Kitabı oku: «Texto, edición y público lector en los albores de la imprenta», sayfa 6
Todo ello sin tener en cuenta otras posibles ayudas a impresores y libreros de otras ciudades, que posiblemente algún día lleguemos a saber, como indicaba Pedro Sainz Rodríguez, si conseguimos descubrir todas las cuentas del arzobispo y después cardenal Cisneros.26
En relación al mercader y librero Melchor Gorricio es intersante su predilección por la edición de libros literarios y docentes, caso de Los Comentarios de Julio César (Toledo, Pedro Hagembach 1498, a costa de Melchior Gorricio); Egidio Romano, Regimiento de Príncipes, trad. de Juan García de Castrojeriz, e impreso en Sevilla por Meynardo Ungut y Estanislao Polono, 1494, a costa de los mercaderes de libros Conrrado Alemán y Melchior Gurrizo; Julián Gutiérrez de Toledo, Cura de la piedra y dolor de la yjada, Salamanca, Pedro Hagembach a costa de Melchor Gorricio Mercader, Toledo, 1498; etc.
Resalta en estos mercaderes-libreros su relación con altos cargos políticos y religiosos a los que ofrecen sus servicios (Reyes Católicos, Cristóbal Colón, cardenal Mendoza, cardenal Cisneros, obispo de Burgos, etc.), así como su interés por obras docentes y religiosas (la mayoría de las veces financiadas por los reyes, arzobispados u obispados). Las obras religiosas tiene mucho que ver con la nueva espiritualidad, caso de las Meditaciones de la vida de Christo del Cartujano, traducidas por fray Ambrosio de Montesino, estampadas por Polono en Alcalá de Henares en cuatro volúmenes, y patrocinadas por Isabel la Católica.
¿Por qué los Gorricio u otros libreros y comerciantes al servicio del Arzobispo de Toledo o incluso de los Reyes Católicos no pudieron ser también los editores y financieros de la Comedia de Calisto y Melibea, tanto de las estampaciones de Toledo, Burgos y Sevilla, como la más que probable de Salamanca? Por los datos que poseemos, parece ser que sí. Aspectos que retomaré más adelante.
Reflexiones finales
Como ya dije en varios trabajos anteriores, la Celestina nació en el seno de la universidad y posiblemente buscó el editor (o editores) al público escolar como posible comprador, si bien unos pocos años después este texto ampliaría enormemente su público receptor, convirtiéndose en un canon literario y cultural, pero aun así, no queda resuelto el problema de las cuatro ediciones en el plazo de un año, más o menos (una en Salamanca —perdida—, otra en Toledo, e inmediatamente otras dos, una en Sevilla y otra en Burgos —o al revés—). Algo más tuvo que ocurrir en este periodo que va de 1500 a 1502, para que al menos estuvieran en el mercado cuatro ediciones.27
A partir de lo analizado sobre los talleres de impresión de las tres ediciones conocidas de la Comedia, podemos establecer una serie de paralelismos con otras obras más o menos literarias, que probablemente pasaron a ser modelos imitativos en la educación, junto con otras específicamente universitarias (pleitos de derecho, manuales de medicina, leyes y fueros, etc.) y, finalmente, aquellas potenciadoras de una cristiandad renovada, las cuales tuvieron varias ediciones por los mismos impresores:
– López de Mendoza, Iñigo, Marqués de Santillana, Bías contra Fortuna, Sevilla, Estanislao Polono, 1502; Toledo, Pedro Hagembach, 1502?.
– López de Mendoza, Íñigo, Marqués de Santillana, Los proverbios. Tractado de providencia contra fortuna, Sevilla, Estanislao Polono, 1500 (3 junio); Toledo, Pedro Hagembach, c. 1500.
– El doctor Juan Infante, Forma libelandi, Sevilla, Estanislao Polono, 1497; Sevilla, Estanislao Polono, 1500 (19 marzo); Toledo, Pedro Hagembach, 1500 (5 agosto); Burgos, Fadrique Biel de Basilea, ca. 1500; es un libro de procedimientos de derecho.
– Séneca, Proverbios, Toledo, Pedro Hagembach, 1500 (10 febrero); Sevilla, Ungut y Polono, 1495. Existen otras ediciones anteriores de Zaragoza (Pablo Hurus, 1491) o de Zamora (Antonio de Centenera 1482).
