Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo I», sayfa 35
CAPITULO DOS
En el qual se escriue como Agustin Delgado paso con los españoles y con muchos yndios amigos de Guaramental, a la poblazon de Arcupon, la qual rrouo y saqueo y arruino.
A cauo de ziertos dias que los españoles estuuieron en este pueblo de Guaramental, aunque nunca les faltaua nada de lo nezesario para su sustento, sienpre les sobraua la cudizia de lo superfluo, y uiendo que por todas uias estauan opresos y atasados para, conforme a buena disciplina, no hazer mal ni daño a esta gente en cuya poblazon estauan y de cuya hazienda se sustentauan, dijeronle487 al casique si en comarca de sus terminos auia algunas poblacones de gente con quien el tuuiese enemistad, que se lo digese, que hellos vengarian las ynjurias que le ouiesen echo. El casique se holgo de la pregunta, porque en tienpos pasados auia tenido guerras con cierto principal vezino suyo, llamado Arcupon, en las quales le auian despojado de una alaguna488 de pesqueria, que el y sus pasados abian siempre tenido y poseydo para su rrecreacion; y asi les dijo que zerca de alli estaua este casique Arcupon, que hera su enemigo; que si querian yr que el les daria guias que los lleuasen y gente de guerra que les ayudasen a pelear.
Los soldados, ynportunando a su Capitan que efetuase aquella jornada, para que hellos ouiesen algun prouecho y rrestaurasen lo que auian dejado de rranchear en aquel pueblo, azetaron y conzertaron la yda para otro dia.
El casique Guaramental, de la gente que alli mas a mano hallo, junto nueuecientos yndios de guerra, y sacando las armas necesarias de las casas y buhios de deposito de municion que tenia, por su propia mano, las rrepartio489 entre su gente, a los quales con ciertas cerimonias entre hellos vsadas, les hizo vn parlamento, mandandoles lo que auian de hazer, y nonbrandoles vn capitan a quien auian de ouedecer, les mando que fuesen con los españoles, y lo que su capitan Delgado les mandase, aquello hiziesen.
Todos juntos se partieron ya que queria anochezer, por yr amanezer al pueblo que yvan a saquear, para no ser sentidos, el qual estaua rriuera de un rrio pequeño, llamado Dunare, viciosisimo490 de todo genero de arboles y frutas de Indias, fresco y de apacible y agradable tenple, y muy proueido de todo genero de caza y pesqueria. Caminaron toda la noche; al alua, ya que amanescia, dieron en el pueblo; hizieron el estrago que pudieron, rrouando y matando, y es cierto que lo que tocase a matar, mas daños y crueldades hazian los yndios amigos que lleuauan que los españoles, porque son de su natural tan crueles los yndios, que pocas ueces dejan con la uida a sus contrarios rrendidos, si no es algunas criaturas de poca hedad, a quien hellos puedan criar y hacer a sus costunbres; y si es de casta de españoles no ay perdonar, aunque sean de teta, porque piensan que en creziendo los han de sujetar como hicieron sus padres.
Saqueado este pueblo con harto daño de sus moradores y de su principal, que en el saco fue muerto, entre otras piezas que en el se tomaron, fueron quatro yndias de poca hedad y de estraña blancura, porque si su traje y lenguas no lo denunciaran, fueran tenidas por españolas. Preguntando si aquellas blancas mugeres heran de otra generacion alguna zircunuecina a este pueblo, dijeron que no, mas que se auian criado tan blancas por mucho encerramiento, que desque nacieron jamas les auia dado el sol, y asi como animales noturnos en sacandolas a la claridad del sol, se cubrian los ojos por no poder uer.
Ya que auia sa pagado491 la furia y calamidad del saco de aqueste pueblo, llegaron otros ochocientos yndios ynuiados de socorro en fauor de los cristianos por el casique Guaramental. El capitan les dio lizencia que rrouasen lo que por el pueblo auia quedado; y asi a estos como a los que con el auian venido, los ynuio a su pueblo y prouincia, porque lo que en aquel pueblo del casique Arcupon auian rrancheado no hera tanto que pudiese mitigar alguna parte de la sedienta cudicia que tenian.
