Kitabı oku: «Volviendo al Caribe», sayfa 7

Yazı tipi:

Esfuerzos dominicanos por integrarse al CARIFTA

Los pueblos de las islas del Caribe no nos ven a los dominicanos como caribeños, y si los dominicanos no cambiamos de actitud se va a hacer muy difícil la posibilidad de inserción y de integración con esas islas y con todo el hemisferio, sobre todo con mecanismos como la Comunidad del Caribe, y hay que saber que estamos obligados a mantener una interrelación con los países del Caribe y con el CARICOM […]

Iván Ogando y Mukien Sang71.

Aunque, como hemos afirmado en diferentes oportunidades, la República Dominicana ha vivido de espaldas al Caribe, esto no niega el hecho de los esfuerzos realizados por formar parte de las iniciativas de integración. El problema, como afirmamos anteriormente, es que no ha sido una política de Estado, sino que se ha dejado a merced de la voluntad de los gobernantes y los funcionarios de la política exterior de turno.

En el punto anterior presentamos y señalamos que uno de los primeros esfuerzos integracionistas fue CARIFTA. Como bien señaló Bernardo Vega en su ponencia durante el seminario que realizamos a comienzos de octubre de 2015, él fue uno de los mayores auspiciadores de que el país se integrara a esta iniciativa regional.

En 2002 el Banco de Reservas me publicó la obra La política exterior dominicana, 1961-1974, que era una continuación de los tres tomos publicados en 1998 bajo el mismo título pero que correspondía a los años 1844-1961. La obra en cuestión tiene dos tomos. El primero es un análisis de la política exterior y fue titulado 13 años de política exterior. Apuntes para un nuevo enfoque. El tomo II llevaba por título La política exterior dominicana. Del caos al abandono. 1961-197472. Este tomo es una compilación de toda la documentación que pudimos rescatar de los archivos de la Cancillería.

En el Tomo II del libro hay 27 páginas (pp. 293-320) que recogen oficios e informes en el que funcionarios del gobierno de los doce años de Balaguer hicieron grandes esfuerzos porque el país pudiese integrarse al CARIFTA. El primer documento data del año 1969 y el último, de 1972. Es posible que existiesen otros oficios e informes, pero estos fueron los que pudimos localizar, después de grandes esfuerzos husmeando por doquier en los archivos de la Cancillería.

El gobierno del presidente Balaguer entendió la iniciativa. En junio de 1969, tres años después de haber ascendido al poder y solo cuatro años después de constituido el organismo (recordemos que CARIFTA realizó su reunión constitutiva en diciembre de 1965 en Trinidad y Tobago), el cónsul general de Jamaica, el Sr. Carlos Nouel A., escribió un largo informe al secretario de Estado de Relaciones Exteriores “en el que remitía un informe general correspondiente a los países que integran la Asociación de Libre Comercio del Caribe, CARIFTA […].73 En el citado informe, el cónsul Nouel presentaba un informe de cada país que integraba la organización. Iniciaba con Jamaica, luego con Trinidad y Tobago, Barbados, Islas Windward, San Vicente, Santa Lucía, Dominica, Islas Leward, Sait Kitt, Monserrat, Islas Vírgenes, Tórtola, Islas Caimán, Guyana y Reino Unido.

El informe era exhaustivo y las islas más grandes ocupaban su mayor atención, iniciando con Jamaica. Informaba de la producción industrial, agrícola y la extracción de minerales. Destacaba el turismo como una actividad importante en esa isla. Ofrecía cifras detalladas de producción, de turistas que habían entrado a las diferentes islas, así como la producción de cada producto (azúcar, banano, café y cacao).