– Arcipreste de Talavera, El arcipreste de talavera que fabla delos vicios delas malas mugeres E complexiones de los hombres, Sevilla, Meinardo Ungut y Estanislao Polono, 1498 (10 mayo); Tratado contra las mugeres que con poco saber mezclado con malicia dicen e facen cosas no debides, Toledo, Pedro Hagembach, 29 octubre 1499; El arcipreste de talavera que fabla delos vicio dlas malas mujeres E con lexiones de los onbres, Toledo, Pedro Hagembach, 1500 (20 julio).
– Alonso de Madrigal, el Tostado, Confessional, Burgos, Fadrique Biel de Basilea, 29 enero 1500; Toledo, Pedro Hagembach, 1501-1503.
– Bocados de Oro, Sevilla, Meynardo Ungut y Estanislao Polono, 1495; Toledo, Pedro Hagembach, 1502.
– San Antonino de Florencia, Confessionale «Defecerunt». Suma de confesión, Sevilla, Meinardo Ungut y Estanislao Polono, 7 abril 1492; Burgos, Fadrique de Basilea (1492) y Fadrique de Basilea, 6 julio de 1499; [Salamanca, Hans Gysser, ca. 1500]; Sevilla, Ladislao Polono y Jacobo Cromberger, 1503; Toledo, Sucesor de Hagembach, 1504.
– Leyes del estilo y declaraciones sobre las leyes del Fuero, Pedro Hagembach, 1498; Burgos, Fadrique de Basilea, 1498; Salamanca, Tipografía de Nebrija, 1500; [Toledo, Pedro Hagembach, c. 1500]28, Salamanca, Juan Gysser, 1502.
– Juan de Mena, Las trezientas, Sevilla, Ungut y Polono, 1496, 12 de enero; Sevilla, con la glosa de Fernán Núñez, por tres alemanes, 1499; Toledo, Pedro Hagembach, 1501 (7 diciembre).
– Juan de Mena, Coronación, Sevilla, Estanislao Polono, 1499, 12 de noviembre; Salamanca, s.i., 1499; Zaragoza, Pablo Hurus, 1499; Toledo, Sucesor de Pedro Hagembach, 1504.
Si a ello añadimos que Estanislao Polono fue el impresor de varias obras de Pere Deguí o Daguí sobre Ramón Llull (quien murió en Sevilla en 1500 y dejó muchos discípulos, entre otros a Jaime Janer, Arnaldo Descós y el propio Cisneros),29 y que el único personaje real conocido de la edición de la Comedia de Calisto y Melibea fue Alonso de Proaza, gran lulista, al igual que el arzobispo de Toledo, quien potenció la edición de sus obras y la creación de las cátedras lulistas en las universidades de Valencia y Alcalá de Henares,30 nonos debería extrañar que en la estampación de la Comedia estuviera detrás un personaje tan ilustre como el Arzobispo de Toledo y/o los Reyes Católicos31 y que esta obra entrara dentro de sus esquemas educativos y potenciadores de una nueva religiosidad.
En 1510, Proaza editó la Disputatio Raymundi et Hamar Sarraceni primo habita inter eos in urbe Rugiae Sermone Arabico, postea translata in Latinium ab eodem Lullo, en la ciudad de Valencia, en el taller de Jofré, impresión en la que incluyó la Bartholomeo Gentili Epistola, una carta-prólogo muy similar a la «Carta del autor a un su amigo» que hallamos en Celestina y que sirve para agradecer al genovés su ayuda económica en la labor de la estampación.32 Volvemos otra vez a las relaciones entre editores-mercaderes-libreros italianos con la nobleza y curia eclesiástica para la edición de textos específicamente filosóficos y docentes.