Informose si por alli zerca auia otra alguna poblazon donde yr hazer salto. Dieronle noticia que dos leguas de donde estaua auia otro pueblo de un principal llamado Guere, de muchas rriquezas y gente. Despedidos los yndios de Guaramental, los españoles y su capitan se partieron en demanda de Guere, principal el qual tuvo noticia de la ida de los españoles y enuio al camino tres v quatro capitanes suyos, ofreciendose por amigo de los españoles y que se fuesen amigablemente a su pueblo, donde les haria todos los rregalos que pudiese. El capitan Delgado oyo la enbajada que los yndios le traian de su casique o señor Guere, y contra voluntad y opinion de los soldados lo rrecibio en su amistad, y se fue a su pueblo sin hazelle daño ninguno, y estuuo en el algunos dias descansando. Siruieronle los yndios con todo lo que pudieron y tuuieron, y sin hazelles ningun particular daño se uoluieron los españoles al pueblo de Guaramental, donde hallaron tan proueido su alojamiento de vituallas que auia para sustentarse quinientos españoles con su carruage artos dias y aun meses.
Dende a pocos dias se salio deste pueblo de Guaramental Agustin Delgado con sus conpañeros y dio la vuelta a donde su gouernador Geronimo Hortal auia quedado, en Neueri, con algunas piezas de yndios e yndias que por esclauos se auian tomado.
CAPITULO TERZERO
En el qual se escriue como Antoño Sedeño tuuo en Puerto Rrico noticia de Meta, y junto gente y la ynuio con el capitan Batista a Maracapana, y como los soldados de Jeronimo Ortal se dieron a rrouar y hazer esclauos con mas libertad que de antes.
En tanto que las cossas ya contadas pasaron asi en la jornada del rrio de Paria, como en la costa de Tierra Firme, Antonio Sedeño, que se auia vuelto492 a la isla de Puerto Rrico, nunca cesaua de ymaxinar y pensar como podria juntar de nueuo gente para voluer a su gouernacion y adelantamiento de la Trenidad, porque no hallaua soldados que en aquella jornada le quisiesen seguir, asi por el gran temor que de los naturales de la isla de la Trenidad tenian, como el poco prouecho que de hella esperauan; de todo lo qual estaua muy infamada aquella tierra por los que hen ella auian estado con el propio Sedeño; y despues de auer echado artos balances sobre lo que deuia hazer, sucedio que entre otros esclauos y esclauas que tenia, auidos de Tierra Firme, estaua vna yndia que le dio muy grandes nueuas de la jornada de Meta y de sus rriquezas, prometiendo de si fuesen con gente que vastase493 rresistir los naturales que por el camino auia, metellos en la rriqueza y prosperidad de la tierra.
Esta nueua se comenzo a derramar por la isla, la qual mouio algunas ociosas gentes a que persuadiesen a Antonio Sedeño hazer esta jornada, el qual, pareciendole que no hera mala ocasion para poner en execucion sus desinos, los quales heran de, so aquella color a que auia sido persuadido, juntar la gente que pudiese y trahella a Tierra Firme, y de alli buscar modo como lleuallos a La Trenidad, paso a Santo Domingo y pidio licencia y facultad al Audiencia para poder pasar gente a Tierra Firme, y hazer jornadas o entradas a poblar en las prouincias que descubriese.
Concediosele esta licencia como la pidio, y con ella y la fama que la yndia esclaua auia dado de Meta, comenco a juntar gente, la qual hizo en breue tienpo; y por juntar todos los mas soldados que pudiese, despues de auer juntado asta ciento y quarenta honbres y quarenta cauallos, los ynuio en vna carauela, con el capitan Bautista, el qual, desenbarcando en Maracapana, puerto de mar en Tierra Firme y muy nonbrado en estos tiempos por la mucha y rrica gente que zerca del dizen que ay(A).