Pero lo más interesante fue un informe fechado el 7 de julio de 197074, escrito por el embajador Eduardo García Vásquez, en el que motivaba al gobierno para que participase activamente en el CARIFTA, destacando la gran oportunidad que significaría para el país:

Hacemos este aparte, para despertar el entusiasmo del país por la más cercana región integrada que tenemos: CARIFTA y porque, estando en Nicaragua, antes de que se concretara la asociación de los pequeños países del Caribe, alertamos mediante informe específico, para que no perdiéramos la única oportunidad de ser líderes en nuestra propia hoya geográfica. Ahora se da un testimonio más de la ofensiva colombiana sobre este muy interesante mercado, que, de continuar nuestra indiferencia, será definitivamente desplazado a otras latitudes, cuando constituyó mercado tradicional de la República Dominicana. Un anuncio de la Presidencia da a conocer que “Colombia ha acordado suscribir 10 millones de dólares para su adhesión al Banco del Caribe con sede en Bridgetown, Barbados.” Es decir que Colombia logra la paridad con Gran Bretaña y Canadá, otros suscriptores no regionales del Banco del Caribe. Así se cimienta la ofensiva de penetración en la muy interesante área del Caribe que es por sobre todo un mercado comprador de frutos y productos agrarios75.

¿Qué decía el embajador García Vásquez? Sencillamente, que República Dominicana estaba dejando pasar una gran oportunidad por no tener una política agresiva. Parece que lo escucharon, pues poco tiempo después, exactamente veinte días, el Sr. Nouel, a la sazón encargado de negocios en Jamaica, informaba acerca de los avances de la negociación, a partir de una noticia que había salido publicada en el periódico local The Daily Cleaner de fecha 23 de julio de 1970:

Empezaron hoy las conversaciones sobre la posible incorporación de la República Dominicana en la Asociación de Libre Comercio del Cribe, la cual se espera antes de finales de este año. Las conversaciones tuvieron lugar entre un comité del Gobierno y una misión que llegó ayer de CARIFTA y de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Latinoamérica (CEPAL) encabezada por Sibourne Clark, el director de CEPAL del Caribe.

Clark dijo que la incorporación de este país en CARIFTA tendría un significante impacto en CARIFTA y doblará su población de cuatro a ocho millones. CARIFTA está actualmente trabajando para completar la eliminación de barreras comerciales y la probable entrada de la República Dominicana, y la posible entrada de Haití tendrían un impacto en la súper estructura del mercado […]76.

Posteriormente, en otro oficio de la misma fecha, 27 de julio de 1970, el Sr. Nouel remitía al canciller un detallado informe de los logros del CARIFTA en sus cinco años de fundado. En torno al tema, el intelectual Francisco Rojas Aracena hacía un balance de la experiencia en un interesante artículo publicado en la Revista Nueva Sociedad:

Hasta el momento, la región ha demostrado ser incapaz de plantear un proyecto político estratégico que le permita presentarse como actor importante y unido en el escenario internacional. La fragmentación que evidencia América Latina y el Caribe tiene consecuencias negativas, particularmente porque la hace más vulnerable al impacto de la globalización, le impide percibir los frutos de los aspectos positivos y abre mayores espacios para el influjo del «lado oscuro» de la globalización […]

Durante los últimos años se desarrollaron en América Latina y el Caribe iniciativas y acuerdos significativos que podrían contribuir a generar un mejor clima para esos procesos, abriendo oportunidades de cooperación recíproca y generando espacios de beneficios mutuos […]77.

Al margen de los análisis ex post que hagan los analistas, Nouel fue uno de los funcionarios del gobierno de Joaquín Balaguer más activos de la Cancillería. En julio de 1970, Nouel enviaba un informe a sus superiores en el cual exponía bondades del CARIFTA, a pesar de que esta iniciativa tenía solo unos pocos años de formada.78 Veamos:

Una suma considerable de expansión de comercio ha tenido lugar como resultado de CARIFTA y afortunadamente en un tiempo en que como la mayor parte de las regiones en desarrollo del mundo, las totales exportaciones comerciales de Trinidad y Tobago han sido muy lentas, mientras que las importaciones totales continúan en aumento.

Un total de exportación de Trinidad y Tobago a países de CARIFTA aumentó a $78.6 millones en 1969, un 35% de aumento sobre 1968: las exportaciones totales a países de la Commonwealth del Caribe fueron de $82.7 millones, un aumento de 33% sobre 1968.

Las exportaciones totales de CARIFTA […] sobrepasan las exportaciones totales al Reino Unido (92.7 millones en 1969). Las exportaciones totales a países fuera de la Commonwealth del Caribe fueron de $101 millones en 1969.

