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Páramo y cultura
Para León (2011), el espacio geofísico es sin duda determinante en las relaciones que los seres humanos construimos con nuestros entornos. Las características geofísicas de las montañas –de los páramos, en este caso–, dada la diversidad de pisos altitudinales, pero ante todo las dificultades del terreno, han conducido a que sus pobladores acumulen saberes sobre las posibilidades que ofrece cada uno de estos niveles para la producción agrícola, el pastoreo, la forestería y otras actividades. Este uso variado del espacio también ha determinado modos de cultura.
El autor considera que no se puede hablar de un sistema cultural de las montañas, sino de variadas respuestas culturales con tendencias comunes, que a la vez establecen diferentes relaciones sociales, entre ellas intercambio, ayuda mutua y parentesco. Estos vínculos privilegian los valores de reciprocidad, complementariedad y pertenencia, y los hacen prácticos mediante un sistema de obligaciones y correspondencias al cual son ajenos los foráneos. Dadas las dificultades del terreno, los pobladores de la montaña aprecian el sentido del esfuerzo, que consideran un valor colectivo. Estas características hacen de ellos personas reticentes al cambio y a la introducción de modelos que pretendan alterar sus formas de vida: “Estas culturas han construido ritos y concepciones que refuerzan la idea del espacio, la naturaleza, una idea de la montaña, de su diversidad y los valores” (p. 40). De acuerdo con Ramón (citado en Hofstede et al., 2014, pp. 50-51), los páramos aún poseen valor sagrado para las poblaciones indígenas y campesinas de los Andes, que practican en ellos el chamanismo y la curandería.
Hofstede et al. (2014, p. 51) explican que en el páramo las actividades de producción son compartidas por los géneros. Varones, mujeres y niños desempeñan diferentes roles. Los primeros se dedican por lo general a las labores agrícolas, y las segundas, a las tareas del hogar, además de transporte de leña, mudanza de animales y también labores agrícolas. Los niños deben participar en el transporte del agua y del alimento para sus padres, y también se dedican al pastoreo y cuidado de los animales. Estas actividades suelen alejarlos de las obligaciones escolares, de ahí que un gran porcentaje deserte de la escuela.
Estas particularidades de las poblaciones de los páramos por lo general no son reconocidas en el momento de definir las políticas socioambientales para la conservación de estos ecosistemas. Tal desconocimiento conduce a desplazamiento, pérdida de identidad, pobreza, desempleo, violencia física y psicológica y detrimento de la soberanía alimentaria, entre otros problemas.
En esas circunstancias las políticas socioambientales, en lugar de contribuir a la conservación de los páramos, atentan contra la relación cultura-naturaleza, valiosa para la supervivencia de estos socioecosistemas estratégicos:
Los aspectos culturales del ecosistema páramo son muy evidentes y generalmente están altamente valorados por la población, pero limitadamente tomados en cuenta en la gestión (…). La identidad cultural del habitante del páramo, incluyendo su cosmovisión, mitología, conocimiento tradicional, etc., ayuda a incrementar la autoestima y a la vez fortalecer las capacidades para dar un manejo sustentable al ecosistema. (pp. 158-159)
Ante las amenazas a su supervivencia y su cultura, los pobladores de muchos páramos se han congregado en movimientos socioambientales para luchar por sus cosmovisiones, estilos de vida y desarrollos locales, configurando resistencias al modelo de desarrollo hegemónico.
La actividad minera en la degradación de los páramos y la vida
Como se viene analizando, el desarrollo económico que hoy se impulsa en América Latina se sustenta en las políticas neoliberales y posneoliberales, las cuales promueven la explotación de los recursos renovables. En el caso de Colombia, dichos recursos se encuentran en una gran proporción en los páramos, y su explotación implica la degradación de estos socioecosistemas. Se han levantado numerosas voces a favor de conservar estas regiones estratégicas, dado el valor que poseen como fuentes de agua y biodiversidad, por su papel en el control del cambio climático y por las dinámicas socioculturales de las poblaciones que las habitan; entre tanto, otros propugnan la explotación de sus recursos no renovables como fuentes de desarrollo económico y social. En este caso, “el argumento subyacente parte de la premisa constitucional de que el subsuelo es del Estado, pero no toma en cuenta que el acceso al subsuelo debe respetar principios socioeconómicos y ambientales, que tienen igual sustento constitucional” (Guerrero, 2009, p. 5).