Podríamos pensar, ¿qué tienes que ver toda esta escuela filosófica con la Celestina? Ya comenté hace tiempo que «en el texto del «antiguo Auctor» está compendiada la problemática entre las diferentes escuelas intelectuales de la época, donde se pone en cuestión la escolástica,33 el uso abusivo de las autoridades, la primacía de la razón sobre la fe de la escuela tomista, las falacias de la lógica tradicional, e incluso las fórmulas compositivas poéticas, invirtiendo todos los esquemas de la enseñanza tradicional».34 Tanto la Metaphysica de Daguí35 como el de Nova logica y el Ars inventiva veritatis (editados estos últimos por Proaza) reconstruyen una lógica crítica con la escolástica aristotélica, configurándose una síntesis escotista-lulista más de acorde con la tradición parisina y franciscana.36 Aspectos que resurgirán con fuerza a propuesta de Cisneros años después en la nueva universidad de Alcalá a través de las ediciones lulianas de Arnao Guillén de Brocar y financiadas de nuevo por el Cardenal.37 También sucederá lo mismo en el Estudio General de Valencia, con la figura de Proaza y posteriormente de su discípulo Joan Bonllaví, editor del Blanquerna, y de la Logica Nova. La edición valenciana del Blanquerna aparece en un contexto de relaciones estrechas y constantes entre los diversos núcleos peninsulares: Valencia, Alcalá, Barcelona, y el insular de Mallorca.38 Los gastos de impresión corrieron a cargo de Gregorio Genovart, canónigo mallorquín que había sido maestro de Nicolau de Pacs o Pax.39
Pero además de todos estos aspectos que relacionan la filosofía luliana con la Comedia de Calisto y Melibea, habría que incluir otros conectados con la filosofía moral (ética). A partir de la traducción de la Ética a Nicómaco por Leonardo Bruni en el siglo xV, se desarrolló una amplia controversia en los círculos nobiliarios y universitarios, en la que participaron grandes humanistas como Pier Cándido Decembrio, Filelfo, Lorenzo Valla, etc., y en España se escribieron muchos tratados morales pensados y dirigidos a los diferentes círculos nobiliario-eclesiásticos: corte de Alfonso el Magnánimo, corte de Juan ii y Enrique iV, círculo de los Mendoza y círculo del arzobispo Alfonso Carrillo, del arzobispo Cisneros, etc.40
Me centraré en Alfonso Ortiz, canónigo de la catedral de Toledo, personaje para mí de gran importancia en los últimos decenios del siglo xV. Desde 1496 colaboró con el arzobispo de Toledo en la recuperación del rito mozárabe de la diócesis, y fue el encargado de revisar las impresiones del Missale Toletanum (Toledo, Pedro Hagembach, a cargo de Melchor Gorricio, 1 de junio de 1499) y del Missale mixtum secundum regulam beati Isidori, dictum mozarabes (9 de enero de 1500, también a cargo de Melchor Gorricio). El propio Ortiz ya había colaborado en la reedición de muchos textos litúrgicos de obispos anteriores. Además, es autor de un Diálogo sobre la educación del príncipe don Juan, una Consolatoria por la muerte del príncipe Don Juan, Los tratados, publicados en Sevilla en 1493 y un Liber dialogorum, en manuscrito y nunca editado, escrito entre 1467-1475 y dedicado al Arzobispo Carrillo. Como ya comenté en otro trabajo,41 Ortiz ataca en el Liber dialogorum al De vita beata de Lucena, y tiene puntos en común con el De Vero Bono de Lorenzo Valla. Es un texto que entraría de lleno en ese intento de cristianizar de nuevo la filosofía moral peripatética, platónica y estoica, centrándose ante todo en la vida futura, pues el «bien» ha dejado de ser terrenal y únicamente se concibe como «sumo bien», y la felicidad se transforma en «bienaventurança». Aspectos que encontramos en la Comedia de Calisto y Melibea.42
Además, si aceptamos la tesis de Alphonse Vermeylen43 de que la frase en el parlamento de Sempronio del primer Acto, donde dice: «¿No has rezado en la festividad de sant Juan, do dize: Esta es la mujer, antigua malicia...?», que hace referencia al sermón de Pedro Crisólogo, pero en este caso relacionado con el comentario al capítulo 14 del evangelio de San Mateo (según la liturgia mozárabe), y no referido al de San Marco, como sería el caso en la liturgia romana; y si tenemos en cuenta, además, que los códices de esta liturgia en letra visigótica eran muy difi de leer y entender incluso por los clérigos, podemos pensar perfectamente que el que compuso la Comedia, al menos el primer Auto, debería tener una más que probable relación con el grupo de Alfonso Ortiz y/o los párrocos que le ayudaron en la confección del Misal mozárabe. Si bien no pienso, como hace Alphonse de Vermeylen, que el autor del primer Auto de la Comedia de Calisto y Melibea, por su conocimiento del latín y la perfecta traducción de la cita del misal mozárabe, sea un clérigo de las parroquias más antiguas de Toledo o de alguno de los conventos de los alrededores que todavía mantenían dicha liturgia.
