Kitabı oku: «Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias», sayfa 9

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74. La Vanguardia, de 7 abril de 1981.

75. Declaraciones a La Vanguardia, 13 de octubre de 1981.

76. Ver sus intervenciones en Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. Comisión Constitucional, 1 de junio de 1982, pp. 3979-3980; Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, 23 de junio de 1982, pp. 14646-14648.

77. La Vanguardia, 19, 20, 23 y 24 de diciembre de 1981.

78. Sintes, Qué piensa…, pp. 69-73.

79. Entrevista a Rosa Lluch, Mestres de ciutadania

80. Sintes, Qué piensa…, 26.

81. Ley 14/1986 General de Sanidad de 25 de abril.

82. Entrevista a Ana Marta Guillén, Mestres de ciutadania… Es importante en este sistema el reconocimiento del derecho de ciudadanía, como la coyuntura reciente ha puesto de manifiesto. Véase también de Ana Marta Guillén y Margarita León, eds, The Spanish Welfare State in European Context, Farnham, Ashgate, 2011.

83. Diario de Sesiones del Congreso de Diputados, 11 de junio de 1985, pp. 9852-9855, 9871-9872.

84. Francisco Javier Moreno Fuentes, «Del sistema sanitario de la Seguridad Social al Sistema Nacional de Salud descentralizado» y Manuel Aguilar Hendreickson, «Servicios sociales: las tribulaciones de un sector emergente», en Luis Moreno (ed.), Reformas de las políticas del bienestar en España, Madrid, Siglo XXI, 2009, pp. 101-135 y 171-205 respectivamente; Fernando Lamata Cotanda y Cristina Pérez Andrés, «25 años después de la reforma sanitaria de Ernest Lluch», Revista Española de Salud Pública, 84 (2011), pp. 241-246; Fernando Lamata y Francisco Ortega, «La Ley General de Sanidad (Ley 14/1986 de 25 de abril)», en Francisco Ortega y Fernando Lamata, eds., La dècada de la reforma sanitaria, Madrid, Ex-Libris, 1998, pp. 21-27; Francesc Raventós Pujol, «L’etapa d’Ernest Lluch com a ministre de Sanitat i Consum», Revista Econòmica de Catalunya, 42 (2001), pp. 56-62; María del Carmen Giménez Muñoz, «La reforma sanitaria durante el período de Ernest Lluch (1982-1986)», Historia del Presente, 27 (2026), pp. 131-148.

85. La Vanguardia, 3 de abril de 1985.

86. Ernest Lluch, «La “Operación Primavera” contra la Ley General de Sanidad» en F, Ortega y F. Lamata, La década de la reforma sanitaria…, pp. 29-34 y en el mismo libro: «Anexo III. Notas para una campaña destinada a la sensiblilización de la opinión pública y de la Administración, en torno al tema de la sanidad 83 de enero de 1984)», pp. 495-504.

87. Ley 26/1984, de 19 de julio, General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios; Real Decreto 137/1984, de 11 de enero, sobre Estructuras Básicas de Salud que desarrollaba la atención primaria; Real Decreto 1677/1985, de 11 de septiembre, de Coordinación Interministerial para la ejecución del Plan Nacional sobre Drogas.

88. Ernest Lluch, Darrers escrits, p. 19.

89. Ernest Lluch, La Catalunya vençuda del segle XVIII: foscors i claros de la Il·lustració, Barcelona, Bsrcelona, Edicions 62, 1996; Las Españas vencidas del siglo XVIII, Barcelona, Crítica, 1999; La alternativa catalana (1700-1714-1740) (2000). Lluis Foix, entrevista en Mestres de Ciutadania

90. Ernest Lluch, «L’Espanya invariable», Darrers escrits, 247.

91. Ernest Lluch, «Perquè soc austrohongarès», Darrers escrits, p. 258.

92. Miguel Herrero de Miñón y Ernest Lluch (eds.), Derechos históricos y constitucionalismo útil, Barcelona, Crítica, 2001.

MUJERES Y UNIVERSIDAD EN REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO. UNA PRIMERA APROXIMACIÓN

YOLANDA BLASCO GIL y EVA MARÍA JURADO CEPAS

Universitat de València

A Greg Basue Babu Kazadi, In memoriam...

