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Isabel

No, no es la hermana de la Camila, es la compañera de curso que me empezó a mirar más de la cuenta, y si bien yo la encontraba guapa, no deslumbraba por su belleza. Para ser honesto me recordaba a mi madre, a ella en la universidad le decían niñito, básicamente por su actitud, incluso ya más grande una lesbiana creyó que ella también lo era por su actitud. En el caso de la Isabel todos con los que me juntaba me decían que parece que fuera lesbiana, desgraciadamente yo no hago caso a los rumores.

Partamos por lo básico, ella es morena de ojos café y pelo liso color castaño, casi siempre estaba con una cola de caballo en el pelo, siempre se juntaba con el Alonso, un hombre del cual todos decían que era gay, excepto el Pancho que lo conocía y nos decía que se comía minas47, nunca andaba muy arreglada, rara vez la vi interesada en su apariencia, supongo que eso me atrajo más y cómo ya dije me miraba demasiado, cómo lo sabía, cada vez que miraba hacia su dirección tenía sus ojos encima de mí, a veces bostezaba y ella hacía lo mismo, dicen que no hay nada más contagioso que un bostezo.

Recuerdo que una vez antes de hablar, ya pasado todo el torbellino de la Cami, ella me comenzó a mirar como de costumbre, esta vez no dejé de mirarla hasta que ella volteó y algo le dijo algo al Marcos a quien casi no conocía y a otro amigo del cual no vamos a hablar, de inmediato ambos comenzaron a mirarme, me sentí tan incómodo que me fui.

Gracias a la Paula comencé a conocer más al Marcos, un tipo muy, pero muy simpático, tenía un carisma y una forma de hablar muy divertida, por ese tiempo la Paula y el Marcos se veían muy felices, me daban cierta envidia sana, me hubiera encantado tener una relación como la que ellos tenían. A pesar de eso nunca me acerqué a la Isabel por medio de ellos, ya que ellos dentro del curso estaban siempre en su mundo. Si bien el Marcos era cercano a la Isabel (según la Paula), ella era muy reacia a hablar acerca de su vida personal o pareja.

Esta es la época en la cual yo comienzo a entrenar en el crossfit Arica, además de irme a la guardia permanente en la compañía.

Me gustaría decir que ella era la única que me miraba, por ese tiempo una de las nuevas compañeras, la Isidora, amiga de ella por cierto, también haría lo mismo, ella eso sí rápidamente dejaría de hacerlo, tiempo después tendría un pololo48 con el cual tuvieron un hijo. Al parecer las cosas le resultaron bien.

En un ramo éramos demasiados, así que dividieron el curso en 2, yo quedé con ella en el curso, pero nos hicieron formar grupos para el resto del semestre, quien daría la clase sería el Maximiliano, mi compañero de la compañía, quién también me ayudó con mi trabajo para el primer capítulo, para este trabajo fui con mis amigos Tomás y el Gonzalo. Se nos integró además, de la Valentina, quien no alcanzó a cambiarse de curso. Para ese ramo tendríamos que buscar una empresa, un día ya terminada la clase yo pensaba hablar con Maximiliano acerca de temas de la compañía, pero el grupo de la Isabel comenzó a hablar acerca de su trabajo primero, el detalle, la Isabel no fue a clases, en un momento la Isidora le diría al profe que la empresa con la que ellos hacían su trabajo, el contacto que tenían era el pololo de la Isabel. Así es, supe desde el principio que estaba pololeando49, en ese momento sentí pena por el tipo ya que no te deben querer mucho si miran a otro con tanta insistencia.

Un día quedamos en la misma mesa sentados a un costado de la entrada de la U y comenzamos a hablar, la conversación no duró mucho, pues el Alonso le pediría que lo acompañara a comprar, ella diría que no en ese momento, pero ante la insistencia ella la acompañaría.

Volveríamos a entablar conversación. Fue en un recreo antes de la clase de inglés en la cual ella estaba en una mesa y yo en la siguiente, solo me acerque y comenzamos a conocernos un poco más, pasaron los minutos y no entramos a clases, nos quedamos conversando hasta que el Alonso nuevamente le pediría que la acompañara a comprar. Me dijo que la acompañara hasta la puerta y fuimos, ahí el Alonso me diría que por mi vestimenta no los podía acompañar, era evidente que lo que iban a comprar era droga, al Alonso le encantaba la marihuana. Yo me fui para la casa.