Las importaciones totales de CARIFTA en 1969 fueron de $19.2 millones, un aumento del 33% sobre 1968, mientras que las importaciones totales de países de la Commonwealth del Caribe fueron de $101 millones en 1969 [...]79.

No cabe duda de que el Sr. Nouel veía grandes oportunidades para el país. Por esta razón, no perdía oportunidad alguna para comunicar a sus superiores, el canciller o el secretario técnico de la Presidencia, la bondad del tratado y las oportunidades que se abrirían para el país. Estos números, a pesar de que la iniciativa tenía solo unos cuantos años, presentaba, a juicio del diplomático, una coyuntura única para los dominicanos, pues podríamos aprovechar ese nuevo mercado para exportar nuestros productos agrícolas, principalmente:

Esto indica una esfera de acción todavía presente para nuestros fabricantes para aumentar el valor añadido a nuestras exportaciones a CARIFTA con el fin de ser calificados bajo el acuerdo para producciones de tarifas.

Los firmantes del tratado anticiparon que, en los primeros años de sus operaciones, que los principales beneficiarios en términos de expansión de comercio serían los países relativamente más desarrollados de CARIFTA.

Esto significa, que la mayoría de las expansiones han tenido lugar entre los mismos países desarrollados de CARIFTA80.

Lamentablemente la realidad era más compleja que su percepción. La asimetría de las economías caribeñas era una realidad más que evidente. El mayor beneficio del CARIFTA lo estaban recibiendo Jamaica y Trinidad y Tobago. Por esta razón, los países más pequeños, con menor capacidad productiva agrícola e industrial, solicitaban, demandaban, es más, exigían, mecanismos de ayuda y protección:

Sin embargo […] como el programa para la localización de industrias en los territorios menos desarrollados se materializa y el Banco de Desarrollo del Caribe comienza a hacer sentir su presencia en los países menos desarrollados, harían bien en tomar completa ventaja en las operaciones del protocolo de mercadeo de agricultura, el cual encomienda a los territorios desarrollados a tomar unas 32 mercancías de agricultura del área antes de importar del exterior […]81.

Sus voces fueron escuchadas. Se tomaron medidas correctivas y se crearon nuevos mecanismos, a saber:

Para evitar la anticipada polarización de desarrollo que resultaría si el comercio fuera tan solo libre entre países de CARIFTA que tienen diferentes niveles de desarrollo, ciertos mecanismos fueron construidos en el acuerdo con el fin de asegurar que los beneficios fueran compartidos equitativamente.

Estos mecanismos son: la previsión de una lista de reserva dando a los países menos desarrollados 10 años para sus operaciones; protección de tarifa para pequeñas industrias en países menos desarrollados, el protocolo de mercadeo de agricultura que garantiza un mercado para unos 32 artículos de agricultura […] Mientras tanto y en respuesta a continuas quejas de países menos desarrollados de que los fabricantes y exportadores están explotando sus ventas accediendo en prácticas restrictivas, el Consejo de CARIFTA ha acordado organizar Juntas de Investigación cuando se haga necesario investigar cualquier queja específica82.

El Sr. Nouel concluye su informe con elogios hacia la iniciativa y aseguraba con entusiasmo que:

La Commonwealth del Caribe puede solo esperar limitados beneficios de CARIFTA como está ahora, y solo obtendrá los enteros beneficios de la integración económica del área por la implementación de las resoluciones de los Cinco Jefes de Gobierno tratando con la creación de una viable Comunidad Económica del Caribe83.

El informe de Nouel rindió sus frutos. Al año siguiente se hicieron serios esfuerzos por ingresar al CARIFTA, pero no tuvieron los resultados esperados. La República Dominicana quedaba al margen de la iniciativa. La acción aislada de algunos funcionarios no se correspondía con la indiferencia del jefe de Estado dominicano, como bien afirma el intelectual y diplomático Pablo Maríñez:

Política exterior durante los doce años de Balaguer (1966-1978)

Mientras en un sector de la intelectualidad y del liderazgo político dominicano se producía este marcado interés por los acontecimientos internacionales, el Estado dominicano realizaba una política exterior reactiva subordinada, incondicionalmente, a los lineamientos de Washington. El Dr. Joaquín Balaguer […] diseñó y ejecutó una política exterior que respondería a otras condiciones internacionales e internas de República Dominicana. Seguidores y adversarios no le reconocen mérito alguno en el capo de la política internacional, en su calidad de Jefe de Estado84.