MODELOS DE EDUCACIÓN EN ÁFRICA

Las creaciones culturales son elaboradas y difundidas por las instituciones de socialización, como la familia, la escuela, los medios de comunicación o la religión. En el África tradicional la familia asegura la perpetuidad del grupo, dotándolo de los recursos humanos, materiales y culturales.1 Ésta proporciona no solamente los medios de cohesión social por medio de la educación o la transmisión de valores, también los de protección de toda la sociedad política. En la etapa precolonial, la tarea de educar a los jóvenes estaba garantizada por tres sistemas de enseñanza diferenciados según la región: principalmente, un sistema de educación autóctono o tradicional de cultura oral; el sistema islámico, y finalmente, el sistema de educación afro-cristiano, según las primeras tradiciones que sobrevivieron en Etiopía y también por la influencia de los coptos en Egipto.2

La enseñanza superior no fue una novedad para el continente africano. En el siglo XVI, la universidad de Sankoré en Tombouctou constituía un foco de estudio y conocimiento del derecho, de la filosofía y la teología. Según el historiador Cheikh Anta Diop, los documentos que se disponen, entre otros el Ta’rîj al-sûdân, permiten describir con detalle la vida intelectual de aquellos centros, en especial el de Sankoré. Los estudiantes se agrupaban sin distinción de edad atraídos por un afán de conocimiento en torno a la mezquita. No era un edificio de estado, sino la obra piadosa de un cadí devoto con la asistencia del resto de la población, al menos en su origen probablemente.3

En las sociedades modernas africanas la educación tradicional fue sustituida por sistemas occidentales de enseñanza. Las exploraciones del XIX encabezadas por comerciantes, exploradores y misioneros, europeos y americanos, abrieron vías de incursión hacia el interior del continente. Durante este período cobra especial relevancia la tarea evangelizadora realizada por estos últimos, junto a obras de carácter filantrópico provenientes principalmente de ambientes anglosajones. Los esfuerzos, desplegados durante este siglo, por expandir el cristianismo en África favorecieron la difusión de la educación occidental y la alfabetización, no solamente en la lengua del colonizador sino también en la vernácula.4 Este hecho va a suponer un cambio social decisivo al pasar de un modo de transmisión de la cultura en su mayoría oral a un modelo de comunicación a través de la escritura. El acceso al pensamiento occidental por parte de una reducida elite instruida, en su mayoría urbana, va a permitir establecer diálogos con el colonizador y familiarizarse con los modos y costumbres europeos. En contrapartida, al quedar condenadas prácticas tradicionales de carácter social o religioso como la poligamia y el animismo, se produjo un debilitamiento de la estructura familiar tradicional en África.5 Esta primera etapa de implantación de la educación occidental, ligada estrechamente a las misiones, tiene un carácter instrumental y estará desigualmente distribuida y mal orientada… Habrá que esperar a los cambios sociales, políticos y económicos surgidos tras el final de la segunda guerra mundial para ver aparecer las primeras escuelas técnicas y colegios universitarios implantados según el modelo de universidades europeas y norteamericanas. Sin embargo, la gran eclosión de la universidad en África se produce con los diferentes procesos de descolonización.6 Y uno de los impactos del colonialismo en África fue el deterioro del status social de la mujer, con la introducción de los nuevos modelos económicos de producción y la acentuación de la dependencia jurídica y material frente al hombre, especialmente al marido.

En este trabajo pretendemos ofrecer una primera aproximación a la historia reciente de la mujer africana en el entorno universitario congoleño, a través de testimonios y de diversas entrevistas realizadas.

