Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo I», sayfa 37
CAPITULO NONO
En el qual se escriue como los de Venencuela quitaron la gente a Nieto y Alderete y los ynviaron presos a Coro.
Sosegadas ya las dos campañas531 desta su primera uista y rrancheadas como se a dicho, apartados el uno del otro, ni el capitan Martinez se fiaua de los capitanes Alderete y Nieto ni los capitanes Alderete y Nieto se fiauan del capitan Martinez, y asi cada qual tenia en su alojamiento y gente la guarda y uela que hera rrazon.
La sospecha del capitan Martinez hera tener por ynposible auer atrauesado los dos capitanes con tan poca gente como alli de presente tenian, tanta distancia de tierra y tan poblada como atras auian dejado, y asi le parecia que el auer llegado de aquella suerte a su alojamiento los dos capitanes con hasta sesenta honbres que traian, era zelada, y aquellos solamente venian por espias, y que atras deuian quedar algun grueso exercito con su Gouernador Geronimo Hortal, de quien el auia antes tenido noticia, y asi hizo luego juntar toda su gente que a esta sazon estaua diuidida en dos partes. Los de Cuvagua, que heran los de Hortal, ansi mesmo, uiendo que el capitan Martinez juntaua toda su gente, temieron que fuese para dar sobre hellos y dessarmallos o azelles otro agrauio alguno, aprouechandose desto del vulgar o castellano proueruio que dize que quien a las echas, a las sospechas532.
Estando en esta perplexidad, sin alcanzar ni sauer los vnos la determinacion ni cogitaciones de los otros, ofrecioseles a todos de rrepente tomar las armas, con que se confederaron y declararon, y fue desta manera: que aquel sitio donde entranuos Capitanes estauan alojados, hera asiento de un pueblo y poblacon a quien pocos dias antes cierta nacion de yndios serranos, llamados cayones, auian destruido y arruinado y muerto y auyentado los moradores del. Estos coyones o gente serrana, viendo que en el sitio del pueblo que hellos auian destruido auia gente, creyendo que los propios moradores a quien hellos poco antes auian destruido y auyentado, se auian vuelto a rrehazer y rreformar en su propio pueblo y en menosprecio suyo, tomaron las armas para tornar a dar en ellos y destruillos de todo punto; y para que no fuesen sentidos ni uistos, abrieron camino diferente por vna montaña espessa por donde no se presumia que pudiese caminar gente; y llegando de rrepente al pueblo que hellos auian destruido, donde los dos Capitanes estauan alojados, les forzaron a tomar a todos las armas para defenderse, los quales salieron tan conformes a dar en los yndios coyones, que aunque el numero de los yndios hera en muy gran cantidad, y sus armas harto perjudiciales, fueron en breue desuaratados y auyentados y muchos dellos muertos.
Con esta uitoria se uoluieron casi juntos y en conformidad los españoles, soldados y capitanes, donde declarandose y hablandose mas particularmente los vnos a los otros, perdieron del todo las sospechas que antes tenian. Y segun algunos me contaron, el capitan Martinez, sauida la manera como aquellos capitanes Nieto y Alderete se auian apoderado de aquella gente que consigo traian y despojado a Jeronimo Hortal de su gouierno, tomo la gente en si y aprisiono a los capitanes y algunos so dados que le parecio algo velicosos o facinerosos, y tomandoles el oro y otras rriquezas que traian, los ynbio presos con vn capitan Beteta y con ciertos amigos y personas de confianza a la ciudad de Coro, donde a la sacon estaua su general Federman; adonde llegados, y sauida la ocasion de su prision, a los capitanes Nieto y Alderete, con los mas culpados, enbio Ferderman a Santo Domingo, y algunos dejo alli en Coro, y el se partio luego para las prouincias de Barquecimeto y el Tocuyo, donde estaua esperando el capitan Martinez, con toda la gente de entranuos canpos para proseguir su jornada.
Y segun la noticia que los propios de Alderete y Nieto dan, dizen que sus capitanes Alderete y Nieto nunca oso prenderlos el capitan Martinez, aunque tenia pujanza y aparejo para hello; mas de como supo el modo y suceso de todo lo acaecido y echo con Geronimo Hortal y en toda la jornada de los de Cubagua, dio auiso dello a su capitan general Federman a Coro, el qual, como lo supo, se partio yncontinente, que abria setenta leguas de alli a donde estaua su gente, y llegado que fue a su alojamiento, supo mas por estenso todo lo sucedido, y llamando a los capitanes Nieto y Alderete les persuadio a que con los que les quisiesen seguir se fuesen a la costa; y que con esta manera de comedimiento los propios capitanes, de su voluntad, dejaron la gente y con algunos amigos suyos se fueron a Coro.
