Kitabı oku: «Naturaleza de la Ciencia para Todos», sayfa 5
Gran parte de nuestro conocimiento son ideas e ingenuamente creemos que son datos. Esta confusión no es rara y es debido a que tanto datos como ideas científicas tienen al menos una característica en común y es que ambos se refieren a los objetos o a las propiedades de los objetos de nuestra realidad material. Por ejemplo, 13,7 mil millones de años es un dato que hace referencia a la “edad” de nuestro universo. Por otra parte, que el inicio de nuestro universo fue a través de la explosión de una partícula primigenia, es una idea, no podemos observar este proceso por lo que tenemos que conjeturarlo, es decir, tenemos que crear una idea que nos permita explicar estos datos.
III.2.1. Átomo: ¿dato o idea?
El que la naturaleza esté constituida de átomos es una idea, no es un dato. Los átomos no nos son dados de forma directa, es decir, no tenemos observaciones o mediciones directas de estas partículas, sino que desde nuestra idea de la constitución discontinua de la materia interpretamos evidencias como favorables a ella, aunque ciertamente, los últimos adelantos en microscopía de fuerza atómica ya nos han permitido al menos “ver” ciertas densidades eléctricas.
Ciertamente que muchas mediciones nos aportan evidencias indirectas de la existencia del átomo y de sus propiedades, evidencias tales como los espectros atómicos. Pero, una cosa es el átomo material en sí, al cual todavía no podemos acceder de forma directa (como sí lo podemos hacer con un perro o una montaña), y otra cosa es el átomo de la teoría atómica la cual es una idea que se refiere al átomo real.
Como dijimos anteriormente, todas las ideas de la ciencia hacen referencia a objetos reales, un perro o una montaña son objetos reales al igual que un átomo, pero este último como no lo podemos ver, tuvimos que conjeturar su existencia (no confundir conjeturar la existencia con crear la existencia, ambos términos se confunden en muchas tendencias filosóficas post-modernas), creando una idea, una hipótesis.
Cuando usted habla de los átomos se refiere a las partículas de la naturaleza, pero como no conoce al átomo de forma directa, usted tiene una idea de lo que es el átomo real. Ahora bien, el átomo de la teoría atómica es una idea, pero no cualquier idea es una idea convalidada por evidencias empíricas favorables, evidencias indirecta ciertamente pero muchas evidencias todas convergentes, por lo que respecto de su referente material, la partícula atómica de la naturaleza, tenemos bastante certeza de su existencia.
Nosotros como especie tuvimos que buscar respuestas a preguntas que nos surgían desde datos puntuales.
Cuando ha sentido mucha hambre, es muy probable que más de una vez se haya preparado un buen sándwich. La mezcla es en las proporciones que estime, con una o con 5 torrejas de jamón, con mucha o poca lechuga, con mucho o poco queso derretido. Eso depende de su gusto y no hay una proporción definida para mezclar los ingredientes. Pues bien, en la época de los alquimistas, en donde se creía que los constituyentes de la naturaleza eran mezclas de las sustancias elementales de tierra, aire, fuego, agua y éter (similar al jamón, queso, lechuga y tomate de un sándwich), existían algunos datos para los cuales no se tenía una explicación convincente y estos datos eran que cuando se preparaban mezclas entre tierra (metales) y aire (oxígeno), esas mezclas no podían mezclarse en cualquier proporción, lo mismo pasaba con otras mezclas con aire. Pareciera que esa mezcla era en unas proporciones definidas. Posteriormente se dieron cuenta que no era una única proporción sino que estas mezclas eran en 2 o 3 proporciones definidas, las llamadas proporciones múltiples (Dalton). La mejor explicación para estos y otros datos experimentales era la idea que la materia estaba constituida por átomos y que estos se “combinaban” de formas definidas. Recordar que el concepto de enlace químico no existía en esa época.
Ciertamente que después de la teoría atómica de Dalton, se sumaron muchas otras evidencias tales como las líneas de Balmer, evidencia espectroscópica, electroquímica, etc. El átomo como mencioné anteriormente es una idea que tiene gran apoyo empírico. Hoy en día nadie mentalmente cuerdo duda de la existencia de los átomos, aunque hace muy pocos años, alrededor de un siglo, todavía existían detractores de esa idea.
