimenticio y el respeto al período seco. Las correlaciones significativas obtenidas entre las concentraciones de IgG del calostro y los niveles en sangre desde las cero horas estuvieron en el valor de 4.23 ± 0.33 mg/ml y hasta 34.5 ± 1.48 mg/m las 24 horas, con mejora en la inmunidad pasiva en bucerros (Cuadro 3). Por lo tanto, propiciar la buena alimentación de las búfalas en el último período de la gestación es clave para favorecer el desarrollo del bucerro.

Cuadro 3. Concentraciones de Ig y proteínas totales plasmáticos en bucerros Murrah desde el parto hasta las 72 horas posteriores


Componentes Al parto 24 h 48 h 72 h Fuente
Total de proteínas (g/dl) 4.82 8.470 8.48 8.40
IgG (mg/ml) 4.23 34.50 33.6 30.9
IgA (mg/ml) 2.22 5.41 5.43 5.49
Lactoferrina (mg/ml) 3.94 4.61 2.37 1.67
Total de proteínas (g/dl) 4.75 8.45 8.44 8.35
IgG (mg/ml) 3.03 35.80 33.63 31.90
Globulinas (g/dl) 2.29 6.40 6.28 6.11

Por otro lado, existen otros métodos indirectos para estimar la concentración de Ig como la medición de proteínas séricas totales por espectrofotometría. Según algunas pautas generales, se cree que más de 5.5 g/dl proporciona un nivel seguro, mientras que de 5.0 a 5.4 g/dl proporciona un nivel de inmunidad moderada y una puntuación por debajo de 5.0 g/dl causa FTIP[15h]. Por lo tanto, la determinación de la concentración de las proteínas totales en suero de los buceros es útil como indicador indirecto de TIP, ya que el aumento de los valores después del primer día de nacidos se debe principalmente a la absorción de globulinas, particularmente IgG, demostrando una correlación significativa con los valores de proteína total y las globulinas contenidas en el calostro[10e] (Cuadro 3).

En un estudio en Costa Rica se observó que la concentración de proteínas totales en bucerras y bucerros que permanecieron el primer día con su madre varió de 4.2 a 9.8 g/dl, con un promedio general de 6.9 g/d, sin observar diferencias en la concentración de proteínas totales entre hembras y machos. Además, observaron que solo en 13 % de los animales presentaron FTIP[45c]. Por otro lado, en un estudio realizado en Brasil, Souza, et al.[10f] encontraron que a las 24 horas los bucerros provenientes de búfalas de primer parto mostraron mayor concentración de proteínas totales (9.21 g/dl) que los bucerros provenientes de búfalas con 2-4 partos (8.36 g/dl) y de búfalas con más de 5 partos (7.78 g/dl). Lo que indica que el número de parto tiene un efecto importante en la calidad del calostro, por lo que es probable que a medida que se incrementa el número de parto la calidad de calostro disminuye. Por lo tanto, esto debería tomarse en cuenta para la creación de bancos de calostro.

Sistemas de crianza y comportamiento productivo de bucerros

En países europeos donde se extiende la crianza intensiva de búfalos destinados a la producción de leche con producto final de queso mozzarella, los bucerros se alimentan, mayormente, con sustitutos lecheros y piensos de buena calidad (Figura 2), cuyo precio es inferior a la leche de búfalas, lo que compensa su uso[49]. En este sentido, Shahin, et al.[50] informaron que el alto costo nutritivo de la leche de búfala ha potenciado que un mayor número de productores apuesten a la crianza artificial de bucerros, hasta los tres meses, con la inclusión de sustitutos lácteos sin comprometer el crecimiento del animal, al tiempo que aumenta el acopio de leche para la industria. Adicionalmente, la tendencia a destetar a los bucerros tan pronto como sea posible depende del precio de la leche de búfala, la cual se paga de 2-3 veces (en países donde se utiliza como leche para beber) y hasta 3-4 veces más cara (en Italia, en donde se utiliza para la elaboración de derivados lácteos como el queso mozzarella) que la leche de vaca[41b].

Wahid y Rosnina[51] indicaron que en el continente asiático los bucerros son criados bajo dos sistemas de manejo: 1) en apoyo a la madre y posterior al ordeño se les permite consumir de uno a dos litros de leche directamente la madre; 2) en sistemas intensivos de unidades con búfalas altamente productoras, y donde los bucerros son separados de la madre al momento del nacimiento, son criados con sustitutos lácteos y alimentos balanceados; en este sistema muchas veces los bucerros machos se descuidan y pueden hasta morir, ya que el interés principal son las hembras que en un futuro serán utilizadas como reemplazo.