Que sea de la una o de la otra manera, hellos fueron despojados de su trono, aunque no castigados coforme a su maldad, y el capitan Federman se quedo con toda la gente para proseguir su jornada, de la qual en esta Istoria y parte se haze particular y larga rrelacion.
Por auer precedido533 de diferente y distinto principio que el presente a donde me rremito, del fin y acabamiento de estos dos capitanes Alderete y Nieto, no he hallado quien me diese noticia; por eso no lo digo aqui, que hera lugar acomodado para hello, mas prosiguire con lo sucedido a Geronimo Hortal sumariamente hasta que murio, aunque por hazer esto en este lugar, creo tengo de ynterromper la horden del suceso de los negocios, la qual es ynposible guardarse por ser tantos y tan uarios los acaecimientos y suscesos en vn mismo tiempo.
CAPITULO DIEZ
Como Geronimo Ortal, pasando por mucha gente de guerra, llego a la costa, donde fue seguido de la gente de Sedeño, y escapandose de sus manos se enbarco en vna canoa o piragua y se fueron a Cubagua, y de alli a Santo Domingo, donde murio.
Despojado de su trono Geronimo Ortal, con esa poca conpañia que los diputados le dieron se vino marchando a la costa.
Marauillarse an algunos como los naturales por do pasaua, biendole yr tan desaconpañado534, no le matauan. A esto me paresce que, como los yndios de su natural son muy timidos, y que si no es deuajo de consulta muy pensada pocas uezes toman las armas, y como Geronimo Ortal y los que con el yvan nunca parauan en poblazon alguna, no les dauan lugar a los yndios que se determinasen en lo que avian de hazer, y asi, caminando apriesa y pasando de noche algunos peligrosos pasos de gente belicosa, se acerco a las provincias comarcanas a la mar, donde andaua la gente de los capitanes Bautista y Uega, los quales, por noticia que los yndios les dieron, supieron como Geronimo Ortal boluia, y deseando auello a las manos para uengarse del, pusieron sus espias y guardas en las partes que les parecio conuiniente para hello.
Geronimo Ortal, como honbre que sauia la tierra y teraya535 a sus contrarios, diose tan buena maña, que tomando por caminos ocultos se escapo dellos y llego a la mar, donde hallo vna canoa en la qual al momento se enbarco, y el enbarcado en ella, la gente de los capitanes, que por auer sido auisados de su pasada adelante venian en su seguimiento, y apartando de tierra la canoa los dejo burlados a todos los que en su alcance vinieron, con harto deseo de auello a las manos. Ciertamente si lo prendieran no dejaran de excutar en el todos los generos de crueldades que pudieran, y aun les pareciera que no quedauan vengados de las injurias y daños que del auian rresceuido.
En esta sazon sucedio que el capitan Rreynoso, que estaua la tierra adentro, en vn pueblo de yndios llamado Juaurare, como por lengua de los yndios supiese que Geronimo Ortal auia pasado hazia la costa, ynuio vn soldado portugues que con el estaua, buen peon, que se dezia Pinto, para que fuese a dar auiso a los capitanes Uega y Bautista, que estauan junto a la mar, de la salida de Ortal y lo prendiesen, ynorando quellos lo supiesen. Yendo, pues, este soldado caminando llego a una poblazon llamada Cumanagoto, donde tomo para su conpañia vn hijo de un principal de aquella tierra, llamado Rrimarima, y pasando adelante llego a un rrio que nonbrauan Neueri, el qual por ser caudaloso no se podia pasar, si no hera en canoa, el qual el alli no tenia, por lo qual mando al yndio que consigo lleuaua que pasase a nado el rrio y de la otra uanda, en cierto pueblo de yndios que cerca de alli estaua de paz, ouiese vna canoa para pasar.