Aunque los estudios que se han realizado sobre las afectaciones de los proyectos megamineros a las zonas paramunas son aún exiguos, la información existente señala con claridad que se trata de impactos críticos, dada la fragilidad de estos ecosistemas.
Desde la perspectiva de Guerrero (p. 16), tanto la minería a gran escala como la de socavón afectan los páramos. La primera, por la extensión de los tajos y por las técnicas de extracción, que emplean lixiviación por cianuro, en el caso del oro. En la segunda, aunque la remoción de suelos y coberturas vegetales es menos extensa, las actividades y operaciones conexas generan igualmente gran impacto. Es necesario examinar las afectaciones de un modo integral que contemple tanto las ambientales como las socioculturales.
Por el contrario, Puentes5 afirma que existe una gran diferencia entre estos dos tipos de minería. Aunque la artesanal también ocasiona problemas, su magnitud no es comparable a la de los ocasionados por la minería a cielo abierto y la gran minería subterránea, que dejan daños irreversibles a los ecosistemas. La minería artesanal se practica desde hace siglos, implica pequeñas extracciones y emplea cianuro y mercurio en bajos volúmenes, mientras que la otra minería representa enormes cantidades de estos tóxicos.
Svampa (2011, p. 195) considera que la megaminería a cielo abierto no solo altera los ecosistemas, sino que también afecta de modo drástico las condiciones y la calidad de vida de las poblaciones. Advierte que hay una marcada diferencia entre la minería de socavón, practicada durante siglos por indígenas y campesinos, y la minería a gran escala, la cual se desarrolla a partir de tecnologías modernas,
(...) luego de producir grandes voladuras de montañas por dinamitación a partir de la utilización de sustancias químicas (cianuro, ácido sulfúrico, mercurio, entre otras) para disolver (lixiviar) los metales del mineral que los contiene. En suma, lo particular de este tipo de minería a tajo abierto o a cielo abierto (open pit), diferente de la tradicional, es que implica niveles aún mayores de afectación al medio ambiente, generando cuantiosos pasivos ambientales, al tiempo que requiere tanto un uso desmesurado de recursos, entre ellos el agua y la energía, ambos imprescindibles para sus operaciones, como, asimismo, intervenir de manera violenta la geografía de los territorios para la explotación. (p. 195)
Entre las afectaciones ambientales señaladas por Guerrero (2009, p. 17) se encuentran los impactos al suelo, especialmente en la minería a cielo abierto, que implica fuertes cambios en la estructura y dinámica biológica de los suelos y repercute en su capacidad de almacenamiento y regulación hídrica porque altera su porosidad. Así, la minería aumenta la escorrentía superficial, la erosión y la sedimentación, lo cual tiene un gran impacto sobre las cuencas y los acueductos locales.
Otra afectación ambiental es el impacto a las aguas superficiales y subterráneas ocasionado por las actividades agrícolas, ganaderas y mineras intensivas. En el último caso la magnitud es mayor, ya que se consumen grandes cantidades de agua que provienen de los humedales y acuíferos, elementos importantes de los ecosistemas de páramo. Esto tiene efectos tanto en la oferta como en la demanda. De acuerdo con Guerrero, las consecuencias incluyen contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por sedimentos y por uso de metales pesados; variaciones del pH; afectación de las dinámicas de escorrentía; disminución de caudales, tanto por la afectación de la capacidad de provisión y regulación hídrica, como por la demanda de agua para las actividades mineras; alteraciones en los sistemas naturales de drenaje y en el nivel freático; desviación o interrupción de caudales por mala disposición de residuos sólidos estériles, y secamiento de humedales (lagunas, turberas y bojedales).