Las dudas actualmente se han disipado, ya que todas las pruebas experimentales han coincidido con la hipótesis de la existencia de estas partículas. Los nuevos instrumentos nos han permitido obtener evidencias cada vez más directas respecto de la existencia de estas partículas y en nuestra cultura moderna, los átomos no son sólo una idea sino que para nosotros son un “hecho científico”. Es decir, el átomo natural forma parte de los hechos inobservables de la naturaleza, el cual se nos evidenció su existencia gracias al avance de la ciencia, avance en términos de teorías, observaciones y sobre todo mediciones indirectas de este objeto inobservable o inaccesible para nuestros sentidos.
Si la naturaleza nos fuese dada en su totalidad, si la naturaleza fuese accesible de forma directa a nosotros a través de observaciones y mediciones, no necesitaríamos conjeturar nada respecto a ella, como dijo Marx alguna vez:
“Si las apariencias coincidieran con la esencia de las cosas, entonces la ciencia no sería necesaria”. (R. Echeverría, 2005).
Lamentablemente aunque fuese posible observar o medir toda la naturaleza en este preciso momento, lo que ocurrirá en el futuro de todas formas no lo sabremos. El futuro no nos es dado, no está al alcance nuestro, por lo que debemos conjeturarlo también, es lo que hacen disciplinas como la historia, o la cosmología. Por otra parte, de los últimos 14 mil millones de años, para el ser humano solo una fracción ínfima de ese tiempo nos fue dado como especie por lo que gran parte del pasado también debemos conjeturarlo, como lo hace también la cosmología, la paleontología o la arqueología.
En resumen, gran parte del pasado y todo el futuro está en el plano de las ideas, como también, gran parte de nuestra realidad microscópica y cosmológica.
III.2.2 La geometría esférica de nuestro planeta, el paso de una idea a un dato
Gracias al gran avance de la ciencia de este último siglo, el caso anterior de la hipótesis del átomo es un caso de una idea que está muy cerca de convertirse en un dato, cuando el objeto material sea accesible de forma directa a nuestros instrumentos, quizás podremos hablar del átomo material como un dato.
Un caso más claro en donde pasamos de la idea al dato es la propiedad de la esfericidad de nuestro planeta.
La existencia de nuestro planeta es un dato, no sólo para el hombre moderno sino también para el hombre primitivo. La existencia de otros objetos materiales cercanos como la Luna era igualmente un dato desde el origen del hombre, aunque la esfericidad de la Tierra era sólo una idea, una hipótesis que algunos compartían.
Respecto de la esfericidad de nuestro planeta, esta propiedad surgió como una hipótesis, la cual permitía explicar una serie de datos tales como la curvatura de la sombra que proyecta la Tierra sobre la Luna, como se muestra en la Figura 10. Si bien es cierto, es muy fácil asociar la sombra de la Tierra sobre la Luna como una evidencia de la esfericidad de la tierra, debemos hacer ver que esa es una evidencia muy indirecta puesto que esa misma sombra la podría proyectar la tierra plana en forma de disco como el de la Figura 10, siempre que la cara del disco apunte hacia la Luna.

Figura 10. Evidencias y modelo terrestre: Izquierda tenemos un eclipse lunar, al centro la aparición de barcos por el horizonte y a la derecha tenemos la concepción cilíndrica de la tierra de Anaximandro. (Figuras tomadas de http://commons.wikimedia.org)
La desaparición y aparición de los barcos en el horizonte de la Figura 10, también son evidencias a favor de la esfericidad de la tierra, aunque evidencias indirectas ya que con un poco de escepticismo, esta misma evidencia podría calzar con una tierra en forma de cilindro.
Muchas evidencias se empezaron a sumar a favor de la hipótesis de la esfericidad de la tierra, por ejemplo a una misma hora en dos lugares distantes, las longitudes de las sombras que los objetos que proyectaban no eran las mismas. En una ciudad un objeto como el árbol 2 de la Figura 11, no proyectaba sombra alguna por llegarles los rayos del sol directamente sobre el objeto, mientras en el mismo instante el árbol 1 proyectaba una sombra de longitud medible por llegarle los rayos del sol formando un ángulo con la base de este. Esta diferencia entre la longitud de la sombra de dos objetos a la misma hora podía ser explicada mediante la hipótesis de una tierra esférica, como se muestra en la Figura 11.
