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Camila parte 2

Ella no necesita otra presentación. Ya sin la Isabel en el curso y la Cami de nuevo soltera comenzaríamos a hablar como antes, ella me contaría todo, acerca de su ex y cómo la dejó por otra, de su hijo al cual era muy difícil explicarle la situación de sus padres, además que prácticamente lo estaba criando sola, también hablaría de su hermana que estaba pololeando63 con un estudiante de enfermería que entrenaba crossfit donde yo lo hacía, yo escuchaba las conversaciones del box donde entrenaba, a él no lo ubicaba, pero siempre hablaban de él como un compadre muy bueno (suponiendo que era él, ya que habían varios con su nombre). Yo por mi parte le hablaría de la Isabel y lo mal que estuve (la verdad no estuve tan mal). De inmediato pensé en volver a intentarlo con ella.

En varias clases se sentaría conmigo o cerca, conversaríamos bastante, en un momento traté de mirarla como lo hice en el restaurant la otra vez sin tener el éxito de antes. Varias veces que me senté cerca escuché sus conversaciones, si bien no las recuerdo con exactitud, si decía que estaba saliendo más en las noches, que estaba conociendo gente nueva, pero también me quedó la sensación de que cada vez era más superficial.

Un día me pediría que la acompañara, tenía que ir cerca de donde yo vivía, a la casa de una mina, habló primero con la hermana y luego me dio la dirección y nos fuimos, llegando allá se alteró un poco porque vio la casa del Pancho que vivía cerca de mí, luego comenzamos a caminar hasta llegar a la dirección, llamó y yo me fui, antes de ponerme los audífonos mientras caminaba escuché una mofa diciendo —uuuyyy— a lo lejos.

Por esas fechas ella no tomaría un ramo con nosotros, precisamente uno que tocaba a la última hora, entonces dos días a la semana se iba antes. También una amiga de ella y compañera nuestra, la Valentina, se compró un auto, un día quedamos los 3 más el Santi solos en la U sin nada que hacer esperando otra clase, se nos ocurrió ir a la playa, más específicamente a la ex isla. Primero, eso sí, pasamos al Mc Donald donde compraron comida por el auto mac, yo ya había comido así que no quería nada, solo me compré un helado, el problema es que no pidieron la cuenta por separado y cuando hubo que pagar la cosa se complicó. Ingenieros teníamos que ser, al final para simplificar las cosas tuve que pasar un billete de $10.000 con el que iba a pagar el helado y después nos arreglaríamos, cosa que nunca hicimos, es el helado más caro que he comprado y la plata no me sobraba.

Ese día en la ex isla conversamos los 4, la Cami me menciona que ahí hay unos cangrejos, que atrapara uno, lo intentaría pero se escapó, tuve que agacharme de rodillas ante ellas mientras miraban detrás de mí, porque las piedras estaban hacia abajo, en fin, después la Valentina sacaría la mitad de un pito64, yo ya había fumado antes con el Santi y me sentí mal, esta vez no me pasaría, la que quedó muy volá65 fue la Valentina, luego el Santi empezaría a hablar de todo y nada al mismo tiempo, la que más atención le ponía era la Cami, quién ya estaba sentada con ambos codos sobre la rodilla y afirmándose la cabeza con las manos, en un momento hablaría el Santi sobre los ojos y la Cami le diría —Tú tienes lo ojos lindos—. Ya en ese momento estaba ofuscado, no pensaba con claridad. El Santi pudo en algún momento ser mi amigo, pero todo le valía verga66. Muchas veces no hacía los trabajos de la U y a veces la única cosa que tenía que hacer lo hacía mal.

Pasado un rato llamaríamos a la U para preguntar por la clase siguiente, el profesor la había cancelado, así que nos quedamos un rato más. Salir de ahí fue complicado, el Santi fue el primero en subir, fui yo quien tuvo que ayudar a las niñas a subir, a ambas, en un momento le tiré el polerón de la Valentina al Santi y con el viento en contra, se voló de vuelta y cayó al suelo levantando una pequeña nube de polvo, la Cami se mataría de la risa, mientras la Valentina ni cuenta se dio.