Parker, Baigorrotegui y Estenssoro (2015, p. 203) se refieren a otra afectación ambiental: el uso de agua y energía en la actividad minera. Estas constituyen “bienes comunes”, es decir que su valor de uso prima sobre su valor de cambio. El agua como medio de vida, disfrute y desarrollo social y cultural está por encima del valor mercantil; no obstante, en las actuales políticas extractivas ocurre a la inversa. Esto representa un desafío para las políticas desarrollistas, que deben propender por una mirada compleja que trascienda el solo interés económico. En este sentido, es fundamental generar nuevas tecnologías que contribuyan a que la demanda creciente de agua y energía no implique la disminución de su disponibilidad para las poblaciones rurales y urbanas ni la contaminación del recurso hídrico. Por su parte, la utilización de la energía debe estar enmarcada en una eficiencia más alta, sin mayor presión por fuentes contaminantes, especialmente hidrocarburos. Estas propuestas tecnológicas deben responder a una visión integral que asegure cambios en pro de la vida:
Las consideraciones sobre la intensidad del uso del recurso agua y energía en la minería, tanto como la estructura tecnológica con la que se asocian debe ser considerada [sic] simultáneamente como sistemas integrados asumiendo sus connotaciones sociales, políticas y ecológicas. (p. 225)
El compromiso de mayor eficiencia implica, entonces, alentar patrones sustentables de consumo de agua y energía que contemplen visiones alternativas de vida y economía. Los autores concluyen que el pensamiento fragmentado de los actores estratégicos en la región respecto al complejo agua-energía-minería podría acarrear crisis socioeconómicas o socioambientales insospechadas.
La biodiversidad de los páramos es otro de los servicios ecosistémicos que la minería afecta. Aunque la fauna de los páramos no es tan extensa como la de otros biomas, su vegetación incluye más de cinco mil especies. Sin embargo, como aclara Guerrero (2009), la diversidad biológica no se mide en términos de número de especies:
En el caso del páramo, debe tenerse muy presente el alto nivel de endemismos, la riqueza de funciones e interacciones ecológicas, los servicios ecosistémicos que provee, la riqueza en recursos genéticos y la diversidad cultural asociada al ecosistema, entre otros atributos. (p. 20)
Según este autor, entre los impactos causados por la minería se encuentran: afectación de hábitats y microhábitats, disminución severa de poblaciones de organismos, interacciones ecológicas, eliminación de la micro- y mesobiota del suelo y aparición de especies invasoras que extinguen las especies nativas.
El impacto sociocultural ocasionado por la minería en los páramos es uno de los puntos más sensibles de los conflictos actuales en la región andina. Como se describió en el apartado “Páramo y cultura”, estos ecosistemas son de gran importancia para las poblaciones que habitan en ellos y que han construido su mundo social y cultural de acuerdo con las condiciones que ellos les ofrecen, teniendo que adaptarse en algunas ocasiones y que luchar en otras por domesticar su medio. Estas interacciones dotan a los páramos de particularidades y modos de vida propios. No obstante, las políticas socioambientales de países como Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina y Colombia desconocen estas cosmovisiones e imponen la exploración y explotación minera desde la lógica de los Gobiernos centrales y las políticas neoliberales, lo que agrava los conflictos.
Esta vulneración de los derechos comunitarios ha conducido a la emancipación de los pobladores, que se han organizado en movimientos socioambientales, la mayoría de ellos apoyados por los gobiernos locales y por organizaciones no gubernamentales, tanto nacionales como internacionales. Como señala Guerrero, “resulta interesante constatar que las implicaciones sociales de la minería son complejas y no van en una sola vía, sino que han adquirido dinámicas y relaciones multiactores complejas” (p. 21): estos conflictos asumen dimensiones diversas, lo que implica lecturas integrales que se proyecten hacia la participación pluralista y equitativa de los diferentes actores, con el fin de configurar lo que se ha denominado “gobernanzas híbridas”.