Eratóstenes no sólo utilizó esta observación como evidencia a favor de esta hipótesis sino que fue un paso más allá aplicando la geometría para calcular el diámetro terrestre con gran exactitud para la época.
Las evidencias a favor de la esfericidad de la tierra fueron tantas, que a pesar de no existir en el pasado una observación directa de esta propiedad, se terminó aceptando que la idea tenía un gran grado de verdad. En resumen la esfericidad de la tierra fue una idea convalidada desde hace varios siglos atrás.

Figura 11. Eratóstenes y la estimación del diámetro de la esfera terrestre mediante la longitud y ángulo de las sombras.
Ahora bien, hasta antes de los vuelos espaciales teníamos evidencia empírica indirecta respecto de la esfericidad de la tierra. La propiedad de la esfericidad de nuestro planeta nos no fue dada de forma directa, hasta cuando logramos ver los primeros registros visuales (principalmente fotografías y videos) desde el espacio. Estos viajes nos permitieron captar su geometría en su totalidad, por lo que la esfericidad de la tierra pasó de ser una idea convalidada a un dato y ya no hay más búsqueda de evidencias al respecto por cuanto dejó de ser una hipótesis.
III.2.3 Los microorganismos. Otro ejemplo del paso de una idea a un dato
Antes del 1600 no se conocía exactamente las causas de las enfermedades. Se asociaban estas tanto a problemas internos de las personas, como también se sospechaba que estas podían ser causadas por microorganismos.
Hasta antes de las primeras observaciones de Leeuwenhoek, la existencia de los microorganismos estaba en el plano de las ideas, de las conjeturas. Se sospechaba de la existencia de estos, sobre todo, porque era una buena explicación respecto del proceso de fermentación en la fabricación de vino y de derivados de la leche. Sin embargo, estas observaciones no eran más que evidencias indirectas y gatillaban más preguntas que respuestas.
Lamentablemente el tema de los microorganismos no tuvo grandes evidencias, ni siquiera indirectas de su existencia. Los primeros microscopios no eran suficientemente potentes como para evidenciar su existencia.
La historia de la primera observación directa de microorganismos, fue muy abrupta y se centró en un personaje histórico, Antoni Van Leeuwenhoek, quien fuese un científico auto-didacta, tremendamente curioso y con una capacidad inventiva muy desarrollada. Leeuwenhoek era, entre muchas actividades de su vida, un comerciante de telas a quien le gustaba observar detalladamente la naturaleza.
Debido a que los microscopios de la época no lo satisfacían por su baja capacidad de aumento, fue el mismo Leeuwenhoek quien desarrollo los primeros microscopios de potencia sobre 200X, con el cual comenzó a observar muchos materiales, incluidas sus telas. Pero también fluidos corporales, entre ellos su propia saliva durante un periodo de gripe (Gest, 2004).
Cuento corto, gracias a estos instrumentos construidos y celosamente manipulados sólo por él, Leeuwenhoek logró observar por primera vez de forma directa bacterias, espermatozoides entre otros microorganismos, sus observaciones las dejó metódicamente registradas mediante dibujos. Hoy en día el que existen microorganismos es un dato, no una idea y ya no se discute subjetivamente la existencia de estos seres vivos microscópicos.
III.2.4 Clasificación de ideas
Todos los seres humanos vivimos creando ideas. Salvo los escritores de ficción, siempre tenemos cierta expectativa que nuestras ideas se refieran a algún aspecto de la realidad.
Cuando usted se enferma y entra en estado febril, inmediatamente se le pasa por la mente el que alguna bacteria lo está invadiendo, que sus defensas están luchando contra esas bacterias, incluso yo de pre-adolescente hasta me imaginaba a los glóbulos blancos y los fagocitos actuando sobre estos microorganismos, especialmente influido por unos dibujos animados de la época.
Lo cierto es que lo único que está fuera de cualquier especulación es su fiebre. Su temperatura corporal es un dato que podemos obtener midiendo con un termómetro, pero respecto de los microorganismos en su cuerpo, para usted estas son ideas, no datos.