Finalmente, quisiera resaltar el escudo real en la página final (contraportada) de las ediciones toledana y sevillana de la Comedia. Pienso que no es casual esta incoporación a las primeras ediciones de la Celestina (si exceptuamos la de Burgos, puesto que carecemos del folio o folios finales). Si analizamos la producción de las imprentas aquí estudiadas, sobre todo las de Pedro Hagembachy Estanislao Polono, podemos inferir que el uso de los escudos está muy delimitado. Así será usual encontrar el escudo de los arzobispos cuando las obras estén estrechamente relacionadas o financiadas por ellos. En la imprenta de Hagembach, y en los años que nos ocupan, se incluye el escudo real en El arcipreste de talavera que fabla de los vicio de las malas mujeres e conplexiones de los onbres (1500), en la Vita divi Hieronymi Pauli [1500-1503] (obra que ya había salido de las prensas de Fadrique de Basilea c. 1498), y en el Cancionero de Ambrosio de Montensino,44 franciscano que perteneció a la corte de los Reyes Católicos. Por tanto, textos de una nueva espiritualidad o de personas de confianza de los Reyes Católicos, sobre todo de Isabel, quien potenció sus ediciones.
Por su lado, el escudo de los Reyes Católicos usado en la Comedia de Calisto y Melibea sevillana de Polono se incluyó también en la última página de las Ordenanzas reales de Castilla o Libro de las leyes, Sevilla, 1498, y en las Ordenanzas Reales sobre los paños hechas por Fernando v e Isabel i de Castilla Granada, 15 sep. 1500, Estanislao Polono a expensas de Niculoso de Monardis, 26 de noviembre de 1500.45
Posiblemente, la edición burgalesa llevara un escudo real en la última hoja, ya que sería algo difícil que terminara con el colofón en página par. El propio Fadrique de Basilea también utilizó el escudo real en diversas Ordenanzas reales.
Pienso, pues, que las primeras ediciones de la Comedia tuvieron mucho que ver con mercaderes-libreros al servicio de los poderes civiles y/o religiosos, los cuales financiaron múltiples ediciones casi simultáneas a instancias de la realeza y de la curia (arzobispo de Toledo), en un intento de defender y proponer una nueva religiosidad y educación a los jóvenes, y la Comedia de Calisto y Melibea seguramente entró por su forma y contenido dentro de sus esquemas renovadores.
1 Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto de Investigación FFI2011-25429, concedido por el Ministerio de Economía y Competitividad.
2 Impresor de origen alemán, instalado en Valencia con seguridad en 1493, aunque posiblemente estuviera antes en dicha ciudad, puesto que existen varios documentos de 1491 que han sido asociados a su taller. En Valencia trabajó junto al impresor de origen alemán Leonardo Hutz. En la ciudad del Turia, gran parte de sus obras fueron financiadas por el mercader Jaime de Vila. Después de un periodo del que nada se sabe, aparece en Toledo en 1498, donde llegó llamado por el conocido comerciante italiano y librero Melchor Gorricio.
3 Existen diferencias sustanciales respecto a las fechas a las que alude la constelación de Géminis al ser recorrida por el sol. Según los astrónomos, hay un desfase que se produce por un fenómeno denominado precesión de los equinocios, y por tanto las fechas astrales serían entre el 21 de junio – 21 de julio; pero en el siglo xv-xvi posiblemente correspondieran al periodo mayojunio (como así aparecen relacionados dichos meses con Géminis en las puertas de la catedral de Chartres en París).