Al día siguiente comenzamos a hablar también con el Alonso, su amigo, él me pidió mis lentes para ver cuánto aumento tenían, se los pase y al mirar a Isabel esta se veía decepcionada, como si no le gustara lo que viera.

Un día le hablé por Messenger y empezamos a hablar, le dije que jugáramos un juego, ella me preguntaba algo y yo le tenía que responder con la verdad, y así sucesivamente. En una de las conversaciones me preguntaría si me había comido50 a una compañera de curso, a lo cual le respondería que no, ella no me creería y me insistiría, a lo cual yo insistiría en que decía la verdad. Después le pediría una canción y ella me enviaría una canción por youtube de Soda estéreo llamada “trátame suavemente”, yo por mi parte le enviaría una canción de Akilados llamada “una cita”, de inmediato me preguntaría si en verdad me gustaba el metal o el reggaetón, a lo que respondería que yo no era de mente cerrada. En verdad me gustaba esa canción, aunque en general detesto el reggaeton.

Un día estaba muy aburrido y no se me ocurrió mejor idea que invitarla a salir e ir por unas cervezas, así que le escribí, a ella le extrañó, básicamente el por qué, y le inventé que iba a salir con un amigo, pero que a último minuto no pudo ir y me dejó con las ganas de tomarme una cerveza. Ella no quiso, pero de igual forma seguimos hablando esa tarde.

Un día me senté junto a ella en una mesa, no sé cómo o por qué, pero me puse a hablar de sus manos, pensaba que eran las de una mujer trabajadora, en ese momento no me di cuenta, pero me las di de tarado que cree saberlas todas51, lo peor es que me equivoqué en todo, me contó un poco de su vida y después se fue. La siguiente vez que traté de acercarme a ella estaba sola sentada en una mesa, y de la nada unas amigas la llamaron para ir a comprar, ella raudamente fue a acompañarlas y me dejó solo. No volvería a insistirle después de eso.

Pasó el tiempo y las miradas no cesaron, ya estaba aburrido, pero no había forma de decirle que parara sin quedar mal yo. Antes de terminar el semestre me iría por motivos económicos a vivir solo, y mi madre volvería a casa de mi tía. La pieza donde arrendaba quedaba como a media hora de la U, tomando el camino contrario al que siempre tomaba para irme con la Cami.

Durante el segundo semestre de clases se nos une la Sandra a un ramo, en el cual nos sentaríamos juntos todas las clases, era simpática la idea de volver a tenerla en clases, un detalle era que estaba embarazada, desde el primer día yo mientras hablaba con ella, voltée mi mirada y vi a la Isabel mirándola con odio. Un día le contaría a la Sandra de ella y lo que hacía, ella no lograba identificarla, dado que es mala con las referencias físicas hacia las personas. Hasta que, en la primera presentación ante el curso, aún no sabía de quien hablaba, pero cuando tuvo que pararse al frente del curso notó que alguien la miraba con odio y al mismo tiempo no me quitaba los ojos de encima, apoyando su codo sobre la mesa para afirmarse la cabeza, ese día la Sandra se puso muy incómoda y le costó expresarse. Cuando nos fuimos camino a casa me contó lo sucedido y que ya sabía lo que pasaba y quién era, fue tanto que quería salirse del curso, en ese momento lo único que quería la Sandra era salir de la sala.

También le comenté lo sucedido a la Paula, pero no me dijo nada claro, solo que le parecía extraño lo que le contaba. También cometí el error de contárselo al Tomás, con quien ya estaba teniendo una amistad más cercana, mala idea, después de eso la Isabel no me volvió a mirar. Dirán por qué si algo que me estaba incomodando se terminó, bueno fue muy evidente que el Tom algo contó. La Paula me aconsejó no volver a confiar en él.

Un día, estábamos un grupo sentado en una mesa cuadrada en el patio de la U, dentro de este, estaba a la Isabel a un costado hacia adelante, frente a mí el Alonso y varios compañeros más, y como ya se imaginarán ella me ignoró completamente incluso cuando trataba de hablarle, la cosa es que de la nada aparece la Cami con sus amigas y me hace cosquillas desde atrás, llegué a saltar, le dije que no lo hiciera de nuevo, pero aun así nos reímos y se sentó a mi lado, después con la Cami comenzaríamos a hablar como a principio de semestre, de la nada muy enojada la Isabel se fue y le dijo al Alonso que la acompañara mientras se iba raudamente, todos quedamos en silencio sin entender y al Alonso le tomó un momento incómodo pararse de esa mesa, yo le dije:

—Parece que no quieres irte.