Luego nos fuimos a tomar un helado a la Fontana, una heladería muy buena, cada uno pediría un barquillo, después de comer, la Valentina nos acercó a nuestras casas, yo por ese entonces no vivía muy lejos de la Cami, pude irme en un colectivo que me llevaba directo a la casa desde ahí, pero preferí que me dejara cerca de ella. Dejó primero al Santi y después a nosotros, ahí nos pondríamos a conversar de todo y de nada, fue una conversación corta la verdad, como dije estaba ofuscado y aunque tenía ganas de besarla simplemente me iría.

Un día mientras entrenaba, llegó alguien que nunca había visto a entrenar con los instructores, al principio no lo reconocí, pero era el pololo de la Isabel, la hermana de la Cami, ese día no le di importancia.

Bueno además estaba en una crisis económica, mi madre no encontraba trabajo y el trabajo que yo había encontrado, dando charlas de uso y manejo de extintores, no estaba resultando como quería, tenía que juntar cada peso que tenía, gracias a mi padre y la beca podía comer y entrenar al mismo tiempo que estudiar.

Aun así, nada estaba saliendo como quería, la Valentina se llevaba a la Cami en su auto los días que salíamos a la misma hora, más de una vez me llevó a mí, pero nunca a los dos juntos, con el paso del tiempo dejaría de llevarme, y los días en que ella salía antes yo no podía perder más clase. Las cosas no se estaban dando simplemente, debí dejar de intentarlo.

Ya era septiembre y el Benjamín, un amigo de Calama, me avisa que iría para Arica, yo estaba entusiasmado, aunque no me dijo que iba con la polola, nos juntaríamos el sábado en la noche y aquí comienza el enredo. Lo primero fue quedarnos de acuerdo en el día y lugar, yo les dije que nos fuéramos al centro ahí hay un boulevard con terrazas donde podríamos conversar, todo bien pero pensé: voy a ir para allá a tocar el violín67 (mientras más lo pienso más weón68 me encuentro), entonces llamé a mis amigas preguntándole si querían acompañarme, además sería lindo que el Benjamín conociera a una de mis amigas. A la primera que llamé fue a la Paula, quien me dijo que tenía que trabajar esa noche, me recomendó llamar a la Cami. Luego llamé a la Sandra quien no tenía con quien dejar a sus hijos, así que me recomendó llamar a la Cami. De verdad quería evitarla esa noche, pero era la ocasión ideal. Así que la llame 2 veces y no contestó, le dejé un mensaje explicándole la situación, cuando lo leyó me escribió:

—¿Por qué no me avisaste antes? Quedé de ir con una amiga a Mojito.

Mojito es la discoteque más concurrida de Arica, en fin, obligado a ir solo. La cosa se complicaría cuando el Benjamín me dice vayamos a Mojito. Parecía broma, entre que no me gustan las disco y ella estaría ahí le dije inmediatamente que no, al cabo de un rato me llama y me pregunta:

—A ver ¿Por qué no quieres ir? Cuéntame qué hiciste—. No me quedó de otra que explicar todo el enredo que había formado. Qué manera de complicar las cosas. Al final el Benjamín cedería he iríamos al centro.

Nos reunimos en el centro con el Benjamín y su polola, la Natacha, quienes se conocían desde la época del colegio cuando iban en los scout. El Benjamín trabajaba como SSEI (bombero de aeropuerto), luego se haría bombero voluntario en la época del primer capítulo, yo mismo le hice la carta de recomendación que le exigían para entrar. No nos veíamos desde el colegio hace unos 5 años y a la Natacha quien estudiaba para ser controladora aérea no la conocía, cuando nos reencontramos fue como si hubieran pasado 5 minutos, fue una buena noche, hace mucho que no salía y estaba con mis lentes oscuros dado que se me rayaron los lentes blancos en el bolsillo del traje de bombero durante un incendio, todo iba bien hasta que la gente se empezó a ir, las mesas se desocuparon y dos mesas hacia mi izquierda en el mismo local veo a la Cami con su amiga.