4 En la edición de Sevilla 1501: «El carro phebeo despues de auer dado / mill quinientas y una bueltas en rueda / ambos entonces los hijos de leda / a phebo en su casa tienen posentado / [...] fue en Sevilla impresso y acabado». En la Tragicomedia, Zaragoza, 1507: «El carro de Phebo despues de auer dado / mil quinientas y siete bueltas en rueda: / ambos entonce los hijos de Leda /a Phebo en su casa tenien posentado / [...] fue en çaragoça impresso acabado». Pero ya se modifica en Valencia, 1514: « carro phebeo despues de auer dado / mill & quinientas bueltas en rueda / ambos entonçes los hijos de Leda / a phebo en su casa tenien possentado / [...] fue en Salamanca impresso acabado», que hizo presuponer a la crítica de que se estaba utilizando una edición de Salamanca anterior a la estampación de esta copia y la siguiente valenciana.
5 Por ejemplo, la edición de la Comedia sevillana de 1501 para hacer resaltar la novedad de su versión incluye en la portada: «con sus argumentos nuevamente añadidos»; en la Tragicomedia de 1507 de Zaragoza: «nuevamente añadida lo que hasta aqui faltava de poner en el processo de sus amores»; en la de Valencia de 1514: «Tragicomedia de Calisto y Melibea, nuevamente revista con addicion de los argumentos de cada un auto en principio»; etc.
6 Ya Francisco Vindel puntualizaba sobre el ejemplar de Burgos: «¿Falta la portada? Comienza la signatura en ai. El ejemplar está incompleto, y la marca de Fadrique que figura al fin es una mixtificación. No creemos que este libro sea incunable, aunque sí impresión de Fadrique de Basilea, hacia 1501 a 1505», El arte tipográfico en España durante el siglo xv, editado por la Dirección Gral. de Relaciones Culturales, Madrid, 1951-1959, tomo iv, pág. 291, ficha 91.
7 Según las Actas Capitulares de la Catedral de Toledo, el 12 de agosto de 1500 hay un acuerdo para dispensar a Alfonso Ortiz de su presencia en el coro por estar corrigiendo este Misal mozárabe. Según Ramón Gonzálvez, la corrección del misal duró más de siete meses y la operación de impresión no había comenzado todavía en agosto de 1500. La fecha de enero corresponde al momento de la composición tipográfica. («Cisneros y la reforma del rito hispano-mozárabe», conferencia pronunciada en el Congreso sobre «Cisneros y la Biblia Complutense», celebrado en la Loyola University, Chicago (USA), 7 a 12 de junio de 1999, pp. 165-207; la cita en pág. 197. En línea: http://www.realacademiatoledo.es/files/anales/0040/05.pdf
8 No se conserva ejemplar. Lo citan: Nicolás Antonio, Bibliotheca Hispana Vetus, Reedición facsimilar, Madrid, Visor Libros, 1996, 2 vol. ii, p. 351; K. Haebler, Bibliografía ibérica del siglo xv. Enumeración de todos los libros impresos en España y Portugal hasta el año de 1500, La Haya-Leipzig,1903-1917, item 291; Francisco Vindel, El arte tipográfico en España durante el siglo xv, Madrid, 1945-1954, t. 6, p.119, nº 33; A. Palau, Manual del librero Hispano-americano, Barcelona, Sub. anticuaria de A. Pa- lau, t. 6, p. 121; Francisco Méndez, Tipografía española..., Madrid, 1861, p. 148 y p. 308; Cristóbal Pérez Pastor, La imprenta en Toledo..., Madrid, Imprenta y fundición Manuel Tello, 1887, p. 17.
9 Vid. José María Torres Pérez, Catálogo de incunables de la Biblioteca de la Universidad de Navarra, con prólogo de Julián Martín Abad, Pamplona, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 2003, núm. 37.
10 Frederick J. Norton, A Descriptive Catalogue of Printing in Spain and Portugal, 1501-1520, núm. 1030, piensa que es de 1502 y de los sucesores de Hagembach.
11 La imprenta en Toledo: descripción bibliográfica de las obras impresas en la imperial ciudad desde 1483 hasta nuestros días, Madrid, Imprenta y fundición Manuel Tello, 1887, p. XX.