Y tenía razón el intelectual embajador dominicano. A diferencia de las tres décadas que duró la dictadura de Trujillo, en la que hubo una activa política exterior, tal y como planteé en mi obra sobre la Política Exterior Dominicana. 1961-1974, el gobierno de Balaguer las relaciones exteriores no eran prioridad en el régimen de los doce años.

La afirmación anterior es cierta y ha sido demostrada en varias investigaciones. Sin embargo, algunos diplomáticos asumían con seriedad sus puestos, algo que hay que reconocer. Los documentos hablan por sí solos. En otras oportunidades, las propias circunstancias internacionales obligaban al gobierno a tomar posturas claras. Esto ocurrió con el CARIFTA.

En efecto, en 1971 se habían iniciado las negociaciones para firmar un acuerdo bilateral con Jamaica. El gobierno no había dado a conocer los detalles de la negociación, y, sin embargo, el periódico El Caribe había conseguido la información y la divulgó. El hecho, como era de esperarse, enojó mucho a los responsables, especialmente al activo funcionario Carlos Nouel, que en ese momento ya había sido nombrado embajador de la República Dominicana en Jamaica. La publicación en el periódico en cuestión ocurrió el 7 de septiembre de 1971. El embajador escribió una carta ese mismo día al secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Dr. Jaime Manuel Fernández, exponiendo cinco errores garrafales del medio en cuestión, que a su juicio podrían afectar gravemente las negociaciones85:

1.Hasta el momento no es cierto que “el Gobierno de Jamaica haya concedido por ley el privilegio de entrada al país sin permiso de importación a los productos del agro dominicano.”

2.Tampoco es cierto que el Señor Donald Brice, Subsecretario de Industria y Comercio de Jamaica haya venido al país para efectuar contratos de compra de productos agrícolas nacionales […]

3.Son festinadas las afirmaciones del Señor Álvarez Bogaert sobre el ingreso de nuestro país al CARIFTA, ya que hasta la fecha el Honorable presidente de la República no ha determinado aún nuestro ingreso […] consecuentemente no ha autorizado para que se llenen los trámites ante el Secretariado General del CARIFTA […]

4.La afirmación de que nuestro país se incline actualmente a ingresar a CARIFTA debido al deterioro de nuestras relaciones comerciales con Puerto Rico es nociva […] No veo la necesidad de argumentar motivos negativos para justificar nuestras relaciones con los países miembros del CARIFTA […]

5.Considerando que hasta la fecha las negociaciones para incrementar las relaciones comerciales con Jamaica y los demás países miembros de la Asociación de Libre Comercio del Caribe (CARIFTA) […] se encuentra en su alto nivel […] me permito sugerirle que […] ponga en conocimiento al Honorable presidente de la República las consecuencias adversas que declaraciones de esta naturaleza podrían ocasionar, con el propósito de que no se produzcan en el futuro [….]86.

Si bien el embajador estaba molesto con el periódico, había algunas verdades en el artículo. Se localizaron dos interesantes documentos. Uno de ellos fue el “Protocolo de los arreglos de mercado agrícola del CARIFTA”, traducido por el embajador Nouel y enviado al secretario técnico de la Presidencia. Para interés del país, solo expondremos los aspectos que interesan al caso dominicano. Como podrá verse, el protocolo era muy específico para productos que no provinieran de los países fuera del Tratado:

Las importaciones de cualquier artículo en un Territorio Miembro deberá proceder del Área: con la condición de que durante un período de tres años a partir de la fecha de entrada en vigor de ese Protocolo, las importaciones de cualquier artículo en un Territorio Miembro, que procedan de fuera del Área podrán ascender en total por cada uno de esos tres años, a un máximo de treinta por ciento de las importaciones de tal producto en ese Territorio Miembro procedentes de fuera del área durante el año 196687.