ESTUDIOS SOBRE MUJERES

La mujer fue excluida de la mayor parte de las actividades introducidas o intensificadas por el proceso de dominación del colonialismo, como fue la educación y, por tanto, de ámbitos profesionales como el derecho o la medicina. La consecuencia inmediata será la escasa representación femenina en la nueva estructura política colonial.7 El fin de la segunda guerra mundial va a suponer la revisión de los ordenamientos jurídicos de muchos países, con el objetivo de eliminar las disposiciones discriminatorias e implementar aquellas que fomenten la igualdad entre hombres y mujeres, especialmente en la década de los setenta. Sin embargo, en general, como señala Encarnación Fernández, el principal obstáculo no reside tanto en la igualdad jurídica como en el de la igualdad de facto.8 Por otra parte, el concepto de género conlleva:

… un proceso histórico relacionado con la construcción de un campo científico en el que subyacen las relaciones entre hombres y mujeres, signadas por el poder hegemónico de los primeros y la subordinación de ellas …9

No pretendemos encajar una realidad tan compleja y diferenciada en los marcos teóricos construidos desde occidente, entendiendo que los procesos históricos pueden ser variados y diferentes en función de su localización geográfica.10 En efecto, el concepto de género es de orden sociológico, constituye una categorización socialmente construida para identificar los roles diferentes de los hombres y de las mujeres en las sociedades, en función de valores culturales, de nivel de desarrollo o de otros factores. Las relaciones de género entre el hombre y la mujer pueden ser relaciones de poder jerárquico, de familia, de mercado… Desde el momento que esas relaciones se refieren a una construcción social, éstas se caracterizan por una evolución en el tiempo, una diferenciación según las sociedades y una dificultad de generalización.11

Pues bien, a raíz de la tesis doctoral de Eva María Jurado –defendida en la universidad de Valencia en 2014– sobre la universidad de Kinshasa, fundada en 1954 como universidad Lovanium, decidimos abordar la posición de las mujeres en la universidad en esta parte de África. A comienzos de los años 60 aparecerán las primeras matrículas de mujeres. Al principio se incorporan a las escuelas de maestras, de enfermería, y las primeras mujeres serán religiosas y extranjeras, belgas o nigerianas. Centrándonos en el tema de los estudios de género realizados sobre mujeres en la universidad, intentamos abordar este estudio en el momento actual, repasando su reciente historia en los dos últimos siglos. Los problemas en el Congo serán los de una sociedad, en general, patriarcal y conservadora, donde el rol de la mujer estará muy marcado en su papel de atender a la familia, y donde éste problema se trasladará también a la universidad.

En la historia reciente del país encontramos que desde época colonial, en el siglo XX, los programas de estudios, en todos los niveles, estarán claramente diferenciados para mujeres y hombres. Por otra parte, en la investigación realizada los problemas encontrados son: primero la falta de acceso a los libros de matrículas en los centros de estudios y estadísticas, la falta de archivos, siendo los que hay de difícil acceso y, por otra parte, la reticencia de las pocas mujeres universitarias o con estudios superiores a hablar de su situación. Por eso una forma de abordar el estudio de las mujeres y la universidad es a través de las fuentes orales, de primera mano, que permitan recomponer su historia a través de entrevistas realizadas. Para ello elaboramos un protocolo previo de preguntas para centrar el tema sobre la universidad, que se irá perfilando poco a poco –por ejemplo, con preguntas como cuantas mujeres eran en el aula, cuantos hermanos con estudios tenían y qué lugar ocupaban en la familia…, con un protocolo, claro está, adecuado a la situación allí vivida– y que contestaran cuestiones sobre: su origen geográfico y social, relaciones familiares, vinculación con instituciones eclesiásticas o participación en la política… La finalidad es ver su trayectoria académica y profesional, así como comprobar su percepción como mujeres de la universidad que vivieron y viven.12

Por una parte, encontramos que no hay muchas mujeres con tesis doctorales, por lo caro de los estudios de tercer ciclo, las largas distancias para acceder a la universidad, problemas familiares… Por lo que hemos tenido que bajar el escalón a aquellas con estudios superiores o técnicos, enfermería, ayudantes, jefas de trabajos… Por otra parte, como ya hemos mencionado, la dificultad en encontrar mujeres que quisieran contar su experiencia. Nuestra idea sería poder hacer un estudio comparativo con otras universidades, como las españolas o mexicanas…13

En esta parte de África observamos algunas características comunes que ya adelantamos y sobre las que volveremos después:

– una escasez de mujeres en el tercer ciclo de doctorado y que ocupen cargos académicos

– para conseguir realizar estudios hay dos factores muy importantes a tener en cuenta: los antecedentes familiares con estudios del padre o abuelo… El vínculo familiar, social y económico es muy importante, ya que se trata de una élite reducida. Por otra parte, la vinculación a los estudios viene dada a través de la iglesia, ya sea católica o protestante, a través de la pertenencia a órdenes religiosas de las mujeres.