Jeronimo Ortal estaua rrancheado hobra de dos leguas de Maracapana, y aunque supo la llegada del capitan Batista a Tierra Firme y tan cerca de su alojamiento, no se aluoroto cosa ninguna, antes se comunico con el amigablemente, y lo mismo hazia el capitan Bautista, pareciendoles a entranbos que en tierra tan larga494 y tan poblada no auia para que mouer disinciones495, pues todos podian poseher sin dagnificarse los vnos a los otros.
Jeronimo Hortal acordo de entrarse la tierra adentro, como antes que el capitan Bautista llegase tenia determinado, y poniendolo en efecto con hasta setenta honbres, comenzo a caminar y llegar algunas poblazones cuyos moradores heran tan uien acondicionados que procurando su amistad le salian a rresceuir al camino de paz, la qual por todo estremo aborrecian asi capitanes como soldados, por tener mas cierto el prouecho de la dudosa guerra que el de la muy segura paz, y porque su pretension y aprouechamiento hera hazer esclauos; y como las gentes donde los avian de hacer salian de paz no consintia el Gouernador que a estos tales se les hiziese ningun daño, por lo qual, como otra uez e dicho, aborrecian todos la conpañia de Geronimo Ortal, y asi, despues de auer descansado ciertos dias en vna poblazon que le par tenian, persuadieron a su Gouernador, y aun casi le constriñeron a que se voluiese a su uiaje y alojamiento que en la costa de la mar tenia, dejandoles por caueza y capitan Augustin Delgado, que deuia de ser tan vuena conciencia qual ellos la deseauan para estas sus jornadas.
Constreñido el Gouernador por esta uia, se uoluio con asta ocho conpañeros a la costa.
Augustin Delgado y sus conpañeros, des que entendieron que ya estaua Jeronimo Ortal y los que con el yvan, fuera del peligro, comencaron a desmandarsse por las poblazones circunvezinas adonde hellos estauan alojados, y a tuerto y a derecho, y que estuuiesen de paz o que no, rrancheallos y rrouallos por fuerza, tanto que constriñeron a los yndios con sus tiranias a que tomasen las armas para defenderse, lo qual hizieron los naturales de un pueblo que los soldados quisieron vltimamente rrouar y saquear, los quales, esperando a los españoles con buena horden, les defendieron la entrada, mas al fin, como sus armas son tan flacas, no uastaron hazer tanta rresistencia como quisieran; contentaronse con que no les lleuaron gente ninguna, avnque les saquearon el pueblo, y con todo les hirieron algunos españoles, con lo qual y porque ya en los pueblos atras tenian hechas sus mangas y presas en cautividad con esta peruersa guerra, mas de quinientas animas, dieron la buelta a donde Jeronimo Ortal los estaua esperando junto a la mar, en su antiguo alojamiento, y rresciuiendolos alegremente no curo de preguntar la forma que auian tenido en hazer esclauos, porque le aprouechaua poco, pues no era parte para rremediallo aunque quisiera, y asi dio luego orden en como se herrasen para ante los ofiziales del Rrey, que cobrauan los quintos rreales.
En esta sazon auia mercaderes que de Santo Domingo y Puerto Rrico y las demas islas de barlovento tenian por granjeria de uenir en nauios a costa de Tierra Firme a conprar esclauos a los españoles que hen ella estauan de asiento, hurtandolos; y a la sazon que Agustin Delgado llego con esta presa a donde su Gouernador estaua, llego tanbien vn navio de una de las islas a quien vendieron todos los esclauos a trueco de mercadurias y otras cosas de España y oro, a precio cada uno de diez pesos. Heran en el vender los soldados y capitanes muy moderados; no querian estremarse en los precios, porque acudiesen los mercaderes otro dia, y porque la sangre ynocente que uendian les costaua aquellos poco trauajo, aunque arto dolor, pues sino hera supliendolo la misericordia diuina y muerte y pasion de nuestro Maestro y Rredentor Jesucristo, no podian hellos satisfazer los grandes daños y muertes y rrouos y pecados que con aquella manera de hazer esclauos cometian.