12 Moll Roqueta, Jaime, «Un cuaderno mal contado en la Celestina de Toledo, 1500», Incipit xxvxvi (2005-2006), pp. 441-444, quien analiza la composición del pliego f, con un error en la cuenta de una página, lo que obliga al componedor a quitar dos líneas en el pliego externo y el añadido de palabras junto con el desarrollo de las abreviaturas de los personajes para completar la forma externa del pliego. Véase también a Francisco Rico, «Crítica textual y transmisión impresa (para la edición de La Celestina)», en Imprenta y crítica textual en el Siglo de Oro. Estudios publicados bajo la dirección de Francisco Rico, ed. de Pablo Andrés Escapa y Sonia Garza, Universidad de Valladolid-Centro para la Edición de los Clásicos Españoles, Valladolid, 2000, pp. 223-241 y a Remedios Prieto y Antonio Sánchez, «Las abreviaturas en cuatro ediciones tempranas de la Celestina: Toledo 1500, Burgos 1499-1502 (?), Zaragoza 1507 y Valencia 1514. Catalogación, cuantificación y consecuencias editoriales», Celestinesca 38 (2014), en prensa, quienes descubren que la plana b vj r tiene 31 líneas, una menos de las 32 habituales.
13 José Luis Canet, «Introducción» a la Comedia de Calisto y Melibea, Valencia, PUV, 19, pp. 103 y 114-129.
14 La Comedia de Calisto y Melibea, Toledo, Pedro Hagembach, 1500 (edición facsimilar realizada por Daniel Poyán Díaz, Cologny-Ginebra, Biblioteca Bodmeriana, 1961), p. 9.
15 Alonso Víctor de Paredes, Institución y origen del Arte de la Imprenta y reglas generales para los componedores, Edición, prólogo y epílogo de Jaime Moll y Nueva noticia editorial de Víctor Infantes, Madrid, Calambur, Biblioteca Litterae, 1, 2002.
16 Sevilla, Libros Pórtico, 2009, Vol. 1, p. 198.
17 Martín Abad J., y Moyano Andrés I., Estanislao Polono, Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá Centro Álvarez Márquez, MC., Impresores, libreros y mercaderes de libros en la Sevilla del quinientos: Impresores,Internacional de Estudios Históricos Cisneros, 2002, p. 22 y ss.
18 Para una descripción del ejemplar único conocido, encuadernado junto a unos versos manuscritos franceses, véase a Marta Albalá Pelegrín, «Un códice misceláneo: la Comedia de Calisto y Melibea, Sevilla, 1501, Rès Yg. 63, BNF», Bulletin of Spanish Studies lxxxvi-4 (2009), pp. 435-458.
19 Mercedes Fernández Valladares, La imprenta en Burgos (1501-1600), Madrid, Arco Libros, D.L. 2005, vol. i, p. 129.
20 Sobre la no aceptación de que esta edición sea de 1499, véase: Francisco Vindel, El arte tipográfico en España durante el siglo xv, editado por la Dirección Gral. De Relaciones Culturales, Madrid, 1951-1959, tomo iv, pág. 291, ficha 91; Luis Montañés, «El incunable toledano de la Comedia de Calisto y Melibea», Anales toledanos 8 (1973), pp. 131-180; Julián Martín Abad, Post-incunables ibéricos, Madrid, Ollero & Ramos Editores 2001, pp. 456-458; Mercedes Fernández Valladares, La imprenta en Burgos (1501-1600), Madrid, Arco/Libros, 2 vols 2005: i, pp. 352-368; Víctor Infantes, La trama impresa de Celestina. Ediciones, libros y autógrafos de Fernando de Rojas, Madrid, Visor Libros, 2010, pp. 28-46; Jaime Moll, «Breves consideraciones heterodoxas sobre las primeras ediciones de La Celestina», Voz y Letra. Revista de Literatura, xi, i, pp. 21-25 y Problemas bibliográficos del libro del Siglo de Oro, Madrid, Arco/Libros, col. Instrumenta Bibliologica, 2011, pp. 263-268; o José Luis Canet (ed.) Comedia de Calisto y Melibea. Edición crítica, introducción y notas, Valencia, Universitat de València, 2011; quienes la han fechado, aunque con matices, entre 1500 y 1502.
21 Jean Charles Brunet, Manuel du libraire et de l’amateur de livres, Paris. F. Fidot, 1860-65 (5ème. ed.) vol. 1, pág. 1715 b.
