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Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo I», sayfa 5

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CAPITULO SIETE

Como estando los españoles divididos se juntaron mucha cantidad de yndios y binieron a sacar de poder de los españoles a su caçique, y como Miçer Anbrosio enbio a Gascuña a Coro por mas gente y soldados.


Dende39 a pocos dias algunos soldados quisieron pasar adelante, sin haçer en esta provinçia mucho asiento, mas Miçer Ambrosio, biendo la fertilidad de la tierra y las muestras de oro que en aquellas primeras vistas abia abido, considero que podia aber en esta provinçia alguna parte de lo mucho que deseaba, y asi, con acuerdo de los mas, determino entretenerse en esta provinçia algunos meses hasta ber y avn aber toda la rriqueza que en la tierra abia, con la qual rresoluçion enbio luego vn capitan o cavdillo con la mitad de la gente, que serian nobenta honbres, a ber lo que abia en çiertas poblazones que çerca de alli estaban, y el se quedo en su alojamiento con la demas gente y con el caçique y los demas prinçipales.

Los yndios desta provinçia, viendo que mucha parte de la gente española andaba fuera del canpo, pareçioles que era tienpo oportuno y que se les ofreçia ocasion en que pudiesen rrecobrar a su caçique o señor, con lo demas que en la guaçabara perdieron; y no perdiendo tienpo se conbocaron y juntaron, según afirman personas que se hallaron presentes, mas de diez mil yndios de gerra y bien adereçados, conforme a su vso y costumbre de militar. Metidos en la cantidad de canoas que para tanta gente era menester, se vinieron nabegando hazia el rreal de los españoles; y segun pareçio despues, estos yndios, como abian visto yr fuera los españoles que se a dicho, creyeron que en el alojamiento quedaban muy pocos, a los quales façilmente desbaratarian y matarian; y como saltando en tierra y llegando a donde el governador Miçer Ambrosio estaba rrancheado, viesen la gente que con el estaba, se les mudo el animo de tal suerte que jamas ninguno de ellos se atrevio a prinçipiar la guaçabara ni acometer a los españoles, sino como honbres desatinados, començaron a deçir que les diesen su caçique muy porfiadamente y con muchas bozes. El Governador, conoçiendo la pusilanimidad y cobardia que los yndios consigo trayan, mando a los españoles que se estuviesen quedos, y no les consintio que moviesen las armas contra aquella amedentrada gente, y al qual asi mesmo mando que dexasen luego las armas, donde no que alli serian todos muertos por su gente. Y los yndios, como estaban de suyo tan acobardados y perdido el animo, y de nuebo los amenazaba Miçer Anbrosio, obedeçieron luego su mandado, y soltandolas todos en el suelo, se rrindieron a boluntad y merced del Governador. Dizen los que presentes se hallaron, como por cosa de maravilla, que era tanta la cantidad de armas que estos yndios trayan, que juntas y hecho vn monton, no se pareçia vn honbre de a caballo de la otra parte. Yo no tengo esta maravilla por tal, pues sabemos que en la Nueba España y en el Piru este ayuntamiento de armas, que aqui eran arcos y flechas y macanas, alla era oro y plata; y en la Nueba España se junto en la plaça vn monton de oro y plata que no se pareçian dos honbres, el vno puesto de la vna parte y el otro de la otra; y en el Piru fue de mucho mayor numero.

Mando Miçer Anbrosio a los yndios que se bolviesen, y que si querian llevar o aber a su caçique, a quien benian a buscar, le traxesen çierta cantidad de oro que el alli les señalo. Los yndios se bolvieron y fueron paçificamente, sin hazer mas acometimiento ni daño en los españoles del que se a dicho, dexando sus armas, que por hartos dias sirvieron de leña para las coçinas de los españoles; y metiendose o enbarcandose en sus canoas se bolvieron a sus poblazones.

La gente que abia ydo a descubrir, bolvio desde a pocos dias con algun oro, que generalmente, en toda esta provinçia, lo tenian los yndios, y oy dia lo tienen.