De golpe se me borró la sonrisa de la cara, volteé y la Natacha me miraba con cara de preocupación, antes que me preguntarán dije lo que pasaba.

—Está ahí—. Dije.

—¿Quién?— Preguntaron, a lo que respondí:

—La mina69 que invité y no quiso venir por ir a Mojito—. Entonces, uno de los dos preguntó:

—¿Me estay weando70?

La Natacha estaba enojada, me decía que ella quería ir a Mojito y por su culpa no fueron, tampoco es para tanto creo, sólo es una disco. En un momento me mira mientras yo la veo, se ríe y algo le dice a la amiga. Yo lo único que me preguntaba era: ¿Qué mierda hacía ahí? Dijo que iba a una disco al otro lado de la ciudad, luego recordé que el ex pololo71 trabajaba en uno de esos locales que hay, pero aun así estaba un poco lejos de él y muy cerca de nosotros, si lo que quería era cagarme la noche lo consiguió.

En un momento se levanta para ir al baño, yo aprovecho de decirle a Benjamín:

—Ella es.

—Es bonita—. Y agrega —la amiga no ha parado de mirar para acá.

Yo prendería un cigarro a lo cual la Natacha me dice:

—Te gusta—. Yo quedé en silencio. —Ya, cuando esté sola vas a hablarle, es tu oportunidad.

Yo no quería ir, pero bueno. Cuando la amiga se fue al baño, me levanto y la Natacha me insiste que vaya con el vaso y fui.

—¡Hola!

—¡Hola! ¿Cómo estás? No te había visto—. Me responde, (sí claro).

—Bien ¿y tú?

—Bien también, acá carreteando72—. Mientras me mostraba su vaso:

—Oye, yo te hacía en Mojito—. Le dije, a lo que respondió:

—Es que hoy no hay Mojito—. (Sí como no, la discoteque más concurrida de la ciudad va a estar cerrada un día sábado en la noche, te creo).

Conversaríamos un rato hasta terminar hablado de la U, en eso llega su amiga y me dice:

—Oye no me hables de la U porfa73—. Luego dirigiéndose a su amiga —este me habla de la U.

La saludé y luego nos dijeron que el local tenía que cerrar, ya eran las 4 am, en ese momento le ofrecí irnos todos juntos a seguir carreteando, a lo cual se negó porque venían unos amigos a buscarlas. Me devolví y el Benjamín me preguntó:

—¿Cómo te fue?

—Mal po74 weón,75 si a mí siempre me va mal—. Mientras yo estaba con la Cami el Benjamín pagó la cuenta, nos iríamos pasando por al frente de ellas, la amiga no nos quitó los ojos de encima mientras la Cami ni me miró.

Cada uno se fue para su casa, la idea era al día siguiente hacer un asado, yo al llegar a la casa me tomé lo que quedaba de una botella de vino blanco que usaba para cocinar que tenía en el refrigerador, mala idea, al día siguiente amanecí con gripe, y no pude ir al asado y falté a clases el lunes, mi madre me tuvo que ir a acompañar. El lunes en la tarde me preguntó la Cami —¿Por qué faltaste a clases?—. A lo que respondí —Amanecí con gripe por tomar cosas heladas—. De aquí en adelante ella me contestaría los mensajes de un día para otro a excepción de uno.

Me convencí de invitarla a salir, pero no tenía dinero, ese mes por suerte me sobraron unas luquitas76, dado que no salí a ninguna parte ese 18 de septiembre77, se suponía que iba a haber una junta en la compañía, pero de ahí se fueron a una fonda, yo no estaba para ese lujo, pensé entonces que con el dinero que me sobraba podía invitarla a salir.