Ahora bien, es evidente que en la medida que las evidencias se suman, usted ya podrá afirmar con propiedad que lo que creía realmente existe, que está aconteciendo en un nivel microscópico de la realidad, que sus ideas se refieren a un estado y a procesos reales, a objetos materiales reales. Por ejemplo, la presencia de pus en sus amígdalas o la detección de bacterias en su orina serían evidencias de que estos microorganismos efectivamente eran los causantes de su enfermedad.
En la Tabla 4 usted encontrará una lista de ideas, algunas de ellas se refieren a objetos materiales y otras no, pero independientemente de eso todas nacieron como ideas.
El listado de ideas de la Tabla 4 hay que analizarlo con mucho cuidado. Una idea que no tiene ningún referente material es una ficción, una idea ficción propia de escritos como Asimov.
Gandalf, de la película y del libro “El Señor de los Anillos” es una idea que hace referencia claramente a un personaje ficticio. Desde su génesis, esta idea se gestó sin ninguna intención de referirse a la realidad.
Otras ideas tienen la intención de referirse a la realidad, pero sin evidencias que la sustenten, con un criterio de aceptación meramente social. Por ejemplo, Santa Claus para los niños es un personaje mitológico, su aceptación es meramente social, los niños creen que ese personaje existe aunque no lo hayan visto nunca. Para los padres es una ficción, ¡claro los adultos crearon la idea!
Tabla 4. Listado de ideas de distinta categoría.
Idea | Categoría | Referencia material | Evidencia de su existencia |
Energía | Idea Científica | Sí, propiedad de la materia | Sí, calor, trabajo |
Ángeles | Idea Mitológica | No | No, imposible de obtener |
Electrón | Idea Científica | Sí, objeto microscópico | Sí, tubo de rayos catódicos |
Cuerdas | Idea Científica | Sí, objeto microscópico | No, aún no se ha podido predecir nada observable |
Bosón de Higgs | Idea Científica | Sí, objeto material | Sí, año 2012 a través del experimento del LHC |
Santa Clauss | Idea Mitológica | No, ficción para niños | No, imposible de obtener porque no existe |
Gandalf | Idea Ficción | No, personaje ficticio | No, referencia a un personaje ficticio |
Agujeros Negros | Idea Científica | Sí, objeto astronómico | Sí, la radiación Hawking |
El gol “iluminado” | Leyenda | Si, Elías Figueroa | De Elías Figueroa sí. De su iluminación, no |
Muchas ideas hacen referencia a seres reales pero que se les ha adornado sus propiedades con algo de ficción. Así por ejemplo, el gran futbolista chileno, Elías Figueroa, en Brasil llegó a ser una leyenda.
Claramente Elías Figueroa existe, vive muy cerca de mi hogar y logré estrechar su mano en una actividad social en la que él participó. Sin embargo, a Elías se le “asignaron” ciertos poderes sobrenaturales en Brasil, luego que, sumado a su gran talento futbolístico, se dio una extraña coincidencia con un fenómeno natural. Esto fue durante un partido de fútbol, en un día nublado, un rayo de sol lo iluminó, justo al momento de hacer un gol de cabeza. La escena parece mágica, puede verla en Youtube, Elías Figueroa se eleva a cabecear el balón y ¡la cabeza se le ilumina justo en ese momento! Desde ese día se celebra en una parte de Brasil el día del gol iluminado y se le asigna a Elías Figueroa la categoría de iluminado del fútbol, incluso una tribu brasilera ofreció a una de sus mujeres a Elías Figueroa por su característica de deidad. El como hombre casado, obviamente la rechazó. ¡Don Elías, toda una leyenda!
La idea de electrón es una idea si es que nos referimos al concepto de la teoría atómica, pero no debemos olvidar que es una idea que se refiere a un objeto material, real. Esto no debe de extrañar, todas las ideas científicas se refieren a objetos y sistemas materiales y sus propiedades. Por lo mismo, una cosa es su idea respecto de la vida y otra cosa es la vida misma. En mi caso una cosa es mi idea de mi club favorito de fútbol (Universidad de Chile), un club que representa ideales, principios, la vida laica y académica, fidelidad, pasión y compromiso, pero otra cosa es mi club en la realidad el cual no necesariamente se ajusta a ese ideal. Como dice el mismo himno de mi club en una estrofa: “brindemos por la vida, fecunda de ideal”, es decir, ¡bienvenida las ideas en la vida!, pero en otra estrofa dice claramente: “en desnudo de mujer, contemplar la realidad”, es decir, las ideas se refieren a la vida, pero hay que contrastar las ideas con la vida misma y ahí veremos qué tan ciertas son.