Estubose Miçer Ambrosio en esta rrancheria o alojamiento haziendo entradas o correrias de vna parte a otra casi vn año, en el qual tiempo, asi de lo que rranchearon y tomaron forçiblemente a los yndios como de lo que les daban de presentes y el caçique dio por su rrescate, obieron el gobernador y sus soldados mas de setenta mil pesos de buen oro. A cabo deste tienpo, ya que estaba arruynado y corrido y esquilmado todo lo que en esta provinçia de Tamalameque abia, acordo Miçer Anbrosio pasar adelante con su descubrimiento y jornada, y pareciendole poca gente la que tenia para tan larga entrada como se le ofrecia, porque de la gente que de la laguna saco se le abian muerto, asi en la gerra como de enfermedades, mucha parte de sus soldados(A), acordo enbiar vn cavdillo con algunos soldados y alguna parte del oro que alli se abia abido a Coro, para que juntase toda la mas gente que pudiese, dandoles todo abio del oro que llevasen y con toda brevedad bolviesen y le siguiesen por el rrastro y vestigio de la derrota que el de alli tomaria. Y para este efecto nombro y señalo a vn capitan Gascunia o Gascuña, natural de Arebalo(B), y le dio veynte y cinco soldados, y asi los sesenta mil pesos, que era parte del oro que se abia abido en esta provincia de Tamalameque, para que con aquella ostentacion y muestra de rriqueza mobiese los animos de los soldados y los atraxese asi, para que con mayor voluntad lo siguiesen.

Partiose Gascuña con la gente que le fue dada, la buelta de Coro y provinçia de Venençuela, de cuyo viaje en el siguiente capitulo trataremos largo, y el gobernador Miçer Ambrosio por entonçes se quedo alli en el alojamiento y rrancheria de Tamalameque, y donde a poco tiempo alço su canpo y siguio su40 viaje y derrota en la forma que adelante se dira.

NOTAS AL CAPÍTULO VII

(A) Según Oviedo y Baños, la falta de gente que obligó á Alfinger á enviar por socorro á Coro, no fué debida exclusivamente á las muertes por la guerra y enfermedades, de que habla el Padre Aguado, sino también á que muchos soldados, descontentos, se habían retirado á Coro fugitivos, «no pudiendo tolerar el áspero natural de Alfinger, ni el modo tan extraño que tenia de gobernar, castigando por leves causas con azotes, horcas y afrentas á muchos hombres de bien por mano de un Francisco del Castillo, que era su maestre de campo, hombre cruel y de malvada intención». (Historia de Venezuela, tomo I, cap. IV.)

(B) Gascunia, Gascuña ó Bascuña, le llama el Padre Aguado. Oviedo y Baños le nombra Iñigo de Bascona; Fernández de Oviedo le apellida Vascuña, y Castellanos, Vasconia.

CAPITULO OCHO

En el qual se escrive como metiendose Gascuña por los despoblados y arcabucos de la culata de la laguna, perecio de hanbre el y todos los demas que con el yvan.


El capitan Gascuña o Bascuña puso en prosecucion el mandamiento del gobernador, y tomando consigo el oro que se le abia dado, que como he dicho, fueron sesenta mil pesos y sus veynte y cinco conpañeros españoles, començo de caminar la buelta de Coro, por muy diferente camino del que abia traydo con su Gobernador, porque como el paraje donde a la sazon estaban era mas arriba de la culata de la laguna de Maracaybo, pareçia por buena conjetura que atravesando o bojando41 por tierra la serrania que por alli abia, yr a salir de la otra vanda de la laguna, sin tener neçesidad de atrabesar aquel ancho lago42 ni desandar el camino andado, que le parecia mas largo del que por donde pensaba yr podia ser.