—Sí, pero no importa—. Me respondió y salió corriendo para alcanzar a su amiga.

Pasaría un tiempo, y sorprendentemente la Isabel me volvió a hablar por Messenger, esta vez para un trabajo el cual tenía dudas para otro ramo. El trabajo era simple, había que leer un texto de una plana y explicarlo entre 4 personas, luego habría un segundo trabajo donde había que leer un power point con unas 20 diapositivas, para ambos trabajos todos disertaríamos de lo mismo. El problema es que yo estaba confundido, creía que solo era una disertación de todo, mi grupo no sabía de qué se trataba el trabajo, así que tuve otra vez que hacer el trabajo solo y explicarles qué decir. Estaba en eso cuando me habla la Isabel, primero me preguntó sobre qué iba a hablar, yo le respondí sobre un contenido del power point (no voy a especificar cuál era), después de eso me comenzó a hacer preguntas sobre el texto del que sí iba a tratar el trabajo. Le di varios ejemplos y le expliqué con mis palabras qué entendía, luego de eso se despidió. Al día siguiente en plena clase me entero que todo lo que había hecho estaba mal, que me había equivocado y por suerte íbamos a salir últimos en la presentación.

Tuvimos que improvisar las diapositivas y qué decir, antes de salir la Isabel salió a exponer, dijo textualmente lo que yo le expliqué, dio hasta mis ejemplos y el profesor la felicitó. La muy maldita tomó lo que le dije y no fue capaz de decirme que estaba equivocado en la realización del trabajo. Casi hacemos el ridículo, pero logramos sacar la presentación adelante, bueno no todos, el Gonzalo quedó en blanco frente a todo el curso.

Le conté lo ocurrido a la Paula y sorprendida me dice —yo la bloqueo para siempre—. Aún me sorprende que me haya hablado ese día, no voy a mentir en ese momento estaba muy sorprendido a la vez que entusiasmado, después de la presentación estaba decepcionado.

No volvimos a hablar hasta el año siguiente, uno de los ramos había que separarlo y al dividirlo un grupo tendría que quedarse en la tarde y otro entrar en la mañana un par de horas antes de lo normal, como a medio día, 2 veces a la semana. Yo quedé en la mañana dado que tenía esa disponibilidad, la Isabel también haría lo mismo, pero quedó sin su grupo de amigos de siempre. Un día quedamos sentados juntos en las mesas del patio con un grupo de amigos, ahí volvimos a hablar.

De aquí en adelante, nos sentamos juntos en esa clase que tendríamos a medio día, ella detrás de mí en la misma fila. Ahí comenzaríamos a hablar, hasta la llegada de la siguiente clase donde todos volveríamos a nuestros grupos de amistades. Resultó ser que ella era muy simpática, era muy dulce y cálida, además de inteligente, nos llevábamos súper bien, ella me hablaba de sus amistades y familia y yo de la compañía y mis aventuras, a veces le llevaba chocolates y me acompañaba a comprar, pero de a poco la comencé a sentir que mientras más me acercaba, más la perdía.

Bueno, con el paso del tiempo habría días en los que ella sería muy amable y pareceríamos dos buenos amigos, por otro lado, había días en los que ella me evitaría, como si ya la tuviera aburrida, era como si mi actitud no le gustara; yo por ese entonces estaba peleado con el Tom y me alejé de mi grupo de amigos, para ser honestos fue esto lo que me acercó a la Isabel, ellos me dijeron que podía volver a hablar con ellos, pero necesitaba tiempo. Con esto prácticamente la única persona con la que me juntaba en la U era con ella, cuando no lo estaba me quedaba prácticamente solo.

Un fin de semana ella se iría a un pueblo a la costa cerca de Arica, a su vuelta no la vi en clases, o al menos no hablamos, así que me puse a hablar por Messenger con ella, preguntándole cómo le había ido, me comentó que estaba feliz que fue con toda su familia hasta con su perro, y por supuesto con su pareja, más no me dijo y yo me quedé sin tema de conversación, como ya mencioné sabía que tenía pareja, pero simplemente quedé en blanco, así que me puse a escuchar música, a la media hora vuelvo a revisar el celular y tenía un mensaje de ella preguntando:

—¿Qué te pasó?—. Yo algo extrañado digo:

—Nada ¿Por qué?—. Y no recuerdo en qué quedó esa conversación (perdí esos mensajes hace mucho).