Cuando un científico crea una idea científica como la del electrón, lo que hace es conjeturar la existencia de un objeto material microscópico que posee ciertas propiedades. Las evidencias luego dirán si esa hipotética existencia es real o sólo el producto de la imaginación del científico.
Como no todas las evidencias son directas ni todas las investigaciones son perfectas, siempre existen casos en donde se conjetura la existencia de una entidad material o de alguna propiedad, y luego se demuestra varios años después su falsedad. Ejemplo de esto es el famoso Flojisto, sustancia que se conjeturó su existencia y que permitía explicar la pérdida o ganancia de peso luego de la reacción de combustión con el aire tanto de la madera como de los metales. El Flojisto nunca existió.
Lo que sí demostró su existencia fue la del oxígeno, pero no hay que recurrir al pasado para ver situaciones similares. Los físicos aún siguen hablando de las famosas cuerdas, entidades materiales donde se conjetura su existencia, ideas que se han formulado con una matemática muy sofisticada, pero aún no existe ninguna evidencia de su existencia. ¿Existirán o no realmente?, aun no lo sabemos. Lo cierto es, que una cosa es conjeturar la existencia de algo o alguien y dejar que ese objeto material realmente exista.
El uso de las evidencias en ciencia es precisamente controlar la creatividad e imaginación de los científicos. Como la imaginación da para todo, no podemos confiar en la existencia de las cuerdas sólo porque esta idea es repetida por muchos físicos. Quizás todos ellos estén equivocados, pero tampoco podemos cortarles las alas a los científicos, ya que no porque no tengan evidencias de la existencia de las cuerdas, debemos cortarle los fondos para que sigan trabajando esa idea. Mientras nadie lo demuestre, las cuerdas seguirán siendo una buena idea pero cuya real existencia es incierta.
Si cortamos el financiamiento para investigar ideas con un referente material incierto, entonces nunca se habrían financiado las investigaciones en la teoría atómica. Por ejemplo, la idea de los átomos tiene varios siglos, pero las primeras evidencias respecto de la existencia de los átomos fueron a principios del siglo XIX, con las líneas de emisión de radiación de gases, evidencia bastante indirecta.
Actualmente, en el año 2013, la última evidencia reportada a favor de la existencia de los átomos muestra la densidad electrónica de un átomo de hidrógeno (Stodolna et al., 2013), el famoso orbital 1s1 el cual en mis tiempos de estudiantes nunca vi alguna observación o medición de su forma, sólo simulaciones computacionales. Gracias a las modernas técnicas de medición se han obtenido evidencias respecto de que la forma predicha desde la ecuación de Schrödinger se ajusta bastante bien a la forma real. Los actuales microscopios de efecto túnel y de fuerza atómica ya nos tienen a casi un paso de “ver” átomos. Lo que sí, nuestras ideas respecto al átomo distan muchos de ser perfectas, es decir, las ideas aún no se ajustan del todo a los objetos materiales a las cuales se refieren.
Actualmente nuestra teoría atómica es un sistema de ideas que nos acercan a comprender alguna de las propiedades de los átomos, de forma bastante aproximada y aun con muchas limitaciones. La Química y la Física siguen avanzando al respecto, pero las ideas de la Física y la Química no son meras especulaciones de ciencia ficción como tampoco son mitos o leyendas. Estás ideas son hipótesis científicas debidamente fundadas y contrastadas positivamente. En la antigüedad teníamos otras ideas respecto de la materia, creíamos que toda la materia era una mezcla de tierra, aire, fuego, agua y éter en distintas proporciones. Actualmente esas ideas fueron reemplazadas por otras mejores, con la idea de los átomos y moléculas. Las primeras eran ideas más mitológicas, las segundas están dentro de la categoría de científicas. A continuación explicaremos esta clasificación.