El yndio rrehuso el pasage del rrio, temiendo los muchos lagartos o caimanes que en el auia, pero como el español le constriñese a que se echase al agua y le trajese la canoa para su pasaje, tomando536 el yndio vn machete que lleuaua y pusolo en la cinta en vn cordel que lleuaua atado al cuerpo, a manera de pretina, y arrojose al agua y fue nadando asta que hizo pie de la otra parte, y a la sazon quel yndio se enhesto537 en el agua sobre los pies, llego un caiman a echarle mano para comerselo, pero el yndio no turuandose, a punto, con demasiado animo, estendio el brazo yzquierdo para que en el hiziese presa elagarto; como la hizo, y tomando con la mano derecha el machete, le dio vn rrecio golpe en la caveza, con que le hizo soltar la presa, y como del golpe fue el caiman herido y uertia sangre en el agua, al olor della llego otro caiman y asiendose con el herido comencaron a pelear en el agua el uno con el otro, por donde el yndio tubo lugar de ponerse en saluo, que fue gran bentura, porque en los que una vez hazen presa estos lagartos pocos sueltan.
Geronimo Ortal se paso a Cubagua y de alli a Santo Domingo, a donde se quejo ante el Audiencia rreal de que la gente de Sedeño le vsurpauan su gouernacion, y no de lo que el les auia usurpado. El Audiencia proueyo sobre hello vn juez, que fue el llicenciado Frias, fiscal de aquella Chancilleria, de cuyo susceso se dira adelante por estenso, aunque aqui, para copia de lo que voy diciendo, digo que paso Frias a Maracapana sobre los negocios que le fueron cometidos el Audiencia, fue preso y desuaratado por538 Antoño Sedeño, de lo qual tuuo noticia el Audiencia, y sobre hello y lo demas enuiaron al llicenciado Castañeda, el qual vino con gente, y enuio vn capitan suyo la tierra adentro en seguimiento de Sedeño. Voluiose el capitan de Castañeda sin efetuar cosa alguna, aunque saco de prision al llicenciado Frias y a otros.
El llicenciado Castañeda, enojado destos sucesos con Geronimo Ortal, porque decia que lo auia engañado, aunque otros dizen que por quedarse con la gouernacion, lo prendio y lo ynbio a Santo Domingo539, donde de nuevo se quejo del Castañeda Geronimo Ortal. El Audiencia, viendo los malos sucesos que todos sus jueces auian, no curo de ynviar otro, mas de ynuiar a llamar al llicenciado Castañeda que se boluiese a Santo Domingo.
Geronimo Ortal estaua pobre, y por no tener posible quedosse en Santo Domingo, donde le dio vna enfermedad de que murio de su muerte natural. Hera honbre de buen cuerpo y gesto, y afable en el tratar y hablar y de noble condicion: solo fue notado de honbre algo apretado y escaso con sus soldados, que le deslustraua mucho las otras buenas partes que tenia; de donde hera natural, creo lo tengo dicho atras, que hera de Caragoza, en el rreyno de Aragon.
E aqui conclusa la uida e Istoria de Geronimo Ortal, aunque, como e dicho, en lo que toca en los sucesos de los jueces, que en este Capitulo apunte, pretendo dar entera y larga rrelacion en el siguiente libro, donde tratare todo lo sucedido540 Antonio Sedeño desde que salto en Maracapana hasta que murio, y despues de muerto, lo acaecido a sus capitanes, como en el siguiente epitomio541 en suma se uera.