El CARIFTA también definió un protocolo especial para el azúcar, principal producto agrícola de exportación de la República Dominicana. En el documento se señala que los miembros del CARIFTA estaban conscientes “del papel vital que tiene la producción azucarera en la economía de ciertos territorios del Área de Libre Comercio del Caribe […]”88 El convenio en cuestión adoptaba las mismas medidas que el anterior. Era una manera de protegerse, especialmente con un competidor como la República Dominicana.

Como es de su conocimiento durante la visita de la misión de Jamaica que recientemente estuvo en el país, se planteó nuevamente la posibilidad del ingreso de la República Dominicana en CARIFTA.

Y desde 1968, mediante el Decreto 2137, del 29 de febrero de dicho año, se creó la Comisión encargada de evaluar los estudios ya realizados relativos a las alternativas de integración económica de la República, de efectuar los estudios adicionales que considere necesarios en este campo y de sugerir al Poder Ejecutivo la política de integración que debe adoptar el país incluyendo la selección de alternativas, las fechas de incorporación y los criterios básicos a utilizarse en las negociaciones.

Claramente, en el tercer considerando de dicho Decreto se expresa que la adhesión del país al proceso de integración de América Latina, no excluye ni limita que actúe simultáneamente en un proceso de acercamiento hacia Puerto Rico y hacia el resto del Área del Caribe […]89.

Como puede observarse claramente, el ingreso al CARIFTA tenía sus aliados y sus enemigos. Algunos gobiernos no estaban de acuerdo con el ingreso de la República Dominicana, como lo evidencia el boletín The Jamaica Manufacteurer, volumen 7 #2 y que correspondía al mes de octubre de 1971. Por ser tan revelador me permito transcribir la mayor parte del documento. Veamos lo que dice:90

REPUBLICA DOMINICANA, CARIFTA

Fabricantes cuidadosos

Reporte de un miembro de la Asociación Manufacturera de Jamaica en relación de su visita a nuestro país. Ha habido considerables publicidades concernientes a esta Misión […]

El mercado de la República Dominicana es mucho más grande que el de Jamaica, y las industrias manufactureras locales están recibiendo toda forma de incentivos de parte del Gobierno.

En realidad, de mi experiencia, yo no conozco de otro territorio donde la industria local esté tan protegida. Sin embargo, Jamaica es sin preguntarlo mucho más desarrollada en todos los niveles.

Yo fu sorprendido al descubrir que el precio de los productos de manufacturación local es considerablemente mucho más alto que esos mismos productos cuestan en Jamaica; pero paradójicamente los salarios en la República Dominicana son más bajos que en Jamaica en todos los niveles.

Durante las muchas discusiones y reuniones que realizamos, yo estuve muy pensativo de la opinión general y aspiraciones hacia “CARIFTA”; y es evidente que el Gobierno de la República Dominicana está mostrando mucho interés y a la vez está tomando positivas medidas para su posible ingreso a “CARIFTA”. Por otro lado, el sector manufacturero se encuentra con cierta inclinación tendiente para aproximar todo lo referente al ingreso a “CARIFTA” con extremos cuidados; y ellos harán muy poco si ninguna cosa los anima a cualquier movimiento positivo en esta dirección […] Para que “CARIFTA” tenga éxito por largo término, debe a su tiempo apropiado examinar la póliza del control de la expansión. De mi propio conocimiento del Caribe y de muchas regiones; me parece lógico que la República Dominicana debería ser uno de los primeros territorios en ser recibidos por “CARIFTA”. Igualmente, entonces, el primer paso lógico es desarrollar el comercio bilateral entre Jamaica y la República Dominicana […]91.

El tema de la integración al CARIFTA, aun cuando no se llegaba a un acuerdo, siguió en la agenda de la política internacional dominicana. Un año después se dio a conocer un “Estudio sobre la alternativa que representa para la República Dominicana pertenecer al CARIFTA”,92 que fue el informe de la comisión que se creó mediante el Decreto 2137 del 29 de febrero de 1968. Uno de los resultados del informe es que el proceso podría tener consecuencias negativas:

Un aspecto que hay que tener en cuenta es el posible impacto que la incorporación a CARIFTA produciría en los impuestos fiscales dominicanos, en la balanza de pagos, en los empleos y en el costo de la vida. Otros aspectos que habría que ponderar serían las implicaciones legales e institucionales de la República Dominicana susceptibles de originarse al suscribirse el Acuerdo de CARIFTA. También las implicaciones políticas, las implicaciones con respecto al GATT, así como aspectos administrativos dentro del Gobierno Dominicano e impacto de la tarifa común externa propuesta en CARIFTA y en lo atinente a política regional sobre integración93.