III.2.5. Mitos
Me referiré brevemente a los mitos, sólo porque permite aclarar de mejor manera una idea científica. Adoptando una definición personal, que se ajusta de mejor modo al propósito de este libro que la de la RAE, un mito lo definiré como una idea cuyo propósito es explicativo, pero que ha sido transmitida de generación en generación y que tiene una aceptación meramente social e intersubjetiva, ya sea por ingenuidad o por entretenimiento.
Me atreveré a afirmar que un mito no necesariamente es verdadero o falso, sino que su veracidad no ha sido estimada. Ejemplo de mitos en Chile es el mal de ojo, esta idea se refiere a una propiedad que presentarían ciertas personas que tienen una “mirada fuerte” y sería la causante de enfermedades de niños o plantas. Es decir, una persona con la pura mirada podría enfermarlo a usted o a mí. En Chile la cinta roja anti-mal de ojo en bebés está muy popularizada, hasta el día de hoy no hay pruebas a favor, pero tampoco conozco a nadie que haya realizado una experiencia que demuestre su falsedad.
Otro ejemplo de mito en la población infantil es Santa Claus, idea que se propaga en muchas sociedades occidentales en los niños para entretenerlos, haciéndoles creer que un hombre viejo y barrigón, vestido de rojo, es quien reparte los regalos a quienes se han portado bien. Los adultos que propagamos esas ideas obviamente la ponemos en la categoría de ficción. Es evidente que a nosotros los padres nos conviene que crean eso los niños, para, en parte, controlarles su comportamiento bajo la temible amenaza, ¡si te portas mal Santa Claus no te traerá ningún regalo!, como también el hacerlos felices con esa fantasía.
Algunos científicos han planteado que ciertas ideas que se creían científicas y que fueron meros mitos propagados por el peso intelectual de su creador. Por ejemplo, la idea del éter de Aristóteles el cual se estuvo buscando varios siglos después de su muerte, incluso a principios de 1900. Otra idea que anda rondando por allí y que en mi opinión cae dentro de esa categoría es el mito del Chí, la supuesta energía vital que todos tenemos y que podemos concentrar para aumentar nuestros poderes físicos.
El tema de los mitos no es menor. Precisamente, cuando la aceptación de una idea pasa meramente por el peso intelectual o psicológico de su creador, sin dudar de la real referencia material que el contenido de la idea pueda tener, podríamos estar ante un mito que puede llegar a manipular a las personas. La base de toda secta pasa precisamente por aceptar acríticamente las ideas de un líder y aceptarla principalmente por la presión social del grupo.
El afirmar que junto con un cometa llegará una nave espacial a llevarnos al paraíso, pareciera una idea de mera ciencia ficción, pero créalo o no, esa idea fue aceptada, sin ninguna evidencia de la real existencia de ese objeto, por un grupo de seguidores del “líder” de la secta llamada “Heavens Gate”, secta que terminó cometiendo suicidio masivo para “subir a la nave”.
Hace menos de una semana mientras estoy escribiendo estas líneas, un nuevo líder de una secta (secta de Colliguay), quien vivía por coincidencia a muy pocos kilómetros de mi hogar, afirmó que un bebé recién nacido era el anticristo en base a una mera interpretación subjetiva de datos e ideas místicas, por lo que decidió quemar al bebé de unos pocos meses de edad. Lo triste de todo esto es que este criminal tenía seguidores, todos ellos adultos, algunos con educación universitaria completa. A pesar de esto, aceptaron de forma meramente intersubjetiva y acrítica las afirmaciones de su líder, sin evidencias, una idea que se asumió como cierta sólo por no tener juicio crítico, sumado a problemas psicológicos de falta de identidad de sus seguidores.
