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Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo I», sayfa 27

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CAPITULO TREZE

Como el comendador Ordaz llego con sus naos al pueblo de Paria y echo la jente en tierra, y los yndios les dieron de noche vna guacauara.


Con estos trauajos, perdidas323 y menoscauo de su jente, llego el comendador Ordaz con su armada al pueblo de Uriaparia, que estaua zerca de la barranca del estero o anegadizos; que el rrio por alli es de tal hondura que asta la propia barranca llegauan las naos nauegando324.

Los naturales deste pueblo, aunque se espantaron y marauillaron de ver aquellos nauios tan grandes y la nueua manera de jentes que hen ellos venian, no quisieron ausentarse ni dejar su pueblo, confyados en su mucho numero y balentia, porque hera este pueblo de quatrocientos buhios ó cassas grandes y los yndios, flecheros y guerreros y muy belicosos, a quien temian y rrespetauan por sus tiranias y atreuimientos todos sus comarcanos.

El Comendador salto en tierra con toda su jente, y aunque la estraña nezesidad que de mantenimientos lleuaua le obligaua a tomallos por la uia que pudiese de aquel pueblo, no quiso, aunque dellos tenian los yndios en mucha abundancia de todo jenero de pescado y legunbres, por no dar ocasion a estos baruaros a que se desmandasen y quejasen del, y asi, apartado del pueblo obra de vn tiro o dos de arcabuz, se alojo lo mejor y mas seguramente que pudo y le parecio que conuenia, y luego, por via de buenos medios y rrescates, comenco a tratar con los yndios y a enduzirles a que le trujesen algunos mantenimientos para el sustento de la jente, lo cual los yndios facilmente hazian, mediante la buena paga de rrescates y cosas de Castilla que les dauan.

Pasado poco tiempo de como el Gouernador y su armada llego a este pueblo, los yndios, como son tan mudables, quisieron acometer a los españoles por tentar sus fuerzas y por uer quienes heran y si heran belicosos como hellos; y para efetuar su proposito tomaron por ocasion bastante el andar vnos puercos que el Gouernador auia llevado de España, que serian asta treinta, machos y hembras, zerca de sus casas y poblazon325, y acordaron de matar vna noche todos los puercos y un español que los guardaua, el qual, o por yndicios o por otras señales que bio, colijio lo que querian hazer, y apartandose la propia noche de donde traia su ganado, fue a dar auisso al Gouernador de lo que los yndios querian hazer. El Gouernador, no sastifaciendose de lo que aquel soldado dezia, creyendo que con el temor de uerse solo se le abria representado aquello, envio diez soldados con sus armas a que disimuladamente entendiesen lo que los yndios hazian, los quales auian salido de mano armada a matar aquel que guardaua los puercos, y no lo hallando se estuvieron quedos a uer si uoluia, y ellos en aquesto estando, llegaron los diez soldados que por espias Ordaz ynuiaua, a los quales rresciuieron con las harmas en las manos, y dando en ellos mataron los cinco326, y los otros, por ser mas lijeros o hallarse mas apartados, se escaparon y dieron auiso del suceso al Comendador, el qual, alborotandose con mas azeleracion de la que hera rrazon, sin horden y conzierto de guerra, se partio luego con todos los que le siguieron al pueblo de los yndios, para auer venganza de aquella ynjuria y desacato echa a el y a su jente.

Los yndios, que aun no auian rresfriado el calor o animo quel vino les auia puesto, porque, como es notorio, es general costunbre en todas las Indias que cuando los yndios an de yr a hazer alguna guerra o dar alguna batalla, que por otro nonbre llaman guazauera, los principales sacrificios y horaciones que hazen para auer uitoria, es al dios Baco, aforrandose con vnas coracinas de uino que hellos artificialmente hazen, con lo qual, como honbres fuera de juizio, muchas veces pelean baliente aunque desatinadamente; y como todauia tenian el ardor en el cuerpo, llego el Comendador y los suyos a tiempo que rresciuieron de los yndios mas daño que prouecho, porque se defendieron tan balientemente con su flecheria, que hizieron mucho daño en la jente del Gouernador, y ellos no rresciuieron ninguno, porque como hera de noche y los yndios peleauan en su propio pueblo y tierra, sauian muy bien por donde avian de acometer a los españoles, lo qual por el contrario les hera dañoso a los cristianos, que no sauian por donde auian de trauesar ni arremeter, y asi le fue forçoso al Gouernador rretirarse luego a la hora para no rreceuir mas daño del rreceuido y bolverse a su alojamiento.