Como se ha comentado, la mayoría de mujeres abandonan los estudios para cuidar a la familia…, o porque los estudios resultan muy caros, no hay sistemas de ayudas o becas, y por problemas geográficos de largas distancias con la universidad. En las mujeres que realizan estudios encontramos que prima el aspecto de la cercanía geográfica, la buena posición social y étnica dominante, que estarán también vinculados con sus trayectorias profesionales. Veremos qué, al final, una vez se posicionan estarán en igualdad de condiciones que el hombre –en la política, en la universidad, en la ciencia, su percepción es que es la misma que la de los hombres–. La diferencia radica en el número, es cuantitativa. Por otra parte, el mayor número de alumnas depende de si se trata de una universidad de provincias, mientras que en zonas rurales será menor.14 En la universidad pública de Kinshasa hay igualdad de mujeres y hombres, estará más equilibrado el número de hombres y mujeres. Pero en todas estas universidades habrá una actitud más pasiva de las mujeres frente a los hombres en las aulas. Presentamos algunos testimonios concretos de mujeres, con antecedentes familiares o vinculación eclesiástica para acceder a los estudios junto con la historia universitaria de este país. Antes repasaremos los antecedentes de la historia reciente de la universidad en el Congo.

ORGANIZACIÓN DE LA ENSEÑANZA EN EL CONGO ANTES DE LA REFORMA DE 1948

El nacimiento de la escuela occidental en el Congo es consecutivo a la doble evangelización que conoció el país, la primera en el siglo XV y la segunda a finales del XIX. Durante este segundo periodo, la formación oral de carácter rudimentario impartida por misioneros nativos es sustituida, con el tiempo y las necesidades de la iglesia, el estado y la administración pública, por un verdadero sistema escolar. Sin embargo, fue necesario hacer frente a la resistencia de la población indígena contraria a la penetración cultural europea en general y especialmente a la idea de someter a los jóvenes al aprendizaje de lo que denominaban les choses des blancs.15

La tarea de educar a los nativos –secundaria en relación a los intereses de penetración de la Cuenca del Congo–, se dejó en manos de la iglesia, a quien los poderes públicos concedieron el monopolio de la educación otorgándole facilidades y la libertad de organizar escuelas, en la creencia que el cristianismo, y en particular el catolicismo, basado en la autoridad, era capaz de cambiar la mentalidad indígena y de inspirar un espíritu patriótico y de lealtad a Bélgica.16 De esta manera, aprovechando la primera empresa civilizadora y de evangelización, la iglesia fue implantando poco a poco un sistema escolar de enseñanza primaria y post-primaria, cuyo objetivo obedecía a la necesidad de formar en aquellas profesiones de carácter auxiliar. Así aparecen las primeras escuelas de misiones y las colonias escolares. En 1880, los Pères du Saint Esprit fundan en Boma la primera escuela. Siendo de carácter privado, acogía en su mayoría a niños indígenas abandonados por sus padres o rescatados del tráfico de esclavos. Por su parte, el estado comenzará a ordenar estos centros bajo la forma de internado. Los niños en situación de desamparo quedarán bajo su tutela, permitiendo la admisión de aquellos que lo soliciten de manera voluntaria. En realidad, muchos de estos niños eran reclutados por la fuerza contra la voluntad de sus padres, para ser formados en ciertas materias y trabajos de utilidad pública. Los primeros centros que se abrieron tenían el aspecto de una escuela militar. El director de la escuela tenía como adjunto a un sub-oficial de la Force publique, encargado especialmente de la instrucción militar y de la disciplina. En la región de Bas Congo y en el Bandundu actual, los jesuitas, a quienes el estado había confiado el vasto vicariado de Kwango, organizaron a partir de 1895 las fermes chapelles, o agrupaciones de niños bautizados bajo la autoridad de un jefe –casado–, que era a la vez su catequista, su instructor y su director de trabajos. Más tarde, las fermes chapelles, darían paso a las écoles chapelles. En esta época conviven dos líneas de enseñanza: una enseñanza organizada por el estado y una organizada por los misioneros. Los dos sectores están, no obstante, bajo la supervisión de estos últimos.17