Svampa (2011, p. 195) afirma que la megaminería –especialmente de oro, plata, cobre, estaño y otros minerales estratégicos– compite por tierra y recursos hídricos con otras actividades propias de las regiones, como la agricultura y la ganadería, que también constituyen formas de vida de las comunidades en riesgo. Mientras tanto, las grandes transnacionales que realizan la explotación megaminera se erigen como neo-colonizadores, al imponer las condiciones de explotación, no solo de los recursos naturales, sino de las comunidades, con grandes impactos económicos y socioambientales. Esta dinámica de “rapiña”, en complicidad con los Gobiernos nacionales, desplaza economías locales, afecta derechos colectivos, vulnera y explota humanidades, arrasa culturas; en suma, invisibiliza identidades. Según la autora, “el peso económico de estas empresas es tal que no resulta extraño que los intereses de las corporaciones atraviesen y hasta sustituyan al Estado” (p. 197).
Machado (2011, p. 137) explica que el uso de sustancias tóxicas en la megaminería contamina no solo los bienes naturales, sino las naturalezas humanas, cuyos cuerpos son saturados con mercurio, plomo, cromo, arsénico y uranio, entre otras. Estas disminuyen la calidad de vida y la vida biológica de las comunidades que por fuerza mayor se ven abocadas, para sobrevivir, a aceptar las condiciones que las grandes corporaciones imponen. Esta violencia material se suma a la violencia simbólica representada en las instituciones del Estado, como los organismos de salud, medio ambiente, seguridad social y justicia, que se muestran indiferentes a las nefastas consecuencias de las políticas de vida transnacionales. Por el contrario, se camuflan bajo la idea de que estas políticas extractivistas representan desarrollo y progreso para las poblaciones, que ahora podrán competir con las grandes economías transnacionales:
El deterioro del agua, del aire y del suelo “convencerá” con los años a los más obcecados campesinos de la “inviabilidad” ineludible de sus economías “en tiempos de globalización”. Las exigencias de “reconversión” y los “programas de capacitación” para la “mano de obra” local que bajan desde los diferentes “ministerios” para “apalancar” la emergencia de las nuevas “competitividades” requeridas por “el mercado”; fomento a las actividades “productivas”, créditos “blandos” y todo, para hacer emerger los nuevos “nichos de mercado” y “oportunidades de negocio”, muchos de ellos unidireccionalmente orientados a montar efímeras “empresas proveedoras” locales para la nueva “actividad estrella”. (p. 139)
Por su parte, las transnacionales mineras abordan la compleja situación desde estándares internacionales que también desconocen estas dinámicas socioculturales y pretenden reducir sus impactos bajo la premisa de la responsabilidad social. Al tiempo, emprenden campañas mediáticas cuyos discursos desconocen las realidades locales y minimizan los impactos de sus intervenciones. Como afirma Guerrero (2009):
Las grandes empresas mineras suelen abordar el tema social desde unos códigos de conducta y unos criterios globales que se aplican indistintamente en los distintos países donde operan. Si bien estos criterios incluyen la necesidad de adaptar sus prácticas a contextos locales, en la realidad la gestión social minera desarrolla con frecuencia los mismos proyectos asistencialistas y las mismas estrategias comunicacionales defensivas. (p. 21)
El autor destaca que las transnacionales generan grandes expectativas y que logran respeto en la medida en que correspondan a acciones gubernamentales serias y comprometidas que incluyan relaciones con los actores sociales: “Las empresas están comprendiendo cada vez más que el haber recibido una licencia del Estado no significa la liberación de responsabilidades relacionadas con los impactos socioeconómicos y culturales que ocasionan” (p. 49).
Sin duda, la inequidad en la distribución de los beneficios de la exploración y explotación minera es una de las mayores preocupaciones de las poblaciones afectadas, que aparte de recibir las externalidades, ven alteradas sus dinámicas de vida. Entre los principales efectos negativos se cuentan:
Distorsión de la pirámide de ingresos familiares; generación/ profundización de dinámicas sociales inequitativas; erosión cultural; distorsión de valores y prácticas sociales; reubicación de familias campesinas en “cinturones de miseria” de los centros urbanos; inseguridad ciudadana por el incremento de bares, discotecas, prostitución y delincuencia. (p. 22)
Guerrero señala que, aunque han mejorado las prácticas mineras tanto a nivel global como en algunos países de América Latina, la actividad minera debe ser excluida o restringida al máximo en los páramos, dado el valor, la vulnerabilidad y la escasa resiliencia de estos ecosistemas (p. 48). También considera que el enfoque de compensaciones establecido por el ICMM (Consejo Internacional de Minería y Metales, por sus siglas en inglés), según el cual cuando un ecosistema es inevitablemente destruido se debe financiar la creación o manejo de un área protegida de valor equivalente, no es aplicable a estos ecosistemas, que la Ley obliga a proteger.