Antes eso sí, en la U, un amigo de su grupo el Vicente (no mi compañero de la compañía) se empezaría a acercar a nuestro grupo de amigos, más que nada para hacer los trabajos, nos explicó que las niñas estaban algo cambiadas, sobre todo la Cami, que siendo mamá no se ponía las pilas78, no hacían sus trabajos y estaban irresponsables. El Vicente estaba convencido que haríamos un buen grupo de trabajo. De ese grupo, él y la Cami eran los únicos que no habían reprobado un ramo y atrasado en la carrera, y el Vicente ya estaba mirando la tesis para el año siguiente.

Me animé y 2 semanas después de ese encuentro en el centro le escribí invitándola a salir y me diría que no, porque según ella yo no tenía suficiente dinero como para invitarla a salir. Eso me dolió, mujeres jamás se metan con la billetera de un hombre, si bien le insistí y me diría que no, yo después de un rato decidí cortar relaciones con ella para siempre, no quiero gente interesada en mi vida. Cómo esa chica dulce que miraba corazones terminó en una superficial interesada que solo veía billeteras. Me dio mucha rabia entender en qué se había convertido.

Lo que viene a continuación no sé si sea así, aquí es cuando algo no anda bien, si alguien me dice que esto no pasó, bueno le creeré. También es la parte en la que me quedo sin celular y con el paso del tiempo sin computador.

Un día el profesor da un trabajo en parejas, hice equipo con el Santi, mientras lo hacíamos le comenté sin dar nombres acerca de mi último rechazo, cómo fue y las palabras que utilizó y lo que pensaba al respecto. Al salir de la sala el Vicente me preguntó:

—¿Terminaste?

—No, me faltó lo último—. Respondí.

—¡Weón79 como no terminaste! te escuché toda la clase.

En ese momento un escalofrío recorrió mi cuerpo, él estaba sentado delante de la Cami, así que lo más lógico era creer que ella me había escuchado también. Este fue un error fatal. A la siguiente clase todo ese grupito se sentó en las primeras sillas de la sala, la Cami empezó a hablar y de repente los 4 voltearon a verme con una sonrisa burlona en su rostro. La Cami se veía muy orgullosa de lo que había hecho, esto me dio aún más rabia.

Cada vez que salíamos a recreo ella se paseaba delante mío sin decir nada, pero de manera inusual, como mostrándose, más de una vez se fue a sentar con mis amigos sólo para que yo me fuera a otro lugar, y en más de una ocasión mientras me iba escuchaba burlas ininteligibles seguidas de risas estrepitosas, mi cabeza estaba muy alterada, luego las burlas se traspasaron al Box de crossfit donde entrenaba yo, al igual que el pololo80 de su hermana, al principio no le di importancia, pero luego no tendría más trabajo, así que no podría costeármelo.

Nada iba bien, estaba angustiado tanto por las burlas de la U como por el hecho de ya no tener dinero, apenas tenía para comer, de hecho, empecé a comer una sola vez al día, sentía que la cabeza me iba a explotar, comencé a dormir menos y a fumar más, además de tener dolores de cabeza. El 6 de diciembre de ese año, con 3 ramos aprobados de 6, me iría a Santiago dejando todo botado. No me importó nada y no le dije a nadie.

Las cosas no mejorarían, llegué a la casa de mi padre y caería en enero al hospital psiquiátrico, el diagnóstico fue esquizofrenia, estaba incomunicado con todos, al salir en marzo revisaría mi celular, que lo tenía mi padre, tenía muchos mensajes y llamadas perdidas, ni uno solo de la Cami, ella ni por la amistad pasada se dignó a mandar un mensaje. En las malas es cuando se ve la gente que te acompaña, la gente que de verdad importa, aún recuerdo quienes eran los que me escribieron o llamaron, la mayoría compañeros de la compañía, también estaba la Sandra y el Tom Dj; no me escribió la Paula, pero después de lo que hizo por mí con la Isabel no podía enojarme con ella, además era la única que sabía dónde estaba. Respecto a la Camila, creo que en ese momento me demostró cuánto le importaba, y cuando me creé un nuevo perfil de Facebook no la agregué, además de borrarla de mis contactos en el celular. Lo último que vi de mi antiguo Facebook es que estaba pololeando81 con un tipo guapo y musculoso. Mucho tiempo después espiaría su muro de Facebook para ver que habían terminado y al parecer, por las palabras que le dedicó, este tipo no la hizo sentir bien.