NOTAS AL CAPITULO III
(A) En carta dirigida al Procurador de Puerto Rico Asensio de Villanueva, por Alonso de Molina, fecha 17 de Febrero de 1535, se dice:
«Con estas nuevas del Perú, i de otro viaje que se nos ha levantado aca de Meta, que dicen que es allá en los confines de Pizarro, cuya enpresa toma Antonio Sedeño, i va a entrar por junto a las perlas por un rio que está abajo de la governación de Ortal, no hai persona que quiera parar en esta isla. Está la cosa tan movida, que el mas viejo e mas cojo tiene deseo de la jornada, e sino les fuesen a la mano lo dejarian todo e irian el viaje».
En otra carta, dirigida á S. M. por el factor de Puerto Rico Baltasar de Castro en 25 de Mayo de 1535, se dice:
«Esta isla cada dia se va despoblando.
Sedeño vino desbaratado de la Trinidad. Algunos de aquí intentaron ayudarle para bolver con gente, i haviendo tenido noticia por indios que por aquella costa de Cubagua, 200 leguas la tierra adentro, acia la cunbre de la Sierra, hai una provincia con dos pueblos grandes llamados Meta i Manta, riquisimos de oro, se allegó mas gente, i son 300 honbres y 100 cavallos. Pero le obligan á ir á dicha provincia, nombrandole capitan desta jornada, i no á la Trinidad.» (Colección Muñoz, t. LXXX.)
CAPITULO QUARTO
En el qual se escriue como el capitan Bautista se entro a ynvernar la tierra adentro donde desarmo e hizo cierto agrauio a unos soldados de Jeronimo Ortal496, despues, en uenganza de esto, desarmo la gente que con el capitan Vega llego a Maracanpana.
En este tiempo ya se azercaua o entraua el ynvierno, por lo qual, y por el poco rrecurso de comida que en el puerto de Maracapana tenia, el capitan Batista y su gente acordo entrarsse a ynvernar la tierra adentro y esperar hen ella a su gouernador Sedeño.
Hizolo asi, y partiendo con todo su canpo y gente de la costa de la mar, se metio la tierra adentro, y pasando por el pueblo del casique Guaramental, se fue alojar dos jornadas mas adelante, a la poblazon y señorio de una yndia llamada Orocomay497, donde procuraua sustentarse con el menos perjuizio que podia asi de los yndios como de los españoles de Jeronimo Ortal, que todauia se estaua aposentado e rrancheado en Neueri con mucho trauajo, por auersele ido la mas de su gente, que no le auian quedado mas de hasta treinta hombres, y esos se le ovieran ydo si hallaran con quien, porque aunque498 se auian conuidado al Bautista de ylle a seruir, el no los auia querido rresceuir en su conpañia por no desconponer a Jeronimo Hortal ni hazer cosa que sonase mal, con lo qual auia499 encunbrado grandemente su bondad, si despues no la deslustrara con lo que hizo con el capitan Nieto, como luego se uera.
Estos pocos soldados que a Jeronimo Hortal le auian quedado, se entretenian con la esperanza que su Gouernador les daua de que cada dia500 esperaua nueuos y cunplidos rrecaudos de España, con que pensaua enprender nueuas jornadas, para las quales se le llegaria mas gente de la quel auia menester, y que los que con el permaneziesen y perseuerasen serian mejor galardonados; y para tener algun sustento y entretenimiento andauan esparcidos algunos soldados por las poblacones comarcanas que de paz estauan, rrescatando algunas comidas y esclauos; y para que estos soldados que andauan en las poblazones de los yndios rrescatando, estuuiesen mas seguros y no se les hiziese daño alguno, mando Jeronimo Ortal a un soldado que tenia, que se decia el capitan Nieto, con cinco o seis conpañeros, se fuese al pueblo de Guaramental y estuuiese alli haziendo alto501 a sus conpañeros.