Los yndios, viendo rretirados a los españoles, y pareciendoles que la uentaja que auian tenido se le auia dado la noche y escuridad della, y que si el dia les tomaua alli podrian tornar a perder la uitoria y honrra que auian ganado, con gran daño y perdida suya, luego, sin ser sentidos de los españoles, enbarcaron por otra parte del estero o cieniga sus mujeres e hijos y todas sus uaratijas, y porque con el mantenimiento quen los buhios auia no les quedase ninguna cosa ni sustento a los españoles, les pegaron a todos fuego, de suerte que ninguna cosa que de prouecho fuese pudo quedar de toda quanta comida en ellos auia, lo qual causo doblado dolor y hanbre en todo el alojamiento de los españoles, por no tener por alli zerca ningun rrecurso ni de donde poderse proueher de maiz y de otras comidas de la tierra, y asi en el tienpo que en este pueblo estuuieron su principal sustento, y aun todo, hera gran cantidad de pescado que alli se tomaua, con lo qual pasauan y sustentauan la uida.

Azerca de la pelea que Ordaz tubo con los yndios, dizen otros españoles de los que dello an dado noticia, que al tiempo que los diez soldados que el Gouernador ynuio327 por espias llegaron al pueblo, que los yndios que ya estauan puestos en armas, alzaron muy gran grita, conforme a su general costunbre, y dieron en los diez soldados, y que a estas vozes y aluorotos acudio el gouernador Ordas que, como de suso328 se a dicho, estaua alojado hobra de un buen tiro de arcabuz del pueblo, con la jente que le pudo seguir, los quales rresciuieron el daño que se a dicho.

Como hello aya sido329, el lo hizo ynconsideradamente y no conforme a la horden y usos quen las Indias se tiene e semejantes tiempos y ocasiones, y asi es culpado de todo el daño que aqui rresciuieron sus soldados, asi de las heridas que los yndios les dieron como de la falta de comidas y mantenimientos que tuuieron por auer quemado los yndios el pueblo.

CAPITULO CATORZE

Como dejando el comendador Ordas los enfermos en Paria con Gil Gonzales de Auila, se partio con la demas jente y fue al pueblo o prouincia de Carao, y de la noticia que tubo de Guayana.


Venido el dia y biendo el Gouernador que todos los buhios, con la comida que hen ellos hauia, estauan quemados, y que alli no se podia sustentar tanta jente, por estar lexos y apartados de las demas poblaçones de yndios, acordo con la breuedad posible dar Lorden a su jornada para pasar con ella adelante; y porque la carga de los enfermos que trai no le fuese enojosa y estoruo para su biaje, acordo dejallos en aquel sitio, haziendo vna trinchera a la rredonda del alojamiento para guarda y rreparo de la jente; y dejando con los enfermos otros beinte y cinco honbres que los guardasen y defendiesen, y por su caudillo a Gil Gonzalez de Auila, se partio en los vergantines con el rresto de la jente, que serian mas de quatrocientos honbres, dejando ansi mesmo en el propio estero la nao capitana y el galeon, y se fue derecho a una poblazon y prouincia questaua de la otra uanda del rrio, llamada Carao, los naturales de la qual le rreciuieron amigablemente, proueyendolos de las comidas y otras cosas para sustento, aunque algunos quieren dezir que en este pueblo o prouincia de Carao fueron rresceuidos como henemigos y les dieron los yndios dos guazauaras, y despues, viendo lo poco que ganauan o auian ganado en ellas, procuraron aliarse y confederarse con los españoles.