Cuando volví a Arica me la encontraría repitiendo uno de los cursos que estábamos dando, reprobó un ramo, no puedo juzgarla por eso, dado que yo reprobé 3. El primer día no me reconoció, estaba sin mis lentes de sol, solo con los lentes blancos, después nos encontraríamos unas 7 veces en distintos puntos de la ciudad, en todas me saludaría y yo trataría de no contestarle. La última vez ella pasaría por al frente mío mientras se retiraba de la sala, yo iba entrando, me saludó y yo pasé por al lado de ella sin siquiera mirarla.

63 Pololeando: Acción de estar en un noviazgo.

64 Pito: Cigarrillo de mariguana

65 Volao o volá: Persona drogada

66 Verga: Pene

67 Tocar el violín: Ir sin pareja, para acompañar a otra pareja y sobrar.

68 Weón: Estúpido, idiota

69 Mina: Mujer.

70 Weando: Molestar, tomar el pelo.

71 Ex pololo: Ex pareja.

72 Carreteando: Acción de estar de fiesta.

73 Porfa: Diminutivo de por favor.

74 Po: Palabra sin significado, se utiliza para acompañar la oración.

75 Weón: También se usa entre amigos para referirse a la persona.

76 Luquitas: Billetes de mil pesos, también se usa para referirse a poco dinero.

77 18 de septiembre: Fiestas patrias en Chile.

78 Ponerse las pilas: Poner más énfasis y atención a una tarea.

79 Weón: También se usa entre amigos para referirse a la persona.

80 Pololo o polola: Pareja hombre o mujer según corresponda.

81 Pololeando: Acción de estar en un noviazgo

Carolina

No todos quieren que se sepa que pasaron por el hospital psiquiátrico, algunos tratan de ocultarlo lo más que pueden, por lo tanto, los nombres de este capítulo y el siguiente fueron cambiados, más los hechos que ocurrieron son reales. Otra cosa importante es que los medicamentos que tomaban producían somnolencia y afectan a la memoria, por lo cual varios acontecimientos importantes fueron olvidados.

Llegué al hospital casi a la fuerza, el día anterior me durmieron, al día siguiente me despertaron, estaba algo confundido, me pasaron a la sección y ahí me dejaron durmiendo otro rato. No creo haber soñado esto, pero en un momento recuerdo sentir que alguien me estaba besando, cuando abrí los ojos veo saliendo de la sala una mujer, luego de eso me volví a dormir, ya más despierto y luego que me dijeran donde estaba; la conocí, su nombre Carolina, si bien no era mi tipo de mujer, si era bastante bonita, tenía un tatuaje con el nombre de un pololo82 que tuvo (en el estómago).

Rápidamente me hice amigo de mi compañero de cama, el cual me advirtió que no me acercara a ella, todos estábamos enfermos, pero no todos presentamos los mismos síntomas o estábamos por las mismas cosas, algunos estaban ahí por drogas. En el caso de la Carolina, ella besaba descontroladamente a los demás, a veces inconscientemente, y como era guapa, la más guapa de todo el sector, bueno los hombres se aprovechaban, no todos eso sí, mi amigo nunca la besó.