Por otro lado, aunque se incrementen las buenas prácticas, la minería nunca será una actividad sostenible, por su larga duración y porque sus efectos se extienden en el tiempo: “Los costos ambientales, sociales e incluso económicos pueden ser mayores en comparación con los beneficios coyunturales en términos de las variables macroeconómicas del país” (p. 51). Guerrero sugiere el término minería responsable, señalando que esta comienza con las buenas prácticas del Estado, el cual debe excluir esta actividad de las zonas de páramo por su gran valor hídrico y por los servicios ecosistémicos que ofrecen a la población colombiana. En aquellos ecosistemas paramunos donde los proyectos ya son un hecho, la minería responsable implica elevar al máximo los estándares de gestión ambiental y social, desarrollar buenas prácticas que convoquen la participación comunitaria en la toma de decisiones y pongan los conocimientos locales en diálogo con el conocimiento científico, y ofrecer compensación a las poblaciones en una dinámica equitativa. El autor advierte, sin embargo, que “ninguna mejora en los índices de desarrollo humano se podrá mantener en el tiempo, si se ha hecho a costa de la degradación ambiental” (p. 51).
Testimonios de los actores del conflicto socioambiental de Santurbán: Hallazgos y análisis
A continuación, se presentan los datos obtenidos de las entrevistas a profundidad y las observaciones a los actores sociales, ambientalistas, individuales y mediador, como se explicó en el primer capítulo. Se trata de una síntesis de las matrices categoriales que presentan con mayor detalle los testimonios de los líderes. Posteriormente, estos resultados se discuten en diálogo con los referentes teóricos y el análisis de la investigadora, y se formulan las conclusiones alcanzadas.
En las tablas 3, 4, y 5 se presentan las categorías de análisis relacionadas con los actores sociales de los municipios santandereanos de California y Vetas y el corregimiento de Berlín, respectivamente.
Tabla 3. Actores sociales de California: Contexto del conflicto socioambiental
Categoría de análisis | Subcategorías | Actores | Categorías emergentes | Categorías eje |
Contexto del conflicto socioambiental | Historia minera de los municipios de California y Vetas | 01 | La historia minera californiana está determinada por los tiempos en que José Celestino Mutis llegó a la zona a explotar junto con su familia. Los californianos se sienten muy orgullosos de este antecedente. | La colonización española fue determinante en el desarrollo minero de la región. La llegada de José Celestino Mutis a la región para explotar las riquezas mineras es un orgullo para los californianos. La compañía Greystar divide en dos la historia minera de la región. El pequeño minero, acosado por la guerrilla, vende a las multinacionales. |
Contexto del conflicto socioambiental | Historia minera de los municipios de California y Vetas | 02 | La conquista es determinante en el desarrollo de la región. Después de la independencia, la explotación minera se potencia por la llegada de colonias de extranjeros –ingleses, franceses y japoneses, entre otros–, que trajeron el desarrollo minero. Los indígenas chitareros fueron bautizados así por los españoles debido a los calabazos que cargaban. Ellos explotaban el oro para canjearlo por otros productos. Desde 1970 se reactiva la minería tradicional con molinos, heredada de los ancestros. Los explosivos eran difíciles de conseguir por la prohibición del Gobierno, y los insumos se conseguían a muy alto precio. La compañía Greystar es determinante en la historia de California, pues la divide en dos; negocia con la guerrilla y ofrece un alivio a los pequeños mineros. | |
03 | La publicación de la Greystar en la bolsa de valores significó la llegada de otras multinacionales, pero también de los ambientalistas. El apoyo del gobierno departamental en 2004-2008 fue determinante en el desarrollo de la región. La agricultura fue desplazada por la llegada de las multinacionales. | |||
04 | La historia minera de California se remonta a la llegada de los españoles. |