El Gouernador se estuuo en esta poblazon, rreformando, ziertos dias, en los quales los yndios le dieron noticia de que zerca de su prouincia y territorio auia otras de muchos naturales y rriquezas, y que si querian yr a hellas, quellos les lleuarian a hellos y a todo su aparato. El gouernador Hordas estaua perplejo en hello, porque le parescia que podia ser mas cierta la noticia que los yndios le auian dado del rrio arriua, que la que en aquel pueblo entonzes le dauan, y que lo podian hazer los yndios por metellos la tierra adentro y hazelles algun daño; y como todauia los yndios le ynportunasen330 a que fuesen donde hellos les dezian y querian lleuar, porque no le tuuiesen por pusilanime, acordo hazer la espiriencia del negocio con rriesgo ajeno, y asi ynvio a Juan Gonzalez, que hera el que Sedeño auia dejado en la fortaleza de Paria con veinte honbres, a la noticia que aquellos yndios le dauan, la qual hera lo que agora llaman Guayana, con yntencion y boluntad de que los yndios le matasen, porque parecia que lo traia consigo con alguna pesadunbre, temiendose que en bengarse del agrauio que le auia hecho en quitalle la fortaleza, no conbocase o ynduciese algunos soldados para que se bolviesen y lo dejasen.

El Juan Gonzalez, con otro animo e yntencion de la que su capitan tenia331, hacepto la jornada y se fue con sus conpañeros la tierra adentro a do los yndios lo guiaron y lleuaron a las prouincias y rrica noticia de Guayana, tierra muy poblada y apazifle y de ynumerables rriquezas, cuyos naturales lo rreciuieron muy amigablemente y le proueyeron de muchas comidas y algunos yndios que con el bolvieron; y auiendo gastado en la yda y buelta espacio de veinte dias, llego a do auia dejado a su Gouernador, el qual es de creher que no rreciuiera tanto contento en belle como todos los demas del campo rresciuieron, pues le auia ynuiado332 a fyn de que lo matasen, y zierto lo tenian ya por muerto; pero el boluio biuo y con muchas cargas de pescados y carne de uenados, y con las buenas nueuas de la tierra que auia uisto, con todo lo qual dio mas alegria de lo que se puede escreuir; y con todo esto jamas quiso Ordas yr en demanda de esta tierra, sino seguir sus primeros desinos, que eran suuir el rrio arriua.

Sobre esta entrada de este Juan Gonzalez en tierra de Guayana ay otras dos maneras de opiniones, dichas asi mesmo por soldados que de la propia jornada salieron. La una es, que dada esta noticia por estos yndios de Carao, el Governador no osaua333 e no queria enuiar jente a hella, y viendo esto el Juan Gonzalez trato con el Gouernador le diese licencia para con zierto principal de aquella prouincia yr a uer aquella tierra que los yndios dezian, y el Gouernador, deseando que los yndios lo matasen, le dio licencia, el qual fue con vn principal de aquella provincia, y llegando a uista de la noticia que los yndios les dauan, le salieron los naturales della de paz en cantidad, con abundancia de comidas, y que de alli lo hizieron boluer, y buelto no dio rrelacion de auer visto ninguna tierra ni prouincia que pareziese estar poblada ni rrica. Lo otro que dizen es que estando el Gouernador para hazer justicia deste Juan Gonzalez, a su pedimento y por rruego de muchos de su canpo, en pena de su delito, le comuto la muerte en que se fuese como desterrado a su auentura, a uiuir y estar con los yndios, y que yendo el Juan Gonzalez, en cunplimiento de su destierro, se metio la tierra adentro y fue a portar a vna prouincia muy poblada y de muchos naturales y muy rricos de oro, los quales lo rreciuieron amigablemente, y dandole algunas joyas le tornaron a ynuiar a su Capitan, y que el Juan Gonzalez, por no dar ninguna alegria ni buena esperanza al Gouernador auia dado o buelto las joyas a los yndios y se auia tornado desde a zierto tiempo a donde estaua su capitan, al qual rrogaron todos los soldados que perdonase a Juan Gonzalez, el qual lo hizo asi, pero con todo esto334 jamas le pudieron persuadir a que dejasen la derrota tan trauajosa que llevauan agua arriua y se fuesen en demanda desta tierra que tan ahincadamente les querian dar en las manos los yndios de aquella prouincia; y asi mando aprestar su jente y bergantines, que ya estauan descansados y rreformados por auer dias que auian alli rreposado, para proseguir su contumaz opinion e yncierto biaje.