Un método alternativo es la crianza de los bucerros con nodrizas, Zicarelli[41c] señala que en Italia el 40 % de los bucerros se crían con nodrizas, o incluso utilizando una vaca, lo que requiere de poca mano de obra y, además, asegura la ingesta de nutrientes[39g]. En Italia, actualmente existen algunas fincas donde, después de la fase calostral (entre 3-7 días), los bucerros son mantenidos con una nodriza que según su producción pueden alimentar entre 2-4 bucerros que maman directamente de ella dos veces al día. Es importante señalar que la capacidad de ingesta del bucerro es menor que la del ternero (2 % versus 2.4-2.8 % MS/100 kg de peso vivo) en los primeros meses de vida, lo que conduce a una menor ingestión de MS. Por lo tanto, si un bucerro se alimenta solo con leche de vaca e ingiere pequeñas cantidades de MS, también ingerirá una baja concentración de la mayoría de los nutrientes[41d].

Figura 2. Bucerros en sistema de crianza artificial, en cunas individuales y alimentados con sustitutos lácteos y alimentos balanceados


Búfala Buona - Azienda Agricola Giancarlo D’Angelo, Italia. Fotografía: José Raúl López Álvarez.

El período de alimentación solo con leche después del calostrado varía de 14-21 días, dependiendo de la capacidad del animal para iniciar con la ingesta de alimento sólido[15i]. En los sistemas intensivos en Pakistán, convencionalmente después del periodo de calostro, los bucerros son separados de sus madres y movidos a cobertizos para terneros con piso de paja de arroz. En esos lugares, los bucerros son alimentados individualmente con leche entera dos veces al día (a las 8:00 a. m. y a la 5:00 p. m.) hasta el destete, mediante baldes de acero provistos de boquillas de goma. Los baldes de leche se colocan en un soporte de hierro y son fijados contra la pared a 68 cm del suelo[17d]. En sistemas de Egipto[52] e India[39h] a los bucerros se les da leche entera inicialmente a una proporción del 10 % de su peso corporal, posteriormente la cantidad de leche se ajusta de acuerdo con el peso del bucerro hasta los 90 días de edad, dependiendo del régimen alimenticio[53]. Durante las siguientes 3-6 semanas se desarrolla la función ruminal y, de forma paulatina, los bucerros obtienen más nutrientes procedentes del alimento sólido. Lo que resulta importante para determinar la edad al destete, ya que se debe asegurar que obtengan los nutrientes necesarios únicamente de los alimentos sólidos[15j].

En el Cuadro 4 se puede observar el efecto del régimen alimenticio en el comportamiento productivo de los bucerros bajo diferentes sistemas. En este sentido, Singh, et al.[38e] informan que durante la crianza artificial la leche se puede suministrar con una relación de 10 % del peso vivo hasta los 30 días, de 1-2 meses se ajusta al 15 % y de 2-3 meses al 25 %. Por otro lado, Bharti, et al.[53b] mencionan que, a partir del día 4 y hasta el día 56, se puede administrar leche entera al 10 % del peso vivo, del día 57-64 se incrementa al 20 % y del día 65-90 se les proporciona el 40 %.

Rashid, et al.[17e] indican que de la semana 3-6 se puede administrar leche entera de búfala con el 10 % de peso vivo, y de la 7-12 inicia un proceso de disminución paulatina. El mismo autor señala que se puede implementar un sistema de alimentación con leche restringida, con un patrón similar al anterior, pero a partir de la semana 7-10 se disminuye a un 7.5, 5, 3.5 y 1.5 %, respectivamente. Por otro lado, Abbas, et al.[44b] señalan que la cantidad de leche se puede ajustar semanalmente (10-15 % de peso vivo) hasta el día 35 o 63 y, posteriormente, se reduce un tercio cada semana hasta el día 56 u 84, dependiendo de la edad al destete.