LIBRO SÉPTIMO
EN EL LIBRO SEPTIMO SE DIZE LA UENIDA DE ANTOÑO SEDEÑO A MARACAPANA, Y COMO SE PROCURAUA ENTRETENER EN TODAS LAS PROUINCIAS DE AQUELLA COSTA, POR VER SI PODIA POR ALGUNA UIA YNDUCIR A SUS SOLDADOS A QUE SE FUESEN A LA ISLA DE LA TRENIDAD, EN EL QUAL TIENPO GERONIMO ORTAL PASO A SANTO DOMINGO A QUEJARSE DE SEDEÑO ANTE LA AUDIENCIA, PORQUE LE VSURPAUA SU JURISDICION, A CUYO PEDIMENTO FUE PROUEIDO JUEZ VN LICENCIADO FRIAS, E YENDO EN CUNPLIMIENTO DE SU COMISION, FUE DESUARATADO Y PRESO POR ANTOÑO SEDEÑO Y LOS SUYOS, DESPUES DE LO QUAL ANTOÑO SEDEÑO SE METIO LA TIERRA ADENTRO EN DEMANDA DE META. MURIO EN EL CAMINO542. LOS SOLDADOS ELEGIERON POR SU CAPITAN A PEDRO DE RREINOSO, EL QUAL, YENDO MARCHANDO, FUE ALCANCADO DE UN CAPITAN QUE EN SU SEGUIMIENTO YUA POR MANDADO DE OTRO JUEZ QUE EL AUDIENCIA, SAUIENDO LA PRISION DEL LLICENCIADO FRIAS, AUIA YNUIADO. FUERON CONFORMADOS LOS DOS CAPITANES, Y EL QUE YBA EN SEGUIMIENTO DE SEDEÑO SE UOLUIO A LA MAR CON EL JUEZ FRIAS Y OTROS ALGUNOS PRESOS. PEDRO DE RREINOSO PROSIGUIO SU JORNADA, EN EL DISCURSO DE LA QUAL CONSPIRARON O SE AMOTINARON543 CIERTOS DE SU CANPO CONTRA EL, POR LO QUAL Y POR OTRAS OCASIONES QUE SE LE OFRECIERON, FUE FORCOSO DAR LA VUELTA, Y FUE A PARAR, DIUIDIDO SU CANPO, A LAS PROUINCIAS DEL TOCUYO Y BARAQUISIMETO, DONDE HALLO VN CAPITAN MONTALUO, QUE LE QUITO LA GENTE, Y ASI VUO544 FIN LOS VALANCES DE SEDEÑO. QUENTANSE ALGUNAS PROPIEDADES Y NATURALEZAS DE LOS YNDIOS POR DO ANDUUIERON.
CAPITULO PRIMERO
Como Antoño Sedeño paso a Maracapana, y con la gente que alli hallo se metio en la tierra adentro; y como el llicenciado Frias, juez proueido contra el en Santo Domingo, fue en su seguimiento, con gente, y Sedeño los prendio y desuarato.
Pasada la calamidad que sobre los capitanes Vega y Bautista vino por mano de Jeronimo Ortal y los suyos, segun atras queda escrito, cuya caussa fue el descomedimiento y atreuimiento del capitan Bautista, todos los soldados y capitanes que auian sido despojados y rrouados con este titulo de uenganza, se rrecogieron y juntaron para que ya que no tenian armas con que ofender ni defenderse, con el aparencia de ser muchos y estar juntos, podrian sustentarse y auer o sacar de los yndios mantenimientos asta que viniese su gouernador Antoño Sedeño, al qual, cada dia, esperauan. En el qual tienpo, como atras queda dicho, paso Jeronimo Ortal despoxado de los suyos, y poco despues llego Antoño Sedeño a Maracapana con cantidad de soldados, cauallos, esclauos y otras prouisiones y municiones necesarias a su jornada, y disimulando con buen animo la ofensa quen los suyos a el se le auia echo, comenzo a hazer algunas entradas la tierra adentro y a tomar por esclauos yndios, y bender y usar de alguna manera de entretenimiento, ocupando el tienpo en las prouincias y poblacones de Mauyare, cuyo señor y principal, Alboligoto, en cuyas personas y haciendas los soldados vsauan de todos los generos de propiedad que podian, rouando, forzando, cautiuando.
Con todo esto desimulaua y pasaua Antoño Sedeño, a fin de que los soldados, o hartos destar alli o con temor de los yndios, condezendiesen con su uoluntad, la qual hellos entendian bien que hera yrse con toda la gente a la isla de la Trenidad á poblalla y pazificalla, por tenella el por gouernacion; el qual proposito sienpre, desde que comenco a juntar esta gente, auia tenido Antoño Sedeño, como en otra parte queda rreferido.
Y uiendo que ningun ardid ni cautela ni buen comedimiento ni yndicimiento bastaua a mouer a los soldados que dejasen aquella tierra y se fuessen con el a la Trenidad, dispidiendo del toda esta su esperanza545, con la mejor horden que pudo se metio la tierra adentro, obra de sesenta leguas, comenzando ya a proseguir su derrota en demanda de los nacimientos de Meta, que hera la noticia que en Puerto Rrico le auia dado la yndia esclaua y la que la gente de Hortal lleuaua.
En este tienpo llego a la ysla de Cubagua el llicenciado Frias con las comisiones quel Audiencia le auia dado para entender en los negocios de entre Geronimo Ortal y Antoño Sedeño, y hazer sobre hello lo que fuesse justicia y le paresciese.