Cada vez que llegaba alguien nuevo ella aprovechaba de saludarlo a su modo. Vi cómo se aprovechaban varios hombres de la situación y había que llamar a los TENS para que los separarán, en especial uno rubio alto, un verdadero saco wea83, había otro de pelo negro que por más que intentaba ella no lo aceptaba, un día el rubio con este tipo de pelo negro discutieron fuerte, y el rubio en venganza le da un beso a la Carolina sacándoselo en cara – Mira, yo sí le puedo dar un simple beso—. Me sentí un poco mal por él, pero después pensé, ¿quién hubiera sido yo si esa discusión me tocara a mí?

Los días pasaban y de a poco comenzamos a hablar, ella me evitaba, o se ponía nerviosa, como ya dije más de una vez la vi besarse con otros del sector, sobre todo a los nuevos. A veces me sentía mal, estaba falto de cariño y mientras a los otros ella les daba besos me preguntaba ¿Por qué a mí no me pesca84? Luego me decía: las cosas son mejor así, a ella no hay que acercarse.

Un efecto inmediato de las pastillas que tomaba fue el subir de peso, pasé de los 63 kg. A los 75 kg. Ya no parecía un desnutrido, pero eso fue lo único positivo, fumaba más y no hacía deportes, pero si alguien fumaba mucho era la Carolina. También tienen que entender que estamos aislados del mundo exterior, así que nos van a visitar al hospital nuestros seres queridos, en mi caso, mi padre me iba a visitar, yo no quería que nadie más me fuera a ver, pero me llevaba dulces y cigarros, además de ropa limpia. Pero en el caso de la Carolina, a ella no la iba a ver nadie, y siempre nos pedía 1 o 2 cigarros cada vez que nos daban autorización de fumar que era unas 4 veces al día, no podíamos fumar cada vez que quisiéramos lo cual dadas las circunstancias era desgastante.

Varias veces quedamos varios en la mesa mientras hablábamos, cada vez que estábamos solos llegaba uno de los TENS y me advertía que no me aprovechara, que ella estaba psicótica y yo no (seguro yo fui de paseo al hospital), pero bueno, supongo que esa constante oposición fue la que terminó produciendo lo inevitable. Algo que nunca entendí es por qué a mí siempre me decían eso y no a los jotes85 que les rondaba.

Un día no sé por qué o cómo, nos pusimos a conversar, no recuerdo qué le dije o qué hice, sólo recuerdo que se estaba acabando el día, y en eso, terminamos besándonos, después de mucho tiempo volvía a dar un beso, pero sabía que yo era sólo uno más al que besaba, es más, a mí me evitaba, no era nada especial, no sabía en ese momento si ella estaba consciente de lo que hacía, pero se sintió bien.

Algo que la gente no entiende es que ahí encerrado el tiempo pasa más lento, alguna vez han estado en un lugar en el cual no quieren estar y ves pasar los segundos en el reloj tratando de que vaya más rápido, bueno imagínense eso todos los días, un efecto de eso es que no sabes qué hacer en todo el día y cuando se acaban los juegos y las conversaciones, bueno pasan cosas como lo de la Carolina. Nuestra sección era mixta pero el resto de secciones eran de un solo sexo, sólo hombres o sólo mujeres.

La Carolina al día siguiente les diría a todos que estábamos pololeando86, ella estaba feliz y entusiasmada, y yo preguntándome en qué minuto le pedí pololeo87, no lo recordaba en ese momento y no lo recuerdo ahora. Pero cuando ella le contó a los demás y me preguntaron si era cierto yo solo asentí con la cabeza y la besé. En esa ocasión vi más caras tristes o decepcionadas que alegres. No debí asentir, no era honesto conmigo y estaba desesperado y solo, con el corazón roto y creí que ella me sacaría del problema en el que me había metido, creí que ella sería esa compañera que me apoyaría en las malas.

A algunos hombres no les gusta la idea de meterse con alguien que ha estado con muchos hombres antes, a mí la verdad eso no me importó, como dije la vi besarse con casi todos los hombres que estaban ahí. Tampoco me quería aprovechar de ella, no quiero que se mal entienda.