La convención entre la santa sede y el estado independiente del Congo, firmada en 1906, supone el florecimiento de las misiones católicas belgas, confiando a las misiones nacionales el monopolio de la enseñanza mediante la concesión de tierras y subsidios, en detrimento de las escuelas protestantes, las cuales son excluidas de estos beneficios al ser consideradas misiones extranjeras.18 A cambio, cada establecimiento de misión se comprometía a fundar una escuela donde los indígenas recibían una instrucción elemental. El programa, sometido al control del estado, comportaba principalmente una enseñanza agrícola y agrónoma-forestal, así como una formación práctica de materias de carácter manual. La enseñanza de las lenguas nacionales formará parte esencial del programa.19 Este concordato estableció un marco gracias al cual se desarrolló, en materia de educación, un sistema de cooperación entre misiones católicas y administración, que no solamente influirá en la estructura y contenido de la enseñanza en el Congo, sino que constituirá un elemento importante de estabilidad del régimen colonial.20

En la enseñanza primaria, la organización general del sistema escolar preveía dos tipos de escuelas: las escuelas primarias de primer grado; las escuelas primarias de segundo grado o écoles sélectionnées y; las «escuelas especiales para la formación de la élite». Estas últimas formaban parte de un sistema de enseñanza post-primario, integrado a su vez por varios tipos de escuelas: écoles normales o écoles des moniteurs; escuelas medias que dispensaban una formación para ocupar los puestos auxiliares en la administración y las empresas privadas; y las escuelas profesionales que formaban a los obreros.21

La colonización contribuyó a la construcción de un nuevo modelo de relaciones de género, similar al de la metrópoli, valiéndose de la educación y el derecho escrito. La enseñanza, confiada en sus inicios a los misioneros, permitió que los valores de una educación cristiana fueran adquiridos tanto por los niños como por las niñas. A su vez, la enseñanza se apoyaba en unas bases racistas y sexistas. Esta discriminación, fundada en el género, aparece claramente constatada en la elaboración de los programas a partir del segundo grado de las escuelas primarias. El programa para chicos desembocaba en una formación profesional de carácter auxiliar, mientras que el de las chicas estaba orientado hacia una enseñanza práctica en el ámbito del hogar y de aprendizaje pedagógico.

En el Congo belga, el derecho escrito había reforzado también esta imagen de la mujer como esposa y madre, que atiende un hogar y que era a su vez un signo de civilización. Existía una doble jurisdicción: el derecho escrito y el droit coutmier o la costumbre. Una lectura rápida de algunos decretos del momento permite ver la construcción de un tipo de relaciones de género que ponen a la mujer bajo tutela y tienden a confinarla en el ámbito del hogar. Se trata de la exigencia de autorización marital en materia de contrato de trabajo o en vistas a obtener el permis de mutation, con el objetivo de controlar la movilidad de las mujeres en la ciudad.22

LA ENSEÑANZA SECUNDARIA PARA LA ELITE

La segunda guerra mundial viene a acelerar el proceso de escolarización de manera indirecta. En primer lugar, por la imposibilidad de importar técnicos europeos durante la contienda. En segundo lugar, tras finalizar la guerra el progreso industrial y el desarrollo de la colonia se vieron frenados por la escasez de mano de obra cualificada. A esta circunstancia se unieron las críticas internacionales, censurando la ausencia de una enseñanza secundaria y superior en el Congo belga. La afluencia de niños europeos al Congo a partir de 1939 también estimuló la construcción de nuevas escuelas, especialmente escuelas secundarias donde se impartía un programa belga. Tras la guerra, el acceso a estas escuelas resulta trascendental para una élite nativa, cuyo nivel de vida va a depender de los estudios. En 1946, el ministro Godding introduce las escuelas oficiales y los athénées officiels, llamados laicos o de régimen metropolitano, por oposición a la enseñanza oficial congregacional. Reservado para los hijos de los colonos, se implantaron en las principales ciudades de la época: Léopoldville, Elisabethville y Stanleyville. Poco a poco se irán abriendo, primero a los mestizos reconocidos y asiáticos, y posteriormente a los congoleños o autochtones méritants.23