El gobierno buscaba estar claro antes de dar el paso. Solicitó entonces una asistencia técnica del BID a fin de que un especialista asesorara sobre las luces y sombras para la economía dominicana ante una posible integración al esquema del CARIFTA.

Un sector importante del gobierno del Dr. Balaguer tenía dudas sobre la efectividad del CARIFTA. En 1972 fue nombrado el Dr. Víctor Gómez Bergés como secretario de Relaciones Exteriores. El 12 de julio de ese año le escribió una carta al Dr. Joaquín Gassó, presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Agricultura e Industria del Distrito, en la cual reitera la necesidad de que se hiciera el estudio que arrojara luz sobre las bondades o no de la integración del país en ese esquema de integración. Le solicitaba apoyo económico a la entidad empresarial para completar la donación del BID.

Finalmente, con los fondos conseguidos se contrató al economista Bernardo Vega, presidente de la empresa Promociones Industriales, C x A, para que efectuara el estudio en cuestión. Las instituciones gubernamentales explicaron que le facilitarían al investigador las informaciones necesarias. Se le indicó al contratado que tendría 180 días para su elaboración. Una vez concluido el estudio, debía ser sometido a esta Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores para evaluarlo y ver si eran necesarios algunos ajustes. Depurado el documento se presentaría a la consideración del presidente de la República Dominicana. El documento debía incluir conclusiones, recomendaciones y alternativas de aplicación en caso de que se decidiera la incorporación al CARIFTA.

Lamentablemente no pudimos conseguir el documento preparado por Promociones Industriales C x A. No apareció, a pesar del esfuerzo que hicimos en ese momento por rescatar toda la información de los archivos de la Cancillería. Sin embargo, en el Encuentro que realizamos en el Centro de Estudios Caribeños y FLACSO en el mes de octubre, durante su intervención en el encuentro, Bernardo Vega señaló que en ese momento, después de haber hecho los estudios, había recomendado al gobierno que se hiciera la solicitud de incorporación al CARIFTA, pues en ese momento ese mercado se veía atractivo para la República Dominicana. Pero como ocurre en nuestra administración pública, las decisiones de las cosas toman caminos abruptos, sinuosos, largos, complejos y poco eficaces. Se hizo el estudio, pero no se llegó a acuerdo alguno. Quizá se tomó la decisión de escribir para la incorporación, pero, como dijimos en uno de los artículos del mes de octubre pasado, la vida del CARIFTA fue efímera.

En octubre de 1972, en Georgetown, Guyana, sede de la Secretaría General, durante la VII Conferencia de Jefes de Gobierno del Caribe, se acordó dar un paso más adelante: el paso del libre comercio a la creación de un mercado común. Esta decisión fue ratificada al año siguiente durante la VIII Conferencia del CARIFTA en abril de 1973. Los representantes de once gobiernos ratificaron la decisión de establecer la Comunidad del Caribe.

El diplomático Carlos Nouel fue sin discusión el funcionario gubernamental que desde todas las posiciones que desempeñó, trató siempre de que el gobierno dominicano asumiera el proyecto del CARIFTA como suyo, pues a juicio del diplomático, sería de gran beneficio para el país. Tan apasionada fue su defensa, que incluso fue duro con el periódico El Caribe por publicar una serie de inexactitudes que podían ser interpretadas como adversas para los fines dominicanos. Los diferentes cancilleres dominicanos no asumieron el reto con entusiasmo, quizá porque no sintieron las señales precisas del presidente Balaguer. Recordemos que este proceso duró varios años. Y a pesar de los informes favorables no había decisión política de dar el paso.