CAPITULO QUINZE

Como el comendador Ordas salio con su jente de la prouincia de Carao y fue nauegando el rrio arriua a donde el propio rrio es llamado Urinoco.


Aprestada ya la jente y uergantines para partirse del pueblo o prouincia de Carao, entendieronlo los naturales de aquella prouincia, los quales deuajo de la paz y amistad que con los españoles tenian, quisieron vsar de cierta manera de traicion, y cuando mas ocupados y eleuados estuuiesen los españoles en aprestarse y aderezar las cossas nezesarias para su nauegacion, dar sobre hellos rrepentinamente y matallos. Este trato no fue tan oculto ni secreto que por ynsigneas y conjeturas que los españoles vieron, presumieron el echo que los yndios pensauan, y auiendo algunos a las manos, ynterrogandoles sobre el caso disimuladamente, secretamente supieron y entendieron dellos lo que toda la demas jente tenia hordenado, lo cual aueriguado y sauido por cosa zierta por el comendador Ordas, determino no dejar aquellos yndios sin el castigo que sus cogitaciones335 merescian, y asi so color deuajo de la amistad que con ellos tenia, los hizo llamar y parezer ante si y entrar en su buhio, finxiendo que se queria ynformar dellos de algunas cosas de ynportancia, dandoles algunos rrescates y otras cosas para con mas facilidad engañallos y atrahellos sin rruido a lo que queria y pretendia, de los quales metio en el buhio los mas de los que alli a mano pudo auer, y por abreuiar con la egecucion de la injusticia y destingir quales auian sido los mas culpados e ynuentores de la traicion, y dar a cada uno el castigo segun tuuiese la culpa y uuiese dilinquido, como todo buen juez lo deuia hazer, hizo pegar fuego al buhio, y quemando todos los que dentro estauan, castigo con este abominable jenero de pena y punicion a ynocentes y culpados, ymitando en esto mas la crueldad e ynrrustica costunbre de los propios barbaros que las leyes de equidad y costunbres que su Rrey y mayores sienpre an vsado, castigando antes con clemencia semejantes delitos y perdonando los culpados que poniendo336 los ynozentes y sin culpa, como es cierto que de todo jenero y condicion abria en estos que aqui se quemaron.

Y hecho esto, y sastifecho Ordas del motin de los yndios, puso en efeto su partida, y enuarcando toda su jente en sus bergantines, comenzo a nauegar el rrio arriua con ecesino trauajo de los proues soldados, por que hellos heran rremeros, marineros y soldados, ansi para en el rrio como para por tierra; y nauegando con este yntolerable trauajo corporal que en suuir los bergantines tenian, al qual se les añadia la gran hanbre que por la mucha falta de comida y rrara poblazon de naturales que en aquella tierra auia pasauan. Sufriendolo y soportandolo con los buenos animos con que todas las auesidades se vencen, llegaron a un pueblo de yndios llamado Cabutu337 que estaua poco menos de duzientas leguas de la mar, arriua del qual atrauesaua el rrio una cinta o cingla de peñas por deuajo del agua, de tal suerte que hazia correr el agua con tanta furia que casi no podian mouer los uergantines hazia arriua; y aunque con la falta de la comida yua la jente algo diuilitada, por pasar adelante y uer si podian llegar a la noticia, procurauan, como suelen dezir, sacar de flaqueza animos, y mostrando su poder contra la propia naturaleza que aquella parte del rrio auia puesto aduersa a toda nauegacion, la pasaron y nauegaron, como e dicho, a pura fuerza y con ynjenios artificiales que para hello hizieron.