Las autoridades van a decidir elevar el nivel de formación. La reglamentación escolar de 1948 tenía como objetivo diferenciar una «enseñanza de masas», de aquella en la que se realizaba una selección del alumnado: mejorar el nivel primario, y extender la enseñanza secundaria con la creación de escuelas secundarias generales que dieran acceso a la enseñanza superior. Esta reforma de 1948 introdujo un programa vasto y diversificado en materias de enseñanza primaria y secundaria. Se pretendía también preparar a una elite seleccionada. Para las niñas, más allá de una enseñanza primaria específica para ellas, estaba prevista la école ménagère, de cara a formarlas en las materias llamadas femeninas y del hogar –costura, cocina, etc.– La école moyenne ménagère dispensaba una instrucción de un nivel superior respecto de la école ménagère. El objetivo era preparar al évolué una compañera –esposa y madre– digna de su evolución.24 A pesar de la modificación en la estructura de la enseñanza, la reforma mantenía y reforzaba la orientación sexista de los programas.

Sobre el impacto de la reforma, la profesora Bernadette Lacroix de la universidad de Kinshasa, mantiene que:

… La reforma de la enseñanza puesta en marcha en 1948, marca un cambio importante en la política escolar colonial, por la decisión de introducir en la red de enseñanza, las escuelas secundarias generales que daban acceso a la enseñanza superior. En efecto, la organización de la enseñanza superior estaba subordinada a la existencia de una enseñanza secundaria de un nivel más elevado que la enseñanza media: la enseñanza secundaria general no existía en el Congo. Antes de 1946, año en el que los jesuitas abren los primeros collèges latins para congoleños, con un programa completo de humanidades, no existían, excepto las escuelas reservadas a los europeos y los pequeños seminarios, una sola escuela secundaria de formación general que diera acceso a la enseñanza universitaria. La ausencia de escuelas secundarias explica por qué no había estudiantes congoleños laicos en universidades extranjeras con anterioridad a 1952. Bélgica no solamente no había formado, a la manera de la política escolar colonial francesa, una pequeña elite culturalmente asimilada, sino que la política de «educación de masas», por la cual los belgas justificaron su retraso en la enseñanza secundaria y superior, no proporcionaba un nivel real de alfabetización, ni de cualificación profesional.25

Si bien, en 1920, en nombre de la Union Congolaise, el nacionalista Paul Farnana ya expuso ante las instancias metropolitanas el problema de la creación de escuelas oficiales para nativos, no fue hasta 1954, con la ascensión al poder del gobierno socialista-liberal y el nombramiento del nuevo ministro para las colonias Auguste Buisseret, que la extensión de la escuela oficial laica para congoleños se hace realidad.26

LOS CUATRO PERIODOS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

1. Las primeras iniciativas (1954-1971)

El nacimiento de la primera universidad en el Congo fue posible gracias al empeño de sus promotores frente a las reticencias del poder colonial y la opinión pública belga, que estimaba ser una aventura prematura pero también un peligroso acelerador del proceso de descolonización. La universidad Lovanium fue fundada en 1954 en Léopoldvile (Kinshasa), bajo los auspicios de la universidad católica de Lovaina. Los objetivos se enmarcaban en la perspectiva de su obra evangelizadora. El colonizador, y especialmente el colonizador cristiano, debía adoptar un nuevo papel de formador y guía de esa elite que, junto a la sociedad congoleña, comenzaba a reclamar la emancipación política del país. En 1956, el estado abrió en Elisabethville (Lubumbashi) una universidad oficial para contrarrestar el monopolio del que desfrutaba la universidad Lovanium (católica) de Léopoldville. En tanto que universidad de estado contaba en su consejo de administración con la representación de las cuatro universidades belgas. La tercera universidad en ver la luz fue la universidad libre del Congo, en Stanleyville (Kisangani) en 1963. De confesión protestante siguió la organización y el modelo de Lovanium.27 Estas instituciones, calcadas sobre el modelo occidental, disfrutaron de una larga autonomía interna incluso tras la ascensión del país a la independencia en 1960.

