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Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo II», sayfa 6

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Sigue una provanza eterna de algunos millares de foxas hecha por parte de Heredia.

Por la ausencia del Licenciado Vadillo después de echa la pesquisa y echos los cargos, suspendió Santa Cruz la residencia. Vuelve á ella y la prosigue, venido Vadillo, desde 29 de Agosto de 1539.

No hallo sentencia contra Vadillo, y seria perder el tiempo reconocer prolixamente vna docena de resmas de papel que tiene este proceso sin estar completo, compuesto la mayor parte de informaciones apasionadas echas con testigos de manga que deponian lo que quería el interesado.

Tampoco examino otra gran porción de provanzas y autos de la residencia que tomó Vadillo á Heredia, la qual carece de principios y fines y quizá de varios medios.

Observo que Vadillo tenia preso al governador Heredia en la carcel con prisiones y guardas. Santa Cruz le sacó de la cárcel, i le dió por cárcel su casa de Heredia mismo; i por esto su procurador comparece antel Juez en…

(Colección Muñoz, t. LXXXIX.)

VI

Licenciado Lorenzo de Paz de la Serna.– Por provisión fechada en Madrid el 14 de Julio de 1540 se manda á dicho Oidor de Tierra Firme que por quanto se ha proveido la Governación de Cartagena á Pedro de Heredia, tome residencia al Licenciado Juan de Santa Cruz i sus oficiales, i los descargos al licenciado Vadillo i sus oficiales, tomando en si las varas si todavia Heredia no fuese llegado á su Governación. Es recibido en el Cabildo de Cartagena, presente el licenciado Santa Cruz, en 29 de Diciembre de 1540, y se le entregaron las varas.

Los Tenientes de Santa Cruz á quienes tambien se toma residencia, son Francisco Verdugo, Pero Nuñez, i el Contador Rodrigo Durán, sus Alguaciles mayores Juan Graciano, Gabriel Cataño de Sandoval, Pedro Ordoñez de Peñalosa, estos fueron Tenientes de Alguacil mayor, Baltasar de Santa Cruz, Antonio de Alava, Tenientes del Cenú, Fernando de Olivares, García Pardo; Teniente de Mopox, Francisco Verdugo; Tenientes de Vraba, el veedor Juan Velazquez i Julián Gutierrez, Capitanes de Santa Cruz, Luis Bernal, Pedro Fernandez de Ocon é Alonso Monte.

El Juez pronuncia sentencia en Cartagena á 5 de Febrero de 1541, absolbiendo á Santa Cruz en lo que se le atribuía de parcialidad á favor de Heredia; le condena en cien pesos para la Cámara, y otros veinte para uno á quien llevó derechos demasiados; por haver puesto de Tenientes en las ciudades de Cartagena y Cataxapa á Juan Graciano y Baltasar de Santa Cruz, sus sobrinos y parientes, le condena en el tercio del salario de un año. Sobre una sentencia que mandó executar de cortar la lengua á un Diego Chamorro, haver embiado á rescatar y pedir oro á los indios; haver sido negligente en atender al buen tratamiento de los indios y haver disimulado los malos tratamientos y otras cosas, lo remitió á S. M. y Consejo. En lo demas le declara buen juez y provechoso á la República.

Santa Cruz, después de sus descargos, espone haver echo una buena puente, un muelle mui util para cargar y descargar, un camino mui util, carnicería, pescadería, carcel, libros de provisiones, de asiento, de presos, etc. Haver puesto recaudo en la hacienda, penas de Cámara y bienes de difuntos; haver sido mui vtiles sus entradas, que la gente que con él fue huvo más de 60.000 castellanos y S. M. mas de once mill (se inserta una larga provanza sobre la entrada del Urute). Haver desmontado el arcabuco que estava en el puerto y al rededor de la ciudad que era dañoso á la salud, quitava la vista del mar é inundaba el pueblo de mosquitos enojosos que se han quitado. Haver echo muchas crianzas y labranzas que no havia, y poblado la villa de Santa Cruz de Mopox, que dice ser el mejor pueblo de la Governación.

Siguese el pleito de residencia por apelación con el Fiscal del Consejo en Junio de 1541.

(Colección Muñoz, t. LXXXIX.)