Esta cingla o cinta de peñas dizen que se causa y haze de un rrio que junto a hella entra a este338 de Uriaparia, hazia la mano derecha agua arriua, que es llamado el rrio de Meta.

Pasado este tranze prosiguieron su uiaje con el acostunbrado trauajo, y auiendo nauegado obra de zient leguas, toparon otro salto y estrechura que el propio rrio hazia, por donde ni fuerza ni maña eran bastantes a suuir por el arriua los uergantines. Visto por el Comendador el justo ynpedimento que para adelante tenia, acordo tomar tierra y rranchearse339 hen ella para uer si podia hallar alguna claridad de la noticia340 que de auajo traia, y consultar y tratar con su jente lo que se deuia hazer que mas conuiniente fuese a todos. En este paraje341 este rrio de Uriaparia auia ya perdido el nonbre, y segun parescio por la lengua de los propios naturales que por aqui se tomaron, dijeron llamarse Urinoco, y este nonbre Uricono viene corronpiendose desde sus nascimientos, que esta a las espaldas del Nueuo Rreyno de Granada, asta este paraje donde se llama Uricono, y auajo se llama Uriaparia por respeto de aquel pueblo tan señalado de Uriaparia y jente que auajo tiene, de que hemos escrito arriua; y esta costunbre de no turar el nonbre de los rrios desde sus nascimientos hasta sus fines, es muy general en todas las Indias, y en algunas partes de España, y en todo el mundo.

CAPITULO DEZISEIS

Como el gouernador Ordas salto en tierra de Urinoco y tuuo guerra con los yndios, los cuales le dieron noticia de la rriqueza de aquella tierra, por lo qual determino dar la buelta a la mar.


Auiendose llegado a una de las varrancas del rrio el Gouernador con su armada, los yndios de la tierra, que no deuian estar muy lejos ni descuidados, comenzaron a flechar y tirar de sus armas arrojadizas342 a los uergantines, para ofender y hazer mal aquella jente tan nueua para ellos, y usando de bozes y otros ynstrumentos de que generalmente acostunbran vsar343 en semejantes actos. El Gouernador, viendo que demas del atreuimiento que los yndios auian tenido en acometelle, con el qual le auian dado muy justa ocasion para saltar en tierra a uengar sus ynjuriales rracones, las344 quales heran cosa muy necesaria y conuiniente tomar algun yndio de aquellos para guia y claridad de lo que pretendia sauer, lo mas apresurada y rrecatadamente que pudo llego sus uergantines a tierra, y echando toda la mas de la jente, procuro fortificarse de suerte que antes pudiese ofender que ser ofendido, y con esto, Alonso de Herrera, su maese de canpo, que hera buen honbre de a cauallo, puso muy gran diligencia en echar fuera los cauallos que lleuauan para hen ellos mas a su salvo hazer la guerra, y con la soueruia presencia de estos animales espantar y amedrentar los yndios, los cuales, viendo que no auian sido parte para rresistir a los españoles la entrada y saltada en su tierra, acordaron hazerle la guerra en otra forma, y fue que, como toda aquella tierra zercana, adonde los españoles auian saltado, era paja y heno, que por otro nonbre llaman cauana, pusieron fuego a la rredonda, para con sus llamas y calor ahuyentar los españoles, los cuales estauan ensillando sus cauallos y armando sus personas para mas seguramente dar en los yndios; y uiendo el fuego que sus contrarios auian puesto, vsaron de contra fuego, poniendo ellos tanuien, por la parte dond estauan, fuego a la sauana, para que yendo tras el por lo quemado llegasen a sus enemigos sin rreceuir daño dellos ni de su fuego, porque con la mucha llama y humo no se ueian los vnos a los otros.

Llegaron de rrepente los de a cauallo, con otros que de a pie los siguieron, y dando en los yndios los ahuyentaron, hiriendo y alanceando algunos dellos, de los cuales tomaron uiuos dos yndios para sauer dellos donde estauan o que paraje de tierra era aquel, y si hera zierta la noticia que de aquella tierra les auian dado los yndios de Paria; y aunque no tenian ynterpretes quentendiesen aquella lengua y jentes, por señales procuraron sauer y entender lo que deseauan.