Sauido por el capitan Batista esta estada del capitan Nieto en Guaramental, mudado del primer proposito, deseando destruir de todo punto a Geronimo Ortal, lo qual se crehe que no avia echo asta alli por no estar aun bien cursado en las cosas de aquella tierra; y pareciendole con loca presuncion que la estada de Nieto tan zercana a el hera en uituperio y menosprecio suyo, o por otros secretos motiuos que deuia tener, ynvio quarenta soldados que desarmasen al capitan Nieto y a los que con el estauan y les quitasen vn caballo que tenian, a fin de que por aquella uia amedrentar a Geronimo Ortal y los que con el estauan, para que con temor de no uerse destruidos de todo punto, se saliesen de la tierra.
Los soldados que el capitan Batista ynvio a desarmar a Nieto y a sus conpañeros, lo hicieron como les fue mandado; que dando502 al aluorada en ellos, los tomaron casi durmiendo y les despojaron de sus pocas armas que tenian y un cauallo con que se defendian, y dejandolos yn puribus naturalis se uoluieron con el flaco despojo a su Capitan, que lo tuuo en tanto como si fuera las rriquezas de Salomon; y algunos soldados del capitan Batista, no pareciendoles vien este echo, lo murmuraron y trataron de suerte que uiniese a noticia de su Capitan, para que con tienpo se aperciuiese, pues estaua claro que Geronimo Ortal auia de procurar auer y tomar venganca de su enemigo; y aun no falto quien le dijo que deuia asegurarse de todo punto prendiendo a Jeronimo Ortal y a sus amigos y ponerlos en parte donde aunque quisiesen no pudiesen tomar armas contra hellos. El capitan Batista y algunos amigos suyos se rieron desas sus razones o auisos que sus soldados le dauan, diciendo lo poco que podia hazer Jeronimo Ortal con tan pocos soldados como tenia, y esos desauenidos, y menospreciado asi los auisos que le davan, como el temor que devia tener a su enemigo ceso la platica, como cosa que no podia auer efecto lo que los soldados tratauan o decian que haria Jeronimo Ortal para satisfazerse.
Nieto y sus conpañeros luego dieron auiso a su Gouernador de la ynjuria que se les auia echo deuajo de amistad, la qual cada soldado de los que con Jeronimo Ortal estauan tomo por suya propia, con presupuesto de vengalla como si a cada vno en particular se ouiera echo, y casi alcanzaron a sauer el menosprecio y poco caso que de hellos hazian Batista y su gente, que les puso espuelas para mejor procurar y auer venganza.
Antonio Sedeño, que todauia se estaua en Puerto Rrico, enbio otra carauela con ciento y cinquenta honbres y treinta cauallos, y por capitan della a un Vega, los quales a la sazon que lo que auemos dicho paso503, dieron al traues en el puerto de Maracapana sin que peligrasen ni perdiesen cosa alguna mas del casco del nauio504.