VII

En carta del licenciado Miguel Diez de Armendariz al Emperador, fechada en Cartagena á 24 de Julio de 1545, se dice:

La residencia del adelantado Heredia i sus tenientes tengo casi en conclusión, i con todo no se quando verá el fin, según las mañas, cautelas i osadias que hallo. No ha holgado tentacion contra mi, ni dolencia contra las provisiones de V. M. El Adelantado i su hermano Alonso, Teniente general, vinieron en 18 de Abril á mi Audiencia con peticiones recusando á mi i á todos los vecinos i moradores de Cartagena, Santa Marta, Nuevo Reino, Popayán, i Rio de San Juan. El 22 se apartaron de la recusación, ofreciendo responder á los demandantes. En 17 Mayo el Adelantado, teniendo Casa por Carcel, saliose i ibase al puerto para huirse, segun fui avisado, i después confesó de plano.

El Adelantado Heredia quando se iba á las minas de Buritica, repartió la tierra en la villa de Santiago de Tolu después de la fecha de las Nuevas Ordenanzas i dubdo ú prefirió á conquistadores. Esto cumpliré si no se hubiere guardado.

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

VIII

El licenciado Miguel Diez Armendariz, en carta dirigida al Adelantado Belalcazar, fechada en Santa Fe el 27 de Abril de 1547100 dice:

Al Adelantado Heredia embié á España solo por no haver cumplido las provisiones de S. M., la de que no fuese á Antiocha, i no haver guardado de franceses á Cartagena, como lo tenia S. M. mandado. A su hermano Alonso enbio asi mismo en seguimiento de una apelación de sentencia de muerte pasada en cosa juzgada. Por lo demás, á todos sus deudos he dado de comer, casado dos sobrinas, i otra debda suya sobrina de Miguel Gerónimo de Ballesteros, su primo, Dean de Cartagena, etc.

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

IX

En carta fechada en Cartagena á 20 de Noviembre de 1545, decia el licenciado Miguel Diez de Armendariz á los Oficiales de Sevilla:

«Embio preso al Adelantado Heredia, aunque sin prisiones á Vm.s, que cuidaran de enbiarlo con recaudo ante S. M. i Consejo.»

En otra carta, fechada en Cartagena á 2 de Enero de 1546, dijo el mismo licenciado al Emperador:

«Despachada la visita (ó la residencia) embio en estos navios al Adelantado Heredia, su hermano Alonso, i Damian Peralta de Peñalosa, su deudo i Teniente de la villa de Mopox. A los Heredias nada se les ha podido sacar de costas so color de extrema pobreza. Algunos sospechan tienen mucho oro enterrado, i dicen que en tiempo de la abundancia de sepulturas vieron al Adelantado comprar una tinaja, i luego no han parecido la tinaja ni un negro suyo.»

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

Aunque á primera vista resulta que hay contradicción entre ambas cartas, debe entenderse la primera como un mero anuncio de un propósito que no se realizó hasta la fecha de la segunda. Es decir, que Heredia no salió de Cartagena para España hasta Enero de 1546.

X

En la misma carta de 27 de Abril de 1547, antes citada, da el licenciado Diez Armendariz los siguientes detalles acerca de su vida:

«Mi tierra es vecina de Francia, i yo estuve en ella 4 años, los mejores de mi vida: no soi frances, soi viamontes». Dice que cumplió 40 años en 3 del presente mes (¿Abril de 1547?), i ha 27 anda fuera de su naturaleza, siguiendo letras: diez gastó en Salamanca, parte de los demás en Francia. «Fui Colegial en Salamanca, en el Colegio mayor de San Bartolomé, de donde lo fue el señor licenciado Gasca». Quien en esa casa entra ha de hacer tres informaciones: primera, de letras; segunda, «de linage; y tienese por provanza más que cierta, que no es judio ni toca en ello, sino que es de buena casta el que es dado por habil para ser elegido»; tercera, de costumbres, mui rigurosa, &ª.

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

XI

Al Emperador, y en carta fechada en el Nuevo Reino de Granada el 26 de Junio de 1547, dice Montalvo de Lugo:

Ha 27 meses que estoi preso i en residencia por solos 9 que fuí Teniente de Governador, quitados los repartimientos, haviendo Cédula del Príncipe para que se me buelvan, destruida mi hacienda, i adeudado, con malos tratamientos i trabajos de mano del Juez que ninguna justicia hace. Este es el premio de 14 años de conquistas por estas tierras, de haver governado con paz y provecho de españoles, naturales i de V. M., como tengo provado. Ni de la residencia resulta cargo sustancial, sino cosas impertinentes, como se verá. Armendariz es injusto, i solo procura su interese. A su primo, mui mancebo embió á tomarme las varas acompañado de personas apasionadas que estando aquí el Adelantado fueron huyendo, i entró en los pueblos deste Reino de noche secretamente, i luego en llegando ponía pena de muerte que ninguno me diese aviso, i asi vino haciéndose recibir hasta do yo estava. En llegando me prendió i embió á Cartagena do el Juez estava, que son mas de 250 leguas. El Juez me tornó á traer 6 ó 7 meses, i segun su manera de despachar creo no me sentenciará en otros 27 meses. – Escrivo esta temiendo sea tomada por el Juez, á la ventura, porque si tal yo la tuviese que llegue á V. M., tengo por cierto me mandará remediar &ª.