Contexto del conflicto socioambiental | Multinacionales: pasado, permanencia durante el standby, presente y futuro | 01 | La generación de 1000 empleos directos y 2000 indirectos, con salarios dignos, generó una gran familia, que ya no pensaba en ser contratada, sino en generar servicios. Antes el recurso humano de las multinacionales era extranjero, ahora es colombiano 100 %. | La llegada de las multinacionales generó empleo. Cuando estas quedaron en standby por la delimitación, se afectó gravemente la economía de la región. El empleo que generan las multinacionales es para la gente foránea. Las multinacionales hicieron que los pequeños mineros cedieran su territorio e identidad. |
03 | El standby de las multinacionales tras la definición de los límites afectó gravemente la economía de la región. | |||
04 | Las multinacionales emplean con bajos sueldos; los mejores son para los obreros de otras regiones y una cadena de productores foráneos. | |||
05 | La minería tradicional permitía calidad de vida y autonomía; con la llegada de las multinacionales los mineros entregaron su territorio para convertirse en empleados u obreros. | |||
Minería tradicional vs. minería a gran escala | 01 | La minería tradicional y el galafardeo eran altamente contaminantes por el uso del mercurio e iban en contravía del bienestar colectivo ambiental, además no brindaban seguridad social al trabajador. Con las multinacionales hubo una recuperación de la naturaleza y las microcuencas. El proyecto Angosturas fue un gran error, dada la cercanía con el páramo y sus ecosistemas. La minería subterránea es menos nociva y con mayores garantías para el recurso hídrico. | La minería tradicional contamina más que la minería a gran escala. El proyecto Angosturas fue un error. La minería subterránea es menos invasiva. Ambas minerías contaminan. |
Contexto del conflicto socioambiental | Minería tradicional vs. minería a gran escala | 02 | La minería tradicional es lo más contaminante que hay, bota desechos al río. Ante el standby de las multinacionales se intenta activar algunos títulos de mineros tradicionales (de lo contrario se pueden perder), pero intentar cumplir la norma, que es muy exigente, limita la continuidad de la minería tradicional. La minería subterránea es menos invasiva, no daña la capa vegetal. El Gobierno nacional ha actuado como mediador, pero más como una posición personal que como política de Estado. | La minería tradicional no contamina del modo en que lo hace la gran minería; además, asegura el futuro de la comunidad, mientras la otra devasta: ¿qué quedará dentro de 20 o 30 años? |
03 | Tanto la minería artesanal como la minería a gran escala son depredadoras de la naturaleza. Ambas generan bienestar y desarrollo, pero lastimosamente causan un daño gravísimo al ecosistema. | |||
04 | La minería del pequeño minero no daña el medio ambiente, pero el Gobierno la persigue. La minería a gran escala es por un período: ellos vienen por todo, van a sacar esa riqueza en 20 o 30 años, mientras la minería a pequeña escala asegura el futuro de otras generaciones. La diferencia entre la minería tradicional y la minería a gran escala es la magnitud. | |||
05 | La minería tradicional contamina, pero no del modo en que lo hace la gran minería, con vías, tala de bosques y movimientos de tierra. |
Contexto del conflicto socioambiental | Explorar / explotar | 01 | Las multinacionales aún se encuentran en etapa de exploración. No tienen licencia debido a los múltiples estudios que aún realizan para cuantificar y maximizar recursos, así como estudios hídricos; por eso la mora. | Las multinacionales aún se encuentran en etapa de exploración. Las multinacionales llevan explorando 20 años. ¿Por qué tanto tiempo, si esta etapa por lo general es de 5 años, con 3 de prórroga? |
02 | La minería a gran escala cuida el agua y el medio ambiente, pues las multinacionales cumplen con la norma y los altos estándares de calidad. El proyecto Angosturas no afectaba el agua, porque el agua que surte los acueductos del área metropolitana de Bucaramanga viene del río Tona, que está a 50 o 60 km. El cuestionamiento a las multinacionales es el cierre de mina: cómo lo van a hacer para que no quede la gente desempleada, porque ellos saben explotar. | |||