La llegada desta gente del capitan Vega a Maracapana y su ynfortunio, vino luego a noticia de Jeronimo Ortal, porque como se a dicho, desde Neuey505, donde Ortal estaua rrancheado, asta el puerto de Maracapana no auia mas de dos leguas. Pareciole al gouernador Jeronimo Ortal, y al capitan Agustin Delgado, y al capitan Nieto, y a otros amigos suyos, que pues esta gente que con Uega auia llegado a Maracapana, y la del capitan Batista, hera toda una y de un Gouernador506, que deuian enpezar a satisfazer su ynjuria en los rrecien allegados, pues estarian mas descuidados. Esto parescio bien a todos y sin detenerse punto, con esas pocas armas que tenian, se partieron para Maracapana, y llegando el quarto del alua al lugar donde el capitan Vega y su gente estauan alojados, dieron hen ellos sin ser sentidos, por estar las velas durmiendo, y sin auer entre toda la gente de Uega honbre que tomase las armas, eceto vn clerigo que consigo tenian, que procuro defenderse lo que pudo, y como hera uno solo cansose presto; los demas, entendiendo por el tumulto y rruido que hazian los que los prendieron, que hera mucha mas copia de gente, temiendo ser muertos o maltratados, se dejaron prender y despojar de todo lo que tenian, lo qual hicieron tan cunplidamente los soldados y gente de Jeronimo Ortal que ni aun cuchillo de escriuanias con que pudiesen507 cortar la comida les dejaron, ni otra cossa de que se pudiesen aprouechar; y sin hazelles otro ningun mal tratamiento, porque ni yrieron ni mataron a ninguno, se bolvieron el propio dia a su alojamiento de Neueri, a dar horden en lo que deuian hazer, trayendo consigo todos los cavallos que el capitan Uega y su gente auian traido de Puerto Rrico.
CAPITULO CINCO
En el qual se escriue como Jeronimo Hortal, con la gente que tenia y alguna que se llego de la del capitan Vega, fue a dar sobre el capitan Batista508 y lo prendio y desuarato y se vengo de la ynjuria que le auia echo.
Vuelto Jeronimo Ortal con su despojo a su alojamiento de Neueri, luego comenco a tratar la horden que se deuia tener para yr a dar en el capitan Batista y su gente y desuaratallos y auer509 de hellos entera uenganza de su ynjuria; y porque en el ynterin que se determinavan y aprestavan no tuuiese auiso Bautista de lo sucedido al capitan Vega y a su gente, puso guardas y zentinelas en los caminos por donde forcosamente auian de pasar los que fuesen a dar el mandado, de tal manera que ni los del vn capitan podian yr adonde los otros estauan, ni por el contrario, sin ser tomados o sentidos, sino fuese por descuido o negligencia de las guardas, los quales lo hicieron tan uien que en vnos pocos dias que estuuieron guardando el pasage de los caminos, prendieron casi treinta honbres de los del capitan Uega, que yvan a dar mandado al capitan Batista, los quales por yr desarmados y no ser praticos en las cosas de aquella tierra eran faciles de prender.
Jeronimo Hortal se apresto y aderezo lo mas en breue510 que pudo; y rrepartio los cauallos que auia tomado entre los que le parecio que los sabrian mandar, y dando comision de su capitan general Agustin Delgado, se partio para el señorio de la yndia Casica, donde el capitan Batista estaua, y hallo en el camino las centinelas que auia puesto, con la presa que auian tomado de soldados, a los quales persuadio y sujeto que les siguieren en aquella jornada que yba hazer y serian bien rremunerados, y si no quisiesen hazello de su uoluntad se boluiesen a la cosa511. Los mas de los presos se olgaron de seguir a Jeronimo Hortal, viendo quan fauorable se les mostraua la fortuna, y asi con estos como con otros soldados que andauan esparcidos por aquellas poblazones de yndios, junto el gouernador Ortal pocos mas de cinquenta honbres, y con ellos, marchando por su512 jornada apresuradas, llego zerca del alojamiento del capitan Batista, y dando hen el de noche, lo hallo casi despoblado, que no auia mas de ueinte honbres, que los demas, con su Capitan, auian ydo la tierra adentro a buscar comida.