En 1973 el gobierno de Joaquín Balaguer contrató al economista e historiador Bernardo Vega para que hiciera un estudio sobre las ventajas y desventajas de la incorporación de la República Dominicana al Área de Libre Comercio del Caribe (CARIFTA), ya que el gobierno dominicano estaba interesado en conocer detalladamente las posibilidades y las implicaciones de su posible participación en ese esquema de integración. El encargo fue cumplido con un informe que luego fue publicado, titulado Estudio de las Implicaciones de la Incorporación de la República Dominicana a la Comunidad del Caribe.94 Parece que el presidente Balaguer acogió las recomendaciones de Vega, y ahí quedaron los esfuerzos con el CARIFTA.

CARICOM. El esfuerzo más duradero

CARICOM inicia su cumbre anual en Bahamas

CARICOM ha suspendido toda discusión referente a la incorporación de República Dominicana al organismo regional, tras esa decisión judicial que niega la ciudadanía a los hijos de padres haitianos que hayan nacido en ese país.

San Juan, Puerto Rico. La Comunidad del Caribe (CARICOM) comenzó hoy su cumbre anual en Bahamas, donde se tratará el proceso de integración de República Dominicana, se discutirá sobre la financiación de la Secretaría y se estudiará el establecimiento de un Comité de Embajadores del organismo, entre otros temas.

Los líderes y representantes de los 15 países miembros fueron recibidos en Nassau por el alto comisionado de Bahamas para CARICOM, Picewell Forbes, quien les dio la bienvenida.

Los primeros ministros, de Jamaica, Portia Simpson Miller; de Barbados, Freundel Stuart, y de Belice, Dean Barrow, son algunos de los mandatarios asistentes. También están presentes el ministro de Asuntos Interiores de Anguila, Jerome Roberts, el alto comisionado de Trinidad y Tobago para CARICOM, Mervyn Assam, y el presidente del Banco de Desarrollo del Caribe, William Warren Smith, entre otros políticos de la región.

El presidente de turno de la organización y primer ministro bahameño, Perry Christie, indicó que en la agenda de la cumbre se discutirá la retirada de la nacionalidad a los dominicanos descendientes de haitianos decretada en septiembre de 2013, algo que considera una razón más por la que CARICOM debe entablar un diálogo político con República Dominicana.

CARICOM ha suspendido toda discusión referente a la incorporación de República Dominicana al organismo regional, tras esa decisión judicial que niega la ciudadanía a los hijos de padres haitianos que hayan nacido en ese país95.

Este artículo salió publicado en el periódico puertorriqueño El Día el 26 de febrero de 2015. Cuando leí el artículo pensé para mí, que era urgente, urgentísimo, investigar más sobre el tema. ¿Por qué esa organización ha rechazado sistemáticamente el ingreso de la República Dominicana, y sin embargo permitió sin cuestionamientos a Haití?, ¿por qué la agresividad de algunos jefes de Estado hacia nuestro país?, ¿por qué son tan condescendientes con Cuba?, ¿por el bloqueo de Estados Unidos? Las respuestas a esas importantes preguntas deben ser contestadas iniciando a partir de la historia misma, en la evolución del organismo, en el dominio del Caribe inglés. ¿Aparece de nuevo el tema de la asimetría geográfica y la imagen del monstruo marino que representa esta isla? Vayamos a la historia.

En la Octava Conferencia de Gobierno de la CARIFTA, que fue celebrada en abril de 1973 en Georgetown, Guyana, se tomó la decisión de establecer la Comunidad del Caribe. Fue aceptada por los jefes de gobierno presentes, 11 en total, con la excepción de Antigua y Montserrat.

El Acuerdo preveía que se firmase un Tratado de la Comunidad del Caribe el 4 de julio, y que su entrada en vigor se produciría en agosto de 1973, entre los entonces cuatro países independientes: Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago. Ante la premura de su lanzamiento, en mayo de 1974 ingresaron ocho territorios: Antigua, Honduras Británica, Dominica, Granada, Santa Lucía, Montserrat, St. Kitts / Nevis / Anguilla y San Vicente. Así, ese año se convirtieron en miembros plenos de la Comunidad. Así nació la Comunidad Caribeña y el Mercado Único (CARICOM).

₺305,33

Türler ve etiketler

Yaş sınırı:
0+
Hacim:
642 s. 5 illüstrasyon
ISBN:
9789587463170
Telif hakkı:
Bookwire
İndirme biçimi:
Metin
Ortalama puan 0, 0 oylamaya göre