Tuuo noticia en esta isla de como Antoño Sedeño se auia entrado la tierra adentro, y paresciendole que solo no hera parte para pasar seguro por las poblacones que en el camino auia, junto ochenta honbres, y pasando con ellos a la costa de Tierra Firme, nonvro por su capitan a un cauallero llamado Don Diego de Sandoual, y comenzo a marchar por la derrota que Antoño Sedeño auia lleuado; y llegando a la prouincia de Cumanagoto, vn señor o casique de aquella tierra, queriendo sauer el uiaje que el llicenciado Frias y los suyos lleuauan, le pregunto al propio llicenciado que a donde yuan con aquella gente; el qual, dandole a entender su jornada, rrespondio como yua a prender a Sedeño y trahello en ciertas cadenas que le mostro. El baruaro replico diciendo: pues con que as de prender a Sedeño? El Juez, mostrandole las armas que lleuaba, que hera la uara de justicia, le dijo que con aquella vara. El principal, casi como haciendo burla de lo quel llicenciado Frias le auia dicho, y conociendo los brios y aun los pensamientos de Sedeño y su gente, se rrio y le dijo: muy necio uas, mal conoces a Sedeño y sus soldados, que tienen las lanzas muy largas y los coracones muy grandes; entiendo que te an de descalabrar, porque son hombres muy valientes. Riosse el llicenciado Frias de lo quel Principal le decia, no considerando que la anvicion de mandar haze perder la lealtad, y paresciendole que a la uara y voz del Rrey, y como hera rrazon, no abria lanza enhiesta, y asi, con esta confianza y con mas descuido del que hera rrazon, paso adelante en seguimiento y busca de Antoño Sedeño, al qual hallo rrancheado y alojado en la otra uanda de un rrio crescido que esta entre el Cejo y Canima.
Aquel dia no pudo el llicenciado Frias pasar adelante con su gente, por selles estoruo e ynpedimento la creciente del rrio que por delante tenia, y alojose en vna vega que el rrio en aquel lugar hazia. Sedeño, o por conjeturas o por auiso de los yndios, supo el efeto de la ida de aquella gente que en su seguimiento y alcanze yua, y aunque ynoraua quien fuese el juez, y como el estaua muy bien quisto con los suyos, con pocas persuaciones los conuencio que no ouedeciessen ningun juez que sobre ellos uiniese, pues los auia de despojar de lo que tenian, y por uentura hazelles otras molestias y malos tratamientos, y usando de presteza en su determinacion, como honbres que sauian mejor aquella tierra y los uados de aquel rrio que los que en su busca yuan, aquella propia noche pasaron los mas de hellos casi a nado a la otra parte del rrio donde estaua alojado y aun descuidado el llicenciado Frias con su gente; dieron en hellos los de Sedeño, y desarmandolos y despojandolos de quanto lleuauan, prendieron al llicenciado Frias y a su capitan Sandoual y al alguazil y escriuano y a otros quatro o cinco honbres principales, con los quales vsando de todos generos de descomedimientos, afrentando y maltratando sus personas de palabra y obra, que si no fue dejalles con la uida, otra cortesia no les hizieron, la qual tuuieran hellos por mejor perder que padezer lo que padezieron por mano destos.
A todos los demas soldados que con el llicenciado Frias auian ydo los despojaron de todos los uestidos que sobre si traian, y desnudos, en carnes, con bordones en las manos, los ynuiaron por do auian venido, para que se boluiesen a la costa. Crueldad cierto mas que de tiranos, pues con los de su propia nacion se ouieron tan rrigurosa y cruelmente.
CAPITULO SEGUNDO
En el qual se escriuen algunas costunbres y zerimonias de los yndios y naturales de Cumana y Cubagua y de otras prouinzias á estas sufraganeas.
Por que me voy apartando de la costa de la mar y podria ser tan presto no voluer a hella, si alguna forzosa ocasion a hello no me constriñere, quiero aqui hazer vna digrecion de las costunbres y otras vsanzas de los yndios destas prouincias de Maracapana y Cubagua, aunque no sera tan cumplida como yo quisiera, a causa de que los que en aquel tienpo andauan por ellas, mas curiosidad y diligencia ponian en como se auian de aprouechar de las haziendas y personas de aquellos naturales, que en enmendar y rreparar sus costunbres, y tanvien porque quanto turaron que no se acauaron de destruir aquellas prouincias tanto tienpo y no mas obo españoles en ellas, y asi no puede auer en lo tocante a las naturalezas de estos yndios la claridad que en otras prouincias que se an conseruado y sustentado hasta nuestros tienpos, de algunas de las quales se ueran hartas cosas de notar escudriñadas con curiosidad y agudeza para admiracion nuestra.