22 Cristóbal Pérez Pastor, La imprenta en Toledo: descripción bibliográfica de las obras impresas en la imperial ciudad desde 1483 hasta nuestros días, Madrid, 1887, p. x.
23 Juan Manuel Sierra López, El misal toledano de 1499, Toledo, Instituto Teológico de San Ildelfonso, 2005, p. 58.
24 Baltasar Cuartero y Huerta, «Los Colón en la Cartuja», 1952. En red: <http://institucional. us.es/revistas/rasbl/16/art_9.pdf>.
25 «De la manuscritura a la imprenta. Formación de la biblioteca del Colegio de San Ildefonso», Civitas Librorum. La ciudad de los Libros, Alcalá de Henares 1502-2002, Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá, 2002, pp. 55-82.
26 La siembra mística del Cardenal Cisneros y las reformas en la Iglesia, Discurso leído el día 10 de junio de 1979 en su recepción pública por Pedro Sainz Rodríguez... en la Real Academia Española, Madrid, Imp. Doserre, 1979; el listado de las obras cisnerianas en las pp. 134-150; la cita en p. 52.
27 José Luis Canet, «Celestina: ‘sic et non’. ¿Libro escolar-universitario?», Celestinesca 31-1 (2007), págs. 23-58.
28 Elisa Ruiz García, «El documento incunable: el gran desconocido», Documenta & Instrumenta, 2 (2004), pp. 57-67. Norton, n. 1030, piensa que este ejemplar de Salamanca es de 1502 y de los sucesores de Hagembach.
29 Pere Degui Janua artis Raimundi Lulli, Sevilla, Estanislao Polono, 26 junio de 1500; Pere Degui, Liber formalitatum, Metaphysica nominatus. De differentia, Polono, 22 junio; 20 mayo, 1500; Pere Degui, Incipit opus divinum continens in se quattuor videlicet methaphisicam, phisicam, logicam et plurificablem distinctionem, Sevilla, 1500.
30 Como ya comenté en otros trabajos, el lulismo entró en la Universidad Complutense a través de Nicolás de Pax y en Valencia mediante Alonso de Proaza. El cardenal Cisneros, que costeó las ediciones lulianas de uno y otro, escribía el 8 de octubre de 1513 a los jurados de Mallorca: «Tengo grande afición a todas las obras del doctor Raimundo Lulio, doctor iluminadísimo, pues son de gran doctrina y utilidad, y así, creed que en todo cuanto pueda proseguiré en favorecerle y trabajaré para que se publiquen y lean en todas las escuelas». Alonso de Proaza empezó su carrera editorial lulista colaborando en el Ars metaphisicalis (1506) de su maestro Jaume Janer, en la que el humanista asturiano incluye un Carmen endecasyllabum en glorificación al arte de Raymundi Lulli. La obra se estampó gracias a Bartolomeo de Gentili, mercader genovés, como otras muchas obras de Ramon Llull en Valencia y Barcelona.
31 Por ejemplo, Pere Daguí, denunciado por el inquisidor dominico mallorquín Fray Gabriel Cacellas, pero una vez absuelto, fue nombrado capellán de los Reyes Católicos. Daguí fue protegido de Fernando el Católico y extendió el lulismo por el reino de Castilla con la ayuda también de la reina Isabel. A él se debe la transformación del «Estudio» catedralicio luliano de Mallorca en Universidad. Por su parte, Jaime Janer, otro importante intelectual lulista, tenía privilegio, expedido por Fernando el Católico en Sevilla en 1500, de enseñar en Valencia la doctrina luliana, el cual intervino en la edición del Ars metaphysicalis en 1506 por Leonardo Hutz y reeditada en 1512, así como del Tractatus de ordine naturae del mismo año.
32 Jordi Pardo Pastor, Alonso de Proaza, «homo litterarum, corrector et excelsus editor», en línea: http://www.hottopos.com/convenit3/jordipar.htm#_ftnref10.