03 | Las mineras se encuentran en etapa de exploración. | |||
04 | La Greystar lleva explorando 20 años. ¿Por qué tanto tiempo, si los permisos de exploración son de 5 años, con prórrogas de 3 años máximo? Las técnicas de la multinacional AUX han secado nacimientos de agua, hay demandas por ello. La minería de túnel también contamina el agua. |
Contexto del conflicto socioambiental | Lucha ambientalista (agua vs. oro), conflictos sociales | 01 | Rechazamos la lucha ambientalista porque ellos no conocen la zona, además sus intereses son políticos y de negocios. ¿Por qué no se oponen a la industria petrolera, que también contamina? Solo les interesa el aspecto biótico y no lo social. La minería no es el grifo del agua, pues la mayoría de agua la traen del embalse de Tona; aquí sale solo el 10 % del agua de Bucaramanga. Lo positivo de los ambientalistas es que el país haya puesto la mirada en Santurbán. ¿Quién responde por el conflicto social que ha generado el standby de las multinacionales? El galafardeo ha aumentado porque la gente de qué vive, y no puede ser tratado por el Gobierno como minería ilegal. Los recursos destinados por el Gobierno para economías alternativas después de la delimitación son pocos, dada la magnitud del problema. Y un gran porcentaje de ellos son destinados a la burocracia, contratistas externos, y lo que queda para las comunidades se pierde en el camino. No sabemos cuánto va a durar este período de transición. La mayoría de las tierras de Santurbán pertenece a la comunidad. | Los ambientalistas frenaron el desarrollo de la región. ¿Por qué no atacan las otras industrias, como el petróleo, que también contaminan? ¿Por qué hacen uso del confort que les brinda la minería? Con el standby de las multinacionales, el galafardeo aumentó. No puede ser tratado como minería ilegal. El desempleo es el principal problema social. El grifo del agua de Bucaramanga no es California, sino el embalse de Tona. ¿Cuál es el problema? La minería a gran escala no contamina. Los ambientalistas tienen razón, siempre y cuando actúen con conocimiento, sin intereses políticos y económicos. Los ambientalistas tienen la razón: la minería a gran escala contamina, ¿y quién la vigila? Las multinacionales han desplazado a los campesinos; quienes se quedan no quieren trabajar la tierra, y quienes se van no saben cómo sobrevivir. La gente se volvió facilista, solo quiere depender de las multinacionales. |
02 | La inversión de us $4000 millones en el proyecto Angosturas significó la avaricia |
Contexto del conflicto socioambiental | Lucha ambientalista (agua vs. oro), conflictos sociales | de los ambientalistas, quienes pretendieron contratos, pero al no lograrlos se convirtieron en enemigos del proyecto. Los ambientalistas frenaron el desarrollo, el empleo, esto es, la entrada de las multinacionales. Si no están de acuerdo con la explotación de oro, ¿por qué hacen uso del confort que este les genera (automóviles, celulares, edificios)? Antes los pequeños mineros éramos los depredadores ambientales; ahora, que “la minería artesanal no contamina” es la bandera de los ambientalistas. Se teme por el standby de las multinacionales, porque aumentó el galafardeo y este no cuida el medio ambiente. ¿Quién se ha preguntado qué pasó con el parque regional de Santurbán, para el cual no se giraron recursos y el Estado no lo protege? Sus tierras pueden ser invadidas y el campesino ha sido desplazado. La crisis social es el desempleo: se perdieron 1500 empleos de 2500 habitantes. La comunidad siempre hemos criticado a las multinacionales, pero nuestra defensa se centró en la defensa de la minería como tal: pequeña, mediana, a gran escala. Vetas fue contrario: lucharon por la minería artesanal como tradición de 500 años. Además, la injerencia de las multinacionales fue menor. Pero esa posición los perjudicó porque salieron delimitadas sus áreas: en California quedó protegido el 2 %, mientras en Vetas el 60 %. Vetas puede |