2. La Universidad Nacional del Zaire (1971-1981)

Motivada más por razones políticas que por razones pedagógicas o académicas, la reforma de la enseñanza superior en 1971 fusionó las tres universidades y los institutos superiores para crear la Universidad nacional del Zaire (UNAZA). El régimen de Mobutu (1965-1997) contó desde sus inicios con la contestación de los estudiantes denunciando sus pésimas condiciones de vida y la deriva autoritaria del país. En 1969, las protestas exigiendo mayor participación en los asuntos de la universidad desembocaron en una manifestación contra el poder político que fue duramente reprimida.28 Los objetivos de la reforma pretendían la afirmación de la soberanía nacional, una gestión administrativa y financiera unificada y el control político de la universidad. Los rectores nombrados por el jefe del estado constituían una extensión más del movimiento popular para la revolución (MPR).29

3. La descentralización de 1981

De la reforma de 1981 destaca: el retorno a una autonomía relativa de las universidades y los institutos superiores; los tres campus anteriores se convertirán en universidades de Kinshasa, Lubumbashi y Kisangani; el mantenimiento de tres consejos de administración respecto de las tres universidades.

4. La liberalización (1989-1992)

El principio de liberalización supone la aceptación de una enseñanza superior privada junto a la oficial. El comité central de MPR decidió relevar al estado del monopolio de la organización de la enseñanza superior y universitaria, autorizando a las personas físicas o entidades no gubernamentales a tomar parte activa en las iniciativas de creación y de gestión de establecimientos de enseñanza superior. La decisión de estado de 1989, relativa a la enseñanza superior y universitaria, preveía la creación de un conjunto de facultades e institutos superiores con la finalidad de descongestionar los establecimientos de enseñanza superior y universitaria, así como acometer la descentralización de las estructuras con la creación de los consejos de administración autónomos para cada establecimiento.30

PRIMERAS MUJERES UNIVERSITARIAS. TESTIMONIOS

En el contexto general de evolución del sistema de enseñanza en el Congo, la labor de las hermanas misioneras será también notable, en especial en hospitales, escuelas y orfanatos. En 1947, las religiosas del Sacré-Coeur crean en Mbanza-Mboma, en la región de Bas-Congo, un internado para jóvenes congoleñas de familias de évolués. En Europa esta congregación, nacida en su mayoría de la alta burguesía o de la aristocracia, tenía como misión la instrucción de las jóvenes provenientes de este entorno. La enseñanza se impartía únicamente en francés en la escuela primaria, que era seguida de la école ménagère, donde se formaba a las jóvenes en el conjunto de técnicas en el marco del hogar y la familia. Años más tarde, las Soeurs Ursulines, fundaron a su vez, una institución parecida en Luisha, en la provincia de Katanga. Cuando se abren las primeras secciones post-primarias para chicas, corresponden a estudios relacionados con el hogar y la familia, y más tarde escuelas de monitrices, enfermeras, seguidas de las escuelas de secretarias: estas secciones conducían al ejercicio de materias llamadas femeninas. Como afirma una de las primeras diplomadas en la universidad de Lovanium, la doctora en filosofía y letras Élisabeth Mudimbe:

… asistiremos de hecho en el Congo, como en Occidente, a una feminización de materias: los trabajos de secretaria, de enfermera, exclusivamente masculinas en sus inicios, fueron progresivamente abandonados por los hombres, a medida que las mujeres entraban.31

Élisabeth Mudimbe elabora un relato autobiográfico, así como una reflexión personal de su paso por la universidad como estudiante y más tarde como profesora, hasta su exilio en 1980. Constituye el testimonio de una pionera, al convertirse en la primera africana diplomada en la universidad Lovanium. Describe como en Kalina (Léopoldville), se encontraba la escuela dirigida por las religiosas del Sacré-Coeur reservada para los hijos de colonos, donde se impartía un ciclo de humanidades. Lo mismo ocurría con el Institut Marie-Josée en Elisabethville y el Institut Janua Coeli en Luluabourg (Kananga). Señala como a partir de 1956, tras la visita del rey Balduino al Congo en 1955, las escuelas reservadas a los niños europeos serán accesibles a los niños congoleños, al menos teóricamente, no sin antes superar numerosas formalidades administrativas –exámenes de moralidad, sanidad…– a menudo de carácter vejatorio, exigidas por la administración de la colonia.

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1076 s. 28 illüstrasyon
ISBN:
9788491343196
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