Estas consideraçiones les salieron muy al rrebes a Gascuña de lo quel abia traçado, porque en apartandose del rreal luego atrabeso la cordillera que entre la laguna de Maracaybo y el rrio grande de la Magdalena esta, que es la que emos dicho llamarse la cordillera del valle de Vpar, y trastornando la sierra a las bertientes de la laguna, camino algunos dias por tierra alta avnque montuosa y mal poblada, y avnque de los altos destas sierras vio Gascuña a toda la tierra que por delante tenia, por la qual abia de atrabesar, era cubierta de muy altas montañas y arcabucos y lo mas della tierra llana que por la mayor parte suele estar anegada y cubierta de aguas, no considero el daño que de seguir por alli su viaje le podia venir, mas entendiendo que todo seria aconpanado de algunas raras poblazones, como en los altos de aquella cordillera las abia, paso adelante con sus conpañeros, y caminando algunos dias por despoblado, siguiendo la trabesia de la culata de la laguna sin que ningun camino le guiase, apartaronse tanto de las poblazones que a las espaldas dexaban, que quando quisieron bolver atras no pudieron por rrespecto de que se le abia acabado la comida que llevaban, y sin ningun reccurso de mantenimiento, con solo la esperança de hallallo adelante, abian caminado çiertos dias con solo comer algunas hojas silvestres que en aquellas montañas cojian. I como mientras mas adelante caminaban mas la hambre los maltrataba, de tal suerte que no solo no podian llevar sus armas mas casi ni avn menear sus personas, consumidas las fuerças de hombre, acordaron poner o dexar el oro escondido o enterrado en vna parte señalada, para que si saliesen a poblazones despañoles o de yndios pudiesen bolver por ello.

Mas a estos soldados, y avn casi a los que con Miçer Ambrosio quedaron, le fue este oro y rriquezas el açote y castigo que al consul Quinto Cipion43 y a sus comilitones les fueron el saco y rrobo que en Françia hicieron, quando tomando y entrando por fuerça de armas a la çiudad de Tolosa, no solo rrobaron lo que los del pueblo tenian, mas entraron en el tenplo de Apolo, a quien aquellos çivdadanos servian con mucho acatamiento, y saqueando el tenplo, como a las demás casas del pueblo, rrobaron del ciento y diez mil libras de oro y çinco millones de libras de plata, y así el consul Quinto Çipion, como todos los que partiçiparon deste rrobo, murieron desastrada y miserablemente, segun que en su Istoria mas largamente se rrefiere este caso.

Gascuña y su gente enterraron estos sesenta mil pesos al pie de vna çeyva, arbol muy grande y señalado en aquella comarca, y casi dexando sus coraçones alli soterrados con aquel metal, començaron á caminar por aquellas montañas, a ver si podian hallar algun genero de comida de qualquier suerte que fuese; y viendo que no lo hallavan y que las naturales fuerças casi del todo les yvan faltando, començaron a matar algunos yndios e yndias de las que consigo llevaban para comer de ellos, ymitando en esto la brutalidad de los animales yrraçionales, que faltandoles el vso de la rrazon, muchas veces muerden y comen los vnos de44 los otros, comian de aquellas carnes humanas tan sin asco ni pabor como si se obieran criado en ello y para ello. Mas no es de marabillar que honbres vsasen deste genero de crueldad por rremedio contra las angustias de la hanbre, pues escriviendo Josepho en sus Istorias, y lo rrefiere Evsebio en el terçero libro de la Istoria eclesiastica, en el capitulo segundo, que tiniendo Tito cercado a Jerusalen, y abiendola ya entrado o tomado, sobrevino tan grande hanbre en la çivdad que vna muger que bivia rribera del rrio Jordan, de la aldea de Benzob, llamada Maria, hija de Lazaro, muger rrica y de noble linaje, hallandose en aquellos dias en Jerusalen, con vn cuchillo, por su propia mano, degollo a su hijo, partiendolo por medio, puso luego la mitad al fuego, y asandola, se la comio, y despues vino a comer la otra mitad, cosa por cierto de grande admiracion y que parece escandalizar solo el oyrlo. Yo, a lo menos, por tan castigo de Dios tengo la hanbre y calamidad destos soldados, por los rrobos, fuerças y muertes y otras crueldades e yncomodidades de que con los yndios abian vsado, como el que vino sobre Jerusalem en los tiempos rreferidos de suso.