Contexto del conflicto socioambiental | Lucha ambientalista (agua vs. oro), conflictos sociales | desaparecer, pues allí no se puede realizar ninguna actividad, ni minera, ni agrícola ni ganadera. | ||
03 | La lucha ambientalista es sana, siempre y cuando conozca la zona y no corresponda solo a intereses políticos y económicos. Desafortunadamente, esta lucha es sin conocimiento. El galafardeo es el principal problema ahora de la zona, tanto por el standby de Eco Oro como por el cambio de dueño de la AUX. Aunque estas empresas continúan, lo hacen con poco personal. El barequeo, esto es, sacar oro del río en bateas, se volvió la opción tanto para hombres como para mujeres. | |||
04 | Los ambientalistas tienen la razón, porque las multinacionales contaminan el agua. La minería a gran escala perjudica al medio ambiente. El trabajo de los ambientalistas fue bueno, ellos nos capacitaron y nos invitaron a los foros, allí pudimos darnos cuenta de cómo las perforaciones han secado los pozos. Asistíamos casi en su totalidad los mineros de la asociación sin título. Las multinacionales no se comprometen, hacen lo que quieren. Realizan un trabajo contra la naturaleza, pues las leyes son vulneradas; los residuos los vacían donde sea, dicen que echan químicos que |
Contexto del conflicto socioambiental | Lucha ambientalista (agua vs. oro), conflictos sociales | no son perjudiciales, pero quién sabe si será cierto o no. Soy minero independiente y no tengo título, tengo mi propia finca. Me persigue el Gobierno y las multinacionales me amenazan con expropiarme. Las opciones que he buscado para sobrevivir son aniquiladas, como en el caso de la cría de cabras: la CDMB me envió pumas que las devoraron. | ||
05 | La gente ya no quiere cultivar la tierra, se volvió facilista al depender solo de las multinacionales, puesto que con cultivar la tierra no va a tener su platica mensual. Esto ha hecho perder la identidad del californiano. Estoy de acuerdo con que se respeten las actividades tradicionales del campesino, o sea que no lo desplacen a las ciudades, porque allí por mucha plata que se les dé no saben comportarse ni tienen los conocimientos para sobrevivir. | |||
Marco legal | 02 | La norma ambiental colombiana es muy exigente y eso hace que haya muchos controles, pero son iguales para la gran minería y para la pequeña, y es muy difícil cumplir esa norma para el pequeño minero. | La norma ambiental colombiana es igualmente exigente para la gran y la pequeña minería. Para el pequeño es imposible cumplirla, y esto aumenta la presión para vender a las multinacionales. | |
03 | Las políticas de Estado ahogan al pequeño minero con las exigencias tan altas del Ministerio de Minas, el de Ambiente y las autoridades ambientales. Le queda como única alternativa vender a las multinacionales. |
Contexto del conflicto socioambiental | Marco legal | 04 | Las multinacionales no tienen cultura del cuidado que aplique la norma, hacen lo que quieren. | |
Influencia de los grupos armados | 01 | En tiempos pasados la presión de la guerrilla fue grande, lo que llevó a muchos a venderles a las multinacionales. | En tiempos pasados la presión de la guerrilla fue grande, lo que llevó a muchos a venderles a las multinacionales. Cuando estaba la guerrilla todo era mejor, había insumos. Hoy el Ejército solo cuida a las multinacionales. | |
02 | Los grupos guerrilleros en el pasado extorsionaban, pedían vacunas, entonces el Ejército restringió los insumos y eso aumentó la presión y la crisis. Esto llevó a relacionar los movimientos sociales con movimientos de izquierda, por eso no nos asociamos. | |||
03 | Las tomas guerrilleras del pasado habían acabado financieramente el municipio. | |||
04 | Cuando estaba la guerrilla todo era mejor, facilitaban elementos como la dinamita, la pólvora. Ahora el Ejército cuida solo a las multinacionales y persigue al minero tradicional. |
Tabla 4. Actores sociales de Vetas: Contexto del conflicto socioambiental
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