Llamé a la Paula esa noche quien ya había dejado la U, para contarle lo que pasó, cuando le expliqué que me contó que estaba pololeando52 me dijo:

Pucha53 Manu que lata54—. A lo que agregaría:

—Pero, eso no fue todo, yo después de eso me quedé sin tema de conversación así que no seguí escribiendo y al rato ella me escribió “¿Qué te pasó?”—. Y la Paula sorprendida me dice:

—¡Oh! le gustas.

—¿Estás segura?

—Sí—, y agrega —pero, no debes confiarte, no te puedes sobrar55.

Seguía con mis dudas, pero ella sabe más de mujeres que yo. También le comenté que sentía que estaba muy pegado a ella, me dijo que me alejara y le comenté que estaba prácticamente solo en el curso.

El tiempo pasó y me volví a juntar con mis antiguos amigos, así que de a poco me empecé a alejar de ella, ocasionalmente hablaba con ella, excepto en el ramo que tocaba a medio día, ahí éramos uña y mugre56, mi idea era darle su espacio, creí que estaba demasiado encima, por mi parte nunca me gustó la idea de estar demasiado solo en la U.

Para un trabajo tuvimos que hacer pareja, la idea era medir a la otra persona para así realizar unas mediciones ergonómicas. De inmediato noté su incomodidad, primero me tocó salir adelante con el profesor para que me midiera como ejemplo. Luego formamos parejas, ella no dijo nada en ese momento, pero cuando llegó el momento de decidir quién media primero a quién, no nos poníamos de acuerdo por falta de comunicación, los dos dijimos que nos daba lo mismo. Entonces dije:

—Ya, yo empiezo.

—¿Qué?— Responde sorprendida interrumpiéndome.

—No me entendiste, tú mídeme primero—. Le dije y ahí se quedó tranquila. Entendía su incomodidad, para ser honesto era la misma que la mía, sólo por el hecho de ser ella.

Me midió, tardó bastante la verdad, y cuando me tocaba a mí al comenzar traté de bromear para lograr que el ambiente se aliviara. Lo primero que tuve que hacer fue arrodillarme frente a ella y a sus pies dije:

—Sabía que esta posición algún día me sería útil—. Rió.

No duró mucho la actividad para suerte de ambos, y no alcancé a hacer ni la mitad de esta, pero al menos el momento incómodo pasó. A la siguiente clase ella no fue, por lo que tuve que medir a la Cami. Cuando fue a la clase se lo comenté algo desanimado, pero no vi ninguna reacción de su parte.

De a poco se comenzó a juntar con un grupo de niñas de nuestro curso, todo bien, pero de a poco se comenzó a alejar, ya no me acompañaba a comprar después de esa clase a medio día, yo por mi parte me juntaba cada vez más con mis amigos, había días en el que ella ya no se sentaría conmigo en ese ramo y después volvería, su bipolaridad ya me tenía aburrido.

La Paula me pediría un día que nos juntáramos con el Marcos, yo les sugerí después de entrenar en el centro dado que tenía clases después en la tarde. Ellos estaban trabajando en una de las botillerías de la mamá de la Paula, al margen de eso a la Paula le faltaban 2 ramos para terminar el técnico. Estábamos en el supermercado cuando la Paula trataría de hacerme cosquillas en el estómago, yo tenía el estómago muy duro de tanto hacer ejercicio, cuando trató de incrustar sus dedos en mi estómago se lastimó la mano y le dolió, como si hubiera chocado con una pared. Yo al ver esta escena me maté de la risa, y el Marcos pregunta:

—¿Qué pasó?

—Él tiene calugas57—. Contestó la Paula sufriendo por el dolor en su mano.

Yo entre risa y risa le expliqué lo que la Paula había hecho y la abrazó, también quería ver mis calugas las cuales lamentablemente no estaban visibles. Ahí aprovechamos de hablar acerca de la Isabel, pero no me ayudarían mucho. Esta payasada se la conté a la Isabel quien al parecer no le dio mucha importancia.

Un día tuvimos que caminar con el Tom y el Gonzalo hacia Sodimac58 que no queda lejos de la Universidad, luego tendríamos que caminar de vuelta y en eso sale el tema de la Isabel, el Tom me dijo que me había pasado los medios rollos59, no me dijo nada concreto ese día a pesar que él también había visto que esta mina60 me miraba demasiado, todos pensaban que era lesbiana.

La cosa está así, algunos dicen que tiene pololo61, otros que tiene polola, y ella dice pareja, palabra que curiosamente aplica para ambos sexos. No sabía qué pensar. A eso hay que agregarle que hay días en los que parece que la tengo aburrida, y hay otros en los que se acerca a mí como si fuéramos buenos amigos.