Estas dos prouincias que arriua nonbre, de Cubagua y Maracapana, encierran en si otras muchas de diferentes nonbres, como son Cumanagosto, Chacopata, Piritu, Paragoto, Chaigoto, Cherigoto y otras muchas poblacones que por no ser molesto no digo, en las quales hera tanto el numero de los naturales y poblazones, que afirman los que en su prosperidad los uieron que auia en ellas ynumerables naturales. De estas gentes algunas auia, que ya no podemos dezir que aya, que comian546 carne vmana por uenganza o rrito o grandeza de alguna uitoria que auian auido, y no la comian de todo genero de yndios, sino de algun señor o principal que en la guerra hazertauan a prender, como por espiriencia lo uio la gente de Geronimo Hortal quando auiendo ydo con ciertos yndios del señor Guaramental a saquear vn pueblo de unos contrarios y bezinos suyos, en el saco ouieron los yndios vn principal, al qual trajeron ante su cacique o señor, y despues de auer dicho ciertos rrazonamientos en su lengua al preso y ciertas cirimonias que acostunbrauan hazer, los yndios mas principales se llegauan a el y biuo como estaua le yban cortando los mienbros y otros pedazos de su cuerpo, asta que con aquel tormento lo mataron, y sacandole el asadura, envijadas las uocas por mayor grandeza, la rrepartieron entre hellos y se la comieron. En solo en este acto y zerimonia suelen comer estos yndios y otros de esta prouincia esta parte del cuerpo vmano y no otro ninguno.
Otra parcialidad de las propias prouincias, como heran los de Cherigoto y Paragoto y Pitagotaro, la comen por uicio, pudiendose pasar sin hella por ser gente muy proueida de todo genero de comidas, asi de carnes monteses como de pesquerias y mantenimientos de la tierra y todo genero de aues. Tenian por costunbre de hazerse muy grandes conuites los vnos a los otros, que comunmente entre españoles llaman borracheras: hazian hen ellas muy grandes gastos; dauanse entre hellos muy grandes dadiuas y presentes, conforme al posible que cada uno tenia. Vsauan de medicos que los curasen, a los quales llamauan Picache547. Hera costunbre y lei guardada entre hellos que el medico auia de dar sano al enfermo que entre manos tomaua y se le pagaua muy vien su trauajo, donde no, si el enfermo moria, el medico pagaua con la uida; costunbre por cierto que si entre nosotros se guardara yo fio que vuiera cesado la medezina, por no obligarse ni sugetarse los medicos a tanto como esto, y an por uentura ouiera auido menos ynconuinientes y aun menos enfermedades, segun la opinion de algunos, porque a las uezes algunos desordenados rregimientos que los medicos dan son causa de mayores enfermedades. Estos medicos o piaches tenian su particular trato y pacto con el demonio.
Vn honbre que yo conosci, que andaba por estas provincias mucho tienpo, me certifico que estando el escondado548 en vn buhio sin ser uisto del medico o piache, entro este ministro a hablar con el demonio, a quien el no pudo uer, y que los oyo hablar el vno con el otro en lengua de yndios y de pajaros y en otras formas y maneras que el no pudo entender. Otros mucho auido que me an zertificado auer uisto a los mohanes o xeques de los yndios hablar con el demonio, a quien hellos jamas an podido uer, mas de oylle hablar con los xeques, y por esto me pareze que se puede dar algun credito a lo demas.
Y acostunbrauan los señores de aquellas prouincias dar a los capitanes españoles presentes de oro y esclauos que abian en las guerras que con otros sus comarcanos tenian; y si los españoles o capitanes no querian rresceuir los presentes que les dauan, enojauanse muy de ueras con ellos y decian que se declarasen por sus enemigos; mas yo se cierto que pocos auia de no querer rresceuir las dadiuas de los yndios.
El numero de mugeres que cada casique tenia no me lo supieron dezir, mas de que cada uno tenia muchas, y entre aquellas vna mas principal a quien todas las demas respetauan, y ouedecian.