Ella era cálida conmigo, era linda y además parecía quererme, si bien estando allí no era feliz, la verdad, es que el cariño de la Carolina ayudó a atenuar las molestias. Era bastante extrovertida también, la verdad es que eso me gustaba, quería alguien más desinhibida que las anteriores, pero sabía que estaba jugando con fuego, y ella era tan hermosa y peligrosa como el fuego, me envolvía su calor, me hacía sentir cálido y a la vez seguro, todos los problemas desaparecían y sentía que estaba en otro lugar, uno mejor, donde nada importaba, como un veranito de san Juan88, donde el sol ilumina y entibia los oscuros días del inclemente invierno, uno de los dos resultaría quemado al final.

Como se imaginaran lamentablemente esta era mi primera polola89, ya que si bien tuve varios triunfos con las mujeres, nunca me puse a pololear90, incluso una vez fui patas negras91, la verdad es que nunca me había molestado esa situación, dado que hasta llegar a Arica nunca me faltó cariño.

El primer día fue el mejor, mucho cariño abrazos y por supuesto besos, pero a muchos no les gustaba la idea incluyendo a mi padre, quien desde el día que se enteró me dijo que terminara, yo no le conté, pero se enteró igual.

Al segundo día una de las auxiliares que estaba embarazada me preguntó:

—¿Por qué estás con ella?—. Y le expliqué:

—La verdad es que estuve demasiado tiempo solo.— Me miró incrédula y pensó en voz alta:

—¿Pero tan necesitado?

Una vez que dijo eso me miró sorprendida y se fue algo asustada, creo que dijo algo que no debía, pero ¿era verdad o no? Pienso a veces que sí y en otras que no, después que una mujer a la cual de verdad quieres y conoces te destroza por culpa de tu billetera es difícil recuperarte. Mi padre me dice que en la guerra cualquier hoyo es trinchera, y estando mal anímicamente no es malo que una mujer, sea cual sea su estado, te saca de esa situación, está bien.

Una de nuestras compañeras en el hospital, una joven morena me dijo —:No le hagas daño, te lo advierto—. Si bien nunca le caí bien, no esperaba ese tipo de hostilidad, digo no me aproveché de ella, de repente ella estaba interesada en mí y yo, al igual que ella solo quería salir de ahí, quería ayudarla como ella me ayudaba a mí. Mis intenciones eran mejores que las de los otros que simplemente la usaron. Sin importar eso, las palabras y comentarios mal intencionados continuaron.

La verdad es que el tiempo pasaba más rápido abrazado a ella y era genial sentir su calor, ya era el tercer día y en la mañana uno de los TENS más viejos me advierte que me aleje de ella, porque ella es menor de edad. Nunca me atreví a preguntarle la edad, pero esa amenaza si me espantó. Lo único que podía hacer era preguntarle la verdad, cuando lo hice me dijo que no, a lo que agregó —:Ni siquiera mi edad te gusta—. No entendí de dónde vino eso.

Al parecer se le metió en la cabeza (o le metieron en la cabeza) que yo no la quería, pero de todas formas volvía a mí, a veces era insoportable, sobre todo cuando tenía hambre o recién despertaba, pero todos somos así. Un día después de varios besos le dije:

—Voy al baño y vuelvo.

—Ya, yo voy a la pieza de mujeres—. Me respondió.

Yo simplemente me fui, ella me siguió detrás. Quería. No… lo deseaba, que se metiera al baño conmigo, entró y en eso me volteo y ella salta encima de mí y me besa apasionadamente, nos metimos en el baño de discapacitados y ahí comenzamos a hacerlo. No voy a dar detalles de lo ocurrido, solo diré que pasó poco tiempo antes que nos descubriera mi amigo, y yo le dijera a la Carolina que había que parar. Salimos y no hubo consecuencias y nadie de los TENS o los doctores se enteraron de lo ocurrido.