Ya estaba aburrido de su actitud, recuerdo que un día hablamos por Messenger y no me contó sobre un trabajo que había que hacer, cansado de su forma de ser conmigo decidí bloquearla, no sé en qué estaba pensando porque la desbloquee esa misma noche, pero no la quise agregar de nuevo. Un día iba camino a la sala cuando noto que se levanta del sector en el que estaba sentada en el patio, íbamos a calzar justo en la entrada, yo de inmediato decidí parar, recuerdo que estaba fumando así que hice como que me estaba terminando el cigarro. Ese día decidí sentarme lejos de ella, en ese ramo de medio día, en la otra fila con mis amigos, ella se quedó sola mientras que yo tenía al Santiago al lado, recuerdo que en un minuto volteo a ver al Santiago y veo a la Isabel con cara de sorprendida y a la vez de enojada. Luego llegarían sus amigas que al ver la extraña situación se sentarían con ella.

Hecho esto no me sentaría con ella en lo que quedaba del semestre que a esas alturas se estaba acabando, pero las miradas no cesarían de hecho aumentaron.

Di vuelta la página, pero no del todo, aún tenía la duda si alguna vez le gusté o no. Antes de preguntarle quería saber si alguien estaba hablando de mí a mis espaldas, así que publiqué algo así como “feliz de no volver a hablarte más” no lo recuerdo bien, ella no debería verlo, en teoría, es más ni siquiera debería importarle ya que no está su nombre o algún sobrenombre, en fin, al día siguiente de hecho esto la vi, su cara me dijo todo, definitivamente alguien me estaba saboteando.

El último día de ese semestre la vi pasar y rápidamente me acerqué a ella pidiéndole que habláramos. Hecho esto le expliqué por qué la bloqueé y le pregunté si alguna vez me quiso. Ella tomó aliento, mordió sus labios y dijo:

—No—. Estaba sorprendido, mi madre cuando miente hace exactamente lo mismo, ¿en serio se parecen tanto? Yo le dije que no le creía y dejamos de hablar, al rato me bloqueó.

Cuando le comenté lo sucedido a mi madre esta me contó que hace mucho tiempo, ella tenía un compañero de curso en la universidad que le gustaba y ella lo miraba constantemente, pero cuando este se empezó a acercar a ella le dejó de gustar. Me sentí identificado. Debí hablar con ella antes para no hacer el ridículo. Ese fin de semestre decidí raparme la cabeza nuevamente.

Tiempo después me iría con la Cami de la U y comenzaríamos a hablar, yo le dije que estaba algo mal (la verdad no me afectó tanto a diferencia de las anteriores)

—¿Por quién?—. Me preguntó —¿Hombre o mujer?

—Al medio—. Dije yo y ella comenzaría a reír.

—Ya sé de quién me estás hablando, de la Isabel.

—Sí—. Diría yo.

Ahí me diría que tenía una pareja, la cual en Facebook no la publicaba, pero en Instagram subía fotos con ella a cada rato, yo no tengo Instagram, el detalle es que era otra mujer, ella era lesbiana, el rumor que todos decían era cierto según la Cami, “¿Por qué mentiría?” Pensé yo, ha de ser cierto entonces. Me pasé rollos62 con una lesbiana.

Nunca supe si era heterosexual o bisexual o derechamente lesbiana, de algo si estoy seguro, nunca nadie me ha mirado de la forma en que ella lo hacía, o volverían a hacer, tampoco tan insistentemente, supongo que ahora sé lo que se siente y el daño que puede causar.

47 Comer minas: Besar mujeres.

48 Pololo o polola: Pareja hombre o mujer según corresponda.

49 Pololeando: Acción de estar en un noviazgo.

50 Comido: Besado.

51 Saberlas todas: Un erudito

52 Pololeando: Acción de estar en un noviazgo.

53 Pucha: Lamentación.

54 Lata: No era lo que yo quería o esperaba.

55 Sobrado: Poco humilde, arrogante, que se cree superior a los demás.

56 Uña y mugre: Inseparables.

57 Calugas: Abdominales duros y marcados

58 Sodimac: Supermercado para el hogar, como una gigantesca ferretería.

59 Pasarse rollos: Imaginar cosas.

60 Mina: Mujer.

61 Pololo o polola: Pareja hombre o mujer según corresponda.

62 Pasarse rollos: Imaginar cosas.

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372 s. 4 illüstrasyon
ISBN:
9789563176094
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