Viendose ya de todo faltos de rremedio y que las fuerças naturales los desanparavan del todo y que ya no les abia quedado ningun yndio a quien tan rrabiosamente pudiesen sepultar en sus entrañas para conservaçion de ellas, començaron a esparçirse y dividirse por entre aquellas montañas y arcabucos, donde la hanbre los consumio, asi al capitan como a todos los mas de los soldados, de quien no se supo mas nueba, eceto quatro de ellos que, o por ser mas animosos o mas rrobustos, pudieron conservar mas tiempo las fuerças y el animo, los quales, caminando por donde su ynfortunio los guiaba, fueron a dar a vn rrio que casi entra en la laguna de aquella parte donde Merida esta poblada, rriberas del qual se sentaron a descansar, porque les pareçio, por algunas señales que en el vieron, que era rrio poblado y que navegaban yndios por el, con esperança de que Dios encaminaria por alli alguna canoa de yndios, de donde pudiesen aber con que rremediarse y sustentarse.

CAPITULO NUEBE

En el qual se escribe el suceso de los quatro españoles que se apartaron de Gascuña.


Dende a poco tiempo que estos españoles pasaron a descansar rribera del rrio, para soportar mejor el tormento de la hanbre con la esperança dicha, açerto a pasar por alli vna canoa con yndios que yvan de vn pueblo a otro, a los quales llamaron los españoles con señas que les hizieron para que viniesen a donde ellos estaban. Los yndios se acercaron a tierra por ver y conocer que nueba gente era aquella; mas no se llegaron tanto que los españoles los pudiesen asir para matallos y comellos, como despues lo pusieron por la obra, y viendo que los yndios se llegavan rrecatadamente, solo les dieron a entender, con señales que les hizieron, la neçesidad que padeçian, rrogandoles que les truxesen alguna cosa de comer.

Los yndios, por el senblante o aspeto que en los españoles vieron, entendieron lo que les pedian y abian menester, y asi se fueron el rrio arriba a donde tenian su poblazon, y tomando la comida que les pareçio que era bastante para tan poca gente, bolvieron a donde los españoles estaban, los quales, como los vieron bolver, pareçiendoles que el mantenimiento que podian traer seria poco, determinaron que se tomasen los yndios y se matasen y asasen en barbacoas45 para guardar y tener de respecto para su comida. Los yndios llegaron sinçeramente, sin rreçelo de rreçebir daño ninguno de los españoles, a quien con tan buena voluntad trayan de comer, y saltaron en tierra, sacando el mayz y otras rrayzes y legunbres que trayan. Los españoles, desque los vieron que les pareçia que podian ser señores de ellos, cada vno echo mano de su yndio para poner por obra lo que antes abian tratado, y como su flaqueza era tanta y sus fuerças tan pocas, poca fuga fue menester para que los yndios se soltasen de sus manos; y visto que los yndios se les yvan, juntaronse todos a vno de los yndios, y asiendose del lo mataron y despedaçaron muy liberalmente y asaron en barbacoa para su sustento.

Esto de asar46 en barbacoa esta carne es vna costumbre casi general en las Indias entre algunos yndios, los quales jamas acostumbran a salar carne ni pescado, avnque tengan bundancia de sal, mas haziendo vnas barbacoas que no sean muy altas del suelo, que son vnas estacas hincadas en tierra, del altor que les pareçe, encima de las quales hazen vn cañizo algo rralo de varas que llaman barbacoa, y alli ponen la carne a asar y mucha candela debaxo, hasta que se consume todo el xugo y vmor y queda del todo seca: y con esto se entretiene mucho tiempo la carne, avnque sea de puerco, y el pescado y todas otras cosas que despues de muertas se pueden corronper y dañar; y a falta de sal, los españoles, en las jornadas y nuevas poblazones se aprovechan deste vso de los naturales, y asi lo hizieron estos de quien al presente vamos hablando; que muerto su yndio y hecho sacrifiçio del a su dios el vientre, lo asaron en barbacoa por sus puestas47, y luego alli comieron el asadura, pies y manos, y el menudo, con tanta alegria como si fuera de otro animal de los acostumbrados a comer entre cristianos.