A los señores que son superiores y mas principales en las prouincias, se les hazia guardia cada noche en sus propios549 zercados, queran muy sontuosos y grandes, y hechos de grandes arboles, con quatro puertas, en cada quadra la suya, de la forma y echura que el zercado de Guaramental que hen el libro pasado tratamos, y con las mismas provisiones y despensas. La guardia se hazia con seiscientos yndios de guerra, que los trecientos uelauan la media noche y los otros trecientos la otra media; y esto vsauan los yndios especialmente quando andauan españoles en sus prouincias. El Capitan a quien le cauia la vela si hazia falta hen ello pagaua con la uida, y sus hijos y mujer quedauan por esclauos del casique o señor. A los yndios no se les hazia castigo alguno.
Azerca del suceder o heredar de los Estados es la costunbre estraña de otras partes, porque en esta tierra los heredauan el hijo menor de la principal muger, y no el mayor ni el segundo ni ninguno de los otros; y si el menor muriere antes de heredar el siguiente hijo heredaua.
Tenian los señores sus sotos e coto de caza y lagunas de pesqueria, y qualquier particular que hen ellos entraua a pescar o a cazar tenia pena de muerte, y sus uienes perdidos y confiscados y sus hijos y mugeres esclauos del casique. Si los señores yban algunas guerras peleauan personalmente, teniendo por su escudo y anparo tres o cuatro yndios, por entre los quales disparauan sus flechas, y aunque sobre estos yndios que estauan por escudo de su casique caian mucho numero de flechas no se auian de menear ni mudar sino si halli los matauan alli se abian destar. Eran muy temidos, acatados y rreuerenciados los principales y señores de sus sujetos, y aun muy amados y queridos dellos. En los mortuorios de los casiques ó señores se usauan los rritos y zerimonias que dire. Tomauan el cuerpo del casique muerto, y enbijanuanlo todo, que es dalle color o untallo con vn betun colorado de que generalmente todos los yndios de las Indias vsan, y conponienlo de todas las joyas de oro y quentas que en uida tenian de mas estima y balor, y asentabanlo sobre una barnacoa o cañizo que tenian o le hazian a posta, y luego le ponian fuego por deuajo tenpladamente, de suerte que se yua consumiendo el vmor del cuerpo y no quemando, y alli lo tenian asta que se acauaua de tostar y secar muy bien, lo qual turaua algunos dias, en los quales ocurrian todos los suditos del señor y moradores circunvezinos a dar el pesame a la madre o parientes del muerto; en el qual tienpo tenia por ofizio vna yndia bieja de salir a la plaza o sitio donde el cuerpo del casique estaua secando, conpuesta de ciertas sartas de corales a manera de pretales de cascaueles, y con vn paso y senblante triste, al son que los cascaneles hazia, cantaua con triste canto las proecas y valentias que en su uida hizo el muerto, unas vezes sacando a uista de todos el arco con que peleaua, otras las flechas, otras la macana, otras la lanza, y asi discurria por todo lo que auia que sacar, no callando en sus lamentables endechas las fiestas, conuites y rregocijos y otras cosas que a hella le parecian que heran grandeza de señor; lo qual turaua, como e dicho, el tienpo que se tardaua en consumir la umidad del cuerpo, y aun la carne, hasta quedar los guesos solos; e ya que no abia mas que el fuego por gastar, linpiaua muy bien los guesos de la seca carnosidad que encima les quedaua, y untandolos con uija, metianlos en vn cataure o zestillo y colgauanlos en la cunbrera de su buhio.
Para este dia de esta vltima cerimonia, los parientes del muerto tenian aderezado muy largamente de comer y beuer a su modo de todos los generos de comida que podian auer de los que hellos vsauan; y en vna plaza donde se auia echo las antecedentes zirimonias, tendian en el suelo muy gran cantidad de tortas de casaue y sobre hellas muchas pressas de venado asado en baruacoa, y sentandose por su horden, los principales primero, comian y beuian y aun se enborrachauan muy bien, y conclusa la comida se concluye el llanto y tristeza y cada qual se boluia a su casa, y si en el ynterin que se hazian las zerimonias dichas en el casique, llegaua algun español y les tomaua de las joyas que el muerto tenia sobre si, no osauan contradecirselo aunque pudiesen, antes con muy grandes rruegos se lo tornauan a comprar como si no fuera suyo, y le dauan por ello mas de lo que valia por parezelles que yria descontento el muerto sin su hazienda y joyas.