(Colección Muñoz, t. LXXXIV.)

CAPITULO DIEZ

En el qual se escriue la guazauara que los yndios del Cenufana dieron a los españoles, y como despues de auer llegado a la noticia en cuya demanda yban, se boluieron a Uraba.


Quando los españoles, llegaron a la poblazon de Abiue, yban ya tan faltos de todas las cosas, asi para su uestir como para sus cauallos, que casi los lleuauan de diestro, por no tener herraduras que les poner, y menos osauan caualgar en hellos por no despeallos101 de suerte que despues no se pudiesen menear y se les quedasen perdidos por el camino, cosa muy perjuicial para la salud de los propios españoles, porque como otras veces e dicho, es cierto que do quiera que los españoles entren sin cauallos, como aya cantidad de yndios, van a muy gran peligro de ser muertos y desvaratados, porque los yndios sienpren en la primera vista que con los españoles tienen, se les hazercan y se juntan con ellos muy bestialmente y sin ninguna horden, pareciendoles que son jentes ynferiores a hellos, pero después que son lastimados con sus espadas y atropellados con los cauallos, sin ser hellos poderosos para dagnificar a los españoles, cobran gran temor, el qual pocas vezes pierden y les pareze que todo el daño que an reszeuido, se lo an echo los cauallos, y asi tienblan de uer su terrible aspeto, y asi haze mas vn solo cauallo en vna guazauara que muchos soldados, y a esta causa, como hombres uaquianos que sauian y por espiriencia auian entendido quanto les ynportaua el conseruar y rreseruar los cauallos, los lleuauan rreseruados y de diestro sin echalles cosa alguna encima, porque como la tierra hera aspera y muy doblada y los cavallos yban descalcos o sin herraduras, estaua claro que si les echauan carga encima que en haciendo fuerza con las manos y pies, se les auian de gastar las uñas, y en faltandoles estas no auian de poder caminar, y finalmente, como luego se dira, por auer conseruado con tanto cuidado los cauallos, conseruaron los españoles que en esta jornada yban, las uidas.

Los yndios que auitauan y tenian sus poblacones junto o comarcanas a Abiue, como entendieron la partida de los españoles, determinaron juntarse y enboscarse junto al camino por do auian de pasar para hazer hen ellos algun daño. E asi para su hecho muy fauorable vna espesa o escura niebla que aquel dia por la mañana hazia, con la qual los españoles, priuados de poder uer la zedalada102, se metian descuidadamente hen ella, donde sino fuera con particular auxilio del cielo, no pudieran escapar; pero todo lo rremedio Dios por su misericordia, con que ya que los nuestros se yban hazercando a la enboscada las nieblas se alzaron de golpe y descubrieron de suerte que claramente se pudo uer la turba de los yndios que los estauan esperando, los quales como se uieron asi103 desnudos y desanparados del uelo que sobre si tenian, que los auia ocultado, y que ya heran vistos y sentidos de los españoles, comencaronse a retirar104 hazia una montaña que cerca tenian, y los españoles a seguilles hasta metellos y encerrallos en el arcabuco, donde estauan mas corrouorados y fortalecidos los yndios que los españoles.

A la segunda jornada despues de la salida de Abibe, llegaron los soldados á vn buen sitio llano y rraso y bien proueido de comidas y de muchas labrancas de maiz y de otras rraices y semillas que los yndios tenian para su sustento. Determino el capitan Cessar, con acuerdo de los mas y mejores, descansar algunos dias alli y rreformar la jente y los cauallos, para que llegasen descansados a donde el casique Cenufana estaua, porque segun las señales auian uisto, les parescian que no podian dejar de tener alguna guazauara o pelea con los yndios y con aquel varuaro que claramente les auia ynbiado a dezir que deseaua ya uellos buenos y gordos por gustar que sauor tenian sus carnes.

Auia desde este alojamiento al pueblo deste casique cinco leguas; pero el varuaro, desque sintio que los españoles se azercauan tanto, no quiso esperar a que llegasen a su pueblo, si no salillos a receuir al camino con la jente que tenia junta de toda aquella prouincia, que hera a la menor estimacion de los que con menos pauor los consideraron, mas de beinte mill yndios, los quales al seteno dia amanecieron puestos en vn cerro sobre el alojamiento de los españoles, todos a punto de guerra con sus macanas y dardos y piedra de que uenian muy preuenidos y aun cargados de grandes mochilas de guijarros escoxidos a posta para tener que tirar. Traian consigo sus mugeres con ollas y otros aderecos para guisar de comer de la carne de los españoles.