Y rrecelandose que los yndios que se escaparon de sus manos no conbocasen gente y viniesen sobre ellos, acordaron de yrse de donde estaban, y asi començaron a caminar rribera arriba de aquel rrio todos ellos, eceto vno llamado Françisco Martin, que por tener vna llaga en vna pierna muy enconosa no pudo caminar y le fue forçoso quedarse alli; y los demas, prosiguiendo su desesperado camino el rrio arriba, padeçieron como todos los otros avian hecho y acabaron sus vidas con bien largas y penosas muertes. Y porque en lo deste capitulo me queda y en el siguiente, he de deçir el subçeso deste Françisco Martin, que por la enfermedad de su pierna no pudo seguir a sus compañeros en la muerte como los abia seguido en la bida, dire lo que este honbre hizo, antes de llegar a este rrio.

Andaban sus compañeros y el tan acosados de la hanbre que se podia bien dezir por ellos que rrabiaban de hanbre. Cupole a vn yndio que les abia que dado la suerte del sacrifiçio, y asi lo sacrificaron y mataron, dandole por sus propias manos la muerte, porque fuese mas açeto. Estando haziendo puestas o pedaços el cuerpo muerto, para dar a cada vno su parte, quitaron el mienbro genital, como cosa mas ynmunda, y echaronlo a mal, lo qual, como biese este Françisco Martin arremetio a el y alçandolo del suelo, sin esperar a ponello en el fuego se lo comio asi crudo, como se abia quitado del cuerpo; que fue cosa por çierto, no de honbre sino de mas que bruto y carniçero animal; y por esto no quento la diligencia que todos ponian en que no se perdiese cosa ninguna de lo que en vn cuerpo humano ay. La sangre no era menester llegalla al fuego, porque en abriendo el muerto, con las manos la sacaban y se la bebian, y avn como suelen deçir, se quedaban lambiendo las manos; y por no ser molesto no quiero pasar adelante con estos abominables enxemplos de crueldad.

Este honbre llamado Françisco Martin, permitiendolo Dios, para questos castigos fuesen notorios, vino a escapar con la vida y a bolver a poder y conpañia despañoles de la manera que por el discurso desta Istoria se vera; mas para llegar a este tiempo paso muchos trances que tanbien ire declarando. Viendose el triste solo en aquella playa o rribera donde sus conpañeros lo abian dexado, acordo echarse el rrio abaxo, pareçiendole que pues por alli nabegaban canoas, que no dexaria de aber algunas poblazones donde, o le conservarian la bida o con mas brevedad lo despenarian. Sabia nadar, y ayudandose de vn madero o palo grueso que alli hallo, se hecho por el rrio abaxo, y giandolo sus hados fue a dar a vna poblazon de yndios que en la rribera deste rrio estaba, gente de buena dixistion o condiçion, los quales como lo biesen, admirados de ver vn honbre barbado y tan blanco, cosa que ellos nunca abian hasta entonces visto, lo tomaron y lo llevaron al caçique y señor de aquella prouinçia, el qual, con la misma admiraçion que sus vasallos, lo mando recojer y tener en su casa por cosa de grandeza, sin hazer ningun mal ni consentir que se le hiziese por ninguno de sus subditos.

CAPITULO DIEZ

Como prosiguiendo Miçer Ambrosio su jornada, paso por el rrio del Oro y provincia de Guane, y fue a salir a los paramos y tierras donde agora esta poblada la ciudad de Panplona.