En el caso del uso de lacto-reemplazadores (Cuadro 5), Abdullah, et al.[54] señalan que se puede suministrar en una proporción del 50 % de leche entera y el 50 % del lacto-reemplazador (95 % de MS, 23.5 % de PC, 9 % de grasa, 7.5 % de minerales y 3,300 de energía metabolizable) calculado a una proporción del 10 % del peso del bucerro durante las primeras ocho semanas, y después una disminución paulatina del 1 % hasta los 120 días de edad, que es cuando se realiza el destete. En algunas granjas en Italia los bucerros son alimentados con calostro los primeros cinco días y, gradualmente, se les proporcionan lacto-reemplazadores con mayor concentración de nutrientes que los descritos anteriormente (96 % MS; 23.96 % de PC; 20.83 % de grasa y 7.45 % de minerales), los cuales pueden suministrarse mediante un alimentador automático de leche para terneros una o dos veces por día. La concentración de los lacto- reemplazadores varía de acuerdo con la edad, se proporcionan en una concentración del 18 % entre 6-8 días, al 36 % de los 9-60 días de edad, y a partir del día 61 y hasta el 90, la concentración de los lacto-reemplazadores disminuye al 29 %[55].

Aunado a lo anterior, en los sistemas de crianza artificial se debe proporcionar alimento iniciador concentrado y forraje de buena calidad a los bucerros desde la segunda semana de edad. En algunas granjas de Italia, se alimentan con iniciador sólido de buena calidad (89.39 % de MS, 8.89 % de minerales; 22.35 % de PC y 4.87 % de grasa) para asegurar un crecimiento fisiológico y una ganancia de peso diaria adecuada[56]. Por el contrario, los bucerros alimentados únicamente con rastrojo de maíz y avena no pueden satisfacer sus necesidades de nutrientes y mantienen un balance energético y proteico negativo; por lo tanto, se recomienda adicionar un complejo de urea-melaza-minerales para mejorar la palatabilidad, digestibilidad y cantidad de nutrientes[39i]. La clave de la introducción del alimento sólido es acelerar el desarrollo del retículo-rumen, favoreciendo la digestión de alimentos sólidos a edades tempranas[15k] y la disminución de los costos de crianza[57]. No obstante, si bien el destete temprano y los bajos volúmenes de leche reducen los costos de alimentación, no debería ser tomado como el único argumento para determinar el régimen alimenticio[44c].

Cuadro 4. Efecto de los sistemas crianza en el comportamiento productivo predestete en bucerros alimentados con leche entera de búfala


Grupos Consumo de leche Consumo de concentrado Ganancias de peso Peso final Referencias
1) Bucerros alimentados directamente de sus madres 2) Bucerros alimentados artificialmente con 5 l de leche en baldes con boquillas de goma. El destete se realizó a las 12 semanas. ~ 333 kg en G2 - ↑ en G2 a diferencia de G1 (542 versus 414 kg/día) ↑ en G2 a diferencia de G1 (77.2 versus 66.4 kg)
1) Bucerros destetados a las 12 semanas 2) Bucerros destetados a las 10 semanas 3) Bucerros destetados a las 6 semanas ↑ en G1 y G2 en comparación con G3 (210, 205 y 171 kg) ↑ en G2 y G3 a diferencia de G1 (36.9, 41.4 versus 23.1 kg) Sin diferencias en G1, G2 y G3 (0.387, 0.401 y 0.410 kg/día) Similar en G1, G2 y G3 (62.3, 64.2 y 63.7 kg)
1) Destete a las 8 semanas 2) Destete a las 12 semanas ↑ en G2 versus G1 (368.5 versus 187.9 l) en la semana 12 de edad ↑ en G1 a diferencia de G2 (47.3 versus 34.7 kg) a las 16 semanas de edad Similar en G1 y G2 (0.51 y 0.34 kg/día) a las 12 semanas de edad ↑ en G1 en comparación con G2 (92.3 versus 72.9 kg, respectivamente) a las 16 semanas de edad
1) Bucerros alimentados con el 10 % de leche 2) Bucerros alimentados con el 15 % de leche ↑ en G2 a diferencia de G1 (309.6 versus 246.8 l) a las 12 semanas de edad Similar en G1 y G2 (41.1 versus 41 kg) a las 16 semanas de edad ↑ en G2 en comparación con G1 (0.46 versus 0.40 g/día) ↑ en G2 en comparación con G1 (86.1 versus 79.2 kg) a las 16 semanas de edad
1) Bucerros alimentados dos veces al día directamente de su madre hasta los 90 días de edad 2) Bucerros separados al parto y destetados a los 90 días 3) Bucerros separados al parto y destetados a los 45 días - - Se observaron ganancias similares de peso en G1, G2 y G3 (0.51, 0.40, 0.45 kg/día) ↑ peso final en G1 en comparación con G2 y G3 (79.71 versus 69.51 y 73.59 kg) a los 90 días de edad
1) Bucerros alimentados por sus madres 2 veces al día antes y después del ordeño 2) Bucerros separados de sus madres al quinto día posparto. El destete ocurrió a los 90 días. ↑ en G1 en comparación con G2 (4.26 versus 3.05 kg/d) ↑ en G1 en comparación con G2 (1.511 versus 1.605 kg/d) ↑ en G1 en comparación con G2 -