Prendieron a estos sin resistencia, por ser tan pocos, y saquearon todo lo que en el alojamiento auia, y tomando noticia de la derrota que Batista y los demas auian lleuado, luego, en amaneciendo, se partieron con todo cuidado y diligencia, porque al tienpo que uieran el alojamiento de Bautista se auia huido o escapado vn negro o esclauo, e yva delante dellos a dar mandado a su capitan; y por ver si podian alcanzar este esclauo, como porque Bautista no tuuiese lugar de rrecoger su gente si la traian esparcida, caminauan todo lo que les hera posible, y asi llegaron a un pueblo de vn yndio o principal cristiano y ladino, donde creyeron estar el capitan Bautista, en el qual no hallaron mas de solamente dos soldados que alli auian quedado en guarda de cierta comida que el capitan Bautista dejo, y al negro o esclauo que auia salido a dar el mandado, a los quales prendieron y dellos supieron como su Capitan, con la demas gente, estaua tres jornadas de alli, y que los esperauan en breue.
A esta sazon llego a este pueblo el casique o señor del, llamado Diego, que auia ydo con el capitan Batista y uenia a uer a su mujer que lo auia ynviado a llamar; el qual dio noticia a Jeronimo Hortal de como el capitan Batista quedaua en donde los soldados auian dicho, y que en boluiendo el luego bendrian Batista y su gente. Dixole Hortal al principal como venia a prender a Batista, el qual mostro olgarse513 de hello, por auer rreceuido algunas pesadunbres del y de sus soldados; y dende a dos dias, por tener ya a su mujer, a quien auia benido a uisitar, buena, dijo a Jeronimo Ortal como se queria boluer a donde Batista estaua. El Gouernador le dijo e ynstruyo en todo lo que auia de hazer y decir, de forma que no se entendiese su estada alli, con protestacion de si lo hazia asi galardonalle, y si por el contrario, hazelle grandes daños.
El yndio se partio diziendo que haria todo lo que le hera mandado, y que dende a dos dias seria alli la gente de Batista, al cauo de los quales el Gouernador mando poner atalayas en parte comoda que pudiesen uer y señorear el camino de mucha distancia; las quales dieron nueua, al tienpo quel yndio dijo que vendrian, de como parescia gente o bajava por vna pequeña sierra que zerca de alli estaua o se hazia.
El capitan Alderete hera honbre espirimentado en el arte militar conforme a la usanza que entre gente española se acostunbra, y por rreconozer por el horden que traian si auian sido auisados o no, pues estaua cierto que si tenian auiso que auian de uenir en hordenanza y si no como solian, se514 suuio en lo alto de vn buhio o cassa de aquel pueblo y uio que bajando la gente a lo llano de la cuesta por do decendian, se juntauan y rrepresavan, que lo tuuo por señal de hordenar su esquadron; y la ocasion desto fue que al pie de aquella questa hallaran el clerigo del capitan Vega, que les yba a dar mandado y auiso del suceso de su capitan y gente, el qual clerigo auia ydo por diferente camino del que la gente de Jeronimo Hortal auia lleuado, y asi no supo dar rracon de adonde estauan, mas antes descuido y aseguro, sin saber lo que se hazia, al capitan Bautista, diciendo que quedauan muy atras sus contrarios y que por mucha priesa que se diesen no se uerian en tres dias.
Los soldados de Bautista, sauido el suceso y despojo de sus conpañeros, comenzaron a blasonar y a mofar de los contrarios tratando contra hellos los uituperios que les parecio, como gente que estaua segura de no uerse con ellos tan presto, e ya que se uiesen, los tenian en tan poco que no pensauan usar de armas contra ellos, y asi, con la desorden que antes traian prosiguieron su camino hazia el pueblo donde estaua Jeronimo Ortal con su gente puesta a punto y enboscada para dar a sus contrarios. Rreconocio Alderete la deshorden que traian, y asi lo tubo en poco, y dijo que gente tan desuaratada como aquella venia, sin sangre se uencia. Es de sauer que por delante deste pueblo, hazia la parte do uenia el capitan Bautista y su gente, auia vna zeja pequeña de rrobledal, que hera lo que cubria el pueblo, que los que de aquella vanda venian no lo podian uer asta estar en el, y asi no podia la gente de Bautista deuisar ni sauer si auia gente en aquel pueblo o no.