Quizás creerá que este caso es muy extremo, pero la cantidad de ideas que se aceptan de forma meramente intersubjetiva es enorme en nuestra sociedad. Los canales de energía de nuestro cuerpo, que se explotan supuestamente a través de la acupuntura es una idea cuya aceptación hasta donde sé es meramente social, no hay evidencias que estos canales existan realmente, como tampoco hay evidencias que estas agujas los estimulen o bloqueen. Lo mismo pasa con muchas pócimas homeopáticas, terapias de Reiki, aromaterapia etc. (si me equivoco me pueden mandar los artículos científicos, que lo demuestren con evidencias concluyentes y borraré esta frase de una posible segunda edición de este libro). Si usted se da la molestia de buscar estudios científicos por ejemplo de Reiki, encontrará algunos pocos que sólo han logrado establecer algunas débiles tendencias estadística entre la práctica de Reiki y la disminución del dolor (Thrane & Cohen, 2014), quedando la duda si es efectivamente un efecto biológico o solamente psicológico. También se ha relacionado a la práctica del Reiki con el alteramiento de alguna función biológica (Baldwin et al., 2010), es decir, una correlación en general muy baja, pero aún no han podido encontrar algún mecanismo o algún fundamento que permita despejar las dudas respecto si estos estudios son realmente meras tendencias fortuitas, fraudes o estamos realmente ante una nueva propiedad de los seres humanos.
Quizás detrás de esos mitos hay una que otra gema del conocimiento a la cual encontrarán fundamento y evidencia en el futuro y pasará a formar parte de la ciencia, pero mi llamado es a ser más crítico y escéptico con la información recibida. No podemos ser tan laxos en dejar que los mitos guíen nuestras vidas, coarten nuestras libertades, o nos lleven a cometer crímenes como los anteriormente descritos. A continuación en la Tabla 5 usted encontrará una lista de ideas cuya aceptación es social, un mito con todas sus letras, de las cuales no hay suficiente evidencia ni fundamentos, pero a pesar de esto mucha gente actúa sobre la base de ellas.
Tabla 5. Mitos actuales.
Mito | Evidencia |
El mal de ojo | Circunstancial |
Chupacabras | Ninguna |
Rezar para minimizar accidentes | Circunstancial |
No tocar la copa antes de salir campeón | Circunstancial |
Conejo de Pascuas | Ninguna |
Complejo de Edipo | Circunstancial |
De la Tabla 5 el mal de ojo es una idea que hace referencia a una supuesta propiedad que tiene la visión de algunas personas de enfermar a otro ser vivo. Es un mito por cuanto se acepta socialmente aunque no existen evidencias de la existencia de esta propiedad.
Por otra parte, existe el mito comúnmente llamado cábala, que dice que los integrantes de un equipo de fútbol no pueden tocar la copa de campeón antes de disputar la final de un torneo. Esto por cuanto arroja mala suerte, este mito aunque no lo crea tiene evidencia a favor y en contra. Por ejemplo, mi club de fútbol favorito el cual disputó la final de la Copa Sudamericana 2011, su capitán se negó a tocar la copa de campeón el día antes del partido para evitar portar la maldición de la copa y perderla. Efectivamente, el club de fútbol Universidad de Chile ganó esa final, la primera y única copa internacional que ha ganado y podría decirse que esa es una evidencia a favor, pero sabemos que es circunstancial por cuanto se ha dado también casos contrarios.
La interpretación y aceptación subjetiva de las ideas puede que alguna vez genere una idea asertiva. Por mera intuición existe la posibilidad de acertar con una idea, por ejemplo, usted puede ser capaz de anticiparse a las malas intenciones de una persona, por algún gesto, alguna mirada.
A pesar de esta posibilidad, la aceptación subjetiva e intuitiva de las ideas, tanto en la vida como en la ciencia es muy peligrosa. La creación, interpretación e incluso la aceptación intuitiva y subjetiva de las ideas es una estrategia que históricamente se ha transformado en una máquina productora de mitos y de sectas. Como vimos anteriormente, estos pueden llegar a ser tremendamente dañinos. Lamentablemente las estrategias subjetivistas de investigación están muy de moda y se defienden en algunas investigaciones de corte más social.
De todas formas, el tema anterior da para un libro entero que espero escribir a la brevedad. En mi opinión la sociedad necesita un “filtro de mitos” y lamentablemente están de moda las fábricas que los producen y lucran con ellos y el crimen de la “secta de Colliguay” que mencioné anteriormente me ha motivado a aportar en algo al tema.
III.2.6 Ficciones.
Las ficciones a diferencia de los mitos, son ideas que se crean, las cuales se sabe de antemano que no tienen referencia real alguna. Es decir, son ideas sin referencia en la realidad material, son objetos, entes, propiedades meramente imaginarias, están en la cabeza del creador pero no en la realidad y tienen un mero propósito cultural para la diversión.
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