Y entre las demas cosas que del yndio se ynformaron y supieron, fue esto, aunque algunos quieren dezir que vno de los yndios, viendose en poder de los españoles, con mas curiosidad de la que (de) vn baruaro como este se esperaua, pregunto o por señas dio a entender a los españoles que querian o que buscauan por aquella tierra donde asta entonces jamas auian tenido noticia de españoles ni de jente de su jaez, y por el Capitan y Gouernador le fue mostrado vn pedazo de hierro, dandole a entender que uenian a buscar adonde auiesse mucho de aquello, el qual yndio, uiendolo y mirandolo, dijo que por allí no auia semejante metal ni cosa como la que se le enseñaua. Mostrole el Gobernador, o hizole mostrar vna paila345, dandole a entender que de aquel metal buscauan; y tomandola el yndio en las manos, y rrefregandola oliola, y como el laton tiene en si vn zierto hedor de herunbre, conocio no ser oro y dijo que no auia de aquello por aquellas prouincias. Señalaronle y mostraronle los cauallos, para sauer lo que dezia, y asi rrespondio, que como los cauallos en aquella tierra no auia, pero que se criauan otros mas pequeños, mas que no suuian los yndios hen ellos, los cuales eran dantas346: generalmente las ay en todas las yndias.

Otras muchas cosas de España se les mostraron que no las suele auer en semejantes partes de las Indias, donde nunca entraron españoles, y a todo dijo que no auia, y a la fin le uinieron a mostrar vna sortija o anillo de oro que el Gouernador traia en el dedo, y mirandola el yndio, y conoziendo que hera oro despues de auelle estregado y olido, dijo que de aquello auia mucho atras de una cordillera que a mano izquierda del rrio se hazia, donde auia muy muchos yndios, cuyo señor hera vn yndio tuerto muy baliente, al qual si prendian, podrian enchir los nauios que traian de aquel metal; mas que les auisaua que para yr adonde aquel señor estaua heran muy pocos cristianos; que sin llegar al pueblo del principal auia muchos yndios, que los desuaratarian y matarian, y en esto se afirmo mucho este yndio. Preguntaronle que si avia benados en aquella tierra donde estaua aquel, e dijo que si, y que tanuien auia otros como uenados en que andauan los yndios caualleros, los quales se entiende ser ouejas de Piru. Enseñosele a este yndio vna uotija o vasija bidriada de España, y zertifico y afirmo tener aquellos yndios tener vasijas de la propia color y barro; y aunque despues sobre estas cosas le fueron echas diferentes y barias preguntas por uer si discrepaua o uariaua347, jamas hizo diferencia de lo que dijo a lo que auia dicho al principio azerca de esta noticia, por lo qual el Gouernador y su jente la tuuieron por zierta, y ansi se les mouio los espiritus para yr alla y auella o morir en la demanda.

Mas el Gouernador, a cuyo cargo estaua todo, no le parecia cosa hazertada entrar tan pocos soldados como alli estauan, en vna noticia y tierra de tanta jente, donde no solo auenturauan de que los matasen a hellos, mas a todos los demas que (en) el pueblo y fortaleza de Paria auian quedado; y tratando y comunicando sobre hello muchas vezes con sus soldados y jente, a los mas les parecio que hera azertado acuerdo el que su Gouernador tenia, porque demas de ser tan pocos como heran, no auian de donde facilmente les pudiese uenir socorro, ni menos auia jente para poder boluer el rrio auajo a dar auiso y mandado a la jente que auia quedado en los lugares referidos y a la demas que despaña esperauan de la nao Marineta; y que dando la buelta y juntando toda la jente y la demas que de España viniese, con mas facilidad y mejor horden podrian salir con su enpresa, yntentandola por tierra desde la costa de la mar que por aquel tan trauajoso rrio de nauegar, asi por sus furiosas corrientes como por la falta de comidas y naturales que por el auia, lo cual se podria facilmente hazer por Cumana, donde a la sazon estaua vna fortaleza con alguna jente española y les seria gran lunbre y guia para seguir el uiaje de tierra. Y platicado esto, les parecio bien a todos, y asi determino el Gouernador, dar la buelta con el rresto de la jente que le auia quedado, que seria casi quatrocientos honbres.