Dos soldados, peones de los del capitan Bautista, se adelantaron y entraron en vna plaza que el pueblo hazia, con sendas vallestas deuajo del brazo y sendas jaras en las manos, y como no uieron gente ninguna naturales del pueblo ni a los conpañeros que auian dejado en guarda del maiz, comencaron a tañer o tocar con las jaras en las ballestas, diciendo casi por donaire coche, coche, que en lenguaje de aquella tierra hera como decir: aqui no puede auer si no uenados. Estando con esto descuidados, vieron rrastro de los de a cauallo y admirandose dello, sin poder uir fueron tomados y desarmados y puestos a rrecaudo. Luego llego el clerigo al pueblo, cauallero en vn cauallo y una adarga y una lanza. Salio a el Agustin Delgado, y sin hazelle mal, de un recatonazo que le dio, le derriuo del cauallo auajo y lo desarmo, y dio sus armas y cauallo a otro soldado, y pareciendoles ser ya sentidos, salieron de la enboscada y comenzaron a prender los desordenados y descuidados soldados que marchando venian.
El capitan Bautista sintio el alboroto, y al primero que vio fue al capitan Nieto, a quien el auia desarmado, y enderezando sus palabras contra el, dijo a uoces a Nieto: soldados, matadmelo. A esta coyuntura llego el capitan Agustin Delgado, que con ciertos conpañeros auia salido por otra parte del rrobledal, e yendose para el capitan Batista, que con buen senblante le espero para conuatirse con el, le dio vna lanzada en vn brazo que se lo paso y lo derriuo del cauallo, y alli lo prendio. Los soldados que junto a Bautista uenian, viendo a su Capitan caido, y teniendolo por muerto, dieron la vuelta rretirandose hazia los que atras venian, y dandoles noticia de lo sucedido a su Capitan, se comenzaron a esparcir mas de lo que uenian, y a meterse por arroyos y arcabucos a esconder, y los de Jeronimo Ortal en su seguimiento, a muchos de los quales aprendian y desarmauan.
Entre estos soldados de Bautista auia vn honbre muy rrobusto de cuerpo y fuerzas y que por auer seguido la uaqueria hera tenido por rrecio honbre de a cauallo, y con los demas yva en huida con su cauallo, lanza y adarga, en cuyo seguimiento yva solo el capitan Agustin Delgado, y como el uaquero se uiese solo y al Delgado tras si, boluio las rriendas a su caballo diciendo al capitan Delgado: mucho e deseado uerme solo contigo, y en esta forma; el Delgado le dijo que aquel hera tienpo y lugar comodo para efetuar lo que quisiese, pues la ocasion les yncitaua a hello, y con esto comenzaron a escaramucear con sus armas y cauallos, en la qual escaramuza el Delgado dio al vaquero vn golpe con el cuento o rrecaton de la lanza, por no matallo, que lo derriuo en el suelo y alli lo desarmo y dio el cauallo y armas a vno de sus soldados que zerca venia, y unos vyendo y otros rrindiendose y otros siendo presos por fuerza, fue desuaratada la conpañia y gente del capitan Bautista de la forma dicha, con que el pago su atreuida y loca demasia de que auia usado con el capitan Nieto, y sus soldados perdieron la furia y brio con que blasonauan en ausencia de sus contrarios.
De otros dos desuaratos nacio vn comun rrefran en aquella prouincia que tura asta este tienpo, y es que, como a esta gente de Sedeño les sucedio tan mal y fueron desuaratados y rrendidos de tan poca gente, quedaron ynfamados, no solo de mal afortunados, pero de couardes, apocados y auichilados515, por lo cual, quando de ay adelante se hallaua vn soldado que, o por serle contraria la fortuna y por ser el para poco y de poco animo, le sucedia mal sus negocios, se dezia del: es un pecador de los de Sedeño, y oy en dia, como e dicho, se dize a los tales.
Además, en vez de se habian convidado al Bautista de irle á servir, se dice: se habian convidado de irle á servir al Bautista.