33 Raúl Álvarez-Moreno piensa también que en la Celestina se subvierten los componentes fundamentales de la escolástica referidos al «bien común» (virtud, caridad y justicia distributiva), hasta presentarlos con una redefinición irónica («Amarse a sí, procurar su interés y vivir su ley: los más de tres jaques al bien común en Celestina», en «De ninguna cosa es alegre posesión sin compañía». Estudios celestinescos y medievales en honor del profesor Joseph Thomas Snow, coord. Devid Paolini, New York, Hispanic Seminary of Medieval Studies, 2010, vol. i, pp. 36-53).
34 «Introducción» a la Comedia de Calisto y Melibea, ed. crítica y notas de J. L. Canet, Valencia, Publicacions de la Universitat de València, 2011, p. 65.
35 No debemos olvidar que la Metaphysica, concluida en 1485 y publicada por primera vez en 1489, fue reeditada por Polono en 1500, a la que le añadió el Tractatus de differentia, de filiación claramente escotista, concluido por Pere Daguí en mayo de 1500 (Tractatus de differentia: prout est principium artis divi magistri Raymundi Lull (...) Metaphisica, Sevilla, Estanislao Polono, 1500).
36 Rafael Ramis Barceló, «En torno al escoto-lulismo de Pere Daguí», Medievalia 16 (2013), 235-264.
37 Ramóm Llull, Libellus de amico et amato, Alcalá de Henares, Arnao Guillén de Brocar, 1517 (5 agosto) [Escudo xil. del cardenal Cisneros]; Logicalia, Alcalá de Henares: Arnao Guillén de Brocar, 1518 (27 octubre) [Escudo xil. del cardenal Cisneros]; Opusculum. De anima rationali, Alcalá de Henares: Arnao Guillén de Brocar, 1519 (14 agosto).
38 Joaquín Carreras i Artau, Historia de la Filosofía Española. Filosofía cristiana de los siglos xiii al xv, vol. ii, Madrid, Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 1943, pp. 252-56.
39 José María Sevilla Marcos, «El lulismo en España a la muerte de Cristóbal Colón», Reial Academia Mallorquina d’Estudis Genealògics, Heràldics i Històrics, día 22 de febrero de 2007, en línea: http://www.ramonllull.net/comum/arq/ellulismoenespana.pdf.
40 Véase José Luis Canet, «Los humanistas y la filosofía moral: De la corte del Magnánimo a la de los Reyes Católicos», La Corónica, A Journal of Medieval Hispanic Languages, Literatures & Cultures, vol. 39.1 (2010), pp. 115-146.
41 Idem.
42 Vid. Jean-Baptiste Crespeau, «El concepto filosófico de felicidad en La Celestina», Celestinesca 32 (2008), pp. 109-129.
43 «Una huella de la liturgia «mozarabe» en el auto i de la Celestina», Nueva Revista de Filología Hispánica 32.2 (1983), pp. 325-329.
44 En 1512 fue nombrado obispo de Sarda por el Cardenal Cisneros por sus servicios prestados (actuaba como su obispo auxiliar). Por orden de la propia reina Isabel la Católica tradujo del latín la Vita Christi del cartujo Ludolfo de Sajonia durante los años 1499 a 1501, impresos los cuatro volúmenes en Alcalá de Henares, entre 1502 y 1503, en la imprenta de Estanislao Polono.
45 Para Elisa Ruiz García, «La presencia de la simbólica regia otorgaba un marchamo de escrito ‘oficial’ al soporte material y lo convertía en una pieza digna de crédito. Buena prueba de ello es la estampación de elementos heráldicos y emblemáticos en gran parte de los impresos transmisores de leyes y disposiciones» (p. 230). Y la autora incluye aquellas obras de contenido legal o dispositivo con el escudo regio. Sin embargo, tiene que precisar que: «no son tan evidentes las causas que motivaron la presencia de tales enseñas en libros de contenido muy variado» (p. 234), e incluye un listado de obras que incorporan el escudo de armas reales. Y termina diciendo que «Resulta explicable la presencia de la simbólica real en obras que estaban dedicadas a los soberanos, bien de manera explícita o tácita. En otras haya que presuponer cierto patrocinio de la Corona o un deseo de los autores —materiales o intelectuales— de manisfestar su voluntad de servicio» (p. 238). Los libros de Isabel la Católica. Arqueología de un patrimonio escrito, Salamanca, Instituto de Historia del Libro y de la Lectura, 2004.
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