Estuvieron dos dias en el zerro, y al tercero, que tenian determinado de arremeter, talaron vnos grandes maicales y labranzas que entre sus alojamientos y de los españoles auia, y mandaron a sus mugeres que pusiesen grandes ollas de aguas a calentar, para pelar y lauar la carne de los españoles; y con esto tomaron las armas en las manos y comenzaron a mouerse contra los nuestros, los quales, considerando la multitud de baruaros que sobre si tenian, y que parecia cosa ynposible auer uitoria de hellos, encomendaronse a Dios y caualgando en sus cauallos, los quales auian herrado con pedazos de herraduras que para aquel menester avian guardado, se rrepartieron en dos partes y determinaron de salir al enquentro a los yndios, para con esta muestra de animo dar antender a sus contrarios que heran poderosos para pelear con ellos y rresistillos. Juan de Cespedes, con otros dos de a cauallo y algunos peones que los siguieron, arremetieron a un esquadron que por vna loma auajo se les uenian azercando muy despazio. El capitan Cesar y Martin Niañez en sus cauallos, con otros nueue o diez peones, hizieron rrostro a otro grandisimo esquadron de yndios que por otra parte se les azercaua, en el qual uenia el casique o señor del Cenu, y arremitiendo los españoles con los yndios por la horden que tengo dicho, comenzaron a pelear su guazauara tan reñida y trauajossa para los españoles quanto calamitosa para los yndios, porque los de a cauallo y los demas peones, en el punto que zerraron con ellos, comencaron a herirlos tan cruelmente que como hellos heran muchos y uenian muy juntos y desnudos, no auia mas de picar o dar estocadas y pasar de largo, y como los yndios beian caher yndios en el suelo y no beian boluer atras a los españoles, desmayauan y perdian el coraje y esperanza que de auer uitoria traian; y asi, despues de auer peleado buen rrato y de auer uisto el poco daño que en los españoles, guardados por voluntad de Dios, hazian, se comencaron a rretirar, y los españoles a seguillos asta metellos en los terminos de sus alojamientos, con perdida de gran numero de yndios que por aquel suelo quedaron muertos, cosa de que se admiraron y marauillaron mucho los propios españoles, y les parecia cosa ynposible auer ellos muerto tanta cantidad de yndios como despues de la guazauara se hallaron por aquel suelo, en tan poco tiempo como la pelea duro. De los españoles no murio ninguno, aunque todos los mas de los que pelearon salieron heridos, pero no de heridas mortales ni peligrosas.

Los yndios, visto105 que con aquella arremitida les auia ido tan mal, quisieron prouar su fortuna con la oscuridad de la noche, y dar en el alojamiento de los españoles. Fueron sentidos antes de llegar a donde los españoles estauan, y salieron a hellos algunos soldados de a cauallo y de a pie, solo hazer vna muestra y espantallos si pudiesen, porque no les convenia de noche trauar pelea con los yndios; pero los baruaros estauan tan admedrentados del suceso de la guazauara pasada, quen sintiendo que los españoles salian de sus alojamientos, boluieron las espaldas y se rretiraron tan llenos de miedo quanto sus hobras lo mostrauan, pues nunca fueron parte las ynportunaciones de las guias y lenguas que los españoles consigo tenian, que les animauan e yncitauan106 en su propio lenguaje materno a que arremetiesen con los españoles, diciendoles los pocos que heran y como entre hellos auia muchos de animo afeminado y muy neutrales; que arremetiesen briosamente a hellos y los lleuarian con la facilidad que el uiento lleuaua las pajas107.

Otro dia siguiente vinieron al alojamiento de los españoles dos yndios con gran temor y umilldad, los ojos puestos en tierra y casi tenblando de miedo, enbiados de su propio casique a pedir al capitan Cesar que les dejalle lleuar los cuerpos de vn hermano del señor o casique de aquella tierra y de un capitan, que auian sido muertos en la pelea, para enterrallos. Otorgoselo el capitan Zesar, y preguntoles como venian tan temerosos y amedrentados que aun los ojos no osauan alzar a mirar los soldados: dexeron que tenian gran miedo y temor dellos por tantos yndios como auian muerto el dia antes, y aquel que mas los auia temoricado y espantado auia sido vn honbre que con los demas españoles se auia hallado en la pelea sobre vn cauallo blanco y con vna espada en la mano, al qual ni a su cauallo no lo uian alli con los que presentes estauan, cuyas armas heran de gran rresplandor y lliustre y que en todo hera muy diferente de los demas que peleauan de cauallo, porque los otros lleuauan lanzas, y solo aquel peleaua con vna espada. Admirados los españoles desto que los yndios les decian, les mostraron todos los cauallos y soldados que en el alojamiento estauan, y claramente dixeron no ser ninguno de hellos.