En tanto questas cosas subçedieron al capitan Gascuña y a su gente, el gobernador Miçer Ambrosio, despues de haberse entretenido algunos dias en aquella provinçia de Tamalameque, porque el socorro que de Coro le viniese y Gascuña le truxese, con más façilidad lo alcançase, prosiguieron su viaje y descubrimiento por lo baxo de la cordillera ó sierra48 que confina con las rriberas del rrio grande, avnque algo apartado del; porque se debe notar que por desta parte del rrio grande por do Miçer Anbrosio caminava sienpre ay tierra llana entre el rrio y la sierra que va casi subçesive hasta sus nacimientos, y esta serrania que va sienpre á bista deste rrio grande, toda es rramos y gajes que quiebran de la cordillera que desde Chile viene entera çiñendo y rrodeando casi toda esta parte de Tierra Firme, donde está poblado el Piru y Chile, los Charcas, Quito y Nuebo Rreyno, y la gobernaçion de Venençuela, y otras gobernaçiones y provinçias, lo cual parece ques diviso de la tierra de la Nueba España y Florida y esotros Rreynos que de aquella parte están. Por la mucha angostura y estrechura que entre estas provinçias hace la tierra, desde el Nombre de Dios, poblado en la mar del Norte, a Panama, poblado en la mar del Sur, que de vn pueblo á otro, o del vn mar al otro ay deziocho leguas, antes menos que mas, y esta estrechura que aquí haze la tierra parece que divide estos dos grandes Rreynos y provinçias, la vna de la otra, no embargante que toda es Tierra Firme y que de Nueba España se pude yr a Piru y a Chile por tierra y andar toda la rredondez de aquesta quarta parte del mundo, desde la tierra que dizen del Labrador, que cae bien debaxo del Norte, hasta el estrecho de Magallanes, que por el contrario esta ó cae casi debaxo del Sur, que casi pareçe questas dos provinçias estan frontera la vna de la otra metiendose el Oçeano mar en medio, que haze hazer a la tierra vn ancon al Ocidente, cuyo rremate es el estrecho que he dicho, donde esta poblado el Nombre de Dios y Panama.

Siguiendo Micer Ambrosio aquesta serrania, sin dexar el rrio grande que llevaba a la mano derecha, camino algunos dias con buena esperança asi de lo que adelante esperaba hallar como del socorro y a ayuda que con el capitan Gascuña le abia de venir, y pasado algun intervalo de tienpo y viendo la tardança del socorro, y que la tierra por donde yva era muy enferma a cavsa de las ynundaçiones que el rrio grande por alli hazia, con que se crian muchas sabandijas y mosquitos de todas suertes, que les era a ellos plaga y muy pesada carga, aviendolos de sufrir por fuerça, con cuyas picaduras se cavsaban llagas e hinchazones en las piernas a los soldados y en las manos y en otras partes de sus cuerpos, determino y acordo Miçer Anbrosio meterse en las sierras, porque generalmente toda tierra alta en las Indias es mas sana que la baxa, y a esta sazon estaba en el paraje de las provinçias donde agora esta poblada Panplona; y poniendo en efecto sus desinios y determinaçion començo a marchar con el campo y gente que hasta aqui le abia quedado, por tierras muy asperas y faltas de comida, con que se les acreçento o doblo el trabaxo a los españoles, y quedandose algunos que con la flaqueça y falta de fuerças no podian subir la aspereça de las sierras por los arcabucos y montañas, eran muertos de tigres y otros animales que por estas tierras se crian, fue a salir Miçer Anbrosio a donde agora dizen el rrio del Oro, que avnque esta çerca de la çivdad de Panplona es termino de la çivdad de Velez, en cuyos vecinos estan encomendados los naturales del, de quien trataremos mas particularmente a su tiempo.