Al día siguiente yo estaba en la fila del desayuno y ella venía de las últimas en levantarse, como ya dije la medicación provocaba somnolencia y afectaba la memoria, ella tomaba una dosis más fuerte que la mía, así que ella pasaba más tiempo durmiendo o somnolienta. En esa mañana en particular ella llegaría a la fila y cuando la iba a abrazar con una voz dura y poco amistosa me dice —Buenos días mi amor—. Me miraría con cara de ultratumba y dirigiría la mirada a otra parte, yo simplemente asombrado me alejé lentamente. Después del desayuno se recostaría en el sillón sobre mí.

Pasaban los días y ya no eran tan aburridos, ya no saludaba a su modo a los nuevos y la actitud de varios ya había mejorado, el rubio me preguntaría un día mientras abrazaba a la Carolina —¿Estai playa92 hermano?—. A lo que yo respondería —Sí, compadre—. Estaba mucho mejor anímicamente, me sentía bien, a veces poníamos la radio y empezábamos a bailar, yo bailaba con ella y todo estaba bien, lo único malo es que ya no me alcanzaban los cigarros, tenía que compartirlos con ella. Por otro lado, mi padre cada vez que llegaba a visitarme preguntaba si ya había terminado con ella, yo le respondía que no, entonces insistía que lo hiciera rápido. Todo eso en el ámbito amoroso claro está, luego más adelante entenderán en la segunda y tercera parte que nada es tan simple.

La Carolina se haría muy amiga de uno de los jóvenes que estábamos ahí, el Víctor, un muchacho choro93, de esos que no te hacen nada si no te metes con ellos, un joven muy centrado, pero que la droga lo tenía por tercera vez ahí, amigo del Gaspar, ambos raperos. En fin este cabro94 sería como su hermano, yo nunca tuve celos de él, de hecho nos llevábamos súper bien.

Un día las terapeutas ocupacionales llegaron a jugar con nosotros, un taller de dibujo al cual no quise participar dado que no se me da bien eso de dibujar, al final de la actividad llega la Carolina con un dibujo para mí. Jamás alguien antes había tenido ese detalle conmigo, fue un lindo gesto, encerrados en un hospital son pocos los gestos que se pueden hacer. Pero a pesar de los gestos y los buenos besos que daba (besaba increíblemente bien), yo ya me estaba hartando que todo el mundo quisiera que lo nuestro se acabara, de hecho, más ganas de estar con ella me daban, pero al mismo tiempo me estaba hartando que ella pensara que yo no la quería.

Ya había perdido el sentido de los días, apenas si recordaba los días que llevaba ahí dentro, en eso llega un joven nuevo, el Diego, otro rapero para variar, este sería cantante, uno muy malo por lo demás, pero no había que desmotivarlo, él se haría muy amigo de una joven llamada Javiera, ella al tercer día de haber llegado me cuenta que la Carolina le trató de dar un beso al Diego.

El Diego, si bien no lo consideraba guapo, si le iba bien con las mujeres, algo tenía supongo. Ya estaba cansado, cada día en el hospital era una eternidad y la verdad era mucha la presión de todos para que lo nuestro se acabara lo antes posible, después de ese intento de beso que al parecer no fue la Javiera la única que lo vio, yo ya no quería seguir con esto.

Al día siguiente se me acercó la Carolina, y yo simplemente le dije que quería terminar, empezó a preguntarme por qué y le dije la clásica frase “no eres tú soy yo”, a lo cual me preguntó —¿Me utilizaste?—. Detesto esa frase, pero no, no era eso, no le quise decir la verdad. Ella se iría simplemente bastante decepcionada.

Después de eso estuvo bastante mal, le dio mucho trabajo a los TENS que nos atendían, incluso tuvieron que amarrarla, creo que le provoqué una recaída muy fuerte.

El Diego me hablaría y preguntaría por qué no estaba con ella en ese momento tan malo, yo le tuve que explicar que ya no éramos pareja, a lo que diría:

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9789563176094
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