Algunos quieren dezir que este parezer de boluerse desde aqui el Gouernador y su armada, que los soldados dieron, fue mas por uerse fuera del gouierno y jurisdicion de Don Diego de Ordas que no porque no fuesen parte para dar vista a la tierra, porque pues heran pocos menos de cuatrocientos honbres, claro esta que podrian llegar y uer qualquier poblazon por grande que fuese; mas el Gouernador, con su grande arrogancia y mala condicion tenia tan contra si a todos los mas del canpo, que si no temieran la ynfamia y pena, hellos ovieran procurado su livertad; auiendo el gouernador Ordas, con su seueridad, causado de que muchos soldados, demas de ser opremidos del gran trauajo que pasauan y les daua de la gran hanbre que padecian, e los trataua tan mal de palabra, que perdiendo la consideracion cristiana que deuia tener, con vn cierto genero de desesperacion se saliesen y huyesen de su conpañia y se metiesen por los arcabucos y entre los pueblos de los baruaros, donde es de creher que abrian y rreciuirian crueles y miserables muertes, y muchos de los que alli estauan auian sufrido esta ynmensa soueruia y mala condicion de este capitan, por no perder con las uidas las animas.

Estas y otras consideraciones tenian muy apartados los animos de muchos soldados de seguir a este Gouernador, pareciendoles que si en tierra rrica dauan, que seria mayor suplicion348 y tirania, y asi aprouaron y tuuieron por cosa azertada el dar la buelta a la costa, donde facilmente, y por estar tan zerca de alli Cumana y la ysla de Cubagua, en aquel tienpo florescientes de españoles por las muchas perlas que en aquella costa se sacavan y esclauos que se hazian, se podrian salir y quitar del dominio y mando de aquel su tan seuero Gouernador.

323.En la edición de Caracas: perdidos en lugar de perdidas.
324.En este capítulo, como en los precedentes, no se hace punto y aparte en la edición de Caracas, sino que todo el capítulo es un solo párrafo.
325.En la edición de Caracas: y poblaron, en vez de y poblazon.
326.En la edición de Caracas: á cinco, en vez de los cinco.
327.En la edición de Caracas: inició por envió.
328.Idem íd.: de paso, por de suso.
329.Idem íd.: como ello ha sido, en vez de como ello haya sido.
330.En la edición de Caracas: le importunaban, en vez de le importunasen.
331.En la edición de Caracas se hace aquí punto, cortándose el sentido.
332.Idem id.: iniciado, en lugar de enviado.
333.Idem id.: usaba por osaba.
334.En la edición de Caracas: pero con esto, en vez de pero con todo esto.
335.Cogitaciones, acción y efecto de cogitar, esto es, reflexionar ó meditar. Es palabra anticuada.
336.Debe ser puniendo, de punir, castigar. Corriendo se dice en la edición de Caracas.
337.En la edición de Caracas: Cabrito.
338.Idem íd.: al Este.
339.En la edición de Caracas: arrancharse, en vez de rranchearse.
340.Idem íd.: por las noticias, en lugar de la noticia.
341.Idem, id.: fuese á todos en este paraje. Este rio. La mala colocación del punto altera el sentido.
342.En la edición de Caracas se omite la palabra arrojadizas.
343.Idem id.: suelen usar, en vez de acostumbran usar.
344.Idem id.: para las.
345.Paila: vasija grande de metal, redonda y poco profunda.
346.Danta: anta. Cuadrúpedo rumiante, parecido al ciervo y tan corpulento como el caballo.
347.En la edición de Caracas: barajaba, por variaba.
348.En la edición de Caracas: su prisión.
Yaş sınırı:
12+
Litres'teki yayın tarihi:
25 haziran 2017
Hacim:
690 s. 1 illüstrasyon
Telif hakkı:
Public Domain