Tomaron los yndios sus cuerpos muertos y fueronse adonde su casique estaua, con lo qual se lleuantaron los yndios del cerro108 que tenian puesto, y se rretiraron a sus poblazones y a otras partes, donde les parecia que podrian estar seguros de los españoles.

Pasados seis dias despues desta guazauara, el capitan Cesar con sus conpañeros paso adelante, en demanda de buhio del diablo de aquella prouincia, y llegaron a un rrio grande, donde los yndios tenian echa una puente109 para su seruicio, de maromas y bejucos, muy ancha y muy fuerte y de su echura muy admirable a los ojos de los que la uieron, pero estaua desconpuesta, porque a la ora que los yndios entendieron que los españoles pasauan adelante, desataron las maromas y sogas de la una banda y dejaron colgar y prender la puente a la otra parte, de suerte que les fue nezesario a los nuestros badear el rrio con sus cauallos; lo qual hizieron con arto trauajo y rriesgo de parescer ahogados, por lleuar mucha agua el rrio, pero por buena horden110 que se dieron, se les obo de hahogar vn soldado llamado Gonzalo Hernandez, natural de Alcantara, por querer pasar a hancas de su caballo una yndia, la qual tanbien se ahogo. Llamase este rrio del Guaca, porque en la rriuera del estaua el pueblo del casique, sin cosa que fuese de provecho, porque todo lo auian alzado y escondido los yndios, y el buhio o sepultura del diablo, al qual en aquella lengua llaman guaca, y de aqui toma la nominacion el rrio, como de cossa mas señalada y principal entre estos baruaros.

Estuuieron en este pueblo los españoles mas de veinte y cinco dias, rreformando y conualeciendo algunos que auian enfermado. Hallaron poco oro para lo que esperauan hallar, porque en vn buhiyelo111 pequeño y en el del diablo, solamente ouieron e hallaron seis mill pesos, y con lo que de otras sepulturas que cauaron juntaron entre todos hasta treinta mill pesos de buen oro, con lo qual dieron la buelta a Uraba por diferente camino del que auian lleuado y mas derecho, por el qual solamente tardaron poco mas de beinte dias en llegar a San Seuastian de Buenauista112 al cauo de nueue meses que auian salido della, sin que en todo este tiempo se oviese tenido noticia destos españoles ni de su cuceso113, y asi llegaron a tiempo que por tener ya perdida la esperanza del quel capitan Zessar y estos sus conpañeros parescerian, por tenellos por muertos, estaua el pueblo para despoblarse, y ciertamente hellos pasaran adelante y no boluieran atras si la falta del herrage para los cauallos no los constriñera a hello; por que la tierra que por delante tenian los conbidaua a que uiesen y descubriesen lo que a la uista se les oponia, que heran vnas largas y estendidas cauanas o canpiñas, avnque de tierra doblada, que corren asta Cali y aun asta Piru, sin auer arcabuco ni montaña de por medio, sino es entre Caramanta y Enzerma, dondesta vn pedazo de monte, pero todo lo demas es rraso y esconbrado de montañas que suelen ser fastidiosas y de gran pesadunbre y aun trauajosas para los caminantes.

100.La fecha, excepto el día, resulta ininteligible, pero Muñoz la deduce del texto de la carta.
101.De despearse, maltratarse los pies del hombre ó del animal, por haber caminado mucho.
102.Debe querer decir la celada.
103.En la edición de Caracas falta el adverbio así.
104.En la edición de Caracas: comenzaron á retirarse.
105.En la edición de Caracas: viendo.
106.En la edición de Caracas se omite e incitaban.
107.En la edición de Caracas: las hojas en vez de las pajas.
108.Cerro dice el original; pero debe querer decir cerco.
109.En la edición de Caracas: un puente. – Este cambio de género sigue en todo el párrafo.
110.En la edición de Caracas: buenas órdenes, que es más gramatical; pero no lo que dice el manuscrito.
111.Idem íd.: bohio.
112.En la edición de Caracas se hace aquí punto.
113.Cuceso, en lugar de suceso.
Yaş sınırı:
12+
Litres'teki yayın tarihi:
30 haziran 2017
Hacim:
510 s. 1 illüstrasyon
Telif hakkı:
Public Domain
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