Llegado aqui Miçer Ambrosio, traya su gente tan fatigada de hambre que casi no podian caminar ni en aquella parte del rrio donde abian llegado y estaban no abia poblaciones ningunas de yndios de do pudieran aber algun rrecurso de comida; y porque caminando de aquella suerte era acrecentar los trabajos a los soldados y ponerse en abentura de perderse todos, como subçedio a los de Gascuña. Hallose cerca de vna çienaga o lago pequeño que en aquella parte estaba, en el qual se criaban mucha cantidad de caracoles, que fue vn particular rremedio para tolerar algo su hambre, de que se sustentaron muchos días, porque proveyo Dios que fuesen en tanta abundancia que bastasen alimentar toda la conpañia. Y de alli evbio vn cavdillo llamado Esteban Martin con sesenta hombres de los más sanos y en mejor dispusiçion para caminar, a que fuesen a descubrir algunas poblazones, porque alli donde estaban abian hallado algunos rrastros y bestigios de naturales que les abia dado esperança de hallallos çerca de alli: y avn les abian puesto a todos animo con la esperança que tenian para mejor caminar y seguir su descubrimiento.

Partiose Esteban Martin, y caminando a la provinçia de Guane, que esta cercana al rrio del Oro y es sufragana a la çiudad de Velez, donde hallo mucha cantidad de naturales y abundancia de comidas, y rreformandose alli y descansando con sus compañeros, rrecogió la comida que pudo llevar en las pieças o yndios que consigo traya y con otros que en esta provinçia de Guane abia tomado, y dio la buelta a donde Miçer Ambrosio abia quedado, llegando a cabo de veynte dias de como se aparto del, que en todo este tiempo Miçer Ambrosio y los que con el quedaron no se sustentaron ni comieron otra cosa mas de los caracoles que de la çienega o lago que he dicho podian sacar.

Holgose el Gobernador y toda su gente de las buenas nuebas que le traya Esteban Martin, y luego otro dia siguiente marcho con toda la gente junta la buelta de Guane, por el camino que el cavdillo y gente que abia enbiado descubrieron; y llegados a Guane se entretuvieron algunos dias a descansar y rreformarse, por venir tan maltratados y cansados del camino pasado quanto de lo dicho se puede colegir y conoçer. Desde esta provinçia de Guane camino Miçer Ambrosio con toda su gente junta hazia los paramos que agora son territorio de Panplona, tierra fria y poblada de muchos naturales. Estos paramos fue por donde despues andubo Hernan Perez de Quesada, hermano del adelantado Don Gonçalo Ximenez de Quesada, que despues de descubierto y poblado el Nuebo Rreyno por el dicho Adelantado, salio en descubrimiento de vna famosa notiçia que dezian de la casa del Sol, y llego a estos paramos y poblazones mas de diez años despues, y hallo los vestigios y rrastros desta gente de Miçer Ambrosio; y rreconoçida la tierra por algunos que con el yvan de los que abian escapado desta jornada de Miçer Ambrosio, dio la buelta y se torno al Rreyno, de do abia salido, como de todo esto hemos tratado mas largo en la Istoria del descubrimiento y paçificaçion del Nuebo Rreyno.

Entrado Miçer Ambrosio con su gente en los lugares dichos, hizo alli algun asiento con el canpo para mejor rreconoçer la tierra, y ver y determinar la derrota que abian de tomar, y hazer algunas correrias o entradas a vna parte y a otra con sus cavdillos, para rreconoçidos los alrrededores y las partes hazia donde se ynclinaba mas la poblazon de los naturales, seguir lo que mas les conviniese.

39.En la edición de Caracas, desde.
40.En la edición de Canarias, en por su. Debe ser errata de imprenta.
41.En la edición de Canarias, bajando por bojando.
42.Un borrón cubre la primera silaba de esta palabra.
43.En la edición de Caracas: Quinto Escipión. Asi debia ser, pero en el original se comete el error copiado aquí.
44.En la edición de Caracas a en vez de de.
45.Barbacoa significa aquí conjunto de palos de madera verde puestos sobre un hueco á manera de parrilla, que usan los indios para asar carne.
46.En la edición de Caracas: salar.
47.Como más adelante puede verse, puesta significa aqui pedazo.
48.En la edición de Caracas: tierra en lugar de sierra.
Yaş sınırı:
12+
Litres'teki yayın tarihi:
25 haziran 2017
Hacim:
690 s. 1 illüstrasyon
Telif hakkı:
Public Domain
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