Cuadro 5. Efecto de los sistemas crianza en el comportamiento productivo predestete en bucerros alimentados con lacto-reemplazadores


Grupos Consumo de leche Consumo de materia seca Ganancias de peso Peso final Referencias
1) Bucerros alimentados con leche entera de búfala 2) Bucerros alimentados con lacto-reemplazador (800 gramos/4 l de agua) G1 = 360 l y G2 = 72 kg de lacto- reemplazador ↑ en G1 en comparación con G2 (16.8 versus 15.6 kg) Similar en G1 y G2 (0.71 y 0.61 kg, respectivamente) ↑ en G1 en comparación con G2 (107.2 versus 97.7 kg) a los 90 días de edad
1) Bucerros alimentados con leche de búfala 2) Bucerros alimentados con el 80 % de leche de búfala y el 20 % de proteína de soya (126 gramos/ 1 l de agua) - Similar entre G1 y G2 (29.16 y 31.5 kg) a los 90 días de edad Similar entre G1 y G2 (0.31 y 0.30 kg/ día) Similar entre G1 y G2 (62.75 y 61.05 kg) a los 90 días de edad
1) Bucerros alimentados con leche entera de búfala (10 % del peso vivo) 2) Bucerros alimentados con el 50 % leche de búfala y 50 % lacto-reemplazador 3) Bucerros alimentados con lacto- reemplazador (160 gramos/1 l de agua) - - ↑ en G1 en comparación con G3 y no diferente de G2 (0.45 versus 0.42 y 0.36 kg, respectivamente) ↑ en G1 en comparación con G3 y no diferente de G2 (54, 50.4 y 43.2, respectivamente) a los 120 días de edad
1) Bucerros alimentados con leche entera de búfala (4 l) 2) Bucerros alimentados con 2 l de leche de búfala y 2 l de lacto-reemplazador 3) Bucerros alimentados con 4 l de lacto- reemplazador (140 gramos/ 1 l de agua) - ↑ en G1, intermedia en G2 y baja en G3 (80.16, 75.26 y 68.77 kg, respectivamente). ↑ en G1 en comparación con G2 y G3 (0.63 versus 0.43 y 0.35 kg/día, respectivamente) ↑ en G1 en comparación con G2 y G3 (98 versus 80.774 kg, respectivamente) al día 90 de edad
1) Bucerros alimentados con lacto-reemplazador del día 9-60 (36 %) y del día 61 al 90 (29 %) en una ocasión 2) Bucerros alimentados con lacto-reemplazador del día 9-60 (18 %) y del día 61 al 90 (14.5 %) en dos ocasiones ~ 85 kg de lacto- reemplazador en ambos grupos ↑ en G2 en comparación con G1 (2 versus 1.7 kg) a los 90 días de edad Similar en G1 y G2 en promedio (~ 0.52 kg) Similar en G1 y G2 (101.9 y 104.3 kg, respectivamente) a los 90 días de edad

En estudios recientes de Sturaro, et al.[61b] se evaluaron tres sistemas de alimentación para bucerros, en donde se obtuvieron ganancias de peso hasta los 90 días de 640 g.día-1 para el tratamiento control de los bucerros alimentados con leche de búfala (4 l), 451 g.día-1 para los bucerros que consumieron 2 litros de leche de búfala mezclada con sustituto lácteo para vacunos hasta el día 30, y que posteriormente del día 31 al día 90 consumieron solo sustituto lácteo, finalmente se observaron ganancias de 381 g.día-1 para los bucerros alimentados desde el día 10 y hasta los 90 días con sustituto lácteo (14 % sólidos-140 gramos de polvo por litro de agua). Las ganancias expresadas están en correspondencia con los consumos de nutrientes por parte de los bucerros, siendo más bajos los datos de animales que consumían sustituto lácteo. En este sentido, la estrategia pudiera estar enfocada en incrementar el porcentaje de nutrientes aumentando a 180 gramos y, por ende, propiciar una mayor cantidad de estos en los bucerros. Asimismo, Cardona y Varela[62] y Abdullah, et al.[54c], al evaluar sistemas de manejos similares obtuvieron ganancias de peso de entre 352 y 457 g.día-1 para el tratamiento con sustituto lácteo y leche de búfala, respectivamente.

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